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amistad con él durante sus estancias
en estas ciudades. El poeta llegó a
obsesionarse con la Gerusalemme, que
editó y revisó varias veces antes de
terminarla en 1575: se trata de su obra
maestra, un extenso poema épicoreligioso
–veinte cantos o capítulos
de octavas reales– ambientado en la
Primera Cruzada a Jerusalén, una
temática muy en consonancia con las
preocupaciones de la contrarreforma.
Entre los músicos sus textos gozaron
de gran aceptación, especialmente
para Monteverdi, que lo convierte en
protagonista de su segundo libro de
madrigales y del octavo, con su famoso
Combattimento de Tancredi et Clorinda –1624–
donde musicaliza la escena de batalla
entre ambos protagonistas.
Giunto alla tomba y Vezzossi augelli
Ambos poemas son muy diferentes
en carácter. Vezzosse augelli describe el
jardín de la maga Armida, donde las
aves entonan su armonioso canto. sus
protagonistas son pájaros y fuerzas de
la naturaleza, brisa y viento; la poesía
recrea imágenes idílicas, pero carentes
de emoción. El madrigal de Wert ajusta
sus recursos para imitar el contenido
descriptivista del texto. La versión
de Wert se focaliza en el tema central
del poema, en la representación de la
competición entre pájaros, creando
con su música personajes y diálogos:
separa en dos grupos las voces de modo
que uno imita el canto de las aves –las
voces agudas– y otro la naturaleza –por
ejemplo las voces graves en “mormora
l’aura”, a modo de ostinato o repetición
continua–.
Giunto alla tomba relata el momento en
que Tancredi se acerca cargado de dolor
a la tumba de su amada y a la vez enemiga
guerrera Clorinda –a la que dio muerte
él mismo ignorándolo– y le pide que le
haga llegar su amor –“deh prendi i miei
sospiri, e questi baci/ e dagli tu”–. El
estilo de la poesía de Tasso es sumamente
artificioso, con una generalizada figura
retórica de personalización de la tumba
a la que Tancredi se dirige; figuras
retóricas como hipérbaton –desorden
gramatical–, metáforas –piedra amada,
llamas–; oxymoron –significados
opuestos–, espíritu vivo, vivas cenizas; y
“musicales” repeticiones “amato tanto,
amaro tanto; s’amando lei vissi, amando
i’muoia”. Pero sobre todo, lo que más
destaca de este fragmento es el pasional
lenguaje poético de Tasso, con el que
escenifica la escena deteniéndose en el
dolor y abatimiento de Tancredi y sus
expresiones de lamento, ofreciendo
todo un catálogo de palabras y actitudes
cargadas de pathos. No es de extrañar que
un texto tan afectivo llamara la atención
de dos de los músicos a la vanguardia del
madrigal en estos momentos, como Wert
y Marenzio.
Wert se centra en representar
el afecto de lamento que expresa el
texto, ajustándose al tono discursivo
del poema: los primeros versos son
musicalizados mediante una recitación
coral que imita la flexión de esta forma