II - Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes
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<strong>Biblioteca</strong> <strong>Virtual</strong> <strong>Miguel</strong> <strong>de</strong> <strong>Cervantes</strong> Saavedra<br />
Universidad <strong>de</strong> Alicante<br />
Copyright © <strong>Biblioteca</strong> <strong>Virtual</strong> <strong>Miguel</strong> <strong>de</strong> <strong>Cervantes</strong> 1999-2005. Accesible <strong>de</strong>s<strong>de</strong> http://<br />
www.cervantesvirtual.com<br />
Año 2008
ÍNDICE<br />
- I - .................................................................................................................................................... 9<br />
- <strong>II</strong> - .................................................................................................................................................32<br />
- <strong>II</strong>I - ................................................................................................................................................55<br />
- IV - ............................................................................................................................................... 89<br />
- V - ...............................................................................................................................................107<br />
- VI - ............................................................................................................................................. 145<br />
- V<strong>II</strong> - ............................................................................................................................................ 177<br />
- V<strong>II</strong>I - ...........................................................................................................................................210<br />
- IX - ............................................................................................................................................. 246
A la memoria <strong>de</strong> mi padre,<br />
y para su hijo el pequeño<br />
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
4
Prólogo<br />
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
Hubo un tiempo en que la vida <strong>de</strong> un estudioso francés giraba entera en torno a la thèse <strong>de</strong><br />
doctorado. (Todo acabó acaso el día <strong>de</strong> 1973 en que Julia Kristeva se presentó a <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r la suya:<br />
según la inmarcesible crónica <strong>de</strong> Le Mon<strong>de</strong> , «On attendait Bellone, on vit paraître Aphrodite» ).<br />
Una carrera y un prestigio pasan necesariamente en Italia por una edición crítica. Ni una ni muchas,<br />
por el contrario, bastan en los Estados Unidos para conseguir la cátedra: «This is not a book » ,<br />
razonará el/la chairperson . Al otro lado <strong>de</strong>l mar, hasta hace unos años, en las faculta<strong>de</strong>s <strong>de</strong> letras «a<br />
book » eran cinco capítulos (introducción, close readings , inferencias selectas) primordialmente<br />
<strong>de</strong> crítica literaria; hoy ha <strong>de</strong> preten<strong>de</strong>r, pongamos, «to apply Michel Foucault’s work to the novel<br />
and to look at the genre as a discursive practice» . Creo saber que en las viejas universida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la<br />
Gran Bretaña aún sigue juzgándose un tanto pretencioso publicar un libro, o cuando menos tien<strong>de</strong> a<br />
pensarse que el autor carece <strong>de</strong> talento para escribir un artículo...<br />
Yo he cometido tesis (que duermen el sueño a pierna suelta <strong>de</strong> los pecadores), ediciones, libros<br />
(y hasta algún book ), artículos..., y confieso no haber tenido nunca i<strong>de</strong>as firmes (tampoco) sobre<br />
la jerarquía y dignidad <strong>de</strong> cada especie. Cuando una cuestión me ha atraído, le he dado, si podía,<br />
el tratamiento, las dimensiones y la forma que me parecían imprescindibles para hacerle justicia.<br />
En cambio, sí he tenido, y muy firme, la conciencia <strong>de</strong> que en la filología y en la historia existen<br />
géneros (<strong>de</strong>seablemente literarios) menos variados pero entre sí no menos dispares que en la creación:<br />
géneros cuyas exigencias propias llegan a <strong>de</strong>terminar no ya la presentación, sino (como tenemos<br />
entendido los lectores <strong>de</strong> física recreativa) la entidad misma <strong>de</strong>l tema abordado. Así, en la obra maestra<br />
<strong>de</strong>l hispanismo, Marcel Bataillon hizo bien en buscar la huella <strong>de</strong> Erasmo incluso <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> las<br />
piedras, don<strong>de</strong> no podía estar, porque una tesis , el mismo nombre lo dice, tiene la obligación <strong>de</strong> ser<br />
ten<strong>de</strong>nciosa. Pero la perspectiva <strong>de</strong> Erasmo y España no pue<strong>de</strong> aplicarse a un libro, digamos, sobre<br />
las lecturas <strong>de</strong> <strong>Cervantes</strong>, pues ahí se trata <strong>de</strong> cribar hipótesis y hechos, con enfoque <strong>de</strong> <strong>de</strong>talle, y las<br />
interpretaciones que son válidas, por encima <strong>de</strong> puntos discutibles, para un panorama amplio resultan<br />
gravemente distorsionadoras en un campo reducido.<br />
No es caso <strong>de</strong> entrar ahora en la poética <strong>de</strong> los géneros eruditos. Las divagaciones anteriores vienen<br />
a parar en la simple constatación <strong>de</strong> que el módulo, mol<strong>de</strong> o mo<strong>de</strong>lo fundamental en las humanida<strong>de</strong>s<br />
es la variedad que consiste en rigor en una monografía breve y en el gremio llamamos «artículo». La<br />
inmensa mayoría <strong>de</strong> las noveda<strong>de</strong>s (buenas o malas) que se nos proponen en ese terreno no aparecen<br />
como tesis, ediciones ni libros, sino como artículos <strong>de</strong> revista, tomo <strong>de</strong> homenaje, actas <strong>de</strong> congreso...<br />
5
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
Personalmente opino que es un formato estupendo. Un libro, un libro <strong>de</strong> veras, difícilmente pue<strong>de</strong><br />
no ser un ensayo: un asunto con la envergadura suficiente para pedir un libro contiene por fuerza<br />
tantas facetas, y tan complejas, que sólo cabe mostrarlas a través <strong>de</strong> una meditada selección <strong>de</strong> hechos<br />
sugestivos. En contraste, en el artículo hay que acotar una materia lo bastante significativa para que<br />
no se que<strong>de</strong> en mera ristra <strong>de</strong> datos y lo bastante restringida para <strong>de</strong>jarse consi<strong>de</strong>rar en todos sus<br />
aspectos relevantes.<br />
A quien comparta esas impresiones mías, probablemente le sorpren<strong>de</strong>rá también que sea tan parva<br />
la doctrina expresa sobre el carácter y los requisitos <strong>de</strong>l género ‘artículo’. Cualquier Stu<strong>de</strong>nt’s writing<br />
gui<strong>de</strong> o Come si fa un tema in classe da óptimas recomendaciones sobre la manera <strong>de</strong> disponer un<br />
trabajo. Pero si uno quiere ir un poco más allá <strong>de</strong> tales consejos, por otra parte <strong>de</strong>soídos generalmente<br />
por historiadores y filólogos, en seguida se le ocurren preguntas y más preguntas. Por ejemplo,<br />
cómo <strong>de</strong>be la conclusión (absolutamente inexcusable) <strong>de</strong>spren<strong>de</strong>rse <strong>de</strong> un planteamiento y un nudo<br />
(mientras no tiene por qué ser así en la nota , que no en bal<strong>de</strong> la difunta Revista <strong>de</strong> filología española<br />
, al igual que otras bien hechas, insertaba en sección in<strong>de</strong>pendiente); cuándo y por qué el estilo <strong>de</strong><br />
un artículo es o no es parte <strong>de</strong>l argumento; hasta qué punto unas páginas que verosímilmente sólo<br />
leerá un puñado <strong>de</strong> especialistas han <strong>de</strong> escribirse en un lenguaje y con unos modos exclusivos <strong>de</strong> los<br />
especialistas; qué va en el cuerpo <strong>de</strong>l texto y qué a pie <strong>de</strong> página...<br />
Ya que antes no supe respon<strong>de</strong>rlas ni sacarles partido en la práctica, el haberme hecho <strong>de</strong> antiguo<br />
preguntas como ésas me ha servido ahora, cuando Joaquín Palau me viene con la inexplicable i<strong>de</strong>a<br />
<strong>de</strong> publicar en biblioteca propia algunos trabajos míos y comenzarla con una miscelánea, para darme<br />
un criterio con que elegir los artículos en cuestión y reunir aquí, pues, los que se me antojan menos<br />
in<strong>de</strong>corosos exponentes <strong>de</strong>l género. Aparte, claro está, los ya agrupados en Problemas <strong>de</strong>l «Lazarillo»<br />
, Figuras con paisaje o Texto y contextos , he <strong>de</strong>jado fuera los que <strong>de</strong>stino a la refundición en libros<br />
propiamente dichos (en particular, El primer siglo <strong>de</strong> la literatura española , si Dios quiere, y El<br />
texto <strong>de</strong>l «Quijote» ), y todos los que discurren en torno a la obra latina <strong>de</strong> Petrarca, buena parte <strong>de</strong><br />
los cuales, en concreto los <strong>de</strong>dicados al Secretum , están a su vez por salir en Italia en volumen a<br />
sé stante . «Prólogos al Canzoniere », que <strong>de</strong>biera asimismo acabar en libro, se ciñe en parte a la<br />
regla, porque trata <strong>de</strong>l Petrarca vulgar, que he frecuentado poco, y en parte es la excepción que la<br />
confirma, y lo he incluido por razones que indico al principio <strong>de</strong> la correspondiente nota adicional.<br />
Por lo <strong>de</strong>más, no he buscado ni afinidad ni diversidad <strong>de</strong> temas y me he limitado a or<strong>de</strong>nar el conjunto<br />
en una secuencia vagamente cronológica.<br />
6
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
Con todo, el género es sólo el segundo común <strong>de</strong>nominador <strong>de</strong> los estudios que siguen. El primero<br />
lo apunta más que lo enuncia el título. Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas pue<strong>de</strong> enten<strong>de</strong>rse<br />
(mayormente si va en dos líneas, según predica la ortotipografía) como si aquí hubiera unos estudios<br />
<strong>de</strong> literatura y a<strong>de</strong>más otras cosas que no son estudios <strong>de</strong> literatura , o bien estudios <strong>de</strong> otras<br />
cosas que no son literatura . Yo quería <strong>de</strong>cir que se trata <strong>de</strong> Estudios <strong>de</strong> literatura-y-otras-cosas<br />
, todas a un tiempo, pero, visto que los guiones eran repugnantes y nada se arreglaba poniendo y <strong>de</strong><br />
otras cosas , he tenido que darme por vencido (mejor que renegar <strong>de</strong>l castellano) y contentarme con<br />
una rúbrica vergonzantemente ambigua.<br />
Trabalenguas al margen, el punto <strong>de</strong> partida <strong>de</strong> mis quehaceres <strong>de</strong> aficionado (los otros son <strong>de</strong>beres<br />
<strong>de</strong> clase o pro pane lucrando ) ha sido siempre la literatura, pero no la literatura a secas, no para<br />
encerrarme en una alcoba a solas con la literatura, sino para verla como un elemento más en el juego<br />
plural <strong>de</strong> la vida, <strong>de</strong> la historia. En ese sentido, sí que los presentes Estudios son una muestra<br />
especialmente puntual <strong>de</strong> mis curiosida<strong>de</strong>s, porque todos ellos miran antes <strong>de</strong> nada a ten<strong>de</strong>r puentes<br />
entre unos textos o autores con una maciza base literaria y unas realida<strong>de</strong>s, intelectuales o factuales,<br />
harto distintas <strong>de</strong> la literatura.<br />
He <strong>de</strong>jado los artículos sustancialmente tal como aparecieron o como se imprimieron en la<br />
última versión publicada, con sólo la corrección <strong>de</strong> erratas imprescindible. Eso quiere <strong>de</strong>cir que se<br />
encontrarán ligeras inconsecuencias, en ocasiones no <strong>de</strong>sprovistas <strong>de</strong> sentido. En «El <strong>de</strong>stierro <strong>de</strong>l<br />
verso agudo» se verá hen<strong>de</strong>casílabo ; en «Metafísico estáis», en<strong>de</strong>casílabo . Hacia 1960 y pico,<br />
Martín <strong>de</strong> Riquer me mandó corregir unas pruebas <strong>de</strong>l Boletín <strong>de</strong> la Real Aca<strong>de</strong>mia <strong>de</strong> Buenas<br />
Letras, y al <strong>de</strong>volvérselas le señalé algunas dudas y observé con impávida suficiencia: «Yo escribo<br />
siempre hen<strong>de</strong>casílabo con hache, como María Rosa Lida». Y mi maestro, con la arcangélica sonrisa<br />
<strong>de</strong> inocencia que tantas torres ha arrumbado, me preguntó: «Y ¿dón<strong>de</strong> la ponen uste<strong>de</strong>s?». Uno tarda<br />
en apren<strong>de</strong>r, pero a veces apren<strong>de</strong>.<br />
En cualquier caso, si no he mudado los contenidos originales no ha sido por fi<strong>de</strong>lidad arqueológica<br />
(no soy tan, tan tonto ni vanidoso), sino más bien para no traicionar los condicionamientos <strong>de</strong> cada<br />
pieza, escrita en un cierto momento, con los materiales y <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los horizontes que entonces tenía.<br />
Incluso he preferido mantener como «en prensa» trabajos hoy ya publicados; y cuando remitía <strong>de</strong> uno<br />
a otro <strong>de</strong> los estudios ahora yuxtapuestos, ni siquiera he añadido un discreto vi<strong>de</strong> infra (o don<strong>de</strong><br />
fuera). Por ahí, las necesarias actualizaciones bibliográficas o <strong>de</strong> otra índole, y, si resultaba oportuno,<br />
las indicaciones sobre la fortuna <strong>de</strong> mis propuestas, las he relegado sistemáticamente a un furgón <strong>de</strong><br />
7
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
cola. Un trabajo con fecha se reescribe por entero (lo he hecho por ejemplo en Texto y contextos ) o<br />
es más honrado no tocarlo, y apostillarlo, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> lejos, en apéndice. Nada quería menos que disfrazar<br />
<strong>de</strong> libro un volumen cuyo único interés, y cabe dudarlo, quizá esté precisamente en ser una silva <strong>de</strong><br />
artículos <strong>de</strong> varia lección.<br />
En la provincia <strong>de</strong> Barcelona,<br />
20 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong>l 2002<br />
8
- I -<br />
Un poema <strong>de</strong> Gautier <strong>de</strong> Châtillon: fuente, forma y sentido <strong>de</strong> Versa est in luctum<br />
Leamos <strong>de</strong> nuevo el viejo poema <strong>de</strong> Gautier <strong>de</strong> Châtillon:<br />
Versa est in luctum<br />
cythara Waltheri,<br />
non quia se ductum<br />
extra gregem cleri<br />
vel eiectum doleat<br />
aut abiecti lugeat<br />
vilitatem morbi,<br />
sed quia consi<strong>de</strong>rat<br />
quod finis accelerat<br />
improvisus orbi.<br />
Libet intueri<br />
iudices ecclesie,<br />
quorum status hodie<br />
peior est quam heri.<br />
Umbra cum vi<strong>de</strong>mus<br />
valles operiri,<br />
proximo <strong>de</strong>bemus<br />
noctem experiri;<br />
sed cum montes vi<strong>de</strong>ris<br />
et colles cum ceteris<br />
rebus obscurari,<br />
nec fallis nec falleris,<br />
si mundo tunc asseris<br />
noctem dominari.<br />
Per convalles nota<br />
laicos exleges,<br />
notos turpi nota<br />
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
9
principes et reges,<br />
quos pari iudicio<br />
luxus et ambitio<br />
quasi nox obscurat,<br />
quos celestis ulcio<br />
bisacuto gladio<br />
per<strong>de</strong>re maturat.<br />
Restat ut per montes<br />
figurate notes<br />
scripturarum fontes,<br />
Christi sacerdotes,<br />
colles dicti mystice,<br />
eo quod in vertice<br />
Syon constituti<br />
mundo sunt pro speculo,<br />
si legis oraculo<br />
vellent non abuti.<br />
Iubent nostri colles<br />
dari cunct[a v]enum<br />
et preferri molles<br />
sanctitati senum;<br />
fit hereditarium<br />
Dei sanctuarium,<br />
et ad Christi dotes<br />
preponuntur hodie<br />
expertes scientie<br />
presulum nepotes.<br />
Si rem bene notes,<br />
succedunt in vicium<br />
et in beneficium<br />
terreni nepotes.<br />
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
10
Veniat in brevi,<br />
Iensu, bone Deus,<br />
finis huius evi<br />
annus iubileus!<br />
Moriar, ne vi<strong>de</strong>am<br />
Antichristi frameam,<br />
cuius precessores<br />
iam non sani dogmatis<br />
stant in monte crismatis<br />
censuum censores!<br />
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
La combinación <strong>de</strong> la auctoritas y la firma <strong>de</strong>l autor, en el inicio, tiene una múltiple eficacia: «Versa<br />
est in luctum / cythara Waltheri » 1 El eco bíblico fija un tono que quiere ser tan grave y emocionado<br />
como el contexto original ( Job, XXX, 31 : «Versa est in luctum cithara mea, et organum meum in<br />
vocem flentium» ); y la mención <strong>de</strong> Gautier, inserta ahí, invita a contrastar el poema con las restantes<br />
obras <strong>de</strong>l celebérrimo escritor ( «perstrepuit modulis Gallia tota meis» ) y a reconocer una pieza<br />
especialmente enjundiosa. Por si fuera poco, la alusión a la «cythara» no refleja solo el pasaje <strong>de</strong> Job<br />
(con incitante ambigüedad, según veremos): respon<strong>de</strong> también a esa conciencia <strong>de</strong>l quehacer literario<br />
que más <strong>de</strong> una vez lleva a Gautier a nombrar el instrumento <strong>de</strong> la canción o <strong>de</strong> la sátira ( «mea<br />
tibia» , «lingue calamus» ) 2 y a sugerir el alcance <strong>de</strong> unos versos representándose transfigurado<br />
en el acto <strong>de</strong> esgrimirlos ( «ego ventus turbinis , ego quasi gladius » , «fungar vice cotis » ). 3<br />
1 El poema se halla a los fols. 51v-52 <strong>de</strong>l Co<strong>de</strong>x Buranus (Munich, Bayer. Staatsbibl. Clm 4660,<br />
4600 a; vid. ahora el facsímile con prólogo <strong>de</strong> B. Bischoff, Munich, 1967, 2 vols. ). Doy básicamente<br />
el texto <strong>de</strong> K. Strecker, Moralisch-satirische Gedichte Walters von Châtillon [en a<strong>de</strong>lante, MSG ],<br />
Hei<strong>de</strong>lberg, 1929, núm. 17, pp. 148-151, pero dispongo los versos <strong>de</strong> acuerdo con la edición <strong>de</strong> O.<br />
Schumann, en Carmina Burana [= CB ], I : 2 (Hei<strong>de</strong>lberg, 1941), núm. 123, p. 206. Introduzco algunos<br />
cambios en la puntuación y uso <strong>de</strong> las mayúsculas. La numeración peculiar atribuida a los ‘estribillos’<br />
y la enmienda <strong>de</strong> 5 , 2 se razonan más abajo. Vid. también la n. 14.<br />
2 MSG , núm. 7, 1 , 4, p. 91, y núm. 15, 2 , 8, p. 134.<br />
3 MSG , núm. 13, 3 , 1 y 4 , 1, p. 124 (Strecker remite a Ezequiel, I, 4, para «ventus turbinis» , pero<br />
omite que la auctoritas que cierra la estrofa, 3 , 4, «lingue flagello» , es también bíblica: Job, V, 21;<br />
Eclesiástico, XXVI, 9); núm. 9, 13 , 1, p. 107 (el giro se repite en Die Lie<strong>de</strong>r Walters von Châtillon<br />
11
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
Des<strong>de</strong> el arranque, pues, Versa est in luctum se nos ofrece como un producto singularmente digno<br />
<strong>de</strong> atención en el conjunto <strong>de</strong> la lírica <strong>de</strong> Gautier. En cierta medida, no le ha faltado resonancia en<br />
nuestro siglo, y, así, hoy pue<strong>de</strong> leerse en numerosas antologías <strong>de</strong> los Carmina Burana o selecciones<br />
<strong>de</strong> poesía latina medieval. Pero me temo que las razones para incluirlo en tales florilegios no han<br />
sido siempre las más válidas, y en cualquier caso me sorpren<strong>de</strong> la escasez <strong>de</strong> análisis que se le<br />
ha <strong>de</strong>dicado. Escasez y univocidad. Porque el poema pinta un cuadro <strong>de</strong> severa gran<strong>de</strong>za, bulle en<br />
motivos interesantes y <strong>de</strong>spliega un sabio repertorio <strong>de</strong> procedimientos artísticos. La erudición, sin<br />
embargo, apenas lo ha contemplado sino <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una perspectiva anecdótica, no <strong>de</strong>masiado penetrante<br />
y casi reducida a la primera estrofa.<br />
Verdad es que el mal viene <strong>de</strong> lejos. Una apostilla <strong>de</strong> Juan <strong>de</strong> Garlandia ( «Magister Gualterus,<br />
qui composuit Alexandreida , cum percuteretur a lepra, dixit: “Versa est in luctum cythara mea”, id<br />
est, Gualteri gaudium» ) 4 y las referencias <strong>de</strong> nuestro texto a una situación «extra gregem cleri»<br />
y a un «abiectus morbus» ( 1 , 3-7) <strong>de</strong>cidieron a F. Novati a i<strong>de</strong>ntificar Versa est in luctum con<br />
«l’ultima poesia di Gualtiero di Châtillon» , redactada cuando «una turpe malattia» lo apartaba<br />
«dalla gerarchia sacerdotale, alla quale apparteneva» . 5 Des<strong>de</strong> entonces, ha sido habitual que el<br />
poema quedara relegado a la pobre condición <strong>de</strong> mero testimonio biográfico, en mejor o peor acuerdo<br />
in <strong>de</strong>r Hs. 351 von St. Omer [= St. Omer ], ed. K. Strecker, Berlín, 1925, núm. 27, 1 , 3, p. 46). Entre<br />
los textos publicados por A. Wilmart, «Poèmes <strong>de</strong> Gautier <strong>de</strong> Châtillon dans un ms. <strong>de</strong> Charleville» ,<br />
Revue Bénédictine , XLIX (1937), pp. 121-169, 322-365, nótense expresiones como «sicut noctua<br />
clamo» (XIV, 1 , 1-3, p. 326) . Por otro lado, esa transfiguración en «ventus» , «gladius» , «cos»<br />
o «noctua» está obviamente en el camino que lleva al poeta a la adopción <strong>de</strong> una primera persona<br />
ficticia para prestar énfasis dramático a toda una composición; vid. abajo, n. 13.<br />
4 Apud B. Haureau, «Notice sur les oeuvres authentiques ou supposées <strong>de</strong> Jean <strong>de</strong> Garlan<strong>de</strong>» ,<br />
Notices et extraits <strong>de</strong>s mss. <strong>de</strong> la Bibliothèque Nationale... , XXV<strong>II</strong>, 2 (1879), p. 62 . Cf. San Jerónimo,<br />
In Job , XXX, 31 ( PL , XXVI, col. 760) : «In cithara et organo, laetitia et exsultatio intelligitur» ; y<br />
compárese Lucas <strong>de</strong> Thuy, Chronicon mundi (1236), ed. A. Schott, Hispania illustrata , 4, Frankfurt<br />
a. M. , 1608, p. 88 : [A la muerte <strong>de</strong> Almanzor, se cantó]: « “En Canatañazor perdió Almanzor el<br />
tambor” ; id est, in Canatanazor perdidit Almanzor tympanum sive sistrum, hoc est, laetitiam suam» .<br />
5 F. Novati, «L’ultima poesia di Gualtiero di Châtillon» , Romania , XV<strong>II</strong>I (1889), p. 285 .<br />
12
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
con la antigua noticia que aseguraba que Gautier «flagello lepre castigatus ibi<strong>de</strong>m [‘en Amiens’]<br />
vitam terminavit» . 6<br />
Esa limitación <strong>de</strong> Versa est in luctum a un aspecto único, no obstante, es un pecado que lleva aneja<br />
la penitencia. Porque la pieza ni siquiera es aprovechable como testimonio biográfico sin una dosis<br />
elemental <strong>de</strong> crítica literaria. Para comprobarlo sucintamente, traduzcamos el incipit y recor<strong>de</strong>mos<br />
la continuación.<br />
«La cítara <strong>de</strong> Gautier se ha vuelto al duelo, no porque él se lamente <strong>de</strong> haber <strong>de</strong>jado la grey <strong>de</strong>l clero o<br />
haber sido arrojado <strong>de</strong> ella, ni tampoco porque llore la vileza <strong>de</strong> una abyecta enfermedad, sino porque<br />
6 Así reza una versión <strong>de</strong> la Vita <strong>de</strong> Gautier que en varios códices sirve <strong>de</strong> accessus a la Alexandreis :<br />
vid. Galteri <strong>de</strong> Castellione, Alexandreis , ed. M. L. Colker, Padua, 1978, pp. XI-XIV, en X<strong>II</strong>I.<br />
F. Chatillon, « “Flagello sepe castigatus vitam terminavit” . Contribution à l’étu<strong>de</strong> <strong>de</strong>s mauvais<br />
traitements infligés à Gautier <strong>de</strong> Châtillon» , Revue du moyen âge latin , V<strong>II</strong>I (1952), pp. 151-174 ,<br />
ha mostrado que la lectura «flagello sepe castigatus» se apoya en testimonios problemáticos (pero<br />
<strong>de</strong> ningún modo <strong>de</strong>spreciables). A cambio <strong>de</strong> esa aportación, el mismo estudioso da rienda suelta<br />
a la fantasía en más <strong>de</strong> un pasaje. «L’origine érotique, si l’on peut dire, <strong>de</strong> la lèpre du chanoine -<br />
escribe, por ejemplo- ne fait guère <strong>de</strong> doute» , y solo queda por confirmar si <strong>de</strong> hecho, «ayant pris la<br />
lèpre à Reims, et s’y étant rendu indésirable par ses moeurs comme par sa maladie, Gautier ait perdu<br />
son crédit auprès <strong>de</strong> son redoutable protecteur [el arzobispo Guillermo] . Celui-ci s’en serait alors<br />
débarrassé en l’envoyant à son suffragant d’Amiens» , etc. , etc. ( pp. 157-158) . La base <strong>de</strong> tales<br />
lucubraciones es otra Vita <strong>de</strong> Gautier (en el ms. Erfurt Amplon. 8º 90, primera mitad <strong>de</strong>l s. X<strong>II</strong>I; cf.<br />
M. L. Colker, ed. cit. , p. XV<strong>II</strong>I) , según la cual el autor <strong>de</strong> la Alexandreis «Kanonicus Remensis fuit et<br />
habuit concubinam que compulsa fiebat a milite quod admitteret leprosum et immediate Galtherum;<br />
hoc factum est et ita factus est leprosus» . Pero claro está que semejante historieta y el cuentecillo<br />
análogo que la sigue en el mismo manuscrito son meras variantes <strong>de</strong> la leyenda folklórica elaborada<br />
por largo en los Gesta Romanorum , CLI (tengo a mano la traducción inglesa <strong>de</strong> C. Swan y W. Hooper,<br />
Nueva York, 1959, pp. 256-258), y cuya cristalización más bella es el patético lamento <strong>de</strong> la moza<br />
malcasada con un leproso: «Ut tot claustra possim eva<strong>de</strong>re / et custo<strong>de</strong>s et virum fallere, / quis me<br />
<strong>de</strong>mens dignetur tangere, / nisi lepram velit incurrere? / Qui, si tutus a lepra fuerit, / me prorutam<br />
per stupra noverit? / Set amare quo pacto poterit / quam post tantam labem susceperit?» ( ed. M.<br />
Delbouille, «Trois poésies latines inédites tirées du ms. Bibl. Aedilium Florentinae eccl. 197 <strong>de</strong> la<br />
Laurentienne» , en Mélanges Paul Thomas , Brujas, 1930, p. 176) .<br />
13
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
consi<strong>de</strong>ra que el final se acerca velozmente, sin que el mundo se dé cuenta» (1) . Fijémonos en<br />
los jueces <strong>de</strong> la Iglesia, cada día peores (1/2) . Cuando la sombra cubre los valles, sabemos que la<br />
noche está próxima; cuando los montes, las colinas, todas las cosas se obscurecen, no hay ya duda:<br />
la noche reina en el mundo (2) . Entiéndase bien: los ‘valles’ son los príncipes y reyes que viven en<br />
las tinieblas <strong>de</strong>l fausto y la codicia, sobre quienes pen<strong>de</strong> la venganza <strong>de</strong> la espada celestial (3) . En<br />
los ‘montes’ y ‘colinas’ ha <strong>de</strong> percibirse una figura <strong>de</strong> los sacerdotes, puestos en la cumbre <strong>de</strong> Sión<br />
para servir <strong>de</strong> luz y mo<strong>de</strong>lo, mientras no perviertan la ley divina (4) . Pero las ‘colinas’ tienen hoy<br />
por norma la venalidad, la acepción <strong>de</strong> personas, el nepotismo, en <strong>de</strong>trimento <strong>de</strong> los ancianos y <strong>de</strong> los<br />
sabios (5) : los sobrinos <strong>de</strong> los prelados heredan el vicio con el beneficio (5/6) . ¡Venga pronto la<br />
consumación <strong>de</strong> los siglos! ¡Y ojalá muera el poeta, antes que asistir al advenimiento <strong>de</strong>l Anticristo,<br />
cuyos precursores se han aposentado en el monte <strong>de</strong>l Crisma, con falsa doctrina, sin pon<strong>de</strong>rar más<br />
que las gabelas! (6)<br />
Es comprensible que Juan <strong>de</strong> Garlandia, al <strong>de</strong>stacar el principio <strong>de</strong>l poema, imaginara al autor<br />
‘azotado por la lepra’. La reminiscencia bíblica inducía (y hasta quizá indujo al propio Gautier)<br />
a proyectar sobre el escritor las circunstancias <strong>de</strong> Job: marginación y repugnante dolencia. 7 Pero<br />
también cabe una lectura diametralmente opuesta. Justamente porque comienza con una cita literal, 8<br />
Gautier quiere precisar que con Job sólo comparte la seriedad <strong>de</strong>l planto: él no ha caído en la aflicción<br />
por un infortunio personal - no se halla «extra gregem cleri» , no pa<strong>de</strong>ce ningún «abiectus<br />
7 Es sabido que el mal <strong>de</strong> Job fue usualmente equiparado a la lepra; cf. S. N. Brody, The Disease<br />
of the Soul. Leprosy in Medieval Literature , Ithaca y Londres, 1974, pp. 56, 124-125, y s. v. No se<br />
<strong>de</strong>scui<strong>de</strong> que en Reims -don<strong>de</strong> Gautier estudió, enseñó y escribió- existía una leprosería tan importante<br />
como famosa; vid. P. Hil<strong>de</strong>nfinger, La léproserie <strong>de</strong> Reims du X<strong>II</strong> e au XV<strong>II</strong> e siècle , Reims, 1906 (y<br />
respecto a la situación social <strong>de</strong>l leproso, también P. Richards, The Medieval Leper and his Northern<br />
Heirs , Cambridge, 1977).<br />
8 Sobre el papel estilístico <strong>de</strong> las citas, en la tradición <strong>de</strong> Gautier, cf. recientemente P. Dronke,<br />
«Functions of Classical Borrowing in Medieval Latin Verse» , en R. R. Bolgar, ed. , Classical<br />
Influences on European Culture A. D. 500-1500 , Cambridge, 1971, pp. 159-164, y P. G. Schmidt,<br />
«Das Zitat in <strong>de</strong>r Vagantendichtung: Bakelfest und Vagantenstrophe cum auctoritate » , Antike und<br />
Abendland , XX (1974), pp. 74-87; en general G. B. Conte, Memoria <strong>de</strong>i poeti e sistema letterario ,<br />
Turín, 1974.<br />
14
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
morbus» -, sino por advertir la <strong>de</strong>pravación ajena, anuncio <strong>de</strong>l final <strong>de</strong> la ciudad terrena. Gautier, en<br />
suma, pue<strong>de</strong> estar diciendo lo mismo que <strong>de</strong>cía al lanzar otra invectiva contra idénticos escándalos:<br />
Non, ut verum fatear, loquor causa mei,<br />
sed me cogit scribere zelus domus Dei 9<br />
Estrictamente, entonces, el eco <strong>de</strong> Job da pie a dos interpretaciones contradictorias <strong>de</strong> la primera<br />
estrofa: el texto nos obliga a preguntarnos si Gautier está o no está <strong>de</strong> hecho «extra gregem cleri»<br />
y herido <strong>de</strong> «abiectus morbus» . Ahora bien, el panorama <strong>de</strong> las coplas siguientes muestra al clero<br />
extraviado y corrompido: reo <strong>de</strong> una conducta impropia <strong>de</strong>l lugar que usurpa «in vertice Syon» ,<br />
«in monte crismatis» ( 4 , 6-7; 5 , 8 ) ; y moralmente enfermo, en especial enfermo <strong>de</strong> simonía, la<br />
«lepra Syri» siempre combatida por Gautier, 10 el «Giezi reatus» tan proverbial, 11 que permitía<br />
tildar a los clérigos <strong>de</strong> «grex Gieziticus» . 12<br />
El sentido oscilante, evasivo, <strong>de</strong> los versos iniciales no nos impi<strong>de</strong> constatar la correlación <strong>de</strong> la<br />
primera estrofa y el resto <strong>de</strong> la pieza: al contrario, nos espolea a buscarla por diversos caminos. Nos<br />
enfrentamos con un juego calidoscópico <strong>de</strong> concordancias y discordancias entre el autor y el tema,<br />
entre el sujeto y el objeto ( «That was a way of putting it - not very satisfactory» ). Toca al<br />
9 MSG , núm. 9, 14 , 1-2, p. 107 . En rigor, non quia + subjuntivo, en el uso postclásico más<br />
frecuente, indica «que la hipótesis causal a la que podría recurrirse para explicar un hecho<br />
<strong>de</strong>terminado es falsa» , mientras «la causa verda<strong>de</strong>ra aparece por lo general introducida con sed<br />
quia con indicativo» (cito a M. Bassols <strong>de</strong> Climent, Sintaxis latina , <strong>II</strong> [Madrid, 1956], p. 357 ,<br />
don<strong>de</strong> se hallará la oportuna bibliografía).<br />
10 St. Omer , núm. 27, 4 , 4, p. 46 (citado abajo): Strecker malinterpreta el texto, pero cf. ya la n. <strong>de</strong><br />
A. Hilka y O. Schumann, en la edición <strong>de</strong>l poema en CB , <strong>II</strong>: 1 (Hei<strong>de</strong>lberg, 1930), p. 13, y sobre<br />
todo J. A. Yunck, The Lineage of Lady Meed. The Development of Mediaeval Venality Satire , Notre<br />
Dame, Indiana, p. 342, s. v. «Giezi», y H. Schüppert, Kirchenkritik in <strong>de</strong>r lateinischen Lyrik <strong>de</strong>s 12.<br />
und 13. Jahrhun<strong>de</strong>rts , Munich, 1972, pp. 171-173.<br />
11 «Vi<strong>de</strong>s in ecclesia nichil esse ratum, / vi<strong>de</strong>s in pastoribus Giezi reatum» ( MSG , núm. 16, 23 ,<br />
1-2, p. 144) .<br />
12 « vi<strong>de</strong>t hec nec vindicat pontifex / pontificum, / dum commisum negligit / nec corrigit gregem<br />
Gieziticum» ( Ni lavare laterem , ed. A. Wilmart, «Le florilège mixte <strong>de</strong> Thomas Bekynton» [<strong>II</strong>I],<br />
Mediaeval and Renaissance Studies , IV [1956], p. 40).<br />
15
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
lector ir estableciendo las variadas correspon<strong>de</strong>ncias posibles... A mí, una me parece <strong>de</strong> sobresaliente<br />
