LES ARTS FLoRiSSAnTS PAUL AGnEW - Blog del Auditorio Miguel ...

de habla correspondiente al narrador.
En notas largas, en un registro grave,
sin apenas movimiento ni colorido
armónico, tal como expresa el texto:
“di color, di calor, di moto privo”. En
el momento en que el texto expresa
el apasionado irrumpir del llanto de
Tancredi, la música de Wert exclama en
un exuberante e impactante melisma
desde el registro agudo la imitación
en cascada del río de lágrimas. En
continuidad con este afecto, expresa
el quejido del amante “o sasso amato”
mediante una declamación descendente
de todas las voces y posteriores
disonancias –“amaro”–, para culminar
la estrofa con las dramáticas imitaciones
de sus suspiros –“fuor il pianto”–. En
la segunda parte se generaliza el uso del
estilo declamativo, en el que las voces
parecen hablar como si se tratase de
una sola, siguiendo el ritmo flexible del
afectivo texto, especialmente cuando
el amante se dirige a la tumba: “Deh
prendi questi pianti” y mucho más
en “Dagli tu, poi ch’io no posso”,
donde la textura de las cinco voces se
aligera al máximo y la recitación del
texto se percibe con total claridad. La
implicación de Wert en la adecuación
de música y texto en esta obra se aprecia
también en los cambios que hace del
texto original de Tasso, sustituyendo
palabras como “già freddo marmo” por
“già vista al marmo” o “prendi i miei
sospiri” por “prendi questi pianti”,
que sin embargo se mantienen en la
versión de Marenzio. Mientras que Wert
sólo pone en música las dos primeras
octavas, Marenzio toma dos octavas más.
La impresión que da el madrigal de
Marenzio es que fue modelado a partir
del de Wert: coincidencias como su
descenso hacia la nota mi, sobrepasando
el registro habitual del ámbito del
bajo; o la gráfica descripción de “di
moto privo”, con acordes estáticos, y
las expresiones afectivas –“sgorgando”,
“lacrimoso rivo”, “oimè”, o “sasso
amato”–, diferenciándose solo a partir
de la segunda octava. A partir de aquí
Marenzio se concentra en la expresión
puntual de cada verso, imitando cada
imagen, cada gesto. Tal como expresa
J. A. owens, “Marenzio lee las palabras,
Wert lee el poema”.