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La violencia y la prevención de la violencia sexual
¿Sabías que muchas de las cosas que se dicen
sobre la violación NO son ciertas?
Hay muchos mitos sobre la violación. Veamos algunos:
1. Dicen que… Las personas la disfrutan. ¡Esto es falso! Una violación implica
siempre una relación forzada, no consentida. Si la persona no la consiente, no
puede disfrutarla. Es así de simple. Una cosa distinta es el sexo con violencia que
es consentido. Hay personas que sí gozan de prácticas sexuales con cierto grado de
violencia, y que las practican por voluntad propia.
2. Dicen que… Un hombre no puede ser responsable si la chica o la mujer lo excitaron
con su ropa o su coqueteo. ¡Falso! Todos los hombres son capaces de controlar sus
deseos sexuales o de canalizarlos sin tener que imponerse sobre otra persona.
3. Dicen que… Cuando una persona dice “NO”, en realidad quiere decir “SÍ”. ¡Falso!
Cuando una persona dice “NO”, quiere decir “NO”. Punto.
4. Dicen que… Si una persona es violada, es su culpa, porque pudo haberlo evitado.
¡Falso! La persona que experimenta una violación nunca es culpable. En todos los
casos, la persona que comete la violación es la única culpable.
5. Dicen que… Solamente las mujeres pueden ser violadas. ¡Esto tampoco es cierto!
Ya vimos que los chicos y los hombres también pueden ser víctimas de abuso, acoso
sexual y de violación.
¿Qué hacer si ocurre una violación?
A pesar de todos los esfuerzos de una persona para protegerse y evitarlo, tristemente hay veces en
que no se puede escapar del ataque y se consuma la violación. Esta situación es grave y muy dura.
Es importante saber qué hacer después de sufrir una agresión sexual de este tipo, a fin de minimizar
su impacto en la salud (física, emocional, sexual y reproductiva) de la persona afectada. Veamos
algunas recomendaciones:
• Buscar ayuda médica lo más pronto posible. Debe recibir atención de un proveedor de salud
inmediatamente para asegurar que está bien y para curar cualquier herida que pueda tener.
• Pedir a un familiar, amigo o amiga o alguien de confianza que le acompañe a la clínica u
hospital para darle apoyo.
• Procurar no bañarse inmediatamente después de la agresión sexual. Aunque el primer instinto
pueda ser de bañarse, es mejor no lavarse ni siquiera las manos antes de hacer la denuncia. Si se
eliminan los restos que el agresor ha dejado en el cuerpo (suciedad, semen, fluidos corporales,
cabello, etc.) se dificulta la identificación y condena de la persona responsable.
• Al ir a la clínica o al hospital, llevar puesta (o en una bolsa) la ropa que llevaba la víctima en
el momento de la violación. La ropa también puede tener restos que sirvan de evidencia de la
agresión.
• En el hospital, solicitar ser examinado o examinada por una persona del mismo sexo, si eso da
mayor comodidad. Debe revisarse cualquier corte, rasguño o equimosis. Si la víctima es mujer y
el atacante fue un hombre puede que deban recolectar una muestra de restos de semen de la
vagina o ano.
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