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H. P. Lovecraft = Lovecraftiana 3 - cuentos en ... - GutenScape.com

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pres<strong>en</strong>cia detrás de mí, mi<strong>en</strong>tras escribo, empujándome a contar la verdad<br />

acerca de esos extraños sucesos que tuvieron lugar <strong>en</strong> Daalberg<strong>en</strong> hace<br />

tantos años.<br />

Llegué a Daalberg<strong>en</strong> el 4 de octubre, <strong>en</strong> respuesta a una llamada. La<br />

carta procedía de un antiguo miembro de la congregación de mi tío, y me<br />

informaba de que el anciano había fallecido, así <strong>com</strong>o que existían unos<br />

pocos bi<strong>en</strong>es de los que yo, <strong>com</strong>o único pari<strong>en</strong>te vivo, era el heredero.<br />

Llegué a aquella población pequeña y aislada después de una fatigosa<br />

sucesión de cambios de ferrocarriles, para dirigirme al colmado de Mark<br />

Haines, que había sido qui<strong>en</strong> me había escrito aquella carta; y este, después<br />

de llevarme a una habitación zaguera y mal v<strong>en</strong>tilada, me contó una<br />

historia de lo más curiosa, tocante a la muerte del rever<strong>en</strong>do Vanderhoof.<br />

- T<strong>en</strong>go que t<strong>en</strong>er cuidado, Hoffman - me dijo Haines-, cada vez<br />

que me <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tro con ese viejo sacristán, Abel Foster. Ti<strong>en</strong>e un pactó con<br />

el diablo, tan seguro <strong>com</strong>o que hay Dios. Hará unas dos semanas, Sam<br />

Pryor, cuando pasó por el viejo cem<strong>en</strong>terio, le escuchó hablar por lo bajo<br />

con los muertos. Seguro que era él, y Sam podría jurar que una voz de<br />

algún tipo le respondía: una especie de media voz, profunda y apagada,<br />

<strong>com</strong>o si viniera de debajo de la tierra. Había otras voces, según dice, y<br />

pudo verlo parado junto a la tumba del viejo rever<strong>en</strong>do Slott... junto al<br />

muro de la iglesia... y agitaba las manos y hablaba con el musgo de la<br />

lápida <strong>com</strong>o si p<strong>en</strong>sase que era el viejo rever<strong>en</strong>do <strong>en</strong> persona.<br />

El viejo Foster, según me dijo Haines, había llegado a Daalberg<strong>en</strong><br />

hacía unos diez años, y Vanderhoof lo había contratado de inmediato para<br />

que cuidase de la húmeda iglesia de piedra <strong>en</strong> la que la mayor parte de los<br />

aldeanos r<strong>en</strong>dían culto. Nadie, excepto Vanderhoof, parecía t<strong>en</strong>erle<br />

15 Título original: Two Black Bottles (junio-octubre de 1926). Colaboración con<br />

Wilfred Blanch Talman. Publicado por primera vez <strong>en</strong> la revista Weird Tales (agosto<br />

de 1927) solo con el nombre de Talman.<br />

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