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pàgina 8 Antisistema maig 2007<br />
La historia del hombre que fue a sacar la basura<br />
y le abrieron la cabeza<br />
Algunos de vosotros habreis oído hablar de que la<br />
aseguradora mas grande del mundo -Marsh- dejo al laboratorio<br />
de experimentación animal Huntingdon Life Sciences<br />
hara unos tres años. A partir de entonces ninguna aseguradora<br />
quiso relacionarse con HLS. Esto -dado que en Gran<br />
Bretaña es obligatorio que todas las compañías estén aseguradas-<br />
debió suponer su cierre. El gobierno británico -para<br />
no tener que enfrentarse a los ataques de la poderosa industria<br />
farmacéutica- decidió ser su aseguradora particular (!).<br />
Pero los trapicheos de los políticos no es lo que pretendemos<br />
tratar en este texto, sino como el esfuerzo constante nos<br />
hace lograr nuestros objetivos.<br />
Pensar por un momento en Mapfre, esa aseguradora<br />
que tiene unos edificios enormes en distintos puntos del<br />
estado; bueno, pues no os habéis acercado ni lo mas mínimo<br />
a lo que es Marsh. Marsh, como decíamos es la mayor<br />
aseguradora que existe. En distintos textos se ha mencionado<br />
que los activistas por la liberación animal lograron que<br />
rompiese sus relaciones con HLS, pero en la península<br />
pocos saben lo que tuvieron que sudar para conseguirlo.<br />
El proyecto en cuestión duro nada menos que un año y<br />
medio, y muchos fueron los que durante esos meses tiraron<br />
la toalla y dijeron eso tantas veces escuchado de "nunca lo<br />
conseguiremos". SHAC (la campaña de activistas contra<br />
HLS) organizo cientos de manifestaciones, mientras que el<br />
ALF se ocupo de que los cristales de los edificios de Marsh<br />
fueran reventados incontables veces. Pero la presión se concentraba<br />
especialmente en Estados Unidos y en Inglaterra.<br />
Los enormes rascacielos que Marsh tiene en la<br />
Gran Manzana de Nueva York eran desalojados un día si y<br />
otro también por la policía; la razón? una persona que nadie<br />
conocía en el movimiento pero que sin duda le importaban<br />
los animales había recibido algún folleto en el que se explicaba<br />
la relación de Marsh con HLS. En el panfleto aparecía<br />
el número de teléfono de Marsh y en lugar de llamarles para<br />
decirles que eran una escoria decidió telefonearles casi a<br />
diario para comunicarles que había una bomba en sus edificios.<br />
Estas amenazas falsas supusieron que cada día los<br />
policías tuviesen que desalojar durante al menos una hora<br />
los rascacielos y rastrear todo el edificio; papelera por papelera<br />
y escritorio por escritorio. Traducido en dinero significo<br />
cientos de millones de dólares en perdidas; por su parte,<br />
el estrés y la paranoia de los directivos de Marsh no tenia<br />
precio.<br />
Pero hablando de los directivos de Marsh debemos<br />
desplazarnos unos cuantos miles de kilómetros hacia el este,<br />
concretamente a Inglaterra. En este mismo periodo todos<br />
los directivos de la aseguradora habían sido advertidos por<br />
la NETCU (National Extremism Tactical Co-ordination<br />
Unit/Unidad Táctica Coordinada contra el Extremismo<br />
Nacional) de que debían mirar debajo del coche, colocar<br />
alarmas en sus casas, extremar la vigilancia en los edificios<br />
de Marsh, etc. Cualquiera podría pensar que era una exageración,<br />
pero los múltiples sabotajes que -aun siguiendo los<br />
consejos de la NETCU- se llevaron a cabo indican lo contrario.<br />
En una ocasión un directivo de Marsh, cuando iba<br />
a sacar la basura por la noche se encontró una agradable sorpresa;<br />
había un grupo de individuos con pasamontañas<br />
colocando unos artefactos incendiarios en el edificio contiguo<br />
a su casa, el cual era una mezcla entre garaje y caseta<br />
de herramientas o trastero. Los encapuchados, en lugar de<br />
asustarse y huir despavoridos se miraron unos a otros con<br />
complicidad. Sonrientes decidieron no dejar pasar esa oportunidad<br />
que se les había presentado. Sacaron sus respectivos<br />
bates de béisbol y se abalanzaron sobre el. El estado en el<br />
que quedo el sujeto en cuestión es de imaginar, pero lo peor<br />
no fueron las consecuencias físicas que esto acarreo, sino<br />
las psicológicas.<br />
El hecho en cuestión fue acallado por los media. Al<br />
parecer el gobierno y la propia Marsh estaba muy interesados<br />
en ocultar lo sucedido para que no cundiese el pánico.<br />
Por su parte, los encapuchados, como suele ocurrir, no<br />
hicieron ningún tipo de reivindicación. Pero, tres semanas<br />
más tarde, en el Daily Mirror, aparecía una entrevista de una<br />
página entera a la mujer del agredido. Triste y apenada<br />
comentaba que el ataque había causado en su esposo un<br />
trastorno de stress postraumático tal que le había inducido a<br />
abandonarla. La vida del director de Marsh se había arruinado<br />
aquella noche.Sobre este hecho muchos opinamos que<br />
posiblemente fue en algún sentido "pasarse un poco de la<br />
raya", pero lo cierto es que ocurrió. Ocurrió y no debemos<br />
