19.06.2013 Views

H. P. Lovecraft = Lovecraftiana 3 - cuentos en ... - GutenScape.com

H. P. Lovecraft = Lovecraftiana 3 - cuentos en ... - GutenScape.com

H. P. Lovecraft = Lovecraftiana 3 - cuentos en ... - GutenScape.com

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

al arcaico Nod<strong>en</strong>s. Pero ahora veía que la excelsa Kadath, <strong>en</strong> el c<strong>en</strong>tro de la<br />

inm<strong>en</strong>sidad fría, estaba cercada por oscuras maravillas e innominados<br />

c<strong>en</strong>tinelas, y que los Dioses Otros vigilan at<strong>en</strong>tam<strong>en</strong>te a los b<strong>en</strong>évolos y<br />

tolerantes dioses terrestres. Pese a carecer de poderío sobre gules y<br />

alimañas descarnadas, las desalmadas y amorfas blasfemias de los espacios<br />

exteriores pued<strong>en</strong>, sin embargo, imponerse a ellos cuando llega el<br />

mom<strong>en</strong>to. Por consigui<strong>en</strong>te, no fue con las prerrogativas de libre y<br />

poderoso señor de soñadores <strong>com</strong>o Randolph Carter llegó al salón del trono<br />

de los Grandes Dioses con su séquito de gules. Arrastrado <strong>en</strong> caótica<br />

confusión por tempestuosos torbellinos cósmicos, y acosado por los<br />

horrores invisibles de la inm<strong>en</strong>sidad boreal, el ejército <strong>en</strong>tero flotó cautivo<br />

e impot<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la cárd<strong>en</strong>a p<strong>en</strong>umbra, hasta que se derrumbó <strong>en</strong> el suelo de<br />

ónice cuando, obedeci<strong>en</strong>do a una ord<strong>en</strong> muda, los vi<strong>en</strong>tos del terror e<br />

disiparon.<br />

Randolph Carter no llegó ante ningún dorado dosel ni vio allí<br />

círculo alguno de augustos seres nimbados de rasgados ojos, largas orejas,<br />

fina nariz y barbilla puntiaguda, cuyo parecido con el rostro esculpido de<br />

Ngranek pudiera señalarles <strong>com</strong>o Aquellos a qui<strong>en</strong>es debía dirigir sus<br />

plegarias. Aparte de aquella habitación solitaria de lo alto de la torre, el<br />

castillo de ónice que dominaba Kadath estaba totalm<strong>en</strong>te a oscuras, y sus<br />

moradores no estaban allí. Carter había llegado a la desconocida Kadath de<br />

la inm<strong>en</strong>sidad fría, pero no había <strong>en</strong>contrado a los dioses. Sin embargo, la<br />

desmayada luz brillaba <strong>en</strong> aquella habitación de la torre de dim<strong>en</strong>siones<br />

inm<strong>en</strong>sas, cuyos muros y techo casi se perdían de vista <strong>en</strong> las brumas de la<br />

distancia. Era evid<strong>en</strong>te que los dioses terrestres no estaban allí, pero de<br />

algún modo se percibían ciertas pres<strong>en</strong>cias m<strong>en</strong>os visibles: allí donde están<br />

aus<strong>en</strong>tes los dioses b<strong>en</strong>ignos de la Tierra, los Dioses Otros no dejan de<br />

t<strong>en</strong>er repres<strong>en</strong>tación. Y ciertam<strong>en</strong>te el castillo de los castillos de ónice<br />

estaba muy lejos de hallarse deshabitado. Carter no podía ni figurarse qué<br />

620

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!