dé Ciencias, Bellas4i etras Nobles Arte - Real Academia de Córdoba
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Juan <strong>de</strong> Mena y su, época 15<br />
una tienda, que colocó entre los dos reales ejércitos para im.<br />
pedir la batalla. En medio <strong>de</strong> los dos bandos, una mujer todo<br />
corazón, quería la paz y la concordia entre los suyos, sintiendo<br />
al par los contrarios estímulos <strong>de</strong> su posición como reina <strong>de</strong><br />
Aragón, su nativa condición <strong>de</strong> castellana y los lazos <strong>de</strong> sangre<br />
que le unían a su hermano el rey don Juan. El cronista pone en<br />
sus labios un largo discurso, en el que <strong>de</strong>cía que por la gracia<br />
<strong>de</strong> Dios se había escusado la batalla y no se había hecho ningún<br />
daño y no <strong>de</strong>bían <strong>de</strong> hacerse la guerra por ser <strong>de</strong>l mismo<br />
linaje y que las Cosas pasadas no tenían remedio, que se reunieran<br />
sin gentes <strong>de</strong> armas y las cosas serían asentadas sin<br />
costas ni daños <strong>de</strong> una y otra parte. Terminando su petición<br />
con lágrimas. El Rey le respondió con otro discurso en don<strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>claró que llevaría sus proposiciones a su, Consejo y daría contestación.<br />
El gesto noble y fraternal <strong>de</strong> doña María, evitó aquel<br />
día una batalla al parecer inevitable.<br />
El ejército aragonés se retiró, pero el castellano, fuerte, <strong>de</strong><br />
10.000 hombres <strong>de</strong> armas y 60.000 peones y jinetes penetró en<br />
Aragón al. mando <strong>de</strong>l con<strong>de</strong>stable talando y quemando, rindiéndosele<br />
`Monreal, Cet y Ariza, vengando así la entrada <strong>de</strong>l aragonés<br />
en Castilla y <strong>de</strong>jando guarnecida la frontera. U'n foco <strong>de</strong><br />
la guerra se forma en Extremadura, don<strong>de</strong> los infantes tenían<br />
villas y lugares, entre otros los castillos <strong>de</strong> Alburquerque y Trujillo,<br />
este último fué tornado por un acto <strong>de</strong> valor y osadía <strong>de</strong><br />
don Alvaro y el castillo <strong>de</strong> Alburquerque fué sitiado por el rey.<br />
Cerca <strong>de</strong> dos años permanecieron encastillados los infantes. En<br />
las vicisitu<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la guerra en Extremadura, el infante don Pedro<br />
cae prisionero en Alcántara <strong>de</strong>l almirante don Fadrique y<br />
<strong>de</strong>l a<strong>de</strong>lantado Pero Manrique. La madre <strong>de</strong> los infantes, la anciana<br />
con<strong>de</strong>sa <strong>de</strong> Alburquerque, doña Leonor, se hizo sospechosa<br />
y recibió or<strong>de</strong>n <strong>de</strong>l rey su yerno, <strong>de</strong> retirarse al monasterio<br />
<strong>de</strong> Santa Clara <strong>de</strong> Tor<strong>de</strong>sillas por las sospechas <strong>de</strong> que estaba<br />
en tratos con sus hijos y en continua intriga para que no perdieran<br />
sus estados ni haciendas, la con<strong>de</strong>sa no quería irse al<br />
monasterio, temiendo que si entraba no la <strong>de</strong>jarían salir, pero<br />
se vió obligada a ello y or<strong>de</strong>nar a los alcai<strong>de</strong>s <strong>de</strong> sus castillos<br />
<strong>de</strong> Tiendra, Urueña y iMontalbán que los entregaran al con<strong>de</strong>stable.<br />
Recurrió a su hija la reina <strong>de</strong> Portugal, y don Duarte envió<br />
una embajada al castellano pidiéndole que <strong>de</strong>jase salir a la<br />
suegra <strong>de</strong>l convento y le <strong>de</strong>volvieran sus bienes, don Juan contestó<br />
que sino quería estar en el monasterio nadie le obligaba<br />
a ello, que sus rentas se habían embargado porque se <strong>de</strong>cía que<br />
socorría con ellas a sus hijos los infantes, que su voluntad no<br />
era tomarle nada <strong>de</strong> lo suyo, sino honrarla como verda<strong>de</strong>ra madre,<br />
y que cuando saliese <strong>de</strong> Santa Clara, se le restituirían sus<br />
bienes. No sabemos cuál fué la actitud <strong>de</strong> doña María, cerca<br />
<strong>de</strong>l esposo, al ver a su madre semiencarcelada, sus bienes con-