Micronutrientes Micronutrientes - IntraMed
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Colección<br />
Acontecimientos Terapéuticos<br />
Serie<br />
<strong>Micronutrientes</strong><br />
Hierro y Vitamina D<br />
AT<br />
Evaluación de la Eficacia y Seguridad del Hierro<br />
Polimaltosato y Acido Fólico<br />
Department of PSM, ITMM College & LTMG Hospital,<br />
Bombay, India. Pág. 3<br />
Complejo Hierro Polimaltosato Comparado con Sulfato<br />
Ferroso en el Tratamiento de la Anemia por Deficiencia<br />
de Hierro en Lactantes<br />
Servicio de Hematología del Centro Médico Nacional 20 de Noviembre,<br />
ISSSTE, Naucalpan, México. Pág. 5<br />
Estudio Controlado que Compara el Hierro<br />
Polimaltosato y el Sulfato Ferroso<br />
Instituto Especializado de Salud del Niño (IESN), Lima, Perú. Pág. 7<br />
Prevención y Control de la Anemia por Deficiencia<br />
de Hierro<br />
Maulana Azad Medical College, Nueva Delhi, India. Pág. 9<br />
Suplemento con Hierro en Lactantes Pretérmino<br />
Department of Pediatrics, UZ Gasthuisberg Leuven, Lovaina, Bélgica. Pág. 11<br />
Entrevista exclusiva<br />
Importancia del Consumo de<br />
<strong>Micronutrientes</strong> en la Infancia<br />
Enrique Berner. Pág. 21<br />
Sociedad Iberoamericana<br />
de Información Científica<br />
Efectos Conductuales y en el Desarrollo por la Prevención<br />
de la Anemia Ferropénica en Lactantes Sanos de Término<br />
Center for Human Growth and Development and Department<br />
of Pediatrics and Communicable Diseases, University of Michigan,<br />
Ann Arbor, EE.UU. Pág. 13<br />
Niveles Circulantes de 25-Hidroxivitamina D en Población<br />
Materno-Infantil de Zonas de Riesgo del País<br />
Metabolismo Cálcico y Oseo, Endocrinología, Hospital de Pediatría<br />
J.P. Garrahan, Buenos Aires; Servicio de Pediatría y Laboratorio, Hospital<br />
Regional de Ushuaia, Ushuaia, Argentina. Pág. 15<br />
Antonio Alegre Cremades, «Presos por Babel», acrílico sobre tela, 1939.<br />
Prevención del Raquitismo y la Deficiencia de Vitamina D<br />
Section on Breastfeeding and Committee on Nutrition, American<br />
Academy of Pediatrics, EE.UU. Pág. 17<br />
Patrones de Prescripción de los Pediatras de<br />
Complementos Vitamínicos en los Lactantes:<br />
¿Contribuyen al Raquitismo?<br />
Division of Endocrinology, Department of Pediatrics, University of North<br />
Carolina, Chapel Hill, EE.UU. Pág.19
Acontecimientos Terapéuticos, <strong>Micronutrientes</strong><br />
Evaluación de la Eficacia y Seguridad del Hierro Polimaltosato<br />
y Acido Fólico en Comparación con una Fórmula de Hierro<br />
(Fumarato Ferroso) en Mujeres con Anemia<br />
Reddy PS, Adsul BB, Gandewar K y colaboradores<br />
Department of PSM, ITMM College & LTMG Hospital, Bombay, India<br />
[Evaluation of Efficacy and Safety of Iron Polymaltose Complex and Folic Acid vs. Iron Formulation<br />
(Ferrous Fumarate) in Female Patients with Anemia]<br />
Journal of the Indian Medical Association 99(3):154-155, Mar 2001<br />
El complejo de hierro polimaltosato mostró ser superior al fumarato<br />
ferroso en términos de eficacia y seguridad en el tratamiento<br />
de la anemia por déficit de hierro.<br />
La carencia de hierro es un trastorno común en<br />
la práctica médica. Cuando resulta lo suficientemente<br />
grave como para causar anemia se deteriora<br />
el desempeño físico. Se caracteriza clínicamente<br />
por palidez, fatiga, y cambios en la piel,<br />
uñas y membranas mucosas. Además, se deteriora<br />
la eliminación intracelular de bacterias y pueden<br />
afectarse la respuesta inmune del huésped y<br />
la trombopoyesis. En los extendidos periféricos se<br />
observa la típica anemia hipocrómica microcítica.<br />
También disminuye el hierro sérico y los depósitos<br />
de hierro (ferritina), mientras que aumenta la capacidad<br />
total de fijar hierro.<br />
La causa más común de déficit de hierro en los<br />
países desarrollados es la carencia nutricional. Otras<br />
causas son la anemia por pérdida de sangre (menorragia,<br />
úlcera sangrante) y, en las áreas rurales, la<br />
infestación por parásitos. Es más frecuente en las<br />
mujeres gestantes, debido al desequilibrio en la relación<br />
aporte/demanda a causa de las necesidades<br />
metabólicas asociadas con el embarazo y el parto.<br />
Además de controlar la causa subyacente de la<br />
carencia de hierro, el aporte del mineral es de<br />
obvia importancia clínica. La terapia convencional,<br />
en la forma de sulfato, fumarato y succinato de hierro, tiene el<br />
inconveniente de provocar efectos adversos tales como intolerancia<br />
gástrica, náuseas, vómitos, constipación, diarrea y manchas<br />
en los dientes. Además, la absorción de hierro y la formación<br />
de depósitos resulta a menudo errática.<br />
El uso de compuestos férricos, como alternativa a las sales ferrosas<br />
convencionales, es una propuesta atractiva. El complejo de hierro<br />
polimaltosato (HP) es un nuevo compuesto férrico con uso potencial<br />
como terapia oral de la anemia por déficit de hierro. La combinación<br />
de hierro férrico con maltosa, un aditivo alimentario, es soluble<br />
a pH neutro y así es posible prevenir la quelación intraluminal<br />
del hierro disponible por otras sustancias.<br />
En este estudio se comparó la eficacia y seguridad del HP con<br />
fumarato ferroso en pacientes con anemia por déficit de hierro.<br />
Métodos<br />
En este estudio prospectivo aleatorizado participaron en total<br />
cien mujeres. Cincuenta recibieron HP con ácido fólico, y las restantes,<br />
fumarato ferroso (1 cápsula 2 veces por día por 3 meses). La<br />
edad de las participantes era de 26-60 años y sus niveles de hemoglobina<br />
eran inferiores a 10 g/dl. Fueron excluidas del estudio<br />
3<br />
aquellas pacientes con diagnóstico de anemia debida<br />
a cualquier otra causa excepto carencia alimentaria<br />
o pérdida crónica de sangre. También se<br />
excluyeron las pacientes con patologías médicas o<br />
quirúrgicas concomitantes graves, trastornos pépticos,<br />
esofagitis, hernia hiatal, síndrome de malabsorción,<br />
o antecedente de talasemia o anemia de<br />
células falciformes. No se incluyó a las mujeres con<br />
antecedente de hipersensibilidad al hierro, las que<br />
habían ingerido hematínicos dentro de las 24 horas<br />
previas al estudio o que hubieran recibido otras<br />
drogas en investigación en el mes previo.<br />
Las pacientes fueron controladas en 4 ocasiones<br />
durante el estudio, los días 1, 30, 60 y 90, para<br />
evaluar la eficacia y seguridad del tratamiento. En<br />
cada visita se realizó la evaluación clínica en términos<br />
de palidez y debilidad, en una escala de 4 puntos:<br />
0 = sin palidez/debilidad; 1 = palidez/debilidad<br />
leve; 2 = palidez/debilidad moderada; 3 = palidez/<br />
debilidad grave.<br />
Se realizaron controles bioquímicos y hematológicos<br />
al inicio y al final del tratamiento (hemoglobina,<br />
niveles séricos de hierro, capacidad total de fijar hierro);<br />
en ese momento también se realizó un análisis<br />
global de la eficacia y seguridad. Las reacciones adversas se evaluaron<br />
por el informe espontáneo de las pacientes en cada visita.<br />
Resultados<br />
Fueron estudiadas 100 mujeres (50 en el grupo HP y 50 en el<br />
grupo de fumarato ferroso) con edad promedio de 28.6 años en el<br />
grupo HP y 30.9 en el de fumarato ferroso y pesos comparables en<br />
ambos grupos.<br />
Los datos indicaron que el día 30 el puntaje promedio de palidez<br />
se había reducido en forma significativa en el grupo HP (32.1%<br />
comparado con 15.1% en el grupo de fumarato ferroso). Al finalizar<br />
el tratamiento (día 90) la palidez promedio había disminuido en<br />
forma significativa en ambos grupos, pero en el de HP la disminución<br />
fue de 97.6%, comparado con 81.7% en el grupo de fumarato<br />
ferroso. La diferencia entre los grupos fue estadísticamente significativa.<br />
El puntaje promedio de debilidad de 2.40 al inicio mostró reducción<br />
significativa en ambos grupos el día 30 (48.3% en el grupo HP y 38.3%<br />
en el de fumarato ferroso). Al finalizar el tratamiento el puntaje promedio<br />
de debilidad se había reducido en forma significativa en ambos<br />
grupos (95.8% en el HP y 85.8% en el de fumarato ferroso).
