HEMINGWAY: UN HOMBRE DE ACCIÓN Amante de la ... - RNW

HEMINGWAY: UN HOMBRE DE ACCIÓN
Amante de la pesca, de los toros, del periodismo de calle… Ernest Hemingway fue un hombre de
acción. En el 50 aniversario de su muerte, el periodista de Radio Nederland José Zepeda habló con
Andrés Arenas Gómez, biógrafo de Hemingway, para recordar la vida y obra del Premio Nobel de
Literatura.
¿Cuáles son, a su juicio, los elementos que han hecho posible esta fama permanente de Ernest
Hemingway?
Creo que Hemingway es un autor que fue capaz de liberar a la novela de todos los adornos
innecesarios, herencia del siglo anterior. Fue un autor cuya teoría literaria se basa en la conocida
“teoría del iceberg”. Es decir, un iceberg es una masa de hielo que presenta un porcentaje grande de
esa masa sumergida en el agua y otra parte a la vista. En palabras de Hemingway, al lector hay que
considerarle lo suficientemente inteligente para darle sólo la parte visible del iceberg, mientras que
el resto puede deducirlo él mismo. Por eso yo diría que Hemingway fue capaz de despojar de
adornos innecesarios una literatura que acometió como un auténtico oficio y en la que creo que
consiguió unos resultados excelentes.
Esto de buscar la belleza en la simpleza, de encontrar en las palabras sencillas y del uso cotidiano la
mejor literatura, ¿ha sido influido por su labor periodística?
Sin duda, Hemingway ha sido siempre un periodista. Cuando empezó en el periódico canadiense
Toronto Star era una época en la que los periodistas trabajaban en la calle y Hemingway contaba
siempre que había sitios que el visitaba en la ciudad, como el hospital y la policía, para ver cuáles
eran las noticias. Y Hemingway básicamente es un periodista. Le decía a su amigo español, Castillo
Puche, “el periodismo es bueno porque te ayudará a aprender el oficio, pero siempre que sepas
abandonarlo a tiempo”. A finales de su vida también hizo reportajes periodísticos. El verano peligroso,
tal vez la última obra que él escribió, no es otra cosa sino un reportaje periodístico de cuando viene a
España en el año 59 para ver cómo está la situación de los toros.
Uno podría elegir una serie de elementos, sobre todo los seres humanos, que forman parte de su
literatura pero yo he elegido más bien a la naturaleza para preguntarle por este papel que juega en
su literatura la presencia inmanente del mar.
Pues no cabe ninguna duda que el mar, el agua, desde que su padre le inició en la vida al aire libre,
tiene una influencia decisiva en su obra. No tenemos más que pensar en obras como Tener o no
tener, El viejo y el mar o Islas en el Golfo. En esas tres obras el mar tiene una influencia decisiva.
Además escribió varios artículos periodísticos sobre el mar. Hemingway fue un gran pescador, un
hombre de acción, y le apasionaba la pesca.
Usted dice que fue un hombre de acción, y aquí viene su relación con España y concretamente con
ese período de la Guerra Civil española.
Hemingway viene a España enviado por una agencia de noticias durante la guerra civil. Previamente
había ido a España a los Sanfermines.

