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H. P. Lovecraft = Lovecraftiana 3 - cuentos en ... - GutenScape.com

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<strong>com</strong>pleta).<br />

Al día sigui<strong>en</strong>te, Carter alquiló un yak, dici<strong>en</strong>do que deseaba<br />

reconocerlas distintas minas y visitar las granjas dispersas y los lejanos<br />

pueblecitos de ónice del país de Inquanok, y ll<strong>en</strong>ó hasta arriba las <strong>en</strong>ormes<br />

alforjas de cuero, dispuesto a empr<strong>en</strong>der el viaje. Una vez franqueada la<br />

Puerta de las Caravanas, la carretera seguía recta <strong>en</strong>tre campos cultivados y<br />

multitud de extrañas casitas de campo rematadas por cúpulas aplastadas. El<br />

explorador se detuvo <strong>en</strong> algunas de ellas a preguntar; y una de las veces dio<br />

con un anfitrión tan adusto y reservado, de una majestuosidad y unos<br />

rasgos tan asombrosam<strong>en</strong>te parecidos a los del rostro del Ngranek, que <strong>en</strong><br />

el mismo mom<strong>en</strong>to <strong>en</strong> que lo vio tuvo por cierto que había llegado ante la<br />

pres<strong>en</strong>cia de uno de los Grandes Dioses <strong>en</strong> persona; al m<strong>en</strong>os, ante algui<strong>en</strong><br />

por cuyas v<strong>en</strong>as corrían nueve décimas partes de sangre divina, aunque<br />

viviera <strong>en</strong>tre los hombres. Y al dirigirse a aquel adusto y reservado<br />

campesino, tuvo mucho cuidado <strong>en</strong> hablar bi<strong>en</strong> de los dioses y <strong>en</strong> agradecer<br />

todos los favores que siempre le habían concedido.<br />

Aquella noche acampó Carter <strong>en</strong> un prado contiguo a la carretera,<br />

bajo un árbol lygath, a cuyo tronco ató el yak, y por la mañana reanudó su<br />

peregrinaje hacia el norte. A eso de las diez de la mañana llegó al pueblo de<br />

Urg, de pequeñas cúpulas, donde suel<strong>en</strong> pararse a descansar los traficantes<br />

y los mineros de ónice, y se cu<strong>en</strong>tan sus incid<strong>en</strong>cias. Allí se detuvo también<br />

Carter, y dio una vuelta por las tabernas hasta el mediodía. En Urg es<br />

donde la gran ruta de las caravanas tuerce hacia el oeste <strong>en</strong> dirección a<br />

Selarn, pero Carter continuó hacia el norte por la ruta de las canteras.<br />

Durante toda la tarde estuvo viajando por aquella s<strong>en</strong>da asc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>te, algo<br />

más estrecha que la gran calzada, que atravesaba una región <strong>en</strong> la que ya se<br />

veían más rocas que campos cultivados. Y al anochecer, las lomas de la<br />

izquierda se habían convertido ya <strong>en</strong> negros peñascos de considerable<br />

elevación, y Carter <strong>com</strong>pr<strong>en</strong>dió que estaba muy cerca de la cu<strong>en</strong>ca minera.<br />

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