19.06.2013 Views

H. P. Lovecraft = Lovecraftiana 3 - cuentos en ... - GutenScape.com

H. P. Lovecraft = Lovecraftiana 3 - cuentos en ... - GutenScape.com

H. P. Lovecraft = Lovecraftiana 3 - cuentos en ... - GutenScape.com

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

peluca ni yelmo. Los misteriosos pobladores de L<strong>en</strong>g no eran sino los<br />

mismísimos repugnantes mercaderes de las negras galeras que v<strong>en</strong>dían<br />

rubíes <strong>en</strong> Dylath-Le<strong>en</strong>. ¡Los mercaderes semihumanos, esclavos de las<br />

<strong>en</strong>tidades lunares con cuerpo de sapo! Eran, sin lugar a dudas, los mismos<br />

seres que habían capturado a Carter, hacía ya mucho tiempo, llevándoselo<br />

<strong>en</strong> su pestil<strong>en</strong>te galera; los mismos que él había visto conducir <strong>en</strong> manadas<br />

por los sucios muelles de aquella execrable ciudad lunar, donde los más<br />

flacos trabajaban y los más cebados eran transportados <strong>en</strong> grandes canastas<br />

para satisfacer otras necesidades de sus amos poliposos y amorfos. Ahora<br />

veía claro de dónde procedían aquellas criaturas ambiguas; y se estremeció<br />

ante el p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to de que sin duda, la meseta de L<strong>en</strong>g era conocida de<br />

antiguo por las abominaciones de cuerpo de sapo que habitan <strong>en</strong> la luna.<br />

Pero el shantak siguió volando y dejó atrás las hogueras, las<br />

construcciones de piedra y los danzantes no <strong>en</strong>teram<strong>en</strong>te humanos, y se<br />

elevó por <strong>en</strong>cima de los estériles montes de granito gris de las sombrías<br />

inm<strong>en</strong>sidades de rocas, hielo y nieve. Llegó el día, y la fosforesc<strong>en</strong>cia de<br />

las nubes cedió ante la luz difusa de aquel mundo sept<strong>en</strong>trional; y el infame<br />

pájaro aún siguió volando con determinación, rodeado de frío y de sil<strong>en</strong>cio.<br />

A veces, el hombre de los ojos oblicuos hablaba a su montura <strong>en</strong> una<br />

abominable l<strong>en</strong>gua gutural, y el shantak contestaba con un sonido chirriante<br />

y rasposo <strong>com</strong>o si arañara contra un suelo de cristal. Durante todo este<br />

tiempo, el terr<strong>en</strong>o fue haciéndose más elevado, y finalm<strong>en</strong>te, llegaron a una<br />

meseta barrida por el vi<strong>en</strong>to, que parecía el mismo techo de un mundo<br />

agonizante y olvidado. Allí, <strong>en</strong> la quietud, <strong>en</strong> el crepúsculo, <strong>en</strong> el frío, se<br />

alzaban solitarios los toscos sillares de un edificio ancho, macizo y sin<br />

v<strong>en</strong>tanas rodeado de un círculo de rudos monolitos. En la disposición de<br />

aquellos elem<strong>en</strong>tos no había nada humano, y Carter dedujo por ciertas<br />

refer<strong>en</strong>cias que habían llegado al más espantoso y leg<strong>en</strong>dario de los<br />

lugares: al remoto y prehistórico monasterio donde vive solitario el Gran<br />

582

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!