Sociedad Iberoamericana de Información Científica<br />
Los dos grupos tenían valores de hemoglobina basales<br />
similares. Luego de 90 días de tratamiento, ambos mostraron<br />
aumento significativo (5.94 g/dl en el grupo HP y<br />
3.95 g/dl en el de fumarato ferroso). EL grupo HP mostró<br />
un aumento más significativo en comparación con el de<br />
fumarato ferroso.<br />
La comparación de cambios en los niveles de hierro<br />
sérico y la capacidad total de fijar hierro mostró que<br />
ambos parámetros eran similares al inicio.<br />
Al final del período de tratamiento, el aumento del<br />
hierro sérico fue significativamente inferior en el grupo de<br />
fumarato ferroso (48.06%) comparado con el HP (91.6%).<br />
La capacidad total de fijar hierro había disminuido en<br />
243.4 μg/dl, comparado con 149.6 μg/dl en el grupo de<br />
fumarato ferroso.<br />
En general, se consideró que el tratamiento con HP<br />
tuvo eficacia de buena a excelente en el 92% de las mujeres<br />
tratadas, en comparación con 64% del grupo de fumarato ferroso<br />
que registró la misma eficacia. En cuanto a los resultados adversos<br />
moderados a escasos, se observaron sólo en el 8% del grupo<br />
HP, en comparación con el 36% de las mujeres del otro grupo.<br />
De acuerdo con lo informado por las pacientes, 92% de los<br />
casos en el grupo HP tuvo beneficios moderados o máximos asociados<br />
con el tratamiento, lo que fue significativamente superior<br />
en comparación con el 64% en el grupo de tratamiento con<br />
fumarato ferroso.<br />
El 56% de las pacientes del grupo tratado con fumarato ferroso<br />
indicó algún evento adverso, porcentaje que en el grupo HP fue<br />
4<br />
de sólo 14%. Los efectos adversos más comunes fueron<br />
intolerancia gastrointestinal, constipación y diarrea.<br />
Discusión<br />
En vista del considerable potencial de absorción<br />
errática de las sales de hierro y la mayor frecuencia de<br />
eventos adversos, el HP parece una alternativa prometedora.<br />
En este estudio se observó que en un período<br />
de 90 días hubo mejoría significativa en los signos y<br />
síntomas clínicos de las mujeres tratadas con HP. El beneficio<br />
clínico se corrobora a través de las mediciones<br />
de hemoglobina, niveles de hierro sérico y capacidad<br />
total de fijar hierro.<br />
La evaluación, tanto de los médicos como de las propias<br />
pacientes, favoreció a la terapia con HP. Esto, además<br />
del beneficio clínico, probablemente refleje el perfil<br />
favorable de efectos adversos.<br />
Este estudio comparativo justifica el uso de HP, ya que mostró<br />
ser superior al fumarato ferroso en términos de eficacia y seguridad<br />
en el tratamiento de la anemia por déficit de hierro.<br />
Información adicional en www.siicsalud.com/dato/dat034/03n20021.htm<br />
Resumen objetivo elaborado por el Comité de Redacción Científica de SIIC, sobre<br />
la base del artículo original completo publicado por la fuente editorial.<br />
Copyright © Sociedad Iberoamericana de Información Científica (SIIC), 2005<br />
www.siicsalud.com
Acontecimientos Terapéuticos, <strong>Micronutrientes</strong><br />
Complejo Hierro Polimaltosato Comparado con Sulfato<br />
Ferroso en el Tratamiento de la Anemia por Deficiencia<br />
de Hierro en Lactantes<br />
Borbolla JR, Cicero RE, Dibildox M y colaboradores<br />
Servicio de Hematología del Centro Médico Nacional 20 de Noviembre, ISSSTE, Naucalpan, México<br />
[Complejo Polimaltosado Férrico vs. Sulfato Ferroso en el Tratamiento de la Anemia por Deficiencia de Hierro en Lactantes]<br />
Revista Mexicana de Pediatría 67(2):63-67, Mar 2004<br />
De acuerdo con los resultados de este estudio, el complejo hierro polimaltosato<br />
es tan eficaz como el sulfato ferroso para el tratamiento de los lactantes<br />
con diagnóstico de anemia ferropénica, principalmente debido a su mejor<br />
biodisponibilidad y óptima tolerancia.<br />
La deficiencia de hierro es la causa más<br />
común de anemia según la OMS y se estima<br />
su prevalencia en el 15% de la población mundial.<br />
El tratamiento de este tipo de anemia se<br />
basa en el aporte externo de hierro en cantidades<br />
suficientes para asegurar la adecuada<br />
síntesis de hemoglobina y restituir los depósitos<br />
del mineral. La terapéutica de elección<br />
es el hierro por vía oral, ya que es efectivo,<br />
seguro y económico. Entre los compuestos<br />
de hierro se encuentran las sales que contienen<br />
este metal en su forma ferrosa; el<br />
sulfato ferroso debe ser necesariamente convertido<br />
a la forma férrica para que se pueda<br />
unir a la transferrina y la ferritina. Una parte<br />
del sulfato ferroso, aquella que forma sales<br />
insolubles con los fitatos, tanatos y fosfatos<br />
presentes en los alimentos, no se absorbe y<br />
se elimina en las heces. Otra forma de administración<br />
es el complejo hierro polimaltosato<br />
(HP), de moderada estabilidad, que está formado<br />
por núcleos de hierro férrico envueltos<br />
por moléculas no covalentes de polimaltosa. Aplicando una técnica<br />
de isótopos gemelos, no se han establecido diferencias en la<br />
absorción del hierro trivalente que posee el HP y el bivalente del<br />
sulfato ferroso. El objetivo del presente estudio fue comparar el<br />
sulfato ferroso y el HP, en lo que respecta a seguridad y eficacia,<br />
en el tratamiento de los niños con diagnóstico de anemia ferropénica.<br />
Material y métodos<br />
Fueron evaluados 30 lactantes con diagnóstico de anemia<br />
ferropénica atendidos en el Hospital Infantil Privado de México.<br />
Se confeccionó la historia clínica en la que quedaron registrados<br />
los siguientes datos: biometría hemática, concentración de hierro<br />
sérico y de ferritina, capacidad de fijación del hierro y saturación<br />
de la transferrina. Los pacientes fueron divididos en forma aleatoria<br />
en 2 grupos con distinta estrategia de tratamiento; uno de ellos<br />
(n = 15) recibió sulfato ferroso en gotas, a razón de 3 mg/kg de<br />
peso, 3 veces al día junto con los alimentos, mientras que al otro<br />
se le indicó HP en las mismas condiciones. Los valores de hemoglobina,<br />
el hematocrito, los reticulocitos y la concentración media<br />
de hemoglobina fueron evaluados inicialmente y a los 10, 30 y 60<br />
días de tratamiento. Fueron excluidos aquellos niños con diagnóstico<br />
de certeza o sospecha de hemorragia o hemólisis. Los resulta-<br />
5<br />
dos se analizaron usando la prueba de t de<br />
Student para variables cuantitativas y la prueba<br />
exacta de Fisher para las cualitativas.<br />
Resultados<br />
No hubo diferencias significativas en lo que<br />
respecta a las variables antropométricas y los<br />
valores de laboratorio previos al tratamiento.<br />
También fueron similares los valores basales<br />
de la hemoglobina y el hematocrito. Transcurrida<br />
la primera semana de terapia, los niños<br />
que recibieron sulfato ferroso presentaron un<br />
aumento más rápido del recuento de reticulocitos<br />
(p < 0.0001), aunque posteriormente el<br />
descenso de este parámetro fue mucho más<br />
marcado (p < 0.02), en comparación con el<br />
grupo que recibió HP.<br />
Después de 30 y 60 días de tratamiento,<br />
ambos grupos presentaron niveles similares de<br />
las principales variables evaluadas, por lo que<br />
quedaría demostrado que la eficacia clínica de<br />
ambas formas farmacéuticas es parecida.<br />
Aquellos que recibieron HP incrementaron su hemoglobina desde<br />
un valor basal de 8.6 g/dl hasta 12.1 g/dl (p = 0.0001) tras 60<br />
días de terapéutica, hecho también observado en el otro grupo.<br />
También se observó aumento significativo en la concentración<br />
media y el nivel de hemoglobina, y el hematocrito, así como disminución<br />
en la cantidad de reticulocitos.<br />
En relación con los otros criterios hematológicos analizados, todas<br />
las variables, excepto la ferritina, aumentaron en forma estadísticamente<br />
significativa. Ninguno de los dos grupos presentó efectos<br />
adversos a los tratamientos indicados.<br />
Discusión<br />
Los autores señalan que el HP es tan efectivo como el sulfato<br />
ferroso, ya que ambos mostraron incremento significativo de la<br />
hemoglobina, el hematocrito y la concentración media de hemoglobina,<br />
y disminución de los reticulocitos; por lo tanto, los compuestos<br />
de hierro trivalente serían tan eficaces como los bivalentes.<br />
Por otra parte, estos resultados son coherentes con los del estudio<br />
realizado por Andrade y col., y otros trabajos publicados. La mejor<br />
opción terapéutica para los niños que presentan anemia por deficiencia<br />
de hierro es la administración oral de sales del mineral,<br />
junto con los programas de fortificación de hierro en la dieta.<br />
Ambas medidas deberían también formar parte de los programas
Sociedad Iberoamericana de Información Científica<br />
de prevención. Si bien el presente estudio no estableció<br />
ningún efecto adverso relacionado con la administración<br />
oral de sales de hierro, otros han determinado<br />
hasta el 52% de prevalencia de alteraciones gastrointestinales,<br />
tales como náuseas, dolor abdominal,<br />
diarrea y constipación. Tanto los niños como las embarazadas<br />
muestran mejor tolerancia y tasas de cumplimiento<br />
del tratamiento más elevadas. Si bien se recomienda<br />
que, para lograr mejor tolerancia, el hierro<br />
debe ingerirse junto con los alimentos, muchas veces<br />
puede verse afectada la absorción. Contrariamente a<br />
lo que ocurre con el sulfato ferroso, la absorción del<br />
HP no se ve afectada si se administra junto con alimentos<br />
o leche. Hasta el momento no se ha registrado ningún<br />
tipo de interacción farmacológica o con alimentos. La posibilidad<br />
de que tiña los dientes, de la misma manera que lo hace el sulfato<br />
ferroso, aún no fue demostrada<br />
En el período 1986-1996 se registraron 100 000 casos de niños<br />
menores de 6 años intoxicados accidentalmente con hierro en los<br />
Estados Unidos. La toxicidad aguda del sulfato ferroso es al menos<br />
diez veces mayor que la del HP; mientras que la DL 50 del primero<br />
es de 350 mg/kg, la del HP no se pudo establecer, aun con dosis<br />
mayores de 2 000 mg/kg.<br />
Cabe destacar que el HP se absorbe a nivel intestinal a través<br />
de un sistema de transporte activo competitivo, por lo que se<br />
satura en caso de sobredosis del compuesto. En cambio, el sulfato<br />
ferroso se absorbe por difusión pasiva, es decir mediante un sistema<br />
que no se satura, por lo que el hierro libre es capaz de pasar<br />
a la circulación sanguínea una vez que atraviesa la barrera intestinal.<br />
De esto se deduce que se absorbe en forma directamente<br />
proporcional a la disponibilidad del compuesto en la luz intestinal,<br />
que equivale a decir la cantidad administrada. Con el HP no ocurre<br />
lo mismo; a altas dosis se observa disminución en su índice de<br />
6<br />
absorción, ya que se activan los procesos fisiológicos de<br />
regulación de su absorción, razón por lo que es bastante<br />
infrecuente observar una intoxicación accidental<br />
con el HP.<br />
Un estudio reciente ha propuesto que la suplementación<br />
con sulfato ferroso puede ocasionar efectos<br />
secundarios no deseados debido a la producción de<br />
radicales libres y la consiguiente peroxidación lipídica<br />
durante la conversión de hierro bivalente en trivalente,<br />
forma en la que se transporta y almacena en los seres<br />
humanos. De todas maneras, esta información debe<br />
ser confirmada en función de su repercusión clínica.<br />
Conclusión<br />
Los autores concluyen afirmando que, de acuerdo con los<br />
resultados de este estudio, el HP es tan eficaz como el sulfato<br />
ferroso para el tratamiento de los lactantes con diagnóstico de<br />
anemia ferropénica. Si bien los lactantes presentaron buena<br />
tolerancia a ambos compuestos, la administración concomitante<br />
con los alimentos mejora el cumplimiento del tratamiento en<br />
los niños, principalmente con el sulfato ferroso, por lo que ayudaría<br />
a continuarlo y evitar su interrupción. El perfil de seguridad<br />
del HP, que excluye el riesgo de una intoxicación accidental,<br />
determina que sea el compuesto de elección en el tratamiento<br />
de la anemia ferropénica.<br />
Información adicional en www.siicsalud.com/dato/dat038/04608011.htm<br />
Resumen objetivo elaborado por el Comité de Redacción Científica de SIIC, sobre<br />
la base del artículo original completo publicado por la fuente editorial.<br />
Copyright © Sociedad Iberoamericana de Información Científica (SIIC), 2005<br />
www.siicsalud.com
Acontecimientos Terapéuticos, <strong>Micronutrientes</strong><br />
Estudio Controlado que Compara el Hierro Polimaltosato<br />
y el Sulfato Ferroso en el Tratamiento de Anemia<br />
Ferropénica en Niños de 6 Meses a 2 Años<br />
Del Aguila C y Núñez O<br />
Instituto Especializado de Salud del Niño (IESN), Lima, Perú<br />
[Estudio Controlado de Polimaltosato Férrico vs. Sulfato Ferroso en el Tratamiento de Anemia Ferropénica<br />
en Niños de 6 Meses a 2 Años]<br />
Revista del AWGLA 1(1):32, 2005<br />
El hierro polimaltosato debería considerarse de primera elección para el tratamiento<br />
farmacológico de la anemia ferropénica en niños de entre 6 meses y 2 años,<br />
en virtud de su mejor tolerabilidad, aceptación, respuesta terapéutica,<br />
grado de cumplimiento y menores efectos secundarios.<br />
Según la Organización Mundial de<br />
la Salud, la carencia nutricional más<br />
común en el mundo es la anemia por<br />
déficit de hierro, cuya prevalencia<br />
estimada es del 15%. En los países<br />
en desarrollo la ingesta inadecuada<br />
de hierro es la principal causa de<br />
anemia y la población pediátrica es<br />
la más susceptible, en función de sus<br />
depósitos escasos y de la curva de<br />
crecimiento.<br />
La deficiencia de hierro en los niños<br />
provoca retardo del crecimiento,<br />
alteraciones del desarrollo y del comportamiento,<br />
muchas veces imposibles<br />
de revertir, aun con el tratamiento, en los casos más graves<br />
o crónicos. Este trastorno no sólo provoca daños importantes en<br />
el sistema inmunitario sino que también se ve afectada la función<br />
linfocitaria, por lo que es sumamente importante evitar su repercusión<br />
negativa en el crecimiento y desarrollo integral, a partir de<br />
la administración de hierro en las etapas más tempranas de la<br />
vida. La suplementación se puede realizar con las sales ferrosas,<br />
que antes deben convertirse a la forma férrica para poder unirse<br />
a la transferrina y la ferritina. Parte de este tipo de hierro forma<br />
sales insolubles con los fitatos, los tanatos y los fosfatos presentes<br />
en los alimentos, por lo que no se encuentran disponibles y son<br />
finalmente excretadas en la materia fecal.<br />
Otra forma de administración la constituye el hierro polimaltosato<br />
(HP), que es un complejo estable, no iónico, polinuclear de hierro<br />
férrico con considerables similitudes con la ferritina, cuya estructura<br />
evita la liberación de iones posiblemente tóxicos, propiedad<br />
conocida para las formas de sales de hierro ferrosas.<br />
El mecanismo de absorción es distinto para ambos compuestos, ya<br />
que las sales ferrosas se absorben por difusión pasiva. Por el contrario,<br />
el HP presenta una absorción activa, limitada por los mecanismos<br />
de transporte de membrana propios de estos procesos.<br />
La efectividad de ambos compuestos es similar, pero el HP presentaría<br />
ventajas sobre las sales ferrosas debido a que estas últimas<br />
producen efectos adversos predominantemente gastrointestinales.<br />
Algunos estudios no establecieron diferencias significativas entre<br />
las sales ferrosas y el HP en función de diversos parámetros<br />
como la ferritina, la hemoglobina y el nivel de hierro sérico. No<br />
obstante, aun con las mismas dosis, hasta el 30% de los niños<br />
que recibieron sulfato ferroso presentaron manchas oscuras en<br />
7<br />
los dientes, en comparación con lo que<br />
recibieron HP.<br />
El objetivo del presente estudio fue<br />
evaluar la tolerabilidad y el cumplimiento<br />
del tratamiento con HP o con sulfato<br />
ferroso en niños con diagnóstico de anemia<br />
ferropénica. También se analizó la<br />
eficacia en el grupo de población de<br />
entre 6 meses y 2 años.<br />
Materiales y métodos<br />
Se realizó un estudio controlado, a<br />
doble ciego con 100 niños de entre 6<br />
meses y 2 años, de ambos sexos, con<br />
anemia ferropénica. Los niveles de hemoglobina<br />
se hallaban entre 8 y 11 g/dl y la ferritina sérica se<br />
encontraba disminuida; mientras que el estado pondoestatural se<br />
encontraba entre los percentilos 10 y 90.<br />
Se excluyeron aquellos niños con antecedentes de intolerancia a<br />
las sales de hierro, anemia crónica resistente al tratamiento o consumo<br />
de sales ferrosas en las 4 semanas previas al estudio. Tampoco<br />
se incluyeron pacientes con enfermedades agudas o crónicas<br />
que pudiesen modificar los valores hemáticos, como parasitosis intestinales,<br />
discrasias sanguíneas, enfermedades hepáticas o renales,<br />
entre otras. Finalmente, se excluyeron los niños que recibían<br />
antiinflamatorios no esteroides, esteroides o citostáticos, cualquier<br />
tipo de producto con alcohol, que hubiesen recibido transfusiones<br />
de sangre durante el último año o que hubieran sido incluidos en<br />
otro estudio clínico en los últimos 3 meses<br />
Se dividió a la población en dos grupos; el grupo A (n = 50)<br />
recibió HP y el grupo B (n = 50) sulfato ferroso, ambos a razón de<br />
5 mg/kg/día, en una sola toma diaria por la mañana.<br />
Para diagnosticar anemia ferropénica se consideraron valores<br />
normales de los parámetros hematológicos a los siguientes: hemoglobina<br />
mayor de 11 g/dl, volumen corpuscular medio mayor de<br />
70 fl, frotis de sangre periférica con ausencia de microcitosis e<br />
hipocromía, anisocitosis, poiquilocitosis y policromatofilias; hierro<br />
sérico mayor de 30 μg/dl, transferrina en 200-350 mg/dl, capacidad<br />
de unión al hierro en 470 μg/dl, porcentaje de saturación de<br />
transferrina mayor de 15% y ferritina sérica entre 7 y 142 ng/ml.<br />
Al inicio del estudio se realizó el examen clínico de todos los<br />
niños y se llevaron a cabo las evaluaciones hematológicas. El tratamiento<br />
duró 12 meses y el control posterior se realizó a las<br />
semanas 3, 7 y 12.
