19.06.2013 Views

H. P. Lovecraft = Lovecraftiana 3 - cuentos en ... - GutenScape.com

H. P. Lovecraft = Lovecraftiana 3 - cuentos en ... - GutenScape.com

H. P. Lovecraft = Lovecraftiana 3 - cuentos en ... - GutenScape.com

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Aún no había empezado a anochecer, cuando el oscuro barco atracó<br />

aun muelle de piedra, y todos los marineros y mercaderes bajaron y<br />

p<strong>en</strong>etraron <strong>en</strong> la ciudad por el pórtico de elevado arco. Las calles de la<br />

ciudad estaban pavim<strong>en</strong>tadas de ónice, y unas eran amplias y rectas, y otras<br />

tortuosas y estrechas. Las casas de junto al mar eran más bajas que el resto,<br />

y sobre los arcos de sus puertas singulares había ciertos signos de oro <strong>en</strong><br />

honor, al parecer, de los dioses familiares que las favorecían. El capitán del<br />

barco llevó a Carter a una vieja taberna donde se contrataban marineros de<br />

países exóticos, y le prometió que al día sigui<strong>en</strong>te le mostraría los <strong>en</strong>cantos<br />

de la ciudad crepuscular, y le llevaría a la taberna que frecu<strong>en</strong>taban los<br />

mineros, <strong>en</strong> las proximidades de la muralla norte. Y cayó la noche, y se<br />

<strong>en</strong>c<strong>en</strong>dieron las lamparillas de bronce; y los marineros de aquella taberna<br />

<strong>en</strong>tonaron canciones de remotos lugares. Pero cuando el tañido de la gran<br />

campana del más alto campanario vibró por toda la ciudad, y se elevó <strong>en</strong><br />

misteriosa respuesta el sonde los cuernos y las violas a<strong>com</strong>pañado de<br />

cánticos y coros, los marineros callaron y se inclinaron <strong>en</strong> sil<strong>en</strong>cio, hasta<br />

que se hubo apagado el último eco. Esta es una de las rarezas y prodigios<br />

de la ciudad crepuscular de Inquanok, cuyos habitantes tem<strong>en</strong> descuidar sus<br />

ritos por miedo a que se abatan sobre ellos una maldición y una v<strong>en</strong>ganza<br />

insospechadam<strong>en</strong>te próximas.<br />

En un rincón oscuro de aquella taberna vio Carter una silueta<br />

achaparrada que le impresionó desagradablem<strong>en</strong>te; se trataba, sin lugar a<br />

dudas, de aquel mercader de ojos rasgados que había visto <strong>en</strong> las tabernas<br />

de Dylath-Le<strong>en</strong> del cual se decía que traficaba con los horribles poblados<br />

de piedra de L<strong>en</strong>g, jamás visitados por hombres de sano juicio, y cuyos<br />

fuegos malignos se v<strong>en</strong> <strong>en</strong> la noche de lejos. También se decía de aquel<br />

individuo que t<strong>en</strong>ía tratos con ese gran sacerdote indescriptible que oculta<br />

su rostro bajo una máscara de seda y vive solitario <strong>en</strong> un prehistórico<br />

monasterio de piedra. Los ojos de este hombre habían mostrado un brillo<br />

569

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!