H. P. Lovecraft = Lovecraftiana 3 - cuentos en ... - GutenScape.com
H. P. Lovecraft = Lovecraftiana 3 - cuentos en ... - GutenScape.com H. P. Lovecraft = Lovecraftiana 3 - cuentos en ... - GutenScape.com
piadosamente, no hay pruebas de que esas cosas no sean sino fases recientes de mis míticos sueños. Ni traje conmigo la caja metálica que hubiera constituido evidencia irrefutable, ni, hasta ahora, han sido encontrados los corredores subterráneos. Si las leyes del universo son benévolas, nunca serán descubiertos. Pero tengo que contarle a mi hijo lo que vi o creí ver, y dejar que utilice su criterio como psicólogo para calibrar la realidad de mi experiencia y comunicar o no este relato a los demás. He dicho que la terrible verdad que respalda mis torturados años de pesadillas depende por completo de la realidad de lo que creí ver en aquellas ruinas ciclópeas. Verdaderamente, ha sido muy duro para mí redactar esta revelación crucial, cosa que todos los lectores habrán adivinado. Claro que la verdad yace en ese libro del interior de la caja metálica, la que saqué de su cubil en medio del polvo de un millón de siglos. Nadie había visto, ninguna mano había tocado aquel libro desde la aparición del hombre en este planeta. Y sin embargo, cuando le enfoqué la luz de la linterna dentro de aquel terrible abismo, vi las letras con su pigmentación singular en las páginas de celulosa amarilleada por el transcurso de los eones, y advertí que no se trataba en realidad de ninguno de los innumerables jeroglíficos de la juventud de la Tierra. Antes al contrario, eran letras de nuestro alfabeto familiar, conformando palabras del idioma inglés... en mi propia caligrafía. 326
LOS AMADOS MUERTOS H. P. Lovecraft & C. M. Eddy Es media noche. Antes del alba darán conmigo y me encerrarán en una celda negra, donde languideceré interminablemente, mientras insaciables deseos roen mis entrañas y consumen mi corazón, hasta ser al fin uno con los muertos que amo. Mi asiento es la fétida fosa de una vetusta tumba; mi pupitre, el envés de una lápida caída y desgastada por los siglos implacables; mi única luz es la de las estrellas y la de una angosta media luna, aunque puedo ver tan claramente como si fuera mediodía. A mi alrededor, como sepulcrales centinelas guardando descuidadas tumbas, las inclinadas y decrépitas lápidas yacen medio ocultas por masas de nauseabunda maleza en descomposición. Y sobre todo, perfilándose contra el enfurecido cielo, un solemne monumento alza su austero chapitel ahusado, semejando el espectral caudillo de una horda fantasmal. El aire está enrarecido por el nocivo olor de los hongos y el hedor de la húmeda tierra mohosa, pero para mí es el aroma del Elíseo. Todo es quietud - terrorífica quietud -, con un silencio cuya intensidad promete lo solemne y lo espantoso. De haber podido elegir mi morada, lo hubiera hecho en alguna ciudad de carne en descomposición y huesos que se deshacen, pues su proximidad brinda a mi alma escalofríos de éxtasis, acelerando la estancada sangre en mis venas y forzando a latir mi lánguido corazón con júbilo delirante... ¡Porque la presencia de la muerte es vida para mí! Mi temprana infancia fue de una larga, prosaica y monótona apatía. Sumamente ascético, descolorido, pálido, enclenque y sujeto a prolongados raptos de mórbido ensimismamiento, fui relegado por los muchachos 327
- Page 275 and 276: antiguo. Posteriormente, cuando se
- Page 277 and 278: laberintodontes, plesiosaurios, etc
- Page 279 and 280: la mayoría de las instituciones en
- Page 281 and 282: vinieron cruzando el espacio desde
- Page 283 and 284: Las proyecciones mentales a través
- Page 285 and 286: preparado para recibir una prueba t
- Page 287 and 288: Entonces conocí al doctor Boyle, q
- Page 289 and 290: De lo que ocurrió después de reci
- Page 291 and 292: ventanas redondas. Cuanto más hond
- Page 293 and 294: hacia el campamento. Fue un gesto d
- Page 295 and 296: las dunas con una forma nueva y poc
- Page 297 and 298: posible lo que pareció suceder dur
- Page 299 and 300: la mayoría de aquellos bloques est