Sociedad Iberoamericana de Información Científica<br />
Se determinó homogeneidad de la muestra<br />
desde el punto de vista estadístico utilizando<br />
el análisis de varianza (ANOVA).<br />
Resultados<br />
Del total de 100 niños, 11 fueron excluidos<br />
por diversas causas. Finalmente se evaluaron<br />
89 pacientes con diagnóstico de anemia<br />
hipocrómica y microcítica, con una edad promedio<br />
de 1.23 año.<br />
No se hallaron diferencias estadísticamente<br />
significativas en los valores basales de los parámetros<br />
hematológicos entre ambos grupos (p > 0.05). Sin embargo, a<br />
partir de la séptima semana se estableció diferencia significativa<br />
en el grupo A (p < 0.05), que se mantuvo en la semana 12,<br />
excepto en los niveles de transferrina. El 80.5% de los niños del<br />
grupo A presentó aumento del nivel de hemoglobina por encima<br />
de los 11 g/dl, en comparación con el grupo B, en el que el aumentó<br />
sólo se observó en el 68.2%. El valor del volumen corpuscular<br />
medio fue mayor de 70 fl en el 98.85% de los niños del grupo A.<br />
La concentración de ferritina también se modificó a partir de la<br />
semana 3 y el aumento mayor se observó en el grupo A, diferencia<br />
que se mantuvo hasta la semana 12 (p < 0.05).<br />
El grupo A presentó 100% de tolerancia y de cumplimiento,<br />
mientras que en el grupo B se observó 91% de tolerancia y 93% de<br />
cumplimiento. Con respecto a los efectos secundarios, el grupo A<br />
presentó aumento del apetito en el 72% de los niños, en comparación<br />
con el grupo B en el que ese efecto sólo se observó en el 48%.<br />
Discusión<br />
La suplementación con hierro es una estrategia básica en el<br />
tratamiento de la anemia ferropénica y la prevención primaria se<br />
basa en la adecuada alimentación. Uno de los factores de riesgo<br />
más frecuentes para aparición de anemia por déficit de hierro es<br />
la introducción de la leche de vaca en el primer año de vida. Pero<br />
la lactancia materna exclusiva después de los 6 meses coloca al<br />
lactante en riesgo de déficit de hierro, por lo que se recomienda<br />
su suplementación. A partir del segundo año de vida, la deficiencia<br />
de hierro se puede prevenir por medio de una dieta variada<br />
rica en hierro y vitamina C, aunque se debería suplementar en<br />
forma diaria con hierro.<br />
La prueba ideal de tamizaje debería ser aquella que diagnostique<br />
déficit de hierro sin anemia, lo que permitiría iniciar el tratamiento en<br />
la fase previa y prevenir la aparición de anemia con sus consecuencias<br />
en el desarrollo psicomotor y en el comportamiento. La prueba<br />
8<br />
estándar utilizada en la actualidad es la determinación<br />
de los niveles de hemoglobina o<br />
hematocrito, que sólo establece el diagnóstico<br />
cuando la deficiencia ya provocó la anemia. Los<br />
autores plantean como estrategia de mayor<br />
efectividad la realización de una combinación<br />
de la medida de protoporfirinas y de hemoglobina.<br />
Finalmente, los autores establecen que la<br />
anemia ferropénica es un problema de salud<br />
pública que requiere un diagnóstico y tratamiento<br />
adecuados y oportunos, a fin de evitar los efectos<br />
deletéreos a nivel del desarrollo del sistema nervioso central, para<br />
lo cual las soluciones orales de hierro son absolutamente necesarias.<br />
Además, consideran haber demostrado que el tratamiento<br />
de la anemia ferropénica en niños de 6 meses a 2 años con HP es<br />
más eficaz y tolerado que con sulfato ferroso. Esto se refleja en<br />
los valores de hemoglobina que se incrementaron a partir de la<br />
séptima semana de tratamiento en ambos grupos, aunque con<br />
diferencias estadísticas a favor del grupo que recibió HP. En tanto<br />
que a las 12 semanas de tratamiento el grupo A mostraba 80.5%<br />
de los niños con valores de hemoglobina mayores de 11g/dl, el<br />
grupo B presentaba sólo el 68.2%. El grupo de pacientes tratados<br />
con HP mostró 100% de tolerancia y de cumplimiento. Los efectos<br />
adversos más frecuentemente observados fueron las heces oscuras,<br />
mientras que el estreñimiento, la tinción de los dientes y las<br />
erupciones de la piel se presentaron con mayor frecuencia en el<br />
grupo que recibió sulfato ferroso.<br />
Conclusiones<br />
El grupo que recibió el HP fue el que presentó mejor tolerancia y<br />
cumplimiento terapéutico. Además, la mejor respuesta clínica y<br />
hematológica se verificó en este grupo de niños.<br />
Según los autores, para un manejo racional de la anemia<br />
ferropénica en niños de entre 6 meses y 2 años, a causa de su<br />
mayor tolerabilidad, aceptación, respuesta terapéutica, grado de<br />
cumplimiento y menores efectos secundarios el HP debería considerarse<br />
como droga de primera elección.<br />
Información adicional en www.siicsalud.com/dato/dat045/05908001.htm<br />
Resumen objetivo elaborado por el Comité de Redacción Científica de SIIC, sobre<br />
la base del artículo original completo publicado por la fuente editorial.<br />
Copyright © Sociedad Iberoamericana de Información Científica (SIIC), 2005<br />
www.siicsalud.com
Acontecimientos Terapéuticos, <strong>Micronutrientes</strong><br />
Prevención y Control de la Anemia por Deficiencia de Hierro:<br />
Tipos y Formas de los Preparados de Hierro<br />
Dubey AP<br />
Maulana Azad Medical College, Nueva Delhi, India<br />
[Prevention and Control of Iron Deficiency Anemia: Type and Form of Iron Formulation]<br />
Nutrisearch 9(1), Ene 2002<br />
Una dosis de 12.5 mg cubre casi el 90% de los requerimientos estimados<br />
de hierro para niños de 6 a 12 meses.<br />
La anemia por deficiencia de hierro (ADH)<br />
es el problema nutricional más común en el<br />
ámbito de la salud pública en todo el mundo.<br />
La ADH es muy frecuente en niños pequeños,<br />
esencialmente por el bajo contenido de hierro<br />
biodisponible en la dieta de los infantes y porque<br />
el rápido crecimiento exige gran demanda<br />
de hierro. La deficiencia se asocia con consecuencias<br />
graves, que exceden las alteraciones<br />
hematológicas; es causa de trastornos<br />
cognitivos y del desarrollo psicomotor y de<br />
menor resistencia frente a infecciones. Según<br />
los datos del estudio ICMR de 1977, la prevalencia<br />
de ADH en niños de menos de 3 años y<br />
en los de 3 a 6 años es del 63% y del 44%,<br />
respectivamente, al aplicar un umbral de hemoglobina<br />
de 10.8 g/dl en la definición de anemia.<br />
Otra investigación realizada en 1992 encontró<br />
que los niños de 1 a 3 años eran los más<br />
afectados por ADH, con una prevalencia del<br />
63% en pacientes de 12 a 23 meses, del 67%<br />
en aquellos de 24 a 35 meses y del 27% al<br />
44% en los niños de 3 a 5 años. En forma más reciente, los<br />
resultados del NFHS-2 (1998-1999) revelaron que 74% de los<br />
niños de 6 a 35 meses de edad son anémicos.<br />
Requerimientos de hierro y dosis<br />
La demanda total de hierro permanece prácticamente constante,<br />
en alrededor de 0.7 mg por día en niños de hasta 18 meses de<br />
vida; no depende del peso corporal. Si se considera una absorción<br />
cercana al 5% (una estimación muy conservadora), una dosis oral<br />
de hierro de 12.5 mg aportaría 0.625 mg de hierro absorbido, lo<br />
cual equivale a 2.5 mg/kg para un niño de 6 meses de vida (5 kg en<br />
promedio de peso corporal), a 1.6 mg/kg para uno de 12 meses<br />
(con un peso promedio de 8 kg) y a 1.2 mg/kg para uno de 18<br />
meses de vida con un peso corporal promedio de 12 kg. Por lo<br />
tanto, una dosis de 12.5 mg cubriría casi el 90% de los requerimientos<br />
estimados de hierro para niños de 6 a 12 meses.<br />
Desde el punto de vista terapéutico, la respuesta hematológica<br />
adecuada y segura se espera en 4 a 6 semanas de tratamiento con<br />
3 mg de hierro elemental/kg/día. No obstante, en un programa<br />
preventivo se consideran apropiados entre 1 y 2 mg/kg/día.<br />
Prevención de la ADH<br />
Los cuatro principios básicos en este contexto incluyen: 1) aporte<br />
de hierro medicinal; 2) modificaciones nutricionales; 3) control de<br />
9<br />
las infecciones y 4) fortificación de los alimentos<br />
con hierro. El primero de estos puntos tiene<br />
la ventaja de producir mejorías rápidas en el<br />
estado férrico del organismo.<br />
Suplementos con hierro farmacológico<br />
Cuando es necesario este enfoque, el tratamiento<br />
de elección es la administración oral de<br />
sales de hierro. La forma más práctica de hacerlo<br />
en niños pequeños es mediante el uso de<br />
soluciones acuosas de sulfato ferroso o mediante<br />
un complejo férrico de hierro más polimaltosa.<br />
Naturaleza de los preparados<br />
En niños deben utilizarse preparados líquidos,<br />
en forma de gotas de una solución concentrada<br />
o jarabe. Cada gota equivale a 0.05 ml mientras<br />
que una cuchara de té llena equivale a<br />
5 ml. Dado que la dosis diaria es de 12.5 mg,<br />
deben administrarse 10 gotas de una solución con<br />
25 mg de hierro por ml o una cuchara de té de un<br />
jarabe con 2.5 mg de hierro por ml.<br />
Las preparaciones de hierro oral para corrección de la ADH<br />
incluyen tanto preparaciones iónicas de sales como sulfato<br />
ferroso, fumarato ferroso o gluconato ferroso como también<br />
no iónicas –complejos férricos con policarbohidratos. La OMS y<br />
UNICEF recomiendan el uso de suplementos de hierro en forma<br />
de sulfato ferroso o de complejos con polimaltosa en la prevención<br />
y tratamiento de la ADH en lactantes y niños. Sin embargo,<br />
los trastornos gastrointestinales (náuseas, constipación y dolor<br />
abdominal), el daño por radicales libres y el manchado de los<br />
dientes son efectos adversos frecuentes asociados con la terapia<br />
con sales de hierro. Los complejos con carbohidrato inicialmente<br />
sólo se utilizaron por vía parenteral, pero estudios recientes<br />
revelaron que la absorción y la eficacia terapéutica son comparables<br />
a las de las sales de hierro, sin efectos adversos.<br />
Suplementos de micronutrientes<br />
Se ha visto que en algunos niños la baja concentración de hemoglobina<br />
persiste a pesar de que se normalicen los depósitos de<br />
hierro. En estos casos es posible que exista una deficiencia de otros<br />
micronutrientes, por ejemplo ácido fólico, que limite la respuesta<br />
de la hemoglobina al aporte de hierro. En la India, en el contexto<br />
del National Nutritional Anemia Control Program (NNACP), los niños<br />
preescolares (1 a 5 años) reciben 20 mg de hierro elemental en<br />
combinación con 100 μg de ácido fólico, 100 días por año.
