Reportage Periódico - Dincat

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Un tema de película
Pablo Pineda protagonizó la
película Yo también sobre la
relación de un chico con síndrome
de Down y una mujer.
dilema ético
PROTECCIÓN O
INFANTILIZACIÓN
PERMISO A LOS PADRES
J El hecho de que una persona
tenga una discapacidad, hace
necesario avisar a los padres en
cuestiones de asistencia o apoyo,
entre ellas las que conciernen
a su sexualidad. Psicólogos y
terapeutas se cuestionan hasta
qué punto es necesario preguntar
a unos padres si su hijo o hija
puede tener relaciones sexuales a
pesar de haber demostrado cierto
grado de autonomía y capacidad
en otros aspectos de sus vidas.
MUJERES CON DISCAPACIDAD
J La Confederación Española
de Organizaciones en favor de
las Personas con Discapacidad
Intelectual pone de manifiesto
que las mujeres con discapacidad
intelectual son privadas de vivir
una sexualidad plena al ser
consideradas «eternas niñas». La
confederación invita a las familias
para que acepten que sus hijas
discapacitadas son mujeres, con
sus derechos y con sus deberes.
RESOLUCIÓN DE 1992
J El Parlamento Europeo estipuló
en 1992 que la educación sexual
y afectiva de los discapacitados
debe conducir a satisfacer sus
necesidades sexuales como las
de cualquier otra persona.
relación sexual que ha tenido. «Me
sentí sucio, vendí mi cuerpo, pagué
y no me llenó –cuenta–. Lo más normal
es hacer el acto sexual cuando
dos personas se quieren y tienen
ese feeling de querer hacer el amor
en un momento de la vida en que estás
tranquilo». A Guillem le gustaría
tener pareja, pero le cuesta encontrarla:
«Que tenga una discapacidad
no quiere decir que no valga para tener
una relación sexual o una afectividad
amorosa». Guillem, lúcido
y amable, concluye: «Hay gente que
ve a una persona con discapacidad y
dice: ‘Mira ese tonto, se ha enamorado’.
Como si a ellos no les pasara».
Lidia tiene 40 años y habla sin
complejos sobre el sexo. Hace 15
años que tiene pareja y los talleres
le han ayudado a vivir una sexualidad
más plena. Las chicas con discapacidad
intelectual tienen menos
dificultades que los chicos para encontrar
pareja o practicar sexo. «Si
una chica quiere tener relaciones íntimas
quizá no le haga falta pagar,
en cambio a un chico puede costarle
más», dice Deulofeu, a quien nunca
una chica le ha requerido un servicio
sexual de pago: «Es algo que esencialmente
demandan los chicos». H
Videocomentario sobre esta información en
http://epreader.elperiodico.com
EL PAPEL DE LOS ALLEGADOS
E. P.
BARCELONA
Carmen tiene un hijo de 24 años
con una discapacidad intelectual
del 67%. Durante tres años tuvo
novia, aunque no tuvieron relaciones
sexuales. David vive su despertar
sexual como cualquier chico de
su edad, pero sus padres no saben
qué hacer para cubrir la demanda
natural de su hijo. Para que David
se desahogue, le dejan una película
porno una vez por semana, solución
que Carmen ve transitoria:
«Está en todo su apogeo, él no se
conforma, es normal».
David ha sido derivado a Aspanin
para realizar los talleres del
PEAS y sus padres se han reunido
con la psicóloga Gemma Deulofeu
para informarse sobre el proceso.
Están dispuestos a que su hijo, si
así lo decide, acuda a una prostituta,
pero siempre que cuente con
un seguimiento profesional. «Nosotros
llevamos tiempo angustiados,
siempre nos decían que buscáramos
a una profesional, pero
veíamos muy violento hacerlo nosotros,
yo qué sé dónde ir y en qué
manos voy a dejar a mi hijo; así que
si hay un seguimiento profesional
adelante, tampoco estamos dispuestos
a que un día haga cualquier
cosa por la calle», dice Carmen.
Celebra haber dado con esta
entidad porque llevan años bus-
3 Información
cando asesoramiento para abordar
la sexualidad de su hijo.
«En el centro al que iba David antes
hicieron alguna charla, algunas
sesiones, pero empezamos tres o
cuatro padres y ¡terminamos siendo
dos! Así que se acabó rápido. La
gente no se conciencia ni se preocupa
de esto, es un tema tabú».
Las charlas sobre sexualidad entre
los padres de personas con discapacidad
y sus hijos no son habituales.
