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19.06.2013 Views

nueva vida. Arthur Machen regresa al “Pequeño pueblo” en los cuentos The Red Hand (La mano roja) y La pirámide de fuego. En el relato titulado El terror - escrito durante la época, de la Gran Guerra - trata de manera muy obvia la decadencia espiritual del hombre moderno y el posterior cuestionamiento de su supremacía por parte del reino animal, que se une para exterminarlo. Más sutil, y pasando del mero horror al genuino misticismo es The Great Return (EL gran retorno), una historia del Grial y también producto del período de guerra. Demasiado conocido para necesitar descripción es el cuento The Bowmen (Los Arqueros), que tomado como un hecho real, provocó la muy difundida leyenda de Los “Ángeles de Mons” - fantasmas de los viejos guerreros británicos de Crecy y Agincourt que, milagrosamente, pelearon en 1914 junto a las tropas inglesas en los campos de Francia. Menos intenso que Machen para delinear el horror puro, aunque infinitamente cercano a la idea de un mundo irreal que amenaza constantemente al nuestro es el talentoso y prolífico Algernon Blackwood, entre cuya voluminosa y desigual obra puede hallarse la mejor literatura espectral de ésta o de cualquier otra época. El genio de Blackwood es indiscutible, pues nadie se ha aproximado a la destreza, seriedad y minuciosa fidelidad con la que él registra los tonos de extrañeza en ámbitos y experiencias ordinarias, o la notable perspicacia con la que construye detalle por detalle todas las percepciones que llevan de la realidad hacia una vida o visión sobrenatural. Aunque no posee un dominio llamativo de la magia verbal, Blackwood es el absoluto e incuestionable maestro de la atmósfera fantástica; y puede sugerir toda una historia a partir de un 82 simple fragmento de descripción psicológica seco y conciso. Por encima de todos él comprende la pasión con que algunas mentes sensibles se aferran a vivir por siempre en los límites del sueño, y cuan relativa y endeble es la 82

diferencia entre las imágenes formadas a partir de objetos reales y aquellas excitadas por el juego de la imaginación. Las obras menores de Blackwood tienen varios defectos tales como el didactismo ético, ocasionales lapsos de fantasía insípida, la chatura de un sobrenaturalismo benigno, y el uso muy liberal de la jerga del “ocultismo” moderno. Una falla de sus esfuerzos más pretensiosos es la vaguedad y verborragia que resulta de un intento excesivamente elaborado por visualizar sensaciones concretas y matices de sugestión espectral, con la rémora de un estilo más bien llano y periodístico, carente de magia, color y vitalidad. Pero a pesar de todo eso, las obras mayores de Blackwood alcanzan un nivel genuinamente clásico, y evocan como ninguna otra cosa en literatura un sobrecogedor y convincente sentido de la inmanencia de extrañas entidades y esferas espirituales. La bien nutrida serie de volúmenes del señor Blackwood incluye novelas y cuentos, algunos de estos últimos con personajes en común. En primer lugar debe considerarse el relato Los sauces, en donde innombrables presencias acosan a un par de viajeros en las soledades de las islas del Danubio. Aquí, el arte y la rigurosidad en la narrativa llegan a su más alto desarrollo y producen una impresión perdurable y conmovedora sin un solo párrafo forzado y ni una falsa nota. Otro cuento sorprendente y poderoso, aunque menos artístico en su ejecución, es El Wendigo, dónde nos enfrentamos a la horrible evidencia de una colosal entidad de los bosques, acerca de la cual los lañadores del Norte hablan en voz baja al caer la noche. La manera en que ciertas huellas revelan hechos increíbles es un verdadero triunfo de destreza literaria. En An Episode in a Lodging House (Un episodio en una casa de huéspedes), observamos terribles visitaciones de los espacios exteriores invocadas por un hechicero, y The Listener describe un espantoso residuo psíquico merodeando en la casa en donde había muerto un leproso. En el volumen titulado Incredible 83

difer<strong>en</strong>cia <strong>en</strong>tre las imág<strong>en</strong>es formadas a partir de objetos reales y aquellas<br />

excitadas por el juego de la imaginación.<br />

Las obras m<strong>en</strong>ores de Blackwood ti<strong>en</strong><strong>en</strong> varios defectos tales <strong>com</strong>o<br />

el didactismo ético, ocasionales lapsos de fantasía insípida, la chatura de un<br />

sobr<strong>en</strong>aturalismo b<strong>en</strong>igno, y el uso muy liberal de la jerga del “ocultismo”<br />

moderno. Una falla de sus esfuerzos más pret<strong>en</strong>siosos es la vaguedad y<br />

verborragia que resulta de un int<strong>en</strong>to excesivam<strong>en</strong>te elaborado por<br />

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vitalidad. Pero a pesar de todo eso, las obras mayores de Blackwood<br />

alcanzan un nivel g<strong>en</strong>uinam<strong>en</strong>te clásico, y evocan <strong>com</strong>o ninguna otra cosa<br />

<strong>en</strong> literatura un sobrecogedor y convinc<strong>en</strong>te s<strong>en</strong>tido de la inman<strong>en</strong>cia de<br />

extrañas <strong>en</strong>tidades y esferas espirituales.<br />

La bi<strong>en</strong> nutrida serie de volúm<strong>en</strong>es del señor Blackwood incluye<br />

novelas y <strong>cu<strong>en</strong>tos</strong>, algunos de estos últimos con personajes <strong>en</strong> <strong>com</strong>ún.<br />

En primer lugar debe considerarse el relato Los sauces, <strong>en</strong> donde<br />

innombrables pres<strong>en</strong>cias acosan a un par de viajeros <strong>en</strong> las soledades de las<br />

islas del Danubio. Aquí, el arte y la rigurosidad <strong>en</strong> la narrativa llegan a su<br />

más alto desarrollo y produc<strong>en</strong> una impresión perdurable y conmovedora<br />

sin un solo párrafo forzado y ni una falsa nota. Otro cu<strong>en</strong>to sorpr<strong>en</strong>d<strong>en</strong>te y<br />

poderoso, aunque m<strong>en</strong>os artístico <strong>en</strong> su ejecución, es El W<strong>en</strong>digo, dónde<br />

nos <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tamos a la horrible evid<strong>en</strong>cia de una colosal <strong>en</strong>tidad de los<br />

bosques, acerca de la cual los lañadores del Norte hablan <strong>en</strong> voz baja al<br />

caer la noche. La manera <strong>en</strong> que ciertas huellas revelan hechos increíbles es<br />

un verdadero triunfo de destreza literaria. En An Episode in a Lodging<br />

House (Un episodio <strong>en</strong> una casa de huéspedes), observamos terribles<br />

visitaciones de los espacios exteriores invocadas por un hechicero, y The<br />

List<strong>en</strong>er describe un espantoso residuo psíquico merodeando <strong>en</strong> la casa <strong>en</strong><br />

donde había muerto un leproso. En el volum<strong>en</strong> titulado Incredible<br />

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