Global Investor - Credit Suisse eMagazine - Deutschland
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Figura 3 Fuente: Bloomberg<br />
Importaciones mensuales chinas de maíz<br />
En la actualidad, China importa solo el 2% de sus necesidades alimenticias.<br />
El potencial de crecimiento de las importaciones de bienes agrícolas es<br />
inmenso, dado el crecimiento previsto del PIB per cápita y los problemas en<br />
la agricultura china.<br />
Millones de USD<br />
800<br />
700<br />
600<br />
500<br />
400<br />
300<br />
200<br />
100<br />
0<br />
Ene 03<br />
Mar 03<br />
May 03<br />
Jul 03<br />
Sept 03<br />
Nov 03<br />
Ene 04<br />
Mar 04<br />
May 04<br />
Figura 4 Fuente: Ministerio australiano de Agricultura<br />
Crecimiento previsto de la demanda de alimentos en Asia,<br />
1997–2010<br />
El aumento del PIB y la apertura de las culturas locales a los gustos<br />
occidentales debería elevar el consumo medio diario de alimentos per cápita<br />
y cambiar la alimentación de la población en los ME hacia un estilo más<br />
occidental.<br />
En %<br />
80<br />
70<br />
60<br />
50<br />
40<br />
30<br />
20<br />
10<br />
0<br />
Maíz como mercancía de importación china, mensualmente, USD<br />
Jul 04<br />
Arroz Trigo Maíz Azúcar Soja Carne<br />
Crecimiento previsto de la demanda de alimentos en Asia, 1997–2010<br />
Sept 04<br />
Nov 04<br />
Ene 05<br />
Mar 05<br />
May 05<br />
Jul 05<br />
Sept 05<br />
Nov 05<br />
Ene 06<br />
GLOBAL INVESTOR 2/06 Básicos — 31<br />
El ejemplo de China puede extrapolarse al resto del mundo, aunque<br />
en menor medida. La ONU prevé que la población mundial<br />
ascienda de 6,3 millardos a 8 en los próximos 25 años, lo que provocaría<br />
un constante aumento en las necesidades. La mayoría de<br />
analistas prevé que aumente el PIB per cápita en los ME en las<br />
próximas décadas, lo que, junto con la apertura de las culturas<br />
locales a los gustos occidentales, debería elevar el consumo medio<br />
diario de alimentos per cápita y reorientar las dietas locales a un<br />
estilo más occidental (azúcar, zumo de naranja, pescado, carne,<br />
etc.). Esa tendencia también se ha observado en Japón y Corea<br />
del Sur en la pasada década: igual consumo de arroz frente a un<br />
alza de la demanda de carne, azúcar y café, lo que podría reproducirse<br />
en la mayoría de ME en las próximas décadas. La figura 4<br />
destaca las previsiones del Ministerio australiano de Agricultura<br />
para los próximos años, que llevan a la misma conclusión. Aunque<br />
la internacionalización de los gustos locales también permite que<br />
las sociedades occidentales consuman más curry tailandés, sushi<br />
japonés o pastilla marroquí, la tendencia principal es la estandarización<br />
de las dietas occidentales, sobre todo en los grandes centros<br />
urbanos.<br />
El siglo pasado, la agricultura ha sido descuidada como área de<br />
inversión. Esa tendencia se aceleró en los 80 con la aparición de<br />
nuevas oportunidades de inversión: mercados de renta variable,<br />
ME, inmuebles, tecnología de la información, etc. Así, hay una creciente<br />
preocupación de que la situación de la agricultura llegue a<br />
ser la misma que la del petróleo y los metales: infrainversión y<br />
descenso de la productividad que llevan a un pico en la producción,<br />
mientras la demanda crece (figura 7). Incluso las economías en desarrollo<br />
han sacrificado la agricultura para centrarse por completo<br />
en las industrias y exportaciones. En la figura 5 vemos cómo India<br />
recortó la inversión pública en agricultura del 15% en 1981 al 5% al<br />
inicio de la primera década de 2000. Con el tiempo, ese desequilibrio<br />
podría disparar los precios agrícolas, ya que esta política no<br />
ha cambiado en los pasados años, mientras que la población y el<br />
PIB per cápita han seguido creciendo.<br />
Clima, entorno y efecto de los precios energéticos<br />
Los bienes agrícolas son muy sensibles al clima por el efecto de la<br />
sequía o las inundaciones en las cosechas. Los científicos creen<br />
que los atípicos patrones climáticos de los pasados años (un drástico<br />
aumento de huracanes, etc.) están vinculados al calentamiento<br />
global y pueden augurar decisivos cambios climáticos. En 2005,<br />
los huracanes destruyeron un 15% de la capacidad de zumo de<br />
naranja en EE.UU., las lluvias ácidas han arruinado algunas tierras<br />
en India, y el Lago Aral se considera muerto, lo que reduce las<br />
actividades agrícolas en la región. Esos son solo unos cuantos<br />
ejemplos. De 2000 a 2004, la FAO calcula que las urgencias alimentarias<br />
ligadas a la sequía pasaron de causar el 50% al 70% de<br />
los problemas de escasez. A largo plazo, la subida de las temperaturas<br />
mundiales supone una grave amenaza y se prevé que reduzca<br />
mucho los niveles de las cosechas. Las subidas se han acelerado<br />
en las últimas décadas y algunos científicos, incluyendo el Panel<br />
Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), han pronosticado<br />
que la temperatura media mundial de la superficie aumentará<br />
entre 1,4 °C y 5,8 °C de 1990 a 2100 y el nivel del mar subirá entre<br />
9 y 88 cm. El rendimiento de las cosechas varía considerablemente<br />
según la temperatura (figura 6) . El alza del nivel del mar se llevaría<br />
una importante porción de tierra. En un escenario medio, la<br />
pérdida sería del 11% de tierra en Bangladesh y del 6% en Vietnam