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H. P. Lovecraft = Lovecraftiana 3 - cuentos en ... - GutenScape.com

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v<strong>en</strong>tanas o del camino serp<strong>en</strong>teante de la derecha. Una lluvia de extrañas<br />

jabalinas cayó sobre la galera cuando su proa tocó el muelle, matando a dos<br />

gules e hiri<strong>en</strong>do ligeram<strong>en</strong>te a otro; pero <strong>en</strong> ese mom<strong>en</strong>to se abrieron todas<br />

las escotillas de par <strong>en</strong> par, y exhalaron una nube negra de aleteantes<br />

alimañas descarnadas que se lanzaron sobre el poblado <strong>com</strong>o un <strong>en</strong>jambre<br />

de gigantescos murciélagos astados.<br />

Las gelatinosas bestias lunares se habían armado de grandes<br />

pértigas y trataban de alejar el barco invasor, pero cuando las descarnadas<br />

alimañas de la noche cayeron sobre ellas, no p<strong>en</strong>saron más <strong>en</strong> eso. Fue un<br />

espectáculo sobrecogedor ver cómo se divertían aquellos seres gomosos y<br />

sin rostro, y era trem<strong>en</strong>dam<strong>en</strong>te impresionante contemplar cómo la espesa<br />

nube que formaban se desparramaba por el pueblo y sobre la sinuosa<br />

carretera que se perdía <strong>en</strong> las alturas. A veces, un grupo de estos negros<br />

seres voladores dejaba caer por error a su voluminoso prisionero lunar<br />

desde una altura <strong>en</strong>orme, y la forma conque rev<strong>en</strong>taba al chocar contra el<br />

suelo era de lo más desagradable para la vista y el olfato. Cuando la última<br />

alimaña descarnada hubo abandonado el barco, los jefes dieron ord<strong>en</strong> de<br />

alejarse, y los remeros iniciaron una boga sil<strong>en</strong>ciosa, sali<strong>en</strong>do del puerto<br />

<strong>en</strong>tre los grises cabos, mi<strong>en</strong>tras <strong>en</strong> el pueblo continuaba el caos de la<br />

batalla.<br />

El gul Pickman concedió a las descarnadas alimañas varias horas<br />

para que sus rudim<strong>en</strong>tarios <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dimi<strong>en</strong>tos desecharan todo temor a volar<br />

sobre el agua y mantuvo la galera a una milla de la costa desgarrada,<br />

curando las heridas de los gules alcanzados por las jabalinas. Cayó la<br />

noche, y el crepúsculo gris dio paso a la <strong>en</strong>fermiza fosforesc<strong>en</strong>cia de las<br />

nubes bajas; y durante todo este tiempo los jefes no apartaron la vista de los<br />

elevados picos de aquel peñón maldito, por si veían volar a las descarnadas<br />

alimañas de la noche. Hacia el amanecer se vio revolotear tímidam<strong>en</strong>te una<br />

mancha oscura por <strong>en</strong>cima del pico más alto, y poco después la mancha se<br />

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