Ejecución penal y derechos humanos - Ministerio de Justicia ...
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hoy pue<strong>de</strong> actuar en contra <strong>de</strong>l “otro” pero su po<strong>de</strong>r absoluto podría exten<strong>de</strong>rse<br />
a todos, a todos los que no <strong>de</strong>tentan el po<strong>de</strong>r.<br />
VI. Recomendaciones<br />
LA EJECUCIÓN DE LA PENA<br />
Para hablar <strong>de</strong> un acercamiento hacia el garantismo <strong>penal</strong> y al <strong>de</strong>recho <strong>penal</strong><br />
mínimo durante la ejecución <strong>de</strong> la pena, y <strong>de</strong>cimos acercamiento porque<br />
estamos conscientes <strong>de</strong> que este es un proceso que no concluye con las<br />
modificaciones legislativas, se <strong>de</strong>be asumir, en las diferentes instancias<br />
(legislativa, judicial y administrativa) que el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> ejecución <strong>penal</strong> es<br />
parte <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho <strong>penal</strong> en general y, en tal virtud, durante la ejecución <strong>de</strong><br />
la pena se aplican todos los principios en él establecidos, fundamentalmente<br />
los <strong>de</strong> estricta legalidad y jurisdiccionalidad.<br />
Para cumplir con la finalidad tutelar <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho <strong>penal</strong> es necesario que<br />
la legislación secundaria consagre los <strong><strong>de</strong>rechos</strong> fundamentales <strong>de</strong> las personas<br />
con<strong>de</strong>nadas, reconocidos ya en nuestra Constitución Política, y abandone<br />
la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que tales <strong><strong>de</strong>rechos</strong> pue<strong>de</strong>n ser concedidos o negados por la<br />
administración penitenciaria a nombre <strong>de</strong> privilegios o beneficios durante<br />
un tratamiento en virtud <strong>de</strong> la conducta <strong>de</strong> la persona.<br />
El reconocimiento <strong>de</strong> los <strong><strong>de</strong>rechos</strong> no tienen sentido si no se establecen<br />
al mismo tiempo garantías a<strong>de</strong>cuadas que les permitan a las personas ejercerlos<br />
y <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rlos en caso <strong>de</strong> una posible o real violación. Estas garantías<br />
<strong>de</strong>ben consi<strong>de</strong>rar las circunstancias específicas <strong>de</strong> las personas privadas <strong>de</strong> la<br />
libertad y procurar reducir al máximo la situación <strong>de</strong> vulnerabilidad en la<br />
que se encuentran.<br />
Las penas a ejecutarse <strong>de</strong>ben ser aquellas preestablecidas en la ley <strong>penal</strong>,<br />
<strong>de</strong>scritas y <strong>de</strong>terminadas tanto en su cantidad como en su calidad, evitando<br />
así arbitrarieda<strong>de</strong>s y procurando la seguridad <strong>de</strong> la persona frente a la administración<br />
penitenciaria. Sin embargo, con el contenido actual <strong>de</strong> nuestro<br />
Código Penal el rígido cumplimiento <strong>de</strong> las penas legales podría ser excesivo,<br />
por lo tanto se hace también imprescindible una reforma <strong>de</strong> toda la<br />
legislación <strong>penal</strong> al amparo <strong>de</strong> los principios garantistas.<br />
El aumento indiscriminado <strong>de</strong> las penas no satisface la finalidad preventiva<br />
<strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho <strong>penal</strong>, por el contrario, la certeza <strong>de</strong> que las penas establecidas,<br />
las mínimas necesarias, serán aplicadas en todos los casos y a todos las perso-<br />
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