Sociedad Iberoamericana de Información Científica<br />
Varios estudios recientes sugirieron que<br />
la deficiencia de vitamina B 12 por debajo<br />
de los 3 años de vida, aisladamente o en<br />
conjunción con la deficiencia de hierro,<br />
puede ser causa de anemia nutricional.<br />
Por lo tanto, el aporte de dicha vitamina<br />
debería ser contemplado en los programas<br />
de prevención de ADH.<br />
Si se tienen en cuenta todas estas<br />
premisas, la fórmula diaria ideal para prevenir<br />
la anemia en niños de menos de 3<br />
años debería contener 12.5 mg de hierro<br />
más 50 μg de ácido fólico junto con 1 μg de vitamina B 12 para un<br />
niño de 10 a 12 kg en promedio.<br />
Preparados disponibles<br />
En la actualidad en la India existen varios preparados, muchos de<br />
los cuales contienen sales de hierro más ácido fólico y vitamina B 12 .<br />
Uno de los jarabes que se comercializa incluye 250 mg de hierro<br />
coloidal y 200 μg de ácido fólico más 5 μg de vitamina B 12 cada 5 ml.<br />
10<br />
El mismo preparado en gotas tiene, por ml, 25 mg de hierro<br />
coloidal, 200 μg de ácido fólico y 5 μg de vitamina B 12 . Las gotas<br />
pediátricas contienen 80 mg de hierro coloidal, 200 μg de ácido<br />
fólico y 2 μg de vitamina B 12 por ml.<br />
Algunos preparados con hierro en forma de complejo con<br />
polimaltosa comercialmente disponibles tienen sólo hierro; otros<br />
tienen además ácido fólico y vitamina B 12 . Un preparado de estas<br />
características, en forma de jarabe o gotas, es el más apropiado<br />
para el tratamiento y la prevención de la anemia en niños, concluyen<br />
los expertos.<br />
Información adicional en www.siicsalud.com/dato/dat042/05415004.htm<br />
Resumen objetivo elaborado por el Comité de Redacción Científica de SIIC,<br />
sobre la base del artículo original completo publicado por la fuente editorial.<br />
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Acontecimientos Terapéuticos, <strong>Micronutrientes</strong><br />
Suplemento con Hierro en Lactantes Pretérmino:<br />
Estudio que Compara el Efecto y la Tolerabilidad del Fe 2+<br />
y de un Compuesto de FeIII no Iónico<br />
El contenido corporal de hierro al<br />
nacimiento es menor en los lactantes<br />
prematuros que en los de término.<br />
En los niños pretérmino la ferritina<br />
representa sólo el 25% del contenido<br />
de hierro y la mayor parte del<br />
mineral está en la hemoglobina circulante.<br />
La frecuente extracción de<br />
muestras de sangre, junto con el rápido<br />
crecimiento, la ingesta inadecuada<br />
y las bajas reservas de hierro<br />
ponen a estos lactantes en riesgo de<br />
deficiencia de hierro y subsecuentemente<br />
de anemia ferropénica.<br />
La suplementación preventiva con<br />
hierro está universalmente reconocida como el único medio para<br />
evitar la anemia tardía en los lactantes pretérmino, pero no para<br />
la anemia temprana de los prematuros. Si bien hay concordancia<br />
en la necesidad del complemento, hay controversias en cuanto al<br />
tipo de compuesto de hierro a utilizar, la dosis requerida y cuándo<br />
comenzar la suplementación en lactantes muy prematuros. Los<br />
efectos adversos del suplemento con hierro son frecuentes y consisten<br />
principalmente en trastornos gastrointestinales como vómitos,<br />
cólicos y constipación. Algunos estudios realizados en adultos<br />
y en lactantes mayores sugirieron que la administración de hierro<br />
en una forma trivalente no iónica (FeIII) es mejor tolerada que la<br />
de compuestos con hierro en forma divalente (Fe 2+ ), aun a altas<br />
dosis de hierro elemental. Sin embargo, los compuestos de Fe 2+ se<br />
indican con más frecuencia puesto que la biodisponibilidad del<br />
hierro en estas preparaciones se considera generalmente superior.<br />
Esto podría ser cierto para las sales de Fe 3+ (hierro trivalente<br />
iónico), ya que el hierro sólo está disponible para la absorción<br />
intestinal después de la reducción de la sal férrica a su forma<br />
ferrosa. No obstante, no es el caso para el FeIII, que se absorbe<br />
como un complejo y no es necesaria la reducción del hierro<br />
trivalente antes de su absorción. Los ensayos realizados con FeIII<br />
demostraron que su biodisponibilidad es buena o aun mejor que la<br />
de los compuestos de Fe 2+ .<br />
El objetivo de este estudio fue comparar la eficacia y la<br />
tolerabilidad de un complejo de hierro polisacárido con hierro<br />
elemental en la forma FeIII con un compuesto de sulfato con el<br />
hierro elemental en la forma de Fe 2+ en lactantes pretérmino.<br />
Pacientes y métodos<br />
En el estudio prospectivo, aleatorizado y controlado participaron<br />
lactantes prematuros con una edad gestacional menor de 35<br />
Naude S, Clijsen S, Naulaers G y colaboradores<br />
Department of Pediatrics, UZ Gasthuisberg Leuven, Lovaina, Bélgica<br />
[Iron Supplementation in Preterm Infants: A Study Comparing the Effect and Tolerance<br />
of a Fe 2+ and a Nonionic FeIII Compound]<br />
Journal of Clinical Pharmacology 40(12):1447-1451, Dic 2000<br />
En niños prematuros la terapia con complejos de hierro trivalente no iónico fue<br />
tan efectiva y bien tolerada como el tratamiento con sulfato ferroso.<br />
11<br />
semanas. La dosis diaria de hierro<br />
elemental fue de 7.5 mg; en un<br />
grupo se administró como sulfato<br />
ferroso (Fe 2+ ), una vez por día, y en<br />
el otro como un complejo de hierro<br />
trivalente no iónico (FeIII) con<br />
polisacáridos de bajo peso molecular,<br />
tres veces al día. El suplemento<br />
con hierro en ambos grupos<br />
comenzó en el día 15 y duró 6 semanas<br />
después del alta. El estudio<br />
de observación acerca de efectos<br />
adversos continuó hasta que se alcanzara<br />
alguno de los siguientes criterios:<br />
peso de 2.4 kg o edad gestacional<br />
de 36 semanas. Durante el período de estudio, los niños<br />
se alimentaron mediante lactancia materna o una fórmula láctea<br />
para prematuros. Como rutina, se administraron suplementos<br />
nutricionales a los niños amamantados.<br />
Se calculó la ingesta de hierro tanto a partir de la leche materna<br />
(sobre la base de un contenido promedio de hierro de 0.05 mg/dl)<br />
como de las fórmulas lácteas (de acuerdo con la información<br />
proporcionada por el fabricante). Diariamente, se registró información<br />
clínica acerca de la frecuencia y consistencia de la materia<br />
fecal y de la aparición de vómitos. Se obtuvieron muestras de<br />
sangre semanalmente desde el comienzo de la suplementación<br />
con hierro hasta el alta y al final del estudio a las 6 semanas. Las<br />
determinaciones realizadas de rutina cada semana comprendieron:<br />
hemoglobina (Hb), hematocrito, volumen corpuscular medio<br />
(VCM), hemoglobina corpuscular media (HCM), recuento de glóbulos<br />
blancos y recuento de plaquetas. Las investigaciones semanales<br />
adicionales incluyeron las mediciones de hierro sérico, ferritina<br />
y recuento de reticulocitos. A las 4 semanas de vida se midieron la<br />
capacidad de unión del hierro sérico, las vitaminas B 12 y E, cobre,<br />
cinc y ácido fólico.<br />
En cuanto a la metodología estadística, dado que ambos grupos<br />
no fueron homogéneos en varios parámetros (prueba para la<br />
homogeneidad de varianza de Bartlett), se utilizó la prueba de<br />
Mann-Whitney de dos muestras para comparar los grupos. Se<br />
consideró estadísticamente significativo un valor de p < 0.05.<br />
Resultados<br />
Se incluyeron en el estudio 59 niños, 32 se asignaron al grupo<br />
de Fe 2+ y 27 al grupo de FeIII; 11 y 12 lactantes fueron amamantados,<br />
respectivamente. No hubo diferencias entre los grupos en<br />
cuanto a la edad gestacional, el peso de nacimiento, la concen-
Sociedad Iberoamericana de Información Científica<br />
tración de Hb al nacimiento y al comienzo del<br />
estudio, los niveles de ferritina, de HCM y de<br />
VCM y el recuento de reticulocitos. La ingesta<br />
acumulativa de hierro calculada a partir de la<br />
alimentación y de los suplementos, desde el comienzo<br />
de la administración del complemento<br />
con hierro hasta el momento del alta hospitalaria<br />
fue igual en los dos grupos, 475 ± 80 mg en el<br />
grupo de Fe 2+ y 462 ± 58 mg en el grupo de FeIII<br />
(p = 0.70). El número de transfusiones de sangre por lactante<br />
prematuro también fue comparable en los dos grupos (3.5 ± 2.5<br />
en el grupo de Fe 2+ y 3.2 ± 2.6 en el grupo de FeIII; p = no<br />
significativa). La capacidad total de unión al hierro, los niveles de<br />
vitaminas E y B, cinc, cobre y ácido fólico fueron muy similares en<br />
los dos grupos y estuvieron dentro de límites normales.<br />
A lo largo del período de estudio no se encontraron diferencias<br />
significativas en los valores hematológicos (Hb, hematocrito,<br />
VCM, HCM, recuento de glóbulos blancos y de plaquetas). Los<br />
niveles de ferritina, que fueron levemente más altos en el grupo<br />
de Fe 2+ al comienzo del ensayo, permanecieron así durante todo<br />
el período de estudio. Los valores de ferritina sérica y de Hb a las<br />
6 semanas después del alta fueron significativamente más bajos<br />
con respecto al período intrahospitalario. Tanto los complementos<br />
con Fe 2+ como con FeIII fueron bien tolerados. En el grupo de<br />
Fe 2+ fueron más frecuentes la constipación y los vómitos en comparación<br />
con el grupo de FeIII, aunque la diferencia no fue<br />
estadísticamente significativa.<br />
Discusión<br />
Comentan los autores que si bien la anemia del prematuro se<br />
debe principalmente a la ausencia de eritropoyesis, puede disminuirse<br />
mediante la suplementación temprana con hierro, vi-<br />
12<br />
tamina C y ácido fólico. Se ha recomendado el<br />
suplemento con hierro a partir de las dos semanas<br />
de vida, política que se aplicó en el presente<br />
ensayo. Debido al diseño del estudio, de tipo<br />
abierto, puede haber un sesgo subjetivo en la<br />
interpretación, especialmente en cuanto a los<br />
efectos adversos. A lo largo del ensayo, no se<br />
observaron diferencias en los parámetros evaluados,<br />
tanto en cuanto a la eficacia como a la<br />
tolerabilidad entre los compuestos con sulfato ferroso y las preparaciones<br />
de hierro trivalente no iónico. Se cree que el complejo<br />
de hierro trivalente no iónico se absorbe como tal, sin liberar<br />
el hierro iónico que es responsable de la mayoría de los efectos<br />
adversos asociados con la terapia con hierro. Se hubiese necesitado<br />
realizar un estudio más grande para que la tendencia observada<br />
de menores efectos adversos con los compuestos con<br />
hierro trivalente no iónico adquiriera significación estadística.<br />
En conclusión, en los niños prematuros la terapia con preparaciones<br />
de hierro trivalente no iónico es tan efectiva y bien<br />
tolerada como el tratamiento con sulfato ferroso. La utilización<br />
de compuestos de hierro trivalente no iónico puede ser considerada<br />
una buena alternativa terapéutica.<br />
Información adicional en www.siicsalud.com/dato/dat045/05o20002.htm<br />
Resumen objetivo elaborado por el Comité de Redacción Científica de SIIC, sobre<br />
la base del artículo original completo publicado por la fuente editorial.<br />
Copyright © Sociedad Iberoamericana de Información Científica (SIIC), 2005<br />
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Acontecimientos Terapéuticos, <strong>Micronutrientes</strong><br />
Efectos Conductuales y en el Desarrollo por la Prevención<br />
de la Anemia Ferropénica en Lactantes Sanos de Término<br />
Lozoff B, De Andraca I, Castillo M y colaboradores<br />
Center for Human Growth and Development and Department of Pediatrics and Communicable Diseases,<br />
University of Michigan, Ann Arbor, EE.UU.<br />
[Behavioral and Developmental Effects of Preventing Iron-Deficiency Anemia in Healthy Full-Term Infants]<br />
Pediatrics 112(4):846-854, Oct 2003<br />
