H. P. Lovecraft = Lovecraftiana 3 - cuentos en ... - GutenScape.com

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tras de sí y vio venir al achaparrado mercader de ojos oblicuos y mala fama, a horcajadas sobre un escuálido yak, a la cabeza de una borda repugnante de torvos shantaks cuyas alas aún se veían sucias del barro y el salitre de los pozos inferiores. Aunque atrapado por las fabulosas pesadillas hipocéfalas y aladas que formaban a su alrededor un círculo diabólico, Randolph Carter no llegó a desmayarse. Aquellas quimeras espantosas se erguían gigantescas por encima de él. El mercader de ojos oblicuos desmontó de su yak y se plantó delante del prisionero con una sonrisa burlona. Entonces le hizo una seña para que subiera a lomos de uno de aquellos repugnantes shantaks; y le ayudó, al ver que trataba de vencer su repugnancia. Difícil resultó la tarea de subir, porque los pájaros shantaks, en vez de plumas, tienen escamas muy resbaladizas. Cuando Carter se hubo acomodado, el hombre de los ojos oblicuos saltó tras él, dejando que uno de los increíbles colosos voladores se llevara a su escuálido yak hacia el norte, en dirección al círculo de montañas esculpidas. Lo que siguió fue un espantoso torbellino a través del espacio glacial. Hacia el este, volaron sin descanso en dirección a los desnudos flancos grises de aquellos picos infranqueables, tras los cuales dicen que se encuentra la meseta de Leng. Se elevaron muy por encima de las nubes, hasta que Carter vio por debajo de ellos las legendarias cumbres que las gentes de Inquanok jamás han contemplado, envueltas siempre en altísimos velos de niebla resplandeciente. Y las fue viendo desfilar con toda nitidez, y en lo más alto de sus picos descubrió unas cavernas que le recordaron las del monte Ngranek; pero renunció a hacer preguntas a su apresor, al darse cuenta de que estos parajes provocaban un miedo singular, tanto en él como en el hipocéfalo shantak, el cual voló nerviosamente, preso de una tensión extrema, hasta que las dejaron muy atrás. El shantak descendió entonces, y bajo un dosel de nubes apareció 580
una llanura gris y yerma donde se veían arder fuegos muy diseminados. Al bajar, pudieron descubrir de cuando en cuando alguna casita solitaria, de granito, y poblados de negra piedra cuyas minúsculas ventanas brillaban con pálida luz. Y de estas casas de campo y de estos poblados se elevaban unos sones agudos de flautas y horribles ritmos de crótalos, lo que corroboró inmediatamente la exactitud de los rumores que corrían entre las gentes de Inquanok. Los viajeros han escuchado tales ruidos y saben que provienen únicamente de esa región desierta y fría que las gentes sensatas jamás visitarán, de ese siniestro lugar de maldad y misterio que es la meseta de Leng. Unas formas oscuras danzaban alrededor de las débiles hogueras, y Carter sintió curiosidad por averiguar qué clase de criaturas podían ser aquellas; las gentes normales no han estado nunca en Leng, y sólo han podido verse de lejos el resplandor de sus hogueras y sus casas de piedra. Aquellas formas saltaban con lentitud y torpeza, y se retorcían en contorsiones y movimientos sumamente desagradables de presenciar; así que Carter no se extrañó ya de la monstruosa perversidad que les atribuían las vagas leyendas, ni del miedo que suscitaban en todo el país de los sueños esta meseta helada y detestable. Al volar más bajo el shantak, la repugnancia que le inspiraban los danzantes se tiñó de cierta perversa familiaridad. El prisionero clavó los ojos en ellos y buscó en su atormentada memoria la clave que le indicara dónde había visto anteriormente parecidas criaturas. Brincaban como si tuvieran pezuñas en lugar de pies, y parecían llevar una especie de peluca o yelmo provisto de cuernos pequeños. No llevaban encima nada más, aunque su cuerpo estaba casi completamente cubierto de pelo. Tenían un rabo diminuto y, cuando miraron hacia arriba, Carter observó la excesiva anchura de sus bocas. Entonces recordó qué eran y por qué lo que llevaban en la cabeza no podía ser a fin de cuentas ni 581
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Lovecraftiana ~ 3 ~
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de las cadenas de la rutina diaria
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atracción por lo maravilloso, ento
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lector un profundo sentimiento de i
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perseguían unos objetivos más o m
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las antiguas baladas, tales como el
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ejemplo de la riqueza de las fuente
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espeluznantes y toda una galería d
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para infundir al paisaje y los inci
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con lo absurdo. La escuela gótica
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quien le confiesa haber asesinado a
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5. EL LEGADO DE LA NOVELA GÓTlCA M
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como fue desarrollado por la imagin
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Washington Irving es otro famoso es
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efectiva, y mantiene el interés gr
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sugiere que él es un espíritu dia
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cumplir con su odioso deber y le qu
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enigmática y ciclópea arquitectur
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Algunos consideran este cuento como
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pudieron haberlo superado en alguno
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los horrores de esa parodia colorin
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cabalgar del loco sobre el gran cor
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fallas están totalmente eclipsadas
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técnicamente perfecta de la litera
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tema que aparece, incidentalmente,
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como la casa de Usher de Poe, aunqu
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destacado en el acervo de la litera