intensidad: Gautier, fuera <strong>de</strong> la Iglesia ‘oficial’, enfermo <strong>de</strong> cuerpo, <strong>de</strong>nuncia a quienes abusivamente<br />
siguen <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la Iglesia, enfermos <strong>de</strong> alma. 13 Para el uno y para los otros se pone el sol y se avecina<br />
el fin, culminación <strong>de</strong> la enfermedad <strong>de</strong> cada cual: el uno, consciente, llega a <strong>de</strong>sear el «finis huius<br />
evi» y, antes, la propia muerte, para no presenciar el <strong>de</strong>senlace terrible; los otros, ciegos, persisten en<br />
el vicio que apresurará la «Anticristi framea» y, en seguida, el «finis improvisus orbi» ( 1 y 6 ) .<br />
Así, si los apuntes autobiográficos <strong>de</strong>l incipit se entien<strong>de</strong>n como reales (más incluso: si son reales<br />
y en tanto reales se introducen), por lo menos resulta patente que cumplen una función simbólica<br />
en la organización <strong>de</strong> la obra. Pero, por la misma evi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> esa función simbólica, nada <strong>de</strong>biera<br />
extrañarnos que Gautier hubiera enunciado en la primera estrofa una serie ‘abierta’ <strong>de</strong> hipotéticas<br />
<strong>de</strong>sdichas personales 14 para construir un marco <strong>de</strong>liberadamente ambiguo entre la verdad y la ficción,<br />
13 La actitud se <strong>de</strong>ja relacionar (pero no confundir) con la <strong>de</strong>l extraordinario «Licet eger cum egrotis<br />
» ( St. Omer , núm. 27, 1 , 1-2, p. 46 ; Hilka y Schumann, CB , 2 : 1, p. 12 , anotan: «Gebil<strong>de</strong>t nach<br />
Rom. 12, 15: “gau<strong>de</strong>re cum gau<strong>de</strong>ntibus, flere cum flentibus” ?» ; cf. I Corintios, IX, 22 : «Factus sum<br />
infirmis infirmus, ut infirmos lucrifacerem» , etc. ). Compárese también: «Deliremus igitur / mundo<br />
<strong>de</strong>lirante » ( ib. , núm. 14, 1 , 6-7, p. 25) ; «sano fretus capite / rodo pravos in aperto» ( MSG , núm. 1,<br />
5 , 3-4, p. 40) ; «vitiosus siqui<strong>de</strong>m vitia <strong>de</strong>lebo» ( ib. , núm. 7, 2 , 3, p. 91) , etc. Por otra parte, ni que<br />
<strong>de</strong>cirse tiene cuán poco insólito fue en los siglos X<strong>II</strong> y X<strong>II</strong>I que el poeta asumiera la persona dramática<br />
<strong>de</strong> un marginado para incidir en la sátira moral: es una <strong>de</strong> las claves <strong>de</strong> la tradición goliar<strong>de</strong>sca (baste<br />
evocar a Hugo el Primate, «where the poet sees himself as “cast out even by the outcasts” [ a <strong>de</strong>iectis<br />
sum <strong>de</strong>iectus ], as a Lazarus from whose wounds the pus streams» ; P. Dronke, «Profane Elements<br />
in Twelfth-Century Literature» , en The Renaissance of the Twelfth-Century , ed. G. Constable y R.<br />
L. Benson, Cambridge, Mass. , en prensa); el procedimiento, según es notorio, estaba favorecido por<br />
ejemplos bíblicos, prece<strong>de</strong>ntes romanos y aun costumbres medievales tan caras a Gautier como la fête<br />
<strong>de</strong>s Fous ( vid. solo A. Wilmart, «Poèmes...» , pp. 138-140, 146-147, 324-325, 328, 338-341, 362,<br />
y P. G. Schmidt, art. cit. en la n. 8).<br />
14 Nótese que la dualidad «se ductum vel eiectum » equivale a una invitación a escoger entre dos<br />
eventualida<strong>de</strong>s que pue<strong>de</strong>n excluirse mutuamente, si, según opino, el matiz consiste en contraponer<br />
‘abandonar el clero voluntariamente’ y ‘ser expulsado’. En conexión con el carácter ‘abierto’ <strong>de</strong> la<br />
serie <strong>de</strong>splegada en la primera estrofa, téngase en cuenta que el manuscrito trae «ut abiecti lugeat» ;<br />
Schumann (con otros) corrige en «vel a. l.» , juzgando ut «wohl aus ul [con l cruzada por el signo<br />
16
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
capaz <strong>de</strong> insinuar, por en<strong>de</strong>, una rica gama <strong>de</strong> convergencias y divergencias entre el poeta y el ámbito<br />
<strong>de</strong>l poema. 15<br />
Una sola consecuencia creo lícito extraer <strong>de</strong> las observaciones anteriores: la utilización <strong>de</strong> Versa<br />
est in luctum para trazar la biografía <strong>de</strong> Gautier exige un mínimo approach a la pieza en tanto poesía,<br />
pura y simplemente poesía. El enfoque estrictamente literario, si en ocasiones aconseja renunciar<br />
a presuntas certezas, permite otras veces resolver las cuestiones planteadas por una erudición no<br />
<strong>de</strong>masiado sensible a los valores artísticos. 16 Por ejemplo: pese a ciertas sugerencias al propósito,<br />
nada inclina a pensar que nuestro texto se ha conservado incompleto. Para no recoger sino indicios<br />
formales, en efecto, la simetría <strong>de</strong>l poema prohíbe conjeturar que faltan estrofas o estribillos, 17 o que<br />
<strong>de</strong> abreviatura] einer Vorlage verlesen» ( CB , 1 : 2, p. 207) ; pero el error <strong>de</strong>l copista h 2 ( ut por<br />
aut , como edita Strecker) se explica fácilmente ( « dole at a ut a biecti » ), y aut gradúa mejor las<br />
disyunciones <strong>de</strong>l período: «se ductum vel eiectum doleat aut lugeat vilitatem » .<br />
15 Conviene reparar todavía en que la lepra se contempló en la Edad Media como «the sickness<br />
both of the damned sinner and of one given special grace by God» , «as a sacred malady» ( S. N.<br />
Brody, o. c. , pp. 100-104) , en fluctuación muy acor<strong>de</strong> con la lectura <strong>de</strong>l poema aquí esbozada.<br />
Para algún intento <strong>de</strong> aclarar la coyuntura <strong>de</strong> Versa est in luctum con la ayuda <strong>de</strong> la epístola CXC<br />
<strong>de</strong> Juan <strong>de</strong> Salisbury, vid. Strecker, MSG , p. 151, ad loc. ; con no mucha mayor pertinencia podría<br />
aducirse el comentario <strong>de</strong> Gautier en Tanto viro locuturi : «Turpe tibi, pastor bone, / si divina lectione /<br />
spreta fiam laicus. / Vel absolve clericatu / vel fac ut in cleri statu / perseverem clericus» ( MSG ,<br />
núm. 1, 27 , p. 13) . Con nuestros conocimientos actuales, se me antoja inasible el momento <strong>de</strong><br />
composición <strong>de</strong>l poema; vid. aún abajo, n. 51. He indicado arriba que al <strong>de</strong>clararse «versa» ahora «in<br />
luctum» se da por supuesto que en otros poemas la «cythara Waltheri» había asumido distintos tonos.<br />
Ni siquiera sería disparatado, pues, parafrasear: «Plaño únicamente ahora, por motivos <strong>de</strong> interés<br />
universal, pero en otras épocas pu<strong>de</strong> plañir -y no lo hice- por causas individuales»: causas individuales<br />
no necesariamente simultáneas (y, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego, no contemporáneas a la redacción <strong>de</strong>l poema).<br />
16 Cf. P. Dronke, «Poetic Meaning in the Carmina Burana » , Mittellateinisches Jahrbuch , X (1975),<br />
pp. 116-137.<br />
17 Schumann se pregunta: «Ist das Gedicht vollständig überliefert? Fehlt etwa vor Str. 6<br />
(min<strong>de</strong>stens) eine Strophe? Es fällt doch auf, dass <strong>de</strong>r einzige konkrete Vorwurf, <strong>de</strong>r gegen die<br />
Geistlichkeit erhoben wird, <strong>de</strong>r <strong>de</strong>s Nepotismus ist» ( CB , 1 : 2, p. 207) . P. Dronke ha notado con<br />
justicia que los autores <strong>de</strong> la magna edición <strong>de</strong> los Carmina Burana se precipitan a menudo a «<strong>de</strong>clare<br />
17
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
los estribillos están <strong>de</strong>splazados. 18 No pue<strong>de</strong> ser casual, así, que en 1 , 2 y 3 las dos parejas <strong>de</strong><br />
heptasílabos rimen entre sí, 19 mientras en 4 , 5 y 6 cada una <strong>de</strong> ellas tiene fisonomía autónoma: vale<br />
<strong>de</strong>cir, no se <strong>de</strong>be al azar que el cambio <strong>de</strong> esquema ocurra exactamente en el medio <strong>de</strong> la composición,<br />
dividiéndola en dos partes en pendant . Por otro lado, los estribillos ocupan situaciones rigurosamente<br />
paralelas: entre las dos primeras y entre las dos últimas coplas. El dato bastaría para rechazar la<br />
propuesta <strong>de</strong> colocar 1/2 <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> 4 ( cf. n. 18). Pero a<strong>de</strong>más suce<strong>de</strong> que tanto 1/2 como<br />
5/6 muestran claros enlaces con la estrofa o las estrofas contiguas. Así, en 1/2 , las rimas en -eri<br />
establecen un vínculo con 1 , 2, 4, y, menos ceñidamente, con 2 , 2, 4, 5, etc. En 5/6 (al margen<br />
<strong>de</strong> otros factores <strong>de</strong> engarce), 20 notes y nepotes , con la insistencia en repetir no solo la rima y<br />
la palabra final <strong>de</strong> 5 (y <strong>de</strong> 4 , 2), sino también la asonancia o-e tan predominante en 4 y 5<br />
a song to be fragmentary or incomplete» ( «Poetic Meaning in the Carmina Burana » , p. 117 ; cf.<br />
también F. Rico, «Otra lectura <strong>de</strong> la Cantiga da garvaia », en Studia Hispanica in honorem R. Lapesa ,<br />
I [Madrid, 1972], pp. 443-453, en 453, para algunos casos similares).<br />
18 «Merkwürdig ist, dass nur zwei Str. einem Refrain haben, und noch merkwürdiger, das Refr. I<br />
besser hinter Str. 4 stän<strong>de</strong>; doch ist er durch <strong>de</strong>n Reim -eri mit 1 verbun<strong>de</strong>n» (Strecker, MSG , p. 148) .<br />
« Refr. I passt inhaltlich erst zu Str. 4. Waren urspr. noch mehr Refrains vorhan<strong>de</strong>n?» (Schumann,<br />
ib. ) .<br />
19 En 1 , con asonancia, según ya indicó Strecker, ib. , quien, sin embargo, pasa por alto el esquema<br />
peculiar <strong>de</strong> 4 , 5 y 6 (y por ello lo selecciono yo entre otros rasgos). H. Spanke, «Zu <strong>de</strong>n Gedichten<br />
Walters von Châtillon» , en Volkstum und Kultur <strong>de</strong>r Romanen , IV (1931), pp. 197-220 (en 218) ,<br />
llamó la atención sobre la singularidad <strong>de</strong> Versa est in luctum , «ein Refrainlied mit <strong>de</strong>m Bau a’b’a’b’<br />
ccd’ ccd’ / C’EEC’ [ sic ] (5’5’5’5’ 775’ 775’ / 5’775’), <strong>de</strong>n ich sonst in <strong>de</strong>r mlt. und romanischen<br />
Literatur nicht gefun<strong>de</strong>n habe; die wenigen Lei<strong>de</strong>r mit Stollen aus weiblichen Fünfsilbnern tragen<br />
im Azf. volkstümlichen Charakter» . El inventario <strong>de</strong> las piezas con los esquemas <strong>de</strong> Versa est in<br />
luctum ( ababccdccd y ababcc<strong>de</strong>ed , aparte 1/2 y 5/6 ), en I. Frank, Répertoire métrique <strong>de</strong> la poésie<br />
<strong>de</strong>s troubadours , París, 1953-1957, núms. 378 y 401, y U. Mölk- F. Wolfzettel, Répertoire métrique<br />
<strong>de</strong> la poésie lyrique française <strong>de</strong>s origines à 1350 , Munich, 1972, núms. 1204 y 1255.<br />
20 E. gr. , «in Refr. <strong>II</strong> reimen f [ -itium ] in sich dreisilbig, mit c [ -ium ] zweisilbig, während c in<br />
sich auch dreisilbig reimen» ( Strecker, ib. ; ahí se registran todas las reiteraciones <strong>de</strong> consonancias<br />
y palabras en rima, pero, al no realzar que se producen siempre a base <strong>de</strong> elementos presentes en los<br />
estribillos, se <strong>de</strong>scuida el papel cohesivo que <strong>de</strong>sempeñan).<br />
18
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
(en don<strong>de</strong> se produce la variación <strong>de</strong>l esquema estrófico), marcan ostensiblemente el término <strong>de</strong> una<br />
sección <strong>de</strong>l poema. A <strong>de</strong>cir verdad, 1/2 y 5/6 no son ‘estribillos’ convencionales (<strong>de</strong> ahí que yo no<br />
los haya numerado convencionalmente): 1/2 señala una transición, 5/6 subraya una conclusión, 21<br />
y ambos, <strong>de</strong> tal modo, <strong>de</strong>limitan un núcleo textual y mo<strong>de</strong>lan <strong>de</strong>cisivamente la estructura <strong>de</strong> Versa<br />
est in luctum .<br />
Ese núcleo, según es obvio, está constituido por la presentación y la glosa <strong>de</strong> un impresionante<br />
paisaje alegórico. La noche <strong>de</strong>l fin <strong>de</strong> los tiempos se cierne sobre la tierra: la obscuridad se adueña<br />
primero <strong>de</strong> los valles que son los magnates laicos, luego <strong>de</strong> los montes y las colinas <strong>de</strong>l sacerdocio.<br />
Gautier explica la figura con tan buenas maneras <strong>de</strong> exegeta (o predicador), 22 que se creería<br />
que practica una enarratio <strong>de</strong> la Sagrada Escritura. Des<strong>de</strong> luego, los materiales <strong>de</strong>l poema tienen<br />
un acusado sabor bíblico. Strecker, a propósito <strong>de</strong> 4 , 6-8, remitió a los Psalmos (<strong>II</strong>, 6) y a<br />
Mateo (V, 14), 23 pero no pasó <strong>de</strong> ahí. Sin embargo, no hubiera sido ocioso señalar que la tríada<br />
formada por «montes» , «colles» y «valles» es frecuente en los libros proféticos 24<br />
21 «Gehört Refr. <strong>II</strong> nur zu Str. 5 (so Dr[uck]) o<strong>de</strong>r auch zu 6?» , inquiere Schumann, ib. Los<br />
criterios exclusivamente formales que he apuntado confirman el carácter recapitulativo <strong>de</strong> 5/6 y lo<br />
ligan a 5 con firmeza; mas claro está que no por ello se pier<strong>de</strong> la indispensable conexión con la copla<br />
siguiente. Conviene concebir 1/2 y 5/6 menos como «estribillos» que como estrofas peculiares, <strong>de</strong><br />
función configuradora.<br />
22 Maneras, por otro lado, muy empleadas por él. Cf. , v. gr. , 5/6 , 1, y St. Omer , núm. 9, 2 , 2, p. 14<br />
( «si notetur serio» ); núm. 12, 7 , 3, p. 18 ( «si vis recte <strong>de</strong>finire» ); núm. 14, 3 , 3, p. 25 ( «si rem bene<br />
notes» ); o MSG , núm. 3, 15 , 4, p. 44 ( «si recte diffinias» ), y 35 , 1 , 3, p. 50 ( «si recte iudices» );<br />
núm. 4, 6 , 3, p. 64 ( «si rem bene notes» ), y 24 , 1, p. 69 ( «si recte <strong>de</strong>rives» ); núm. 14, 6 , 1, p.<br />
129 ( «si bene meminimus» ). Las abundantes versiones <strong>de</strong> esta fórmula didáctica pue<strong>de</strong>n servir como<br />
síntoma <strong>de</strong> la interpenetración <strong>de</strong> estudios bíblicos y literatura <strong>de</strong> creación en Gautier y en su tiempo.<br />
23 Psalmos, <strong>II</strong>, 6 : «Ego autem constitutus sum rex ab eo super Sion, montem sanctum eius » ; Mateo,<br />
V, 14 : «Vos estis lux mundi. Non potest civitas abscondi supra montem posita, neque accendunt<br />
lucernam et ponunt eam sub modio, sed super can<strong>de</strong>labrum, ut luceat omnibus qui in domo sunt» .<br />
Cf. abajo, n. 46.<br />
24 El locus classicus está en Ezequiel, VI, 3 : «Montes Israel, audite verbum domini Dei, haec dicit<br />
dominus Deus montibus et collibus, rupibus et vallibus » ; cf. también XXXV, 8, y XXXVI, 6; o, v.<br />
gr. , Isaías, XL, 4, y Jeremías, L, 6.<br />
19
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
(¿habrá que pon<strong>de</strong>rar la coloración profética <strong>de</strong> nuestro texto?), don<strong>de</strong> alguna vez se explanó en<br />
términos no enteramente disímiles a los <strong>de</strong> Gautier, 25 cuyo espléndido don para forjar imágenes podía<br />
perfectamente concertarla con el «sol obscurabitur» evangélico (Mateo, XXIV, 29) y tantos otros<br />
pasajes afines. No obstante, no fue Gautier quien concibió el motivo central en Versa est in luctum<br />
. Al componer la canción, Gautier sin duda tenía ante los ojos un libro harto difundido en la época:<br />
el Opus imperfectum in Matthaeum , por entonces tan unánime cuanto equivocadamente atribuido<br />
a San Juan Crisóstomo. 26 Ahí, en la homilía sobre la parábola <strong>de</strong> los jornaleros llamados a la viña<br />
(Mateo, XX, 1-16), uno <strong>de</strong> los fragmentos bíblicos más populares (y mejor elaborados por Gautier),<br />
27 se encuentra justamente la que expertos medievalistas, leyéndola en Versa est in luctum , han<br />
calificado <strong>de</strong> «allegoria abbastanza nuova e grandiosa» , 28 <strong>de</strong> «originelles Bild» . 29 Vivimos -<br />
comenta el Pseudo-Crisóstomo - no ya en la hora undécima <strong>de</strong> los últimos braceros contratados por<br />
25 Cf. S. Jerónimo, In Ezechielem , VI, 3 ( PL , XXV, col. 58): «Vi<strong>de</strong>ntur mihi tropologice montes<br />
esse qui ad perfectam scientiam pervenerunt; colles, qui paulo inferiores sunt , valles autem appellari<br />
novissimos in Ecclesia » . En los días <strong>de</strong> Gautier, esa exégesis se había popularizado gracias a<br />
repertorios como Alano <strong>de</strong> Lila, Distinctiones dictionum theologicalium : «per montes intelliguntur<br />
hic magis perfecti [in Ecclesia], per colles minus perfecti» ( PL , CCX, col. 746, s. v. «collis» ) ; una<br />
buena muestra <strong>de</strong>l simbolismo medieval <strong>de</strong> «montes», «colinas» y «valles», en B. Martinelli, Petrarca<br />
e il Ventoso , Bérgamo, 1977, pp. 149-215.<br />
26 La información y la bibliografía fundamentales se hallarán en J. Quasten, Patrología , <strong>II</strong>, Madrid,<br />
1962; trad. esp. ampliada, pp. 493-494, y en Clavis Patrum Graecorum , ed. M. Geerard, <strong>II</strong>, Turnhout,<br />
1974, núm. 4569, pp. 561-562. Conocemos mal la transmisión <strong>de</strong>l Opus imperfectum ; sin embargo,<br />
consta que fue usado sistemáticamente en la predicación: e incluso se encuentran citas <strong>de</strong>l pasaje que<br />
aduzco en el texto, complementadas con <strong>de</strong>sarrollos análogos a los <strong>de</strong> Gautier; vid. , así, F. Rico,<br />
Predicación y literatura en la España medieval , Cádiz, 1977, pp. 29-31.<br />
27 De él parte, sobre todo, un poema merecidamente apreciado: «Missus sum in vineam circa horam<br />
nonam, / suam quisque nititur ven<strong>de</strong>re personam » ( MSG , núm. 6, 1 , 1-2, p. 82) ; vid. el excelente<br />
análisis <strong>de</strong> J. Mann, en Geoffrey Chaucer , ed. D. Brewer, Londres, 1974, pp. 180-182, y ahora P.<br />
Klopsch, «Zwei Gedichte Walters von Châtillon» , Der altsprachliche Unterricht , XX (1977), pp.<br />
63-77.<br />
28 F. Novati, l. cit. , p. 285 .<br />
29 H. Schüppert, o. c. , p. 47 .<br />
20
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
el amo <strong>de</strong> la viña ( «hora un<strong>de</strong>cima gentes intellige» ), sino en una hora aun más tardía, «in<br />
novissima mundi margine» :<br />
In duo<strong>de</strong>cima hora sumus. Un<strong>de</strong> putas quia candor iustitiae iam recessit <strong>de</strong> mundo et sol radios<br />
gratiarum suarum in se colligens revocavit et totam terram nigredo iniquitatum vel mendaciorum quasi<br />
nox fusca cooperuit, nisi quia iam et ipsa duo<strong>de</strong>cima hora finiatur? Ubique tenebras vi<strong>de</strong>s et dubitas<br />
diem transisse? Prius etenim in vallibus fit obscuritas, die <strong>de</strong>clinante ad occasum. Quando ergo colles<br />
vi<strong>de</strong>ris obscurari, quis dubitat quin iam nox est? Sic primum in saecularibus et laicis Christianis incipit<br />
praevalere obscuritas peccatorum. Nunc autem quando iam vi<strong>de</strong>s quod sacerdotes positos in summo<br />
vertice spiritualium dignitatum, qui montes et colles dicuntur, apprehen<strong>de</strong>rit iniquitas tenebrosa,<br />
quomodo dubitetur quia finis est mundi? 30<br />
Naturalmente, Gautier recrea y perfila los elementos <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo, y no siempre con la libertad ‘poética’<br />
que muchos ten<strong>de</strong>rían a dar por supuesta: <strong>de</strong> hecho, el fragmento en prosa bosqueja la visión <strong>de</strong> un<br />
modo más impresionista, más disperso, mientras el poema prefiere una disposición impecablemente<br />
or<strong>de</strong>nada. Baste un cotejo:<br />
sed cum montes vi<strong>de</strong>ris<br />
et colles cum ceteris<br />
rebus obscurari,<br />
nec fallis nec falleris,<br />
si mundo tunc asseris<br />
noctem dominari.<br />
( 2 , 5-10)<br />
Quando ergo colles vi<strong>de</strong>ris obscurari, quis dubitat quin iam nox est?<br />
Gautier, sin per<strong>de</strong>r la flui<strong>de</strong>z y el encanto rítmico <strong>de</strong> la dicción, ha seguido la fuente con curiosa<br />
fi<strong>de</strong>lidad. Pero, a la par, ha concentrado con precisión lógica factores revueltos en el texto <strong>de</strong>l Pseudo-<br />
Crisóstomo: el «ubique tenebras vi<strong>de</strong>s » <strong>de</strong>l principio y la rezagada mención <strong>de</strong> los «montes» se<br />
han unido y escalonado en el «cum montes vi<strong>de</strong>ris et colles cum ceteris rebus » ; y los machacones<br />
«un<strong>de</strong> putas ?» , «dubitas ?» , «quis dubitat ?» , «quomodo dubitabitur ?» se han resumido en<br />
el tajante «nec fallis nec falleris, si asseris » . Por lo <strong>de</strong>más, ni que <strong>de</strong>cir tiene que Gautier ha sacado<br />
al préstamo el máximo partido. En el Opus imperfectum in Matthaeum , la alegoría se nos ofrece con<br />
30 Opus imperfectum in Matthaeum , XXXIV ( PG , LVI, col. 818) .<br />
21
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
elocuencia cal<strong>de</strong>ada por la pasión; en Versa est in luctum , brinda uno <strong>de</strong> los ejes primordiales para<br />
el juego <strong>de</strong> concordancias entre el poeta y el tema. Por ahí, verosímilmente, Gautier ha dado inédita<br />
energía a un antiguo lugar común. E. R. Curtius rastreó la amplia fortuna medieval <strong>de</strong> un «tópico <strong>de</strong><br />
la conclusión» ( Schlusstopos ): ‘<strong>de</strong>bemos terminar, porque se hace <strong>de</strong> noche’. Es el tópico, recuerda<br />
Curtius, que cierra magistralmente la égloga primera <strong>de</strong> Virgilio ( « maioresque cadunt altis <strong>de</strong><br />
montibus umbrae» ) o, <strong>de</strong> modo «sehr kunstvoll» , la Alexandreis , la trabajada epopeya <strong>de</strong><br />
nuestro Gautier. 31 Ahora, todo Versa est in luctum nos habla <strong>de</strong> conclusión y puesta <strong>de</strong>l sol: se<br />
acaba el día, se acaba el mundo y, al acabar el poema, el poeta revela el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> acabar él también (<br />
«Moriar!» ). 32 Las fuentes y las tradiciones cobran peculiar sonido en la «cythara Waltheri» .<br />
Pero la seguridad <strong>de</strong> que el núcleo alegórico <strong>de</strong> Versa est in luctum proce<strong>de</strong> <strong>de</strong>l Pseudo-Crisóstomo<br />
nos autoriza a preguntarnos si la pieza no tendrá otras <strong>de</strong>udas menos inmediatamente manifiestas con<br />
el mismo capítulo <strong>de</strong>l Opus imperfectum . La respuesta, creo, habrá <strong>de</strong> ser positiva: Gautier no sólo<br />
<strong>de</strong>sarrolló una imagen atractiva, sino también encontró inspiración en varios hilos conductores <strong>de</strong> la<br />
homilía. Veamos únicamente los principales.<br />
El señor <strong>de</strong> la viña -relataba el Evangelio- fue contratando a diversas horas <strong>de</strong>l día a los obreros que<br />
estaban <strong>de</strong>socupados en la plaza <strong>de</strong>l mercado, «in foro» . El señor -aclara el Pseudo-Crisóstomo-<br />
es Cristo. La viña es la justicia ( «vinea enim est iustitia» ), <strong>de</strong> cuyo cultivo <strong>de</strong>beremos dar cuenta<br />
con tanta mayor exigencia cuanto que nos hallamos más cercanos al fin <strong>de</strong>l mundo, «in duo<strong>de</strong>cima<br />
hora» (y no se nos tratará con la benevolencia que a los hombres <strong>de</strong> las eda<strong>de</strong>s pasadas). La plaza, el<br />
«forum» , es precisamente el mundo, don<strong>de</strong> todo está en venta y don<strong>de</strong> todos practican el engaño.<br />
«Fuge ergo forum, ut nec patiaris frau<strong>de</strong>m, nec facias!» . Mas para cultivar la justicia, para huir <strong>de</strong>l<br />
«forum» , conviene no <strong>de</strong>scuidar que se aproxima el fin <strong>de</strong>l mundo: «Quia magna nobis est virtus ad<br />
faciendam iustitiam, cognoscere non oportet prope esse finem mundi» . Y no es fácil <strong>de</strong>scuidarlo ante<br />
31 E. R. Curtius, Europäische Literatur und lateinisches Mittelalter , Berna, 1954 2 , pp. 99-101 [=<br />
V, 5].<br />
32 La situación se invierte en Propter Sion non tacebo ( «Set ne rursus in hoc mari / me contingat<br />
naufragari, / dictis finem faciam» , etc. ; MSG , 2, 30 , p. 30 ) o en In nova fert animus ( «crudum<br />
carmen finio, / ne michi, mors, intones» ; ed. A. Wilmart, «Poèmes <strong>de</strong> Gautier <strong>de</strong> Châtillon...» , núm.<br />
V, 5 , 6-7, p. 151 ).<br />
22
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
el panorama que contemplamos: «nunc autem mundus senescens omnibus adversitatibus premitur<br />
» . 33<br />
Pues bien, Versa est in luctum progresa según unas pautas muy similares. Tras orquestar un<br />
provocativo preludio, Gautier entra en materia, en 1/2 , 2, llamando la atención sobre los «iudices<br />
ecclesie» . Des<strong>de</strong> ahí, las alusiones a la perversión <strong>de</strong> la justicia, <strong>de</strong> la ley, van dibujando una línea<br />
<strong>de</strong> unidad, trenzada con los motivos <strong>de</strong> la noche que se a<strong>de</strong>nsa, el «hodie» peor que el ayer,<br />
la inminencia <strong>de</strong>l «finis huius evi» . No en bal<strong>de</strong> los laicos se caracterizan precisamente como<br />
«exleges» , entenebrecidos «pari iudicio» por el lujo y la ambición (y avocados a la «ulcio»<br />
divina). No en bal<strong>de</strong> el pecado <strong>de</strong> los sacerdotes consiste en estragar el «legis oraculum» , promulgar<br />
torcidos preceptos ( «Iubent » , 5 , 1-2), sustituir la equidad por el nepotismo... No en bal<strong>de</strong> el<br />
«finis» se acerca igualmente «improvisus» para laicos y sacerdotes.<br />
En seguida puntualizaré un par <strong>de</strong> aspectos, pero pienso que la mera confrontación <strong>de</strong> las síntesis<br />
anteriores es suficiente para transparentar unas coinci<strong>de</strong>ncias consi<strong>de</strong>rables. Sin embargo, la relación<br />
<strong>de</strong> <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia, globalmente, quizá no se nos impusiera, <strong>de</strong> no tener la certeza <strong>de</strong> que Gautier tomó<br />
<strong>de</strong>l Opus imperfectum la figura central <strong>de</strong>l poema. Aun más: amén <strong>de</strong> ciertos gran<strong>de</strong>s rasgos<br />
y la concreta alegoría en cuestión, Gautier calcó a la homilía un significativo <strong>de</strong>talle <strong>de</strong> concepto<br />
y lenguaje. Significativo, estimo, menos por confirmar el recurso al Pseudo-Crisóstomo que por<br />
ayudarnos a restablecer la lectura correcta <strong>de</strong> un lugar importante.<br />
En efecto, en el manuscrito, la estrofa 5 se abre con dos versos intrigantes: «Iubent nostri colles /<br />
dari cunctis fenum » . Ese ‘collium iussum’ , la prescripción <strong>de</strong> las jerarquías eclesiásticas, ha<br />
parecido tan misterioso, que ha llegado a achacarse al autor la intención <strong>de</strong> <strong>de</strong>notar un contenido que<br />
más bien correspon<strong>de</strong> a nuestra incapacidad <strong>de</strong> compren<strong>de</strong>r el texto tal como está: «dari cunctis<br />
fenum» equivaldría a ‘hacer algo sin sentido’, ‘hacer un disparate’ ( etwas Unsinniges tun ). 34<br />
Con todo, va casi para un siglo que L. Ehrenthal, invocando el paralelo <strong>de</strong> otra magnífica invectiva <strong>de</strong><br />
Gautier ( «Ut iam loquar inamenum, / sanctum crisma datur venum » ), 35 propuso una enmienda<br />
bien encaminada: «dari cunctis venum » . Strecker y Schumann objetaron razonablemente que la<br />
33 O. c. , cols. 817-821.<br />
34 O. Schumann, CB , 1 : 2, p. 207.<br />
35 St. Omer , núm. 27, 7 , 1-2, p. 47 .<br />
23
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
oración quedaba trunca, «ohne Objekt» , 36 y presumo que evi<strong>de</strong>ntes dificulta<strong>de</strong>s paleográficas les<br />
disuadieron <strong>de</strong> arriesgar una conjetura por el estilo <strong>de</strong> «dari crisma venum» o «dari Christum<br />
venum» (aquí, al arrimo <strong>de</strong>l célebre «Christum vendunt hodie» <strong>de</strong> nuestro poeta). 37<br />
Pero los vínculos <strong>de</strong> Versa est in luctum y el sermón <strong>de</strong>l Pseudo-Crisóstomo nos permiten efectuar<br />
una corrección con todas las garantías requeridas: «dari cuncta venum» . Cierto, al dilucidar qué<br />
<strong>de</strong>signa el «forum» <strong>de</strong> la parábola evangélica, el Opus imperfectum in Matthaeum escribe:<br />
Forum est iste mundus, ubi omnia venalia sunt. Sicut enim proprium est fori ut omnia illic<br />
venum<strong>de</strong>ntur et emantur, et invicem se circumveniant ementes et ven<strong>de</strong>ntes, sic in hoc mundo omnes<br />
ven<strong>de</strong>ndo et emendo vivunt et invicem sibi frau<strong>de</strong>m facientes vitam suam sustentant. Inter emptores<br />
autem et venditores accipe tibi omnes divitias et honores saeculi huius, quae et ipsae nihilominus et<br />
venduntur et emuntur, et omnis quaestus eorum eorum in venditione seu mercatione consistit. Fuge<br />
ergo forum, ut nec patiaris frau<strong>de</strong>m, nec facias.<br />
36 Strecker anota: «schwer verständlich; [ L. ] Ehrenthal [“ Stud. z. d. Lie<strong>de</strong>rn d. Vaganten”, Jahresb.<br />
Bromberg , 1891, S. 3]: “statt Korn heissen Spreu sie reichen”. Ähnlich erinnert Schum[ann] an Dan.<br />
4, 22 und möchte verstehen: “wenn es nach <strong>de</strong>m Willen unserer geistlichen Oberen geht, erhalten<br />
alle (an<strong>de</strong>rn) nur trocken Brot zu essen”. Schon Ehrenthal erwog auch die Än<strong>de</strong>rung “dari venum” ,<br />
aber ohne Objekt geht das kaum, und “cunctis” wäre min<strong>de</strong>stens sehr matt. Da von “colles” die Re<strong>de</strong><br />
ist, könnte man auch an das auf <strong>de</strong>n Bergen gewonnene Futter <strong>de</strong>nken, “cuncti” wären dann alle,<br />
die zu ihnen in Beziehung stehen, doch ist das natürlich auch unbefriedigend» ( MSG , p. 151) .<br />
Schumann incluye en el aparato la conjetura <strong>de</strong> Ehrenthal y comenta: «dagegen mit Recht S[trecker],<br />
weil dann ein Obj. fehlt. Eher dürfte “cunctis” ver<strong>de</strong>rbt sein; etwa aus <strong>de</strong>m Namen eines Tieres, das<br />
mit Heu zu füttern o<strong>de</strong>rn das überhaupt zu füttern törich o<strong>de</strong>r schädlich wäre? Sollte es eine solche<br />
sprichwörtliche Re<strong>de</strong>nsart für “etwas Unsinniges tun” o<strong>de</strong>r “etwas Gefährliches tun” o. ä. gegeben<br />
haben? Und welcher Tiername käme dann in Betracht? “gantis” ? “cattis” ? Graphisch läge noch näher<br />
“caudis” ; das ergäbe eine Re<strong>de</strong>nsart ähnlich unserem “<strong>de</strong>n Gaul beim Schwanz aufzäumen”» ( CB ,<br />
1 : 2, p. 207) . La corrección que en seguida ofrezco me dispensa <strong>de</strong> discutir tales hipótesis.<br />
37 MSG , núm. 4, 6 , 4, p. 64 (y véase n. ad loc. ).<br />
24
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
Gautier, entonces, convirtió el «omnia illic venum<strong>de</strong>ntur» <strong>de</strong>l Pseudo-Crisóstomo en «dari cuncta<br />
venum» . 38 Es probable que al elegir precisamente esa formulación le rondaran por la cabeza unos<br />
sabidos versos <strong>de</strong> Claudiano ( I In Rufinum , 176-180) :<br />
Ut longum permensus iter ductusque maligno<br />
stamine fatorum claram subrepsit in aulam,<br />
ilicet ambitio nasci, disce<strong>de</strong>re rectum,<br />
venum cuncta dari ; profert arcana, clientes<br />
fallit et ambitos a principe vendit honores.<br />
Pues los versos pertenecen al «catalogue of Rufinus’ crimes and vices» que la generación <strong>de</strong><br />
Gautier apreció como <strong>de</strong>scripción i<strong>de</strong>al <strong>de</strong>l «type of sinful man» 39 y que el propio Gautier explotó<br />
generosamente no solo en la Alexandreis , sino sobre todo en Dum contemplor animo , 40 poema<br />
tan acor<strong>de</strong> con Versa est in luctum , que Strecker no vaciló en ponerlos contiguos.<br />
Una vez restaurada la lección primitiva, «dari cuncta venum» , i<strong>de</strong>ntificamos al punto el tema<br />
favorito <strong>de</strong> Gautier. Ceñidamente lo compendia, por ejemplo, Licet eger cum egrotis , como sustento<br />
general <strong>de</strong> la aplicación específica que ya conocemos ( «sanctum crisma datur venum» ) y arropado<br />
por la proclamación <strong>de</strong> que el enfermo <strong>de</strong> «lepra» simoníaca no <strong>de</strong>biera tener sitio en el templo<br />
<strong>de</strong>l Señor:<br />
Donum Dei non donatur,<br />
nisi gratis conferatur;<br />
lepra Syri vulneratur.<br />
Quem sic ambit ambitus,<br />
38 La confusión <strong>de</strong> dos letras contiguas no nos admira en un copista que unos versos arriba había<br />
transcrito «eiectus» por «eiectu m » ( 1 , 5) ; pero tal vez es más plausible que el error se remonte a<br />
su mo<strong>de</strong>lo y que, en cualquier caso, esté favorecido por la popular pronunciación <strong>de</strong> v- como f- ( cf.<br />
sólo D. Norberg, Manuel pratique <strong>de</strong> latin médiéval , París, 1968, p. 56; y CB , 2 : 1, p. 24*: nuestro<br />
copista h 2 escribe, por ejemplo, viscella en vez <strong>de</strong> fiscella ).<br />
39 A. Cameron, Claudian. Poetry and Propaganda at the Court of Honorius , Oxford, 1970, pp. 67 y<br />
423 (sobre Alano <strong>de</strong> Lila) .<br />
40 Cf. MSG , pp. 145-147.<br />
25
idolorum servitus,<br />
templo Sancti Spiritus<br />
non compaginatur. 41<br />
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