La suplementación con hierro en los niños sanos nacidos en término durante el primer año<br />
de vida puede tener beneficios conductuales y sobre el desarrollo.<br />
La anemia ferropénica (AF) afecta del 20% al 25% de<br />
lactantes en el mundo, y hay una mayor proporción con<br />
deficiencia de hierro sin anemia. A pesar de la elevada<br />
prevalencia mundial, muchos países no han hecho de la<br />
suplementación con hierro en los bebés sanos de término<br />
una prioridad. Las cuestiones a resolver incluyen el costo<br />
y esfuerzo de la prevención o tamizaje; las preocupaciones<br />
teóricas sobre la sobrecarga de hierro o interferencia<br />
con la inmunidad, absorción de otros minerales o la lactancia;<br />
y las posibles consecuencias de la deficiencia de<br />
hierro sobre la conducta y el desarrollo de los niños.<br />
Los datos sobre la relación causa-efecto entre la alteración<br />
conductual y del desarrollo y la deficiencia temprana<br />
de hierro son ambiguos. Los estudios de casos y<br />
controles de lactantes con AF suelen hallar menor puntaje<br />
en las pruebas mentales y motoras, y diferencias conductuales.<br />
Existen escasos datos sobre puntajes bajos en pruebas<br />
del desarrollo en lactantes con déficit de hierro sin<br />
anemia. Los resultados posteriores a la terapia con hierro<br />
varían y muchos de ellos informan diferencias persistentes.<br />
Sugieren que la AF en lactantes podría tener ciertos<br />
efectos no corregibles con el tratamiento.<br />
No se halló un patrón congruente de resultados en los<br />
ensayos preventivos en bebés sanos de término debido a<br />
ciertos problemas metodológicos: el período de suplementación<br />
con hierro fue diferente y ningún estudio aseguró<br />
que los bebés estuvieran libres de AF antes del estudio.<br />
Las investigaciones se han centrado en los puntajes globales<br />
de desarrollo, que no predicen el desempeño posterior ni<br />
determinan procesos específicos que podrían afectarse por déficit<br />
de hierro durante el desarrollo temprano.<br />
Por ello, los autores realizaron un estudio para determinar los<br />
efectos conductuales y en el desarrollo de la prevención de la AF<br />
en lactantes sanos de término.<br />
El grupo suplementado con hierro estuvo acorde a las recomendaciones<br />
de la American Academy of Pediatrics (lactancia<br />
materna y uso de suplemento de hierro o fórmula fortificada<br />
con hierro hasta los 12 meses).<br />
Métodos<br />
Si bien el estudio fue inicialmente diseñado para ser<br />
aleatorizado y controlado, circunstancias imprevistas determinaron<br />
que no lo fuera. Cuando comenzó el ensayo, muchos bebés<br />
fueron destetados a los 6 meses por lo que la fórmula para<br />
lactantes constituyó el vehículo para la suplementación.<br />
Los bebés fueron asignados al azar a recibir una fórmula con<br />
alto o bajo contenido de hierro. En mitad del estudio, los in-<br />
13<br />
vestigadores observaron que la fórmula con bajo contenido<br />
de hierro era suficiente para prevenir la AF y que la<br />
lactancia había aumentado debido a una efectiva campaña<br />
nacional.<br />
A mediados de 1994 el estudio fue modificado para<br />
reemplazar la fórmula de bajo contenido en hierro por<br />
una sin éste. Debido a que el análisis preliminar no mostró<br />
diferencias entre los grupos con bajo o alto contenido de<br />
hierro en el resultado conductual y del desarrollo a los 12<br />
meses, los niños fueron combinados para formar un grupo<br />
con suplemento con hierro para ser comparado con el<br />
grupo sin suplementación.<br />
Los estudios de casos y controles indican que los puntajes<br />
de las pruebas de desarrollo de bebés con AF son 10 puntos<br />
inferiores que los de aquellos sin anemia. Si la prevalencia<br />
de AF fuera de 20% o 25%, el suplemento con hierro<br />
podría prevenir puntajes bajos en 1 de cada 4 o 5 niños y el<br />
promedio en el grupo suplementado sería 2 a 2.5 puntos<br />
superior que en el grupo sin suplementación.<br />
El estudio fue realizado entre 1991 y 1996 en 4 comunidades<br />
de clase obrera de las afueras de Santiago, en Chile.<br />
Los criterios de inclusión fueron: ausencia de AF a los 6<br />
meses, peso al nacer > 3 kg, parto vaginal, sin anomalías<br />
congénitas importantes, ni complicaciones perinatales, sin<br />
fototerapia, ni internación por más de 5 días, ni enfermedad<br />
crónica y sin terapia con hierro.<br />
La anemia a los 6 meses fue definida como hemoglobina<br />
venosa < 100 g/l, la deficiencia de hierro fue definida<br />
con 2 de 3 mediciones anormales de hierro (volumen globular<br />
medio < 70 fl, protoporfirina eritrocitaria > 100 μg/dl eritrocitos<br />
[1.77 μmol/l], ferritina sérica < 12 μg/l).<br />
Para caracterizar la conducta de los bebés y su desarrollo al<br />
inicio del estudio se realizó el Fagan Test of Infant Intelligence. Los<br />
resultados globales del desarrollo a los 12 meses estuvieron dados<br />
por el Mental Developmental Index and Psychomotor Developmental<br />
Index of the Bayley Scales of Infant Development. Los resultados<br />
conductuales derivaron de la Behavior Rating Scale.<br />
Resultados<br />
Los grupos de estudio finales totalizaron 1 657 lactantes. Difirieron<br />
respecto de la alimentación, con lactancia materna más<br />
intensa en el grupo sin agregado de hierro. Estos bebés pesaron<br />
50 g más al nacer, eran más grandes al inicio del estudio y presentaban<br />
niveles de hemoglobina ligeramente superiores; fueron considerados<br />
por sus madres como menos difíciles. Estas últimas presentaban<br />
menos síntomas de depresión y sus hogares eran ligeramente<br />
más estimulantes.
Sociedad Iberoamericana de Información Científica<br />
En el 3.1% del grupo con hierro y en el 22.6% del grupo<br />
sin agregado de hierro se detectó AF. La deficiencia de<br />
hierro se observó en 26.5% y 51.3%, respectivamente.<br />
No hubo indicio de exceso de hierro en bebés que recibieron<br />
suplemento con hierro.<br />
No hubo diferencias significativas en los puntajes de pruebas<br />
mentales o motoras a los 12 meses. En el Fagan Test se<br />
observó un efecto significativo del suplemento con hierro<br />
en el tiempo de contemplación (en que los niños miraban<br />
pares de ilustraciones nuevas y familiares). Los bebés que<br />
no recibieron hierro necesitaron contemplar durante más<br />
tiempo en comparación con los 6 meses de edad. Además<br />
gatearon un poco más tarde en promedio que aquellos<br />
que recibieron hierro.<br />
En la Behavior Rating Scale se observó mayor proporción<br />
de bebés sin suplementación con hierro con carencia<br />
de afecto positiva, no intentaban interactuar socialmente,<br />
y no se guiaban por las reacciones de los demás para<br />
probar nuevos materiales; no ofrecían ayuda; la mayoría<br />
renunciaba fácilmente a los materiales de las pruebas y<br />
aceptaba otros nuevos más de la mitad del tiempo. Una<br />
mayor proporción del grupo sin suplemento de hierro no pudo<br />
ser tranquilizada por palabras u objetos cuando se alteraban.<br />
Una mayor proporción del grupo sin suplementación fue clasificada<br />
como temblorosa.<br />
Discusión<br />
Debido a que el estudio no pudo ser aleatorizado y controlado,<br />
no provee la base más sólida para realizar inferencias causales.<br />
Sin embargo, supera investigaciones previas desde el punto de<br />
vista metodológico. El tamaño de la muestra resultó considerablemente<br />
superior al de cualquier otro estudio y las mediciones<br />
conductuales y del desarrollo fueron más exhaustivas.<br />
Los resultados más importantes fueron las diferencias en el<br />
tiempo de contemplación del Fagan Test y en el funcionamiento<br />
social y emocional entre los bebés que recibieron hierro y los que<br />
no lo hicieron. El mayor tiempo promedio de contemplación en el<br />
grupo sin suplemento con hierro, junto con la ausencia de diferencias<br />
en la preferencia por la novedad, indica menor eficiencia<br />
en el procesamiento de la información, que se considera una<br />
propiedad cognitiva fundamental. El mayor tiempo de contemplación<br />
en la lactancia predice un peor funcionamiento cognitivo<br />
global posterior. También existe sustento teórico y empírico de<br />
que la interacción social y la referencia social son esenciales para<br />
el desarrollo normal, cognitivo y emocional del bebé. Por lo tanto,<br />
las diferencias conductuales observadas en algunos lactantes en<br />
el grupo sin suplemento de hierro podrían contribuir al aislamien-<br />
14<br />
to funcional, lo que limitaría su habilidad para buscar y<br />
recibir estímulo del entorno físico y social.<br />
Ningún bebé presentó AF por más de 6 meses, un tiempo<br />
corto para tener impacto sobre los puntajes globales<br />
de las pruebas de desarrollo. A pesar de que el grupo sin<br />
suplementación con hierro inició el estudio con pequeñas<br />
ventajas (en crecimiento, lactancia materna, hemoglobina<br />
inicial, entre otras), lo finalizó con desventajas en el<br />
procesamiento cognitivo, la conducta y función motora.<br />
Sin embargo, las diferencias fueron a nivel grupal y relativamente<br />
pequeñas en magnitud.<br />
El hierro es necesario para muchos procesos importantes<br />
del sistema nervioso central, como la mielinización y el<br />
funcionamiento dopaminérgico. Los sistemas de mielinización<br />
podrían ser vulnerables durante el período de deficiencia<br />
de hierro. Recientes investigaciones mostraron alteración<br />
de la transmisión en el sistema visual y auditivo de<br />
niños con AF en la lactancia. Un retraso en el procesamiento<br />
visual podría determinar tiempos de contemplación<br />
más prolongados en el Fagan Test.<br />
La dopamina está involucrada en sistemas de activación<br />
e inhibición conductual y cumple un importante papel en el grado<br />
en que los individuos experimentan la recompensa. Las diferencias<br />
conductuales en el grupo sin suplemento con hierro parecen<br />
indicar menor respuesta positiva al entorno físico y social. La referencia<br />
social es un proceso específico que surge en la última parte<br />
del primer año, el período de deficiencia de hierro de este estudio,<br />
por lo que pudo ser afectada en forma particular. Esta provee la<br />
base para el aprendizaje temprano a partir del entorno físico y<br />
social. La alteración de la función dopaminérgica es un factor conocido<br />
en movimientos anormales como el temblor, que fue observado<br />
en mayor proporción en el grupo sin agregado de hierro.<br />
Conclusiones<br />
Los lactantes sin suplementación con hierro responden en forma<br />
menos positiva al entorno físico y social. Los bebés sanos de término<br />
pueden recibir beneficios conductuales y en el desarrollo de la<br />
suplementación con hierro en el primer año de vida.<br />
Información adicional en www.siicsalud.com/dato/dat045/05922003.htm<br />
Resumen objetivo elaborado por el Comité de Redacción Científica de SIIC, sobre<br />
la base del artículo original completo publicado por la fuente editorial.<br />
Copyright © Sociedad Iberoamericana de Información Científica (SIIC), 2005<br />
www.siicsalud.com
Acontecimientos Terapéuticos, <strong>Micronutrientes</strong><br />
Niveles Circulantes de 25-Hidroxivitamina D en Población<br />
Materno-Infantil de Zonas de Riesgo del País: Provincias<br />
de Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego<br />
Tau C, Bonifacino M, Scaiola E y colaboradores<br />
Metabolismo Cálcico y Oseo, Endocrinología, Hospital de Pediatría J.P. Garrahan, Buenos Aires; Servicio de Pediatría<br />
y Laboratorio, Hospital Regional de Ushuaia, Ushuaia, Argentina<br />
[Niveles Circulantes de 25-Hidroxivitamina D en Población Materno-Infantil de Zonas de Riesgo del País:<br />
Provincias de Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego]<br />
Medicina Infantil 11(3):199-204, Sep 2004<br />
La latitud y otros factores relacionados con el clima podrían explicar<br />