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horribles: “en el espeso polvo qu
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uno de los más tremendos cuentos d
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impacto de la tragedia espectral en
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Ashton Smith, cuyos bizarros dibujo
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Estaba marchito, arrugado y la expr
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(El viento en el pórtico), con su
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anochecer) y Others who returned (O
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aun´que al final la novela declina
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Dupin y Sherlock Holmes y pariente
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modernos, por su perfecta consisten
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osques de una manera inexplicable.
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lanco resplandor, centro y origen d
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temperatura, han transformado accid
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diferencia entre las imágenes form
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hombre lobo, pero está debilitado
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pedestales. Se les menciona haber v
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peso de las tradiciones, James prov
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otro muerto con el rostro chupado h
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una grotesca escultura adquiere cur
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leyes naturales, de la alienación
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episodios completos-, conservando e
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la extraña realidad de lo irreal.
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simpatía, ya que su sola presencia
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conversación tenía lugar por la n
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entender que no pensaba volver a ve
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sentado flácido e inmóvil. - Cre
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prisa. Pero el viejo se levantó d
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- Yo te acompañaré, chico - dijo
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llegaban a captar, y reaccionaba ex
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adentrábamos, más sombrío se vol
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En su voz había una nota de amenaz
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exclamé. - No pensarás que los Po
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- Dígale que le facilite ese libro
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por ayudar a mi alumno. - Si hubies
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entre sombrías colinas. Pero aunqu
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posesión de la solitaria granja de
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Era una masa amorfa, increíble, pa
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Ya no quedaba nadie: mamá, el abue
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severas como recordaba que había s
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Dunwich. Se dirigió a la habitaci
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abrió con un chirrido. Alzó la l
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ululares de gargantas muy distintas
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- Ahora, si me traes una silla, me
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en Dunwich lo oyó, pero nadie fue
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que había estado allí - a excepci
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fuertes jóvenes para efectuar la d
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Miró algunas otras cartas - factur
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habitación de la tía Sarah se hab
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en los ojos de Tobías. Abner leyó
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Un ser en el que todas esas caracte
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diferencia en el color de la tinta,
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aún su pie!» «Lunes. Esta vez Ho
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algún apartado relacionado con Dun
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ecientes sucesos. Sin embargo, por
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derivaban los hechos que se present
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oídos. Se alejó de la pared. Casi
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lo tenía delante de sí - había s
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anotaciones de Luther Whateley. A e
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evolución era demasiado lenta para
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los siglos - y, al fin, la herencia
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perdidas aun para las leyendas. Hab
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que Ull quedó solo con la extranje
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Eran muy viejas, de bloques arcillo
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HONGOS DE YUGGOTH Poemas de horror
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AZATHOTH El demonio me llevó por e
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Parks, su viejo criado, que murió
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niño? Esa historia era tan insensa
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ataúd que no marcaba ninguna hora
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mano esculpida sobre la clave del a
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los rayos del sol poniente, y qué
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donde se aceptan como cosa corrient
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de ESE que guiará al temerario, m
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lenguaje ni emitir un solo sonido.