A esa luz advertimos mejor cuál es fundamentalmente el «legis oraculum» ( 4 , 10) que vuelve<br />
<strong>de</strong>l revés el alto clero: «Gratis accepistis, gratis date» (Mateo, X, 8) . 42 Cuando las «colinas»<br />
preceptúan «dari cuncta venum» , cuando <strong>de</strong>s<strong>de</strong>ñan las «Christi dotes» , están trastornando el<br />
mandato <strong>de</strong> Jesús... Un imitador <strong>de</strong> Gautier, entre muchos, reiteraba también la noción con palabras<br />
que vale la pena transcribir ahora:<br />
Heu! quamobrem non attendunt<br />
quod sic Christi bona vendunt,<br />
quae praecepit Deus dari<br />
gratis et non venumdari ? 43<br />
Y el propio maestro subrayó alguna vez la i<strong>de</strong>a en términos que nos remiten a la fuente <strong>de</strong> Versa<br />
est in luctum :<br />
Templum Dei violat ordo prelatorum<br />
per quos dona spiritus fiunt vile forum . 44<br />
Porque bueno será no olvidar que el «dari cuncta venum» nace <strong>de</strong>l «omnia illic venum<strong>de</strong>ntur»<br />
que el Opus imperfectum incluye en la glosa <strong>de</strong> la voz «forum» . Ni <strong>de</strong>s<strong>de</strong>ñemos la exhortación<br />
que en ella se lee: «Fuge ergo forum!» . Los vericuetos <strong>de</strong> la creación son inaprensibles; pero ese<br />
41 St. Omer , núm. 27, 4 , p. 46 .<br />
42 Cf. también I Corintios, IX, 18 : «Quae est ergo merces mea? Ut Evangelium praedicans, sine<br />
sumptu ponam Evangelium, ut non abutar potestate mea in Evangelio» ; y recuér<strong>de</strong>se el «legis oraculo<br />
non abuti » <strong>de</strong> nuestro poema ( 4 , 9-10) .<br />
43 Viri fratres, servi Dei , ed. É. du Méril, Poésies populaires latines du Moyen Âge , París, 1847, p.<br />
137 .<br />
44 MSG , núm. 9, 2 , 1 y 4, p. 105 (y cf. 6, 1 = núm. 13, 12 , 1, p. 125 : «Preben<strong>de</strong> nunc temporis<br />
ducuntur ad forum» ); compárese, e. gr. , Enrico da Settimello, Elegia , ed. G. Cremaschi, Bérgamo,<br />
1949, p. 74 (3, 201-203) : «Sacrum -cerne nefas nostroque pu<strong>de</strong>ntius evo- venditur in, turpi<br />
conditione, foro: crisma sacra» , etc.<br />
26
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
aviso ¿no pudo incitar a Gautier a retratarse equívocamente, en la primera estrofa, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una atalaya<br />
marginal, como un outsi<strong>de</strong>r quizá «extra gregem cleri» ?<br />
Así, Versa est in luctum se nos ofrece tejido <strong>de</strong> reminiscencias y sugestiones (seguras o probables)<br />
<strong>de</strong>l Pseudo-Crisóstomo, trasladadas a los registros satíricos más gratos a Gautier 45 (y aun a todo el<br />
período), al tiempo que exquisitamente reelaboradas. El leitmotiv <strong>de</strong> la «iustitia» , abstracto en<br />
la homilía, se resalta en el poema encarnándolo en los «iudices ecclesie» ; la mención genérica <strong>de</strong><br />
la compra y venta <strong>de</strong> «honores saeculi huius» <strong>de</strong>semboca en una segunda parte (singularizada por<br />
la modificación <strong>de</strong>l esquema estrófico) que se encrespa a propósito <strong>de</strong> las dignida<strong>de</strong>s eclesiásticas.<br />
En esa segunda parte, la imagen <strong>de</strong> la noche que avanza se acentúa con habilidad: los sacerdotes <strong>de</strong><br />
Cristo, <strong>de</strong>stinados a ser «lux mundi supra montem posita» ( cf. n. 23), espejos resplan<strong>de</strong>cientes en<br />
la obscuridad, 46 contribuyen en realidad a aumentar las tinieblas. Con tal imagen ha fundido Gautier<br />
la admonición <strong>de</strong>l Opus imperfectum , «cognoscere nos oportet prope esse finem mundi» : él<br />
conoce la proximidad <strong>de</strong>l <strong>de</strong>senlace y, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> fuera, acusa a quienes, ‘intra gregem cleri’ , viven<br />
en las sombras <strong>de</strong> la injusticia; uno y otros en vísperas <strong>de</strong> un fin, previsto y <strong>de</strong>seado o inesperado y<br />
temible, individual o universal.<br />
Pero no pretendo apurar las conexiones entre Gautier y el Pseudo-Crisóstomo, ni, por en<strong>de</strong>, analizar<br />
completamente Versa est in luctum . Me interesaba solo consignar la existencia <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo y apuntar<br />
que Gautier conjugó sapientísimamente los préstamos ajenos y las aportaciones propias. Pues si algo<br />
hay indiscutible es la cuidadosa articulación <strong>de</strong>l poema. Fácilmente se <strong>de</strong>scubre ésta en las simetrías<br />
estructurales o en el entramado <strong>de</strong> apoyaturas fonéticas, <strong>de</strong>l incipit ( «cythara Waltheri» ) al<br />
explicit ( «censuum censores» ). La última estrofa, por ejemplo, anuda los hilos mayores <strong>de</strong> la pieza<br />
45 Un buen compendio <strong>de</strong> los temas preferidos en las sátiras <strong>de</strong> Gautier se halla en la Alexandreis ,<br />
7, 306 ss. ; y vid. a<strong>de</strong>más, 4, 136-140 : «Regem me glorior esse, / non mercatorem. Fortunae venditor<br />
absit. / Nil venale michi est. Si red<strong>de</strong>ndos fore constat, / gratius hos gratis reddi donoque remitti /<br />
censeo quam censu» . Los excelentes libros <strong>de</strong> J. A. Yunck y H. Schüppert ( cf. n. 11) y las útiles<br />
notas <strong>de</strong> Strecker me eximen <strong>de</strong> dar aquí más información al respecto.<br />
46 La nota <strong>de</strong> Strecker a 4 , 8 es insatisfactoria. Compárese, mejor, Multum dolere possumus :<br />
«Debemus esse specula / et lux in monte posita, / plebique dare lumina / iustitiae fructiferae» ( ed.<br />
É. du Méril, Poésies inédites du Moyen Âge , París, 1854, p. 332) ; y, v. gr. , MSG , núm. 8, 4 ,<br />
p. 101 : «Ubi sunt ecclesiam in Christo regentes, / qui velint existere benefacientes, / exemplorum<br />
lumine tantum relucentes, / ut letentur pariter et exultent gentes» .<br />
27
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
con una finura que en vano buscaremos en las versiones habituales <strong>de</strong>l mecánico Summationsschema<br />
. 47 Por <strong>de</strong> pronto, Gautier retorna a la impostazione personal <strong>de</strong>l comienzo, abandonando la aparente<br />
‘objetividad’ didáctica ( «Libet intueri » , «Umbra cum vi<strong>de</strong>mus » , «Restat ut notes » ).<br />
Aparente, digo, porque el texto nunca se <strong>de</strong>ja enten<strong>de</strong>r si no se repara en el juego <strong>de</strong> equivalencias<br />
entre el autor y el tema. No obstante, ahora, en la conclusión, el matiz personal se acrecienta. Las<br />
correspon<strong>de</strong>ncias con la primera copla pue<strong>de</strong>n ser muy patentes ( «accelerat» , «in brevi» ; «finis<br />
orbi» , «finis huius evi» ) o más sutiles ( «morbus» , «moriar» ). Pero el tono gana siempre<br />
en emoción. Gautier ya no solo constata «in luctum» , sino se apasiona e implora ( «Veniat !»<br />
, «Moriar!» ), se constituye en protagonista mayormente implicado: si «accelerat» levantaba<br />
antes acta <strong>de</strong> un dato, «in brevi» mi<strong>de</strong> la impaciencia <strong>de</strong>l poeta; si Gautier conservaba la serenidad<br />
necesaria para «consi<strong>de</strong>rare» el penoso espectáculo <strong>de</strong>l mundo, ahora prefiere no ver las calamida<strong>de</strong>s<br />
que sin embargo quisiera inmediatas ( «ne vi<strong>de</strong>am !» ). En ese ámbito suenan los ecos <strong>de</strong> las otras<br />
áreas <strong>de</strong>l poema. El anuncio <strong>de</strong> la venganza divina contra príncipes y reyes «bisacuto gladio» ( 3 ,<br />
8-9) se equilibra con la mención <strong>de</strong> la «framea» <strong>de</strong>l Anticristo ( «gladius bis acutus, id est framea»<br />
), 48 mientras en el horizonte se augura la llegada <strong>de</strong> Jesús, evocado en tanto el Supremo Juez ( «Cum<br />
autem venerit Filius hominis » ). 49 Las referencias a la progresiva <strong>de</strong>gradación <strong>de</strong> la justicia, a<br />
los <strong>de</strong>pravados criterios <strong>de</strong> los jueces, confluyen en un verso particularmente <strong>de</strong>nso, 6 , 8 (don<strong>de</strong><br />
«iam» enlaza con «peior quam heri» y don<strong>de</strong> «non sani dogmatis» recapitula todo el proceso<br />
<strong>de</strong> «legis oraculo abuti» ), y en una ácida insistencia verbal ( «censuum censores» se beneficia<br />
claramente <strong>de</strong> la acepción <strong>de</strong> «censor» como ‘juez’). Y, para no <strong>de</strong>jar cabos sueltos, Gautier elige<br />
el signo apocalíptico que mejor concertaba con los elementos <strong>de</strong> la alegoría expuesta en el poema: <strong>de</strong><br />
tal manera, por presión <strong>de</strong> la imagen <strong>de</strong> los «montes» , el evangélico «abominatio stans in loco<br />
santo » (Mateo, XXIV, 15) 50 se muda en un «stant in monte crismatis» (y no ignoramos que en<br />
época tan <strong>de</strong>sastrosa «sanctum crisma datur venum» ).<br />
47 Cf. E. R. Curtius, o. c. , pp. 293-294 [= XV, 3].<br />
48 S. Agustín, Enarrationes in Psalmos , 7, 13 ( CC , 38, p. 45) . Si «bisacutus» es adjetivación casi<br />
exclusiva <strong>de</strong> ‘espada’, la «framea» se <strong>de</strong>scribía regularmente como «bisacuta» : cf. ThLL , s. v.<br />
49 Véase Mateo, XXV, 31 ss. Para «annus iubileus» , cf. A. Wilmart, «Poèmes <strong>de</strong> Gautier...» , p.<br />
153, n. 1.<br />
50 Que, por supuesto, también <strong>de</strong>ja huella en 5 , 6-7 : «fit hereditarium / Dei sanctuarium» .<br />
28
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
Repito que no es mi intención embarcarme en el examen minucioso que Versa est in luctum merece<br />
en sí mismo, en el conjunto <strong>de</strong> la obra <strong>de</strong> Gautier y en el marco <strong>de</strong> su tradición. Pero, pues empecé con<br />
un caveat respecto a la rutinaria interpretación biográfica <strong>de</strong>l poema, acabaré con otra apostilla en<br />
parejo sentido. La scholarship al uso tien<strong>de</strong> a explicar la génesis <strong>de</strong> nuestro texto como una proyección<br />
<strong>de</strong>l ego <strong>de</strong>l autor sobre el mundo: la amargura <strong>de</strong> la enfermedad y <strong>de</strong> la expulsión «extra gregem<br />
cleri» <strong>de</strong>terminaría una amarga visión <strong>de</strong> la sociedad y <strong>de</strong> la Iglesia institucional. El <strong>de</strong>scubrimiento<br />
<strong>de</strong> una fuente <strong>de</strong>cisiva, sin embargo, no corrobora tal impresión. Po<strong>de</strong>mos, si nos place, imaginar a un<br />
Gautier que agoniza por la lepra y a la vez repasa el Opus imperfectum in Matthaeum . 51 Aun así,<br />
queda en pie que el punto <strong>de</strong> partida para la concepción <strong>de</strong>l <strong>de</strong>solado paisaje <strong>de</strong> un mundo en tinieblas<br />
es una lectura común entre los doctos y no una experiencia particular, por mucha originalidad y arte<br />
que el poeta prodigara al insertar el motivo <strong>de</strong>l Pseudo-Crisóstomo en unas ambiguas coor<strong>de</strong>nadas<br />
personales y al traducirlo a clave contemporánea. La crítica literaria, la perspectiva histórica y la<br />
‘anticuada’ filología habrán <strong>de</strong> conciliarse para brindar, algún día, una explicación suficiente <strong>de</strong> Versa<br />
est in luctum . 52<br />
51 F. Novati, l. c. , pp. 287-288 , encariñado con la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rar Versa est in luctum como<br />
«l’ultima poesia di Gualtiero» , niega la atribución <strong>de</strong> Dum Galterus egrotaret [= MSG , núm. 18] a<br />
nuestro autor. Claro es que ni uno ni otro poema pue<strong>de</strong> situarse con mediana certeza en el itinerario <strong>de</strong><br />
Gautier (pese a A. Wilmart, «Poèmes <strong>de</strong> Gautier...» , pp. 153-154). ¿Qué pensaríamos <strong>de</strong> la epístola<br />
XIV <strong>de</strong> Pedro <strong>de</strong> Blois, escrita también «in amaritudine animae meae» (= Job, X, 1 ), si no contáramos<br />
con el contrapeso posterior <strong>de</strong> su carta CL: «in angustia corporis et mortis periculo constitutus scripsi<br />
vobis epistolam Eo enim tempore gravi aegritudine tactus et i<strong>de</strong>o gravi poenitentia ductus, non solum<br />
curiam, sed mundum et omnia quae mundi sunt immunda et damnabilia reputabam» , etc. ( PL ,<br />
CCV<strong>II</strong>, cols. 51, 440) ? Cf. P. Dronke, «Peter of Blois and Poetry at the Court of Henry <strong>II</strong>» , Mediaeval<br />
Studies , XXXV<strong>II</strong>I (1976) , pp. 194-195 (y 190, sobre Gautier: «there is no way of assigning his<br />
profanities to an earlier period, his spirituality to a later» ). Para fechar Versa est in luctum , las<br />
apariencias ‘autobiográficas’ me parecen incluso más débiles que los contactos <strong>de</strong> la pieza con Quis<br />
furor, o cives , y Dum contemplor animo ( MSG , núms. 15 y 16) en relación con el tema <strong>de</strong> los<br />
«Antichristi precessores» .<br />
52 El presente estudio apareció primero en inglés, en cortísima tirada y en edición no venal, como<br />
probatura tipográfica <strong>de</strong> las Publicaciones <strong>de</strong>l Seminario <strong>de</strong> literatura medieval y humanística <strong>de</strong> la<br />
Universidad Autónoma <strong>de</strong> Barcelona: On Source, Meaning and Form in Walter of Châtillon’s «Versa<br />
29
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
On Source, Meaning and Form in Walter of Châtillon’s «Versa est in luctum» , Seminario <strong>de</strong><br />
literatura medieval y humanística, Universidad Autónoma <strong>de</strong> Barcelona, Bellaterra (Barcelona), 1977,<br />
28 pp. , con <strong>de</strong>dicatoria «A Alberto Blecua»; versión española, corregida: «Un poema <strong>de</strong> Gautier<br />
<strong>de</strong> Châtillon: fuente, forma y sentido <strong>de</strong> Versa est in luctum », en Étu<strong>de</strong>s <strong>de</strong> Philologie Romane<br />
et d’Histoire Littérarie offertes à Jules Horrent , ed. J. M. d’Heur y N. Cherubini, Lieja, 1980, pp.<br />
365-378.<br />
No tengo noticia <strong>de</strong> estudios <strong>de</strong> Versa est in luctum posteriores al mío, ni aun sé que en fecha<br />
reciente se hayan publicado trabajos <strong>de</strong> alguna envergadura sobre la lírica <strong>de</strong> Gautier, por más que<br />
sin duda se trata <strong>de</strong> una <strong>de</strong> las cimas <strong>de</strong> la poesía latina <strong>de</strong> la Edad Media. Peter Dronke, que ya había<br />
dado por buenas mis conclusiones ( vid. arriba, n. 13), integrándolas en una brillante imagen <strong>de</strong><br />
conjunto <strong>de</strong> los «Profane Elements in Literature» , en Renaissance and Renewal in the Twelfth<br />
Century , ed. R. L. Benson y G. Constable, Cambridge, Mass. , 1982, pp. 569-592 (luego en su libro<br />
Sources of Inspiration. Studies in Literary Transformations, 400-1500 , Roma, 1997, pp. 293-321),<br />
acaba <strong>de</strong> <strong>de</strong>dicar a Gautier unas excelentes páginas (276-280) en el capítulo «Il secolo X<strong>II</strong>» <strong>de</strong><br />
Letteratura latina medievale (secoli VI-XV). Un manuale , ed. Claudio Leonardi, Sismel, Edizioni <strong>de</strong>l<br />
Galluzzo, Florencia, 2002, pp. 231-302. Una buena introducción a la obra <strong>de</strong> Gautier ofrece también F.<br />
Pejenaute Rubio, «Aproximación a la vida y a la obra <strong>de</strong> Gautier <strong>de</strong> Châtillon», Archivum , XXXIX-<br />
XL (1989-1990), pp. 395-420, y en el prólogo a una utilísima traducción anotada <strong>de</strong> la Alexandreis<br />
: Alejandreida , Madrid, 1998.<br />
B. K. Vollmann, Carmina Burana . Texte und Übersetzungen... , Frankfurt a. M. , 1987, pp.<br />
440-447 y 1110-1111 , menciona mi «eindringen<strong>de</strong> Interpretation <strong>de</strong>s Gedichts» , pero no la utiliza<br />
ni para la anotación ni para la restauración <strong>de</strong>l texto, y en 5 , 2 lee «dari iunctis fenum» ‘dar<br />
heno a los allegados’, que es obviamente un rebuscado intento <strong>de</strong> oponer una solución original a<br />
una enmienda que Sebastiano Timpanaro, en carta personal (15 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1977), juzgaba no ya<br />
«perfettamente convincente» , sino «sicura» . En el mismo sentido se expresó Michele Feo al<br />
reseñar generosamente la primera versión <strong>de</strong> mi ensayo, añadiéndole perspicaces comentarios, en los<br />
Annali <strong>de</strong>lla Scuola Normale Superiore di Pisa, Classe di Lett. e Filos. , serie <strong>II</strong>I, vol. IX:4 (1979),<br />
est in luctum» , Bellaterra, Barcelona, 1977, 28 pp. Al dar ahora el original castellano, he rehecho o<br />
revisado una media docena <strong>de</strong> notas, al par que introducido un par <strong>de</strong> cambios menudos. Por diversos<br />
motivos quiero <strong>de</strong>cir mi gratitud a A. K. Bate, P. Dronke, M. Feo, E. L. Rivers y S. Timpanaro.<br />
30
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
pp. 1823-1825; y otro tanto hace Enrique Montero Cartelle, ed. , Carmina Burana . Los poemas <strong>de</strong><br />
amor , Madrid, 2001, pp. 236-238.<br />
A la n. 26 . El sermón castellano con un eco <strong>de</strong>l mismo pasaje <strong>de</strong>l Pseudo-Crisóstomo empleado<br />
por Gautier ha sido ejemplarmente editado por Pedro M. Cátedra, Los sermones atribuidos a Pedro<br />
Marín , Salamanca, 1990, pp. 85-105.<br />
31
- <strong>II</strong> -<br />
Entre el códice y el libro<br />
Notas sobre los paradigmas misceláneos y la literatura <strong>de</strong>l siglo XIV<br />
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
32
I<br />
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
La pluralidad <strong>de</strong> los contextos y la materialidad <strong>de</strong> los soportes <strong>de</strong>terminan la sustancia <strong>de</strong> la obra<br />
medieval en una proporción que apenas tiene nada que ver con nuestra experiencia actual. Estamos<br />
acostumbrados a enfrentarnos con la literatura contemporánea en formatos y hechuras cambiantes,<br />
<strong>de</strong> la tirada para bibliófilos a la edición <strong>de</strong> bolsillo, sin que se nos pase por la cabeza que no nos las<br />
hayamos siempre con el mismo libro. Necesitamos, pues, hacer un cierto esfuerzo <strong>de</strong> acomodación<br />
mental para asimilar que una obra llegara en la Edad Media a estar tan vinculada al vehículo y a<br />
las circunstancias que la transmiten, que en rigor no pudiera ser consi<strong>de</strong>rada tal obra sino en una<br />
<strong>de</strong>terminada presentación, y aun quizá, al igual que un cuadro o una escultura, en una plasmación<br />
única. (¿Reconocería Alfonso X como suyas unas Cantigas <strong>de</strong> Santa María en que palabras, música<br />
e imagen no constituyeran la unidad indivisible que son en el escurialense, o hasta qué punto asumiría<br />
don Juan Manuel la paternidad <strong>de</strong> un Con<strong>de</strong> Lucanor sin las «estorias» dispuestas a imitación <strong>de</strong><br />
las Cantigas ?). No menor necesitamos hacerlo, con perspectiva contraria y complementaria, para<br />
aceptar que en otros casos, pero por idénticas razones, no sólo cada ejecución, sino también cada copia<br />
alcanzaba un estatuto superior al <strong>de</strong> mera reproducción y se constituía en texto con entidad propia.<br />
Las versiones orales y las performances más complejas no nos son asequibles, por <strong>de</strong>finición, pero<br />
nada más hace<strong>de</strong>ro que comprobar la versatilidad <strong>de</strong> las copias. Nada tampoco más comprensible:<br />
cada copia no podía sino reflejar el impulso que le había dado origen, porque una obra en vulgar no<br />
se trasladaba si no era en respuesta al encargo <strong>de</strong> un aficionado o, más comúnmente, al gusto <strong>de</strong>l<br />
mismo transcriptor, a quien, por el mero hecho <strong>de</strong> serlo, hemos <strong>de</strong> suponer singularmente interesado<br />
por la obra en cuestión, en condiciones en extremo similares a las <strong>de</strong>l autor y, por en<strong>de</strong>, con suma<br />
libertad para agrandarle, achicarle y enmendarle la plana. Ese principio, que dota a cada copia <strong>de</strong> una<br />
significativa individualidad, a menudo rige también, claro está, para el manuscrito que contiene las<br />
<strong>de</strong> varios textos: el códice adquiere una apariencia tan suya, tan peculiar, que difumina las fronteras<br />
entre las diversas obras que reúne y se impone a sí mismo como una unidad y un mo<strong>de</strong>lo.<br />
Es dato bien conocido que una buena parte <strong>de</strong> la literatura medieval se ha conservado en manuscritos<br />
misceláneos. (Es <strong>de</strong>cir, fundamentalmente, manuscritos que agavillan obras distintas y en general <strong>de</strong><br />
dispar autoría, pero copiados por un mismo amanuense, en una misma oficina, por comisión <strong>de</strong> un<br />
mismo patrono... Para ahorrarnos distingos, pue<strong>de</strong>n quedar aparte ahora los facticios y los formados<br />
por aluvión, a través <strong>de</strong> aportaciones in<strong>de</strong>pendientes y separadas en el tiempo). En nuestro quehacer,<br />
nos tropezamos con ellos tan <strong>de</strong> continuo, que tal vez no caemos en la cuenta <strong>de</strong> que en la Antigüedad<br />
33
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
no circulaba sino «il libro unitario, costituito cioè da una sola opera (o da un solo libro) di un<br />
unico autore, ovvero (soprattutto dall’avvento <strong>de</strong>lla forma-codice in avanti) da più opere di uno stesso<br />
autore riunite in un corpus organico» . 53 Los misceláneos nacen tardía y humil<strong>de</strong>mente,<br />
por conveniencias y limitaciones prácticas; avanzan en la Italia goda manteniendo una «organicità<br />
assoluta <strong>de</strong>i testi contenuti» , y solo se consolidan a costa <strong>de</strong> per<strong>de</strong>rla, sea o no sea por culpa <strong>de</strong><br />
los peregrini Scotti : «il libro miscellaneo disorganico -concluye Armando Petrucci- finirà per<br />
costituire una <strong>de</strong>lle maggiori novità <strong>de</strong>lla produzione libraria <strong>de</strong>l secolo V<strong>II</strong>I» .<br />
Des<strong>de</strong> entonces, con mayor o menor intensidad, según las épocas y los ambientes, el manuscrito<br />
misceláneo fue el pan nuestro <strong>de</strong> cada día en la vida medieval. Pero las bibliotecas eran habitualmente<br />
paupérrimas, y los códices se leían y releían una y otra vez; la proce<strong>de</strong>ncia y la i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong> las<br />
obras que los componían no siempre estaban claras, y la individualidad ínsita a toda copia, según he<br />
apuntado, frecuentemente les prestaba rasgos comunes, comenzando por la grafía, la mise en page ,<br />
la capitulación..., y prosiguiendo con Dios sabe cuántos factores <strong>de</strong>l contenido. Era inevitable que un<br />
manuscrito misceláneo, orgánico o no orgánico, llegara a ofrecérseles a algunos con la personalidad<br />
enteriza que mo<strong>de</strong>rnamente nos parece característica <strong>de</strong>l ‘libro’ y se les propusiera, por tanto, como<br />
<strong>de</strong>chado que remedar, no ya en otro códice mixto, sino en un libro intencionalmente uno e indiviso,<br />
pero con una construcción sui generis . Los mismos <strong>de</strong>signios que alimentaron la producción <strong>de</strong><br />
misceláneos sin duda están en la raíz <strong>de</strong> no pocas obras que concilian la unidad en ciertos puntos con<br />
una innegable variedad en otros terrenos.<br />
53 Cito y resumo en seguida a A. Petrucci, «Dal libro unitario al libro miscellaneo» , en A. Giardina,<br />
ed. , Società romana e imperio tardoantico. Tradizione <strong>de</strong>i classici, trasformazione <strong>de</strong>lla cultura , IV,<br />
Bari, 1986, pp. 271-274 .<br />
34
<strong>II</strong><br />
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
Las letras romances documentan el fenómeno tenaz y expresivamente, pero las direcciones que<br />
tien<strong>de</strong>n a prevalecer en el hispanismo suelen pasarlo por alto o, cuando lo vislumbran, <strong>de</strong>scartarlo: el<br />
hincapié en la ‘crítica literaria’, en <strong>de</strong>trimento o con <strong>de</strong>sconocimiento <strong>de</strong> la historia, lleva a abultar los<br />
aspectos que más fácilmente se sienten hoy como valores artísticos o se <strong>de</strong>jan registrar con enfoques<br />
pensados como intemporales (estructuras, funciones, mo<strong>de</strong>s , imágenes...), sin interrogarse sobre<br />
cómo se percibían en otras eda<strong>de</strong>s. Las modas <strong>de</strong>l día hacen el resto. Así, cuando en un libro medieval<br />
convivan la unidad y la variedad a que acabo <strong>de</strong> aludir, el crítico, fatalmente, se inclinará siempre por<br />
realzar la primera y afirmará, con la Real Aca<strong>de</strong>mia Española, «que solo hay un asunto o pensamiento<br />
principal, generador y lazo <strong>de</strong> unión <strong>de</strong> todo lo que en la obra ocurre, se dice o representa» .<br />
Últimamente ha sonado a anatema el juicio <strong>de</strong> Menén<strong>de</strong>z Pelayo sobre El caballero Zifar : «la<br />
composición <strong>de</strong> esta novela es extrañísima, y son tantos y tan heterogéneos los materiales que en ella<br />
entraron, no fundidos, sino yuxtapuestos, que pue<strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rarse como un spécimen <strong>de</strong> todos los<br />
géneros <strong>de</strong> ficción y aun <strong>de</strong> literatura doctrinal que hasta entonces se habían ensayado en Europa» .<br />
54 Des<strong>de</strong> luego, el dictamen <strong>de</strong>be matizarse a más <strong>de</strong> un propósito, pero cuando menos habrá que<br />
conce<strong>de</strong>r que las apreciaciones antiguas <strong>de</strong> la obra casan mejor con la opinión <strong>de</strong> don Marcelino que<br />
con la copiosa bibliografía reciente sobre la perfecta consonancia entre el todo y las partes <strong>de</strong>l Zifar<br />
. 55<br />
Si algo subraya el preámbulo, en efecto, es que en la novela «ay muy buenos enxiemplos para se<br />
saber guardar ome <strong>de</strong> yerro , e ay otras razones muchas <strong>de</strong> solaz en que pue<strong>de</strong> ome tomar plazer» .<br />
La glosa inmediata lo corrobora en términos tan rudimentarios y trillados como inequívocos: «Ca<br />
todo ome que trabajo quiere tomar para fazer alguna buena obra <strong>de</strong>ve en ella entreponer a las vegadas<br />
algunas cosas <strong>de</strong> plazer e <strong>de</strong> solaz , ca muy fuerte cosa es <strong>de</strong> sofrir el cuydado continuado, sy a las<br />
54 Orígenes <strong>de</strong> la novela , I, Madrid, 1905, p. CLXXXV<strong>II</strong> .<br />
55 El mejor balance <strong>de</strong> la crítica sobre el Zifar es la pon<strong>de</strong>rada contribución <strong>de</strong> J. M. Cacho Blecua,<br />
«Los problemas <strong>de</strong>l Zifar », en El caballero Zifar. Códice <strong>de</strong> París. Estudios... , ed. R. Ramos (anejo al<br />
facsímil <strong>de</strong>l manuscrito), Barcelona, 1996, pp. 55-94. Las dos primeras secciones <strong>de</strong>l presente ensayo,<br />
precedidas <strong>de</strong> unas páginas generales sobre la transmisión <strong>de</strong> la literatura medieval, sin el subtítulo y<br />
con otras variaciones menores, han aparecido también en el mismo volumen.<br />
35
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
vezes non se diese el ome a plazer o algunt solaz » ( ms. <strong>de</strong> París, fols. 2v-3) 56 . Desgarbadamente,<br />
no pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse más claro, sin embargo, que los «buenos enxiemplos» y las «razones <strong>de</strong> solaz» , lo<br />
utile y lo dulce , por mucho que a la postre se ayu<strong>de</strong>n entre sí «para fazer buena obra» , pertenecen<br />
a dos ór<strong>de</strong>nes <strong>de</strong> cosas manifiestamente distintos. Justo por el mismo camino va el prologuillo <strong>de</strong> la<br />
princeps sevillana. Para disculpar la ranciedad <strong>de</strong>l Zifar , no pone <strong>de</strong> relieve sino la multiplicidad<br />
<strong>de</strong> bocados que promete: «porque unos gozan <strong>de</strong> la materia <strong>de</strong> la obra, otros <strong>de</strong> los enxemplos que en<br />
las tales obras se enxeren, e donayres, otros <strong>de</strong>l subido estilo <strong>de</strong> que es compuesta » .<br />
No son análisis <strong>de</strong> gran hondura, admitámoslo, pero la cercanía al original les confiere una autoridad<br />
indiscutible. A hombres que discurrían así (y escuchaban el libro a trozos y a ratos sueltos) 57 nada<br />
les dirían los sutiles paralelismos y las insistencias minúsculas en que más <strong>de</strong> un crítico cifra hogaño la<br />
coherencia estructural <strong>de</strong>l Zifar . Apegados al viejo «Interpone gaudia » , al campechano «Delectat<br />
varietas» , ellos marcaban el acento en la diversidad <strong>de</strong> elementos, y a la diversidad fiaban el principal<br />
aliciente <strong>de</strong> la lectura. Como fuere, por cuanto aquí me atañe, la heterogeneidad <strong>de</strong> la novela es un<br />
hecho tangible, casi físico, y en ese rasgo estriba precisamente su más segura originalidad.<br />
Es forzoso recordar, siquiera sea con la máxima brevedad, que la columna vertebral <strong>de</strong> la obra,<br />
el relato <strong>de</strong> las aventuras <strong>de</strong> Zifar y, luego, <strong>de</strong> Roboán, se sitúa en la familiarísima línea que<br />
nace <strong>de</strong>l roman francés y <strong>de</strong>semboca en el libro <strong>de</strong> caballerías castellano mo<strong>de</strong>lado sobre el<br />
Amadís <strong>de</strong> Montalvo. A lo largo <strong>de</strong> ese eje, empero, la primera parte, «la vida y adversida<strong>de</strong>s y<br />
prosperida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>ste cavallero Cifar» (por aprovechar la división y titulación <strong>de</strong> un sensato paniaguado<br />
<strong>de</strong> Cromberger), sigue fundamentalmente «una <strong>de</strong> las leyendas piadosas más populares en la Edad<br />
Media, la <strong>de</strong> San Eustaquio o Plácido , convirtiendo al Santo en caballero andante» , con «carácter<br />
56 Compárese A. D. Deyermond, y R. M. Walker, «A Further Vernacular Source for the Libro <strong>de</strong><br />
buen amor » , Bulletin of Hispanic Studies , XLVI (1969), pp. 193-200. Si cupiera establecer una<br />
relación cierta a propósito <strong>de</strong>l verso <strong>de</strong> Catón, sería el Zifar quien <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ría <strong>de</strong> Juan Ruiz, que cuando<br />
menos en otro <strong>de</strong> los pasajes suyos que se han querido vincular con la novela (Deyermond y Walker,<br />
p. 195) aparece resueltamente más apegado a la fuente latina (por el momento, cf. P. Cherchi, «Il<br />
prologo di Juan Ruiz e il Decretum Gratiani » , Medioevo romanzo , XV<strong>II</strong>I [1993], pp. 256-260).<br />
Menciono el dato a cuenta <strong>de</strong> la fecha <strong>de</strong>l Zifar conservado.<br />
57 Los hermosos libros <strong>de</strong> Paul Zumthor no excusan la consulta <strong>de</strong>l clásico ensayo <strong>de</strong> H. Chaytor,<br />
From Script to Print. An Introduction to Medieval Literature , Cambridge, 1945, aunque sólo sea en<br />
los fragmentos traducidos en Historia y crítica <strong>de</strong> la literatura española , I, Barcelona, 1980, pp. 37-41.<br />
36
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
marcadísimo <strong>de</strong> novela bizantina» , por cuanto los inci<strong>de</strong>ntes primordiales «se reducen a viajes,<br />
naufragios, piraterías, pérdidas <strong>de</strong> niños y reconocimiento <strong>de</strong> padres, hijos y esposos» , mientras las<br />
empresas atribuidas a Zifar «no traspasan cierto límite que relativamente pue<strong>de</strong> llamarse razonable»<br />
y «las <strong>de</strong>scripciones <strong>de</strong> batallas son muy pálidas» . 58 Con «las cavallerías y prosperida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l infante<br />
Roboán, su hijo» , recortadas como tercera parte <strong>de</strong> la edición sevillana, «penetramos en un mundo<br />
enteramente distinto, en el mundo encantado, fantástico y lleno <strong>de</strong> prestigios en que se mueven los<br />
héroes <strong>de</strong>l ciclo bretón» , con el brillante colorido «<strong>de</strong> los cuentos <strong>de</strong> la Tabla Redonda» , más<br />
notorias «reminiscencias <strong>de</strong> los poemas <strong>de</strong> la materia <strong>de</strong> Bretaña» y una <strong>de</strong>nsidad cortés y sentimental<br />
conspicuamente mayor. El segmento intermedio, segunda parte <strong>de</strong> la princeps , «en que la narración<br />
se interrumpe por completo, está <strong>de</strong>dicado a los castigos y documentos morales que el rey <strong>de</strong><br />
Mentón daba a sus hijos» y básicamente proce<strong>de</strong> a la letra <strong>de</strong> las Flores <strong>de</strong> filosofía , que, salpicadas<br />
<strong>de</strong> ejemplos y reforzadas con otros soportes doctrinales, se llevan cincuenta folios largos <strong>de</strong> los<br />
doscientos cortos (y sin miniaturas) <strong>de</strong>l manuscrito madrileño.<br />
Un repaso con otras miras recalcaría también otros puntos, añadiría abundantes <strong>de</strong>talles e<br />
introduciría infinitas gradaciones. Es santo y bueno <strong>de</strong>batir, verbigracia, si ese medio centenar <strong>de</strong><br />