la deficiencia de 25-hidroxivitamina D en los niños y embarazadas que habitan<br />
la región sur de la Argentina.<br />
La vitamina D (VD) es indispensable para el desarrollo<br />
esquelético de los niños, puesto que en ellos,<br />
debido al crecimiento, las demandas de calcio y fósforo<br />
son mayores que en los adultos. El metabolito<br />
final de la VD, la 1,25-dihidroxivitamina D (1,25-<br />
DOHD), le aporta estos minerales al organismo; la<br />
deficiencia de vitamina D es causa de raquitismo en<br />
los niños y de osteomalacia en el adulto.<br />
La VD se origina de manera endógena y exógena.<br />
La formación endógena se produce a partir<br />
de la piel, que es la fuente principal, y la exógena<br />
por los alimentos ingeridos, aunque muy pocos la<br />
contienen. La síntesis de VD comienza en la epidermis,<br />
donde los rayos ultravioletas transforman<br />
el dehidrocolesterol en VD, que luego es transportada<br />
al hígado donde se transforma en 25-hidroxivitamina<br />
D (25-OHD). En el riñón la 25-OHD se convierte en<br />
1,25-DOHD, que es el metabolito biológicamente activo que promueve<br />
la absorción intestinal de calcio y fósforo, mantiene constantes<br />
los niveles séricos de estos minerales y contribuye de esta<br />
manera a la mineralización esquelética.<br />
La latitud influye sobre los niveles circulantes de VD. Al alejarse<br />
del Ecuador la incidencia de los rayos solares sobre la piel no es<br />
suficiente para su formación. En los países ubicados por encima de<br />
la latitud 40º o por debajo de ésta, la población infantil presenta<br />
mayor riego de padecer raquitismo. En la Argentina, que se extiende<br />
hasta 56º de latitud sur (Tierra del Fuego), trabajos publicados<br />
en 1990 y 1995 demostraron una importante deficiencia de VD<br />
en los niños sanos de Ushuaia. A partir de estos estudios los<br />
pediatras indican a los niños sanos suplementos con VD al principio<br />
del invierno, aunque no lo hacen de modo sistemático. La<br />
persistencia de raquitismo plantea la necesidad de evaluar los<br />
niveles de 25-OHD al final del invierno, momento en que las reservas<br />
de VD están agotadas.<br />
El objetivo de este estudio fue estudiar si había deficiencia o<br />
insuficiencia de 25-OHD en niños sanos, en embarazadas y muestras<br />
de cordón umbilical (en el momento del parto) de tres regiones<br />
del sur de la Argentina, con el fin de establecer un tratamiento<br />
adecuado además de evitar la deficiencia de VD.<br />
Población y métodos<br />
Al final del invierno fueron estudiados distintos grupos de población<br />
de Comodoro Rivadavia (latitud 45º S, provincia del Chubut),<br />
de Ushuaia (latitud 54º S, provincia de Tierra del Fuego) y de Río<br />
15<br />
Gallegos (latitud 52º S, provincia de Santa Cruz).<br />
Se excluyeron los individuos con alteraciones óseas,<br />
hepáticas y renales. En Comodoro Rivadavia (CR)<br />
se estudiaron 20 niños sanos en el mes de septiembre<br />
de 2001, registrándose los datos de edad, talla y<br />
peso; en cada caso se extrajo una muestra de sangre<br />
para las determinaciones de calcio, fósforo,<br />
fosfatasa alcalina (FAL, valor normal: < 500 UI/l) y de<br />
25-OHD; se pudo constatar que ninguno de los<br />
niños había recibido suplementos de VD en los 6<br />
meses previos al estudio. En Ushuaia (USH) fueron<br />
evaluados 51 niños sanos en septiembre de 2002;<br />
mediante una encuesta se estableció la edad, los<br />
antecedentes personales, el peso, la talla, el color<br />
de la piel (trigueña o blanca), la administración<br />
previa de suplementos vitamínicos, el medio<br />
socioeconómico y la ingesta de calcio a partir de los productos<br />
lácteos; la mayoría de los niños había recibido suplementos de VD.<br />
También se determinó el calcio sérico, la FAL (valor normal en<br />
niños: < 900 UI/l), el fósforo y los niveles séricos de 25-OHD. En Río<br />
Gallegos (RG) fueron estudiados en septiembre de 2001 los sueros<br />
de 27 madres y de cordón umbilical (para la evaluación del<br />
feto) en el momento del parto. Se seleccionaron madres con<br />
embarazos y partos normales; se midieron los niveles de calcio,<br />
fósforo, FAL (valor normal: 90-500 UI/l) y de 25-OHD sérica, y se<br />
constató que las madres no recibieron suplementos de VD durante<br />
el tercer trimestre del embarazo.<br />
El valor de 25-OHD considerado normal fue de 15-50 ng/ml,<br />
definiéndose deficiencia de VD a un valor de 25-OHD menor<br />
de 10 ng/ml, e insuficiencia de VD a un valor de 25-OHD de<br />
10-15 ng/ml. Los datos fueron expresados como media ± desvío<br />
estándar. Las pruebas para comparar las muestras fueron seleccionadas<br />
según la distribución de los datos de la población; el nivel<br />
de significación estadística fue de 5% (p < 0.05, a dos colas).<br />
Resultados<br />
La edad promedio de los niños de CR fue de 2.2 ± 1 años. Los<br />
puntajes Z para el peso y la talla fueron normales, al igual que los<br />
resultados de la calcemia y la FAL. Nueve niños presentaron valores<br />
de 25-OHD iguales a 10 ng/ml o menores. En 25% se constataron<br />
niveles de insuficiencia y sólo 6 casos presentaron valores mayores<br />
de 15 ng/ml.<br />
En USH la edad promedio de los niños fue de 6.2 ± 3.7 años. En<br />
todos, los puntajes Z para el peso y la talla fueron normales.
Sociedad Iberoamericana de Información Científica<br />
Veintiún niños eran de piel trigueña y 30 de piel blanca. Para la<br />
mayoría el medio socioeconómico era bueno. Treinta niños habían<br />
estado previamente expuestos al sol. Los niveles séricos de 25-OHD<br />
fueron mayores respecto de los participantes de CR (p < 0.015).<br />
Seis niños (12%) que no habían recibido suplementos antes del<br />
estudio presentaron deficiencia de VD y en 8 (16%) se detectaron<br />
valores de insuficiencia. El 73% de los casos tuvo valores normales<br />
de 25-OHD sérica. En quienes recibieron suplementos se registraron<br />
valores de 25-OHD mayores que en aquellos que no los recibieron.<br />
Los niños provenientes de un medio socioeconómico inferior<br />
presentaron valores más bajos de 25-OHD. Los niveles de calcemia<br />
se relacionaron en forma directa con los de 25-OHD (p < 0.01). En<br />
el 33% de los niños se detectaron valores aumentados de FAL en<br />
suero y éstos se correlacionaron inversamente con los valores de<br />
25-OHD (p < 0.001).<br />
En RG, en los 27 sueros de madres y de cordón umbilical (pareados<br />
y extraídos en el momento del parto) los valores de 25-OHD<br />
fueron de 15.1 ± 8.1 ng/ml y de 8.9 ± 5.7 ng/ml, respectivamente<br />
(p < 0.01). La 25-OHD de cordón se correlacionó directamente<br />
con la de la madre (r = 0.86, p < 0.000) y representó el 59% de la<br />
25-OHD materna. El 30% de las madres tuvo valores de deficiencia<br />
de VD y el 37% de insuficiencia. En las muestras de cordón, el 78%<br />
presentó valores de deficiencia de VD y el 7% de insuficiencia. En el<br />
67% de las madres y en el 85% de las muestras de cordón se<br />
observaron valores de 25-OHD menores de 15 ng/ml. Se observó<br />
hipocalcemia en el 56% de las madres. Un sólo lactante presentó<br />
hipocalcemia sin signos clínicos y con un valor de 25-OHD de 7 ng/ml.<br />
La calcemia de la muestra de cordón se correlacionó en forma<br />
directa con la de la madre (r = 0.52, p < 0.005).<br />
Discusión<br />
En este trabajo se establecieron los niveles circulantes de<br />
25-OHD al final del invierno en muestras de la población de niños<br />
sanos, de madres al final del embarazo y cordón umbilical en<br />
tres regiones del sur de la Argentina. En CR se detectaron valores<br />
disminuidos de 25-OHD (estadísticamente significativos) en<br />
niños sanos menores de 4 años. El 45% de los evaluados presentaba<br />
deficiencia de VD y el 15% insuficiencia. La latitud y la falta<br />
de suplementos podrían explicar esta deficiencia.<br />
En USH, situada a latitud 54º S, donde el 71% de los niños<br />
evaluados había recibido suplementos de VD en los 6 meses previos<br />
a la investigación, los valores de 25-OHD fueron mayores que<br />
los de CR. No obstante, el 27% presentó valores de 25-OHD<br />
iguales a 15 ng/ml o menores y 6 tuvieron niveles menores de<br />
10 ng/ml. La indicación de suplementos de VD por parte de los<br />
pediatras no se realizó en forma sistemática luego del estudio<br />
de 1990 realizado en la región, que demostró deficiencia de VD<br />
en casi todos los niños evaluados. En la actualidad, sólo una<br />
parte de la población infantil recibe suplementos de VD durante<br />
el mes de marzo en dosis de entre 100 000 y 150 000 UI. Es<br />
posible, de acuerdo con los resultados, que en USH sea necesaria la<br />
16<br />
indicación adicional de suplementos para que los niveles de 25-OHD<br />
se mantengan normales durante todo el invierno.<br />
En RG, situada a 52º S, el 67% de las madres presentó valores de<br />
25-OHD menores de 15 ng/ml y el 85% de los sueros de cordón<br />
umbilical presentó valores muy bajos. Estos datos son preocupantes.<br />
El neonato podría requerir 30 g de calcio para mineralizar su esqueleto<br />
al finalizar las 40 semanas de gestación. Si la madre no<br />
tiene niveles suficientes de VD circulante, disminuye la producción<br />
de 1,25 DOHD y la absorción de calcio y fósforo, con menor pasaje<br />
de minerales a través de la placenta que, junto con el descenso de<br />
la calcemia en la madre, pueden reducir la mineralización ósea y<br />
aumentar el riesgo de hipocalcemia en el neonato. La 25-OHD<br />
atraviesa la placenta y hay una relación directa entre las cifras<br />
maternas y fetales; estas últimas dependen exclusivamente de las<br />
maternas. Los hallazgos de este estudio demuestran que la deficiencia<br />
de VD en RG es significativa. La latitud, la menor exposición<br />
al sol debido al clima, el frío y la falta de suplementos vitamínicos<br />
podrían explicar esta deficiencia.<br />
Este estudio es el primero realizado en la Argentina en niños<br />
que recibieron suplementos de VD. Este aporte vitamínico al<br />
comienzo del invierno es necesario para compensar la deficiencia<br />
de VD, aunque todavía se desconoce cuál es la dosis adecuada.<br />
Se ha propuesto una única dosis de 100 000 UI de VD en las madres<br />
en el sexto o séptimo mes de embarazo y de 500-1 000 UI/día<br />
en el neonato para mantener normales los niveles circulantes de<br />
25-OHD. Al comparar los niños de CR con los de USH, la mayoría<br />
de los niños de USH presentó valores normales de 25-OHD; las<br />
cifras menores de 15 ng/ml se asociaron con aumento de la FAL.<br />
Estas cifras de 25-OHD podrían estimular la secreción de hormona<br />
paratiroidea que, a su vez, estimula la secreción de FAL en el<br />
osteoblasto. La ingesta de calcio fue evaluada sólo en USH,<br />
detectándose que era inferior a la recomendada por la FDA.<br />
Conclusión<br />
En las tres regiones se hallaron en los niños sanos, en las madres<br />
y en las muestras de cordón niveles bajos de 25-OHD sérica,<br />
aunque la mayoría de los niños de USH presentó niveles de VD<br />
adecuados que se relacionaron directamente con el aporte previo<br />
de suplementos de VD. Futuros estudios, concluyen los autores,<br />
podrían ser necesarios para mejorar el aporte de suplementos<br />
y evitar el riesgo de hipocalcemia, raquitismo nutricional y osteopenia<br />
en el sur argentino.<br />
Información adicional en www.siicsalud.com/dato/dat043/05509002.htm<br />
Resumen objetivo elaborado por el Comité de Redacción Científica de SIIC, sobre<br />
la base del artículo original completo publicado por la fuente editorial.<br />
Copyright © Sociedad Iberoamericana de Información Científica (SIIC), 2005<br />
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Acontecimientos Terapéuticos, <strong>Micronutrientes</strong><br />
Prevención del Raquitismo y la Deficiencia de Vitamina D:<br />
Nuevas Normas para la Ingesta de Vitamina D<br />
Gartner LM y Greer FR<br />