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»Carter vio entonces que había un
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y proyectada, puede hacer que un pe
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multitud de puertas, en algunas de
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contemplase el conglomerado resulta
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placentero, sino que te sumerges co
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emontarse a la inalcanzable infinit
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identificado consigo mismo. Poco a
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transgalácticas; y sentía una cur
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le miraban absortos. Aspinwall pret
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otros muchos símbolos que los hech
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»No ignoraba los peligros de la em
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los billones de kilómetros que Ran
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herencia, y supo con cuánta valent
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escuchando a este loco, a este impo
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parecía impresionarle en absoluto.
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acurrucó en una postura muy poco h
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EL ABISMO EN EL TIEMPO H. P. Lovecr
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aparecidos en las revistas de psico
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parecía incluir tanto retazos de c
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cuerpo de su marido. Obtuvo el divo
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disminución de mi interés y a ins
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Capítulo II Mi reincorporación a
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o a alguno de los psicólogos de co
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ecientes casos de amnesia, formaban
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No había sillas, pero las superfic
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vegetación oscilando sobre sendero
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conteniendo de inmediato su cualida
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correcciones del alemán, pero sin
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ilustraciones que contenían los an
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especto a sus épocas propias y nat
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mundo eones distante, quedaban tan
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Dentro de los sueños, parecía que
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coches en forma. de barco. Dejé de
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mi propia época. Al despertar, rec
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antiguo. Posteriormente, cuando se
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laberintodontes, plesiosaurios, etc
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la mayoría de las instituciones en
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vinieron cruzando el espacio desde
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Las proyecciones mentales a través
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preparado para recibir una prueba t
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Entonces conocí al doctor Boyle, q
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De lo que ocurrió después de reci
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ventanas redondas. Cuanto más hond
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hacia el campamento. Fue un gesto d
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las dunas con una forma nueva y poc
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posible lo que pareció suceder dur
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la mayoría de aquellos bloques est
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mi paso. Saqué la linterna y lanc
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sus bajorrelieves. El influjo de la
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hueco interior de un desconocido pl
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pasaje me eran conocidos, y en múl
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ocupar sus profundidades. Más tard
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pasadas tensiones geológicas que n
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coherente. ¿Porque acaso esta expe
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evocación de pesadillas agobiantes
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arenosos y tiré de ella hacia mí
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Empuñando la linterna y con la omi
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en una serie ensordecedora de atron
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tangible oscuridad. Según lo que p
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cuerpo entre sueños durante kilóm
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LOS AMADOS MUERTOS H. P. Lovecraft
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hurtarme a sus cáusticas condenas
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eemplazarlo por la carga, infinitam
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subrepticiamente por las tenebrosas
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puñado de casas ocupadas, aunque e
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idólatras plegarias debían haber
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encontraría en el cementerio donde
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miraba a la infame Casa del Pirata,
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oscuridad. Creí ver tres ojos llam
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ilegible losa, y había hecho un co
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lo largo de siglos, ¿por qué iba
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muy poca cosa de lo que ocurrió ba
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científicamente indescriptible. Ad
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vieja y maldita que teníamos allí
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ante la cual se encontraba permanec
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habitaciones traseras situadas unos
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abandonado. Cuanto más lo contempl
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La iglesia se encontraba en un avan
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se cerraron de golpe, y una mujer g
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horror, ya que los títulos de aque
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pintada de negro, casi enteramente
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la luz. Rehuye la luz suave y desap
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través de ella; algo que le seguir
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iluminación de las calles constitu
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haberse establecido entre él y aqu
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y haciendo anotaciones horribles en
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caído era la celosía de la ventan
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escribiendo frenéticamente hasta e
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grandes precauciones. Tan extraños
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hombre no se rió, simplemente escu
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aquellos dos pobres hombres fueron
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fiebre, o si fue la fiebre la causa
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Tras de lo cual trazó aquellas fig
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investigar lo que había de trás d
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confusos sonidos, abismos cuyas pro
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Gilman no informó de su fiebre al
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determinada pudieran soportar la en
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entregarse a ritos y actos indecibl
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visibles, y Gilman tenía la sensac
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sueños. También se movían las al
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cosas de loco... Tenía que dejar d
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cabo de un rato se le nubló la vis
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unión con la soñada balaustrada.
