19.06.2013 Views

¿No es Derecho penal del enemigo, ni tampoco Derecho penal ...

¿No es Derecho penal del enemigo, ni tampoco Derecho penal ...

¿No es Derecho penal del enemigo, ni tampoco Derecho penal ...

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

ALGUNAS OTRAS CONSIDERACIONES SOBRE LA CONSTITUCIONALIDAD DE<br />

LA CADENA PERPETUA POR EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PERUANO.<br />

<strong>¿No</strong> <strong>es</strong> <strong>Derecho</strong> <strong>penal</strong> <strong>del</strong> <strong>enemigo</strong>, <strong>ni</strong> <strong>tampoco</strong> <strong>Derecho</strong> <strong>penal</strong> simbólico?<br />

SUMARIO:<br />

1. Introducción<br />

Estuardo L.<br />

MONTERO CRUZ (*)<br />

1. Introducción.- 2. Antecedent<strong>es</strong> históricos de la cadena perpetua.-<br />

3. Antecedent<strong>es</strong> de la cadena perpetua en el Perú.- 4. La pena perpetua en<br />

el Ordenamiento jurídico <strong>penal</strong> peruano.- 5. La Constitucionalidad de la<br />

cadena perpetua en el Perú.- 6. Algunas otras consideracion<strong>es</strong>. a) Sobre la<br />

defi<strong>ni</strong>ción de la cadena perpetua. b) Cadena perpetua y <strong>Derecho</strong> <strong>penal</strong> <strong>del</strong><br />

“<strong>enemigo</strong>”. (Los prefijos “re” y el principio de proporcionalidad). c)<br />

Cadena perpetua y <strong>Derecho</strong> <strong>penal</strong> simbólico. 7. Conclusion<strong>es</strong>.<br />

“Muchísimos miran la muerte con una vista tranquila y entera,<br />

quien por fanatismo, quien por va<strong>ni</strong>dad, que casi siempre<br />

acompaña al hombre más allá <strong>del</strong> sepulcro; quien por un<br />

<strong>es</strong>fuerzo último y d<strong>es</strong><strong>es</strong>perado, o de no vivir, o salir de miseria;<br />

pero <strong>ni</strong> el fanatismo <strong>ni</strong> la va<strong>ni</strong>dad <strong>es</strong>tá entre los cepos y las<br />

cadenas, bajo el azote, bajo el yugo, en una jaula de hierro; y<br />

el d<strong>es</strong><strong>es</strong>perado no acaba sus mal<strong>es</strong> sino los principia.<br />

BECCARIA<br />

La cadena perpetua <strong>es</strong> una institución jurídica que –en la actualidad– ha sido adoptada<br />

por los diferent<strong>es</strong> ordenamientos jurídico <strong>penal</strong><strong>es</strong> en el mundo, ello ha dado origen a<br />

muchas críticas sobre lo que tiene que soportar un sujeto que ha sido condenado a ésta.<br />

Pero muy aparte de tal<strong>es</strong> objecion<strong>es</strong> realizadas, los Estados la han adoptado, algunos en<br />

su forma originaria (<strong>es</strong> decir, como se concebía antiguamente), otros la han<br />

d<strong>es</strong>naturalizado adecuándola a un r<strong>es</strong>peto de las “garantías mí<strong>ni</strong>mas” que debe brindar<br />

todo Estado Democrático de <strong>Derecho</strong>.<br />

(*) Abogado egr<strong>es</strong>ado de la U<strong>ni</strong>versidad Privada Antenor Orrego (UPAO), Trujillo-Perú.<br />

(e-mail: e.montero.c@hotmail.com)<br />

1


El objeto de <strong>es</strong>tudio de nu<strong>es</strong>tro trabajo son las sentencias (STC) 010-2002 y 003-2005<br />

emitidas por nu<strong>es</strong>tro Tribunal Constitucional, que han considerado que la cadena<br />

perpetua <strong>es</strong> una institución jurídica “constitucional”. En <strong>es</strong>te trabajo, luego de poner a<br />

conocimiento <strong>del</strong> lector la evolución histórica de <strong>es</strong>ta institución jurídica y su<br />

antecedente en el Perú, pretendemos analizar las otras consideracion<strong>es</strong> –que no han sido<br />

observadas– r<strong>es</strong>pecto a dichas sentencias sobre el mencionado tema, bajo el prisma de la<br />

dogmática <strong>penal</strong> moderna, realizando nu<strong>es</strong>tras propias valoracion<strong>es</strong> y <strong>es</strong>tableciendo<br />

nu<strong>es</strong>tra posición. 1<br />

R<strong>es</strong>pecto de las consideracion<strong>es</strong> objeto de nu<strong>es</strong>tro <strong>es</strong>tudio, d<strong>es</strong>prendemos las siguient<strong>es</strong><br />

interrogant<strong>es</strong>. En nu<strong>es</strong>tro país ¿<strong>es</strong> lo mismo entender a la pena de cadena perpetua que<br />

la pena privativa de la libertad vitalicia?; r<strong>es</strong>pecto a la interpretación <strong>del</strong> Tribunal<br />

Constitucional ¿no <strong>es</strong> la cadena perpetua una ma<strong>ni</strong>f<strong>es</strong>tación <strong>del</strong> <strong>Derecho</strong> <strong>penal</strong> <strong>del</strong><br />

<strong>enemigo</strong>?, ¿no r<strong>es</strong>ponde la cadena perpetua a ser <strong>Derecho</strong> <strong>penal</strong> simbólico?<br />

2. Antecedent<strong>es</strong> históricos de la cadena perpetua<br />

Habíamos i<strong>ni</strong>ciado <strong>es</strong>te tema con alguna reflexión –allá arriba– de BECCARIA.<br />

Probablemente suene duro lo expr<strong>es</strong>ado por él, tal vez justificada –en su tiempo–<br />

solamente como propu<strong>es</strong>ta ante la pena de muerte, pero injustificada por inhumana<br />

frente al encierro “absoluto” de la libertad como pe<strong>ni</strong>tencia.<br />

Hablar de la cadena perpetua nos remonta precisamente hablar <strong>del</strong> ilustre prof<strong>es</strong>or<br />

italiano C<strong>es</strong>are BECCARIA el inventor ideológico de la adopción de la cadena perpetua<br />

como institución jurídico <strong>penal</strong>. Si bien, a BECCARIA se le conoce como aquel hombre<br />

que “huma<strong>ni</strong>zó el <strong>Derecho</strong> <strong>penal</strong>” y que propugnó un sistema <strong>penal</strong> garantista,<br />

opo<strong>ni</strong>éndose a la pena de muerte y propagador de un <strong>Derecho</strong> <strong>penal</strong> huma<strong>ni</strong>tario. Pero<br />

aunque parezca paradójico, él incurrió en una contradicción, dado que no se puede<br />

propugnar las penas mitigadas o atemperadas sino que a la vez también debió rechazar<br />

la cadena perpetua –al menos tal y como él la propugnó en <strong>es</strong>e tiempo– por ser<br />

inhumana.<br />

1 Sin redundar en los <strong>es</strong>tudios a los otros considerandos que ya han sido <strong>es</strong>tudiados por algunos juristas. Además,<br />

debemos advertir que <strong>es</strong> muy probable y somos conscient<strong>es</strong> de ello, a las críticas que habrá de ser sometida<br />

nu<strong>es</strong>tra r<strong>es</strong>pu<strong>es</strong>ta sobre el mencionado tema, pero asumimos los ri<strong>es</strong>gos.<br />

2


BECCARIA en contraposición a la pena de muerte, fundamentó a favor de la cadena<br />

perpetua: “no <strong>es</strong> el freno más fuerte contra los <strong>del</strong>itos el <strong>es</strong>pecial <strong>es</strong>pectáculo<br />

momentáneo, aunque terrible, de la muerte de un malhechor, sino el largo y dilatado<br />

ejemplo de un hombre que, convertido en b<strong>es</strong>tia de servicio y privado de libertad,<br />

recompensa con sus fatigas aquella sociedad que ha ofendido”. 2<br />

El ilustre filósofo italiano indicaba que no era conve<strong>ni</strong>ente la pena de muerte sino que,<br />

en lugar de ésta, una prisión perpetua sería mejor, pu<strong>es</strong> en su opi<strong>ni</strong>ón “muchísimos<br />

miran la muerte con una vista tranquila y entera, quien por fanatismo, quien por<br />

va<strong>ni</strong>dad, que casi siempre acompaña al hombre más allá <strong>del</strong> sepulcro; quien por un<br />

<strong>es</strong>fuerzo último y d<strong>es</strong><strong>es</strong>perado, o de no vivir, o salir de miseria; pero <strong>ni</strong> el fanatismo <strong>ni</strong><br />

la va<strong>ni</strong>dad <strong>es</strong>tá entre los cepos y las cadenas, bajo el azote, bajo el yugo, en una jaula<br />

de hierro; y el d<strong>es</strong><strong>es</strong>perado no acaba sus mal<strong>es</strong> sino los principia”. 3<br />

Continua el autor diciendo: “Si se me dij<strong>es</strong>e que la <strong>es</strong>clavitud <strong>es</strong> tan dolorosa, y por<br />

tanto igualmente cruel que la muerte, r<strong>es</strong>ponderé que sumando todos los movimientos<br />

infelic<strong>es</strong> de la <strong>es</strong>clavitud lo será aún más; pero éstos se reparten sobre toda la vida, y<br />

aquella ejercita toda su fuerza en un momento, y en <strong>es</strong>to se halla la ventaja de la pena<br />

de <strong>es</strong>clavitud, que atemoriza más a quien la ve que a quien la sufre”. 4<br />

