ECCLESIA IN AMERICA
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catequesis más kerigmática y más orgánica en su presentación de los contenidos de la fe”.<br />
(260)<br />
Es necesario reconocer y alentar la valiosa misión que desarrollan tantos catequistas en<br />
todo el Continente americano, como verdaderos mensajeros del Reino: “Su fe y su<br />
testimonio de vida son partes integrantes de la catequesis”. (261) Deseo alentar cada vez<br />
más a los fieles para que asuman con valentía y amor al Señor este servicio a la Iglesia,<br />
dedicando generosamente su tiempo y sus talentos. Por su parte, los Obispos procuren<br />
ofrecer a los catequistas una adecuada formación para que puedan desarrollar esta tarea tan<br />
indispensable en la vida de la Iglesia.<br />
En la catequesis será conveniente tener presente, sobre todo en un Continente como<br />
América, donde la cuestión social constituye un aspecto relevante, que “el crecimiento en<br />
la comprensión de la fe y su manifestación práctica en la vida social están en íntima<br />
correlación. Conviene que las fuerzas que se gastan en nutrir el encuentro con Cristo,<br />
redunden en promover el bien común en una sociedad justa”. (262)<br />
Evangelización de la cultura<br />
70. Mi predecesor Pablo VI, con sabia inspiración, consideraba que “la ruptura entre<br />
Evangelio y cultura es sin duda alguna el drama de nuestro tiempo”. (263) Por ello, los<br />
Padres sinodales han considerado justamente que “la nueva evangelización pide un<br />
esfuerzo lúcido, serio y ordenado para evangelizar la cultura”.(264) El Hijo de Dios, al<br />
asumir la naturaleza humana, se encarnó en un determinado pueblo, aunque su muerte<br />
redentora trajo la salvación a todos los hombres, de cualquier cultura, raza y condición. El<br />
don de su Espíritu y su amor van dirigidos a todos y cada uno de los pueblos y culturas<br />
para unirlos entre sí a semejanza de la perfecta unidad que hay en Dios uno y trino. Para<br />
que esto sea posible es necesario inculturar la predicación, de modo que el Evangelio sea<br />
anunciado en el lenguaje y la cultura de aquellos que lo oyen. (265) Sin embargo, al<br />
mismo tiempo no debe olvidarse que sólo el misterio pascual de Cristo, suprema<br />
manifestación del Dios infinito en la finitud de la historia, puede ser el punto de referencia<br />
válido para toda la humanidad peregrina en busca de unidad y paz verdaderas.<br />
El rostro mestizo de la Virgen de Guadalupe fue ya desde el inicio en el Continente un<br />
símbolo de la inculturación de la evangelización, de la cual ha sido la estrella y guía. Con<br />
su intercesión poderosa la evangelización podrá penetrar el corazón de los hombres y<br />
mujeres de América, e impregnar sus culturas transformándolas desde dentro. (266)<br />
Evangelizar los centros educativos<br />
71. El mundo de la educación es un campo privilegiado para promover la inculturación del<br />
Evangelio. Sin embargo, los centros educativos católicos y aquéllos que, aun no siendo<br />
confesionales, tienen una clara inspiración católica, sólo podrán desarrollar una acción de<br />
verdadera evangelización si en todos sus niveles, incluido el universitario, se mantiene con<br />
nitidez su orientación católica. Los contenidos del proyecto educativo deben hacer<br />
referencia constante a Jesucristo y a su mensaje, tal como lo presenta la Iglesia en su<br />
enseñanza dogmática y moral. Sólo así se podrán formar dirigentes auténticamente