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pero debía de ir calzado, pues cua
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a murmurar, pero suponía que sus i
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pero, aun así, ésta quedaba domin
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ausentado de él. Paul Choynski cre
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emoto de la historia de la Tierra.
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pisadas y manchas de barro, que, cu
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y hundiéndose en el barro de color
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Y, entonces, su febril y anormal se
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cómo afectaría la vista del objet
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profundidades desconocidas. joe Maz
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que parecía una rata de gran tama
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de limpiar hasta que le llegó a la
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huesos descansaba un gran cuchillo
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ecordar. Hubo una guerra y, tras el
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Con el paso de los años, la suerte
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muchas lenguas y carácteres, pero
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EL SUPERVIVIENTE H. P. Lovecraft &
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figura sepulcral aparecía a la hor
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los ojos. Pero de esto no quiso hab
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como algunos otros reptiles de esta
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especto a la existencia de una señ
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sus patas traseras, lo vistes con r
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En la casa descubrí un retrato. Pe
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cegaba parcialmente. Tan sólo veí
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extrañas anotaciones demostraban c
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sino una simple libreta, porque las
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parentesco con antepasados saurios
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operaciones y otras prácticas tan
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Sentado allí en la oscuridad, me s
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había vuelto tan denso que tuve qu
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siquiera yo tuve plena conciencia d
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algo que me era desconocido. Quizá
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pasado una semana cuando ocurrió u
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II Fue el gato, en realidad, el que
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Crípticos de Hsan, De Vermis Myste
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tentáculos, que parecían a primer
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Escalones que descendían al negro
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similitud, que resultaba inquietant
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del halcón así lo indicaba. Todos
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de la tierra sobre su eje. Y de no
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Cuando despertó por tercera vez si
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En las oquedades de ese bosque enma
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frecuente verlos en los picos de la
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pintorescas fachadas, con sus innum
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constituían los signos inequívoco
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Se asomó al balcón de su dormitor
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vigor para que fuese cosa normal; c
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cínicamente. Luego sacó a su vez
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sentaron juntos bajo la tienda y co
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fetidez de la ciudad se hizo aún m
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dejaron solo allí, apenas le queda
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ellos se cernía el aura de esa pro
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las montañas lunares, Nyarlathotep
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fondos de aquel lugar, lo que repug
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encontró a nadie que hubiera subid
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El camino subía ahora cuesta arrib
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desde los tiempos más remotos, aca
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Page 531 and 532: Tierra la habían modelado, sino qu
Page 533 and 534: una mano invisible le sustraía fur
Page 535 and 536: desaparecer tras los Picos de Throk
Page 537 and 538: sacudió la escala desde abajo. A u
Page 539 and 540: los gules terrestres con el bosque
Page 541 and 542: gugos. A la derecha de la abertura
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Page 549 and 550: Así pues, Randolph Carter se desli
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espacio exterior, palpando y araña
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oscuras nebulosas y las nebulosas s
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A TRAVÉS DE LA PUERTA DE LA LLAVE
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