Frente a todo lo expr<strong>es</strong>ado por BECCARIA, se colocaba entonc<strong>es</strong> como el creador de lo<br />

que él denominó “pena de la <strong>es</strong>clavitud perpetua”, ahora conocida como pena privativa<br />

de la libertad perpetua (cadena perpetua) o pena privativa de la libertad vitalicia (pena<br />

vitalicia).<br />

Como afirma PEÑA CABRERA, d<strong>es</strong>de fin<strong>es</strong> <strong>del</strong> 700 la cadena perpetua ha sido pensada<br />

como una nueva pena. En el Ancién régimen solamente la igl<strong>es</strong>ia incluía a la cadena<br />

perpetua como una forma de pena. Así lo confirma en su práctica criminalis, Julio<br />

CHIARI (1525-1575), precisando: “la pena de cárcel perpetua no <strong>es</strong> empleada por los<br />

laicos, incluso, apuntaba <strong>es</strong>te autor, que se recurriría a medios más expeditivos: horca,<br />

hacha, d<strong>es</strong>cuartizamiento, d<strong>es</strong>peñamiento, decapitación, inmersión, cocción,<br />

2 BECCARIA, C<strong>es</strong>are; “De los <strong>del</strong>itos y las penas”, Edit. Fondo de Cultura Económica, Puebla, México, p. 276. (Título<br />

original: Dei <strong>del</strong>itti e <strong>del</strong>le pene-1764).<br />

3 Ibídem., p. 277 y ss.<br />

4 Ibíd., p. 278.<br />

3


enrodamiento, la amputación de una mano o ambas por el <strong>del</strong>ito de hurto, el corte de la<br />

lengua por blasfemia, etc., <strong>es</strong>tas eran las penas normal<strong>es</strong>”. 5<br />

La segregación perpetua se realiza en cualquiera de los conventos que usaba la igl<strong>es</strong>ia<br />

para condenar a los herej<strong>es</strong>. El empleo de <strong>es</strong>ta clase de pena partía de un pr<strong>es</strong>upu<strong>es</strong>to<br />

ideológico –d<strong>es</strong>de <strong>es</strong>e punto de vista correcto– como era el recuperar mediante la<br />

condena, al pecador el medio severo en qué consistía el aislamiento perpetuo. D<strong>es</strong>de<br />

<strong>es</strong>te contexto, la <strong>es</strong>peranza no se d<strong>es</strong>vanecía, al contrario, era conquistar mediante la<br />

expiación el arrepentimiento y no pocas vec<strong>es</strong> el perdón que confería la igl<strong>es</strong>ia. Deviene<br />

inter<strong>es</strong>ante rememorar la sentencia que se infringió a GALILEO GALILEI por sospecha de<br />

herejía: “<strong>es</strong>te santo oficio te condena a la cárcel formal, r<strong>es</strong>ervándonos la facultad de<br />

aminorar, cambiar y levantar en todo o en parte la mencionada pena”. Como se ve, era<br />

una pena sin fecha predeterminada, vale decir, quedaba bajo la completa<br />

discrecionalidad de la autoridad. 6<br />

3. Antecedent<strong>es</strong> de la cadena perpetua en el Perú<br />

La Cadena perpetua en el Perú tiene como antecedente el D. Ley Nº 25475 artículo 21,<br />

de fecha 6 de mayo de 1992 que lo incorpora por primera vez. Así, tal como lo afirma<br />

BRAMONT-ARIAS, <strong>es</strong>to “(d)ebido a la inc<strong>es</strong>ante actividad terrorista en dichos años, el<br />

legislador se vio obligado a incorporar en el ordenamiento jurídico <strong>penal</strong> la cadena<br />

perpetua…”. 7 En entonc<strong>es</strong>, <strong>es</strong> cuando a partir de <strong>es</strong>e momento se incluyó al Código<br />

<strong>penal</strong> dicha pena.<br />

Según el autor ant<strong>es</strong> citado, “en un principio se tuvo la intención de aplicar dicha<br />

sanción solo para <strong>del</strong>ito de terrorismo, pero tal como se plasmó el artículo 29 se podía<br />

aplicar a cualquier <strong>del</strong>ito en donde el legislador no hubi<strong>es</strong>e indicado el máximo de la<br />

pena”. 8<br />

5<br />

PEÑA CABRERA, Raúl; “Traición a la patria y arrepentimiento terrorista”, 1ra Edic., Grijley, Lima, 1994, p. 169.<br />

6<br />

Ibídem.<br />

7<br />

BRAMONT-ARIAS TORRES, Luis Alberto; “La pena de cadena perpetua en la legislación nacional”, en Actualidad<br />

Jurídica, Tomo 111, Febrero, 2003, p. 83.<br />

8 Ibídem.<br />

4


4. La pena perpetua en el Ordenamiento <strong>penal</strong> peruano<br />

Actualmente, en nu<strong>es</strong>tro Código <strong>penal</strong> los <strong>del</strong>itos que tienen sanción de cadena perpetua<br />

son:<br />

En los Delitos contra la libertad:<br />

Secu<strong>es</strong>tro: Art. 152 (parte in fine) 9 , donde la pena será de cadena perpetua cuando<br />

concurran junto a los pr<strong>es</strong>upu<strong>es</strong>tos <strong>del</strong> tipo básico, cualquiera de los siguient<strong>es</strong><br />

pr<strong>es</strong>upu<strong>es</strong>tos que servirán como agravant<strong>es</strong>:<br />

1. El agraviado <strong>es</strong> menor de edad o mayor de setenta años.<br />

2. El agraviado sufre discapacidad y el agente se aprovecha de ésta circunstancia.<br />

3. Si se causa l<strong>es</strong>ion<strong>es</strong> grav<strong>es</strong> o muerte al agraviado durante el secu<strong>es</strong>tro o como<br />

consecuencia de dicho acto.<br />

Delitos contra la libertad sexual<br />

Violación sexual de menor de edad: Art. 173 10 , donde la pena será de cadena perpetua,<br />

cuando concurran los pr<strong>es</strong>upu<strong>es</strong>tos <strong>del</strong> tipo básico y si la víctima tiene menos de diez<br />

años de edad.<br />

También en la parte in fine de dicho artículo, la pena será de cadena perpetua, cuando<br />

concurran los pr<strong>es</strong>upu<strong>es</strong>tos <strong>del</strong> tipo básico y si la víctima tiene entre diez años de edad y<br />

menos de catorce, o si la víctima tiene entre catorce años de edad y menos de dieciocho,<br />

en cualquiera de los casos, el agente será sancionado con la corr<strong>es</strong>pondiente pena, si <strong>es</strong><br />

que tuviere cualquier posición, cargo o vínculo familiar que le dé particular autoridad<br />

sobre la víctima o le impulse a depositar en él su confianza.<br />

Violación sexual de menor de edad seguida de muerte o l<strong>es</strong>ión grave: Art. 173-A 11 ,<br />

donde la pena será de cadena perpetua, cuando la víctima tenga entre diez años de edad<br />

y menos de catorce, o tenga entre catorce años de edad y menos de dieciocho,<br />

causándole la muerte o le produzca l<strong>es</strong>ión grave, y donde el agente pudo prever <strong>es</strong>te<br />

r<strong>es</strong>ultado o si ha procedido con crueldad.<br />

9<br />

Artículo 152 <strong>del</strong> Código Penal peruano, modificado por el D. Leg. Nº 982.- Decreto legislativo que modifica el<br />

Código pena, aprobado por D. Leg. Nº 635 (22/07/2007).<br />

10<br />

Artículo 173 <strong>del</strong> Código Penal peruano, modificado por el artículo 1 de la Ley Nº 28704 (05/04/2006).<br />

11<br />

Artículo 173 <strong>del</strong> Código Penal peruano, modificado por el artículo 1 de la Ley Nº 28704 (05/04/2006).<br />

5


Violación seguida de muerte o l<strong>es</strong>ión grave: Art. 177 12 , la pena será de cadena perpetua,<br />

cuando el agente que realice el <strong>del</strong>ito de violación haya pu<strong>es</strong>to en <strong>es</strong>tado de<br />

inconsciencia o en la imposibilidad de r<strong>es</strong>istir a su víctima, causándole la muerte o<br />

produciéndole l<strong>es</strong>ión grave, habiendo podido prever <strong>es</strong>te r<strong>es</strong>ultado o si procedió con<br />

crueldad.<br />

Delitos contra el patrimo<strong>ni</strong>o<br />

Robo agravado: Art. 189 13 , donde la pena será de cadena perpetua cuando concurran los<br />

pr<strong>es</strong>upu<strong>es</strong>tos <strong>del</strong> tipo básico y cuando el agente actúe en calidad de integrante de una<br />

orga<strong>ni</strong>zación <strong>del</strong>ictiva o banda, o si como consecuencia <strong>del</strong> hecho se produce la muerte<br />

de la víctima o se le causa l<strong>es</strong>ion<strong>es</strong> grav<strong>es</strong> a su integridad física o mental.<br />

Extorsión: Art. 200 (parte in fine) 14 , donde la pena será de cadena perpetua cuando<br />

concurran junto a los pr<strong>es</strong>upu<strong>es</strong>tos <strong>del</strong> tipo básico, cualquiera de los siguient<strong>es</strong><br />

pr<strong>es</strong>upu<strong>es</strong>tos que servirán como agravant<strong>es</strong>:<br />