Section on Breastfeeding and Committee on Nutrition, American Academy of Pediatrics, EE.UU.<br />
[Prevention of Rickets and Vitamin D Deficiency: New Guidelines for Vitamin D Intake]<br />
Pediatrics 111(4):908-910, Abr 2003<br />
Para prevenir el raquitismo y la deficiencia de vitamina D se recomienda la ingesta<br />
de 200 UI por día de vitamina D en lactantes, niños y adolescentes sanos.<br />
Todavía hoy se registran en los EE.UU. casos<br />
de niños afectados por raquitismo, el cual es secundario<br />
a la ingesta inadecuada de vitamina D y<br />
a la menor exposición al sol. El raquitismo es un<br />
ejemplo de la deficiencia extrema de vitamina D;<br />
este estado se produce meses antes de que el<br />
raquitismo tenga manifestaciones en el examen<br />
físico. Las nuevas recomendaciones, establecidas<br />
por la National Academy of Sciences (NAS),<br />
señalan que para prevenir la deficiencia de vitamina<br />
D en los lactantes normales, niños y adolescentes<br />
se requiere la ingesta de 200 UI por día<br />
de esta vitamina; la American Academy of<br />
Pediatrics (AAP) había recomendado anteriormente<br />
400 UI por día. Las nuevas normas de la NAS<br />
para lactantes se basan principalmente en datos<br />
provenientes de los EE.UU., Noruega y China, que<br />
mostraron que un consumo de al menos 200 UI por<br />
día de vitamina D puede evitar los signos físicos<br />
de deficiencia de vitamina D y mantener un nivel<br />
sérico de 25-hidroxivitamina D en 27.5 nmol/l<br />
(11 ng/ml) o mayor. Si bien hay menos datos disponibles<br />
para niños mayores y adolescentes, la<br />
NAS llegó a las mismas conclusiones para estas<br />
poblaciones. También se sabe que en niños mayores y adolescentes,<br />
la mayor cantidad de vitamina D se recibe por la exposición al<br />
sol; no obstante, los dermatólogos aconsejan precaución, debido<br />
al riesgo de cáncer, especialmente durante la infancia, y recomiendan<br />
el uso regular de pantallas solares, las cuales pueden<br />
disminuir marcadamente la producción de vitamina D por la piel.<br />
En este informe se resumen las nuevas normas de la AAP para<br />
la ingesta de vitamina D, en las cuales se analizan los siguientes<br />
temas: exposición al sol, lactancia materna, fórmulas lácteas y<br />
complementos vitamínicos.<br />
Exposición al sol<br />
Una fuente potencial de vitamina D es la síntesis en la piel a partir<br />
de la fracción de luz ultravioleta B del sol. Hay menor exposición al sol<br />
en invierno y cuando la luz del sol está atenuada por nubes, la<br />
polución del aire o por el ambiente (sombra). El estilo de vida o las<br />
prácticas culturales que disminuyen las actividades al aire libre o<br />
incrementan el área del cuerpo cubierta por ropas cuando se sale al<br />
exterior también limitan la exposición al sol. Los efectos de la exposición<br />
solar sobre la síntesis de vitamina D son menores en las<br />
personas con pigmentación cutánea más oscura; también se reducen<br />
con el uso de pantallas solares. Todos estos factores tornan<br />
dificultoso determinar cuál sería una exposición solar adecuada para<br />
un lactante o niño. Además, los Centers for Disease Control and<br />
17<br />
Prevention –con el aval de muchas organizaciones,<br />
incluida la AAP y la American Cancer Society–<br />
lanzaron una campaña de salud pública para limitar<br />
la exposición a la luz ultravioleta con el fin<br />
de disminuir la incidencia de cáncer de piel. Hay<br />
datos epidemiológicos indirectos que sugieren<br />
que para el riesgo de carcinomas cutáneos es<br />
más importante la edad en la cual se inicia la<br />
exposición directa al sol que la exposición total<br />
durante toda la vida. Las normas para reducir la<br />
exposición al sol incluyen las directivas de la AAP<br />
en cuanto a que es necesario impedir la exposición<br />
directa al sol de los menores de 6 meses,<br />
seleccionar las actividades que reduzcan la exposición<br />
al sol y utilizar ropa y pantallas solares<br />
durante ésta.<br />
Lactancia materna y vitamina D<br />
Los lactantes que son amamantados pero que<br />
no reciben suplementos de vitamina D o adecuada<br />
exposición al sol tienen mayor riesgo de presentar<br />
deficiencia de vitamina D o raquitismo. La<br />
leche humana contiene una concentración de<br />
vitamina D de 25 UI/l o menos, es decir que la<br />
ingesta recomendada de esta vitamina en los lactantes no puede<br />
ser cubierta por la leche humana como única fuente. Si bien hay<br />
datos que refieren que la apropiada exposición al sol evita el raquitismo<br />
en muchos niños amamantados, ante las preocupaciones<br />
que genera la exposición a la luz solar y la posibilidad de cáncer de<br />
piel, es prudente recomendar el complemento con vitamina D en<br />
los lactantes amamantados desde el segundo mes de vida.<br />
Fórmulas lácteas y vitamina D<br />
Todas las fórmulas lácteas disponibles para la venta en los EE.UU.<br />
deben tener una concentración mínima de vitamina D de 40 UI/<br />
100 kcal (258 UI/l de una fórmula con 20 kcal/onza) y una concentración<br />
máxima de 100 UI/100 kcal (666 UI/l de una fórmula con<br />
20 kcal/onza). Todas las fórmulas actualmente en venta en los<br />
EE.UU. contienen al menos 400 UI/l; por lo tanto, un niño que<br />
ingiera al menos 500 ml por día (concentración de vitamina D de<br />
400 UI/l) recibirá la cantidad recomendada de 200 UI por día de<br />
vitamina D.<br />
Suplementos de vitamina D<br />
Si la ingesta de una fórmula láctea o leche fortificada con vitamina D<br />
es menor de 500 ml por día, debe indicarse el agregado de la vitamina<br />
mediante las preparaciones multivitamínicas que contienen 400 UI de<br />
ésta por mililitro o por comprimido. Las preparaciones actualmente
Sociedad Iberoamericana de Información Científica<br />
disponibles de vitamina D sola, que contienen 8 000 UI/ml, son demasiado<br />
concentradas para ser seguras en la administración cotidiana.<br />
Los esfuerzos deben estar dirigidos especialmente a difundir el uso de<br />
suplementos en las poblaciones con mayor riesgo de raquitismo o<br />
deficiencia de vitamina D; entre ellas, las que tienen mayor pigmentación<br />
cutánea y aquellas con menor exposición al sol.<br />
Conclusión<br />
La AAP reafirma las recomendaciones de la NAS, por lo que se<br />
establece la ingesta adecuada de vitamina D en 200 UI para<br />
prevenir el raquitismo y la deficiencia de vitamina D en lactantes,<br />
niños y adolescentes sanos, dado que es difícil determinar cuál es<br />
la exposición al sol adecuada.<br />
Se recomienda la suplementación con vitamina D para todos los<br />
lactantes amamantados desde el segundo mes de vida, salvo que<br />
18<br />
ingieran al menos 500 ml por día de una fórmula láctea o leche<br />
fortificada con vitamina D; para todos los lactantes no amamantados<br />
que ingieran menos de 500 ml por día de fórmula láctea o<br />
leche fortificada con vitamina D; y para niños y adolescentes sin<br />
exposición regular al sol, que no ingieren al menos 500 ml por día<br />
de leche fortificada con vitamina D o que no reciben un suplemento<br />
multivitamínico diario con al menos 200 UI de vitamina D.<br />
Información adicional en www.siicsalud.com/dato/dat042/05401001.htm<br />
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Acontecimientos Terapéuticos, <strong>Micronutrientes</strong><br />
Patrones de Prescripción de los Pediatras de Complementos<br />
Vitamínicos en los Lactantes: ¿Contribuyen al Raquitismo?<br />
Davenport ML, Uckun A y Calikoglu AS<br />
Division of Endocrinology, Department of Pediatrics, University of North Carolina, Chapel Hill, EE.UU.<br />
[Pediatrician Patterns of Prescribing Vitamin Supplementation for Infants: Do They Contribute to Rickets?]<br />
Pediatrics 113(1):179-180, Ene 2004<br />
Muchos pediatras no recomiendan complementos de vitamina D para los lactantes<br />
amamantados y aquellos que lo hacen los indican tarde o finalizan<br />
su administración en forma temprana.<br />
Parece haber un resurgimiento<br />
del raquitismo secundario a la deficiencia<br />
de vitamina D en los EE.UU.<br />
Algunos de los factores responsables<br />
son la disminución de la exposición<br />
al sol, el incremento de mujeres<br />
que amamantan y el aumento<br />
en la deficiencia materna de vitamina<br />
D. Los autores postularon<br />
que la menor prescripción de complementos<br />
con vitamina D en lactantes<br />
amamantados puede ser<br />
otro factor contribuyente.<br />
Métodos<br />
En octubre de 1999, se envió un<br />
cuestionario a todos los miembros<br />
en actividad de la American<br />
Academy of Pediatrics (AAP), filial<br />
Carolina del Norte, para determinar<br />
su práctica en cuanto a la prescripción<br />
de complementos de vitamina<br />
D.<br />
Resultados<br />
De los 1 040 cuestionarios enviados, se respondieron 417<br />
(40.1%) y 383 fueron adecuados para el análisis. La mayoría de<br />
los profesionales que respondieron fueron médicos de atención<br />
primaria (86.4%) que ejercían su práctica en consultorios privados<br />
(68.1%). El promedio de años de experiencia fue de 19.2<br />
± 10.4 años (4-55 años) y se habían graduado entre 1944 y 1995.<br />
El 25.8% informó haber visto uno o más casos de deficiencia de<br />
vitamina D en los 3 años previos. No hubo consenso acerca de la<br />
indicación de complemento de vitamina D para los lactantes. Algunos<br />
(13%) nunca recomendaron suplementos de vitamina D y<br />
pocos (9%) los recomendaron siempre. Sin embargo, la mayoría<br />
aconsejó los complementos para grupos seleccionados (lactancia<br />
materna, niños de piel oscura, prematuros o desnutridos). Cuando<br />
se preguntó específicamente sobre los lactantes amamantados,<br />
el 44.6% recomendó suplementos de vitamina D para todos,<br />
el 38.6% para algunos y el 16.5% nunca. La mayoría de los pediatras<br />
que respondieron que no aconsejaron complementos de<br />
vitamina D para los niños amamantados (83.1%) creían que la<br />
leche humana tenía suficientes vitaminas, otros se preocuparon<br />
por su costo (3.1%), el riesgo de hipervitaminosis (4.2%), la<br />
disminución de la probabilidad de lactancia materna (2.1%) u<br />
otros problemas (14.7%). Para aquellos que recomendaron su-<br />
19<br />
plementos con vitamina D, las edades<br />
para su inicio y finalización variaron<br />
ampliamente. Si bien muchos<br />
pediatras prefirieron comenzar el<br />
complemento al nacimiento o durante<br />
el primer mes de vida, un<br />
cuarto sugirió el inicio después de<br />
los 6 meses; el 38% continuó hasta<br />
el destete, el 10% hasta antes del<br />
año, el 44% hasta un año o más y<br />
el 8% utilizó otros criterios. Los pediatras<br />
que se habían graduado en<br />
la década del 90 tuvieron menos<br />
probabilidad de recomendar suplementos<br />
de vitamina D y, si los indicaban,<br />
de iniciarlos antes de los 6<br />
meses de edad en comparación con<br />
aquellos graduados antes de 1990<br />
(p < 0.001).<br />
Discusión y conclusión<br />
Comentan los autores que los<br />
resultados obtenidos confirman los<br />
datos anecdóticos acerca de que<br />
muchos pediatras no recomiendan<br />
complementos de vitamina D para los lactantes amamantados<br />
y, aquellos que lo hacen, los indican tarde o finalizan su administración<br />
tempranamente. Los factores que pueden ser responsables<br />
para la menor prescripción de suplementos de vitamina D<br />
comprenden: la menor información sobre el raquitismo en la<br />
universidad o durante la residencia y la imprecisión de las normas<br />
de la AAP respecto de la indicación de complementos de<br />
vitamina D. En 1963, la AAP aconsejó que todos los lactantes<br />
recibiesen 400 UI por día de vitamina D, pero las políticas en los<br />
últimos 25 años fueron más débiles ya que se recomendaron los<br />
complementos de vitamina D para los lactantes amamantados<br />
cuyas madres tuviesen deficiencia de vitamina D o para aquellos<br />