folios, y en general las «fablillas» y los «castigos» <strong>de</strong>l resto <strong>de</strong>l libro, mantienen con los percances<br />
y las empresas <strong>de</strong> Zifar y sus chicos el firme «lazo <strong>de</strong> unión» que postula the aca<strong>de</strong>my y exige la<br />
Real Aca<strong>de</strong>mia. Pienso, personalmente, que no, que las concordancias temáticas y semánticas que<br />
sin duda pue<strong>de</strong>n establecerse entre ambas series <strong>de</strong> ingredientes obe<strong>de</strong>cen a la perspectiva <strong>de</strong> una<br />
‘crítica literaria’ puramente abstracta, y no se correspon<strong>de</strong>n con la experiencia real <strong>de</strong> la escritura<br />
ni <strong>de</strong> la lectura: el autor (o los autores) y su público darían por <strong>de</strong>scontado que «enxiemplos» y<br />
«solaz» (abrevio <strong>de</strong> nuevo la obviedad) convergían en un último sentido, pero no percibirían la<br />
convergencia como operante, eficaz, ni le otorgarían ningún valor o atractivo especial. 59 Por otro<br />
58 Extracto entre comillas la inmejorable exposición que Menén<strong>de</strong>z Pelayo ( Orígenes <strong>de</strong> la novela ,<br />
I, pp. CLXXXVI-CXCIX) hace <strong>de</strong> las conclusiones <strong>de</strong> C. P. Wagner ( «The Sources of El caballero<br />
Cifar » , Revue Hispanique , X [1903], pp. 5-104) sobre las fuentes <strong>de</strong>l Zifar , ateniéndome siempre<br />
a extremos en lo esencial confirmados por las investigaciones posteriores, para las cuales remito a la<br />
rica información <strong>de</strong> J. M. Cacho Blecua, «Los problemas <strong>de</strong>l Zifar ».<br />
59 Por dar otra muestra más sintética (o menos menesterosa <strong>de</strong> discusión), diré que puramente<br />
abstracta se me antoja igualmente la exégesis que censura la afirmación <strong>de</strong> Menén<strong>de</strong>z Pelayo <strong>de</strong> que<br />
«with the Castigos “la narración se interrumpe por completo” » , arguyendo que «with his sons on<br />
37
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
lado, entiendo asimismo que la yuxtaposición <strong>de</strong> esas dos series en una medida sin parangón en obras<br />
<strong>de</strong> similar esqueleto narrativo implica una enjundiosa voluntad <strong>de</strong> innovación <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la tradición<br />
caballeresca y explica notablemente tanto la conservación <strong>de</strong>l Zifar manuscrito, frente al naufragio<br />
en que se fueron a pique el Amadís primitivo y sus cofra<strong>de</strong>s, como la exigua fortuna, ahora contra<br />
el Amadís <strong>de</strong> 1500, que le fue <strong>de</strong>parada al impreso.<br />
Con todo, son ésos problemas que en este momento sólo me conciernen <strong>de</strong> refilón. Si hablaba<br />
yo <strong>de</strong> una heterogeneidad palpable <strong>de</strong>l Zifar , no era para proponer ninguna interpretación crítica,<br />
sino una hipótesis histórica. A mi juicio, resulta evi<strong>de</strong>nte que el escritor, los combine como los<br />
combine, mejor o peor avenidos, está manejando materiales sustancialmente diversos, cada uno con<br />
una prehistoria propia y una fisonomía peculiar, y disponiéndolos uno tras otro en gran<strong>de</strong>s bloques,<br />
cuyos componentes, en general, exhiben tanta analogía entre sí cuanto contraste frente a los que<br />
integran los otros núcleos. Naturalmente, no faltan «castigos» en las porciones más narrativas, ecos<br />
bretones en las hazañas <strong>de</strong> Zifar, mesura en las <strong>de</strong> Roboán, ni «fablillas» en todas; pero cada estadio<br />
discrepa tan abiertamente <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más en trasfondo y carácter, que se compren<strong>de</strong> que haya podido<br />
hablarse <strong>de</strong> una obra «pluritextual» 60 y pensarse que en la forma conocida es producto <strong>de</strong> una<br />
refundición. 61 En cualquier caso, no se trata <strong>de</strong> un ir abrevándose ocasionalmente en las fuentes al<br />
the threshold of adult responsabilities, the time has come for Zifar to pass on his great experience as a<br />
knight, a king and a man» , o que «the author prepares us for this long excursion into didacticism» con<br />
«his insistence right from the start of the romance on Zifar’s skill as a teacher and adviser» ( R. M.<br />
Walker, Tradition and Technique in «El libro <strong>de</strong>l cavallero Zifar» , Londres, 1974, pp. 116-118) . Una<br />
justificación <strong>de</strong> esa índole, según una lógica meramente externa, no cancela la profunda diferencia<br />
entre los «castigos» y el resto <strong>de</strong> la novela: el Zifar no es el Guzmán <strong>de</strong> Alfarache (y sospecho que<br />
mi apreciado amigo el profesor Walker no sostendría ya la opinión <strong>de</strong> dos <strong>de</strong>cenios atrás).<br />
60 F. Gómez Redondo, La prosa y el teatro en la Edad Media (en colaboración con C. Alvar y Á.<br />
Gómez Moreno), Madrid, 1991, p. 164 .<br />
61 Creo que fue don Pedro Bohigas el primero en proponerlo, notando que en la historia <strong>de</strong><br />
Roboán «disminuyen los aleccionamientos y ejemplos didáctico-morales y se muestra, en cambio,<br />
mayor preocupación por la cortesía y la buena presentación <strong>de</strong>l protagonista El contraste entre<br />
[ciertas] expansiones sentimentales y la narración enjuta <strong>de</strong> la primera y la segunda partes [según la<br />
fragmentación <strong>de</strong> Wagner] es gran<strong>de</strong>, y no nos sorpren<strong>de</strong>ría que en estos y en algún otro pasaje se<br />
sintiera el retoque posterior <strong>de</strong> un refundidor, más aficionado a lo maravilloso y a lo sentimental que<br />
38
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
alcance, sino <strong>de</strong> una composición <strong>de</strong>liberada por mo<strong>de</strong>los y modos literarios sucesivos y distintos<br />
temática y formalmente. Los tres gran<strong>de</strong>s <strong>de</strong>chados, «el hagiográfico caballeresco, el artúrico y el<br />
<strong>de</strong> los regimientos <strong>de</strong> príncipes» , 62 no habían corrido Europa sin aliarse, pero nunca, por cuanto<br />
recuerdo, a la escala y con la rotundidad <strong>de</strong>l Zifar .<br />
Pues bien, he aducido nuestra novela como posible respaldo <strong>de</strong> una hipótesis in<strong>de</strong>mostrable:<br />
los códices misceláneos, formados por premeditada agregación <strong>de</strong> títulos más o menos afines pero<br />
in<strong>de</strong>pendientes, están en el origen <strong>de</strong> buen número <strong>de</strong> libros <strong>de</strong> sentido en <strong>de</strong>finitiva unitario que<br />
coinci<strong>de</strong>n en no seguir los procedimientos compositivos corrientes en la Antigüedad, en la Edad<br />
Media o en ambas, pero cuya variedad a otros respectos tampoco condice con la tradición clásica<br />
ni con las maneras <strong>de</strong> taracea usuales <strong>de</strong>spués. La frecuencia con que en la época se elaboraron<br />
misceláneos para disponer con la máxima economía <strong>de</strong> medios <strong>de</strong> una biblioteca <strong>de</strong> consulta esencial<br />
sobre <strong>de</strong>terminados asuntos, primó a veces el ‘códice’ sobre el ‘libro’ como unidad significativa. La<br />
personalidad que cobraban los manuscritos en razón <strong>de</strong> su escasez y <strong>de</strong> su irremediable singularidad,<br />
en tanto los libros a menudo se <strong>de</strong>sdibujaban en su marco, revueltos unos con otros, anónimos y<br />
anepigráficos, a pedazos, tuvo que potenciar a ojos <strong>de</strong> muchos la entidad <strong>de</strong>l contenedor en perjuicio<br />
<strong>de</strong> los contenidos. De ahí, con variable intervención <strong>de</strong> otros acicates (la propia Biblia pudo ser<br />
uno, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que las ór<strong>de</strong>nes mendicantes la popularizaron en un solo volumen), ciertos libros por su<br />
misma naturaleza cortados <strong>de</strong> acuerdo con diferentes patrones, pero marcados todos por la excepcional<br />
diversidad formal o <strong>de</strong> otra índole <strong>de</strong> sus elementos constitutivos; ciertos libros don<strong>de</strong> los vínculos<br />
comunes no encubren la anómala autonomía <strong>de</strong> los ingredientes, como si estuvieran fabricados antes<br />
por agregación que por aglutinación, y que por eso mismo se nos sugieren como i<strong>de</strong>ados según el<br />
arquetipo inconsciente <strong>de</strong>l códice misceláneo, planeados según los mismos principios que informaban<br />
los códices misceláneos.<br />
quien concibió la obra» («Orígenes <strong>de</strong> los libros <strong>de</strong> caballerías», en Historia general <strong>de</strong> las literaturas<br />
hispánicas , ed. G. Díaz-Plaja, I, Barcelona, 1949, p. 533) . Germán Orduna , ante la dificultad<br />
<strong>de</strong> reconciliar las pistas cronológicas que se hallan en el preámbulo, <strong>de</strong>fien<strong>de</strong> la existencia <strong>de</strong> un<br />
refundidor a quien se <strong>de</strong>ben «todas las correspon<strong>de</strong>ncias textuales que han servido a los críticos para<br />
afirmar la unidad <strong>de</strong> la obra en su extensión y contenido actuales» («Las redacciones <strong>de</strong>l Libro <strong>de</strong>l<br />
cauallero Zifar », en Studia in honorem prof. M. <strong>de</strong> Riquer , IV, Barcelona, 1991, p. 291) . Veo con<br />
simpatía esas propuestas, que, <strong>de</strong> confirmarse, llevarían agua a mi molino.<br />
62 Según el cómodo resumen <strong>de</strong> J. M. Cacho Blecua, «Los problemas <strong>de</strong>l Zifar », p. 69 a .<br />
39
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
La hipótesis me parece in<strong>de</strong>mostrable, repito. Basada en la convicción <strong>de</strong> que los procesos<br />
materiales e intelectuales que afectan a realida<strong>de</strong>s vecinas se comunican fácilmente <strong>de</strong> unas a otras,<br />
apunta a cosa tan inaprensible como una forma mentis <strong>de</strong> antes <strong>de</strong>l repelón. Échale un galgo. Pero que<br />
no pueda probarse no quiere <strong>de</strong>cir que sea improbable o que no se <strong>de</strong>je afianzar con datos que le <strong>de</strong>n<br />
mayor verosimilitud. Los alre<strong>de</strong>dores <strong>de</strong>l Caballero Zifar nos brindan uno notablemente persuasivo,<br />
y a<strong>de</strong>más con excelentes cualida<strong>de</strong>s para servir <strong>de</strong> guía en otras indagaciones.<br />
Des<strong>de</strong> los días <strong>de</strong> H. Knust y J. Amador <strong>de</strong> los Ríos, se tiene noticia suficiente <strong>de</strong>l códice h-I-13 <strong>de</strong><br />
la biblioteca <strong>de</strong> San Lorenzo <strong>de</strong> El Escorial, copiado cuando mediaba el siglo XIV. Bajo el rótulo <strong>de</strong><br />
Flos Sanctorum , se congregan ahí sendas vidas <strong>de</strong> María Magdalena, Marta, la Egipcíaca y Catalina,<br />
la historia De un cavallero Plácidas que fue <strong>de</strong>spués cristiano e ovo nonbre Eustacio , La estoria<br />
<strong>de</strong>l rey Guillelme , El cuento muy fermoso <strong>de</strong>l enperador Otas <strong>de</strong> Roma e <strong>de</strong> la infanta Florencia su<br />
fija e <strong>de</strong>l buen cavallero Esmere , Un muy fermoso cuento <strong>de</strong> una santa enperatrís que ovo en Roma<br />
e <strong>de</strong> su castidad y, en fin, Un noble cuento <strong>de</strong>l enperador Carlos Maynes e <strong>de</strong> la buena enperatrís<br />
Sevilla su mugier . El Cuento <strong>de</strong> una santa enperatrís se dice originariamente «<strong>de</strong> latín trasladado<br />
en francés e <strong>de</strong> francés en gallego» ( fol. 99 d ) ; y si no están en el mismo caso, los <strong>de</strong>más relatos<br />
explotan con certeza difundidísimas fuentes francesas y rezuman leonesismos o, como sea, un fuerte<br />
sustrato occi<strong>de</strong>ntal. 63<br />
Una <strong>de</strong>scripción estrictamente argumental (y tan objetiva a nuestro propósito, que ni siquiera<br />
menciona el Zifar ) 64 señala en primer término «a remarkable structural similarity among all these<br />
works. They are stories of characters who fall from a position of happines (or at least non-suffering)<br />
to one of trial and tribulation caused by the separation of the character from his or her family The<br />
separation of the main character from his familiar environment leads to a journey which forms the<br />
core of each story» . Por otra parte, «two thematic groupings are obvious. Plácidas / Eustacio<br />
and Rey Guillelme are both tales related to the theme of “The Man Tried by Fate” and examples<br />
63 Un <strong>de</strong>tallado Análisis lingüístico <strong>de</strong> «Otas <strong>de</strong> Roma» trae H. J. Baird, Jr. (Madrid, 1976). Vid.<br />
también R. M. Walker, ed. , El cavallero Pláçidas , Exeter, 1982, pp. XI-XV, y más abajo, mi n. 79.<br />
64 J. R. Maier y T. D. Spaccarelli, « Ms. Escurialense h-I-13: Approaches to a Medieval<br />
Anthology» , La Corónica , X (1982-1983), pp. 18-34 , don<strong>de</strong> se hallará reseña <strong>de</strong> la anterior<br />
bibliografía sobre el manuscrito. Los fragmentos <strong>de</strong>l presente ensayo publicados en El caballero<br />
Zifar... (arriba, n. 55) incluyen algunas reproducciones fotográficas.<br />
40
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
of the wi<strong>de</strong>ly disseminated legend of Saint Eustace. Otas <strong>de</strong> Roma , Una santa enperatrís , and<br />
Carlos Maynes are variants of the “Calumniated Wife” tale type, which also enjoyed popularity in<br />
many different versions during the Middle Ages» .<br />
Cotejemos ese sumario <strong>de</strong>l escurialense con uno <strong>de</strong> «la vida y adversida<strong>de</strong>s y prosperida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>ste<br />
caballero Cifar» que la edición <strong>de</strong> Cromberger <strong>de</strong>slinda justamente como «Primera parte» <strong>de</strong> la novela:<br />
«En todos los puntos capitales (peregrinación <strong>de</strong> un caballero con su mujer e hijos, pérdida y encuentro<br />
<strong>de</strong> la una y <strong>de</strong> los otros, aventuras paralelas <strong>de</strong>l marido y <strong>de</strong> la mujer) conviene el Cifar con la<br />
leyenda <strong>de</strong> San Eustaquio , pero la milagrosa intervención <strong>de</strong> la Virgen para libertar a Grima <strong>de</strong> los<br />
marineros parece imitada <strong>de</strong> la Historia <strong>de</strong> una Santa Emperatriz que ovo en Roma » (Menén<strong>de</strong>z<br />
Pelayo) , «<strong>de</strong>l mismo modo que algunos <strong>de</strong>talles guardan semejanza con otros <strong>de</strong>l Otas y <strong>de</strong>l Carlos<br />
Maynes » ( J. M. Cacho Blecua) .<br />
A buen conocedor... Incluso unos extractos por ese estilo hacen saltar a los ojos las semejanzas<br />
entre el códice y el libro, pero la similitud crece cuando se aña<strong>de</strong>, con igual laconismo, que el Zifar<br />
incrementa el papel <strong>de</strong> la dama maltratada más allá <strong>de</strong>l que habitualmente tiene en la leyenda <strong>de</strong><br />
Eustaquio, pero en armonía con los tres últimos cuentos <strong>de</strong>l manuscrito, y que las coinci<strong>de</strong>ncias<br />
no se dan sólo con la «Primera parte» <strong>de</strong> la novela, sino también en el diseño que se nos ofrece<br />
al contemplarla en relación con la «Tercera» (todavía según la princeps ), en tanto «there is a<br />
progression in the ms. away from the religious saint’s lives to the more secular romances» (Maier<br />
y Spaccarelli) .<br />
Tengo la impresión <strong>de</strong> que la bibliografía reciente no ha querido encarar el problema <strong>de</strong> las<br />
conexiones directas entre el Zifar y el escurialense, y tampoco yo estoy en condiciones <strong>de</strong> hacerlo.<br />
Todo indica que el códice, si no traduce otro «en gallego» , castellaniza uno en leonés, asimismo<br />
perdido, que <strong>de</strong>be ponerse a principios <strong>de</strong>l Trescientos ( vid. n. 63). La persistencia en verter<br />
textos franceses <strong>de</strong>nota un arquetipo en lengua <strong>de</strong> oíl y <strong>de</strong> contenido unitario, o bien una sola mano<br />
española en la selección <strong>de</strong> las piezas transpirenaicas. Así las cosas, ni las fechas más admisibles ni<br />
la plausibilidad <strong>de</strong>l proce<strong>de</strong>r invitan a pensar que el manuscrito fuera urdido por un entusiasta <strong>de</strong>l<br />
Caballero <strong>de</strong> Dios , <strong>de</strong>seoso <strong>de</strong> gustar sin intermediarios los mo<strong>de</strong>los <strong>de</strong> la obra admirada.<br />
¿Qué nos queda, entonces? Uno diría que dos gran<strong>de</strong>s interrogantes. Por un lado, ¿pudo ser el propio<br />
autor <strong>de</strong>l Zifar quien lo compilara, lo pasara al castellano o lo transcribiera? El llorado John K. Walsh<br />
insinuó algo <strong>de</strong> ello con loable pru<strong>de</strong>ncia, al señalar que uno <strong>de</strong> los manierismos más estri<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong>l<br />
libro, el monótono empleo <strong>de</strong>l galicismo certas , es a su vez corrientísimo en los relatos <strong>de</strong> El Escorial,<br />
41
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
mientras «in other novels of the period cierto will have the same function» . 65 Por otra parte,<br />
¿acaso el autor (o refundidor) frecuentó el curioso florilegio en cuestión o alguno <strong>de</strong> sus antece<strong>de</strong>ntes?<br />
Uno o varios estudios monográficos quizá consigan proporcionarnos la luz que ahora nos falta.<br />
Sea como fuere, una respuesta afirmativa a cualquiera <strong>de</strong> esas dos preguntas, en cualquiera <strong>de</strong><br />
sus versiones, equivaldría a una corroboración, parcial pero opino que convincente, <strong>de</strong> la hipótesis<br />
histórica que he propuesto: si incluso el núcleo mejor cohesionado <strong>de</strong>l Zifar (y aun la obra toda,<br />
cuando se atien<strong>de</strong> al progreso <strong>de</strong> la narración <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los tonos hagiográficos «to the more secular<br />
romances» ) tiene en sus raíces un manuscrito como el Escurialense h-I-13, hay justas razones<br />
para sostener que los códices misceláneos pue<strong>de</strong>n estar <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> un cierto número <strong>de</strong> obras literarias<br />
romances compuestas por yuxtaposición <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s elementos diversos entre sí en cuanto a forma,<br />
tradición o estilo. Por supuesto, bien podría ocurrir que ninguna <strong>de</strong> las dos recibiera nunca respuesta<br />
afirmativa o que la recibiera irrefutablemente negativa. No por ello la situación cambiaría <strong>de</strong>masiado:<br />
aun así, quedaría en pie que nuestro códice se confeccionó en virtud <strong>de</strong> una concienzuda selección <strong>de</strong><br />
los mismos asuntos, motivos y maneras que la «Primera parte» <strong>de</strong>l Caballero Zifar espigó a su vez<br />
aplicadamente. La forma mentis que en esa «Primera parte» se i<strong>de</strong>ntifica no pudo sino estar presente<br />
en la confección <strong>de</strong> las otras y en la concepción <strong>de</strong>l conjunto.<br />
65 J. K. Walsh, «The Chivalric Dragon: Hagiographic Parallels in Early Spanish Romances» ,<br />
Bulletin of Hispanic Studies , LIV (1977), n. 19 .<br />
42
<strong>II</strong>I<br />
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
A lo largo <strong>de</strong> la baja Edad Media, el fenómeno aquí ilustrado con el Zifar tiene, creo, abundantes<br />
paralelos, concretados en formas obviamente tan varias como los propios manuscritos misceláneos<br />
y apoyados en prácticas y actitu<strong>de</strong>s cambiantes con los tiempos. Un vistazo, obligadamente veloz,<br />
al entorno literario <strong>de</strong> nuestra novela pue<strong>de</strong> servirnos para convalidar <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> unas perspectivas<br />
más amplias las conclusiones alcanzadas y para sugerir algunas pautas tal vez útiles al estudio <strong>de</strong> los<br />
muchos casos que han <strong>de</strong> quedarse en el tintero.<br />
Una cultura pobre en caudal <strong>de</strong> noticias y en materiales para producir los libros, pero a la par<br />
firmemente fundada en la auctoritas , por fuerza tuvo que favorecer todos los subgéneros <strong>de</strong>l<br />
compendio y todas las técnicas <strong>de</strong>l extracto, 66 para hacer accesibles y manejables las lecciones<br />
perennes cuya glosa constituía el camino y el objeto mismo <strong>de</strong>l saber. Según la sociedad europea<br />
se hizo más próspera, según los conocimientos se multiplicaron al arrimo <strong>de</strong> Platón, Aristóteles y<br />
los árabes, y, muy especialmente, según el empleo <strong>de</strong>l papel se generalizó para originales y copias,<br />
también la taracea y el resumen cuidadosamente organizados fueron creciendo en dimensiones: <strong>de</strong><br />
San Isidoro se pasó a Vicente <strong>de</strong> Beauvais, <strong>de</strong> las summae sententiarum a la Summa theologica , o,<br />
visto <strong>de</strong>s<strong>de</strong> España, <strong>de</strong>l Serviolus palentino al Prosodion <strong>de</strong> Gil <strong>de</strong> Zamora, <strong>de</strong>l bestiario <strong>de</strong> Silos<br />
al Liber <strong>de</strong> animalibus <strong>de</strong> Pedro Gallego. Pero las circunstancias que hicieron posible que los libros<br />
bien articulados aumentaran en número y en envergadura estimularon igualmente el incremento <strong>de</strong><br />
las meras compilaciones <strong>de</strong> fuentes primarias. Ahora era más fácil coleccionarlas y menos urgente<br />
seleccionarlas, sintetizarlas y concertar las sinopsis. En el mundo <strong>de</strong> la clerecía, los nuevos ricos<br />
podían ya permitirse una apacible laxitud en cuestiones <strong>de</strong> estructura. 67<br />
66 Vid. la a<strong>de</strong>cuada presentación y la completa bibliografía <strong>de</strong> J. Hamesse, «Parafrasi, florilegi e<br />
compendi» , en Lo spazio letterario <strong>de</strong>l Medioevo , I: Il Medioevo latino , <strong>II</strong>I: La ricezione <strong>de</strong>l testo ,<br />
ed. G. Cavallo et al. , Roma, 1995, pp. 197-220.<br />
67 El proceso que tan sumariamente evoco diverge en dirección respecto a la «compilatio» que M.<br />
Parkes concibe «both as a form of writing and as a means of making material easily accessible» ( «The<br />
Influence of the Concepts of ordinatio and Compilatio on the Development of the Book» , en Medieval<br />
Learning and Literature. Essays presented to R. W. Hunt , ed. J. G. Alexan<strong>de</strong>r y M. T. Gibson, Oxford,<br />
1976, pp. 115-141) y que A. J. Minnis caracteriza por el recurso a «various methods of subdividing and<br />
organising materials» y a unos «elaborate systems of cross-reference» ( «Late Medieval Discussions<br />
43
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
Al llegar a los códices, la tradición romance, tal como se plasma por excelencia en la literatura<br />
francesa, la literatura «clásica» <strong>de</strong> la Edad Media, había sufrido también coerciones que la difusión<br />
<strong>de</strong>l papel y la propicia coyuntura social superaron con espectacular fortuna. 68 Nadie ignora que los<br />
magros textos <strong>de</strong>l siglo X<strong>II</strong> apenas han sobrevivido en fuentes coetáneas, y sólo nos han llegado, con<br />
inmenso acompañamiento posterior, gracias a la constitución <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los aledaños <strong>de</strong>l 1300 «di grandi<br />
manoscritti antologici o ciclici raccoglienti alcuni le chansons <strong>de</strong> geste , altri i romanzi cortesi in<br />
couplets d’octosyllabes , altri ancora le opere edificanti o religiose, fabliaux e racconti allegri,<br />
liriche cortesi (‘canzonieri’), e cosi via» , unas veces reunidos con criterios <strong>de</strong> afinidad temática<br />
o formal y otras en las más estupendas mezcolanzas, «où l’on rencontre <strong>de</strong>s romans, <strong>de</strong>s fabliaux,<br />
of compilatio and the Role of compilator » , Beiträge zur Geschichte <strong>de</strong>r <strong>de</strong>utschen Sprache und<br />
Literatur , CI, Tubinga, 1979, pp. 385-421). No comparto la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> Parkes, Minnis y bastantes<br />
chaucerianos recientes <strong>de</strong> que la «compilatio» <strong>de</strong> que ellos hablan es noción que surgió en el curso <strong>de</strong>l<br />
siglo X<strong>II</strong>I y que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> ese momento <strong>de</strong>terminó nuevos métodos (como el or<strong>de</strong>n alfabético) «to make<br />
inherited material excerpted from the writings of established auctores accessible in more systematic<br />
form» ( A. I. Doyle y M. B. Parkes, «The Production of Copies of the Canterbury Tales and the<br />
Confessio amantis in the Early Fifteenth Century» , en Medieval Scribes, Manuscripts and Libraries.<br />
Essays presented to N. R. Ker , ed. M. B. Parkes y A. G. Watson, Londres, 1978, p. 190) : tales métodos<br />
existían <strong>de</strong>s<strong>de</strong> tiempo atrás, y la razón <strong>de</strong> que proliferaran <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el siglo X<strong>II</strong>I no fue el presunto<br />
<strong>de</strong>scubrimiento <strong>de</strong> ninguna noción <strong>de</strong>sconocida <strong>de</strong> la «compilatio» , sino las distintas condiciones <strong>de</strong><br />
una producción libraria creciente al calor <strong>de</strong> las necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> un público cada vez mayor ( vid. R. H.<br />
y M. A. Rouse, « Ordinatio and compilatio Revisited» , en Ad litteram . Authoritative Texts and their<br />
Medieval Rea<strong>de</strong>rs , ed. M. D. Jordan y K. Emery, Jr. , Notre Dame, 1992, pp. 113-134), condiciones<br />
y necesida<strong>de</strong>s que muchos escritores, por supuesto, fueron tomando progresivamente más en cuenta.<br />
Como quiera que sea, la «compilatio» <strong>de</strong> Parkes y compañía (para el uso real <strong>de</strong> la Edad Media,<br />
cf. N. Hathaway, « Compilatio : From Plagiarism to Compiling» , Viator , XX [1988], pp. 19-44)<br />
representa si acaso la otra cara <strong>de</strong> la moneda <strong>de</strong> las infinitas compilaciones a que me refiero en el<br />
texto: justamente aquellas en que la posible unidad <strong>de</strong> tema o sentido no encubre la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia<br />
<strong>de</strong> los diferentes libros que las constituyen.<br />
68 Recuerdo sin más el magnífico ensayo <strong>de</strong> M. <strong>de</strong> Riquer, «La novela en prosa y la difusión <strong>de</strong>l<br />
papel», en Orbis Mediaevalis . Mélanges <strong>de</strong> langue et <strong>de</strong> líttérature médiévales offerts a R. R. Bezzola ,<br />
Berna, 1978, pp. 343-351.<br />
44
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
<strong>de</strong>s poèmes moraux, <strong>de</strong>s pièces <strong>de</strong> théatre, où se mêlent le religieux, le profane, l’élégant, le trivial,<br />
voire l’obscène» . 69<br />
En todos los estadios <strong>de</strong> la Edad Media existieron modalida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>cididamente colecticias y<br />
compilativas. Destaca entre ellas la historiografía; y, así, muchas crónicas que hoy tien<strong>de</strong>n a<br />
consi<strong>de</strong>rarse libros con entidad propia y son objeto <strong>de</strong> ediciones autónomas, cuando se <strong>de</strong>vuelven<br />
a los manuscritos originales resulta que no pasan <strong>de</strong> apéndices o suplementos mínimos a profusos<br />
centones que se abren con los Cánones <strong>de</strong> Eusebio. 70 Pero en los siglos X<strong>II</strong>I y XIV las letras vulgares<br />
contemplan el triunfo <strong>de</strong> la miscelánea en una medida todavía más sustancial.<br />
En particular, el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la novela artúrica difícilmente se distingue <strong>de</strong> los avatares <strong>de</strong> los<br />
manuscritos cíclicos. 71 Po<strong>de</strong>mos dudar si el Lancelot en prose -por no a<strong>de</strong>ntrarnos más en el Bosque<br />
69 Cito los autorizados resúmenes <strong>de</strong> D’ A. S. Avalle, I manoscritti <strong>de</strong>lla letteratura in lingua d’oc ,<br />
ed. L. Leonardi, Turín, 1993 y <strong>de</strong> R. Marichal, «Livre manoscrit» , en Dictionnaire <strong>de</strong>s lettres en<br />
françaises. Le Moyen Âge , ed. R. Bossuat et al. , París, 1992.<br />
70 Vid. sólo F. Rico, Alfonso el Sabio y la «General estoria» , Barcelona, 1984 2 , pp. 31-32,<br />
etc. ; otros enfoques, en B. Guenée, «Lo storico e la compilazione nel X<strong>II</strong>I secolo» , en Aspetti<br />
<strong>de</strong>lla letteratura latina nel secolo X<strong>II</strong>I , ed. C. Leonardi y G. Orlandi, Perugia, 1986, pp. 57-76.<br />
Para la historiografía <strong>de</strong> nuestro período, que aquí sólo rozaré, es esencial el libro <strong>de</strong> D. Catalán, La<br />
«Estoria <strong>de</strong> España» <strong>de</strong> Alfonso X. Creación y evolución , Madrid, 1992, don<strong>de</strong> se revisan y corrigen<br />
viejas opiniones <strong>de</strong> Menén<strong>de</strong>z Pidal, quien, «al i<strong>de</strong>ntificar los principales tipos <strong>de</strong> “crónica general <strong>de</strong><br />
España” <strong>de</strong>rivados <strong>de</strong> la que creyó alfonsí, los elevó a la categoría <strong>de</strong> obras, y al suponerlos producto<br />
<strong>de</strong> una tarea unitaria <strong>de</strong> elaboración in<strong>de</strong>pendiente, cuando en la mayor parte <strong>de</strong> los casos no eran<br />
sino fruto <strong>de</strong> la mixtura <strong>de</strong> textos preexistentes, ocultó la complejidad <strong>de</strong> su diversidad interna» (cito<br />
el resumen <strong>de</strong> una investigadora tan calificada como I. Fernán<strong>de</strong>z Ordóñez, en Ínsula , núm. 563,<br />
noviembre <strong>de</strong> 1993, p. 2 b ).<br />
71 Buena i<strong>de</strong>a al respecto pue<strong>de</strong>n dar tres instructivos estudios <strong>de</strong> E. Baumgartner, Le «Tristan en<br />
prose». Essai d’interpretation d’un roman médieval , Ginebra, 1975; «Récits brefs et romans en prose:<br />
l’exemple du Tristan » , en Le récit bref , ed. D. Buschinger y W. Spiewok, Amiens, 1989, pp. 27-38;<br />
«Compiler/accomplir» , en Nouvelles recherches sur le «Tristan en prose» , ed. J. Dufournet, París,<br />
1990, pp. 33-49.<br />
45
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
sin Retorno- se <strong>de</strong>be a un puñado <strong>de</strong> narradores o, como quería el gran Jean Frappier, 72 es mérito <strong>de</strong><br />
un solo «arquitecto», que redactó el Lancelot propiamente dicho y diseñó el plan que siguieron los<br />
redactores <strong>de</strong> la Queste y <strong>de</strong> la Mort Artu , con la Estoire <strong>de</strong>l Saint Graal como pórtico «à <strong>de</strong>mi<br />
factice, ajouté à l’édifice en <strong>de</strong>rnier lieu» , y con el Merlin agregado todavía más tar<strong>de</strong> como pasillo a<br />
las habitaciones principales. No es dudoso, en cambio, que la vulgata en prosa supone la amalgama <strong>de</strong><br />
«sujets primitivement distincts, sans aucun rapport entre eux» , que conlleva manifiestas diferencias<br />
entre unos libros y otros, y, quizá por encima <strong>de</strong> todo, que fue luego creciendo y ramificándose a<br />
través <strong>de</strong> un proceso en que a menudo no hay medio <strong>de</strong> discernir dón<strong>de</strong> está la composición y dón<strong>de</strong><br />
la compilación, porque ambas son humores <strong>de</strong> un mismo espíritu, fases <strong>de</strong> una misma evolución. 73<br />
El Zifar no solo hereda esquemas que están ya en el germen <strong>de</strong>l Lancelot en prose (<strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
el bastidor genealógico, <strong>de</strong> buenos padres a mejores hijos, hasta el contraste entre tramos corteses<br />
y tramos piadosos), sino que comparte plenamente la mentalidad cristalizada en esos esquemas y<br />
que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el comienzo presi<strong>de</strong> los <strong>de</strong>stinos <strong>de</strong> la Vulgata, vayan por la senda <strong>de</strong> la refundición y el<br />
entrelazado o por el atajo <strong>de</strong> la pura yuxtaposición: 74 la ‘mentalidad cíclica’ o ‘miscelánea’ que en<br />
diversos grados y proporciones subyace tanto al Caballero <strong>de</strong> Dios como al Escurialense h-I-13.<br />
La novela es únicamente un caso. En torno al 1300, toda la literatura románica respira los aires<br />
<strong>de</strong> libertad y aun <strong>de</strong> promiscuidad que llevaron a agrupar en manuscritos tantas y tantas obras mejor<br />
o peor conexas, e incluso acabaron por convertir en sinónimos « componer e compilar » . 75 La<br />
72 La última versión <strong>de</strong> los planteamientos que vino formulando <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1936 está en el póstumo<br />
capítulo «Le cycle <strong>de</strong> la Vulgate ( Lancelot en prose et Lancelot-Graal )» , en Grundriss <strong>de</strong>r<br />
romanischen Literaturen <strong>de</strong>s Mittelalters , IV, 1: Le roman jusqu’à la fin du X<strong>II</strong>I e siècle , Hei<strong>de</strong>lberg,<br />