1. El rehén <strong>es</strong> menor de edad o mayor de setenta años.<br />

2. El rehén <strong>es</strong> persona con discapacidad y el agente se aprovecha de ésta<br />

circunstancia.<br />

3. Si la víctima r<strong>es</strong>ulta con l<strong>es</strong>ion<strong>es</strong> grav<strong>es</strong> o muere durante o como consecuencia<br />

de dicho acto.”<br />

Contra la tranquilidad pública<br />

Terrorismo: Decreto Ley Nº 25475, la pena será de cadena perpetua cuando concurra<br />

los requisitos <strong>del</strong> tipo básico, y alguno de los siguient<strong>es</strong> pr<strong>es</strong>upu<strong>es</strong>tos:<br />

1. Si el agente pertenece al grupo dirigencial de una orga<strong>ni</strong>zación terrorista sea en<br />

calidad de líder, cabecilla, jefe, secretario general u otro equivalente, a <strong>ni</strong>vel<br />

nacional, sin distingo de la función que d<strong>es</strong>empeñe en la orga<strong>ni</strong>zación.<br />

2. Si el agente <strong>es</strong> integrante de grupos armados, bandas, peloton<strong>es</strong>, grupos de<br />

a<strong>ni</strong>quilamiento o similar<strong>es</strong>, de una orga<strong>ni</strong>zación terrorista, encargados de la<br />

eliminación física de personas o grupos de personas indefensas sea cual fuere el<br />

medio empleado.<br />

12 Artículo 173 <strong>del</strong> Código Penal peruano, modificado por el artículo 1 de la Ley Nº 28704 (05/04/2006).<br />

13 Texto <strong>del</strong> Artículo según modificación efectuada mediante el artículo 1º de la Ley Nº 27472 <strong>del</strong> (05/06/2001).<br />

14 Artículo 152 <strong>del</strong> Código Penal peruano, modificado por el D. Leg. Nº 982.- Decreto legislativo que modifica el<br />

Código pena, aprobado por D. Leg. Nº 635 (22/07/2007).<br />

6


5. La Constitucionalidad de la cadena perpetua en el Perú<br />

Ahora bien, entrando en el tema, nu<strong>es</strong>tro Tribunal Constitucional ha considerado que la<br />

cadena perpetua <strong>es</strong> una institución jurídica “constitucional”. 15 En <strong>es</strong>ta parte <strong>del</strong> trabajo,<br />

veremos brevemente algunos puntos que hemos creído conve<strong>ni</strong>ente analizar sobre las<br />

STC 010-2002 y STC 003-2005, que los magistrados <strong>del</strong> tribunal han asumido como<br />

criterios para su constitucionalidad, entre otras posturas.<br />

• STC 010-2002<br />

En enero <strong>del</strong> 2003 el Tribunal Constitucional peruano se pronunció sobre la Acción de<br />

inconstitucionalidad, contra los Decretos Ley<strong>es</strong> N. os 25475, 25659, 25708 y 25880, así<br />

como sus normas complementarias y conexas. Uno de los puntos que se requirieron<br />

revisar para decláralo inconstitucional, fue sobre Cadena perpetua (D. Ley Nº 25475).<br />

Los demandant<strong>es</strong> cu<strong>es</strong>tionaban la validez constitucional de la aplicación de la pena de<br />

cadena perpetua, por considerarla incompatible con el numeral 2) <strong>del</strong> artículo 5º de la<br />

Convención Americana sobre <strong>Derecho</strong>s Humanos y el artículo 139º, inciso 2), de la<br />

Constitución.<br />

Ante ello, el Tribunal Constitucional, consideró que al tener el Sistema pe<strong>ni</strong>tenciario<br />

como fin<strong>es</strong> los prefijos re ("reeducación", "rehabilitación" y "reincorporación"), se<br />

deriva la obligación <strong>del</strong> legislador de prever una fecha de culminación de la pena, de<br />

manera tal que permita que el penado pueda reincorporarse a la vida comu<strong>ni</strong>taria.<br />

Además que si bien el legislador cuenta con una amplia libertad para configurar los<br />

alcanc<strong>es</strong> de la pena, sin embargo, tal libertad tiene un límite de orden temporal,<br />

directamente relacionado con la exigencia constitucional de que el penado se<br />

reincorpore a la sociedad.<br />

En <strong>es</strong>te sentido, para el Tribunal “la ‘cadena perpetua’, en su regulación legal actual, <strong>es</strong><br />

intemporal; <strong>es</strong> decir, no <strong>es</strong>tá sujeta a límit<strong>es</strong> en el tiempo, pu<strong>es</strong> si tiene un comienzo, sin<br />

15 Aquí, debemos aclarar que hablar de “constitucionalidad” no <strong>es</strong> igual que hablar de legitimidad. Aunque<br />

“debería” ser la legitimidad un pilar de lo constitucional, cosa que no siempre ocurre. El hecho de que una norma<br />

se encuentre en la Constitución –aun cuando ésta tenga una naturaleza democrática– o sea interpretada<br />

favorablemente por el TC, no siempre lo hace legítima. Dicho con un ejemplo, no sería “legítima” si se aplicara la<br />

pena de muerte, aunque <strong>es</strong>tá <strong>es</strong>tablecida en nu<strong>es</strong>tra Constitución Política; <strong>ni</strong> <strong>tampoco</strong> sería legítima que el TC<br />

fundamente favorablemente que la pena de muerte <strong>es</strong> constitucional, y por ende aplicable. En el caso <strong>del</strong> tema en<br />

exposición con las características <strong>es</strong>tablecidas tal y como <strong>es</strong>tá –a<strong>del</strong>antando una r<strong>es</strong>pu<strong>es</strong>ta–, si puede hablarse de<br />

una constitucionalidad legítima.<br />

7


embargo carece de un final y, en <strong>es</strong>a medida, <strong>ni</strong>ega la posibilidad de que el penado en<br />

algún momento pueda reincorporarse a la sociedad.” 16<br />

Sin embargo, el Tribunal no consideró “que la inconstitucionalidad de la cadena<br />

perpetua lo autorice a declarar la invalidez de la disposición que la autoriza –<strong>es</strong> decir, la<br />

Cadena perpetua no <strong>es</strong> inconstitucional per se–, pu<strong>es</strong> ciertamente tal incompatibilidad<br />

podría perfectamente remediarse si <strong>es</strong> que el legislador introduj<strong>es</strong>e una serie de medidas<br />

que permitan que la cadena perpetua deje de ser una pena sin plazo de culminación.” 17<br />

El Tribunal consideró que no puede declararse la inconstitucionalidad de tal<br />

disposición, pu<strong>es</strong> podrían generarse mayor<strong>es</strong> efectos inconstitucional<strong>es</strong> que los que se<br />

buscan remediar. En <strong>es</strong>e sentido, “al tenerse que expedir una sentencia de "mera<br />

incompatibilidad" en <strong>es</strong>te punto, el Tribunal Constitucional considera que corr<strong>es</strong>ponde<br />

al legislador introducir en la legislación nacional los meca<strong>ni</strong>smos jurídicos que hagan<br />

que la cadena perpetua no sea una pena sin plazo de culminación”. 18<br />

El sustento de argumentación de nu<strong>es</strong>tro Tribunal <strong>es</strong>tuvo bajo los supu<strong>es</strong>tos análogos de<br />

la cadena perpetua en el Estatuto de la Corte Penal Internacional (ratificado nu<strong>es</strong>tro país<br />

mediante Decreto Supremo N.° 079-2001-RE), donde se había previsto la posibilidad de<br />

revisar la sentencia y la pena, luego de transcurrido un determinado número de años.<br />

Que “si bien dicho instrumento normativo no <strong>es</strong> aplicable para el caso de los<br />

sentenciados por los <strong>del</strong>itos regulados por los decretos ley<strong>es</strong> impugnados, el legislador<br />

nacional puede adoptar medidas de semejante naturaleza a fin de contrarr<strong>es</strong>tar los<br />

efectos inconstitucional<strong>es</strong> de no haberse previsto una fecha de culminación con la pena<br />

de cadena perpetua. 19<br />

Asimismo, refiere que, también “el legislador nacional puede introducir un régimen<br />

legal <strong>es</strong>pecial en materia de beneficios pe<strong>ni</strong>tenciarios, de manera que se posibilite la<br />

realización efectiva de los principios de dig<strong>ni</strong>dad de la persona y r<strong>es</strong>ocialización. Ese <strong>es</strong><br />

el caso, por ejemplo, de la legislación italiana, que, con el objeto de que la cadena<br />

perpetua pueda ser compatibilizada con los principios de r<strong>es</strong>ocialización y de dig<strong>ni</strong>dad<br />

