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dé Ciencias, Bellas4i etras Nobles Arte - Real Academia de Córdoba

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-114<br />

Luisa Revueita y Revuelta<br />

que reclusa <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> su muro, y aunque gozaba <strong>de</strong> tiempo<br />

seguro, —quiso la muerte por saña <strong>de</strong> espada; —y mucha otra<br />

más por piezas tajada, —que quiere la muerte tomarla más tar<strong>de</strong>,<br />

—fuyendo, non fuye la muerte el cobar<strong>de</strong> —que más a los<br />

viles es siempre llegada».<br />

El Mena <strong>de</strong> sentido ascétic9o, el Mena moralista <strong>de</strong>sentraña<br />

estas tres fases <strong>de</strong> su <strong>de</strong>scripción heroica, como tres símbolos<br />

o modos <strong>de</strong> actuar <strong>de</strong>l propio individuo, como tres ejemplos que<br />

son dominio o fallo entre razón y mpluntad, es <strong>de</strong>cir <strong>de</strong> equilibrio<br />

moral o <strong>de</strong>sequilibrio o error, y el error consi<strong>de</strong>rado bien<br />

bajo el signo impulsivo, «Saña»; bien bajo el signo <strong>de</strong>presivo,<br />

l«Cobardía».<br />

Regidos por la razón, en su ámbito normal los hombres se<br />

mantienen en su ciudad; tras el muro- que es su fortaleza anímica,<br />

por ello es más escaso el número <strong>de</strong> elegidos. El segundo<br />

grupo, más numeroso que el anterior, termina con una muerte<br />

prematura que él mismo sale a buscar (signo <strong>de</strong> la guerra injusta<br />

consi<strong>de</strong>rado en proyección o sentido externo; signo <strong>de</strong><br />

pasión <strong>de</strong>senca<strong>de</strong>nada en proyección o sentido íntimo). Se ha<br />

salido es-te segundo sector <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n o armonía establecida; la<br />

razón ya no ha sido rectora sino regida por la apetencia <strong>de</strong>sembocada<br />

<strong>de</strong> la «sañosa Ira». Observaremos que Mena con claridad<br />

<strong>de</strong> jurista juzga la guerra <strong>de</strong> la morisma en el área peninsular<br />

como ilegítima «y aunque gozaba <strong>de</strong> tiempo seguro<br />

quiso la muerte por saña <strong>de</strong> espada»; y a la vez que es símbolo<br />

<strong>de</strong>l vencimiento individual <strong>de</strong> la razón por la pasión. El tercer<br />

grupo <strong>de</strong> .morisma es símbolo <strong>de</strong> los que inhibidos <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>beres,<br />

quieren alargar la vida y aunque lo consiguen la muerte es<br />

más cruel y no la excusa. Para este sector <strong>de</strong> la cobardía o inhibición<br />

la palabra <strong>de</strong> Mena siempre fué dura. Impresionante es<br />

otro pasaje <strong>de</strong> «Las Trescientas» en que se expresa inexorablemente<br />

contra los que <strong>de</strong>jan sin reprimir los <strong>de</strong>sór<strong>de</strong>nes que<br />

tes es dado corregir.<br />

El plano guerrero en Mena, el plano heróico, no es más que<br />

una exteriorización <strong>de</strong> la milicia ascética. Este es M,ena, en el<br />

<strong>de</strong>cir, en el pensar y en su actuar; por esto el comentario irónico<br />

<strong>de</strong> Lucena antes aludido «De gran ánimo te muestras mi<br />

Juan <strong>de</strong> Mena, que las armas tanto exaltas» es acaso una íntima<br />

comprensión <strong>de</strong> lo que parece más discor<strong>de</strong> en Mena, ágilmente<br />

interpretado por Lucena.<br />

Ya en la copla 27 <strong>de</strong>l Laberinto <strong>de</strong> Fortuna c ontempla el<br />

poeta la gran casa <strong>de</strong>l mundo, acompanado <strong>de</strong> la Provi<strong>de</strong>ncia;<br />

abierta <strong>de</strong> par en par su gran puerta que le sirve <strong>de</strong> entrada,<br />

«mas una cautela yace encubierta», que todos «los que entran<br />

en esta gran casa —han la salida dubdosa, non cierta» y no<br />

existe más secreto segúti nos explica el poeta que el ser cons-

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