1978, pp. 536-589.<br />
73 Típica la transmisión textual <strong>de</strong> Il romanzo arturico di Rustichello da Pisa , que aduzco porque<br />
ahora disponemos <strong>de</strong> excelente edición y estudio, con facsímil <strong>de</strong>l ms. fr. 1643 <strong>de</strong> la B. N. <strong>de</strong> París,<br />
gracias a F. Cigni y V. Bertolucci Pizzorusso, Pisa, 1994.<br />
74 De «une juxtaposition indéfiniment renouvelée» habla R. Lathuillère, «Un exemple <strong>de</strong><br />
l’évolution du roman arthurien en prose dans la <strong>de</strong>uxième moitié du X<strong>II</strong>I e siècle» , en Mélanges <strong>de</strong><br />
langue et littérature françaises du Moyen Âge offerts à P. Jonin , Aix-en-Provence, 1979, p. 391 .<br />
75 Bartolomé el Inglés, De proprietatibus rerum , traducción <strong>de</strong> fray Vicente <strong>de</strong> Burgos, 1494, fol.<br />
6v . La sinonimia dista <strong>de</strong> ser cristalina en una sarta como «el dicho libro fizo e or<strong>de</strong>nó e conpuso<br />
46
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
economía, la técnica y la educación soplaban, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego, a favor <strong>de</strong> tales vientos. Pero el auge <strong>de</strong><br />
códices y libros misceláneos revela entonces una <strong>de</strong>uda todavía mayor con la lógica interna <strong>de</strong> la<br />
tradición literaria.<br />
Dicho en dos palabras. Los géneros canónicos <strong>de</strong> la literatura medieval se habían consolidado o<br />
conformado principalmente a lo largo <strong>de</strong>l siglo X<strong>II</strong>. A la altura <strong>de</strong>l 1300, los manuscritos que los<br />
arracimaban con frecuencia tenían mucho <strong>de</strong> monumento funerario, como la Pléia<strong>de</strong> (o una biblioteca<br />
<strong>de</strong> autor, ay) para un contemporáneo nuestro: los cantares <strong>de</strong> gesta, la lírica trovadoresca, el roman<br />
, la cua<strong>de</strong>rnavía, la rime plate <strong>de</strong> los relatos breves parecían haber dado <strong>de</strong> sí cuanto podían, y<br />
coleccionarlos era una manera <strong>de</strong> reconocerlos llegados al fin <strong>de</strong> su período creador. No obstante, la<br />
ley <strong>de</strong>l péndulo, norma suprema <strong>de</strong> las artes, exigía noveda<strong>de</strong>s, y el cansancio <strong>de</strong> lo añejo no las traía<br />
<strong>de</strong> suyo. Durante <strong>de</strong>cenios y <strong>de</strong>cenios, así, las letras europeas registran una <strong>de</strong>sazón, un <strong>de</strong>sconcierto,<br />
que se refleja en una insegura voluntad <strong>de</strong> experimentación, innumerables tanteos y no menos palos <strong>de</strong><br />
ciego. El máximo exponente <strong>de</strong> la crisis son las obras mestizas, los textos cruzados, que combinando<br />
formas, asuntos y modos que hasta la fecha no se habían mezclado entre sí, o sólo lo habían hecho en<br />
dosis harto menores y con bien diverso alcance, revolviendo unos con otros, intentan y en ocasiones<br />
consiguen prolongar la vida útil <strong>de</strong> los viejos mimbres merced al expediente <strong>de</strong> trenzarlos en nuevos<br />
cestos.<br />
La situación, compleja y <strong>de</strong>licada, está pidiendo un libro, pero aquí no puedo hacer más que aludir<br />
a ella y ponerla ante los ojos enunciando escuetamente unos pocos ejemplos castellanos. En el último<br />
e acopiló el indino Johan Alfonso <strong>de</strong> Baena» , pero no es problemática unas líneas más abajo: «una<br />
acopilada escriptura como a manera <strong>de</strong> prólogo» ( Cancionero <strong>de</strong> Baena , fol. 1) ; ni, ya en el texto, en<br />
Villasandino «<strong>de</strong> cuantas cossas copilo» (hablando <strong>de</strong> «mis <strong>de</strong>zires sabidos» , Cancionero <strong>de</strong> Baena ,<br />
fol. 86 vb ). Compárese también F. Pérez <strong>de</strong> Guzmán, Mar <strong>de</strong> historias en Generaciones y semblanzas ,<br />
ed. J. Domínguez Bordona, Madrid, 1954, p. 168 : «el libro De los claros varones que copiló Francisco<br />
Petrarca» ; Fernando <strong>de</strong> la Torre (en M. J. Díez Garretas, La obra literaria <strong>de</strong> Fernando <strong>de</strong> la Torre ,<br />
Valladolid, 1983, p. 104) : « algunos metros que cupiló e enbió a doña Leonor» ; multitud <strong>de</strong> ejemplos<br />
proporciona el sistema <strong>de</strong> búsqueda <strong>de</strong>l Archivo digital <strong>de</strong> manuscritos y textos españoles . Por más<br />
que el sentido <strong>de</strong> tal o cual uso pueda ser incierto, no hay duda <strong>de</strong> que compilar y sus <strong>de</strong>rivados inva<strong>de</strong>n<br />
toda la órbita <strong>de</strong>l quehacer literario ( vid. también R. H. y M. A. Rouse, « Ordinatio and compilatio<br />
» , p. 120), hasta el extremo <strong>de</strong> que Imperial llama «la mi sesta copilación» ( Cancionero <strong>de</strong> Baena ,<br />
fol. 80 b ) a la sexta copla <strong>de</strong> un poema suyo.<br />
47
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
tercio <strong>de</strong>l Doscientos, así, la Historia troyana polimétrica nos admira al compaginar prosa y verso<br />
según unas mañas que nada tienen que ver con las <strong>de</strong> Jean Renart, 76 antes muestran a las claras el<br />
inédito <strong>de</strong>signio <strong>de</strong> realzar una serie <strong>de</strong> momentos singularmente vivaces por el procedimiento <strong>de</strong><br />
elaborarlos en rima <strong>de</strong> acuerdo con las analogías <strong>de</strong> tono y argumento entre los lances <strong>de</strong> la narración<br />
y el más plural repertorio <strong>de</strong> la poesía romance. Prosa y verso cohabitan también, hacia 1360, en la<br />
Refundición <strong>de</strong> la Gesta <strong>de</strong> las moceda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> Rodrigo , y el hilván que los junta pecaminosamente<br />
en el preámbulo histórico con que comienza el poema es ajustado anuncio <strong>de</strong> cuanto <strong>de</strong>spués se<br />
nos viene encima: un montón <strong>de</strong> «retazos <strong>de</strong>sparejados» , don<strong>de</strong> esquirlas <strong>de</strong> la peor clerecía se<br />
incrustan en <strong>de</strong>sechos juglarescos, en una anárquica superposición <strong>de</strong> materiales, a mil leguas <strong>de</strong> la<br />
mano firme que un siglo antes había organizado el Fernán González . 77 En 1348, las veleida<strong>de</strong>s<br />
épicas <strong>de</strong>l Poema <strong>de</strong> Alfonso XI se concretan, sorpren<strong>de</strong>ntemente, en una estrofa propia <strong>de</strong> la lírica<br />
(aunque tampoco <strong>de</strong>l todo extraña al roman ), y la afirmación <strong>de</strong> Rodrigo Yáñez <strong>de</strong> haber escrito<br />
«en lenguaje castellano» ( c. 1841) contrasta con la evi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> que más bien lo hizo en otro,<br />
«agallegado o aportuguesado» , que «se resiste a toda clasificación» . 78 Más llamativo es sin embargo<br />
el panorama estrictamente trovadoresco: cuando menos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la cantiga regia <strong>de</strong> alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> 1329,<br />
castellanos y gallegos, cancelando el inveterado reparto lingüístico en función <strong>de</strong> los géneros, emplean<br />
a conveniencia «una lengua convencional a base <strong>de</strong> mezcla» , en que dizer es consonante <strong>de</strong> aver<br />
, y espejo <strong>de</strong> <strong>de</strong>ssejo . 79<br />
76 Cf. F. Rico, «Sobre el origen <strong>de</strong> la autobiografía en el Libro <strong>de</strong> buen amor », Anuario <strong>de</strong> estudios<br />
medievales , IV (1967), p. 324, n. 39; una lista <strong>de</strong> romans con intercalaciones líricas, en N. H. J. van<br />
<strong>de</strong>n Boogaard, Ron<strong>de</strong>aux et refrains du X<strong>II</strong> e siécle au début du XIV e , París, 1969, pp. 313-338.<br />
77 Tomo la cita (<strong>de</strong> Eugenio <strong>de</strong> Ochoa) <strong>de</strong>l imprescindible libro <strong>de</strong> A. D. Deyermond, Epic Poetry<br />
and the Clergy: Studies on the «Moceda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> Rodrigo» , Londres, 1969, p. 30 .<br />
78 D. Catalán, ed. , Gran crónica <strong>de</strong> Alfonso XI , I, Madrid, 1976, p. 117, n. 145 .<br />
79 El magistral estudio <strong>de</strong> don Rafael Lapesa sobre «La lengua <strong>de</strong> la poesía lírica <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Macías a<br />
Villasandino» (1953) figura ahora entre sus Estudios <strong>de</strong> historia lingüística española , Madrid, 1985,<br />
pp. 239-248 (la cita es <strong>de</strong> p. 247) ; complétese con V. Beltrán, «La cantiga <strong>de</strong> Alfonso XI y la ruptura<br />
poética <strong>de</strong>l siglo XIV», El crotalón , <strong>II</strong> (1985), pp. 258-273. Las perspectivas que estoy esbozando<br />
pue<strong>de</strong>n echar alguna luz sobre el problema (todavía no enfrentado globalmente) <strong>de</strong> la lengua literaria<br />
en el Trescientos, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el Escurialense h-I-13 y las traducciones artúricas <strong>de</strong>l hermano Vivas hasta<br />
el arquetipo <strong>de</strong>l Libro <strong>de</strong> buen amor y aun quizá <strong>de</strong>l Amadís primitivo.<br />
48
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
El recorrido por el siglo XIV ( grosso modo ) podría seguir, y en todas partes, sea en un individuo<br />
tan excepcional como Sem Tob, en una familia tan dilatada como las crónicas o en una estirpe<br />
tan fecunda como el romancero, 80 observaríamos el imperio <strong>de</strong> las especies mixtas, nacidas <strong>de</strong> la<br />
conjunción <strong>de</strong> tradiciones <strong>de</strong> tema o forma que hasta entonces se habían mantenido fundamentalmente<br />
separadas. Pero el hibridismo patente en la hechura interna <strong>de</strong> los textos surge <strong>de</strong> una actitud pareja,<br />
cuando no idéntica, a la que en los manuscritos asocia con otros a esos mismos textos. En verdad, el<br />
prurito combinatorio que empuja al autor a saltar <strong>de</strong> la prosa al verso, <strong>de</strong>l cuatrisílabo al alejandrino,<br />
<strong>de</strong>l pareado a la sextilla, con una versatilidad sin prece<strong>de</strong>ntes, tiene correlato cincuenta, cien años<br />
<strong>de</strong>spués, en los códices que nos han transmitido la Polimétrica , en papel, «embutida entre fragmentos<br />
<strong>de</strong> la versión castellana <strong>de</strong>l Roman <strong>de</strong> Troie y completada al final con pedazos <strong>de</strong> la Historiae<br />
<strong>de</strong>structionis Troiae <strong>de</strong> Guido <strong>de</strong>lle Colonne» . 81 El revoltillo en que consisten las Moceda<strong>de</strong>s <strong>de</strong><br />
hacia 1360 es homólogo al que en el manuscrito forman junto a la Crónica <strong>de</strong> Castilla . En la copia<br />
<strong>de</strong> la Real Aca<strong>de</strong>mia Española, el Poema <strong>de</strong> Alfonso XI se ensambla con una laboriosa versión <strong>de</strong> la<br />
Crónica vulgata. 82 De la lírica, en fin, baste apuntar que la gestación <strong>de</strong> los cancioneros, colectivos y<br />
personales, y su efecto <strong>de</strong> inducción sobre la génesis <strong>de</strong> otras obras, <strong>de</strong> la Historia troyana al Rimado<br />
<strong>de</strong> palacio , está en el mismo corazón <strong>de</strong> todas las peripecias que estamos oteando a vuelo <strong>de</strong> pájaro. 83<br />
Por ahí, en esos trasvases entre el códice y el libro, una proporción importante <strong>de</strong> la literatura <strong>de</strong>l<br />
Trescientos se nos aparece configurada por paradigmas misceláneos (y perdónese la pedantería): por<br />
un modo <strong>de</strong> composición que tiene mucho <strong>de</strong> compilación, suelto y <strong>de</strong>sembarazado, menos atento a<br />
80 Pienso especialmente en los rasgos que subrayé en mi Breve biblioteca <strong>de</strong> autores españoles ,<br />
Barcelona, 1990, pp. 37-43.<br />
81 P. M. Cátedra, «El entramado <strong>de</strong> la narratividad: tradiciones líricas en textos narrativos españoles<br />
<strong>de</strong> los siglos X<strong>II</strong>I y XIV», Journal of Hispanic Research , <strong>II</strong> (1993-1994), p. 337 .<br />
82 Cf. D. Catalán, La tradición manuscrita en la «Crónica <strong>de</strong> Alfonso XI» , Madrid, 1974, pp.<br />
226-236.<br />
83 La cuestión, capital, merece mucho más espacio <strong>de</strong>l que podría <strong>de</strong>dicarle ahora: espero tratarla<br />
en un trabajo sobre Juan Ruiz y en mi próximo libro Prologhi al «Canzoniere». I primi sonetti e la<br />
genesi <strong>de</strong>i «Rerum vulgarium fragmenta» ; (un a<strong>de</strong>lanto, en «Prólogo al Canzoniere »), pero envío<br />
ya a algunas buenas páginas <strong>de</strong> S. Huot, From Song to Book. The Poetics of Writing in Old French<br />
Lyric and Lyrical Narrative Poetry , Ithaca-Londres, 1987.<br />
49
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
la unidad que a la variedad sugestiva, curioso <strong>de</strong> explorar qué posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> renovación se ofrecen<br />
combinando viejos estilos, presto a fundir elementos dispares incluso en su textura más íntima, <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
la misma lengua.<br />
No se apartan <strong>de</strong> la regla las obras mayores <strong>de</strong> la época. Abriendo el período, a caballo <strong>de</strong> Alfonso<br />
el Sabio y Sancho el Bravo, la Gran conquista <strong>de</strong> Ultramar fluctúa entre ser una y ser múltiple. La<br />
mixtura <strong>de</strong> la Estoire <strong>de</strong> Eracles y los cantares <strong>de</strong> Cruzada es tan diáfana, tan arquetípica a nuestro<br />
propósito, que <strong>de</strong> hecho, como ya explicó el gigantesco Gaston Paris, la única cuestión que se nos<br />
plantea «est <strong>de</strong> savoir si le traducteur espagnol a sous les yeux une compilation française toute faite<br />
ou s’il a lui-même formé sa compilation à l’ai<strong>de</strong> <strong>de</strong> divers ouvrages français» . 84 Es, no obstante,<br />
sólo una cuestión <strong>de</strong> grado, porque, en cualquier caso, la tal mixtura venía preparada tanto por la<br />
fusión <strong>de</strong> fuentes históricas y la constitución <strong>de</strong>l ciclo épico iniciado con la Chanson d’Antioche<br />
como por la confluencia <strong>de</strong> crónicas y gestas <strong>de</strong> las Cruzadas en los manuscritos transpirenaicos, en<br />
un proceso que aún se prolongaría por muchos <strong>de</strong>cenios: 85 esa «compilation française» o <strong>de</strong> piezas<br />
francesas tenía que ser forzosamente una compilación <strong>de</strong> compilaciones. En el texto castellano no<br />
<strong>de</strong>ja <strong>de</strong> proclamarse la intención <strong>de</strong> «acordar en uno» «todos los libros que fablasen <strong>de</strong> las conquistas<br />
<strong>de</strong> Ultramar» , 86 pero los ayuntadores <strong>de</strong>l Bravo están lejanísimos <strong>de</strong> los alfonsíes, y, más que los<br />
esquemas analísticos y la concienzuda organización <strong>de</strong> la General estoria , a ellos les son congénitos<br />
el ligero encolado, la simple adición y el terco double emploi <strong>de</strong> los materiales, 87 hasta un punto que<br />
no pue<strong>de</strong> achacarse a <strong>de</strong>ficiencias <strong>de</strong> borrador, antes respon<strong>de</strong> a los relajados hábitos <strong>de</strong> la miscelánea.<br />
84 G. Paris, «La Chanson d’Antioche provençale et La gran conquista <strong>de</strong> Ultramar » , Romania ,<br />
XV<strong>II</strong> (1888), p. 524 .<br />
85 A la generosa información <strong>de</strong> las entradas «Croisa<strong>de</strong>» y «Croisa<strong>de</strong>s» <strong>de</strong>l Dictionnaire <strong>de</strong>s lettres<br />
françaises. Le Moyen Âge , pue<strong>de</strong> añadirse D. A. Trotter, Medieval French Literature and the Crusa<strong>de</strong>s<br />
(1100-1300) , Ginebra, 1988.<br />
86 Las mejores ediciones <strong>de</strong>l pasaje citado están en A. Blecua, Manual <strong>de</strong> crítica textual , Madrid,<br />
1983, p. 162, n. 7, y en D. Catalán, La «Estoria <strong>de</strong> España» <strong>de</strong> Alfonso X. Creación y evolución ,<br />
Madrid, 1992, p. 181, n. 93. Sobre el tópico colligere in unum , vid. los citados artículos <strong>de</strong> B. Guenée,<br />
«Lo storico e la compilazione nel X<strong>II</strong>I secolo» , pp. 57-76, y N. Hathaway, « Compilatio : From<br />
Plagiarism to Compiling» , pp. 19-44.<br />
87 Cf. G. T. Northup, « La gran conquista <strong>de</strong> Ultramar and its problems» , Hispanic Review , <strong>II</strong><br />
(1934), pp. 287-302.<br />
50
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
Basta, por otra parte, hojear los Castigos y documentos , para advertir que los colaboradores <strong>de</strong> don<br />
Sancho gastaban bien pocos remilgos estructurales: un cajón <strong>de</strong> sastre tan <strong>de</strong>scarado estaba invitando<br />
a la interpolación que efectivamente lo embutió con extensos extractos <strong>de</strong>l Regimiento <strong>de</strong> príncipes<br />
romanceado por Castrojeriz.<br />
La unidad <strong>de</strong>l Libro <strong>de</strong> buen amor es tan cierta como el espíritu misceláneo que lo nutre<br />
enteramente, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> las raíces: la raíz juglaresca, con una primera persona cuyos percances ficticios<br />
sirven para enlazar géneros y asuntos varios, al modo <strong>de</strong> la Razón <strong>de</strong> amor (y <strong>de</strong> otros abundantes<br />
análogos medievales no mejor entendidos todavía); la raíz trovadoresca, en un momento en que se<br />
buscan salidas a una monotonía ya secular disponiendo los poemas líricos en secuencias narrativas (a<br />
veces con eslabones en prosa o en distinto metro) o bien articulándolos en la ejecución (así en vidas<br />
y razos ) o en la transcripción (como en los cancioneros individuales); y la raíz ovidiana, que, por<br />
ejemplo, ofrece simultáneamente como mo<strong>de</strong>los el Pamphilus , el De vetula y el De nuntio sagaci<br />
. Pero la raíz ovidiana, en particular, arranca menos <strong>de</strong> los libros, tomados uno a uno, que <strong>de</strong> los<br />
códices: por un lado, los códices en que «las osadías <strong>de</strong>l Ars se paliaban con los Remedia inmediatos<br />
(como Juan Ruiz combina la invectiva y la lección amorosas)» , mientras «en los Amores se veía una<br />
ilustración <strong>de</strong> las anteriores enseñanzas, una ilustración moral, por <strong>de</strong>sairada para autor y personaje» ;<br />
y, por otro lado, los códices reunían diversos apócrifos <strong>de</strong> impostación autobiográfica, tal recién<br />
mentados, y en ocasiones les sumaban porciones <strong>de</strong>l auténtico corpus eroticum <strong>de</strong>l Sulmonense. 88<br />
En don Juan Manuel, la niti<strong>de</strong>z <strong>de</strong> los esquemas constructivos, como en el Libro <strong>de</strong> los estados<br />
, o, cuando no, la sostenida singularidad <strong>de</strong> los <strong>de</strong>sarrollos, como en el Infinido , acaban siempre<br />
velando un poco la multiplicidad que reina en otros aspectos. Por eso mismo ha intrigado más a los<br />
estudiosos la drástica diferencia que alberga El con<strong>de</strong> Lucanor y que el marco común <strong>de</strong> las pláticas<br />
con Patronio no llega a cancelar: una primera parte compuesta básicamente por «enxienplos» , frente a<br />
la segunda, tercera y cuarta, elaboradas con «proverbios» , y frente al tratadillo doctrinal <strong>de</strong> la quinta.<br />
No ha habido nunca fábula sin moraleja, y ya la Disciplina clericalis enseñaba a aliar los relatos con<br />
88 Remito a mi artículo «Sobre el origen <strong>de</strong> la autobiografía» (y cito la p. 303 ), resumiendo aquí<br />
observaciones con que lo he completado posteriormente ( vid. n. 83) y que hace treinta años presentaba<br />
solo in nuce y harto <strong>de</strong>slavazadamente ( pp. 323-325). Para la tradición manuscrita pseudovidiana,<br />
vid. ahora en especial las ediciones <strong>de</strong>l Pamphilus por F. G. Becker, Düsseldorf, 1972, De vetula<br />
por D. M. Robathan, Amsterdam, 1968 y por P. Klopsch, Lei<strong>de</strong>n, 1967, y De nuntio sagaci por G.<br />
Rossetti, en Commedie latine <strong>de</strong>l X<strong>II</strong> e X<strong>II</strong>I secolo , <strong>II</strong>, Génova, 1980, pp. 11-125.<br />
51
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
una buena proporción <strong>de</strong> sentencias y algunas admoniciones menos lacónicas. 89 Pero en el Lucanor<br />
la divisoria entre los unos y las otras resulta tan flagrante, que se ha atribuido a una redacción en «dos<br />
estadios» , con la circulación <strong>de</strong> cada núcleo principal (I y <strong>II</strong>-IV) como «obra in<strong>de</strong>pendiente» . 90 Sea<br />
efectivamente así (según sugiere comprobar que en la primera parte no hay alusiones a las siguientes,<br />
y sí viceversa) o la divergencia obe<strong>de</strong>zca a los <strong>de</strong>signios originarios <strong>de</strong>l autor, conviene no olvidar<br />
que una separación tan tajante no tiene paralelo en las obras castellanas <strong>de</strong> corte similar, mientras la<br />
tradición <strong>de</strong>l género ofrece a cada paso manuscritos que enfilan colecciones <strong>de</strong> exempla y repertorios<br />
gnómicos: 91 en España, no hace falta ir más allá <strong>de</strong>l Calila e Dimna , para encontrarlo en el códice<br />
1763 <strong>de</strong> Salamanca en compañía <strong>de</strong> los Bocados <strong>de</strong> oro , el Libro <strong>de</strong> los buenos proverbios o el<br />
Diálogo <strong>de</strong>l filósofo Segundo . 92 La yuxtaposición, por bloques, <strong>de</strong> «enxienplos» y «proverbios» en<br />
El con<strong>de</strong> Lucanor (o, mutatis mutandis , en el Zifar ) no se parece tanto al uso propio <strong>de</strong> los libros<br />
cuanto al proce<strong>de</strong>r <strong>de</strong>finitorio <strong>de</strong> las misceláneas.<br />
Con la apoteosis <strong>de</strong> tal proce<strong>de</strong>r en el Rimado <strong>de</strong> palacio po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>spedirnos aquí <strong>de</strong> nuestro<br />
siglo XIV. Es sabido que las coplas 717-906 son un «<strong>de</strong>sahogo lírico» 93 constituido por dieciséis<br />
piezas compuestas en distintas fechas, sobre distintos temas y en distintos versos (hasta <strong>de</strong>ntro<br />
<strong>de</strong> la cua<strong>de</strong>rnavía...), y a posteriori enhebradas con ostensibles embastes. Pero no es menor el<br />
batiburrillo <strong>de</strong> las anteriores, don<strong>de</strong> los manuales <strong>de</strong> confesión y las argucias <strong>de</strong> la sátira <strong>de</strong> estados<br />
que normalmente les iba implícita o aneja insinúan un hilo mínimo y fácil para ensartar cuanto a don<br />
Pero se le ha ido pasando por la cabeza a lo largo <strong>de</strong> los años. Las estrofas 907-1547 son el resultado<br />
<strong>de</strong> parafrasear el Libro <strong>de</strong> Job, alternarlo con los Morales y <strong>de</strong>smenuzar luego el discurso <strong>de</strong> San<br />
89 Vid. B. Taylor, «La sabiduría <strong>de</strong> Pedro Alfonso: la Disciplina clericalis », en Estudios sobre<br />
Pedro Alfonso <strong>de</strong> Huesca , ed. M. J. Lacarra, Huesca, 1966, pp. 291-308.<br />
90 Las frases citadas son <strong>de</strong> A. Deyermond, prólogo a Libro <strong>de</strong>l con<strong>de</strong> Lucanor , Madrid, 1984, pp.<br />
31-32. Vid. el excelente estado <strong>de</strong> la cuestión que ofrece G. Serés, ed. , El con<strong>de</strong> Lucanor , Barcelona,<br />
1994, pp. XLV<strong>II</strong>I-LX, cuyas interpretaciones comparto.<br />
91 Cf. sólo J. Berlioz y M. A. Polo <strong>de</strong> Beaulieu, Les «exempla» médiévaux. Introduction à la<br />
recherche... , Carcasona, 1992.<br />
92 Véase M. J. Lacarra, «Un fragmento inédito <strong>de</strong>l Calila e Dimna », El crotalón , I (1984), pp.<br />
679-906.<br />
93 La frase y la numeración son <strong>de</strong> G. Orduna: la primera, <strong>de</strong> su editio minor , Madrid, 1987, p. 46.<br />
52
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
Gregorio para dispersarlo en migajas: 94 no es preciso suponerle gran<strong>de</strong>s malandanzas póstumas al<br />
original para explicar el amasijo <strong>de</strong> flores patrísticas que se instaura en los miles <strong>de</strong> versos que aún<br />
quedan para cerrar el poema. El temple humano <strong>de</strong>l Canciller y unos cuantos ramalazos <strong>de</strong> inspiración<br />
no <strong>de</strong>jan <strong>de</strong> dar una cierta armonía al conjunto, pero, en última instancia, el Rimado muestra un diseño<br />
homólogo al <strong>de</strong> tantos y tantos manuscritos don<strong>de</strong> los Morales , en todo o en parte, conviven con<br />
opúsculos, tratados y prontuarios <strong>de</strong> idéntica laya que los empleados por López <strong>de</strong> Ayala: manuscritos,<br />
por limitarnos <strong>de</strong> nuevo a un solo ejemplo, como uno, <strong>de</strong> tiempos cercanos a don Pero, que arrima<br />
capítulos «<strong>de</strong> la doctrina <strong>de</strong> Sant Gregorio <strong>de</strong> las tentaciones e <strong>de</strong> las consolaciones por do han <strong>de</strong> pasar<br />
los justos» , un «libro que fabla cuál <strong>de</strong>be seer la confesión» y otros sobre «las obras <strong>de</strong> misericordia» ,<br />
«los diez mandamientos» , «la vertut <strong>de</strong> la castidat» o «las bienaventuranças <strong>de</strong> pobreza» . 95<br />
En el Trescientos, en España y fuera <strong>de</strong> España, la proliferación <strong>de</strong> los libros mestizos, urdidos<br />
<strong>de</strong> ingredientes variopintos que se superponen sin llegar a fundirse, es fenómeno que sin duda <strong>de</strong>be<br />
relacionarse con factores externos a la literatura y con otros que no podrían serle más propios: la<br />
divulgación <strong>de</strong>l papel y los progresos <strong>de</strong> la alfabetización, por ejemplo, multiplicaron los códices<br />
misceláneos; el agotamiento <strong>de</strong> los géneros clásicos <strong>de</strong> la tradición medieval convidaba, antes <strong>de</strong><br />
orillarlos en mayor o menor medida, a intentar remozarlos por la vía <strong>de</strong> la combinación y <strong>de</strong> la<br />
mixtura; y ambas series <strong>de</strong> datos coincidían en proponer a poetas y prosistas unos paradigmas creativos<br />
inusitadamente libres y laxos.<br />
Son, opino, realida<strong>de</strong>s bastante firmes cuando se predican en términos generales, pero el nivel<br />
<strong>de</strong> certidumbre que les correspon<strong>de</strong> no ha <strong>de</strong> confundirse con ninguna panacea: la piedra <strong>de</strong> toque<br />
nos la dará la posibilidad <strong>de</strong> conjugarlas caso por caso con las variables que nos ofrecen personas y<br />
94 Sumamente revelador al respecto es J. L. Coy, «“Busco por que lea algunt libro notado”: <strong>de</strong><br />
las notas <strong>de</strong> los Morales al texto <strong>de</strong>l Rimado <strong>de</strong> Palacio », Romance Philology , XXX (1977), pp.<br />
454-469. Completa bibliografía y nuevas aportaciones, en la edición <strong>de</strong> M. Morrás (en prensa).<br />
95 M. Artigas y E. Sánchez Reyes, Catálogo <strong>de</strong> la <strong>Biblioteca</strong> <strong>de</strong> Menén<strong>de</strong>z Pelayo , I: Manuscritos ,<br />
Santan<strong>de</strong>r, 1957, núm. 6, pp. 12-15, y C. B. Faulhaber et al. , Bibliography of Old Spanish Texts ,<br />
Madison, 1984 3 , núms. 2890-2992, p. 248. El códice comienza con «el libro que llaman Crímaco<br />
» , es <strong>de</strong>cir, la Scala coeli , que se ha querido relacionar con la «figura» <strong>de</strong> la «escala» en el Rimado ,<br />
cc. 654-685; cf. R. P. Kinka<strong>de</strong>, «On Dating the Rimado <strong>de</strong> palacio » , Kentucky Romance Quarterly ,<br />
XV<strong>II</strong>I (1971), p. 27, y M. Garcia, ed. , «Libro <strong>de</strong> poemas» o «Rimado <strong>de</strong> palacio» , I, Madrid, 1978,<br />
p. 260.<br />
53
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
ocasiones. Guardémonos <strong>de</strong> quienes nos invitan a guardarnos <strong>de</strong> las generalizaciones, porque sin ellas<br />
nunca saldremos <strong>de</strong> la anécdota ni <strong>de</strong> la ‘crítica literaria’ ( ut supra ); pero guardémonos también<br />
<strong>de</strong> creer que el grado <strong>de</strong> verdad que puedan alcanzar basta para esclarecer <strong>de</strong> suyo cada uno <strong>de</strong> los<br />
hechos históricos que las sustentan.<br />
«Entre el códice y el libro (Notas sobre los paradigmas misceláneos y la literatura <strong>de</strong>l siglo XIV)»,<br />
Romance Philology , LI (1997-1998), pp. 151-169; versión corregida y aumentada <strong>de</strong> «Entre el códice<br />
y el libro», en Libro <strong>de</strong>l caballero Zifar. Códice <strong>de</strong> París , estudios publicados bajo la dirección <strong>de</strong><br />
F. R. , ed. Rafael Ramos, Moleiro Editor, Barcelona, 1996, pp. 245-258, 261-262.<br />
No vi a tiempo los trabajos <strong>de</strong> varios autores reunidos por S. G. Nichols y S. Wenzel en The Whole<br />
Book. Cultural Perspectives on the Medieval Miscellany , Ann Arbor, Michigan, 1996, con más <strong>de</strong><br />
una indicación interesante a mi propósito. Una impagable fuente <strong>de</strong> información sobre muchas <strong>de</strong><br />
las cuestiones aquí tratadas son las Sche<strong>de</strong> bibliografiche que aparecen regularmente en la revista<br />
Scrittura e Civiltà , Leo S. Olschki, Florencia; ahí, XX<strong>II</strong> (1998), p. 509, se encontrará la positiva<br />
segnalazione que <strong>de</strong> mi estudio hizo Armando Petrucci.<br />
54
- <strong>II</strong>I -<br />
«Por aver mantenencia»<br />
El aristotelismo heterodoxo en el Libro <strong>de</strong> buen amor<br />
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
«De todos instrumentos yo, libro, só pariente » . Conocemos el recurso por clásicos y medievales:<br />
el poema se presenta a sí mismo y charla sobre sí mismo en primera persona. Pero en el Libro <strong>de</strong> buen<br />
amor la vieja treta tiene la virtud <strong>de</strong> certificarnos que la voz que dice yo en la copla 70 no pue<strong>de</strong><br />
ser la misma que dice yo en la inicial lamentatio animae peccatricis o en el accessus en prosa. Lo<br />
iba anunciando el acento cada vez más ligero <strong>de</strong> los preámbulos, y ahora nos consta ya: hay que estar<br />
en guardia, porque hemos entrado resueltamente en los reinos <strong>de</strong> la ficción. Tras oír a la obra, pues,<br />
no nos costará mucho <strong>de</strong>scubrir que quien inmediatamente rompe a hablar tampoco es el autor, sino<br />
el principal protagonista. Él no parece hombre <strong>de</strong> «poquilla ciencia e <strong>de</strong> mucha e gran ru<strong>de</strong>za» , qué<br />
va, ni amigo <strong>de</strong> acogerse a la Biblia, el Decreto y San Gregorio. Al contrario, aunque pronto haya <strong>de</strong><br />
bajar el punto, él comienza con el tonillo <strong>de</strong> seguridad que le presta el más egregio <strong>de</strong> los paganos:<br />
Como dize Aristótiles, cosa es verda<strong>de</strong>ra,<br />
el mundo por dos cosas trabaja: la primera,<br />
por aver mantenencia; la otra cosa era<br />
por aver juntamiento con fenbra plazentera.<br />
Si lo dixiese <strong>de</strong> mío, sería <strong>de</strong> culpar;<br />
dízelo grand filósofo, non só yo <strong>de</strong> rebtar:<br />
<strong>de</strong> lo que dize el sabio non <strong>de</strong>vemos dubdar,<br />
ca por obra se prueba el sabio e su fablar.<br />
Que diz verdat el sabio claramente se prueva:<br />
omnes, aves, animalias, toda bestia <strong>de</strong> cueva<br />
quieren segund natura conpaña sienpre nueva,<br />
e quanto más el omne que toda cosa que·s mueva.<br />
Digo muy más el omne que toda creatura:<br />
todas a tienpo cierto se juntan con natura;<br />
el omne <strong>de</strong> mal seso, todo tienpo, sin mesura,<br />
cada que pue<strong>de</strong>, quiere fazer esta locura.<br />
El fuego sienpre quiere estar en la ceniza,<br />
55
comoquier que más ar<strong>de</strong> quanto más se atiza;<br />
el omne quando peca bien vee que <strong>de</strong>sliza,<br />
mas non se parte en<strong>de</strong>, ca natura lo enriza.<br />
E yo, como só omne como otro pecador,<br />
ove <strong>de</strong> las mugeres a las vezes grand amor;<br />
provar omne las cosas non es por en<strong>de</strong> peor,<br />
e saber bien e mal, e usar lo mejor. 96<br />
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
Peor o mejor entendida, enlazada mejor o peor con las estrofas siguientes, la mención <strong>de</strong> Aristóteles<br />
que abre el pasaje ha solido explicarse como una referencia no menos concreta que las «palabras <strong>de</strong><br />
sabio» que dijo «Catón» y se recuerdan al comienzo <strong>de</strong>l capitulillo prece<strong>de</strong>nte (44) : como la cita<br />
unívoca e inequívoca <strong>de</strong> un texto bien <strong>de</strong>terminado. Nadie, sin embargo, ha llegado a mostrar que el<br />
