Bosquejos de Sermones Selectos - Centro Educativo Cristiano Vida
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IV. “Preciosa” por los bienes que asegura<br />
1. Entrada al Santísimo. Efesios 2:13; Hebreos 10:19.<br />
2. Justificación. Romanos 5:9.<br />
3. Re<strong>de</strong>nción. Efesios 1:7. Somos comprados por ella.<br />
4. Paz. Colosenses 1:20.<br />
¡Cuán preciosa fue para los hebreos la sangre <strong>de</strong> la primera Pascua! ¡Con<br />
cuánto cuidado la recogerían para poner la señal en sus dinteles! La <strong>de</strong> Cristo<br />
nos libra <strong>de</strong> muerte eterna, y nos asegura la libertad, la vida, la herencia eterna.<br />
Himno: Tal como soy, esclavo <strong>de</strong>l mal,<br />
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LA NECESIDAD DEL SACRIFICIO DE CRISTO<br />
Juan 3:14; Lucas 24:46<br />
Todos sentimos a veces la necesidad <strong>de</strong> hacer el sacrificio <strong>de</strong> algo que amamos<br />
y que es <strong>de</strong> valor, por realizar <strong>de</strong>terminado propósito. A veces se sacrifica lo<br />
que vale, por lo inútil. Pero el amor no mi<strong>de</strong> el precio. En la cruz se sacrificó lo<br />
más valioso <strong>de</strong>l universo. ¿Tan necesario fue?<br />
I. Una necesidad <strong>de</strong> la justicia <strong>de</strong> Dios<br />
El hombre es pecador. Todos somos pecadores. La justicia exige castigo. La<br />
MUERTE. Así lo expresa la LEY. Y la <strong>de</strong> Dios es perfecta; la humana es<br />
variable: hoy permite lo que ayer castigaba.<br />
¿Posible la substitución? Se practica en el or<strong>de</strong>n natural: se sacrifican unas vidas<br />
para sostén <strong>de</strong> otras; unos hombres por el bien <strong>de</strong> otros. Dios la acepta en su<br />
Ley. La enseñanza <strong>de</strong> los sacrificios mosaicos. Pero sólo tipos. No substitutos<br />
idóneos. El velo volvía a caer tras el sacerdote que había ofrecido la sangre<br />
expiatoria.<br />
Sólo un hombre perfecto, y divino, capaz <strong>de</strong> efectuarla. Era necesario que<br />
Cristo pa<strong>de</strong>ciera, si el pecador había <strong>de</strong> ser salvo.<br />
Pero, ¿no quedaría satisfecha la justicia <strong>de</strong> Dios con el castigo <strong>de</strong>l pecador? Sí;<br />
pero no su amor.