H. P. Lovecraft = Lovecraftiana 3 - cuentos en ... - GutenScape.com

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19.06.2013 Views

son proverbiales por la riqueza de su ambiente y madurez de estructura, aunque se inclinan a la ligereza y a la extravagancia y carecen de esos momentos sublimes de terror gélido que un escritor menos sofisticado que él hubiese conseguido. Generalmente sus obras tienden a lo grotesco más que a lo terrible. El más artístico de todos los cuentos fantásticos continentales es la clásica Ondina (1814 ) del escritor alemán Friedrich Heinrich Karl, barón de la Motte Fouque. En esta historia de un espíritu de las aguas que se casa con un mortal y de tal modo adquiere un alma humana, existe una delicada fineza de artesanía literaria que la distingue en todo aspecto, y una naturalidad que la acerca al genuino mito folklórico. Deriva, en realidad, de un cuento narrado por el médico y alquimista Paracelso en su Tratado sobre los espíritus elementales. Ondina, hija de un poderoso príncipe de las aguas, fue entregada, - siendo niña - a cambio por la hija de un pescador, para así poder adquirir un alma al casarse con un ser humano. Conoce al joven caballero Huldbrand en la cabaña de su padre adoptivo situada a orillas del mar y en las cercanías de un bosque embrujado, y muy pronto se casa con él, acompañándole a su ancentral castillo de Ringstetten. Sin embargo, Huldbrand, molesto por las afiliaciones sobrenaturales de su esposa y muy especialmente de las apariciones de su tío, el malicioso espíritu Kuhleborn, se aparta de su mujer y se siente atraido por Bertalda, quien resula ser la hija del pescador que fue cambiada por Ondina. Finalmente, durante un viaje por el Danubio, Huldbrand monta en cólera por una acción inocente de su esposa y expresa palabras de ira que - de acuerdo con la leyendaobligan a Ondina, a regresar a su elemento sobrenatural; del cual ella puede, según las leyes de su especie, regresar sólo una vez - para matarlo, quiéralo o no, si resulta ser infiel a su memoria. Luego, cuando Huldbrand está a punto de casarse con Bertalda, Ondina regresa para 34

cumplir con su odioso deber y le quita la vida. Cuando entierran al joven en el sepulcro de sus padres, una figura femenina blanca como la nieve y cubierta con un velo aparece entre las sollozantes, pero después de la ceremonia desaparece sin dejar rastro. En su lugar, se ve surgir un pequeño manantial que rodea con su 36 murmullo al sepulcro y va a desembocar en un lago cercano. A partir de entonces los aldeanos señalan la fuente prodigiosa y afirman que Ondina y Huldbrand están unidos en la muerte. Muchos pasajes de este cuento revelan a Fouque como a un artista en el género de lo macabro, principalmente en sus descripciones del bosque embrujado con sus gigantescos hombres de blanco y otros terrores menos tangibles, que aparecen en la primer parte de la narración. No tan conocida como Ondina, pero notable por su convincente realismo y por la ausencia de elementos góticos tradicionales, es la novela The Amber Witch (La bruja de ámbar) de Wilhelm Meinhold, otro producto del genio fantástico alemán de principios del siglo XIX. Este relato, que se sitúa durante la guerra de los Treinta Años, pretende ser el manuscrito de un sacerdote hallado en una vieja iglesia en Coserow y que narra la historia de la hija del cronista, María Schweidler, acusada falsamente de bruja María ha encontrado un depósito de ámbar que mantiene en secreto por varias razones, y la riqueza obtenida con ello acentúa las sospechas; sospechas instigadas por la malicia de un hidalgo cazador de lobos, Wittich Appelmann, quien ha buscado en vano sus favores. Las maquinaciones de una verdadera bruja, que luego sufre un horrible castigo sobrenatural en prisión le son arteraramente imputadas a la desvalida María; y tras un carácterístico proceso de brujería en donde la obligan a confesar bajo tormento, está a punto de ser llevada a la hoguera cuando es rescatada justo a tiempo por su amante, un joven noble de un distrito vecino. 35

son proverbiales por la riqueza de su ambi<strong>en</strong>te y madurez de estructura,<br />

aunque se inclinan a la ligereza y a la extravagancia y carec<strong>en</strong> de esos<br />

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G<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te sus obras ti<strong>en</strong>d<strong>en</strong> a lo grotesco más que a lo terrible.<br />

El más artístico de todos los <strong>cu<strong>en</strong>tos</strong> fantásticos contin<strong>en</strong>tales es la clásica<br />

Ondina (1814 ) del escritor alemán Friedrich Heinrich Karl, barón de la<br />

Motte Fouque. En esta historia de un espíritu de las aguas que se casa con<br />

un mortal y de tal modo adquiere un alma humana, existe una delicada<br />

fineza de artesanía literaria que la distingue <strong>en</strong> todo aspecto, y una<br />

naturalidad que la acerca al g<strong>en</strong>uino mito folklórico. Deriva, <strong>en</strong> realidad, de<br />

un cu<strong>en</strong>to narrado por el médico y alquimista Paracelso <strong>en</strong> su Tratado<br />

sobre los espíritus elem<strong>en</strong>tales.<br />

Ondina, hija de un poderoso príncipe de las aguas, fue <strong>en</strong>tregada, -<br />

si<strong>en</strong>do niña - a cambio por la hija de un pescador, para así poder adquirir<br />

un alma al casarse con un ser humano. Conoce al jov<strong>en</strong> caballero<br />

Huldbrand <strong>en</strong> la cabaña de su padre adoptivo situada a orillas del mar y <strong>en</strong><br />

las cercanías de un bosque embrujado, y muy pronto se casa con él,<br />

a<strong>com</strong>pañándole a su anc<strong>en</strong>tral castillo de Ringstett<strong>en</strong>. Sin embargo,<br />

Huldbrand, molesto por las afiliaciones sobr<strong>en</strong>aturales de su esposa y muy<br />

especialm<strong>en</strong>te de las apariciones de su tío, el malicioso espíritu Kuhleborn,<br />

se aparta de su mujer y se si<strong>en</strong>te atraido por Bertalda, qui<strong>en</strong> resula ser la<br />

hija del pescador que fue cambiada por Ondina. Finalm<strong>en</strong>te, durante un<br />

viaje por el Danubio, Huldbrand monta <strong>en</strong> cólera por una acción inoc<strong>en</strong>te<br />

de su esposa y expresa palabras de ira que - de acuerdo con la<br />

ley<strong>en</strong>daobligan a Ondina, a regresar a su elem<strong>en</strong>to sobr<strong>en</strong>atural; del cual<br />

ella puede, según las leyes de su especie, regresar sólo una vez - para<br />

matarlo, quiéralo o no, si resulta ser infiel a su memoria. Luego, cuando<br />

Huldbrand está a punto de casarse con Bertalda, Ondina regresa para<br />

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