texto en cuestión se traduzca a la letra (según sí ocurre con las aludidas «palabras» <strong>de</strong> los Catonis<br />
Disticha , <strong>II</strong>I, 6); y creo que es empeño inútil buscar en el corpus aristotelicum un par <strong>de</strong> frases<br />
contiguas que coincida exactamente con la copla 71. Ni es aceptable que a Juan Ruiz le conviniera<br />
aducir en posición tan prominente unas afirmaciones <strong>de</strong>l Filósofo mal conexas y relativamente<br />
poco conocidas: 97 la eficacia <strong>de</strong> la auctoritas -veremos- consistía en contrastar en seguida unas<br />
famosísimas premisas <strong>de</strong> Aristóteles y las particulares conclusiones que apunta el Arcipreste.<br />
Si no nos las habemos, pues, con una cita literal y, con todo, los lectores habían <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntificarla como<br />
auténtica, parece verosímil que nuestros versos remitan a unos gran<strong>de</strong>s rasgos, a unos planteamientos<br />
básicos <strong>de</strong>l sistema aristotélico. No se trataba, entonces, <strong>de</strong> romancear un proverbio tan manoseado<br />
96 Las citas <strong>de</strong>l Libro <strong>de</strong> buen amor se dan según el texto crítico preparado por Alberto Blecua para<br />
la edición en que ambos hemos colaborado ( Madrid, Cátedra , en prensa).<br />
97 Por ahí van, no obstante, las propuestas <strong>de</strong> E. Buceta, en Revista <strong>de</strong> filología española , X<strong>II</strong> (1925),<br />
pp. 56-60, y <strong>de</strong> A. N. Zahareas, The Art of Juan Ruiz, Archpriest of Hita , Madrid, 1965, pp. 181-188.<br />
En los fragmentos aristotélicos que sacan a colación ( Política , I, ii y viii, 1252 a y 1256 b , e Historia<br />
animalium , V<strong>II</strong>I, i y V, viii, 588 y 542, respectivamente), hay -por fuerza- concordancias con el locus<br />
capital que abajo consi<strong>de</strong>raremos, pero no la organicidad imprescindible para dar cuenta <strong>de</strong> las coplas<br />
71-75 como conjunto. Si el poeta tuvo presente alguno <strong>de</strong> ellos (entre muchos análogos), hubo <strong>de</strong><br />
ser a costa <strong>de</strong> insertarlo a título <strong>de</strong> glosa en el curso <strong>de</strong> una exposición que no se <strong>de</strong>rivaba ni <strong>de</strong> la<br />
Política ni <strong>de</strong> la Historia animalium .<br />
56
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
como el «Interpone tuis interdum gaudia curis» <strong>de</strong>l pseudo Catón, sino <strong>de</strong> evocar en general las<br />
enseñanzas <strong>de</strong> un autor: no reducidas a una breve acuñación memorable, pero también universalmente<br />
sabidas (y también aprendidas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la escuela). Casi como al indicar que en Tolomeo se hallan -sin<br />
más precisiones- valiosos datos sobre «el ascen<strong>de</strong>nte e la costellación» (124) , o en Ovidio «muchas<br />
buenas maneras para enamorado» (429) .<br />
La articulación <strong>de</strong> las coplas 71-75 revela que Juan Ruiz no toma el nombre <strong>de</strong> Aristóteles en<br />
vano: alega, en efecto, una doctrina suya fundamental, y se apoya con seguridad en el locus classicus<br />
ineludible. Pero la alega con la soltura <strong>de</strong> quien está suficientemente familiarizado con el pensamiento<br />
<strong>de</strong>l Estagirita: sin necesidad <strong>de</strong> ceñirse a la mera transcripción <strong>de</strong> unas líneas, sino invocándolo en<br />
una formulación a la vez fiel y personal, entresacando y trenzando diestramente las i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> ese locus<br />
classicus . Ya hubiera accedido a él por vía directa -aunque <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego con escolios o con los<br />
comentarios <strong>de</strong>l maestro-, ya lo hubiera asimilado a través <strong>de</strong> una o varias <strong>de</strong> las incontables fuentes<br />
que lo transmitían <strong>de</strong>sentrañado y expuesto en términos similares, el Arcipreste se remonta al mismo<br />
núcleo <strong>de</strong> la «filosofía natural» aristotélica.<br />
No otra cosa es el libro segundo <strong>de</strong>l De anima , en apenas tres páginas, allá don<strong>de</strong> los seres<br />
vivos se jerarquizan en una scala naturae , 98 <strong>de</strong> acuerdo con las potencias <strong>de</strong>l alma que poseen:<br />
pues «en ciertos vivientes se dan todas, mientras en algunos se dan unas cuantas y en otros, en fin,<br />
una sola» (<strong>II</strong>, iii; 414 a 29-31) . Las tales potencias o almas son «las faculta<strong>de</strong>s nutritiva, sensitiva,<br />
<strong>de</strong>si<strong>de</strong>rativa, motora y discursiva» : «vegetativum, sensitivum, appetitivum, motivum secundum<br />
locum, intellectivum» (31-32) . 99 Para aclarar ese apretado esquema, hay que hablar «primeramente<br />
98 Para la tradición literaria <strong>de</strong>l tema y <strong>de</strong> varios motivos que a menudo se le asociaron, véase, por<br />
ejemplo, F. Rico, El pequeño mundo <strong>de</strong>l hombre. Varia fortuna <strong>de</strong> una i<strong>de</strong>a en las letras españolas ,<br />
Madrid, 1970 (y reimpr. aumentada, Madrid, 1986), pp. 22, 246 y passim ; H. Galinsky, Naturae<br />
Cursus , Hei<strong>de</strong>lberg, 1968; J. Hutton, «Spenser’s “Adamantine Chains”: A Cosmological Metaphor» ,<br />
en The Classical Tradition... Studies in Honor of H. Caplan , Ithaca, N. Y. , 1966, pp. 572-594; M.<br />
Lapidge, «A Stoic Metaphor in Late Latin Poetry: the Binding of the Cosmos» , en Latomus , XXXIX<br />
(1980), pp. 817-837.<br />
99 Empleo, con algún retoque <strong>de</strong> estilo, la excelente traducción española <strong>de</strong> T. Calvo Martínez<br />
( Acerca <strong>de</strong>l alma , Madrid, 1978) ; doy la latina, imprescindible, según la translatio vetus , manejada<br />
por Santo Tomás ( In Aristotelis librum <strong>de</strong> anima , ed. A. M. Pirotta, Turín, 1925) y Pedro Hispano<br />
( vid. n. 104).<br />
57
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
<strong>de</strong> la nutrición y la generación» , «primum <strong>de</strong> alimento et generatione» . «Porque la potencia primera<br />
y más común» , <strong>de</strong>finitoria <strong>de</strong> los seres vivos, es «el alma nutritiva» ( «vegetativa anima» ), «y<br />
obras suyas son el engendrar y el alimentarse» , «cuius sunt opera generare et alimento uti» (<strong>II</strong>,<br />
iv; 415 a 22-26) .<br />
De hecho, las dos funciones <strong>de</strong>l alma vegetativa se reducen a una, en tanto una y la misma es su<br />
finalidad: la perduración. «Y es que para todos los vivientes que son perfectos» -continúa Aristóteles,<br />
sin quiebros- «la más natural <strong>de</strong> las obras consiste en hacer otro viviente semejante a sí mismos -si se<br />
trata <strong>de</strong> un animal, otro animal, y si <strong>de</strong> una planta, otra planta- con el fin <strong>de</strong> participar <strong>de</strong> lo eterno y lo<br />
divino en la medida en que les es posible» . La pervivencia es el fin <strong>de</strong> todos los seres y <strong>de</strong> «cuantas<br />
acciones realizan naturalmente» : «omnia illud appetunt et illius causa agunt quaecumque agunt<br />
secundum naturam» . Ahora bien, como el ser vivo es mortal y «no pue<strong>de</strong> permanecer siendo el<br />
mismo en su individualidad» , su forma <strong>de</strong> participación en lo eterno se logra mediante la conservación<br />
<strong>de</strong> la especie: «et permanet non i<strong>de</strong>m sed ut i<strong>de</strong>m, numero qui<strong>de</strong>m non unum, specie autem unum»<br />
(26 b 7) .<br />
Tal es la concepción que recoge la copla 71 y se prolonga y manipula en las siguientes. Recitándola<br />
<strong>de</strong> memoria, y quizá aviesamente, muchos aficionados a la literatura hemos confundido el sujeto <strong>de</strong>l<br />
verso b : ‘el omne por dos cosas trabaja ’ . Pero Juan Ruiz, claro, no escribe eso, ni siquiera piensa<br />
únicamente en «los omnes e las otras animalias» (como reza el epígrafe <strong>de</strong>l códice salmantino). El<br />
sujeto no ofrece dudas: «el mundo» ; y nos consta que «‘mundo’ es dicho por las cosas vivas que viven<br />
sobre tierra, e tanto quiere <strong>de</strong>zir ‘mundo’ como ‘cosas que se mudan’» : 100 es el mundo sublunar -<br />
plantas incluidas-, 101 don<strong>de</strong> el movimiento se ofrece como principio intrínseco <strong>de</strong> la vida (la noción<br />
aristotélica se cifra en una célebre etimología: mundus a motu ). 102 El predicado tampoco es dudoso:<br />
«trabaja por » , scilicet , ‘pone esfuerzo y aplicación para obtener un fin’. Y en el mundo <strong>de</strong> Aristóteles<br />
todos los seres vivos están en una tensión -el movimiento- entre la potencia y el acto para alcanzar<br />
el fin <strong>de</strong> su propia perfección ( cf. 415 b 8-24). En nuestro caso, la permanencia. «Omnia illud<br />
appetunt et illius causa agunt » . En verdad, «el mundo trabaja» , primero, «por aver mantenencia» ,<br />
es <strong>de</strong>cir, por perdurar, pervivir, conservarse.<br />
100 Los «Lucidarios» españoles , ed. R. P. Kinka<strong>de</strong>, Madrid, 1968, p. 157 .<br />
101 Lo asegura el verso 1225 c ( «los omnes e las aves e toda noble flor» ), abajo comentado.<br />
102 Cf. El pequeño mundo <strong>de</strong>l hombre , pp. 72-73.<br />
58
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
No cabe limitar el sentido <strong>de</strong> «mantenencia» a ‘alimento, comida’, ni las «dos cosas» enunciadas -<br />
«mantenencia» , «juntamiento con fenbra plazentera» - reflejan una a una la <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong> Aristóteles <strong>de</strong><br />
disertar «primum <strong>de</strong> alimento et generatione» . El paralelismo es tan tentador como engañoso. En el<br />
De anima , alimento y generación no son «dos cosas» , sino una, «la primera» . En el Libro <strong>de</strong> buen<br />
amor , por su parte, «mantenencia» no significa ‘alimento’, sino ‘conservación’. 103 En la copla 71 ,<br />
en concreto, «el mundo trabaja por aver mantenencia» marca el acento en el impulso <strong>de</strong> perduración<br />
inherente a los seres vivos y, con ese horizonte, se hace cargo <strong>de</strong>l entero ciclo <strong>de</strong>l alma vegetativa.<br />
Pues hay que reiterar, todavía con el mismo capítulo <strong>de</strong> Aristóteles, que «haec potentia animae»<br />
es indisolublemente nutritiva y reproductora, «et vegetativa et generativa» (416 a 19) . Como<br />
subrayan los exegetas medievales, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los más antiguos, «per hoc quod dicit generare cointendit<br />
103 Y, por en<strong>de</strong>, alguna vez, ‘[persistencia en] una cierta forma <strong>de</strong> vivir’. La acepción básica y<br />
predominante <strong>de</strong> mantener es la segunda <strong>de</strong>l Diccionario académico : «conservar una cosa en su<br />
ser; darle vigor y permanencia» (<strong>de</strong> don<strong>de</strong> ‘observar un modo <strong>de</strong> vida, perseverar en un estado o<br />
conducta’). Las concordancias <strong>de</strong>l Libro permiten apreciarlo <strong>de</strong> un vistazo: «non cobdicie compaña,<br />
si sólo se mantién» (110 d ) ; el amor «al mancebo mantiene mucho en mancebez» (157 a ) ; «non ha lo<br />
que cobdicia, lo suyo non mantiene» (225 c ) ; «el que la ha <strong>de</strong>sonrada, déxala, non la mantiene» (885<br />
a ) ; «la mi leal Urraca, ¡que Dios me la mantenga!» (939 a ) ; «en mantener omne huérfana obra<br />
es <strong>de</strong> piedad» (1707 a ) ; y cf. 1687 b : ¿ «toviste porfía» ? A esa luz, los otros dos casos <strong>de</strong><br />
«mantenencia» resultan diáfanos: «pidiés a Dios que te diese salud e mantenencia» ( 250 c ; cf. 251<br />
ab : «Oyó Dios tus querellas e diote buen consejo, / salud e gran riqueza e thesoro sobejo» ); «con<br />
muchos abogados era su mantenencia» (496 b ) . De los cinco ejemplos <strong>de</strong> «mantenencia» registrados<br />
por L. Kasten y J. Nitti, Concordances and Texts of the Royal Scriptorium Manuscripts of Alfonso<br />
X, el Sabio , Madison, 1978 ( «en buen veiez e assaz en buena mantenencia» , «la mantenencia <strong>de</strong>l<br />
regno» , etc. ), sólo uno se restringe quizá para realzar el valor <strong>de</strong> ‘alimento’, sin per<strong>de</strong>r el más amplio<br />
<strong>de</strong> ‘modo <strong>de</strong> conservación, tenor <strong>de</strong> vida, observancia’: «et la mantenencia daquel tiempo <strong>de</strong> cercal<br />
mont Sinay fue la manna e ell agua <strong>de</strong> la piedra <strong>de</strong> Oreb» . Pero tal uso, si realmente se dio, parece<br />
haber sido muy ocasional. Es harto indicativo que la Vida <strong>de</strong> Santa María Egipcíaca (652) traduzca<br />
«sostenance» por «abstinencia» (como en el giro hacer penitencia «comer» , v. gr. , en Don Quijote , <strong>II</strong>,<br />
iii ), cuando tan bien cumplía «mantenencia» los requisitos <strong>de</strong> medida y rima: el sentido <strong>de</strong> «alimento»<br />
era <strong>de</strong>sconocido o sumamente excepcional; y en nuestro contexto resultaría incomprensible ( vid. n.<br />
107). Compárese aún El con<strong>de</strong> Lucanor , I, xxvi, ed. J. M. Blecua, don Juan Manuel, Obras completas ,<br />
<strong>II</strong> (Madrid, 1983), p. 210 : «la raíz <strong>de</strong>l árbol es la cosa que da la vida et la mantenencia al árbol» .<br />
59
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
hoc quod est alimento uti» , y todo el proceso se en<strong>de</strong>reza unitariamente a la permanencia, a la postre<br />
«in esse perpetuo» . 104 Así, el individuo «pervive en tanto se alimenta» ( «salvat substantiam et<br />
usque ad hoc est quousque alat» ), mientras el alimento «produce la generación, no <strong>de</strong>l viviente que<br />
se alimenta, sino <strong>de</strong> otro semejante a él, puesto que la substancia <strong>de</strong> este existe ya y nada se engendra<br />
-solo se conserva- a sí mismo» ( b 14-17) .<br />
«El mundo» , entonces, «por dos cosas trabaja» : en un primer escalón, en el ámbito <strong>de</strong>l primer<br />
grado <strong>de</strong> la vida, en el dominio <strong>de</strong>l alma solo vegetativa, «trabaja» por la perduración, <strong>de</strong>l individuo<br />
e -inseparablemente- <strong>de</strong> la especie. Trabaja «por aver mantenencia» . Es «la primera» característica<br />
y el común <strong>de</strong>nominador <strong>de</strong> los seres vivos. La formulación <strong>de</strong>l Arcipreste hace plena justicia a las<br />
funciones <strong>de</strong>l alma vegetativa: «como lo correcto es poner a cada cosa un nombre <strong>de</strong>rivado <strong>de</strong> su fin<br />
y el fin en este caso es engendrar otro ser semejante [que asegure la pervivencia], el alma primera<br />
será el principio generador <strong>de</strong> otro ser semejante» (23-25) .<br />
Pero el último verso <strong>de</strong> nuestra copla nos hace subir un peldaño y llegar al alma sensitiva, que<br />
incluye a la vegetativa y se <strong>de</strong>spliega en un continuo <strong>de</strong> faculta<strong>de</strong>s nítidamente conexas. Cierto: la<br />
sensibilidad supone el discernimiento y va <strong>de</strong> la mano con el <strong>de</strong>seo; «y el apetito, los impulsos y la<br />
voluntad son clases <strong>de</strong> <strong>de</strong>seo. Ahora bien, todos los animales poseen una al menos <strong>de</strong> las sensaciones,<br />
el tacto, y en el sujeto en que se da la sensación se dan también el placer y el dolor, lo placentero y<br />
lo doloroso; luego si se dan estos procesos, se da también el apetito, ya que este no es sino el <strong>de</strong>seo<br />
<strong>de</strong> lo placentero» : «cui autem sensus inest, huic et laetitia et tristitia, et dulce et triste; quibus autem<br />
haec, et concupiscentia; <strong>de</strong>lectabilis enim rei appetitus est haec» (<strong>II</strong>, iii; 414 b 2-7) . A ciertos<br />
animales, a<strong>de</strong>más, «les correspon<strong>de</strong> también la facultad <strong>de</strong>l movimiento local» (17) , para procurar<br />
el placer y rehuir el dolor.<br />
Ese es el marco <strong>de</strong> referencia cuando Juan Ruiz proclama que «la otra cosa» a que «el mundo» se<br />
aplica es «aver juntamiento con fenbra plazentera» . Estamos ahora en el reino <strong>de</strong>l alma sensitiva, en<br />
el segundo grado <strong>de</strong> la vida. El alma sensitiva retiene -por supuesto- el afán <strong>de</strong> conservación <strong>de</strong>l alma<br />
vegetativa y discierne las operaciones ad hoc como causa mayor <strong>de</strong>l placer que a ella le es propio.<br />
La potencia reproductora <strong>de</strong>l alma vegetativa, al ascen<strong>de</strong>r al escalón <strong>de</strong>l alma sensitiva, va dotada <strong>de</strong><br />
la sensación (cuando menos) <strong>de</strong>l tacto, <strong>de</strong> la discriminación <strong>de</strong>l placer y <strong>de</strong>l movimiento al servicio<br />
<strong>de</strong>l apetito. Para cualquier letrado <strong>de</strong> la época, con la falsilla proporcionada por los anteriores versos<br />
104 Pedro Hispano, In Aristotelis librum <strong>de</strong> anima commentarii , en Obras filosóficas , ed. M.<br />
Alonso, <strong>II</strong>I (Madrid, 1952), pp. 147-149 .<br />
60
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
<strong>de</strong> la copla, el substantivo «juntamiento» y el adjetivo «plazentera» bastaban para sugerir los rasgos<br />
peculiares <strong>de</strong>l alma sensitiva.<br />
Y para provocar una sonrisa. Porque claro está que el personaje <strong>de</strong> Juan Ruiz ha empezado<br />
a barrer para <strong>de</strong>ntro. No sería hipérbole in<strong>de</strong>fendible afirmar que «aver mantenencia» <strong>de</strong>scribe<br />
exhaustivamente las funciones <strong>de</strong>l alma vegetativa. Pero resulta evi<strong>de</strong>nte que «aver juntamiento con<br />
fenbra plazentera» abarca un campo bastante más restringido en relación con el alma sensitiva: es<br />
la ‘traducción’ <strong>de</strong> las faculta<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l alma vegetativa al plano <strong>de</strong>l alma sensitiva, con hincapié -<br />
cómicamente <strong>de</strong>terminado- en unos aspectos <strong>de</strong> la segunda y en <strong>de</strong>trimento <strong>de</strong> muchos otros. Hemos<br />
ascendido un peldaño en la scala naturae -<strong>de</strong> todos los seres vivos, sin excepción, a los animales-,<br />
pero lo contemplamos sólo con el punto <strong>de</strong> vista que traíamos <strong>de</strong>l prece<strong>de</strong>nte, y <strong>de</strong>sprovisto <strong>de</strong><br />
dimensiones que no hubiera sido inútil realzar. (Sin embargo, no se <strong>de</strong>scui<strong>de</strong> que cada potencia <strong>de</strong>l<br />
alma está contenida en las superiores, «como el triángulo en el cuadrilátero y el alma vegetativa en la<br />
sensitiva» [414 b 30] : tampoco era forzoso, por tanto, insistir en que buscar «juntamiento» implica<br />
buscar «mantenencia» ). Al ascen<strong>de</strong>r, pues, ya no divisamos todo el nuevo panorama, sino una parte<br />
ten<strong>de</strong>nciosamente coloreada. No sería necesario que siguiéramos ascendiendo -según habremos <strong>de</strong><br />
hacer- hasta el alma discursiva <strong>de</strong>l hombre, para advertir que los planteamientos <strong>de</strong>l De anima están<br />
usufructuados pro domo , con malicia. El Arcipreste no traiciona a Aristóteles, pero lleva el agua<br />
a su molino: elige los elementos que mejor se prestan a justificar una soñada carrera <strong>de</strong> «doñeador<br />
alegre» . De suerte que la chispa <strong>de</strong>l asunto estaba en que el lector medianamente instruido -no hacía<br />
falta sino haberse asomado por las aulas- reconociera al punto la doctrina general <strong>de</strong> Aristóteles y el<br />
concreto, interesado enfoque que le daba Juan Ruiz.<br />
Es obvio que el De anima no se copia literalmente (aunque a la letra se recuer<strong>de</strong> a veces): nos<br />
hallamos menos ante una cita que ante una expositio , en síntesis, <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>a aristotélica <strong>de</strong> la scala<br />
naturae . Una expositio , pues, no <strong>de</strong> la littera , sino <strong>de</strong> la sententia , y conducida con la flexibilidad<br />
permitida en ese género didáctico, pero sin mengua <strong>de</strong> las rigurosas maneras escolásticas. A <strong>de</strong>cir<br />
verdad, nuestro pasaje <strong>de</strong> ningún modo podría explicarse mejor que utilizando las pautas técnicas<br />
<strong>de</strong>l escolasticismo ( «Ostendit Dividit in partes duas In prima <strong>de</strong>terminat » , etc. , etc.), notoria<br />
y zumbonamente evocadas por Juan Ruiz. Mas, para no fabricar un pastiche a su vez menesteroso<br />
<strong>de</strong> elucidación, me contentaré con aludir ocasionalmente a tales pautas y señalar a gran<strong>de</strong>s trazos la<br />
andadura <strong>de</strong> las coplas 71-76.<br />
A poco que se analicen, es obvio que las estrofas impares se <strong>de</strong>dican mayormente a presentar la<br />
doctrina <strong>de</strong>l De anima , a ce<strong>de</strong>r la iniciativa a la auctoritas , mientras las estrofas pares asumen<br />
61
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
un tono más subjetivo -incluso cuando introducen asertos igualmente autorizados- y se ofrecen como<br />
exégesis o reacción personales a la enseñanza <strong>de</strong> Aristóteles. Nos consta que no por ello las estrofas<br />
impares están limpias <strong>de</strong> manipulación, pero sí se percibe que el Arcipreste las da por más objetivas:<br />
a conciencia <strong>de</strong> que aun un bachiller en agraz se divertiría comprobando hasta qué punto respetaban y<br />
hasta qué punto distorsionaban el pensamiento aristotélico. Tanto era así, que tras el claroscuro <strong>de</strong> la<br />
copla 71 se imponía una (<strong>de</strong>masiado) ostentosa proclamación <strong>de</strong> fi<strong>de</strong>lidad: «Si lo dixiese <strong>de</strong> mío, sería<br />
<strong>de</strong> culpar; dízelo grand filósofo » . La auctoritas significaba en principio la garantía <strong>de</strong> veracidad,<br />
pero, según veremos ( ad n. 135), también un óptimo escudo para esquivar responsabilida<strong>de</strong>s.<br />
En cualquier caso, el buen método aconsejaba una <strong>de</strong>mostración «por obra» . El buen método, el<br />
saber proverbial, 105 y la estrategia <strong>de</strong> Juan Ruiz, que diseñaba el Libro con patrón silogístico, ab<br />
universali ad particulare , para <strong>de</strong>sembocar en las experiencias <strong>de</strong>l protagonista singular: experiencias<br />
-gozosamente abocetadas- que rebatían «por obra» gran parte <strong>de</strong> los razonamientos previos... 106<br />
En la copla 73, pues, el Arcipreste -a lo escolástico- probat quod supposuerat . «Prueva» las<br />
«dos cosas» <strong>de</strong> la estrofa 71 (y no sólo una, como suce<strong>de</strong>ría si «mantenencia» valiera ‘alimento’),<br />
107 pero por vía <strong>de</strong> especificación y evi<strong>de</strong>ntia . Antes se había referido in communi a la meta y<br />
funciones <strong>de</strong>finitorias <strong>de</strong>l alma vegetativa y a su prolongación en el dominio <strong>de</strong>l alma sensitiva. Ahora<br />
distingue y enumera las varias familias <strong>de</strong> vivientes sensitivos cuya «obra» <strong>de</strong>muestra la «verdat»<br />
<strong>de</strong>l aserto general: «omnes, aves, animalias, toda bestia <strong>de</strong> cueva » . La actividad <strong>de</strong> todos ellos, en<br />
efecto, es una puntual ilustración <strong>de</strong>l principio <strong>de</strong> acuerdo con el cual los seres vivos se esfuerzan<br />
por perdurar en un ser semejante, «omnia illud appetunt et illius causa agunt quaecumque agunt<br />
secundum naturam» (415 b 1-2) : «quieren segund natura conpaña sienpre nueva» . Hay un guiño,<br />
105 Compárese el aforismo recogido por H. Walther en varios manuscritos: «Sapiens nihil affirmat<br />
quod non probet» ( Proverbia sententiaeque latinatis medii aevi , Gotinga, 1963 ss. , núm. 27517 , y<br />
vid. s. v. ); o Santiago, <strong>II</strong>I, 13 : «Quis sapiens? Ostendat ex bona conversatione operationem suam » .<br />
Cabría amontonar muchos textos similares a 72 d .<br />
106 Véanse las certeras observaciones <strong>de</strong> A. Blecua, en el prólogo a su edición (provisional) <strong>de</strong>l<br />
Libro <strong>de</strong> buen amor , Barcelona, 1983, pp. XXV<strong>II</strong>I- XXXI.<br />
107 Nótese que la interpretación habitual <strong>de</strong> «mantenencia» rompe la ilación <strong>de</strong>l pasaje: «la primera»<br />
cosa queda sin probar y sin <strong>de</strong>sarrollar; se la enuncia e inmediatamente se la olvida, sin sacarle la<br />
menor punta. Para captar la picardía y la economía alusiva <strong>de</strong>l Arcipreste, hay que restituir a la voz<br />
su sentido <strong>de</strong> «permanencia» .<br />
62
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego: «conpaña» no es el «alterum sicut ipsum» , «quale ipsum» , «sibi simile» <strong>de</strong>l<br />
De anima medieval, pero ambas nociones son obviamente afines y el llano tránsito <strong>de</strong> la una a la<br />
otra -como por una cándida inexactitud en la traducción- da a la humorada los suficientes visos <strong>de</strong><br />
seriedad; y, a mayor abundamiento, «sienpre nueva» es calificación que se correspon<strong>de</strong> fácilmente<br />
con la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> la pervivencia «in esse perpetuo» ( cf. n. 104), la pervivencia en la especie a que se<br />
dirige el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> «alterum sicut ipsum» . 108 Al igual que en 71 d , Juan Ruiz revuelve y equipara<br />
los fines y los medios. No obstante, el eco <strong>de</strong> Aristóteles aún resuena limpiamente en las notas <strong>de</strong><br />
universalidad, persistencia e ineludibilidad que otorga a las gustosas operaciones mediante las cuales<br />
el «mundo» sensitivo persigue la «mantenencia» : «omnia» , «quaecumque» , «toda bestia» (y,<br />
en seguida, «toda cosa» , «toda creatura» ), «sienpre» . Por otro lado, culminando la ascensión y<br />
progresiva particularización a lo largo <strong>de</strong> la scala naturae -para resaltar cómo se realiza en cada<br />
peldaño el prurito <strong>de</strong> «aver mantenencia» -, el Arcipreste ponit hic differentiam : «e quanto más el<br />
omne » ; differentia que se aprecia por cotejo con todo el «mundo» dotado <strong>de</strong> movimiento intrínseco,<br />
es <strong>de</strong>cir -aristotélicamente-, <strong>de</strong> vida: «más el omne que toda cosa que·s mueva» . 109<br />
Una noticia trilladísima prueba a su vez, en la estrofa 74, la exactitud <strong>de</strong> tal afirmación: los <strong>de</strong>más<br />
animales no se aparean sino en épocas prefijadas, «a tienpo cierto» ; el hombre, cada vez que se tercia.<br />
La observación no falta en Aristóteles 110 (aunque sí en el De anima ), pero circulaba normalmente<br />
108 Obsérvese asimismo que el De anima latino habla <strong>de</strong> «alterum sibi simile» , mientras<br />
«adiutorium simile sibi» se llama a la mujer en el versículo <strong>de</strong>l Génesis (<strong>II</strong>, 18) don<strong>de</strong> se cuenta<br />
que Dios la creó para dársela «al omne por conpañera» (109 c ) . Juan Ruiz podía apoyarse en la<br />
coinci<strong>de</strong>ncia para sugerir irónicamente un porqué <strong>de</strong> su capciosa ‘traducción’. Que, con todo, seguía<br />
siendo parafraseable <strong>de</strong> modo harto fiel a Aristóteles: ‘ quieren segund natura que haya sienpre un ser<br />
semejante a ellos y con la condición <strong>de</strong> nuevo ’.<br />
109 La concordancia con Aristóteles confirma la lectura <strong>de</strong>l manuscrito G (contra S : «que a toda<br />
cosa se mueva» ). En rigor, cabe preguntarse si Juan Ruiz piensa únicamente en el movimiento local<br />
o también en el propio <strong>de</strong>l alma vegetativa. Sin embargo, pese a que «trabaja por» pone el énfasis en<br />
el dinamismo <strong>de</strong> cuanto vive, el verso 71 d , la enumeración <strong>de</strong> 73 b y la correlación <strong>de</strong> 74 ab inclinan<br />
a <strong>de</strong>cidirse por la primera posibilidad, que, a<strong>de</strong>más, casa mejor con el esquema ascen<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>l pasaje:<br />
<strong>de</strong> lo vegetativo a lo sensitivo y a lo discursivo.<br />
110 Historia animalium , 542 ( cf. n. 97), y vid. Política , I, ii, 1253 a 37-38, y Problemas , IV, xxv,<br />
879 a 26-35. Otro tanto se lee en innumerables tratados y enciclopedias ( v. gr. , el De proprietatibus<br />
63
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
como res nullius , sin connotaciones distintivamente aristotélicas. 111 En cualquier caso, Juan Ruiz<br />
la introduce como ocurrencia propia, como glosa por su cuenta a la doctrina <strong>de</strong> Aristóteles que le<br />
suministra la armazón para las coplas 71, 73 y 75. Pues, frente a las precauciones anteriores ( «Si lo<br />
dixiese <strong>de</strong> mío » ) y cuando tan oportuno sería citar a su auctoritas ( «dízelo grand filósofo » , «diz<br />
el sabio» ), lo que subraya es justamente que está hablando «<strong>de</strong> suyo» : « Digo muy más el omne » .<br />
Hay aquí, sin duda, un cambio <strong>de</strong> impostación. Del alma vegetativa hemos subido al alma sensitiva,<br />
y en la estrofa 73 se ha mencionado al «omne» , pero sólo como uno más entre los animales, reducido a<br />
los rasgos que con ellos comparte secundum naturam . La voz que se oye en las coplas 71-73 propone<br />
un razonamiento diáfano: el afán <strong>de</strong> perdurar -mediante la generación- es inherente a todos los seres<br />
vivos, ya no pasen <strong>de</strong> vegetativos, ya lleguen a sensitivos o... A discursivos, sí. Porque también ce<strong>de</strong> a<br />
ese afán el ser que corona la scala naturae merced al entendimiento y la voluntad, el que supera a «toda<br />
creatura» gracias al alma discursiva. Al entrar en el dominio <strong>de</strong> esta, no obstante, el autor <strong>de</strong>l Libro<br />
no sabe <strong>de</strong>jar que la voz que venimos oyendo cierre por completo el razonamiento y concluya que el<br />
hombre se atiene lisa y llanamente a idéntica ley natural que los restantes seres vivos. En el hombre,<br />
la «natura» ha <strong>de</strong> conjugarse con la «mesura» . No pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse imperturbable que la «creatura»<br />
beneficiaria <strong>de</strong>l alma discursiva se comporta como una «bestia <strong>de</strong> cueva» ; que, aun más ciegamente, ni<br />
siquiera circunscribe su apetito «a tienpo cierto» . Comprobar que suce<strong>de</strong> así <strong>de</strong>manda una valoración.<br />
Elevarse hasta el alma discursiva obliga a tomar en cuenta sus exigencias y su peculiaridad. Por en<strong>de</strong>,<br />
rerum y el Speculum naturale ), en latín y en romance ( vid. n. 111). No doy, pues, ninguna importancia<br />
al contacto con Plinio, Naturalis historia , X, lxxxii, 171-172 : «Ceteris animalibus stati per tempora<br />
anni concubitus, homini, ut dictum est [V<strong>II</strong>, iv, 38], omnibus horis dierum noctiumque. Ceteri satias<br />
in coitu, homini prope nulla Quantum in hac parte multo nocentiores quam ferae sumus!» .<br />
111 El nombre <strong>de</strong> Aristóteles no aparece en ninguno <strong>de</strong> los tres textos castellanos más próximos al<br />
Buen amor en los que encuentro el dato: Lucidario , ed. R. P. Kinka<strong>de</strong>, p. 273 ( «fazen sus fijos los<br />
omnes en todo tienpo e non han para ello tienpo sabido, más uno que otro, así como lo han las aves<br />
e las bestias; ca veo que todas estas criaturas fazen sus fijos a los tienpos sabidos, e <strong>de</strong>l omne non<br />
acaesce así» ); Libro <strong>de</strong>l caballero Zifar , ed. J. González Muela, Madrid, 1982, p. 241 (citado abajo);<br />
don Juan Manuel, Libro <strong>de</strong> los estados , I, xxiv, en Obras completas , ed. J. M. Blecua, I (Madrid,<br />
1981), p. 239 ( «nin se llegan los maslos a las fenbras sinon en tienpo que an <strong>de</strong> engendrar segund<br />
su naturaleza» ). Vale la pena reproducir también el «proverbi» <strong>de</strong> Cerverí <strong>de</strong> Girona transcrito en<br />
la edición <strong>de</strong> Juan Ruiz preparada por J. Corominas, Madrid, 1967, p. 90 : «bèstia ez auçells / atén<br />
temps a pecar; / a hom’ es tostemps bells / on puesca pecats far» .<br />
64
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
cuando esperaríamos que el hombre -y el personaje <strong>de</strong>l Libro - recibiera una patente <strong>de</strong> corso para<br />
«aver juntamiento» a capricho «con fenbra plazentera» - «por aver mantenencia» , eso sí-, el autor nos<br />
previene contra semejante «locura» . Los sofismas naturalistas <strong>de</strong>l personaje se cortan con el sólido<br />
juicio <strong>de</strong>l autor: puesto que, remontando la scala naturae , se ha llegado al territorio <strong>de</strong>l «seso» , se<br />
impone la advertencia <strong>de</strong> que proce<strong>de</strong>r en los términos que amagaban las coplas 71-73 es <strong>de</strong> hecho<br />
usar «<strong>de</strong> mal seso» (y abandonarse a la mala voluntad: «cada que pue<strong>de</strong>, quiere fazer esta locura » ).<br />
En la ficción teórica <strong>de</strong>l protagonista se ha cruzado la «memoria <strong>de</strong> bien» , se ha infiltrado la<br />
