19.06.2013 Views

H. P. Lovecraft = Lovecraftiana 3 - cuentos en ... - GutenScape.com

H. P. Lovecraft = Lovecraftiana 3 - cuentos en ... - GutenScape.com

H. P. Lovecraft = Lovecraftiana 3 - cuentos en ... - GutenScape.com

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Pronto deseé, sin embargo, haberlo hecho. En seguida descubrí, una<br />

vez instalado <strong>en</strong> la casa, que toda la vida de mi primo parecía<br />

des<strong>en</strong>volverse, no <strong>en</strong> las habitaciones c<strong>en</strong>trales del piso de abajo, <strong>com</strong>o<br />

sería de esperar, puesto que eran las más acondicionadas <strong>en</strong> cuanto a<br />

<strong>com</strong>odidades, sino <strong>en</strong> torno al cuarto abuhardillado. Aquí era donde t<strong>en</strong>ía<br />

sus pipas, sus libros favoritos, sus discos, y los muebles más cómodos. Era<br />

también aquí donde trabajaba, donde estudiaba los manuscritos<br />

relacionados con su profesión y donde le sorpr<strong>en</strong>dió - mi<strong>en</strong>tras consultaba<br />

unos volúm<strong>en</strong>es de la Biblioteca de la Universidad de Miskatonic - la<br />

<strong>en</strong>fermedad coronaria que acabó con su vida.<br />

O adaptaba mi forma de vida a sus cosas, o adaptaba sus cosas a mi<br />

forma de vida. Decidí esto último. Como primera medida, t<strong>en</strong>ía que<br />

restablecer la disposición adecuada de la casa y vivir de nuevo <strong>en</strong> las<br />

estancias de la planta baja, ya que, a decir verdad, s<strong>en</strong>tí desde el principio<br />

que la buhardilla me repelía. En parte, cierto, porque me recordaba la<br />

pres<strong>en</strong>cia de mi primo muerto, qui<strong>en</strong> nunca mas ocuparía su lugar favorito<br />

de la casa, pero también porque la habitación me resultaba totalm<strong>en</strong>te<br />

extraña y fría. Me s<strong>en</strong>tía rechazado <strong>com</strong>o por una fuerza física que no podía<br />

<strong>com</strong>pr<strong>en</strong>der, aunque posiblem<strong>en</strong>te aquel rechazo se correspondía con mi<br />

actitud hacia la habitación a la que no <strong>com</strong>pr<strong>en</strong>día, <strong>com</strong>o nunca pude<br />

<strong>com</strong>pr<strong>en</strong>der a mi primo Wilbur.<br />

Las reformas que deseaba hacer no eran del todo fáciles. Pronto me<br />

di cu<strong>en</strong>ta de que la vieja ‘guarida’ de mi primo imprimía carácter a toda la<br />

casa. Hay qui<strong>en</strong> pi<strong>en</strong>sa que las casas asum<strong>en</strong> algo del carácter de sus<br />

dueños; si la vieja casa había adquirido algo del carácter de los Wharton,<br />

que habían vivido <strong>en</strong> ella durante tanto tiempo, sin duda mi primo lo había<br />

borrado con sus reformas, pues ahora parecía hablar fielm<strong>en</strong>te de la<br />

pres<strong>en</strong>cia de Wilbur Akeley. No era tanto una s<strong>en</strong>sación opresiva <strong>com</strong>o la<br />

molesta convicción de no estar solo, de ser observado minuciosam<strong>en</strong>te por<br />

476

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!