16 STC 010-2002-AI de fecha 3 de enero de 2003, n.m. 183.<br />

17 STC 010-2002-AI de fecha 3 de enero de 2003, n.m. 190. (Cursivas nu<strong>es</strong>tras)<br />

18 STC 010-2002-AI de fecha 3 de enero de 2003, n.m. 190.<br />

19 STC 010-2002-AI de fecha 3 de enero de 2003, n.m. 191.<br />

8


de la persona, a través de la Ley Nº 663 <strong>del</strong> 10 de octubre de 1986 ha posibilitado que,<br />

luego de quince años de prisión, el condenado pueda acceder al beneficio de la<br />

semilibertad y, luego, a la libertad condicional. Similar situación sucede en la mayoría<br />

de país<strong>es</strong> europeos y también en algunos latinoamericanos, como en el caso argentino,<br />

donde la pena de cadena perpetua en realidad no <strong>es</strong> ilimitada, <strong>es</strong>to <strong>es</strong>, intemporal, pu<strong>es</strong><br />

como dispuso la Ley Nº 24660, el reo condenado a cadena perpetua goza de libertad<br />

condicional a los veinte años, y ant<strong>es</strong> de <strong>es</strong>ta posibilidad, <strong>del</strong> régimen de salidas<br />

transitorias y de semilibertad que pueden obtenerse a los quince años de internamiento.<br />

Incluso, puede considerarse la edad <strong>del</strong> condenado como uno de los factor<strong>es</strong><br />

important<strong>es</strong> al momento de <strong>es</strong>tablecer los límit<strong>es</strong> temporal<strong>es</strong>”. 20<br />

En fin, el Tribunal concluyó que, “el <strong>es</strong>tablecimiento de la pena de cadena perpetua sólo<br />

<strong>es</strong> inconstitucional si no se prevén meca<strong>ni</strong>smos temporal<strong>es</strong> de excarcelación, vía los<br />

beneficios pe<strong>ni</strong>tenciarios u otras que tengan por objeto evitar que se trate de una pena<br />

intemporal, por lo que si en un plazo razonable el legislador no dictase una ley en los<br />

términos exhortados, por la sola eficacia de <strong>es</strong>ta sentencia, al cabo de 30 años de<br />

i<strong>ni</strong>ciada la ejecución de la condena, los juec<strong>es</strong> <strong>es</strong>tarán en la obligación de revisar las<br />

sentencias condenatorias”. 21<br />

Posterior a dicha sentencia, el poder legislativo <strong>del</strong>ega facultad<strong>es</strong> al poder ejecutivo,<br />

para que éste legisle sobre materia antiterrorista, dando origen el Decreto Leg. Nº 921<br />

que <strong>es</strong>tablece el régimen jurídico de la cadena perpetua y el límite máximo de las penas<br />

temporal<strong>es</strong> para los <strong>del</strong>itos de terrorismo y vinculante para todos los demás <strong>del</strong>itos<br />

sancionados con <strong>es</strong>ta pena.<br />

En relación al régimen jurídico de cadena perpetua, se dispuso que ésta sea revisada<br />

cuando el condenado haya cumplido 35 años de privación de libertad y se realizará<br />

conforme al procedimiento <strong>es</strong>tablecido en el Capítulo V <strong>del</strong> Código de Ejecución Penal,<br />

el cual por disposición <strong>del</strong> artículo 4 <strong>del</strong> decreto en referencia se incorpora a dicho<br />

código.<br />

20 STC 010-2002-AI de fecha 3 de enero de 2003, n.m. 193.<br />

21 STC 010-2002-AI de fecha 3 de enero de 2003, n.m. 194.<br />

9


En tal sentido, la cadena perpetua será revisada de oficio o a pedido de parte por el<br />

órgano jurisdiccional que impuso la pena, cuando el condenado haya cumplido 35 años<br />

de privación de libertad. Para ello, dicho órgano jurisdiccional ordenará al Consejo<br />

Téc<strong>ni</strong>co Pe<strong>ni</strong>tenciario que en un plazo de 15 días orga<strong>ni</strong>ce el expediente. Asimismo<br />

dispondrá que en el mismo plazo se practiquen al condenado, exámen<strong>es</strong> físico, mental y<br />

otros que considere conve<strong>ni</strong>ente.<br />

• STC 003-2005<br />

Luego, el 9 de agosto <strong>del</strong> 2006, se reu<strong>ni</strong>ó el Tribunal Constitucional en s<strong>es</strong>ión <strong>del</strong> Pleno<br />

Jurisdiccional, para r<strong>es</strong>olver una demanda de inconstitucionalidad contra el Decreto<br />

Legislativo 921 entre otros Decretos legislativos. En el que solo ocuparemos <strong>del</strong><br />

Decreto Legislativo mencionado, por la relación que tiene con nu<strong>es</strong>tro tema.<br />

Aquí, el Tribunal Constitucional consideró que “el régimen jurídico de la cadena<br />

perpetua <strong>es</strong>tablecido en el Decreto Legislativo 921 ha salvado las objecion<strong>es</strong> de<br />

inconstitucionalidad y, por ello, cumple lo dispu<strong>es</strong>to en la STC 0010-2002-AI/TC. Y<br />

constata que el legislador ha introducido diversos meca<strong>ni</strong>smos para hacer que una pena,<br />

prima facie, sin límit<strong>es</strong> temporal<strong>es</strong>, como la cadena perpetua, sea susceptible de deve<strong>ni</strong>r<br />

en temporalmente limitada a través <strong>del</strong> referido procedimiento de revisión”. 22<br />

En <strong>es</strong>ta parte, el Tribunal se pronuncio sobre que, “una de las impugnacion<strong>es</strong> que los<br />

demandant<strong>es</strong> hacen a la cadena perpetua no se relaciona tanto con el hecho de que se la<br />

mantenga en el ordenamiento <strong>penal</strong>, sino de que el procedimiento <strong>es</strong>tablecido en el<br />

Decreto Legislativo 921 habría dejado a la libre y arbitraria decisión <strong>del</strong> órgano<br />

jurisdiccional la posibilidad de declarar cumplida la pena. D<strong>es</strong>de la perspectiva de los<br />

demandant<strong>es</strong>, tal circunstancia no levantaría el cu<strong>es</strong>tionamiento <strong>del</strong> Tribunal expr<strong>es</strong>ado<br />

en la STC 0010-2002-AI/TC, acerca de la ausencia de límit<strong>es</strong> temporal<strong>es</strong> de la cadena<br />

perpetua, por lo que debería declararse su inconstitucionalidad”. 23<br />

Según el Tribunal “la objeción debe ser d<strong>es</strong><strong>es</strong>timada. –…Pu<strong>es</strong>– observa que la<br />

i<strong>ni</strong>ciación <strong>del</strong> procedimiento de revisión de la pena de cadena perpetua, transcurrido los<br />

22 STC 003-2005-AI, n.m., p. 21.<br />

23 STC 003-2005-AI, n.m., p. 22.<br />

10


35 años de privación de la libertad, no supone, per se, que se cancele la pena. Al igual<br />

que lo que sucede con otros beneficios pe<strong>ni</strong>tenciarios, el transcurso de dicho lapso de<br />

privación de la libertad sólo constituye el cumplimiento <strong>del</strong> supu<strong>es</strong>to legalmente<br />

previsto para que se dé i<strong>ni</strong>cio al procedimiento contemplado en el artículo 59-A <strong>del</strong><br />

Código de Ejecución Penal, siendo su conc<strong>es</strong>ión una posibilidad derivada <strong>del</strong><br />

cumplimiento de los fin<strong>es</strong> constitucional<strong>es</strong> de la pena, a cargo de la interpretación que el<br />

Juez Penal realice de la ley, de conformidad con lo r<strong>es</strong>uelto en la STC 4220-<br />

2005PHC/TC.” 24<br />

En <strong>es</strong>e sentido, el Tribunal Constitucional no comparte el cu<strong>es</strong>tionamiento que realizan<br />

los demandant<strong>es</strong> <strong>del</strong> procedimiento de revisión de la cadena perpetua; por el contrario<br />

<strong>es</strong>tima que <strong>es</strong> razonable y proporcional. 25<br />

6. Algunas otras consideracion<strong>es</strong><br />

Aquí hemos considerado hacer nu<strong>es</strong>tra propia valoración sobre la defi<strong>ni</strong>ción de la<br />

cadena perpetua en nu<strong>es</strong>tro país, r<strong>es</strong>pecto a la sentencia 003-2005. Ahora, el Tribunal<br />

Constitucional en la sentencia 010-2002 ha considerado (aquí las otras<br />

consideracion<strong>es</strong>) su negativa de la cadena perpetua a un <strong>Derecho</strong> <strong>penal</strong> <strong>del</strong> <strong>enemigo</strong>, y<br />

otra de no ser un <strong>Derecho</strong> <strong>penal</strong> simbólico; motivo por el cual, será analizada también<br />

por nosotros.<br />

a) Sobre la defi<strong>ni</strong>ción de la cadena perpetua<br />

Tratando de buscar una defi<strong>ni</strong>ción a la Cadena perpetua o prisión perpetua, encontramos<br />

que ésta, <strong>es</strong> entendida comúnmente como “pena de encarcelamiento de por vida <strong>del</strong><br />

condenado” 26 (pena vitalicia) o pena privativa de la libertad perpetua.<br />

Aparentemente, dos palabras distintas (cadena perpetua y pena vitalicia) bajo la misma<br />

semántica. Pero tal defi<strong>ni</strong>ción, actualmente no <strong>es</strong> la adecuada si tuviéramos en cuenta lo<br />

<strong>es</strong>tablecido por nu<strong>es</strong>tro Tribunal Constitucional, sobre <strong>es</strong>ta en nu<strong>es</strong>tro ordenamiento<br />

jurídico <strong>penal</strong>, quien<strong>es</strong> tratando de r<strong>es</strong>petar la dig<strong>ni</strong>dad <strong>del</strong> ser humano, se han visto en<br />