enseñanza <strong>de</strong> un ortodoxo eclesiástico. Sobre los versos 74 cd se proyecta la luz <strong>de</strong>l prólogo:<br />
«Comoquier que a las vegadas [el hombre] se acuer<strong>de</strong> pecado e lo quiera e lo obre, este <strong>de</strong>sacuerdo<br />
non viene <strong>de</strong>l buen entendimiento, nin tal querer non viene <strong>de</strong> la buena voluntad, nin <strong>de</strong> la buena<br />
memoria non viene tal obra, ante viene <strong>de</strong> la flaqueza <strong>de</strong> la natura humana que es en el omne, que<br />
se non pue<strong>de</strong> escapar <strong>de</strong> pecado» . La conducta «segund natura» que el juguetón personaje apuntaba<br />
como igualmente legítima en lo bajo y en lo alto <strong>de</strong> la scala resulta ser aquí «flaqueza <strong>de</strong> la natura<br />
humana» . No es lícito encogerse <strong>de</strong> hombros y conformarse «con natura» , porque «la natura humana<br />
más aparejada e inclinada es al mal que al bien, e a pecado que a bien» ; y porque el intento <strong>de</strong> aplicar<br />
al hombre criterios <strong>de</strong>ducidos <strong>de</strong> la analogía con las «animalias» se <strong>de</strong>scalifica ya en el prólogo con<br />
palabras <strong>de</strong>l Psalmista: «E dize otrosí a los tales mucho disolutos e <strong>de</strong> mal entendimiento: “Nolite<br />
fieri sicut equus et mulus, in quibus non est intellectus” » .<br />
Es que entre las múltiples voces <strong>de</strong> Juan Ruiz son frecuentes las interferencias. Un discurso<br />
palmariamente grave pue<strong>de</strong> sorpren<strong>de</strong>rnos con la pirueta ocasional <strong>de</strong> «algunas burlas» . Incluso una<br />
pieza tan circunspecta como el prólogo se permite «enxerir» una socarronería a costa <strong>de</strong>l infeliz que<br />
se <strong>de</strong>cida a emplear el Libro como manual «<strong>de</strong>l loco amor» (y a quien esperan, por tanto, las mismas<br />
<strong>de</strong>sdichas que al protagonista); y la socarronería se convierte en tomadura <strong>de</strong> pelo cuando, todavía en<br />
los preliminares, se le promete: «avrás dueña garrida» (64 d ) . Por el contrario, un pasaje en clave<br />
cómica más <strong>de</strong> una vez se horada con una proclamación que nos <strong>de</strong>vuelve al terreno <strong>de</strong> las veras. Pasa<br />
así sobre todo cuando el yo <strong>de</strong>l personaje arriesga opiniones poco o nada aceptables <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto<br />
<strong>de</strong> vista <strong>de</strong> un estricto catolicismo: el autor prefiere mostrarlas refutadas «por obra» , con los fracasos<br />
y pesares <strong>de</strong>l protagonista, o anularlas por la contraposición <strong>de</strong> castigos y documentos irreprochables;<br />
pero, por el momento, es incapaz <strong>de</strong> reprimir un a<strong>de</strong>mán <strong>de</strong> protesta, <strong>de</strong> anticiparse a <strong>de</strong>sacreditarlas<br />
65
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
con una frase <strong>de</strong>moledora. 112 En la copla 74 no tiene ánimo para tolerar que el personaje lleve a sus<br />
consecuencias teóricas extremas el planteamiento iniciado: bien está que el alma vegetativa busque<br />
la «mantenencia» ; bien -en parte- que el alma sensitiva la logre mediante el «juntamiento» ; pero, si<br />
el alma discursiva se queda en ese estadio, pervierte el mismísimo factor que la <strong>de</strong>fine: no respon<strong>de</strong><br />
al «seso» , sino al «mal seso» ; no a la «natura» , sino a la «flaqueza <strong>de</strong> la natura» , a la «locura» . Que<br />
es el caso <strong>de</strong>l Juan Ruiz personaje, pese a la «memoria <strong>de</strong> bien» -conciencia <strong>de</strong>l actor, amonestación<br />
<strong>de</strong>l autor- que surge en la estrofa 74 y se remacha en la que en seguida comentaremos.<br />
Sin embargo, nuestras coplas se han leído siempre tan distraídamente, que no será inútil <strong>de</strong>tenernos<br />
antes un momento y proponer un punto <strong>de</strong> comparación que confirme cuanto hemos visto. Valga,<br />
pues, traer a colación, someramente, un texto capaz <strong>de</strong> suplir muchos <strong>de</strong> los que podrían aportarse<br />
al propósito. Proce<strong>de</strong> <strong>de</strong> un artículo <strong>de</strong> la Summa theologica que versa sobre la «lex naturae» y<br />
muestra que esta abarca «plura praecepta» (I-<strong>II</strong>, q. 94, a. 2) . Nos hallamos, por tanto, en un campo<br />
inmediato al <strong>de</strong>l Arcipreste que repasa jerárquicamente ciertos comportamientos «segund natura» .<br />
Santo Tomás observa que el or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> las inclinaciones naturales calca el «ordo praeceptorum legis<br />
naturae» ; y lo ejemplifica, como Juan Ruiz, echando un vistazo a cada uno <strong>de</strong> los tres escalones<br />
que hemos recorrido en las estrofas 71-74:<br />
-Inest enim primo inclinatio homini ad bonum secundum naturam in qua communicat cum omnibus<br />
substantiis: prout scilicet quaelibet substantia appetit conservationem sui esse secundum suam<br />
naturam. Et secundum hanc inclinationem, pertinent ad legem naturalem ea per quae vita hominis<br />
conservatur, et contrarium impeditur.<br />
-Secundo inest homini inclinatio ad aliqua magis specialia, secundum naturam in qua communicat<br />
cum ceteris animalibus. Et secundum hoc, dicuntur ea esse <strong>de</strong> lege naturali quae natura omnia animalia<br />
docuit, ut est coniunctio maris et feminae [cf. n. 120] et educatio liberorum et similia.<br />
-Tertio modo inest homini inclinatio ad bonum secundum naturam rationis, quae est sibi propria:<br />
sicut homo habet naturalem inclinationem ad hoc quod veritatem cognoscat <strong>de</strong> Deo, et ad hoc in<br />
societate vivat. Et secundum hoc, ad legem naturalem pertinent ea quae ad huiusmodi inclinationem<br />
112 Cf. simplemente el análisis <strong>de</strong> A. C[olombí] <strong>de</strong> Ferraresi, De amor y poesía en la España<br />
medieval: prólogo a Juan Ruiz , México, 1976, pp. 165-176 (y en Historia y crítica <strong>de</strong> la literatura<br />
española , I: A. Deyermond, ed. , Edad Media , Barcelona, 1980, pp. 236-239).<br />
66
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
spectant: utpote quod homo ignorantiam vitet, quod alios non offendat cum quibus <strong>de</strong>bet conversari,<br />
et cetera huiusmodi quae ad hoc spectant.<br />
Inmediatamente reconocemos el esquema y los contenidos. La primera inclinación <strong>de</strong>l hombre y <strong>de</strong><br />
todos los seres ( «cum omnibus substantiis» ) es «aver mantenencia» ( «appetit conservationem»<br />
). La segunda, compartida sólo con los otros animales, está en conseguir «juntamiento con fenbra» (<br />
«coniunctio maris et feminae» )... y otras ‘cosillas’ en que el Arcipreste no repara, porque le interesa<br />
más <strong>de</strong>stacar la cualidad «plazentera» que el alma sensitiva disfruta en el «juntamiento» . La última<br />
indicación es únicamente racional, exclusiva <strong>de</strong>l alma discursiva: en nuestras coplas, es ahí don<strong>de</strong><br />
asoma el conflicto, porque el «buen entendimiento» <strong>de</strong>finido en el prólogo no se aviene con el tosco<br />
reduccionismo que supone discurrir por la scala naturae sin más patrón que el modo en que se<br />
manifiestan en cada peldaño los impulsos <strong>de</strong>l alma vegetativa; en la Summa , <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego, no hay<br />
rastro <strong>de</strong> conflicto: la auténtica naturaleza racional <strong>de</strong>l hombre no tolera ni sombra <strong>de</strong> confusión con<br />
otros aspectos <strong>de</strong> la «lex naturae» (antes bien, «oportet quod omnes inclinationes naturales ad<br />
alias potentias pertinentes ordinentur secundum rationem» , a. 4, ad 3 ), y no <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> realzarse<br />
oportunamente que la gracia es «efficacior quam natura» ( a. 6, ad 2) . Datos que el protagonista<br />
<strong>de</strong>l Libro no ignora en teoría, pero a los que pone sordina en la práctica<br />
El paralelo <strong>de</strong> Santo Tomás nos sirve para certificar que las estrofas estudiadas aportan un diseño<br />
corriente en la época y lo matizan a su aire. Nos consta que el diseño tiene su origen en el De anima ,<br />
fuera cual fuera el conducto por el que le llegó a Juan Ruiz. Pero la estrofa 75 remacha la seguridad <strong>de</strong><br />
tal <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia -directa o indirecta- y esta, a su vez, ilumina a aquella inesperadamente. El retorno al<br />
tratado aristotélico se produce sin per<strong>de</strong>r ni el hilo <strong>de</strong> 71-73 ni la nueva impostación -<strong>de</strong>l autor contra el<br />
personaje- patente en 74. El verso inicial enlaza en la letra con la proclamación <strong>de</strong>l ansia universal <strong>de</strong><br />
pervivencia ( «omnia appetunt » ) corroborada en los animales ( «quieren conpaña sienpre nueva» )<br />
y en el hombre ( «todo tienpo quiere fazer esta locura» ): «el fuego sienpre quiere estar en la ceniza» .<br />
Mas en el espíritu recoge esencialmente el signo negativo que en la copla 74 se ha otorgado a tal ansia<br />
al encontrarla en el plano <strong>de</strong>l alma discursiva. La «locura» <strong>de</strong> una conducta humana guiada meramente<br />
«segund natura» se pinta ahora con la imagen <strong>de</strong>l «fuego» . La sugerencia, como <strong>de</strong>cía, viene <strong>de</strong>l De<br />
anima . En el capítulo (<strong>II</strong>, iv) que tan copiosamente hemos <strong>de</strong>bido extractar, Aristóteles, exponiendo<br />
la teoría <strong>de</strong> la potencia vegetativa y <strong>de</strong> su perenne <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> «mantenencia» , acota que es el alma<br />
la que «mantiene unidos al fuego y a la tierra a pesar <strong>de</strong> que se mueven en direcciones contrarias» .<br />
Yerran -aña<strong>de</strong>- quienes atribuyen al fuego las funciones que pertenecen al alma vegetativa, pero el<br />
error es comprensible: porque, si los <strong>de</strong>más seres naturales tienen un límite <strong>de</strong> tamaño y crecimiento,<br />
67
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
«el crecer <strong>de</strong>l fuego carece <strong>de</strong> límite, mientras haya combustible» , «ignis augmentatur in infinitum,<br />
quousque combustibile» (416 a 6-17) . Juan Ruiz lo repite con plena fi<strong>de</strong>lidad ( «el fuego más ar<strong>de</strong><br />
quanto más se atiza» ) y mol<strong>de</strong>a la estrofa sobre la falsilla aristotélica. 113<br />
En efecto, <strong>de</strong> igual modo que se aúnan el fuego y la tierra -o que el fuego persevera «en la ceniza» ,<br />
en la versión poética <strong>de</strong>l Arcipreste- por más que <strong>de</strong>bieran separarse, «el omne <strong>de</strong> mal seso» se sale<br />
<strong>de</strong> su camino ( «<strong>de</strong>sliza» ) 114 «quando peca» , cuando procura «juntamiento» «sin mesura» ; y,<br />
aun a sabiendas <strong>de</strong> que habría <strong>de</strong> seguir la senda propia <strong>de</strong>l «buen entendimiento» - «la carrera <strong>de</strong><br />
salvación» , la «via veritatis» <strong>de</strong>l prólogo-, persiste en «esta locura» acicateado por la «natura» -más<br />
presta «a pecado que a bien» -, no <strong>de</strong> otra forma que crece el fuego según se le aña<strong>de</strong> combustible,<br />
«quanto más se atiza» . 115<br />
No necesitaba Juan Ruiz establecer expresamente ese teorema metafórico: como tantas veces, la<br />
mera yuxtaposición <strong>de</strong> los dos primeros y los dos últimos versos <strong>de</strong> una copla le bastaba para indicar<br />
la equivalencia <strong>de</strong> ambas parejas. Ni esperaría que fuera inteligible por entero a todos los lectores:<br />
le constaba que requería una mínima familiaridad con las doctrinas <strong>de</strong>l De anima , la mínima<br />
familiaridad con la filosofía <strong>de</strong> Aristóteles que poseía cualquier letrado <strong>de</strong>l Trescientos. También<br />
ocurría así, claro, con el resto <strong>de</strong>l pasaje: sin el telón <strong>de</strong> fondo aristotélico, era imposible apreciar cómo<br />
la vocación <strong>de</strong> pervivencia <strong>de</strong>l alma vegetativa se examinaba -con exquisita graduación- en los otros<br />
niveles <strong>de</strong> la scala naturae , cómo se aludía a los rasgos peculiares <strong>de</strong> cada uno <strong>de</strong> ellos, etc., etc. Pero<br />
incluso sin los arreos <strong>de</strong>l De anima las coplas 71-75 se <strong>de</strong>jaban enten<strong>de</strong>r suficientemente: la ‘corteza’<br />
<strong>de</strong>l texto revelaba ya al lector <strong>de</strong> a pie los argumentos básicos con que el protagonista aspiraba a<br />
justificar su conducta 116 y las objeciones que le oponía el verda<strong>de</strong>ro autor. En esa posibilidad <strong>de</strong><br />
113 La copla falta en el ms. G ; pero su <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l mismo locus memorabilis que inspira el<br />
contexto nos asegura que -contra la insostenible hipótesis <strong>de</strong> las «dos redacciones» <strong>de</strong>l Buen amor -<br />
pertenecía al original <strong>de</strong> la obra.<br />
114 Ni la etimología ni la primitiva semántica <strong>de</strong> <strong>de</strong>slizar están <strong>de</strong>bidamente dilucidadas; sin<br />
embargo, en 75 c parece poco dudoso el sentido <strong>de</strong> ‘<strong>de</strong>sviarse, <strong>de</strong>scarriarse’.<br />
115 Para comoquier ‘puesto que’, cf. M. Morreale, en Hispanic Review , XXXIX (1971), p. 283.<br />
116 Así, la compleja estrofa 75 se asimilaría a la rutinaria comparación <strong>de</strong>l amor con el fuego: «Eres<br />
padre <strong>de</strong>l fuego, pariente <strong>de</strong> la llama, / más ar<strong>de</strong> e más se quema qualquier que te más ama» , etc. ,<br />
etc. (197) .<br />
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Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
varias medidas en la interpretación y en esa dialéctica <strong>de</strong>l personaje y el escritor resi<strong>de</strong> en gran parte la<br />
«manera sotil» que el Arcipreste había pon<strong>de</strong>rado en las estrofas inmediatamente anteriores (64-70).<br />
Sin <strong>de</strong>s<strong>de</strong>ñar que el pícaro empleo <strong>de</strong> Aristóteles <strong>de</strong> que arranca nuestro fragmento (71-73) no está<br />
libre <strong>de</strong> semejanzas con la distorsión a que el «ribaldo» <strong>de</strong>l cuento vecino redujo las «señales» <strong>de</strong><br />
otro «dotor <strong>de</strong> Grecia» (46-63) ; y pese a que no hay medio <strong>de</strong> comprobar si la voz <strong>de</strong>l arranque en<br />
cuestión pertenece a un «ribaldo» o más bien a un «dotor» con vetas <strong>de</strong> «ribaldo» .<br />
O mejor dicho: no hay medio, si nos confinamos artificiosamente <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> las fronteras <strong>de</strong>l Libro<br />
. Pero ‘la obra en sí’ no existe: el texto y el contexto son indisociables. O restituimos el contexto<br />
histórico o imponemos el nuestro; nihil est tertium . Escapar <strong>de</strong>l anacronismo no se logra únicamente<br />
con una a<strong>de</strong>cuada comprensión literal: exige a<strong>de</strong>más percibir las reverberaciones culturales <strong>de</strong> la letra.<br />
No se entien<strong>de</strong>, por caso, en qué consiste el triunfo <strong>de</strong>l Amor, si uno no está al tanto <strong>de</strong> que, cuando<br />
el Arcipreste escribe que<br />
los omnes e las aves e toda noble flor<br />
recibían al dios con canciones (1225 cd ), no forja un conjunto caprichosa y ornamentalmente<br />
gratuito, sino que elige y jerarquiza a un representante <strong>de</strong> cada uno <strong>de</strong> los tres grados que hemos visto<br />
en la scala naturae . Los versos 1225 cd vienen a <strong>de</strong>cir lo mismo que el pasaje hasta aquí analizado.<br />
Sin el aliento <strong>de</strong> la cultura, la letra mata o no llega a dar vida. Ganamos no poco si advertimos que<br />
«mantenencia» significa ‘conservación’; pero nos quedamos con la miel en los labios si no captamos<br />
los vínculos con el De anima . Debemos ir más allá, sin embargo, y preguntarnos por qué el nombre y<br />
ciertas doctrinas <strong>de</strong> Aristóteles comparecen en una posición tan <strong>de</strong>scollante. Pues sin duda la ocupan.<br />
En la copla 71, tras una serie <strong>de</strong> preámbulos cuidadosamente graduada, toma por fin la palabra el Juan<br />
Ruiz protagonista y expone nada menos que las razones fundamentales <strong>de</strong> la actuación que en a<strong>de</strong>lante<br />
le veremos <strong>de</strong>sempeñar y que le <strong>de</strong>fine como tal protagonista. En la estrofa 76, don<strong>de</strong> el personaje<br />
asume con resignación tragicómica las objeciones que en 74-75 se han opuesto a las premisas <strong>de</strong><br />
71-73, las razones concluyen, para <strong>de</strong>sanudar la trama con la victoria <strong>de</strong> la «natura» sobre el «seso» :<br />
E yo, como só omne como otro pecador,<br />
ove <strong>de</strong> las mugeres a las vezes grand amor 117<br />
117 No me <strong>de</strong>tendré en esa copla 76, que, como 72 y 74, da el contrapunto personal a las nociones<br />
<strong>de</strong>l De anima esbozadas en las estrofas impares. Pero, en relación con lo apuntado ad n. 106,<br />
observaré que «provar» en el verso c es polisémico y acarrea también el valor que tiene en 72<br />
69
Y empieza la farsa: «Assí fue que un tienpo una dueña me priso » .<br />
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
¿Por qué precisamente Aristóteles, insisto, para dar cuenta <strong>de</strong> unas andanzas <strong>de</strong> «doñeador» ? La<br />
explicación <strong>de</strong>l De anima tenía obviamente una envergadura formidable -el universo entero «trabaja<br />
por aver mantenencia» -, pero otras <strong>de</strong> mayor autoridad y superior alcance se ofrecían al donjuán<br />
dispuesto a escudarse con una cita prestigiosa. Ninguna más a<strong>de</strong>cuada que el precepto <strong>de</strong>l Génesis (I,<br />
22 y 28) , que en última instancia convertía la proposición aristotélica en mandato divino: «Crescite<br />
et multiplicamini» . Al Génesis recurre el Arcipreste para justificar en segundo término la pasión por<br />
las «dueñas» : Dios creó a la mujer «por conpañera» <strong>de</strong>l hombre, y «una ave sola nin bien canta nin<br />
bien llora» ( 109-111 ; cf. n. 108). La tradición cristiana aprobaba el matrimonio en gracia, primero,<br />
al «Crescite et multiplicamini» , y, luego, al «faciamus ei adiutorium simile sibi» . 118 Juan Ruiz<br />
atien<strong>de</strong> a la i<strong>de</strong>a contenida en ese último versículo (y la sitúa en el segundo lugar habitual), pero no a<br />
la <strong>de</strong>l anterior, que normalmente le abría paso, según la prelación bíblica. Con todo, no hay dicho <strong>de</strong> la<br />
Escritura que los lujuriosos hayan esgrimido con más fervor y pertinencia, torciendo los argumentos<br />
que los sesudos varones utilizaban para esclarecer que, aun siendo preferible la virginidad, tampoco<br />
es ilícito contraer nupcias. De él echaban mano igual los dómines refutados por Tomás <strong>de</strong> Aquino<br />
que el mismísimo diablo para tentar a Santa Justina; y en la región <strong>de</strong>l Arcipreste, hasta los rústicos<br />
provocaban una y otra vez el <strong>de</strong>sespero <strong>de</strong> la Inquisición al alegar que con sus escarceos libidinosos<br />
estaban cumpliendo el sagrado imperativo <strong>de</strong> ‘multiplicarse’... 119<br />
En tesitura diversa, pero siempre en convergencia con el dictamen <strong>de</strong> Aristóteles, las posibilida<strong>de</strong>s<br />
no se agotaban en el Génesis. Para legitimar el «grand amor» «<strong>de</strong> las mugeres» , cabía buscar disculpas<br />
no sólo en la facultad <strong>de</strong> teología, sino también en las <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho y medicina. Verosímilmente jurista<br />
d y 73 a ; y a los paralelos señalados <strong>de</strong> antiguo añadiré el <strong>de</strong> un texto con el que en seguida<br />
volveremos a tropezarnos, el opúsculo <strong>de</strong> «Virgilio Cordobés»: «Ille dicitur sapiens, qui scit bonum<br />
et malum et dimittit malum et operatur bonum I<strong>de</strong>o <strong>de</strong>bet homo omnia probare primitus et postea,<br />
ex quo [‘<strong>de</strong>sque’] sciverit et probatum habuerit, tunc <strong>de</strong>bet se a malis custodire et bonis operibus<br />
exercere» ( ed. cit. abajo [ n. 130], pp. 371-372) .<br />
118 Es típico el resumen <strong>de</strong> San Isidoro, Etimologías , IX, vii, 27.<br />
119 Summa theologica , <strong>II</strong>-<strong>II</strong>, q. 152, a. 1, § 1; Legenda aurea , CXL<strong>II</strong> ( ed. T. Graesse, reimpr.<br />
Osnabrück, 1969, p. 634); B. Bennassar, Inquisición española: po<strong>de</strong>r político y control social ,<br />
Barcelona, 1981, p. 292. Cf. n. 136.<br />
70
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
<strong>de</strong> formación, Juan Ruiz podía haber aducido -y quizá recordó- el principio <strong>de</strong>l Digesto , presente en<br />
la introducción en prosa: «Ius naturale est quod natura omnia animalia docuit» , «ius naturale est<br />
maris et feminae coniunctio» . 120 O, <strong>de</strong> apetecerle, pudo fingir la asepsia clínica <strong>de</strong> un tratado <strong>de</strong><br />
coitu como el atribuido a Arnau <strong>de</strong> Vilanova: «Creator omnium, volens animalium genus firmiter ac<br />
stabiliter permanere et non perire, per coitum illud ad generationem disposuit renovare. Renovatum<br />
interitum ex toto non habet, i<strong>de</strong>oque copulavit animalibus naturalia membra quae ad haec apta fuerint<br />
et propria eis, qua causa admirabilem <strong>de</strong>lectationem inseruit, ut nullum sit animalium quod non per<br />
annum <strong>de</strong>lectetur coitu. Nam si animalia coitum odio haberent, genus animalium pro certo periret;<br />
propterea namque animalibus coitus naturaliter inest, et per multa tempora impeditur possibilitas<br />
complendi» . 121 Afirmaciones como esas brindaban una excelente excusa al (anhelado) <strong>de</strong>senfreno<br />
erótico <strong>de</strong>l protagonista, eran más accesibles al común <strong>de</strong>l público y, si se quería, se prestaban a una<br />
fácil concordancia con el De anima . Pero el Arcipreste no eligió ninguna fuente bíblica, jurídica<br />
ni médica. Fue directo a los cimientos <strong>de</strong> la «filosofía natural» <strong>de</strong> Aristóteles, propia <strong>de</strong> la facultad<br />
<strong>de</strong> artes. El sentido <strong>de</strong> tal elección no está explícito en el Buen amor , pero se aclara <strong>de</strong> sobras si<br />
el texto se restaura en el contexto.<br />
Es cosa tan sabida, que bastará evocarla al vuelo. 122 La irrupción <strong>de</strong>l corpus aristotelicum y<br />
<strong>de</strong> los comentarios anejos <strong>de</strong>slumbró a los hombres <strong>de</strong>l Doscientos con luz cada vez más cegadora.<br />
«L’entrata <strong>de</strong>l Filosofo nel mondo cristiano è l’avvenimento che domina la vita intellettuale <strong>de</strong>l X<strong>II</strong>I<br />
secolo. Per la prima volta nella storia, il pensiero occi<strong>de</strong>ntale si trova in presenza di una sintesi<br />
120 Digesto , l. I, tit. i, leg. 1 ( Iuri operam ); cf. Summa theologica , Supl. , q. 41, a. 1 y I-<strong>II</strong>, q. 94,<br />
a. 2 (citado arriba); y San Isidoro, Etimologías , V, iv, 1.<br />
121 Arnaldi Villanovani... Praxis medicinalis... , Lyon, 1586, p. 307 a (con alguna corrección mía) ;<br />
pero sobre la autoría <strong>de</strong> la obra, véase P. Dronke, «“L’amor che move il sole e l’altre stelle”» , Studi<br />
medievali , VI (1965), p. 415, n. 92, y ahora E. Montero Cartelle, Constantini Liber <strong>de</strong> coitu . El<br />
tratado <strong>de</strong> andrología <strong>de</strong> Constantino el Africano , Santiago <strong>de</strong> Compostela, 1983.<br />
122 Más por la vasta bibliografía que por el irregular contenido, remitiré al reciente volumen <strong>de</strong><br />
The Cambridge History of Later Medieval Philosophy , ed. N. Kretzmann, A. Kenny y J. Pinborg,<br />
Cambridge, 1982. En los dos pasajes inmediatamente citados, F. Van Steenberghen, La filosofia nel<br />
X<strong>II</strong>I secolo , trad. A. Coccio, Milán, 1972, pp. 466 y 476 , resume algunas <strong>de</strong> sus muchas aportaciones<br />
sobre el «aristotelismo latino» y en términos perfectamente aceptables por estudiosos <strong>de</strong> diferente<br />
orientación: cf. así B. Nardi, Studi di filosofia medievale , Roma, 1960, p. 125.<br />
71
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
filosofica e scientifica possente, d’ispirazione empiristica e naturalista, incompatibile in più d’un<br />
punto con la visione cristiana <strong>de</strong>ll’universo; i libri di Aristotele apportano ai latini la rivelazione di<br />
un sapere la cui novità, ricchezza, rigore ed armonia li sorpren<strong>de</strong>. Nelle scuole di arti liberali, la<br />
curiosità <strong>de</strong>i maestri e <strong>de</strong>i discepoli supera largamente ormai i quadri tradizionali <strong>de</strong>ll’ Organon e<br />
si esten<strong>de</strong> a poco a poco alla Fisica , alla Metafisica , all’ Etica ed al Trattato <strong>de</strong>ll’anima » .<br />
Las consecuencias <strong>de</strong> tal <strong>de</strong>scubrimiento se hicieron sentir con particular intensidad justamente en el<br />
dominio al que servía <strong>de</strong> puerta el De anima . «La rivoluzione culturale compiutasi nel secolo X<strong>II</strong>I<br />
in seguito alla invasione <strong>de</strong>lla letteratura pagana è stata spettacolare nel campo <strong>de</strong>lla filosofia naturale<br />
più che in qualsiasi altro, perché questo settore <strong>de</strong>l sapere era stato il più trascurato fino ad allora e la<br />
natura era rimasta un libro sigillato per la maggioranza <strong>de</strong>gli studiosi. Agli spiriti curiosi che han preso<br />
conoscenza <strong>de</strong>i libri naturales di Aristotele, questi scritti offrivano improvvisamente una spiegazione<br />
“scientifica” <strong>de</strong>ll’universo corporeo consi<strong>de</strong>rato sotto tutti i suoi aspetti. Davanti all’opera grandiosa<br />
<strong>de</strong>l Filosofo, l’uomo colto <strong>de</strong>l secolo X<strong>II</strong>I doveva avere il sentimento di una riuscita stupefacente.<br />
Di qui l’infatuazione generale <strong>de</strong>gli scolastici di quell’epoca per la scienza peripatetica, <strong>de</strong>lla quale<br />
d’altron<strong>de</strong> essi non erano in grado di scoprire le <strong>de</strong>bolezze» .<br />
La razón natural se encuentra con la naturaleza, con una materia propia, para cuya exploración no<br />
necesita el sustento <strong>de</strong> la fe. Pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>spreocuparse <strong>de</strong> la teología y enorgullecerse <strong>de</strong> su in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia<br />
recién obtenida. La nueva filosofía se erige en paradigma <strong>de</strong> todo saber, y el filósofo, el «philosophus»<br />
que gana terreno al «clericus» , se vuelve influyente mo<strong>de</strong>lo vital. La in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia a menudo<br />
<strong>de</strong>semboca en el imperialismo: la razón natural tien<strong>de</strong> a exaltar la naturaleza como norma universal,<br />
y principalmente como norma ética, tal vez postergando o poniendo entre paréntesis las verda<strong>de</strong>s<br />
sobrenaturales, los requisitos <strong>de</strong> la gracia. El naturalismo, en fin, se encrespa en el <strong>de</strong>terminismo que<br />
reputa los actos morales tan inevitables como los físicos, en el fatalismo que quiere «quod omnia<br />
quae hic inferius aguntur subsunt necessitati corporum caelestium» .<br />
Así rezaba uno (§ 4) <strong>de</strong> los trece asertos <strong>de</strong> regusto pagano con<strong>de</strong>nados por Étienne Tempier en<br />
diciembre <strong>de</strong> 1270. Siete años <strong>de</strong>spués, pasaban <strong>de</strong> la docena las tesis análogas que el mismo obispo<br />
<strong>de</strong> París incluía entre los 219 errores que se propagaban por la Sorbona. 123 La mayoría <strong>de</strong> ellos tiene<br />
que ver también con la orientación naturalista marcada por Aristóteles y sus exegetas. Los filósofos<br />
reprobados por Tempier, los artistae que se envanecían <strong>de</strong> que «sapientes mundi sunt philosophi<br />
123 Vid. ahora la ed. y estudio <strong>de</strong> R. Hissette, Enquête sur les 219 articles condamnés à Paris le 7<br />
Mars 1277 , Lovaina, 1977.<br />
72
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
tantum» (§ 154) , muestran diáfanamente qué ámbito <strong>de</strong> implicaciones correspon<strong>de</strong> a la referida <strong>de</strong>l<br />
Libro <strong>de</strong> buen amor a «lo que dize el sabio» . Pártase, cierto, <strong>de</strong> una convicción aristotélica tan central<br />
como la eternidad <strong>de</strong>l mundo y <strong>de</strong> las especies: «Quod mundus est aeternus quantum ad omnes<br />
species in eo contentas» (§ 87) , «Quod semper fuit et semper erit generatio hominis ex homine»<br />
(§ 9) . Será malo, pues, no contribuir a semejante meta conservando la especie humana: «continentia<br />
non est essentialiter virtus» ( «quia natura hominis finem appetit quare est, scilicet, ut multiplicet<br />
naturam humanam; immo continentia est vitium, in quantum impedit motum naturae et finem ipsius»<br />
) (§ 168) ; 124 «perfecta abstinentia ab actu carnis corrumpit virtutem et speciem» (§ 169) . O con otra<br />
formulación y oponiendo más resueltamente el naturalismo filosófico y el dogma católico: «simplex<br />
fornicatio, utpote soluti cum soluta, non est peccatum» (§ 183) . Ni hay alternativa, a<strong>de</strong>más, a<br />
preservar la especie obrando en consecuencia, si el hombre es ineludiblemente esclavo <strong>de</strong> sus apetitos<br />
( «homo in omnibus actionibus suis sequitur appetitum et semper maiorem» , § 164 ) y si «qual es el<br />
ascen<strong>de</strong>nte e la costellación / <strong>de</strong>l que nace, tal es su fado e su don» (124) : «sanitatem, infirmitatem,<br />
vitam et mortem attribuit positioni si<strong>de</strong>rum et aspectui fortunae» (§ 206) , «in hora generationis<br />
hominis in corpore suo et per consequens in anima inest homini dispositio inclinans in actiones tales<br />
et eventus» (§ 207) , etc., etc.<br />
«Aristotelismo heterodoxo» o «aristotelismo radical» se llama hoy a la ten<strong>de</strong>ncia que reflejan esos<br />
y tantos otros artículos <strong>de</strong>l <strong>de</strong>creto <strong>de</strong> 1277, acta clamorosa <strong>de</strong> la crisis <strong>de</strong> la intelligentsia cristiana<br />
ante el asalto <strong>de</strong>l paganismo filosófico. Pienso que si el Juan Ruiz protagonista aparece en escena<br />
esgrimiendo el nombre y algunos supuestos <strong>de</strong> Aristóteles es porque el Juan Ruiz <strong>de</strong> carne y hueso<br />
quería presentarlo -por lo menos en ese momento inicial- como contaminado por las mismas opiniones<br />
que <strong>de</strong>nunciaba Étienne Tempier.<br />
Nadie ignora qué amplia y resistente fue la difusión <strong>de</strong>l aristotelismo heterodoxo. España estuvo<br />
involucrada en la peripecia, no ya <strong>de</strong>s<strong>de</strong> las traducciones toledanas o mediante el esfumadizo<br />
«Mauricio el Hispano», 125 sino a través <strong>de</strong> múltiples vías. No en bal<strong>de</strong> continúa en el Archivo <strong>de</strong> la<br />
Corona <strong>de</strong> Aragón el manuscrito (Ripoll, 109) que es nuestro más temprano documento <strong>de</strong> que en la<br />
facultad <strong>de</strong> artes parisina, hacia 1235, sonaban ya nociones proscritas en 1277: que la resurrección<br />
124 Para esta versión glosada <strong>de</strong> § 168, cf. la Declaratio <strong>de</strong> Llull, citada abajo ( n. 127), p. 202.<br />
125 Entiendo que podría añadirse aún alguna pista que confirma la i<strong>de</strong>ntificación con el Mauricio,<br />
obispo <strong>de</strong> Burgos, indicado por M. T. d’Alverny, «Deux traductions latines du Coran au Moyen Âge» ,<br />
Archives d’histoire doctrinale et littéraire du Moyen Âge , XVI (1948), pp. 69-131 (128-130).<br />
73
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
es fenómeno «innaturale» (o sea, «plus per miraculum quam per naturam» ) «et i<strong>de</strong>o non<br />
ponitur a philosophis» , o que cabe alcanzar resultados divergentes en cuestiones morales «loquendo<br />
philosophice» y «loquendo theologice» . 126 Fue a instancia <strong>de</strong> Pedro Hispano, ahora Juan<br />
XXI, como Tempier anatemizó los lodos <strong>de</strong> aquellos polvos: la osadía <strong>de</strong> los «stu<strong>de</strong>ntes in artibus»<br />
que profesaban haber cosas «vera secundum philosophiam, sed non secundum fi<strong>de</strong>m catholicam,<br />
quasi sint duae contrariae veritates et quasi contra veritatem Sacrae Scripturae sit veritas in dictis<br />
gentilium damnatorum» ( Pról. ). Y fue Ramón Llull, tan admirado en la Castilla <strong>de</strong> don Juan<br />
Manuel y el Arcipreste, quien se convirtió en el «héroe» (Renan dixit ) <strong>de</strong> la cruzada contra esos<br />
«novi philosophi , sequaces antiquorum philosophorum» , y no <strong>de</strong>jó <strong>de</strong> hostigarlos con cerca <strong>de</strong> una<br />
