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H. P. Lovecraft = Lovecraftiana 3 - cuentos en ... - GutenScape.com

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espeluznantes y toda una galería de espectros y sombras am<strong>en</strong>azantes,<br />

formando un núcleo de susp<strong>en</strong>so y ansiedad demoníaca. Además t<strong>en</strong>emos<br />

al tiránico y perverso hidalgo <strong>en</strong> el papel de villano; la pura, eternam<strong>en</strong>te<br />

perseguida y <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral insípida heroína, que sufre los principales terrores<br />

y con la cual se id<strong>en</strong>tifica el lector; el vali<strong>en</strong>te e inmaculado héroe, siempre<br />

de alta alcurnia, pero a veces pres<strong>en</strong>tado bajo un humilde disfraz; el rasgo<br />

conv<strong>en</strong>cional de unos nombres altisonantes, mayorm<strong>en</strong>te italianos, y toda<br />

una serie interminable de cortinajes y luces extrañas, puertas <strong>en</strong>mohecidas,<br />

lámparas que se apagan, manuscritos antiguos, goznes chirriantes, tapices<br />

que se estremec<strong>en</strong>, etc., etc. Todos esos artificios son utilizados con<br />

divertida monotonía, a veces con efectos convinc<strong>en</strong>tes, <strong>en</strong> casi todas las<br />

novelas góticas. Y todo ello no se ha extinguido ni mucho m<strong>en</strong>os <strong>en</strong><br />

nuestros días, aunque la sofisticación moderna obliga a utilizar técnicas<br />

m<strong>en</strong>os ing<strong>en</strong>uas. El ámbito armonioso para una nueva escuela estaba<br />

maduro y el mundo literario aprovechó la oportunidad.<br />

Los novelistas alemanes no tardaron <strong>en</strong> responder a la influ<strong>en</strong>cia de<br />

Walpole y muy pronto produjeron una cantidad apreciable de ejemplos,<br />

proverbiales por su regodeo <strong>en</strong> lo terrorífico. En Inglaterra, una de las<br />

primeras imitadoras de Walpole fue la escritora Ana Barbauld, qui<strong>en</strong> <strong>en</strong><br />

1713 publicó un relato inconcluso titulado Sir Bertrand <strong>en</strong> donde con suma<br />

habilidad se tocan todas las cuerdas del verdadero terror. Se trata de la<br />

historia de un noble hidalgo que <strong>en</strong> un páramo solitario, es atraído por unas<br />

campanadas y una luz lejana; el personaje p<strong>en</strong>etra <strong>en</strong> un castillo extraño<br />

cuyas puertas se abr<strong>en</strong> y se cierran por si solas y donde unos misteriosos<br />

fuegos fatuos asci<strong>en</strong>d<strong>en</strong> por unas escaleras hacia manos muertas y estatuas<br />

negras. Luego se ve un ataúd con una dama muerta, que Sir Bertrand besa,<br />

y tras el beso, la esc<strong>en</strong>a se esfuma para dar paso a un espléndido salón <strong>en</strong><br />

donde la dama, resucitada, ofrece un banquete de honor al caballero. Allí<br />

finaliza el fragm<strong>en</strong>to.<br />

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