24 STC 003-2005-AI, n.m., p. 23.<br />

25 STC 003-2005-AI, n.m., p. 40.<br />

26 Según lo define la Wikipedia.<br />

11


la obligación de d<strong>es</strong>naturalizar la cadena perpetua como originariamente se entendía, <strong>es</strong><br />

decir, como la que fue propugnada por BECCARIA.<br />

Tal d<strong>es</strong>naturalización ha dado lugar a comprender la cadena perpetua de dos formas: a)<br />

Es decir, entender la perpetuidad como absoluta, donde se equipararía ésta a una pena<br />

privativa de la libertad vitalicia, que según creemos equivaldría con lo que en palabras<br />

de Mario JULIANO ha denominado una “pena de muerte encubierta” 27 , o tal vez como –<br />

la denominó el Tribunal Europeo de <strong>Derecho</strong>s Humanos– “prisión perpetua<br />

ineludible” 28 ; b) O entender la perpetuidad con un sentido relativo, <strong>es</strong> decir, una<br />

temporalidad indeterminada; que se identificaría –según el Tribunal Europeo de<br />

<strong>Derecho</strong>s Humanos– con lo que se conoce ahora como “prisión perpetua<br />

discrecional” 29 , adoptada por el Perú 30 .<br />

b) Cadena perpetua y <strong>Derecho</strong> <strong>penal</strong> <strong>del</strong> “<strong>enemigo</strong>”. (Los prefijos “re” y el<br />

principio de proporcionalidad)<br />

El Tribunal Constitucional ha referido que “la política de persecución criminal de un<br />

Estado constitucional democrático no puede distinguir(se) entre un <strong>Derecho</strong> <strong>penal</strong> de<br />

los ciudadanos y un <strong>Derecho</strong> <strong>penal</strong> <strong>del</strong> <strong>enemigo</strong>; <strong>es</strong> decir, un <strong>Derecho</strong> <strong>penal</strong> que<br />

distinga, en cuanto a las garantías <strong>penal</strong><strong>es</strong> y los fin<strong>es</strong> de las penas aplicabl<strong>es</strong>, entre<br />

ciudadanos que <strong>del</strong>inquen incidentalmente y d<strong>es</strong>de su status en tanto tal<strong>es</strong>, de aquellos<br />

otros que <strong>del</strong>inquen en tanto se ubican extramuros <strong>del</strong> <strong>Derecho</strong> en general y son, por<br />

ello, considerados ya no ciudadanos sino más bien <strong>enemigo</strong>s. Para los primeros son<br />

aplicabl<strong>es</strong> los fin<strong>es</strong> constitucional<strong>es</strong> de las penas –<strong>es</strong> decir, los prefijos re– ant<strong>es</strong><br />

aludidas, mientras que para los segundos, no cabe otra alternativa más que su total<br />

eliminación. Evidentemente, <strong>es</strong>ta concepción no puede ser asumida dentro de un<br />

27 Fuente: Rio Negro online. “La prisión perpetua <strong>es</strong> pena de muerte encubierta”. Dispo<strong>ni</strong>ble en:<br />

http://www.rionegro.com.ar/diario/2007/08/23/20078r23s01.php<br />

28 LÓPEZ ORTEGA, Juan José; “Cadena perpetua y pena de muerte. El principio de <strong>es</strong>pecialidad”, en las Publicacion<strong>es</strong><br />

<strong>del</strong> Portal Iberoamericano de las Ciencias Penal<strong>es</strong>, Instituto de <strong>Derecho</strong> Penal Europeo e Internacional,<br />

U<strong>ni</strong>versidad de Castilla-La Mancha, 2006, p. 4.<br />

29 Ibídem.<br />

30 Aquí, debo hacer una anotación. En nu<strong>es</strong>tro país, no se trata <strong>tampoco</strong> de entender –como así lo han entendido<br />

algunos– que cadena perpetua <strong>es</strong> igual a 35 años de pena privativa de la libertad. Pu<strong>es</strong> la diferencia radica, en que<br />

ésta última, al cumplirse el tiempo <strong>es</strong>tablecido, <strong>es</strong> decir los 35 años de pena privativa de libertad,<br />

automáticamente c<strong>es</strong>ará en su condena. Mientras que la pena de cadena perpetua, recién a los 35 años de<br />

cumplido puede c<strong>es</strong>ar (nót<strong>es</strong>e el carácter pot<strong>es</strong>tativo y discrecional <strong>del</strong> juzgador), donde el magistrado tomará en<br />

cuenta muchos factor<strong>es</strong> en el individuo durante su <strong>es</strong>tancia en el centro pe<strong>ni</strong>tenciario, de ser positivo el juzgador<br />

decidirá aplicar la excarcelación, para terminar con su condena. De ser negativo, el juzgador negará su<br />

excarcelación, mante<strong>ni</strong>endo la condena, pero dejando la posibilidad que d<strong>es</strong>pués de transcurrido 1 año, se realice<br />

una nueva revisión de su pena, de oficio o a petición de parte.<br />

12


Estado que se funda, por un lado, en el derecho-principio de dig<strong>ni</strong>dad humana y, por<br />

otro lado, en el principio político democrático”. 31<br />

Ante <strong>es</strong>to, creemos que la valoración que intenta realizar el Tribunal Constitucional<br />

sobre la cadena perpetua, negando la relación de la cadena perpetua a un <strong>Derecho</strong> <strong>penal</strong><br />

<strong>del</strong> <strong>enemigo</strong>, considerando que en un Estado Constitucional tal diferenciación –<strong>es</strong><br />

decir, entre ciudadanos y <strong>enemigo</strong>s– no existe, nos parece poco creíble.<br />

Que no deba existir, <strong>es</strong> verdad, pero no podemos ser ciegos a semejante realidad, ya<br />

que existe; <strong>es</strong>tá probado que un Estado constitucional también realiza una distinción<br />

entre quien<strong>es</strong> como ciudadano y quien<strong>es</strong> como <strong>enemigo</strong>s, y no de forma arbitraria, por<br />

el contrario, legítima. Talvéz no nec<strong>es</strong>ite hacer una distinción expr<strong>es</strong>a, por cuanto<br />

dicha distinción <strong>es</strong>tá tácita en su ordenamiento legal. Y se puede distinguir cuando nos<br />

tratamos explicar las garantías que el Estado de <strong>Derecho</strong> le otorga –inconscientemente–<br />

unas por ejemplo a un terrorista, y otras a un <strong>es</strong>tafador por así decirlo. Es evidente que<br />

son distintas, hay mucha diferencia. Este último <strong>es</strong> tratado aun como persona en<br />

<strong>Derecho</strong>, mientras que el primero –el terrorista– <strong>es</strong> tratado como <strong>enemigo</strong> 32 .<br />

Ahora, el art. IX <strong>del</strong> Título preliminar <strong>del</strong> CP peruano pr<strong>es</strong>cribe que “la pena tiene la<br />

función preventiva, protectora y r<strong>es</strong>ocializadora”; consideramos, que la r<strong>es</strong>ocialización<br />

(quiérase o no) como una función de la pena, tal como lo ha expr<strong>es</strong>ado POLAINO<br />

NAVARRETE, “no <strong>es</strong> que sea incorrecto, sino que –a nu<strong>es</strong>tro juicio– <strong>es</strong> irreal, porque,<br />

como queda dicho, la r<strong>es</strong>ocialización no <strong>es</strong> conditio sine qua non de la pena, sino una<br />

finalidad que todo Estado constitucional ha de racionalmente tender: si, por la razón<br />

que fuera, no se consigue la rehabilitación o reinserción <strong>del</strong> <strong>del</strong>incuente, la pena sigue<br />

siendo válida y no por ello habría de ser declarada inconstitucional” 33 . Entonc<strong>es</strong>, la idea<br />

de la r<strong>es</strong>ocialización no <strong>es</strong> función dogmática de la pena (como si la que se d<strong>es</strong>prende<br />

<strong>del</strong> <strong>Derecho</strong> <strong>penal</strong> <strong>del</strong> ciudadano y <strong>del</strong> <strong>enemigo</strong>), sino sólo una loable finalidad que<br />

31 STC 003-2005-AI, n.m., p. 16. (cursivas nu<strong>es</strong>tras)<br />

32 JAKOBS, Günther; “La pena <strong>es</strong>tatal: sig<strong>ni</strong>ficado y finalidad”, en El Fundamento <strong>del</strong> Sistema Jurídico Penal, Ara, Lima<br />

2005, p. 64. Opina el autor que será “<strong>enemigo</strong>”, “quien no pr<strong>es</strong>ta la garantía mí<strong>ni</strong>ma que <strong>es</strong> impr<strong>es</strong>cindible para<br />

ser tratado como persona”.<br />

33 POLAINO NAVARRETE, Miguel; “<strong>Derecho</strong> Penal. Modernas bas<strong>es</strong> dogmáticas”, Grijley, Lima, 2004, p. 129.<br />

13


debe “intentar” alcanzarse 34 , que a nu<strong>es</strong>tro juicio, <strong>es</strong> la función <strong>del</strong> <strong>Derecho</strong><br />

pe<strong>ni</strong>tenciario, así <strong>es</strong>tablecida por nu<strong>es</strong>tra Constitución Política 35 de Estado.<br />

