19.06.2013 Views

H. P. Lovecraft = Lovecraftiana 3 - cuentos en ... - GutenScape.com

H. P. Lovecraft = Lovecraftiana 3 - cuentos en ... - GutenScape.com

H. P. Lovecraft = Lovecraftiana 3 - cuentos en ... - GutenScape.com

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

paredes de la izquierda y el desfiladero se volvió a estrechar formando una<br />

especie de callejón; y el viajero siguió corri<strong>en</strong>do <strong>en</strong> persecución del yak,<br />

cuyas huellas profundas ponían de manifiesto lo desesperado de su huida.<br />

Por un mom<strong>en</strong>to, le pareció oír el desesperado patear del animal y,<br />

por esta señal, redobló su esfuerzo <strong>en</strong> la carrera. Así recorrió varias millas;<br />

y poco a poco, el camino se fue <strong>en</strong>sanchando, hasta que consideró que no<br />

tardaría mucho <strong>en</strong> desembocar <strong>en</strong> el frío y espantoso desierto del norte. Los<br />

flancos desnudos y grises de los infranqueables picos lejanos se hicieron<br />

visibles de nuevo por <strong>en</strong>cima de los roquedales de la derecha, y fr<strong>en</strong>te a él<br />

aparecieron los peñascos y farallones de un espacio abierto, evid<strong>en</strong>te<br />

antesala de la t<strong>en</strong>ebrosa e ilimitada planicie. Otra vez llegó hasta sus oídos<br />

el furioso patear de la tierra, y con más claridad que la anterior. Pero ahora,<br />

<strong>en</strong> vez de animarle, le causó auténtico terror, porque se dio cu<strong>en</strong>ta que no<br />

eran pisadas de yak. Aquella manera de patear era despiadada, deliberada y,<br />

además, sonaba detrás de él.<br />

La persecución del yak se convirtió para Carter <strong>en</strong> huida de un ser<br />

invisible; porque, aunque no se atrevía a mirar hacia atrás, s<strong>en</strong>tía que la<br />

pres<strong>en</strong>cia que v<strong>en</strong>ía tras él no t<strong>en</strong>ía nada de normal o de definible. Su yak<br />

debió haberla oído o pres<strong>en</strong>tido antes, y Carter prefirió no preguntarse si<br />

aquello le v<strong>en</strong>dría sigui<strong>en</strong>do desde que saliera de la tierra de los hombres, o<br />

habría surgido tras él <strong>en</strong> el pozo negro de la cantera. Entretanto, las paredes<br />

rocosas habían quedado atrás, así que la noche inmin<strong>en</strong>te se precipitó sobre<br />

una inm<strong>en</strong>sa ext<strong>en</strong>sión de ar<strong>en</strong>a y rocas espectrales donde se perdían todos<br />

los s<strong>en</strong>deros. No pudo <strong>en</strong>contrar las huellas del yak, pero tras él siguió<br />

oy<strong>en</strong>do aquel detestable patear, a<strong>com</strong>pañado de cuando <strong>en</strong> cuando por lo<br />

que a él se le figuraba un gigantesco aleteo nervioso. Se dio cu<strong>en</strong>ta con<br />

desazón de que iba perdi<strong>en</strong>do terr<strong>en</strong>o y de que se había extraviado <strong>en</strong> aquel<br />

desierto de rocas impasibles y ar<strong>en</strong>as jamás holladas. Únicam<strong>en</strong>te aquellos<br />

remotos e infranqueables picos de su derecha le servían de punto de<br />

578

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!