19.06.2013 Views

H. P. Lovecraft = Lovecraftiana 3 - cuentos en ... - GutenScape.com

H. P. Lovecraft = Lovecraftiana 3 - cuentos en ... - GutenScape.com

H. P. Lovecraft = Lovecraftiana 3 - cuentos en ... - GutenScape.com

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

me di m<strong>en</strong>ta, con eso que la g<strong>en</strong>te llama el «sexto s<strong>en</strong>tido», de que estaba<br />

si<strong>en</strong>do observado det<strong>en</strong>idam<strong>en</strong>te. No queri<strong>en</strong>do volverme, hice lo<br />

sigui<strong>en</strong>te: abrí mi reloj de bolsillo y colocándolo delante de mí utilicé el<br />

pulido y brillante interior del estuche a modo de espejo, para que <strong>en</strong> él se<br />

reflejaran las v<strong>en</strong>tanas que estaban a mis espaldas. Y vi ahí, reflejada<br />

difusam<strong>en</strong>te, la más horrible caricatura que pueda imaginarse de un rostro<br />

humano. Me dejó tan estupefacto que, sin p<strong>en</strong>sarlo, volví la cabeza para<br />

observarlo directam<strong>en</strong>te. Pero no había nada <strong>en</strong> la v<strong>en</strong>tana, excepto la<br />

sombra de un movimi<strong>en</strong>to. Me levanté, apagué la luz, y me acerqué a la<br />

v<strong>en</strong>tana. Una silueta alta, curiosam<strong>en</strong>te <strong>en</strong>corvada que, medio agachada y<br />

arrastrando los pies, se dirigía hacia la oscuridad del jardín: ¿fue realm<strong>en</strong>te<br />

eso lo que vi? Creo que sí. Pero no estaba tan loco <strong>com</strong>o para perseguirle.<br />

Qui<strong>en</strong>quiera que fuese, v<strong>en</strong>dría otra vez, <strong>com</strong>o había v<strong>en</strong>ido la noche<br />

anterior.<br />

De modo que, mi<strong>en</strong>tras esperaba, me puse a sopesar las distintas<br />

explicaciones que me v<strong>en</strong>ían a la m<strong>en</strong>te. Impresionado aún por mi visitante<br />

nocturno, confieso que coloqué, <strong>en</strong>cabezando la lista de sospechosos, a los<br />

vecinos que se oponían a que la casa Charriere siguiese <strong>en</strong> pie.<br />

Posiblem<strong>en</strong>te pret<strong>en</strong>dían asustarme para que me marchara, pues ignoraban<br />

que mi estancia <strong>en</strong> la casa iba a ser tan breve. Cabía p<strong>en</strong>sar también <strong>en</strong> la<br />

posibilidad de que hubiese algo <strong>en</strong> el estudio que deseaban obt<strong>en</strong>er. Pero<br />

esa ev<strong>en</strong>tualidad no me pareció muy convinc<strong>en</strong>te, porque si tal era su<br />

int<strong>en</strong>ción, habían t<strong>en</strong>ido tiempo de sobra para conseguirlo durante el largo<br />

período <strong>en</strong> que la casa estuvo deshabitada. Lo cierto es que <strong>en</strong> ningún<br />

mom<strong>en</strong>to se me ocurrió p<strong>en</strong>sar <strong>en</strong> la verdadera explicación de los hechos.<br />

No soy más escéptico que cualquier otro anticuario; pero la aparición de mi<br />

visitante, lo confieso, no me sugirió nada que hubiera podido relacionar con<br />

su verdadera id<strong>en</strong>tidad, a pesar de todas las circunstancias coincid<strong>en</strong>tes que<br />

podían t<strong>en</strong>er cierto significado para m<strong>en</strong>tes m<strong>en</strong>os ci<strong>en</strong>tíficas que la mía.<br />

470

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!