La pena en su función común, <strong>es</strong> un instrumento de aseguramiento contrafáctico y<br />

cog<strong>ni</strong>tivo de la vigencia de la norma (función ma<strong>ni</strong>fi<strong>es</strong>ta), 36 donde el <strong>Derecho</strong> le<br />

reconoce al sujeto que <strong>del</strong>inque, su hecho como “un d<strong>es</strong>liz reparable” 37 ; pero existe otra<br />

función distinta a la función normal de la pena, <strong>es</strong>ta <strong>es</strong> neutralizadora de peligros<br />

(función latente). En <strong>es</strong>ta última ya no se r<strong>es</strong>tablece la vigencia de la norma sino que se<br />

neutraliza un peligro 38 , <strong>es</strong>te sujeto <strong>es</strong> considerado un peligro, al no haber pr<strong>es</strong>tado la<br />

garantía cog<strong>ni</strong>tiva de comportase como persona en <strong>Derecho</strong> y además de haber dañado<br />

la seguridad cog<strong>ni</strong>tiva de los ciudadanos, el <strong>Derecho</strong> ya no confía en él, y lo reconoce<br />

como un individuo “<strong>enemigo</strong>”. 39<br />

La función latente de la pena en el <strong>Derecho</strong> <strong>penal</strong> neutraliza –en <strong>es</strong>te caso de cadena<br />

perpetua– al sujeto peligroso te<strong>ni</strong>éndolo apartado de los ciudadanos o de los que se<br />

comportan conforme a <strong>Derecho</strong>, por más tiempo; ahora, el cumplimiento de su condena<br />

en el centro de pe<strong>ni</strong>tencia, no deja de tener el objetivo rehabilitador <strong>del</strong> penado, pero<br />

siempre que se tenga en cuenta el trato digno <strong>del</strong> ser humano y carácter excepcional de<br />

ésta para su aplicación.<br />

Ahora bien, si en nu<strong>es</strong>tro país no se llega al objetivo rehabilitador, pu<strong>es</strong> <strong>es</strong> porque el<br />

problema central lo tiene el sistema pe<strong>ni</strong>tenciario, que no cuenta con las condicion<strong>es</strong><br />

nec<strong>es</strong>arias para cumplir su objetivo y no la pena en sí como neutralizadora. Si un sujeto<br />

34 Ibídem.(Lo <strong>del</strong> parént<strong>es</strong>is <strong>es</strong> nu<strong>es</strong>tro)<br />

35 Artículo 139.- Son principios y derechos de la función jurisdiccional:<br />

Inc. 22. El principio de que el régimen pe<strong>ni</strong>tenciario tiene por objeto la reeducación, rehabilitación y<br />

reincorporación <strong>del</strong> penado a la sociedad.<br />

36 JAKOBS, Günther; “La pena <strong>es</strong>tatal...”, p. 47. Afirma JAKOBS que “el dolor sirve para la salvaguardia cog<strong>ni</strong>tiva de la<br />

vigencia de la norma; éste <strong>es</strong> el fin de la pena, como la contradicción de la negación de la vigencia por parte <strong>del</strong><br />

<strong>del</strong>incuente <strong>es</strong> su sig<strong>ni</strong>ficado”.<br />

37 JAKOBS, Günther; “<strong>Derecho</strong> <strong>penal</strong> <strong>del</strong> <strong>enemigo</strong>”, en <strong>Derecho</strong> <strong>penal</strong> <strong>del</strong> <strong>enemigo</strong>, JAKOBS/CANCIO MELIÁ, Colección<br />

de <strong>es</strong>tudios Nº 35, U<strong>ni</strong>versidad Externado de Colombia, Bogotá, 2005 p. 26. Según el autor “el <strong>del</strong>ito no aparece<br />

como principio <strong>del</strong> fin de la comu<strong>ni</strong>dad ordenada, sino sólo como irritación de ésta, como d<strong>es</strong>liz reparable”.<br />

38 Ibídem., p. 40.<br />

39 Explicado en términos de teoría de sistemas, si la sociedad se construye por normas, y al dañar <strong>es</strong>tos sujetos la<br />

confianza cog<strong>ni</strong>tiva de los ciudadanos en las normas, se corre el riego que el sistema social se autod<strong>es</strong>truya. Por lo<br />

que al <strong>Derecho</strong> <strong>penal</strong>, ya no le importa reafirmar la vigencia de la norma con la contradicción, sino de neutralizar<br />

a aquel individuo que ha menoscabado la seguridad cog<strong>ni</strong>tiva de los demás ciudadanos en las normas, ya que ha<br />

pu<strong>es</strong>to en peligro el sistema social. De <strong>es</strong>ta forma, el sistema social se autodefiende neutralizando <strong>es</strong>a fuente de<br />

peligro.<br />

14


que se encuentra condenado a una pena de cadena perpetua, y logra el pr<strong>es</strong>upu<strong>es</strong>to de<br />

haber cumplido con el máximo de una pena temporal determinada, servirá para revisar<br />

su pena de cadena perpetua, además de tomarse en cuenta su comportamiento dentro <strong>del</strong><br />

centro pe<strong>ni</strong>tenciario. Aquí (en el centro pe<strong>ni</strong>tenciario), si bien <strong>es</strong> un paradigma alcanzar<br />

la rehabilitación en sentido material, por lo menos formalmente deberán mostrar su<br />

comportamiento conforme a <strong>Derecho</strong>. Es decir, terminará la excepción de la cadena<br />

perpetua en <strong>es</strong>te sujeto cuando luego de alcanzar el pr<strong>es</strong>upu<strong>es</strong>to <strong>del</strong> máximo que ha<br />

<strong>es</strong>tablecido el legislador 40 , y se haya comportado en su <strong>es</strong>tancia en el centro<br />

pe<strong>ni</strong>tenciario –por lo menos– “formalmente” conforme a <strong>Derecho</strong> (aquí su pr<strong>es</strong>tación<br />

cog<strong>ni</strong>tiva), entonc<strong>es</strong> obtendrá su calificación positiva y por ende, su excarcelación, de lo<br />

contario, no.<br />

En <strong>es</strong>te sentido tanto el <strong>enemigo</strong> y el ciudadano, <strong>es</strong>tán bajo el mismo sistema<br />

pe<strong>ni</strong>tenciario, por lo que se <strong>es</strong>pera que éste (<strong>es</strong> decir, el <strong>Derecho</strong> pe<strong>ni</strong>tenciario) “pueda”<br />

cumplir su función en ambos casos, así las cosas.<br />

En cuanto al principio de proporcionalidad, en nu<strong>es</strong>tro caso, a la cadena perpetua, la<br />

interpretación que hace el Tribunal Constitucional, <strong>es</strong> que para determinar la aplicación<br />

o no de la cadena perpetua, ha de ser sometido al t<strong>es</strong>t de proporcionalidad. Es decir, tal<br />

como refiere GARCIA CAVERO, la proporcionalidad de la pena –como la cadena<br />

perpetua– hay que someterla a un t<strong>es</strong>t que determine su idoneidad, nec<strong>es</strong>idad y<br />

proporcionalidad 41 . En cuanto a la idoneidad 42 , debe determinarse que las penas<br />

previstas para los <strong>del</strong>itos… gravísimos, r<strong>es</strong>ulten adecuadas para mantener la identidad<br />

normativa <strong>es</strong>encial de la sociedad. (…) En cuanto a la nec<strong>es</strong>idad 43 , <strong>es</strong>te juicio nos<br />

permite señalar que solamente hay que recurrir a las características de un <strong>Derecho</strong><br />

<strong>penal</strong> <strong>del</strong> <strong>enemigo</strong> si no <strong>es</strong> posible conseguir el mismo efecto confirmador de la<br />

vigencia de la norma con el <strong>Derecho</strong> <strong>penal</strong> <strong>del</strong> ciudadano. Al <strong>Derecho</strong> <strong>penal</strong> <strong>del</strong><br />

40 Aunque creemos que aparte de <strong>es</strong>tar de acuerdo con la existencia de la cadena perpetua para casos grav<strong>es</strong>, el<br />

legislador debe contemplar un máximo “temporal determinado” de la pena <strong>es</strong>tablecido con <strong>es</strong>tudios<br />

criminológicos y no tal como <strong>es</strong>tá (actualmente la ppl. <strong>es</strong> de 35 años). Debe seguirse un buen ejemplo como lo<br />

han hecho los legislador<strong>es</strong> de algunos otros Estados. Aunque tal vez con ello, tenga que modificarse gran parte de<br />

las penas de los <strong>del</strong>itos <strong>es</strong>tablecidos en el Código <strong>penal</strong>.<br />

41 Según el Tribunal Constitucional, <strong>es</strong>tos son los requisitos a los que debe ser sometido toda pena. Como en el caso<br />

de la cadena perpetua, aun cuando ellos haya negado que <strong>es</strong>ta pertenezca al <strong>Derecho</strong> <strong>penal</strong> <strong>del</strong> <strong>enemigo</strong>. GARCÍA<br />

CAVERO toma dicha interpretación <strong>del</strong> Tribunal Constitucional (<strong>es</strong> decir, sobre el t<strong>es</strong>t de proporcionalidad), y lo<br />

enfoca dentro <strong>del</strong> <strong>Derecho</strong> <strong>penal</strong> <strong>del</strong> <strong>enemigo</strong>.<br />

42 STC 003-2005-PI de fecha 9 de agosto de 2006, n.m.240.<br />

43 STC 003-2005-PI de fecha 9 de agosto de 2006, n.m.242.<br />

15


<strong>enemigo</strong> sólo hay que recurrir cuando sea nec<strong>es</strong>ario para asegurar el mí<strong>ni</strong>mo de<br />

confianza en las normas <strong>del</strong> sistema social. En cuando a la proporcionalidad en sentido<br />