¿Y es cierto que los Sanfermines se hicieron populares en su momento por las menciones de
Hemingway o es una leyenda?
Yo creo que es rigurosamente cierto. Si el Ministerio de Turismo Español pudiera constatar la
cantidad de extranjeros que han venido a España gracias a Hemingway, desde luego la cifra sería
altísima. Desde luego, Hemingway fue la persona que puso los Sanfermines en el ámbito sajón, pues
antes de que Hemingway escribiera sobre ellos, sólo eran unos festejos de ámbito local.
Ahora sí, volviendo al argumento central, que es Hemingway y la Guerra Civil española.
Hemingway llega a conocer bien España. Se aloja en el hotel Florida, en el que conoce a la que
posteriormente será su esposa, Martha Guellhorn. Desde allí inicia una serie de artículos bellísimos a
favor de la República, que entiende que es el gobierno legítimamente elegido. Además tiene mucha
relación con las brigadas internacionales y ahí es donde se forja, por decirlo así, Por quién doblan las
campanas.
He leído en un diario peruano: “Andrés Arenas Gómez hablará sobre Hemigway y el mar y también
sobre el papel que tuvo Hemingway en el blanqueo del régimen del caudillo Franco”.
Hemingway dijo que después de la Guerra Civil no volvería a España mientras hubiese algún amigo
suyo que estuviese preso. En los años 50, la dictadura de Franco empezó a comprender que contar
con la anuencia de los Estados Unidos sería algo favorable para el régimen. En la década de los 50,
Hemingway se plantea volver a España y efectivamente, volverá. Ya previamente había pedido
permiso y el gobierno le dijo que no había ningún problema en que volviera a España si no hacía
declaraciones políticas, algo que cumplió. En El verano peligroso cuenta que se sorprendió mucho
cuando, en la frontera, se encontró a un oficial español que le reconoció inmediatamente.
Hemingway se cuadró de forma militar y el oficial le contestó: “no sólo sé quién es usted, señor
Hemingway, sino que además conozco algunas de sus obras”. De modo que Hemingway vuelve a
España y contribuye a que las relaciones entre España y Estados Unidos mejoren. Para el régimen era
como un reconocimiento exterior de que la dictadura de Franco abría un poco la mano.
Se trata de una situación, por lo menos, paradójica. Es decir, el defensor de la República, el hombre
abanderado en contra de la dictadura va a permitir que sea justamente su presencia la que mejore
las relaciones entre la España franquista y los Estados Unidos.
Efectivamente. Hemingway tenía un gran amor por el país y no sólo apoyó la República sino que dio
una serie de charlas por los Estados Unidos para recoger dinero en apoyo a la República.
Desgraciadamente, el bloqueo que había en esos momentos no permitió que este dinero que iba a
ser destinado a comprar material sanitario, ambulancias, etc. llegara a España. Esto era un poco
contradictorio pero es que el Hemingway que va a España a principios de los años 20 y el que vuelve
en los años 50 no es el mismo, pues ha hecho más concesiones. Y sin duda contribuyó a que las
relaciones entre España y Estados Unidos se normalizasen.
Señor Arenas, pasemos al hombre. Si yo fuese un diplomático le diría que Hemingway fue un
hombre singular.
Fue un hombre singular, con una capacidad para estar en el meollo de las cosas como periodista.
Esto fue una realidad y prueba de ello fue su entrega. En Hemingway están muy relacionadas su vida

y su obra, es decir, le gustaban los toros pero además escribiría Muerte en la tarde, un libro bellísimo
sobre los toros, y su última crónica, El verano peligroso. Le gustaba la acción, la pesca, el deporte.
Pero yo estaba pensando en el lado menos agraciado del autor. Estaba pensando en sus
depresiones, en el alcoholismo, en esta tendencia al disfraz, al travestismo… en estas
singularidades que lo hacen un hombre aparte.
Las dos cosas que ha mencionado son ciertas. Un psiquiatra español diagnosticó a Hemingway con
cinco palabras: depresión paranoide asociada con alcoholismo. Hemingway fue un alcohólico y un
gran bebedor. Norberto Fuentes, su reportero cubano, cuenta y detalla la cantidad de alcohol que
Hemingway trasegaba en un día y es algo increíble. Yo cuando lo leí no daba crédito porque no
estamos hablando de una botella de vino sino de una cantidad de alcohol que, sólo una cuarta parte,
tumbaría al suelo a cualquier persona. Bebía muchísimo y como consecuencia de esto se inscribe el
alcoholismo. Entra en la espiral peligrosa de los alcohólicos, que consideran la bebida como parte de
su desarrollo social y las dos cosas tienen mucho que ver con el suicidio. Es decir, ser alcohólico le
producía altibajos y, como lo califica José María Gatti, era un bipolar. El alcoholismo y la depresión le
condujeron, finalmente, al suicidio.
Ahora que estamos en el 50 aniversario del fallecimiento de Ernest Hemingway, ¿es posible creer
que seguirá siendo un clásico de la literatura para las nuevas generaciones?
En Japón, El viejo y el mar es considerada una lectura obligatoria para los alumnos de secundaria. Yo
creo que la obra de Hemingway se seguirá leyendo en este siglo, aunque no todo de igual manera. El
viejo y el mar ya se ha convertido en un clásico y muchos de sus cuentos creo que pasarán a la
historia. Sin duda han consagrado a Hemingway como uno de los signos estelares de la generación
perdida y como un autor que se seguirá leyendo en el siglo XXI por las generaciones venideras.