Por desconocimiento o falta de re-
en la red
Varias organizaciones ofrecen
amplia información, como
www.down21.org y
www.sindromedown.net
33Lidia, una mujer con discapacidad intelectual, en la residencia de Badalona en la que vive.
LUNES
2 DE MAYO DEL 2011
Padres desorientados
La familia tiende a ocultar la expresión sexual del afectado H La
esterilización depende de la decisión de los padres o los tutores
LA SITUACIÓN
Por desconocimiento
o falta de recursos, los
padres prefieren no
tratar sobre sexo con
sus hijos discapacitados
cursos, prefieren no abordar el tema.
«La estrategia inicial de la familia
es tapar aquella expresión de sexualidad
que puede parecerles problemática,
cuando en realidad es una
expresión normalizada de una persona
joven», dice Deulofeu. Ella trata
directamente con los usuarios,
mayores de edad, pero al tener una
discapacidad se ha de pedir permiso
a los padres en temas de asistencia o
apoyo, también en la sexualidad.
«Eso les infantiliza, pero las familias
son importantes», dice la psicóloga.
Es uno de los dilemas éticos a
los que se enfrenta cada día.
La esterilización
JOSEP RUBIO
Un asunto controvertido es la esterilización
de las personas con
discapacidad. Lidia tenía unos 20
años cuando decidió hacerse la ligadura
de trompas para evitar un
posible embarazo, y su novio se hizo
la vasectomía. Ellos decidieron
esta opción de conformidad con
sus padres o tutores. Son ellos quienes
piden al juez el consentimiento
para la intervención.
La controversia ética se encuentra
en el momento en que el discapacitado
quiere tener hijos y sus
padres se oponen. Deulofeu menciona
el caso de una joven que fue a
visitarla y desconocía la intención
de sus padres de operarla. La psicóloga
manifiesta la necesidad de informar
al interesado: «Esterilizar
no es trabajar la sexualidad; estás
evitando el embarazo, pero amputas
una parte del cuerpo». Ser informado
permite vivir «el duelo» ,
ya que la esterilización puede afectar
«el proceso afectivo sexual de
la persona, la autoestima, el conocimiento
de uno mismo, la ternura
y la comunicación». H
MODELOS AVANZADOS
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Asistentes
sexuales
específicos
operan en el
norte de Europa
E. P.
BARCELONA
La sexualidad de las personas con
discapacidad intelectual no es un tema
que, de forma específica, reciba
ayudas públicas en España. Según
la Confederación Española de Organizaciones
en favor de las Personas
con Discapacidad Intelectual, el modelo
básico de financiación de las entidades
que la integran es a través
del IRPF. Que ese dinero sea destinado
a proyectos en favor de la sexualidad
del colectivo depende de cada
entidad. Aparte está la búsqueda de
ayudas de tipo local por parte de cada
asociación, como Aspanin, que el
año pasado recibió una subvención
de Obra Social La Caixa que ha destinado
a su Programa de Educación
Afectiva y Sexual.
En el norte de Europa existen algunos
modelos avanzados destinados
al disfrute de la sexualidad de
las personas con discapacidad como
parte necesaria de su desarrollo integral.
Dinamarca lanzó en el 2007
una iniciativa para financiar servicios
profesionales de sexo para este
colectivo, una propuesta que fue duramente
cuestionada.
En Suiza, los profesionales
deben realizar un curso
de formación de un año
Aparte, en Suecia, Noruega, Holanda
y Alemania existen servicios
de asistentes sexuales dirigidos a
personas con discapacidad. La figura
del asistente no debe vincularse
con la prostitución. Es alguien que
se forma para atender las necesidades
específicas de personas con discapacidad
intelectual y física. Su tarea
consiste en preocuparse directamente
de la persona o bien facilitar
el acto a dos personas que no pueden
llevarlo a cabo sin su ayuda, en el caso
de las personas con una discapacidad
física.
En Suiza existe la asociación
Sexualité et Handicaps Pluriels, con
un programa específico de formación
de asistentes sexuales, que dura
un año y consta de 300 horas de formación.
El objetivo es conseguir las
condiciones cognitivas y prácticas
necesarias para atender a personas
con discapacidad. Trabajan el aspecto
emocional para lograr un acompañamiento
en sintonía con la necesidad
de cada persona. Además,
la asociación sigue un proceso de selección
en el que los asistentes deben
mostrar su capacidad real para
el trabajo y exponer las razones por
las que quieren formarse como tales.
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