<strong>es</strong>tricto 44 , r<strong>es</strong>ulta fácilmente constatable que la severidad de la pena de <strong>es</strong>tos <strong>del</strong>itos no<br />

r<strong>es</strong>ulta preponderante sobre el mante<strong>ni</strong>miento de la identidad normativa <strong>del</strong> propio<br />

sistema social. 45<br />

c. Cadena perpetua y <strong>Derecho</strong> <strong>penal</strong> simbólico<br />

El Tribunal Constitucional además ha soste<strong>ni</strong>do que: el hecho que la cadena perpetua<br />

r<strong>es</strong>ponda a fin<strong>es</strong> constitucional<strong>es</strong>, “ello no quiere decir <strong>tampoco</strong> que el <strong>Derecho</strong> <strong>penal</strong><br />

constitucional se convierta en un <strong>Derecho</strong> <strong>penal</strong> "simbólico”, sino que debe r<strong>es</strong>ponder<br />

eficazmente, dentro <strong>del</strong> marco constitucional <strong>es</strong>tablecido, frente a la afectación de los<br />

bien<strong>es</strong> constitucional<strong>es</strong> –que también el Estado constitucional de <strong>Derecho</strong> tiene la<br />

obligación de proteger– aplicando el principio de proporcionalidad de las penas y<br />

r<strong>es</strong>petando las garantías constitucional<strong>es</strong> <strong>del</strong> proc<strong>es</strong>o <strong>penal</strong> y buscando, siempre, la<br />

concretización de la reeducación, rehabilitación y reincorporación <strong>del</strong> penado a la<br />

sociedad…” 46<br />

No pretendemos abordar profundamente el tema <strong>del</strong> <strong>Derecho</strong> <strong>penal</strong> simbólico, pero sí<br />

dejar sentadas algunas observacion<strong>es</strong>.<br />

Que la cadena perpetua r<strong>es</strong>ponda a fin<strong>es</strong> constitucional<strong>es</strong>, no implica que no se<br />

convierta o que no forme parte de un <strong>Derecho</strong> <strong>penal</strong> simbólico, aún por más<br />

constitucional que sea.<br />

En el <strong>Derecho</strong> <strong>penal</strong> –a decir de JAKOBS– se d<strong>es</strong>prenden “distintas” funcion<strong>es</strong> –entre<br />

las más conocidas las funcion<strong>es</strong> ma<strong>ni</strong>fi<strong>es</strong>tas y latent<strong>es</strong>–, pero hay otra función, como p.<br />

ej. la función simbólica 47 , que consiste “en el efecto psicológico que en los ciudadanos<br />

provoca la actuación <strong>del</strong> Estado en materia <strong>penal</strong>, <strong>es</strong>to <strong>es</strong>, la configuración de las ley<strong>es</strong><br />

<strong>penal</strong><strong>es</strong> y la aplicación de las mismas en la realidad social”. 48<br />

44 STC 003-2005-PI de fecha 9 de agosto de 2006, n.m.244.<br />

45 GARCÍA CAVERO, Percy; “¿Existe y debe existir un <strong>Derecho</strong> Penal <strong>del</strong> <strong>enemigo</strong>?”, op.cit., III.2.A.<br />

46 STC 003-2005-PI de fecha 9 de agosto de 2006, n.m., p. 17.<br />

47 Como ha señalado POLAINO NAVARRETE, algunos autor<strong>es</strong> han soste<strong>ni</strong>do que la función simbólica legitima por sí<br />

sola el sistema <strong>penal</strong>, lo cual <strong>es</strong> incorrecto. POLAINO NAVARRETE, Miguel; “<strong>Derecho</strong> <strong>penal</strong>…”, p. 253 y ss.<br />

48 Ibídem., p. 255.<br />

16


Como ha soste<strong>ni</strong>do el prof<strong>es</strong>or de la U<strong>ni</strong>versidad de Málaga, DÍEZ RIPOLLÉS “al derecho<br />

<strong>penal</strong> le <strong>es</strong> consustancial el uso de los efectos simbólicos y que, en efecto, se ha servido<br />

siempre de ellos, por lo general con plena conciencia de su legitimidad, para la<br />

obtención de sus fin<strong>es</strong>” 49 .<br />

En Frankfurt, Windried HASSEMER también ha soste<strong>ni</strong>do “que las ley<strong>es</strong>, <strong>es</strong>pecialmente<br />

las <strong>penal</strong><strong>es</strong>, <strong>es</strong>tán vinculadas de una u otra forma a efectos simbólicos, no <strong>es</strong> en<br />

principio <strong>ni</strong>ngún reproche, sino que cuando menos de acuerdo a la opi<strong>ni</strong>ón<br />

contemporánea <strong>es</strong> una simple obviedad”. 50 En <strong>es</strong>te sentido, –en palabras de DÍEZ<br />

RIPOLLÉS– consideramos, “que la d<strong>es</strong>acreditación que se produce de los efectos<br />

simbólicos <strong>es</strong> apr<strong>es</strong>urada, pu<strong>es</strong>, en contra de lo que se sostiene, no sólo <strong>es</strong>tán en<br />

condicion<strong>es</strong> de proteger bien<strong>es</strong> jurídicos a través de la prevención de comportamientos<br />

sino que, además, r<strong>es</strong>ultan impr<strong>es</strong>cindibl<strong>es</strong> para lograr tal<strong>es</strong> propósitos”. 51<br />

Talvéz lo <strong>es</strong>timado incorrectamente por Tribunal Constitucional, y lo pu<strong>es</strong>to al<br />

d<strong>es</strong>cubierto por la doctrina, nos lleve a plantearnos si ¿todo <strong>Derecho</strong> <strong>penal</strong> simbólico <strong>es</strong><br />

legítimo? Creemos que el <strong>Derecho</strong> <strong>penal</strong> simbólico –entendido como efectos<br />

expr<strong>es</strong>ivo-integrador<strong>es</strong>– constituye uno de los pilar<strong>es</strong> fundamental<strong>es</strong> de la utilización<br />

legítima de la pena. Ahora, los efectos instrumental<strong>es</strong>, entendidos como aquellos que<br />

no son expr<strong>es</strong>ivos <strong>ni</strong> integrador<strong>es</strong>, no tienen la exclusiva prevención de<br />

comportamientos. El denominado derecho <strong>penal</strong> simbólico constituye un caso de<br />

49 DÍEZ RIPOLLÉS, José Luis; “El <strong>Derecho</strong> <strong>penal</strong> simbólico y los efectos de la pena”, apartado I.<br />

50 HASSEMER, Winfried; “<strong>Derecho</strong> <strong>penal</strong> simbólico y protección de bien<strong>es</strong> jurídicos”, apartado II.<br />

51 DÍEZ RIPOLLÉS, José Luis; “El <strong>Derecho</strong> <strong>penal</strong> simbólico…”, apartado II.2. Afirma el autor que: “<strong>es</strong> frecuente en la<br />

literatura jurídico-<strong>penal</strong> contraponer a los efectos instrumental<strong>es</strong> los efectos simbólicos de la pena. De <strong>es</strong>te modo,<br />

los efectos instrumental<strong>es</strong>… tendrían la capacidad para modificar la realidad por la vía de preve<strong>ni</strong>r la realización<br />

de comportamientos ind<strong>es</strong>eados. Los efectos simbólicos…, <strong>es</strong>tarían conectados al fin o la función de transmitir a<br />

la sociedad ciertos mensaj<strong>es</strong> o conte<strong>ni</strong>dos valorativos, y su capacidad de influencia quedaría confinada a las<br />

ment<strong>es</strong> o las conciencias, en las que producirían emocion<strong>es</strong> o, cuando más, repr<strong>es</strong>entacion<strong>es</strong> mental<strong>es</strong>”<br />

(Apartado II.1). Luego el autor recomienda “sustituir el término “simbólico” por otro menos prejuicioso” pero que<br />

guarde relación con éste, por lo que el denomina efecto “expr<strong>es</strong>ivo-integrador<strong>es</strong>”, dice: “consideraríamos efecto<br />

expr<strong>es</strong>ivo al que suscita emocion<strong>es</strong> o sentimientos en las conciencias; y <strong>es</strong>taríamos ante un efecto integrador<br />

cuando se generen determinadas repr<strong>es</strong>entacion<strong>es</strong> valorativas en las ment<strong>es</strong>” (Apartado II.2); HASSEMER,<br />

Winfried; “<strong>Derecho</strong> <strong>penal</strong> simbólico y protección de bien<strong>es</strong> jurídicos”, apartado II.3. El autor afirma: “cuando más<br />

exigent<strong>es</strong> se formulen los fin<strong>es</strong> preventivos de la pena (r<strong>es</strong>ocialización <strong>del</strong> <strong>del</strong>incuente; intimidación de la<br />

capacidad <strong>del</strong>ictiva; reafirmación de las normas fundamental<strong>es</strong>), cuanto más extensos sean los fin<strong>es</strong> de la pena,<br />

más claramente parece su conte<strong>ni</strong>do simbólico: Persiguen con la ayuda de una intervención instrumental <strong>del</strong><br />

