19.06.2013 Views

H. P. Lovecraft = Lovecraftiana 3 - cuentos en ... - GutenScape.com

H. P. Lovecraft = Lovecraftiana 3 - cuentos en ... - GutenScape.com

H. P. Lovecraft = Lovecraftiana 3 - cuentos en ... - GutenScape.com

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

»Los arquetipos - vibraron las ondas-, son los pobladores del<br />

Ultimo Abismo; son informes, inefables, y <strong>en</strong> los mundos inferiores ap<strong>en</strong>as<br />

los vislumbran, unos pocos soñadores. Por <strong>en</strong>cima de todos ellos está el<br />

mismo ser que <strong>com</strong>unica estas revelaciones, el cual, <strong>en</strong> verdad, es<br />

justam<strong>en</strong>te el arquetipo del propio Carter. El insaciable deseo de Carter y<br />

de todos sus antepasados por descubrir los secretos cósmicos era el<br />

resultado natural de la proced<strong>en</strong>cia del propio Arquetipo Supremo. En cada<br />

mundo, todos los grandes hechiceros, todos los grandes p<strong>en</strong>sadores, todos<br />

los grandes artistas, son facetas de El.<br />

»Casi desfallecido de pavor, pero exultante a la vez de una alegría<br />

terrible, la conci<strong>en</strong>cia de Randolph Carter rindió hom<strong>en</strong>aje a aquella<br />

Entidad trasc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>te de la cual derivaba. Y <strong>com</strong>o de nuevo cesaron las<br />

ondas, meditó <strong>en</strong> el sil<strong>en</strong>cio impon<strong>en</strong>te, p<strong>en</strong>sando <strong>en</strong> extraños tributos, <strong>en</strong><br />

cuestiones aún más extrañas, y <strong>en</strong> ruegos aún mayores. Pero a su cerebro<br />

ofuscado fluían contradictoriam<strong>en</strong>te imág<strong>en</strong>es de paisajes insólitos y<br />

revelaciones imprevistas. Se le ocurrió que, si aquellos descubrimi<strong>en</strong>tos<br />

eran realm<strong>en</strong>te ciertos, podría visitar corporalm<strong>en</strong>te todas aquellas edades<br />

infinitam<strong>en</strong>te lejanas y aquellas regiones del universo que hasta <strong>en</strong>tonces<br />

sólo conocía <strong>en</strong> sueños. Le bastaría con poseer el poder mágico de cambiar<br />

el ángulo del plano de su conci<strong>en</strong>cia. ¿Y no le proporcionaría esa magia la<br />

llave de plata? ¿No había transformado al principio a un hombre de mil<br />

noveci<strong>en</strong>tos veintiocho <strong>en</strong> un niño de mil ochoci<strong>en</strong>tos och<strong>en</strong>ta y tres, y<br />

después <strong>en</strong> algo absolutam<strong>en</strong>te exterior al tiempo y al espacio? Era<br />

fantástico, pero a pesar de su apar<strong>en</strong>te falta de corporeidad, sabía que t<strong>en</strong>ía<br />

aún la llave consigo.<br />

»Mi<strong>en</strong>tras duraba el sil<strong>en</strong>cio, Randolph Carter emitió los<br />

p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>tos y dudas que le asaltaban. Sabía que, <strong>en</strong> este abismo final, se<br />

hallaba situado <strong>en</strong> un punto equidistante de cada una de las facetas de su<br />

arquetipo, humanas o no humanas, terrestres o extraterrestres, galácticas o<br />

218

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!