ocultarlo. Tampoco podemos negar que fue uno de los<br />
muchos granitos de arena que hicieron que Marsh tirase la<br />
toalla.<br />
Dentro de las infinitas acciones contra Marsh, por<br />
sorprendente que parezca esta no fue la gota que colmo el<br />
baso. Por el contrario, la gota que colmó el vaso nos hace<br />
pensar sobre la capacidad estratégica que tiene SHAC.<br />
SHAC conocía a su enemigo, y sabia que uno de sus mayores<br />
intereses era el de tener una intachable imagen publica.<br />
Imagen que SHAC estaba tirando por la borda día tras día.<br />
Con fines publicitarios Marsh llevaba tiempo siendo la<br />
patrocinadora del Ballet Nacional Ingles. Aquella noche<br />
(otra distinta a la de la "sorpresita" al director de Marsh)<br />
inauguraban una nueva obra y el aforo estaba completo.<br />
Pocos minutos después de empezar la obra diversas personas,<br />
dispersas entre el publico se levantaron de sus asientos<br />
y comenzaron a arrojar folletos y flyers; sacaron sus megáfonos<br />
y chillaron descontrolados. Los guardas de seguridad<br />
no daban a basto. Simultáneamente, en el escenario, otro<br />
grupo de personas encapuchadas desplegaba una pancarta<br />
enorme en la que se leía: MARSH ASESINA ANIMALES<br />
EN HUNTINGDON LIFE SCIENCES. Una semana después<br />
Marsh anunciaba a los cuatro vientos que no quería oír<br />
hablar de HLS jamás.<br />
La conclusión a la que debemos llegar aquellos<br />
que luchamos por la liberación de todos los animales es la<br />
siguiente: podemos lograrlo; no tiremos la toalla. La conclusión<br />
a la que deben llegar los amigos de HLS y el resto<br />
de escoria que habita este planeta es obvia: rendiros; tarde o<br />
temprano morderéis el polvo.<br />
Este mono murió torturado en HLS en un experimento absurdo<br />
Ha llegado la hora de pararles los pies<br />
STOP experimentación con animales<br />
Cientos de millones de animales nohumanos<br />
son utilizados cada año en pruebas<br />
de toxicidad, como recursos de aprendizaje<br />
en las facultades o modelos de investigación<br />
en diversos laboratorios de todo el mundo.<br />
Ratones y ratas, hámsters, conejos, gerbos,<br />
perros, gatos, cerdos, vacas, ovejas, reptiles,<br />
truchas, monos rhesus, diversos pájaros y<br />
muchos otros padecen nuestros experimentos<br />
de biología, bioquímica, fisiología, psicología…<br />
Les inoculamos virus, alteramos<br />
su material genético y matamos a las madres<br />
cuando están embarazadas para estudiar sus<br />
fetos, les sometemos a privaciones de comida<br />
o a descargas eléctricas para comprobar<br />
su resistencia, les quemamos vivos, les aplicamos<br />
sustancias irritantes en los ojos y en<br />
la piel, les extirpamos glándulas, les obligamos<br />
a ingerir sustancias tóxicas, les provocarmos<br />
parálisis, les sometemos a radiaciones,<br />
a temperaturas extremas... La lista de<br />
experimentos a los que son sometidos no<br />
tiene fin, constantemente surgen nuevas sustancias<br />
que serán testadas en sus cuerpos,<br />
nuevas combinaciones de variables cuyos<br />
efectos desean comprobarse sobre ellos/as,<br />
nuevas técnicas e hipótesis a demostrar…<br />
De todos estos experimentos, aquellos<br />
considerados más triviales (testeo de<br />
sustancias para cosméticos, experimentos<br />
militares…) suelen ser el principal objetivo<br />
de las críticas. En cambio los experimentos<br />
de tipo biomédico no suelen ser igualmente<br />
cuestionados dados los beneficios que pueden<br />
reportar para los animales humanos. Sin<br />
embargo, toda forma de experimentación<br />
con animales (no-voluntarios) se basa en un<br />
presupuesto injusto: la no consideración<br />
igualitaria de los intereses de los animales<br />
no-humanos implicados.<br />
El avance científico es una de las<br />
bases de nuestra cultura y reporta grandes<br />
beneficios para los seres humanos, pero este<br />
avance tiene ciertos límites. Por ejemplo, la<br />
mayor parte de la sociedad no justificaría<br />
que se experimentara con humanos en contra<br />
de su voluntad aunque ésto supusiera<br />
grandes avances en la búsqueda de vacunas<br />
y curas. El mismo criterio debe seguirse con<br />
los demás animales, pues ellos, al igual que<br />
nosotros/as, no quieren morir y desean disfrutar<br />
de su vida en libertad. Utilizar a los<br />
animales no humanos para experimentar y<br />
conseguir curas o vacunas para los humanos,<br />
es tan arbitrario como utilizar a un determinado<br />
grupo de humanos (por ejemplo aquellos<br />
con pelo rubio) para solucionar los problemas<br />
de los morenos. Nuestro color de<br />
piel, de ojos, nuestro sexo, la especie a la<br />
que pertenecemos… todas son caracteristicas<br />
irrelevantes cuando hablamos de tener<br />
en cuenta el interés de alguien en no ser<br />
explotado y disfrutar de su vida libremente.<br />
Lo único importante aquí es la posesión de<br />
dichos intereses, independientemente de la<br />
raza, el sexo, las capacidades intelectuales o<br />
la especie a la que pertenezca quien los<br />
posea.