<strong>Derecho</strong> <strong>penal</strong> (en cierto modo acorde con ésta práctica) transmitir (cog<strong>ni</strong>tiva y emotivamente) el mensaje de una<br />

vida de fi<strong>del</strong>idad al <strong>Derecho</strong>”.<br />

17


superación de los límit<strong>es</strong> utilitarios que el propio principio teleológico 52 de la sanción<br />

<strong>penal</strong> marca a la intervención <strong>penal</strong>. Se caracteriza de modo general porque producen a<br />

través de la pena efectos sociopersonal<strong>es</strong> expr<strong>es</strong>ivo-integrador<strong>es</strong> que carecen de<br />

legitimidad “no por su naturaleza”, sino porque no se acomodan a las decision<strong>es</strong><br />

políticocriminal<strong>es</strong> que fundamentan la pena. 53<br />

Un <strong>Derecho</strong> <strong>penal</strong> simbólico que abandone el plano utilitario (principio teleológico), y<br />

el plano no utilitario (principio de proporcionalidad y huma<strong>ni</strong>dad de las penas), ya de<br />

por sí <strong>es</strong> ilegítimo; también cuando no se acomode a las decision<strong>es</strong> políticocriminal<strong>es</strong><br />

que fundamentan la pena.<br />

Somos conscient<strong>es</strong> que el <strong>Derecho</strong> <strong>penal</strong> simbólico no <strong>es</strong>tá reducido al ámbito de la<br />

conminación <strong>penal</strong> o, lo que <strong>es</strong> lo mismo, a un problema relativo a las decision<strong>es</strong><br />

legislativas. Su propagación al ámbito de la imposición y ejecución de la pena –como<br />

en la cadena perpetua– a través de las decision<strong>es</strong> legislativas, judicial<strong>es</strong> y<br />

pe<strong>ni</strong>tenciarias corr<strong>es</strong>pondient<strong>es</strong> <strong>es</strong> cada vez más evidente y se echan en falta de<br />

<strong>es</strong>tudios sobre decision<strong>es</strong> judicial<strong>es</strong> y de ejecución de pena –como la aplicación de ésta<br />

para algunos casos– que han merecido el calificativo de simbólicas, en un sentido<br />

crítico.<br />

La vinculación a la ley no debe implicar una apreciación formalista <strong>del</strong> derecho,<br />

d<strong>es</strong>conectada de las nec<strong>es</strong>idad<strong>es</strong> social<strong>es</strong>, el legítimo margen de interpretación que la<br />

ley debe posibilitar no ha de aprovecharse para satisfacer demandas expr<strong>es</strong>ivos-<br />

integrador<strong>es</strong> de la sociedad o de los poder<strong>es</strong> públicos no legitimadas. 54<br />

En <strong>es</strong>te sentido, el hecho que la cadena perpetua pertenezca a un <strong>Derecho</strong> simbólico no<br />

la hace ilegítima. Dentro <strong>del</strong> simbolismo será legítima cuando considere el plano<br />

52 El principio teleológico, <strong>es</strong>taría constituido por lo que corrientemente se denomina los fin<strong>es</strong> de la pena. Con <strong>es</strong>tos<br />

se determinan los efectos sociopersonal<strong>es</strong> que se quieren lograr con la pena. DÍEZ RIPOLLÉS, José Luis; “El <strong>Derecho</strong><br />

<strong>penal</strong> simbólico…”, apartado II.4.<br />

53 Aquí tendría sentido lo dicho por CANCIO MELIÁ sobre lo simbólico en sentido crítico que puede ser el <strong>Derecho</strong><br />

<strong>penal</strong> <strong>del</strong> <strong>enemigo</strong>. CANCIO MELIÁ, Manuel; “¿”<strong>Derecho</strong> <strong>penal</strong>” <strong>del</strong> <strong>enemigo</strong>?”, en JAKOBS/CANCIO MELIÁ, Colección<br />

de <strong>es</strong>tudios Nº 35, U<strong>ni</strong>versidad Externado de Colombia, Bogotá, 2005 p. 51.; HASSEMER, Winfried; “<strong>Derecho</strong> <strong>penal</strong><br />

simbólico…”, apartado II. El autor hace una <strong>es</strong>timación al derecho <strong>penal</strong> simbólico, en sentido crítico sin negar<br />

posible legitimidad: así afirma que “un derecho <strong>penal</strong> simbólico con una función de engaño no cumple la tarea de<br />

una política criminal y mina la confianza de la población en la Admi<strong>ni</strong>stración de Justicia” (apartado V.3).<br />

54 DÍEZ RIPOLLÉS, José Luis; “El <strong>Derecho</strong> <strong>penal</strong> simbólico…”, apartado V.3.<br />

18


utilitario (principio teleológico), y el plano no utilitario (principio de proporcionalidad<br />

y huma<strong>ni</strong>dad de las penas), y además, cuando se acomode a las decision<strong>es</strong><br />

políticocriminal<strong>es</strong> que fundamentan la pena. Por lo que <strong>es</strong>timamos, como incorrecta la<br />

interpretación de la cadena perpetua hecha por el Tribunal Constitucional en su huida<br />

<strong>del</strong> derecho <strong>penal</strong> simbólico.<br />

7. Conclusion<strong>es</strong><br />

La cadena perpetua en el ordenamiento jurídico <strong>penal</strong> peruano goza de<br />

constitucionalidad, al contener meca<strong>ni</strong>smos de excarcelación, 55 según la valoración <strong>del</strong><br />

Tribunal Constitucional; de <strong>es</strong>ta misma interpretación, se d<strong>es</strong>prende que en el Perú la<br />

cadena perpetua <strong>es</strong> “discrecional”, o si se quiere, la perpetuidad de la pena, tiene un<br />

sentido solamente “relativo”.<br />

La cadena perpetua, <strong>es</strong> el lapso de tiempo más severo de pe<strong>ni</strong>tencia frente a otras penas<br />

que cumple un “sujeto peligro”; y que d<strong>es</strong>criptivamente, comprobaría, sin lugar a dudas<br />

la aplicación de un <strong>Derecho</strong> <strong>penal</strong> <strong>del</strong> <strong>enemigo</strong>, con fundamentos de legitimidad, en<br />

algunos casos, aun cuando <strong>es</strong>te haya sido negado por el Tribunal Constitucional. Su<br />

aplicación como derecho <strong>penal</strong> <strong>del</strong> <strong>enemigo</strong> puede r<strong>es</strong>petar el principio de<br />

proporcionalidad y el objeto constitucional <strong>del</strong> derecho pe<strong>ni</strong>tenciario.<br />

La cadena perpetua, formaría parte <strong>del</strong> derecho <strong>penal</strong> simbólico y no por ello <strong>es</strong><br />

ilegítima; así pr<strong>es</strong>enta simbólicamente efectos que sí son legítimos concordante con una<br />

políticacriminal, y otro, que son ilegítimos sin un programa de políticacriminal.<br />

La cadena perpetua en nu<strong>es</strong>tro país, goza de legitimidad parcialmente. Es decir, algunos<br />

tipos <strong>penal</strong><strong>es</strong> sancionados con <strong>es</strong>ta pena, (p. ej. terrorismo) gozan de una legitimidad<br />

material de la cadena perpetua, en tanto <strong>es</strong> nec<strong>es</strong>aria para neutralizar “peligros<br />

constant<strong>es</strong>”, y también de una formal, en tanto el legislador r<strong>es</strong>ponda con criterios<br />

político criminal<strong>es</strong>. En verdad no <strong>es</strong>timamos que sería apropiado apr<strong>es</strong>urar una<br />

r<strong>es</strong>pu<strong>es</strong>ta para considerar ilegítima la aplicación de la cadena perpetua en los <strong>del</strong>itos de<br />

violación sexual de menor<strong>es</strong>, <strong>ni</strong> en la extorsión, por cuanto creemos, que cuenta con una<br />

55 Creemos, que si en un primer momento no se declaró su inconstitucionalidad, pu<strong>es</strong> <strong>es</strong>, por lo mismo que <strong>es</strong><br />

legítima o válida, pu<strong>es</strong> no consideraron “que la inconstitucionalidad de la cadena perpetua lo autorice a declarar<br />

la invalidez de la disposición que la autoriza”.<br />

19


legitimidad material, pero no con una formal, por lo que en <strong>es</strong>te sentido nec<strong>es</strong>ita ser<br />

ajustada. Asimismo, otros tipos <strong>penal</strong><strong>es</strong> que también son sancionados con <strong>es</strong>ta pena<br />

carecen de legitimidad material y formal; <strong>es</strong>ta última (la legitimidad formal) en tanto<br />

que r<strong>es</strong>ponde a criterios no político criminal<strong>es</strong>, sí a criterios político electoral<strong>es</strong>, lo que<br />

<strong>es</strong>tá llevando al legislador poco a poco a generalizar su aplicación (e. ej. los <strong>del</strong>itos de<br />

robo agravado (in fine), de secu<strong>es</strong>tro).<br />

Finalmente, concluimos que la cadena perpetua debe mantenerse, para ser utilizada en<br />

determinados <strong>del</strong>itos sumamente grav<strong>es</strong> que hayan menoscabado la seguridad cog<strong>ni</strong>tiva<br />

de los ciudadanos, y deba ser aplicada excepcionalmente para determinados “sujetos<br />

peligrosos” siempre que se r<strong>es</strong>pete las mí<strong>ni</strong>mas garantías que todo Estado Democrático<br />

de <strong>Derecho</strong> debe brindar.<br />

Trujillo, Ju<strong>ni</strong>o 2008<br />

20

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!