19.06.2013 Views

H. P. Lovecraft = Lovecraftiana 3 - cuentos en ... - GutenScape.com

H. P. Lovecraft = Lovecraftiana 3 - cuentos en ... - GutenScape.com

H. P. Lovecraft = Lovecraftiana 3 - cuentos en ... - GutenScape.com

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

vigor para que fuese cosa normal; <strong>com</strong>o tampoco era normal que un barco<br />

permaneciera <strong>en</strong> puerto durante semanas, mi<strong>en</strong>tras los mercaderes trataban<br />

sus negocios, y que <strong>en</strong>ese tiempo no viera nadie a su tripulación. A los<br />

taberneros de Dylath-Le<strong>en</strong> no les gustaba esto, y tampoco a los t<strong>en</strong>deros y<br />

carniceros, ya que jamás habían subido a bordo la más mínima cantidad de<br />

provisiones. Los mercaderes no <strong>com</strong>praban más que oro y robustos<br />

esclavos negros, traídos de Parg por el río. Eso era lo único que cargaban<br />

esos mercaderes de desagradables facciones y de dudosos remeros. Jamás<br />

embarcaron producto alguno de las carnicerías y las ti<strong>en</strong>das, sino sólo oro y<br />

corpul<strong>en</strong>tos negros de Parg, a qui<strong>en</strong>es <strong>com</strong>praban al peso. Y el olor que<br />

emanaba de aquellas galeras, olor que el vi<strong>en</strong>to traía hasta los muelles, era<br />

indescriptible. Únicam<strong>en</strong>te podían soportarlo los parroquianos más duros<br />

de las tabernas, a base de fumar constantem<strong>en</strong>te tabaco fuerte. Jamás habría<br />

tolerado Dylath-Le<strong>en</strong> la pres<strong>en</strong>cia de las negras galeras, de haber podido<br />

obt<strong>en</strong>er tales rubíes por otro conducto; pero ninguna mina de todo el país<br />

terrestre de los sueños los producía <strong>com</strong>o aquéllos.<br />

Los cosmopolitas de Dylath-Le<strong>en</strong> hablaban ante todo de estas<br />

cosas, mi<strong>en</strong>tras Carter aguardaba paci<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te el barco de Baharna que le<br />

llevaría a la isla donde se alzan los picos del Ngranek, elevados y estériles.<br />

Durante ese tiempo no dejó de indagar por los lugares que frecu<strong>en</strong>taban los<br />

lejanos viajeros, <strong>en</strong> busca de cualquier relato que hiciese refer<strong>en</strong>cia a<br />

Kadath, la ciudad de la inm<strong>en</strong>sidad fría, o la maravillosa ciudad de muros<br />

de mármol y fu<strong>en</strong>tes de plata que había contemplado desde lo alto de una<br />

terraza a la hora del crepúsculo. Pero nadie pudo darle noticias al respecto,<br />

aunque <strong>en</strong> una de las ocasiones tuvo la s<strong>en</strong>sación de que cierto viejo<br />

mercader de ojos oblicuos le dirigió una mirada extrañam<strong>en</strong>te brillante al<br />

oírle m<strong>en</strong>cionar la inm<strong>en</strong>sidad fría. T<strong>en</strong>ía fama este hombre de <strong>com</strong>erciar<br />

con los habitantes de los horribles poblados de piedra que se levantan <strong>en</strong> la<br />

helada y desierta meseta de L<strong>en</strong>g, jamás visitada por g<strong>en</strong>tes s<strong>en</strong>satas, y<br />

507

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!