17.06.2013 Views

ECCLESIA IN AMERICA

ECCLESIA IN AMERICA

ECCLESIA IN AMERICA

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Cristo. Ya que todas las personas, de cualquier raza y condición, han sido creadas por Dios<br />

a su imagen, conviene promover programas concretos, en los que no debe faltar la oración<br />

en común, los cuales favorezcan la comprensión y reconciliación entre pueblos diversos,<br />

tendiendo puentes de amor cristiano, de paz y de justicia entre todos los hombres. (234)<br />

Para lograr estos objetivos es indispensable formar agentes pastorales competentes, capaces<br />

de usar métodos ya “inculturados” legítimamente en la catequesis y en la liturgia. Así<br />

también, se conseguirá mejor un número adecuado de pastores que desarrollen sus<br />

actividades entre los indígenas, si se promueven las vocaciones al sacerdocio y a la vida<br />

consagrada entre dichos pueblos. (235)<br />

La problemática de los inmigrados<br />

65. El Continente americano ha conocido en su historia muchos movimientos de<br />

inmigración, que llevaron multitud de hombres y mujeres a las diversas regiones con la<br />

esperanza de un futuro mejor. El fenómeno continúa también hoy y afecta concretamente a<br />

numerosas personas y familias procedentes de Naciones latinoamericanas del Continente,<br />

que se han instalado en las regiones del Norte, constituyendo en algunos casos una parte<br />

considerable de la población. A menudo llevan consigo un patrimonio cultural y religioso,<br />

rico de significativos elementos cristianos. La Iglesia es consciente de los problemas<br />

provocados por esta situación y se esfuerza en desarrollar una verdadera atención pastoral<br />

entre dichos inmigrados, para favorecer su asentamiento en el territorio y para suscitar, al<br />

mismo tiempo, una actitud de acogida por parte de las poblaciones locales, convencida de<br />

que la mutua apertura será un enriquecimiento para todos.<br />

Las comunidades eclesiales procurarán ver en este fenómeno un llamado específico a vivir<br />

el valor evangélico de la fraternidad y a la vez una invitación a dar un renovado impulso a<br />

la propia religiosidad para una acción evangelizadora más incisiva. En este sentido, los<br />

Padres sinodales consideran que “la Iglesia en América debe ser abogada vigilante que<br />

proteja, contra todas las restricciones injustas, el derecho natural de cada persona a<br />

moverse libremente dentro de su propia nación y de una nación a otra. Hay que estar<br />

atentos a los derechos de los emigrantes y de sus familias, y al respeto de su dignidad<br />

humana, también en los casos de inmigraciones no legales”. (236)<br />

Con respecto a los inmigrantes, es necesaria una actitud hospitalaria y acogedora, que los<br />

aliente a integrarse en la vida eclesial, salvaguardando siempre su libertad y su peculiar<br />

identidad cultural. A este fin es muy importante la colaboración entre las diócesis de las<br />

que proceden y aquellas en las que son acogidos, también mediante las específicas<br />

estructuras pastorales previstas en la legislación y en la praxis de la Iglesia. (237) Se puede<br />

asegurar así la atención pastoral más adecuada posible e integral. La Iglesia en América<br />

debe estar impulsada por la constante solicitud de que no falte una eficaz evangelización a<br />

los que han llegado recientemente y no conocen todavía a Cristo. (238)

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!