Año 42, entrega 137 - Publicaciones Periódicas del Uruguay

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78 A?íALE8 DE LA UNIVERSIDAD los efectos, la perfección de la más mínima cosa están manifestando la sabia mano del Supremo artífice. Pero no es éste el fin principal de la Filosofía. Vista una bella máquina nadie puede dudar que hay un autor que la ha hecho. La hermosura del mundo dice desde luego que hay un Dios. Los sermones que se han recitado, los gruesos volúmenes que se han escrito para probar esa existencia, son de alguna )iianera injuriosos á los oyentes y lectores. Ellos son al menos voces perdidas porque s.? dirije^ á ateos que no hay o á hombres indignos de que se les dirija ía palabra. El buen filósofo concluye con sus observaciones en sensibles reconocimientos á vista de la unidad de Dios, de su poder, de su sabiduría, de su bondad y de su providencia. ¡ Qué bella escuela ésta en que se nos instruye por nuescro^ mismos ojos y en que la verdad previene nuestras ir.da'^aciones presentándose ella misma para dirijirnos hacia si!. Bien conoce estos verdaderos principios el doctor don Carlos García Posse que ocupando un ministerio digno de él, dirije a sus alumnos al mismo perfecto conocimiento. El los Lace no despreciar el pequeño insecto: él los lleva a admirar el extendido firmamento; y en prueba de sus exquisitas indagaciones él ha encontrado, contra el sentir de un grande hombre, que los brutos no son meras máquinas, sino que están dotados de cierta luz de razón. Nadie crea que esta aserción es una temeri^dad escolástica: ella es el efecto de una Seria contemplación". El señor don Grervasio Posadas proporcionó al doctor Gutiérrez este fragmento oratorio, para su publicación. Lavardén nació en Buenos Aires en 1754 y se dedicó a la carrera del foro, cursando leyes en la Universidad de C'huuuisaea. Desempeñó en 18Q7, el cargo de Auditor de Guerra del Ejército Reconquistador. El entusiasmo de Lavardén por el progreso material, su espíritu progresista, se ven en la más famosa de sus composiciones poéticas hermosamente expresados: la Oda al Para-. ná es la manifestación poética de aquel período de animación progresista, de iniciativas fecundas que comienza con

ANALES DE LA UNIVERSIDAD 79 el siglo XIX y coincide con la presencia de Azara y la acción benéfica de Belgrano. Asociando el sentimiento de la poesía al reflexivo amor por los progresos materiales y científicos, Lavardén se inspira en aquel género de poesía social, altamente utilitaria, tan del gusto de los poetas del siglo XVIII. Era Lavardén hombre de tendencias prácticas y progresistas. Amó las labores del campo, en las que procedió con el acierto de un hombre ilustrado. Gustaba dp la Agricultura, y se dedicaba a la lectura de obras referentes a ésta arte útil. Eesidió algún tiempo en la P>anda Oriental, en una estancia llamada del Sauce, en las cercanías del pueblo del Colla, desempeñando el cargo de Administrador de las propiedades de la Corona conocidas con el nombre de Estancias del Rey. Antes que nadie tuvo la idea de mejorar con la cruza de lazas más perfectas la calidad de las ovejas del Río de la Plata. Hizo traer de Cádiz en 1794, diez carneros y veinte ovejas de la especie llamada merinos. En otras manifestaciones de progr^^so también fué fecunda la iniciativa de Lavardén. Ya recordamos que según uno de sus biógrafos, él fué el promotor de la primera casa di; comedias que se fundó en Buenos Aires, edificio que desapareció por un incendio el año de 1792. Fué, igualmente, un discreto escritor de Economía Política. Interesado, como todos los hombres de largas vistas de su época, en la cuestión del comercio libre, expuso sus ideas al respecto en una disertación que con el título de "Nuevo aspecto del comercio del Plata'' publicó en 1801. Recordar-emos, por último, que fué también Lavardén benefactor de la instrucción pública. En el plan de estudios presentado por el Procurador Basavilbaso y aprobado pjr la Junta de Aplicaciones, se proponía la creación de los Esludios de Derecho como parte de los del Colegio de San Carlos. Según el primit'ivo plan debían organizarse en tres clases: Derecho Canónico, Derecho Civil y Derecho de Castilla. Pero al aceptarse por la Junta el plan de Basavilbaso se modificó, haciendo que el mismo profesor de Derecho de Cas-

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los efectos, la perfección de la más mínima cosa están manifestando<br />

la sabia mano <strong>del</strong> Supremo artífice.<br />

Pero no es éste el fin principal de la Filosofía. Vista una<br />

bella máquina nadie puede dudar que hay un autor que la ha<br />

hecho. La hermosura <strong>del</strong> mundo dice desde luego que hay<br />

un Dios.<br />

Los sermones que se han recitado, los gruesos volúmenes<br />

que se han escrito para probar esa existencia, son de alguna<br />

)iianera injuriosos á los oyentes y lectores.<br />

Ellos son al menos voces perdidas porque s.? dirije^ á<br />

ateos que no hay o á hombres indignos de que se les dirija<br />

ía palabra. El buen filósofo concluye con sus observaciones<br />

en sensibles reconocimientos á vista de la unidad de Dios, de<br />

su poder, de su sabiduría, de su bondad y de su providencia.<br />

¡ Qué bella escuela ésta en que se nos instruye por nuescro^<br />

mismos ojos y en que la verdad previene nuestras ir.da'^aciones<br />

presentándose ella misma para dirijirnos hacia si!.<br />

Bien conoce estos verdaderos principios el doctor don Carlos<br />

García Posse que ocupando un ministerio digno de él,<br />

dirije a sus alumnos al mismo perfecto conocimiento. El los<br />

Lace no despreciar el pequeño insecto: él los lleva a admirar<br />

el extendido firmamento; y en prueba de sus exquisitas indagaciones<br />

él ha encontrado, contra el sentir de un grande<br />

hombre, que los brutos no son meras máquinas, sino que están<br />

dotados de cierta luz de razón. Nadie crea que esta aserción<br />

es una temeri^dad escolástica: ella es el efecto de una<br />

Seria contemplación".<br />

El señor don Grervasio Posadas proporcionó al doctor Gutiérrez<br />

este fragmento oratorio, para su publicación.<br />

Lavardén nació en Buenos Aires en 1754 y se dedicó a<br />

la carrera <strong>del</strong> foro, cursando leyes en la Universidad de C'huuuisaea.<br />

Desempeñó en 18Q7, el cargo de Auditor de Guerra<br />

<strong>del</strong> Ejército Reconquistador.<br />

El entusiasmo de Lavardén por el progreso material, su<br />

espíritu progresista, se ven en la más famosa de sus composiciones<br />

poéticas hermosamente expresados: la Oda al Para-.<br />

ná es la manifestación poética de aquel período de animación<br />

progresista, de iniciativas fecundas que comienza con

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