con insuficiente exposición solar. En vista de los crecientes informes<br />
de raquitismo en los EE.UU., en abril de 2003 la AAP elaboró<br />
nuevas normas para la ingesta de vitamina D para lactantes,<br />
niños y adolescentes sanos a fin de prevenir la deficiencia de<br />
vitamina D y el raquitismo.<br />
Las normas de la AAP recomiendan que todos los lactantes<br />
reciban 200 UI por día de vitamina D salvo que ingieran al menos<br />
500 ml (aproximadamente 16 onzas) de fórmula láctea o leche<br />
fortificada con vitamina D por día. Los lactantes amamantados<br />
tienen riesgo de presentar deficiencia de vitamina D porque la
Sociedad Iberoamericana de Información Científica<br />
leche humana contiene sólo 15 a 50 UI/l<br />
de la vitamina, lo cual es insuficiente para<br />
prevenir el raquitismo cuando la exposición<br />
al sol es limitada.<br />
En conclusión, las consecuencias del raquitismo<br />
debido a deficiencia de vitamina<br />
D pueden ser profundas. Sin embargo,<br />
mucho más preocupantes son las consecuencias<br />
a largo plazo de la deficiencia<br />
de vitamina D que recientemente comenzaron a tenerse en<br />
cuenta, tales como los riesgos aumentados de diabetes tipo 1,<br />
cáncer y osteoporosis. Los pediatras y otros profesionales de<br />
20<br />
atención primaria deben asumir un papel principal en la educación<br />
de las familias acerca de la importancia de la vitamina D y<br />
deben asegurarse de que cada lactante y niño reciban cantidades<br />
adecuadas de esta vitamina.<br />
Información adicional en www.siicsalud.com/dato/dat042/05406002.htm<br />
Resumen objetivo elaborado por el Comité de Redacción Científica de SIIC,<br />
sobre la base del artículo original completo publicado por la fuente editorial.<br />
Copyright © Sociedad Iberoamericana de Información Científica (SIIC), 2005<br />
www.siicsalud.com
Entrevista exclusiva<br />
Enrique Berner<br />
Médico pediatra<br />
Jefe del Servicio de Adolescencia<br />
Hospital General de Agudos Dr. Cosme Argerich, Buenos Aires, Argentina<br />
Página del autor: www.siicsalud.com/dato/dat046/05n08000a.htm<br />
Acontecimientos Terapéuticos, <strong>Micronutrientes</strong><br />
Importancia del Consumo de <strong>Micronutrientes</strong> en la Infancia<br />
¿Cuál es la prevalencia de anemia en la población infantil y<br />
cuáles son las principales causas?<br />
La deficiencia de hierro es una de las carencias nutricionales más<br />
frecuentes de nuestro país y no ha sido considerada sino hasta hace<br />
poco más de diez años como un problema de salud prevalente.<br />
Cifras recientes muestran que alrededor de un 50% de los niños<br />
presentan anemia por déficit de hierro. Un documento elaborado<br />
por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) plantea<br />
una paradoja inquietante: en Argentina, uno de cada dos chicos<br />
menores de 2 años padece anemia. La estimación es de por sí<br />
abrumadora, pero hay más: por cada chico anémico existe por lo<br />
menos otro que tiene deficiencia de hierro. También son anémicos<br />
entre el 20% y el 25% de las mujeres en edad fértil, entre el<br />
10% y el 15% de los adolescentes, y el 50% de las mujeres<br />
embarazadas. Existen recomendaciones referentes a la administración<br />
de hierro medicinal a lactantes y mujeres embarazadas,<br />
que con distinto grado de cumplimiento se han integrado a las<br />
normas asistenciales de prácticamente todo el país.<br />
¿Cuál es el tratamiento más eficaz para la anemia por déficit<br />
de hierro que se presenta en la infancia?<br />
Los principios básicos en este contexto incluyen: modificaciones<br />
nutricionales, fortificación de los alimentos con hierro y aporte de<br />
hierro medicinal.<br />
Respecto de los alimentos hay dos tipos de hierro en ellos, con<br />
marcadas diferencias en términos de absorción, denominados<br />
hierro hem y no hem. El primero se encuentra principalmente en<br />
la carne vacuna, de ave y de pescado. El hierro no hem es la<br />
forma presente en leguminosas, vegetales, cereales, leche y huevo<br />
y por lo general es escasamente absorbido debido a la influencia<br />
de sustancias que inhiben su absorción. Con respecto a la<br />
fortificación de los alimentos, existen productos fortificados con<br />
hierro sumamente biodisponible en lácteos y harinas.<br />
Cuando es necesario un enfoque más enérgico, como vemos en<br />
nuestro país, con alta prevalencia de niños anémicos, el tratamiento<br />
es la administración oral de hierro. La OMS y UNICEF recomiendan<br />
el uso de suplementos de hierro en forma de sulfato ferroso o<br />
de hierro polimaltosato en la prevención y tratamiento de la anemia<br />
en lactantes y niños. Los trastornos gastrointestinales (náuseas,<br />
constipación y dolor abdominal), el daño por radicales libres, el<br />
manchado de dientes y la incomodidad por el gusto metálico son<br />
efectos adversos frecuentemente asociados con la terapia con sulfato<br />
ferroso, por lo que debido a que estudios recientes revelaron que la<br />
absorción y la eficacia terapéutica del hierro polimaltosato y de las<br />
sales de hierro son comparables, podríamos considerar el hierro<br />
polimaltosato como una buena opción.<br />
¿Cuáles son las principales medidas de prevención de la anemia<br />
y qué papel cumplen los médicos pediatras en dicho proceso?<br />
Es absolutamente importante entender que la lactancia materna es<br />
la primera y más importante medida preventiva para evitar los cuadros<br />
de anemia. Por otra parte, realizar adecuados controles de<br />
niño sano y de mujeres embarazadas permitirá la detección temprana<br />
y corrección de esta patología a través de una alimentación<br />
con una dieta completa y variada. Desde 1983, la Sociedad Argentina<br />
de Pediatría indica la suplementación medicamentosa<br />
21<br />
con hierro para poder disminuir los alarmantes y crecientes índices<br />
en nuestro país.<br />
Sin embargo, en las encuestas realizadas se comprobó que esta<br />
indicación sólo se cumple en un porcentaje mínimo, con el agravante<br />
de que la duración de la suplementación es mucho menor<br />
de la requerida para tener un efecto preventivo real. Solamente<br />
7.5% de los niños de una muestra del Gran Buenos Aires y 2.9%<br />
en Misiones habían recibido una suplementación efectiva durante<br />
por lo menos 6 meses.<br />
¿Qué consecuencias sobre la salud tiene la deficiencia temprana<br />
de hierro y cómo se evalúan los daños ocasionados?<br />
La deficiencia de hierro entre leve y moderada conlleva consecuencias<br />
funcionales adversas. Los efectos negativos pueden<br />
medirse de acuerdo con el impacto que produce en el desarrollo<br />
cognitivo, el crecimiento y la capacidad física. Se estima que la<br />
anemia reduce 6 puntos el coeficiente intelectual de los niños. El<br />
impacto de la anemia también es visible en el estado inmunológico<br />
y la morbilidad asociada a infecciones. Los estudios revelan que los<br />
menores de 2 años, los neonatos de bajo peso y las embarazadas<br />
constituyen el grupo más afectado.<br />
¿Cómo y cuándo administrar vitamina D a la población infantil<br />
para prevenir el raquitismo y qué dosis son las recomendadas?<br />
Los lactantes que son amamantados pero que no reciben suplementos<br />
de vitamina D o adecuada exposición al sol tienen mayor<br />
riesgo de presentar deficiencia de vitamina D o raquitismo. La leche<br />
humana contiene una concentración de vitamina D de 25 UI/l o<br />
menos, es decir que la ingesta recomendada de vitamina D en los<br />
lactantes no puede ser cubierta por la leche humana como única<br />
fuente de esta vitamina.<br />
Se recomienda la suplementación con vitamina D desde el segundo<br />
mes de vida para todos los lactantes amamantados, salvo que ingieran<br />
al menos 500 ml por día de una fórmula láctea o leche fortificada<br />
con vitamina D. También para todos los lactantes no amamantados<br />
que ingieran menos de 500 ml por día de fórmula láctea<br />
o leche fortificada con vitamina D; y para niños y adolescentes sin<br />
exposición regular al sol, que no ingieren al menos 500 ml por día<br />
de leche fortificada con vitamina D o que no reciben un suplemento<br />
multivitamínico diario con al menos 200 UI de vitamina D.<br />
¿Qué medidas se deben tener en cuenta a la hora de realizar<br />
una campaña de prevención del déficit de vitamina D en los<br />
niños?<br />
La latitud influye sobre los niveles circulantes de vitamina D. Al<br />
alejarse del Ecuador la incidencia de los rayos solares sobre la piel<br />
no es suficiente para su formación. En los países ubicados por encima<br />
de la latitud 40º o por debajo de ésta, la población infantil<br />
presenta mayor riego de padecer raquitismo. En la Argentina, trabajos<br />
publicados en 1990 y 1995 demostraron una importante deficiencia<br />
de vitamina D en niños del sur del país. Si bien en el país<br />
no hay campañas tendientes a la utilización de vitamina D, la Encuesta<br />
Nacional de Nutrición y Salud, llevada a cabo por el Ministerio<br />
de Salud y Ambiente de la Nación durante 2005 indagará el<br />
estado nutricional de esta vitamina en niños de 6 a 23 meses en la<br />
región patagónica.
Sociedad Iberoamericana de Información Científica<br />
¿Cuál es la importancia de los micronutrientes en la infancia?<br />
Los micronutrientes, así llamados porque el organismo humano sólo<br />
los necesita en cantidades minúsculas, desempeñan funciones vitales<br />
en la producción de enzimas, hormonas y otras sustancias, y<br />
ayudan a regular el crecimiento, la actividad, el desarrollo y el funcionamiento<br />
de los sistemas inmunológico y reproductivo. Resulta<br />
especialmente importante ingerir cantidades adecuadas de<br />
micronutrientes en los primeros años de vida y otras épocas de<br />
crecimiento rápido, así como durante el embarazo y la lactancia.<br />
Durante la Cumbre Mundial en favor de la Infancia de 1990 se hizo<br />
hincapié en que la carencia de tres micronutrientes –hierro, yodo y<br />
vitamina A– es bastante frecuente y representa un grave peligro<br />
para las mujeres y los niños de los países en desarrollo. La cumbre<br />
Sociedad Iberoamericana de<br />
Información Científica (SIIC)<br />
Rafael Bernal Castro<br />
Presidente<br />
Directora PEMC-SIIC<br />
Rosa María Hermitte<br />
SIIC, Consejo de Dirección:<br />
Edificio Calmer, Avda. Belgrano<br />
430 (C1092AAR),<br />
Buenos Aires, Argentina<br />
Tel.: +54 11 4342 4901<br />
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www.siicsalud.com<br />
Los textos de Acontecimientos Terapéuticos (AT) fueron seleccionados de la base de datos SIIC<br />
Data Bases por Laboratorios Roemmers S.A.<br />
Los artículos de AT fueron resumidos objetivamente por el Comité de Redacción Científica de SIIC.<br />
El contenido de AT es responsabilidad de los autores que escribieron los textos originales. Los<br />
médicos redactores no emiten opiniones o comentarios sobre los artículos que escriben.<br />
Prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio o soporte editorial sin previa<br />
autorización expresa de SIIC. Impreso en la República Argentina, Noviembre de 2005.<br />
Colección Acontecimientos Terapéuticos (AT), Registro Nacional de la Propiedad Intelectual en<br />
trámite. Hecho el depósito que establece la Ley Nº 11.723.<br />
22<br />
estableció metas para la virtual eliminación de la carencia de yodo<br />
y de vitamina A, y para la reducción en una tercera parte de la<br />
anemia debida a la carencia de hierro para el año 2000. Desde<br />
entonces se cuenta con más información sobre la prevalencia y la<br />
gravedad de la carencia de cinc y ácido fólico. Y todos los días se<br />
aprende algo más acerca de la importancia que revisten los<br />
micronutrientes para el desarrollo físico y cognoscitivo de los niños.<br />
Información adicional en www.siicsalud.com/dato/dat046/05n08000.htm<br />
Copyright © Sociedad Iberoamericana de Información Científica (SIIC), 2005<br />
www.siicsalud.com