H. P. Lovecraft = Lovecraftiana 3 - cuentos en ... - GutenScape.com
H. P. Lovecraft = Lovecraftiana 3 - cuentos en ... - GutenScape.com H. P. Lovecraft = Lovecraftiana 3 - cuentos en ... - GutenScape.com
imaginado lo de la luz violácea. Esas gentes ignorantes estaban siempre dispuestas a suponer que habían visto cualquier cosa extraña de la que hubieran oído hablar. En cuanto a un plan de acción, lo mejor sería que Gilman se trasladara a la habitación de Elwood y evitara dormir solo. Si empezaba a hablar o se levantaba dormido, Elwood le despertaría, si es que él estaba despierto. Además, debía ver a un psiquiatra con urgencia. En tanto llevarían la figura a varios museos y a ciertos profesores para tratar de identificarla diciendo que la habían encontrado en un montón de escombros. Y Dombrowski tendría que poner veneno para acabar con aquellas ratas. Reconfortado por la compañía de Elwood, Gilman asistió a clase aquel día. Continuaban acosándole extraños impulsos, pero consiguió vencerlos con considerable éxito. Durante un descanso mostró la extraña figura a varios profesores que se mostraron profundamente interesados, aunque ninguno de ellos pudo arrojar ninguna luz sobre su naturaleza u origen. Aquella noche durmió en un diván que Elwood le pidió al patrón que subiera a la segunda planta, y por primera vez en varias semanas durmió completamente libre de pesadillas. Pero continuaba teniendo algo de fiebre, y los rezos de Mazurewicz seguían molestándole. En los días sucesivos, Gilman se vio casi totalmente libre de síntomas morbosos. Elwood le dijo que no había manifestado ninguna tendencia a hablar o a levantarse dormido; en tanto, el patrón estaba poniendo veneno contra las ratas por todas partes. El único elemento perturbador era la charla de los supersticiosos extranjeros, cuya imaginación se encontraba muy excitada. Mazurewicz insistía en que debía conseguir un crucifijo, y finalmente le obligó a aceptar uno que había sido bendecido por el buen padre lwanicki. También Desrochers tuvo algo que decir; insistió en que había oído pasos cautelosos en el cuarto vacío que quedaba encima del suyo las primeras noches que Gilman se había 420
ausentado de él. Paul Choynski creía oír ruidos en los pasillos y escaleras por la noche, y aseguró que alguien había tratado de abrir suavemente la puerta de su habitación, en tanto que Mrs. Dombrowski juraba que había visto a Brown jenkin por primera vez desde la noche de Todos los Santos. Pero estos ingenuos informes poco significaban y Gilman dejó el barato crucifijo de metal colgando del tirador de un cajón de la cómoda de su amigo. Durante tres días Gilman y Elwood recorrieron los museos locales tratando de identificar la extraña imagen erizada, pero siempre sin éxito. Sin embargo, el interés que provocaba era enorme, pues constituía un tremendo desafío para la curiosidad científica la completa extrañeza del objeto. Uno de los pequeños brazos radiados se rompió; lo sometieron a análisis químico, y el profesor Ellery encontró platino, hierro y telurio en la aleación, pero mezclados con ellos había al menos otros tres elementos de elevado peso atómico que la química era incapaz de clasificar. No solamente no correspondían a ningún elemento conocido, sino que ni siquiera encajaban en los lugares reservados para probables elementos en el sistema periódico. El misterio sigue hoy sin resolver, aunque la figura está expuesta en el museo de la Universidad Miskatónica. En la mañana del 27 de abril apareció un nuevo agujero hecho por las ratas en la habitación en que se hospedaba Gilman, pero Dombrowski lo tapó durante el día. El veneno no estaba produciendo mucho efecto, pues se continuaban oyendo carreras y rasgueos en el interior de las paredes. Elwood volvió tarde aquella noche y Gilman se quedó levantado esperándole. No quería dormir solo en una habitación, especialmente porque al atardecer le había parecido ver a la repulsiva vieja cuya imagen se había trasladado de manera tan horrible a sus sueños. Se preguntó quién sería y qué habría estado cerca de ella golpeando una lata en un montón de basura que había a la entrada de un patio miserable. La bruja pareció verle 421
- Page 369 and 370: la luz. Rehuye la luz suave y desap
- Page 371 and 372: través de ella; algo que le seguir
- Page 373 and 374: iluminación de las calles constitu
- Page 375 and 376: desconocido visitante la había hec
- Page 377 and 378: haberse establecido entre él y aqu
- Page 379 and 380: y haciendo anotaciones horribles en
- Page 381 and 382: caído era la celosía de la ventan
- Page 383 and 384: escribiendo frenéticamente hasta e
- Page 385 and 386: grandes precauciones. Tan extraños
- Page 387 and 388: hombre no se rió, simplemente escu
- Page 389 and 390: aquellos dos pobres hombres fueron
- Page 391 and 392: fiebre, o si fue la fiebre la causa
- Page 393 and 394: Tras de lo cual trazó aquellas fig
- Page 395 and 396: investigar lo que había de trás d
- Page 397 and 398: confusos sonidos, abismos cuyas pro
- Page 399 and 400: Gilman no informó de su fiebre al
- Page 401 and 402: determinada pudieran soportar la en
- Page 403 and 404: entregarse a ritos y actos indecibl
- Page 405 and 406: visibles, y Gilman tenía la sensac
- Page 407 and 408: sueños. También se movían las al
- Page 409 and 410: cosas de loco... Tenía que dejar d
- Page 411 and 412: cabo de un rato se le nubló la vis
- Page 413 and 414: unión con la soñada balaustrada.
