María Antonia de Jesús Tirado I.- COPLAS A LA CRUZ (13 de ...

María Antonia de Jesús Tirado
I.- COPLAS A LA CRUZ
(13 de Diciembre de 1805)

Tú, Cruz preciosa y hermosa,
abres la puerta del cielo
a todo aquel que te ama
y te busca con anhelo.
Dichoso y feliz el día
que conocí tu grandeza
y los bienes y tesoros
que por la Cruz nos esperan.
Tú, Cruz preciosa, has herido
mi corazón fuertemente
y mi amor clama y suspira
al estar de ti pendiente.
No te alejes ni me dejes,
mira que mi corazón
sólo se alegra en la Cruz
de mi dulce Salvador.
Dichosa el alma que ansiosa
te busca con grande anhelo,
porque ella será dichosa
en la tierra y en el cielo cielo.
El alma que te conoce
no puede dejar de amarte
porque ve en ti los tesoros
que ignoran los ignorantes.

Todo lo que no es dolor,
pena, tedio y desconsuelo,
lo renuncio por tu amor
pues sólo el padecer quiero.
A ti quiero estar unida,
en ti quiero descansar,
pues son estas mis delicias,
mi gozo y felicidad.
Lloro porque no te hallo
como desea mi amor
y me tengo por indigna
de la Cruz del Redentor.
Con lágrimas y gemidos
salidos del Corazón
busco la Cruz y los clavos
la amargura y el dolor. olor.
En medio de mis entrañña
te quiero siempre tener
porque la Cruz es mi gozo
mis delicias y mi bien.
La esposa que por amor
quiere seguir a su Amado
tome la Cruz por escudo
por riqueza y por regalo.

Aquel que ama la Cruz,
se goza en el padecer
es ilustrado de Dios
y lleno de todo bien.
El alma que ama a Jesús
no busca consolaciones
sino trabajos y cruces
con amargura y dolores.
Si deseas, alma mía
el limitar a Jesús
recibe con alegría
los trabajos de la Cruz.
Alégrate en las tristezas,
gózate en el desconsuelo
y sigue en cruz al Seññor
que es tu norte y tu modelo.
La Cruz es la que disipa
mis penas y desconsuelos
porque en la Cruz sólo lo busco
de mis males el remedio.
En medio de mis dolores,
de mis penas y amarguras,
acordándome de ti
me he llenado nado de dulzuras.

La Cruz es mi fortaleza,
la Cruz es todo mi bien
y quien de la Cruz me aparte
me da martirio cruel.
Quién me apartará de ti,
joya de tan grande precio?
Pues en ti es donde descansa
Mi alma como en su centro.
Acordándome de ti
se alegra mi corazón,
se recrean mis potencias
y se complace mi amor.
Los tesoro de la tierra
y del cielo los renuncio,
pues la Cruz es lo que quiero
y es el tesoro que busco.
Ya no busco yo consuelos
en ninguna criatura,
pues sólo deseo estar
crucificada y desnuda.
Yo no quiero descansos
en esta vida,
sino estar entre Cruces
siempre metida.

Cuando el alma posee
un amor fuerte
en las Cruces se abraza
estrechamente.
El gusto de estas almas estánn
cifrado
en padecer desnudas
por el Amado.
Estas son sus delicias
y sus deseos
y las Cruces las miran
dones del cielo.
Pues es verdad que el alma
que ama a su Esposo
en imitarle tiene
todo su gozo.
Alégrense en consuelos
los que aman a Dios.
que yo en padecer tengo
mi satisfacción.