Tú, tu vida y tus sueños: - HIV/AIDS Clearinghouse

El embarazo
• Toma los suplementos de hierro que te den en el centro de salud. Tu cuerpo necesita mucho
hierro para mantenerse sano y fuerte durante el embarazo.
EL EmBARAZO y EL VIH
Es de especial importancia que te protejas contra el VIH, tanto durante como después del embarazo
y durante el amamantamiento. Esto se debe a que si te infectas con el VIH durante estas etapas,
además de estar poniendo en riesgo tu salud, puedes transmitir la infección al feto o al bebé. Insiste
sobre el uso del condón con tu pareja. Tu pareja y tú pueden ir juntos a hacerse exámenes de VIH. Si
uno de ustedes o ambos son VIH positivos, ante el embarazo deben buscar atención inmediata en los
servicios de salud. Sin importar si ambos son VIH negativos, positivos, o si uno de ustedes es positivo
y el otro negativo, es recomendable seguir usando el condón al mantener relaciones sexuales
durante el embarazo, para evitar infecciones.
Si descubres que eres VIH positiva durante el embarazo, avisa a tu proveedor de salud. Actualmente
existen medicamentos que además de permitir que tengas una mejor calidad de vida, pueden
reducir las posibilidades de trasmitir la infección al feto o al bebé. Sin el uso de estos medicamentos,
aproximadamente el 30% de los bebés que nacen de madres infectadas con el VIH, resultarían
infectados también. Pero tomando estos medicamentos puede reducirse considerablemente la
probabilidad de transmitir la infección al bebé. También debes buscar el consejo de tu proveedor de
salud acerca de la lactancia porque el VIH también se puede transmitir a través de la leche materna.
PLANIFICAR EL PARtO
El parto de una mujer muy joven es considerado de mayor riesgo, porque el cuerpo no ha terminado
de desarrollarse y no está plenamente preparado para el parto. Por ejemplo, puede que la pelvis de
la chica sea todavía demasiado estrecha para que el bebé pase. Es por ello que se recomienda que
las mujeres muy jóvenes den a luz en un centro de salud, unidad médica u hospital donde haya
personal y equipo médico calificado para manejar cualquier complicación que pudiera presentarse.
No se recomienda dar a luz en casa ni con la ayuda de una partera empírica o tradicional, ya que
en estos casos no habrá los medios para manejar posibles complicaciones que puedan surgir. Es
recomendable dar a luz en un centro de salud con capacidad para realizar cesáreas (es decir, en un
centro de salud que tenga quirófano). Recuerda que tienes derecho a gozar de servicios de salud de
calidad; estos incluyen los servicios de salud materna. Debemos ejercer y exigir este derecho siempre.
Una partera profesional (también llamada matrona o comadrona) o tus familiares pueden
aconsejarte en cuanto a lo que necesitarás para tu bebé (pañales, ropa, sábanas...). También pueden
ayudar a prepararte emocionalmente para el parto, contándote lo que ocurre normalmente durante
el alumbramiento. Dependiendo de dónde vives y del sistema de salud de tu país, puede que tengas
que llevar materiales para el parto, como: algodón, guantes de plástico, jeringuillas y agujas nuevas,
jabón y desinfectante. Pero lo más probable es que el parto esté cubierto por el seguro, con lo cual
los servicios públicos de salud deben atenderte gratuitamente al dar a luz. Infórmate bien de todo
esto con antelación y exige tus derechos como mujer embarazada. Es también muy importante que
organices con tiempo tu transporte al hospital. Asegúrate de tener todo listo con anticipación.
Planificar dónde vas a tener tu parto
Planifica el parto con anticipación: durante la segunda mitad del embarazo, habla
con una partera profesional o un proveedor de salud que tenga experiencia en
partos para decidir en qué hospital o centro de salud darás a luz. Pueden aconsejarte
y acompañarte.
Trata de tener a una persona de confianza a tu lado durante el parto: tu pareja, madre, hermana,
tía o una buena amistad. Esto puede ser muy reconfortante y de gran ayuda, ya que el parto puede
durar varias horas y el personal de salud no podrá estar contigo todo el tiempo.
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