- Page 415 and 416: pero debía de ir calzado, pues cua
- Page 417 and 418: a murmurar, pero suponía que sus i
- Page 419: pero, aun así, ésta quedaba domin
- Page 423 and 424: emoto de la historia de la Tierra.
- Page 425 and 426: pisadas y manchas de barro, que, cu
- Page 427 and 428: y hundiéndose en el barro de color
- Page 429 and 430: Y, entonces, su febril y anormal se
- Page 431 and 432: cómo afectaría la vista del objet
- Page 433 and 434: profundidades desconocidas. joe Maz
- Page 435 and 436: que parecía una rata de gran tama
- Page 437 and 438: de limpiar hasta que le llegó a la
- Page 439 and 440: huesos descansaba un gran cuchillo
- Page 441 and 442: ecordar. Hubo una guerra y, tras el
- Page 443 and 444: Con el paso de los años, la suerte
- Page 445 and 446: muchas lenguas y carácteres, pero
- Page 447 and 448: EL SUPERVIVIENTE H. P. Lovecraft &
- Page 449 and 450: figura sepulcral aparecía a la hor
- Page 451 and 452: los ojos. Pero de esto no quiso hab
- Page 453 and 454: como algunos otros reptiles de esta
- Page 455 and 456: especto a la existencia de una señ
- Page 457 and 458: sus patas traseras, lo vistes con r
- Page 459 and 460: En la casa descubrí un retrato. Pe
- Page 461 and 462: cegaba parcialmente. Tan sólo veí
- Page 463 and 464: extrañas anotaciones demostraban c
- Page 465 and 466: sino una simple libreta, porque las
- Page 467 and 468: parentesco con antepasados saurios
- Page 469 and 470: operaciones y otras prácticas tan
aus<strong>en</strong>tado de él. Paul Choynski creía oír ruidos <strong>en</strong> los pasillos y escaleras<br />
por la noche, y aseguró que algui<strong>en</strong> había tratado de abrir suavem<strong>en</strong>te la<br />
puerta de su habitación, <strong>en</strong> tanto que Mrs. Dombrowski juraba que había<br />
visto a Brown j<strong>en</strong>kin por primera vez desde la noche de Todos los Santos.<br />
Pero estos ing<strong>en</strong>uos informes poco significaban y Gilman dejó el barato<br />
crucifijo de metal colgando del tirador de un cajón de la cómoda de su<br />
amigo.<br />
Durante tres días Gilman y Elwood recorrieron los museos locales<br />
tratando de id<strong>en</strong>tificar la extraña imag<strong>en</strong> erizada, pero siempre sin éxito.<br />
Sin embargo, el interés que provocaba era <strong>en</strong>orme, pues constituía un<br />
trem<strong>en</strong>do desafío para la curiosidad ci<strong>en</strong>tífica la <strong>com</strong>pleta extrañeza del<br />
objeto. Uno de los pequeños brazos radiados se rompió; lo sometieron a<br />
análisis químico, y el profesor Ellery <strong>en</strong>contró platino, hierro y telurio <strong>en</strong> la<br />
aleación, pero mezclados con ellos había al m<strong>en</strong>os otros tres elem<strong>en</strong>tos de<br />
elevado peso atómico que la química era incapaz de clasificar. No<br />
solam<strong>en</strong>te no correspondían a ningún elem<strong>en</strong>to conocido, sino que ni<br />
siquiera <strong>en</strong>cajaban <strong>en</strong> los lugares reservados para probables elem<strong>en</strong>tos <strong>en</strong> el<br />
sistema periódico. El misterio sigue hoy sin resolver, aunque la figura está<br />
expuesta <strong>en</strong> el museo de la Universidad Miskatónica.<br />
En la mañana del 27 de abril apareció un nuevo agujero hecho por<br />
las ratas <strong>en</strong> la habitación <strong>en</strong> que se hospedaba Gilman, pero Dombrowski lo<br />
tapó durante el día. El v<strong>en</strong><strong>en</strong>o no estaba produci<strong>en</strong>do mucho efecto, pues se<br />
continuaban oy<strong>en</strong>do carreras y rasgueos <strong>en</strong> el interior de las paredes.<br />
Elwood volvió tarde aquella noche y Gilman se quedó levantado<br />
esperándole. No quería dormir solo <strong>en</strong> una habitación, especialm<strong>en</strong>te<br />
porque al atardecer le había parecido ver a la repulsiva vieja cuya imag<strong>en</strong><br />
se había trasladado de manera tan horrible a sus sueños. Se preguntó quién<br />
sería y qué habría estado cerca de ella golpeando una lata <strong>en</strong> un montón de<br />
basura que había a la <strong>en</strong>trada de un patio miserable. La bruja pareció verle<br />
421