dé Ciencias, Bellas4i etras Nobles Arte - Real Academia de Córdoba
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El mundo <strong>de</strong> los seatkloS<br />
.Véase la diferencia <strong>de</strong> Góngorá cuando éste <strong>de</strong>scribe el nacimiento<br />
<strong>de</strong> una fuente en las «Soleda<strong>de</strong>s»:<br />
Centro apacible un círculo espacioso<br />
a más caminos que una estrella rayos,<br />
hacia, bien <strong>de</strong> pobos, bien <strong>de</strong> alisos,<br />
don<strong>de</strong> la Primavera,<br />
calzada abriles y vestida mayos—,<br />
centellas saca <strong>de</strong> cristal undoso<br />
a un pe<strong>de</strong>rnal orlado <strong>de</strong> narcisos ;(16),.<br />
Hemos visto cómo Mena invoca a Orfeo, inseguro <strong>de</strong> su propio<br />
valer. Es curiosa esta falta <strong>de</strong> confianza <strong>de</strong> 'Mena en sí mismo,<br />
en su propia obra y esa como justificación <strong>de</strong> su poco valer,<br />
ante los lectores. Y señalamos que es curioso todo ello, porque<br />
Mena repite a menudo invocaciones semejantes y su obra entera<br />
está plagada <strong>de</strong> ellas <strong>de</strong>l más vario estilo. Así, al empezar el<br />
«Laberinto», dice en los cuatro primeros versos <strong>de</strong> una octava: -<br />
Tú, ICaliope, me sey fauorable,<br />
dándome alas <strong>de</strong> don virtuoso,<br />
porque discurra por don<strong>de</strong> non oso;<br />
conbida mi lengua con algo que fable (1,7) . 1,<br />
Posteriormente, y en el mismo poema, tras narrar la historia<br />
<strong>de</strong>l con<strong>de</strong> <strong>de</strong> Niebla, con su trágica muerte frente a los muros<br />
<strong>de</strong> Gibraltar, escribe Mena esta estrofa:<br />
Las claras virtu<strong>de</strong>s, los fechos estremos,<br />
la biva vitoria que Mares otorga<br />
al con<strong>de</strong> bendito don Juan <strong>de</strong> Mayorga,<br />
razón non lo sufre que nos lo callemos;<br />
alge Fortuna sus pérfidos remos,<br />
Fama sus alas doradas leuante,<br />
porque la vida <strong>de</strong> aqueste se cante<br />
jamás por el modo que nos cantaremos (181 ;<br />
Unas octavas <strong>de</strong>spués, tras contar ahora la muerte <strong>de</strong>l mancebo<br />
Lorenzo` ~dos, dice Mena así:<br />
Si fe merecieren mis versos trobando,<br />
jamás en los siglos será muy perfeto<br />
el nonbre famoso <strong>de</strong> aquel buen eleto,<br />
que bien yo non puedo loar alabando (19).<br />
Hemos <strong>de</strong> señalar que algunas veces el poeta justifica esa<br />
falta <strong>de</strong> confianza en la bondad <strong>de</strong> su verso. Así, cuando en la<br />
última quintilla doble <strong>de</strong> «La Coronación» dice:<br />
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