- Page 301 and 302: mi paso. Saqué la linterna y lanc
- Page 303 and 304: sus bajorrelieves. El influjo de la
- Page 305 and 306: hueco interior de un desconocido pl
- Page 307 and 308: pasaje me eran conocidos, y en múl
- Page 309 and 310: ocupar sus profundidades. Más tard
- Page 311 and 312: pasadas tensiones geológicas que n
- Page 313 and 314: coherente. ¿Porque acaso esta expe
- Page 315 and 316: evocación de pesadillas agobiantes
- Page 317 and 318: arenosos y tiré de ella hacia mí
- Page 319 and 320: Empuñando la linterna y con la omi
- Page 321 and 322: en una serie ensordecedora de atron
- Page 323 and 324: tangible oscuridad. Según lo que p
- Page 325: cuerpo entre sueños durante kilóm
- Page 329 and 330: hurtarme a sus cáusticas condenas
- Page 331 and 332: eemplazarlo por la carga, infinitam
- Page 333 and 334: subrepticiamente por las tenebrosas
- Page 335 and 336: puñado de casas ocupadas, aunque e
- Page 337 and 338: idólatras plegarias debían haber
- Page 339 and 340: encontraría en el cementerio donde
- Page 341 and 342: miraba a la infame Casa del Pirata,
- Page 343 and 344: oscuridad. Creí ver tres ojos llam
- Page 345 and 346: ilegible losa, y había hecho un co
- Page 347 and 348: lo largo de siglos, ¿por qué iba
- Page 349 and 350: muy poca cosa de lo que ocurrió ba
- Page 351 and 352: científicamente indescriptible. Ad
- Page 353 and 354: vieja y maldita que teníamos allí
- Page 355 and 356: ante la cual se encontraba permanec
- Page 357 and 358: habitaciones traseras situadas unos
- Page 359 and 360: abandonado. Cuanto más lo contempl
- Page 361 and 362: La iglesia se encontraba en un avan
- Page 363 and 364: se cerraron de golpe, y una mujer g
- Page 365 and 366: horror, ya que los títulos de aque
- Page 367 and 368: pintada de negro, casi enteramente
- Page 369 and 370: la luz. Rehuye la luz suave y desap
- Page 371 and 372: través de ella; algo que le seguir
- Page 373 and 374: iluminación de las calles constitu
- Page 375 and 376: desconocido visitante la había hec
piadosam<strong>en</strong>te, no hay pruebas de que esas cosas no sean sino fases<br />
reci<strong>en</strong>tes de mis míticos sueños. Ni traje conmigo la caja metálica que<br />
hubiera constituido evid<strong>en</strong>cia irrefutable, ni, hasta ahora, han sido<br />
<strong>en</strong>contrados los corredores subterráneos.<br />
Si las leyes del universo son b<strong>en</strong>évolas, nunca serán descubiertos.<br />
Pero t<strong>en</strong>go que contarle a mi hijo lo que vi o creí ver, y dejar que utilice su<br />
criterio <strong>com</strong>o psicólogo para calibrar la realidad de mi experi<strong>en</strong>cia y<br />
<strong>com</strong>unicar o no este relato a los demás.<br />
He dicho que la terrible verdad que respalda mis torturados años de<br />
pesadillas dep<strong>en</strong>de por <strong>com</strong>pleto de la realidad de lo que creí ver <strong>en</strong><br />
aquellas ruinas ciclópeas. Verdaderam<strong>en</strong>te, ha sido muy duro para mí<br />
redactar esta revelación crucial, cosa que todos los lectores habrán<br />
adivinado. Claro que la verdad yace <strong>en</strong> ese libro del interior de la caja<br />
metálica, la que saqué de su cubil <strong>en</strong> medio del polvo de un millón de<br />
siglos.<br />
Nadie había visto, ninguna mano había tocado aquel libro desde la<br />
aparición del hombre <strong>en</strong> este planeta. Y sin embargo, cuando le <strong>en</strong>foqué la<br />
luz de la linterna d<strong>en</strong>tro de aquel terrible abismo, vi las letras con su<br />
pigm<strong>en</strong>tación singular <strong>en</strong> las páginas de celulosa amarilleada por el<br />
transcurso de los eones, y advertí que no se trataba <strong>en</strong> realidad de ninguno<br />
de los innumerables jeroglíficos de la juv<strong>en</strong>tud de la Tierra. Antes al<br />
contrario, eran letras de nuestro alfabeto familiar, conformando palabras<br />
del idioma inglés... <strong>en</strong> mi propia caligrafía.<br />
326