veintena <strong>de</strong> opúsculos: <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la Declaratio <strong>de</strong> 1297 que impugna una a una las 219 «opiniones<br />
erroneas damnatas a venerabili Patre Domino Episcopo Parisiensi» hasta la Lamentatio <strong>de</strong> 1311<br />
que hace cuestión <strong>de</strong> estado el castigar a los «averroístas» que imaginan «contrarietatem inter<br />
[philosophiam] et theologiam» . 127<br />
Es que el escándalo <strong>de</strong>l aristotelismo radical se propagaba también fuera <strong>de</strong> la universidad, entre<br />
los romancistas y aun los curiosos sin letras. En los días <strong>de</strong> Juan Ruiz, hacia 1340, un fraile renegado,<br />
Tomás Escoto ( «selon toute vraisemblance, natif <strong>de</strong> la Péninsule Ibérique» ), sembraba «in<br />
quibusdam partibus Hispaniae» la impía nueva <strong>de</strong> un Aristóteles más santo que Jesús y más sabio que<br />
Moisés: «dicens quod melior erat Aristoteles quam Christus , sapientior, subtilior et altior locutus<br />
quam Moyses» . El apóstata, gloriándose «in sua philosophia inani» , proclamaba que hubo<br />
hombres antes <strong>de</strong> Adán, que nunca <strong>de</strong>jó <strong>de</strong> haberlos y «quod semper fuerit mundus et non <strong>de</strong>bebat<br />
habere finem» , «quia ipse cum suo ydolatra Aristoteli mundum posuit eternum» . A la vez,<br />
126 Apud M. Grabmann, «Das Studium <strong>de</strong>r aristotelischen Ethik an <strong>de</strong>r Artistenfakultät <strong>de</strong>r<br />
Universität Paris in <strong>de</strong>r ersten Hälfte <strong>de</strong>s 13. Jahrhun<strong>de</strong>rts» , Philosophisches Jahrbuch <strong>de</strong>r Görres-<br />
Gesellschaft , LV (1940), pp. 339-354 (351-352) .<br />
127 Cito el comienzo <strong>de</strong> la Declaratio ( ed. O. Keicher, Raymundus Lullus und seine Stellung<br />
zur arabischen Philosophie , en los Beiträge zur Geschichte <strong>de</strong>r Philosophie und Theologie <strong>de</strong>s<br />
Mittelalters , V<strong>II</strong>, 45, Münster, 1909, p. 96) y el final <strong>de</strong> la Lamentatio (en T. y J. Carreras Artau,<br />
Historia <strong>de</strong> la filosofía española. Filosofía cristiana <strong>de</strong> los siglos X<strong>II</strong>I al XV , I, Madrid, 1939, p.<br />
530) . Últimamente A. Zimmermann ha <strong>de</strong>dicado varios útiles trabajos a Fernando Hispano, «Ein<br />
[Spanischer] Averroist <strong>de</strong>s späten 13. Jahrhun<strong>de</strong>rts» ( Archiv für Geschichte <strong>de</strong>r Philosophie , L<br />
[1968], pp. 145-164; otras referencias da Z. Kuksewicz, en Medioevo , <strong>II</strong>I [1977], pp. 187-235).<br />
74
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
predicaba la aniquilación <strong>de</strong> las almas tras la muerte ( «sic dicendo resurrectionem negat» ) y,<br />
convencido <strong>de</strong> que todo se regía «melius per philosophiam quam per <strong>de</strong>creta et <strong>de</strong>cretales» , no<br />
veía impedimento a que los religiosos tuvieran concubinas. 128<br />
La divulgación <strong>de</strong> <strong>de</strong>spropósitos <strong>de</strong> ese corte inquieta ya a Sancho IV en el último <strong>de</strong>cenio <strong>de</strong>l<br />
siglo X<strong>II</strong>I. Se dolía el Rey <strong>de</strong> «la contienda que era entre los maestros <strong>de</strong> la thología e los <strong>de</strong> las<br />
naturas, que eran contrarios unos <strong>de</strong> otros en aquellas cosas que son sobre naturas» , y para atajar<br />
su repercusión entre los menos doctos encargó la compilación <strong>de</strong> un Lucidario castellano que se<br />
sirviera sistemáticamente «<strong>de</strong>stas dos ferramientas que son naturas e thología» . Como le constaba que<br />
«nasció grand eregía» <strong>de</strong> las <strong>de</strong>mandas impertinentes sobre el origen <strong>de</strong>l universo, veló por que <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
el primer capítulo se insistiera en que «el mundo comienço obo» y por que no faltara una refutación <strong>de</strong>l<br />
parecer opuesto <strong>de</strong> «Aristóteles, que fue gran filósofo» y que «prueva su razón muy <strong>de</strong>rechamente» ,<br />
pero sin tomar en cuenta que frente a la voluntad <strong>de</strong> Dios «non ha naturas nin otra cosa ninguna que<br />
ý pueda poner razón, ca Él es sobre la natura» . 129<br />
Don Sancho, pues, quizá pudo acoger con tranquilidad las primeras páginas <strong>de</strong> la gigantesca fantasía<br />
nigromántica que se presentaba como obra <strong>de</strong> «Virgilio Cordobés» y traducida <strong>de</strong>l árabe, en Toledo,<br />
en 1290. 130 Porque ahí se rechaza, trasladada clave <strong>de</strong> patraña, la creencia peripatética en la eternidad<br />
128 Frei Álvaro Pais [= Pelayo o Hispano], Bispo <strong>de</strong> Silves, Colírio da fé contra as heresias , ed.<br />
M. Pinto <strong>de</strong> Meneses, <strong>II</strong> (Lisboa, 1956), libro V, caps. 7-26, ya bien extractado por M. Menén<strong>de</strong>z<br />
Pelayo, Historia <strong>de</strong> los heterodoxos españoles , Madrid, 1948, V<strong>II</strong>, pp. 323-325, y en especial por<br />
M. Esposito, «Les hérésies <strong>de</strong> Thomas Scotus d’aprés le Collyrium fi<strong>de</strong>i d’Alvare Pélage» , Revue<br />
d’histoire ecclésiastique, XXX<strong>II</strong>I (1937), pp. 59-69 (a quien cito en el texto, sobre el origen peninsular<br />
<strong>de</strong> Escoto).<br />
129 Lucidario , ed. cit. , pp. 80, 145, 78, 84 y 157-158 . El nebuloso prólogo firmado por R.<br />
P. Kinka<strong>de</strong> da pie a varios estimables comentarios <strong>de</strong> Francisco Márquez Villanueva, en Romance<br />
Philology , XXVI (1972-1973), pp. 483-486, aunque la etiqueta <strong>de</strong> «averroísmo» se maneja ahí en<br />
el vago sentido que le daba Renan. En un ensayo elegante y atractivo, pero sin asi<strong>de</strong>ros en el texto<br />
<strong>de</strong>l Arcipreste («“El buen amor”», Revista <strong>de</strong> Occi<strong>de</strong>nte , núm. 27 [junio <strong>de</strong> 1965], pp. 269-291), el<br />
mismo estudioso relaciona el Libro y la con<strong>de</strong>nación <strong>de</strong> 1277 en unos términos que no creo hace<strong>de</strong>ro<br />
tomar en cuenta. Vid. n. 131.<br />
130 El texto <strong>de</strong> G. Heine, Bibliotheca anecdotorum , I (Leipzig, 1848), pp. 211-244, ha sido<br />
reproducido (poco fiablemente) en la ed. <strong>de</strong> Madrid, 1948, <strong>de</strong> la Historia <strong>de</strong> los heterodoxos , V<strong>II</strong>,<br />
75
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
<strong>de</strong>l mundo ( «philosophi Andalici dicebant mundus ab aeterno sic esse et sic dicebant per se semper<br />
esse» , p. 341); como se rechaza, <strong>de</strong>spués, la interpretación específicamente averroísta <strong>de</strong> la unidad<br />
<strong>de</strong>l entendimiento ( «dixerunt aliqui philosophi quod non erat nisi unus intellectus in omnibus<br />
hominibus et per unum intellectum regebantur omnes homines» , p. 363). 131 No sorpren<strong>de</strong> que<br />
«Virgilio» supiera rebatir tales i<strong>de</strong>as, si, según refiere, él mismo era compañero <strong>de</strong> claustro <strong>de</strong> «Aben<br />
Royx» y tenía diariamente revelaciones prodigiosas, afines a las que habían infundido a Salomón<br />
la ciencia que Aristóteles le robó luego... No obstante, la tranquilidad <strong>de</strong> don Sancho se disiparía<br />
tan pronto como advirtiera que «Virgilio» alegaba a<strong>de</strong>más, sin muestras <strong>de</strong> con<strong>de</strong>na, proposiciones<br />
acor<strong>de</strong>s con las que el <strong>de</strong>creto <strong>de</strong> 1277 anexionaba a los errores <strong>de</strong> raíz aristotélica recién mencionados.<br />
Por ejemplo: «omnes illi qui servant castitatem vadunt contra naturam» , «quod summum bonum<br />
erat carnalis coniunctio et quod aliud bonum non erat nec alia <strong>de</strong>lectatio nec alia gloria, nisi haec cum<br />
feminis iacendo , et sic utebantur omnes i<strong>de</strong>m <strong>de</strong> illa gloria incessanter et frequenter, maxime quia<br />
habebant intentionem procreandi et multiplicandi animas » ( pp. 351-353) . Cierto que esas palabras<br />
se atribuyen a los «philosophi Marrochitani et omnes alii ultramarini» , con prominente alusión a<br />
los «Saraceni» . Pero «Virgilio» aña<strong>de</strong> <strong>de</strong> suyo abundantes sentencias <strong>de</strong> un naturalismo no menos<br />
crudo, apuntado a un estupendo libertinaje: «Quod naturale est omnibus agendum est et nullus evitare<br />
<strong>de</strong>bet nec potest» ; «Peccare hominem naturale quid est. Nullus peccata evitare potest» ; «Qui<br />
castitatem custodiunt et ipsimet se interficiunt» ; «Nullus perfecte castitatem potest observare recte.<br />
Quod natura dat nemo sibi contradicere potest nec <strong>de</strong>bet. Tam sapientes quam insipientes a mulieribus<br />
fuerunt semper illusi et <strong>de</strong>cepti: i<strong>de</strong>o nullus a mulieri potest <strong>de</strong>fendi» ; «Quod naturale est peccatum<br />
non est» ; «Homines nunquam satiantur mulieribus » ; «haec este gloria huius mundi, carnalis<br />
copula et in hoc mundo sic regnat caritas » (pp. 365-375) .<br />
pp. 339-385; me abstengo <strong>de</strong> introducir cualquier corrección, porque en el latín «virgiliano» hay sitio<br />
para los errores más groseros ( «dicebant mundus esse » ). Cf. alguna otra indicación en mi artículo<br />
« Aristoteles Hispanus : en torno a Gil <strong>de</strong> Zamora, Petrarca y Juan <strong>de</strong> Mena», Italia medioevale e<br />
umanistica , X (1967), pp. 143-164 (148, n. ).<br />
131 L. Jenaro-MacLennan, «Los presupuestos intelectuales <strong>de</strong>l prólogo al Libro <strong>de</strong> buen amor »,<br />
Anuario <strong>de</strong> estudios medievales , IX (1974-1979), pp. 151-186 (181) , se pregunta, «no sin cierta<br />
vacilación» , si no se aludirá a esa noción en unas líneas <strong>de</strong>l prefacio en prosa. Opino que no; y, por<br />
otro lado, no veo conexiones entre el Libro y el «averroísmo» propiamente dicho, como escuela o<br />
ten<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l más vasto marco <strong>de</strong>l aristotelismo heterodoxo.<br />
76
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
La <strong>de</strong>scomunal logomaquia y a ratos pura broma <strong>de</strong> «Virgilio Cordobés» hubiera caído en hoz y<br />
coz en el interdicto <strong>de</strong> Tempier. En vano se fingía traducción <strong>de</strong> un original arábigo (en el cual los<br />
maestros toledanos se llamarían Dubiatalfac, Aliafil, Mirrazanfel, Nolicaranus...): los contenidos la<br />
<strong>de</strong>lataban como una tosca secuela <strong>de</strong>l aristotelismo heterodoxo, aliñada con la envidia libidinosa <strong>de</strong><br />
un voyeur <strong>de</strong> la poligamia musulmana. En las cercanías <strong>de</strong>l 1300, en verdad, las doctrinas <strong>de</strong> ese<br />
aristotelismo agresivo habían hecho un largo camino más allá <strong>de</strong> la facultad <strong>de</strong> artes. Obviamente<br />
atractivas en sus implicaciones <strong>de</strong> moral práctica, a veces indistinguibles <strong>de</strong>l naturalismo espontáneo<br />
<strong>de</strong> los ignorantes, 132 a menudo se borraron los rastros <strong>de</strong> su proce<strong>de</strong>ncia y se las blandió como simple<br />
<strong>de</strong>sahogo frente a las constricciones éticas <strong>de</strong>l catolicismo. Ocurre así en el Libro <strong>de</strong>l caballero Zifar<br />
. El rey <strong>de</strong> Mentón da a sus hijos «castigos» perfectamente ortodoxos sobre la castidad:<br />
On<strong>de</strong>, míos fijos, <strong>de</strong>ve<strong>de</strong>s saber que la primera e la [más] presciada <strong>de</strong> las buenas costunbres es<br />
castidat, que quiere <strong>de</strong>zir tenperança, por que ome gana a Dios e buena fama. E sabet que castidad<br />
es amansar e atenprar ome su talante en los vicios e en los <strong>de</strong>leites <strong>de</strong> la carne e en las otras cosas<br />
que son contrarias <strong>de</strong> la castidat e mantener su cuerpo e su alma; ca ninguna alma non pue<strong>de</strong> entrar<br />
en paraíso sinon <strong>de</strong>spués que fuere purgada e linpia <strong>de</strong> sus pecados, así como quando fue enbiada al<br />
cuerpo. E, certas, <strong>de</strong> ligero podrá ome refrenar su talante en estos vicios si quisiere, salvo en aquello<br />
que es or<strong>de</strong>nado <strong>de</strong> Dios, así como en los casamientos.<br />
Algo le <strong>de</strong>sazonará, sin embargo, cuando no se satisface con tales preceptos, antes se siente obligado<br />
a impugnar ciertas abominables enseñanzas al propósito:<br />
Mas los omes torpes dizen que, pues Dios fizo másculo e fenbra, que non es pecado; ca, [sy] pecado<br />
es, que Dios non gelo <strong>de</strong>vía consentir, pues po<strong>de</strong>r ha <strong>de</strong> gelo vedar. E yerran malamente en ello, ca<br />
Dios non fizo al ome como las otras animalias mudas, a quien non dio razón nin entendimiento, e non<br />
saben nin entien<strong>de</strong>n qué fazen, pero [an] sus tienpos para engendrar, e en el otro tiempo guárdanse. E<br />
132 En el libro I <strong>de</strong>l Pugio fi<strong>de</strong>i (1278) , Ramón Martí ataca a tres linajes <strong>de</strong> gentiles: los «epicúreos» ;<br />
los «naturales» , para quienes el alma es mortal y en cuyas filas forman «no solo hombres <strong>de</strong> letras ,<br />
sino infinitos millares <strong>de</strong> rústicos» ; y los «filósofos» , que <strong>de</strong>fien<strong>de</strong>n la eternidad <strong>de</strong>l mundo, la<br />
ignorancia divina <strong>de</strong> los hechos singulares y la imposibilidad <strong>de</strong> la resurrección ( cf. el buen resumen<br />
y los fragmentos traducidos en T. y J. Carreras Artau, loc. cit. , pp. 167-168 ). En el siglo XVI se<br />
documentan fácilmente entre los «rústicos» i<strong>de</strong>as como las que Tempier achaca a los aristotélicos,<br />
por ejemplo, a propósito <strong>de</strong> la «simplex fornicatio» : vid. B. Bennassar, op. cit. , pp. 283-294.<br />
77
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
por eso dio Dios al ome entendimiento e razón, porque se podiese guardar <strong>de</strong>l mal e fazer bien; e diole<br />
Dios su alvedrío para escoger lo que quisiese, así que si mal feziese, que non rescebiese galardón.<br />
E, ciertamente, si el entendimiento <strong>de</strong>l ome quisiese vencer a la natura, sería sienpre bien. E en esta<br />
razón dizen algunos <strong>de</strong> mala creencia que cada uno es judgado según su nacencia. 133<br />
No hay duda <strong>de</strong> que «los omes torpes» hablan el lenguaje <strong>de</strong> los aristotélicos reprobados en 1270 o<br />
1277: y el Zifar cree necesario contra<strong>de</strong>cirlos porque en España seguían oyéndose sus argumentos<br />
naturalistas y <strong>de</strong>terministas.<br />
Que son en buena medida los argumentos <strong>de</strong>l Juan Ruiz personaje. 134 No <strong>de</strong> otro modo que las<br />
objeciones <strong>de</strong>l rey <strong>de</strong> Mentón son substancialmente las objeciones <strong>de</strong>l Libro <strong>de</strong> buen amor : el<br />
«alvedrío» y el «entendimiento» han <strong>de</strong> «vencer a la natura» . Para mí es evi<strong>de</strong>nte, en efecto, que<br />
la referencia a Aristóteles en la copla 71 y los elementos que la <strong>de</strong>sarrollan cumplen una función<br />
caracterizadora: al saltar al tabladillo <strong>de</strong>l poema, el protagonista aparece tiznado por los dislates <strong>de</strong><br />
una secta <strong>de</strong> pensadores gravemente peligrosos. Son los que se tienen por los únicos «sapientes» ,<br />
los que presumen <strong>de</strong> «philosophi» (y, con la perspectiva <strong>de</strong> los párrafos anteriores, se adivina con<br />
qué diferente retintín sonaría «grand filósofo» para el Juan Ruiz actor y para el Juan Ruiz autor). Son<br />
los que todo lo someten al cedazo <strong>de</strong> la naturaleza en que se dicen expertos, los que todo lo mi<strong>de</strong>n,<br />
«prueban» y encauzan «segund natura» . Son los aristotélicos objetivamente heterodoxos, o cuyo<br />
primer impulso, cuando menos, es razonar como si la fe no tuviera ningún papel y pudiera orillársela<br />
sin miramientos: aunque, al fin, tal vez se les <strong>de</strong>spierte la «memoria <strong>de</strong> bien» , <strong>de</strong>volviéndolos a<br />
unos términos más equilibrados o avivándoles una saludable conciencia <strong>de</strong> pecado. El naturalismo<br />
radical había extendido su veneno hasta las gentes sin cultura y algunos olvidaban <strong>de</strong> dón<strong>de</strong> venía.<br />
No el Arcipreste. Él i<strong>de</strong>ntifica con plena exactitud al «filósofo» y uno <strong>de</strong> los núcleos especulativos<br />
que subyacen a las tergiversaciones <strong>de</strong> los «omes torpes» <strong>de</strong>l Zifar . El Juan Ruiz protagonista<br />
podía a su vez habernos endilgado anónimas las explicaciones que estos ofrecen: al no hacerlo, sino<br />
133 Loc. cit. en la n. 111, pp. 240-241 ; pero las lecciones entre paréntesis rectangulares, según la<br />
edición <strong>de</strong> C. P. Wagner, Ann Arbor, 1929, pp. 265-266 .<br />
134 R. M. Walker, «Juan Ruiz’s Defence of Love» , Mo<strong>de</strong>rn Languages Notes , LXXXIV (1969),<br />
pp. 292-297 , propone incluso que «the Archpriest not only uses material from the Zifar [en el pasaje<br />
aquí copiado] , but also subtly parodies his source» . Entiendo que la hipótesis no es aceptable y que el<br />
parentesco entre ambos textos -bien intuido por el prof. Walker- se establece a través <strong>de</strong> los vínculos<br />
que he venido esbozando.<br />
78
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
más bien recurrir oportunísimamente al locus classicus <strong>de</strong>l De anima , se nos revela con hartos<br />
«paños» <strong>de</strong> auténtico «dotor en la filosofía» (53 ab ) . Y, por en<strong>de</strong>, por bien instruido, doblemente<br />
culpable <strong>de</strong> sus ‘<strong>de</strong>slices’, pero asimismo, por saberse «pecador» , con una más acuciante posibilidad<br />
<strong>de</strong> arrepentimiento.<br />
Importa precisar que esa caracterización <strong>de</strong>l personaje como contagiado <strong>de</strong> aristotelismo<br />
heterodoxo -al levantarse el telón <strong>de</strong> la trama- se hace sólo con el énfasis justo para que el buen<br />
enten<strong>de</strong>dor sepa a qué atenerse. Al igual que en otros aspectos <strong>de</strong> las coplas ahora estudiadas, nuestro<br />
escritor está seguro <strong>de</strong> que incluso los lectores peor formados percibirán lo más imprescindible <strong>de</strong>l<br />
pasaje: el protagonista, pretendiendo razonar «segund natura» , se nos <strong>de</strong>scubre como un ‘ome torpe’.<br />
Para el que no conociera sino el naturalismo espontáneo <strong>de</strong> los rústicos ( vid. n. 132) o las<br />
simplificaciones vulgares <strong>de</strong>l aristotelismo, era inútil <strong>de</strong>cir más. Para los espíritus cultivados, bastaba<br />
insinuar, con la cita expresa, en el punto más estratégico, quién estaba al fondo <strong>de</strong> ciertas falacias<br />
morales por entonces largamente difundidas. Como bastaba insinuar, con un manierismo <strong>de</strong> grupo,<br />
qué actitu<strong>de</strong>s y hasta qué autores eran culpables <strong>de</strong> la situación. «Si lo dixiese <strong>de</strong> mío -protesta Juan<br />
Ruiz-, sería <strong>de</strong> culpar; / dízelo grand filósofo, non só yo <strong>de</strong> rebtar » . Conviene no per<strong>de</strong>r <strong>de</strong> vista<br />
que tal enunciado calca un tic <strong>de</strong> la «izquierda» aristotélica, y en especial <strong>de</strong> Sigerio <strong>de</strong> Brabante, el<br />
capitoste, muy amigo <strong>de</strong> eludir responsabilida<strong>de</strong>s y acusaciones alegando que él se limitaba a exponer<br />
el pensamiento <strong>de</strong>l Filósofo o <strong>de</strong>l Comentador, «secundum documenta philosophorum probatorum,<br />
non aliquid ex nobis asserentes» : «Quaerimus enim hic solum intentionem philosophorum et<br />
praecipue Aristotelis, etsi forte Philosophus senserit aliter quam veritas se habeat et sapientia, quae<br />
per revelationem <strong>de</strong> anima sint tradita, quae per rationes naturales concludi non possunt » . 135<br />
Una alusión <strong>de</strong> esa índole era harto locuaz para el experto. Para quien no lo fuera, el Arcipreste<br />
no tenía por qué cargar las tintas. Verosímilmente, a<strong>de</strong>más, no se proponía hacer <strong>de</strong> su criatura un<br />
aristotélico heterodoxo que, por serlo, se inclinaba a la lujuria, sino un lujurioso que quería justificarse<br />
‘filosóficamente’ (un tipo no disímil <strong>de</strong> los goliardos -tan caros a Juan Ruiz- que algún contemporáneo<br />
tildaba <strong>de</strong> averroístas). 136<br />
135 B. Bazán, ed. , Siger <strong>de</strong> Brabant, Quaestiones in tertium <strong>de</strong> anima, De anima intellectiva, De<br />
aeternitate mundi , Lovaina-París, 1972, pp. 70, 83-84 (y cf. B. Nardi, Studi , pp. 121-122). Debo la<br />
referencia, como otras valiosas indicaciones, a mi fraternal amigo Peter Dronke.<br />
136 Vid. F. Van Steenberghen, op. cit. , p. 329, n. 32. Si se prefiere un paralelo hispánico, baste oír<br />
las palabras que Francesc <strong>de</strong> la Via pone en boca <strong>de</strong>l rijoso protagonista <strong>de</strong> su Llibre <strong>de</strong> fra Bernat :<br />
79
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
Tampoco pue<strong>de</strong> postularse que la tal caracterización sea un motivo conductor <strong>de</strong>l Libro . El poeta<br />
era <strong>de</strong>masiado versátil, estaba <strong>de</strong>masiado acostumbrado -en parte, por resabio <strong>de</strong> lírico- a construir -y<br />
superponer- unida<strong>de</strong>s relativamente autónomas, tanteaba <strong>de</strong>masiadas direcciones, para mantener más<br />
que unos pocos hilos esenciales. Pero ello no significa que el aristotelismo heterodoxo <strong>de</strong>l personaje<br />
haya <strong>de</strong> limitarse al arranque <strong>de</strong> la acción. El mero hecho <strong>de</strong> que asome en un lugar tan relevante ya<br />
sugiere que es legítimo esperar <strong>de</strong>spués otras huellas suyas. Valga comprobarlo con un par <strong>de</strong> rápidas<br />
observaciones.<br />
La expositio en torno al De anima sirve <strong>de</strong> introducción teórica a todas las andanzas amorosas <strong>de</strong>l<br />
protagonista, iniciadas con el episodio <strong>de</strong> la dueña «mansa e leda» (77-106) . La segunda aventura, el<br />
lance <strong>de</strong> la pana<strong>de</strong>ra y Ferrand García (107-123), se fundamenta en unas muy someras consi<strong>de</strong>raciones<br />
sobre la conveniencia <strong>de</strong> buscar compañía en la mujer (108-111), consi<strong>de</strong>raciones don<strong>de</strong> se conjugan<br />
la imagen «cortés» <strong>de</strong> la dama y el versículo <strong>de</strong>l Génesis tradicionalmente recordado en favor <strong>de</strong>l<br />
matrimonio ( cf. ad notas 108, 118). La tercera intentona (168-180), en cambio, va precedida <strong>de</strong><br />
un minucioso prólogo doctrinal. El hombre está condicionado en «su fado e su don» por los astros<br />
que presi<strong>de</strong>n su nacimiento; «muchos» , pese a su «esfuerço» por tal o cual meta, jamás la consiguen:<br />
«non pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>smentir a la astrología» ; <strong>de</strong> ahí la plausibilidad <strong>de</strong> la creencia en los vaticinios<br />
«estrelleros» (123-127) , como los pronunciados en la historia <strong>de</strong>l hijo <strong>de</strong> Alcaraz (128-139), que<br />
resultan «verda<strong>de</strong>ros» porque captan «lo que Dios or<strong>de</strong>na segund natural curso» (136 cd ) . Sin<br />
embargo, «Dios, que crió natura e aci<strong>de</strong>nte, / pué<strong>de</strong>los <strong>de</strong>mudar e fazer otramente» , <strong>de</strong> manera similar<br />
al rey o al Papa que <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> permitir una excepción a las leyes que él mismo ha dictado. Con la oración<br />
y el bien obrar, por tanto, cabe superar el «mal signo» : «el po<strong>de</strong>río <strong>de</strong> Dios tuelle la tribulación» .<br />
Pero «non son por todo aquesto los estrelleros mintrosos / que judgan segund natura» (140-150) . No<br />
hace falta ser maestro en astrología para percatarse <strong>de</strong> que así ocurre a diario (151) , y también <strong>de</strong> que<br />
«muchos nascen en Venus, que lo más <strong>de</strong> su vida / es amar las mugeres» ... sin llegar nunca a catarlas:<br />
y Juan Ruiz parece ex illis (152-153). Vale la pena, no obstante, arrimarse a la sombra <strong>de</strong> las dueñas<br />
en flor, por las «muchas noblezas» que el amor trae y por si suce<strong>de</strong> «que buen esfuerço vence a la<br />
mala ventura» (154-160) . ... Aunque, pensándolo bien, el amor sí es reo <strong>de</strong> un pecadillo: «sienpre<br />
«los filòsofs van posar / en escriptura / que ço <strong>de</strong> què ens força natura / no és pecat / e·z eu treball <strong>de</strong><br />
mon po<strong>de</strong>r / per fer enfants / Cregats / los mants <strong>de</strong> Déu, / mostrant en l’Evangeli seu, / e diu així: /<br />
“Crescite, multiplicamini ” » ; ( ed. A. Pacheco, Blandín <strong>de</strong> Cornualla i altres narracions en vers <strong>de</strong>ls<br />
segles XIV i XV , Barcelona, 1983, pp. 262-263) .<br />
80
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
fabla mentiroso» y «tiene por noble cosa lo que non vale una arveja» ( 161-165 ; cf. n. 112). En<br />
cualquier caso, Juan Ruiz se lanza por tercera vez a la caza <strong>de</strong> «amiga» movido por «la costunbre,<br />
el fado e la suerte» (166-167) .<br />
Prescindamos <strong>de</strong> otros cien rasgos dignos <strong>de</strong> glosa y notemos sólo uno. Tras las coplas 71-76,<br />
cuando el protagonista vuelve a explicar con algún sosiego qué lo empuja al «iuntamiento con fenbra» ,<br />
vuelve asimismo a subrayar que está procediendo «segund natural curso» (127 d ) : concretamente,<br />
plegándose al «signo» , «el ascen<strong>de</strong>nte e la costellación» que le han correspondido. El punto <strong>de</strong> partida,<br />
pues, se halla <strong>de</strong> nuevo en una posición típica <strong>de</strong>l aristotelismo heterodoxo: el fatalismo <strong>de</strong> someter<br />
cuanto en el mundo suce<strong>de</strong> «necessitati corporum caelestium» (arriba quedan algunas <strong>de</strong> las tesis<br />
proscritas por Étienne Tempier), el <strong>de</strong>terminismo <strong>de</strong> los «omes torpes» -acusaba el rey <strong>de</strong> Mentón-<br />
<strong>de</strong> que «cada uno es judgado según su nacencia» . Como en las estrofas 71-73, la voz que se escucha<br />
al principio <strong>de</strong> nuestra disertación astrológica nos encarrila por la vía <strong>de</strong> un duro naturalismo. Sólo<br />
más a<strong>de</strong>lante, cuando ya marchamos por ese camino con comprensible inercia (123-135) , se matiza<br />
que el «natural curso» <strong>de</strong> los astros es sencillamente «lo que Dios or<strong>de</strong>na» (136) , con libertad para<br />
hacerlo y <strong>de</strong>shacerlo (137-150). También ahora, como en 74-75, se interpone la «memoria <strong>de</strong> bien» y<br />
el planteamiento no llega a sus consecuencias extremas. Todo apuntaba que no hay medio <strong>de</strong> resistir<br />
el influjo <strong>de</strong> los astros. Pero el personaje cae en la cuenta <strong>de</strong> que la «fe católica» (140 d ) no admite<br />
semejante afirmación; o, si se prefiere, aunque pintándolo como ofuscado por los errores, el autor no<br />
tolera que los lleve hasta la ceguera absoluta. De forma que se impone recoger velas hacia la ortodoxia,<br />
resaltando que sí es posible contrariar a los astros «por ayuno e limosna e oración / e por servir a Dios<br />
con mucha contrición» (149) . Subsiste, sin embargo, el naturalismo <strong>de</strong>terminista <strong>de</strong>l planteamiento, y<br />
el Juan Ruiz actor se conduce <strong>de</strong> acuerdo con él, según el «natural curso» que lo arrastra a un tiempo a<br />
amar y a fracasar en el amor. El «buen esfuerço» no lo pone en «servir a Dios» para vencer esa «mala<br />
ventura» , sino en «servir a las dueñas» (154 b y 153 b ) , por si acaso alguna «pera» se le viene a las<br />
manos (160) . Otra vez, pues, como en 75-76, asume con tragicómica resignación el «pecado» <strong>de</strong> que<br />
la «natura» triunfe sobre el «seso» . Y otra vez lo hace escudándose en una lectura <strong>de</strong> Aristóteles a la<br />
luz <strong>de</strong>l aristotelismo heterodoxo. Porque don<strong>de</strong> la Ética a Nicómaco (V<strong>II</strong>, x, 1152 a 32-36) no pasa<br />
<strong>de</strong> advertir que el hábito es difícil <strong>de</strong> cambiar porque se torna naturaleza ( «consuetudinem mutare<br />
difficile est, quia naturae similis est “atque in naturam tan<strong>de</strong>m convertitur usus”» ), él aña<strong>de</strong> un factor<br />
no contemplado ahí por el Estagirita, pero tan abultado como hemos visto en el aristotelismo radical:<br />
Como dize el sabio, cosa dura e fuerte<br />
es <strong>de</strong>xar la costunbre, el fado e la suerte :<br />
81
la costunbre es otra natura, ciertamente,<br />
apenas non se pier<strong>de</strong> fasta que viene la muerte.<br />
(166) 137<br />
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
El último verso nos ahorra cualquier duda sobre cómo comprobar aún -en vez <strong>de</strong> por otras vías-<br />
que los tintes aristotélicos <strong>de</strong> nuestro protagonista no se <strong>de</strong>svanecen a las primeras <strong>de</strong> cambio. «Fasta<br />
que viene la muerte» . También en un cierto momento la muerte irrumpe en el Libro <strong>de</strong> buen amor<br />
. De hecho, la segunda mitad <strong>de</strong>l poema está ensombrecida por su insistente presencia. 138 Tras los<br />
enredos <strong>de</strong> doña Endrina y don Melón, el «doñeo» usual se reanuda con una «niña <strong>de</strong> mucha juventud»<br />
que «murió a pocos días» (911 y 944) . El «limpio amor» <strong>de</strong> doña Garoça no dura mucho más: «dos<br />
meses passados, / murió la buena dueña» (1506) . En seguida, una noticia especialmente dolorosa:<br />
«Trotaconventos ya non anda nin trota» (1518) . El «engenio» <strong>de</strong> Ruiz se «embota» con tamaño «pesar<br />
e tristeza» , 139 la pluma se le resiste: «non puedo <strong>de</strong>zir gota» ; y ya nunca volverá a abrírsele ninguna<br />
«buena puerta» ( ibi<strong>de</strong>m ). El Libro , pues, tiene que acabar y acaba porque «viene la muerte» .<br />
Esa presencia letal que marca la segunda parte e implica la conclusión <strong>de</strong> la obra culmina en una<br />
magnífica invectiva, revuelta con el planto y el «petafio» por la alcahueta (1520-1578). El mero incipit<br />
<strong>de</strong>ja claro el tenor <strong>de</strong>l fragmento:<br />
137 Sobre esas líneas <strong>de</strong> la Ética llamó la atención F. Castro Guisasola, en la Revista <strong>de</strong><br />
filología española , XVI (1929), pp. 68-74; el Arcipreste <strong>de</strong>bió <strong>de</strong> tenerlas presentes en la<br />
versión proverbializada, diáfana en el verso c ( cf. sólo R. Menén<strong>de</strong>z Pidal, en Studia... R.<br />
Lapesa , I, Madrid, 1972, p. 81, y las referencias que doy en mi edición <strong>de</strong>l Guzmán <strong>de</strong><br />
Alfarache , Barcelona, 1983, pp. 57 y 859, n. 1); como sea, lo interesante es la ampliación<br />
<strong>de</strong> la sentencia con la mención <strong>de</strong>l «fado e la suerte» .<br />
138 Concuerdo aquí (aunque no siempre en otros puntos) con R. Lapesa, «El tema <strong>de</strong> la muerte en<br />
el Libro <strong>de</strong> buen amor » (1966), en De la Edad Media a nuestros días , Madrid, 1967, pp. 53-75 (abajo<br />
cito <strong>de</strong> las pp. 63, 68 y 53) , y con R. M. Walker, «Towards an Interpretation of the Libro <strong>de</strong> buen<br />
amor » , Bulletin of Hispanic Studies , XL<strong>II</strong>I (1966), pp. 1-10, y « “Con miedo <strong>de</strong> la muerte la miel<br />
non es sabrosa” : Love, Sin and Death in the Libro <strong>de</strong> buen amor » , en G. B. Gybbon-Monypenny,<br />
ed. , «Libro <strong>de</strong> buen amor» Studies , Londres, 1970, pp. 231-252.<br />
139 «Dize un filósofo, en su libro se nota, / que pesar e tristeza el engenio enbota» ; el reciente trabajo<br />
<strong>de</strong> G. Olson, Literature as Recreation in the Later Middle Ages , Ithaca y Londres, 1982, pp. 39-89,<br />
permite apreciar el substrato -fundamentalmente físico o médico- <strong>de</strong> esos dos versos y transcribe algún<br />
texto que parece el anverso positivo <strong>de</strong> la misma sententia que el Arcipreste aprovecha por el reverso<br />
negativo: «[letitia] ingenium acuit, intellectum solertiorem efficit» ( p. 50, n. 16) .<br />
82
¡Ay Muerte, muerta seas, muerta e malandante!<br />
Mataste a mi vieja, ¡matasses a mí ante!<br />
Enemiga <strong>de</strong>l mundo, que non as semejante,<br />
<strong>de</strong> tu memoria amarga non es que non se espante.<br />
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
La apóstrofe inicial contiene el problema y la solución que nutren las estrofas siguientes. Como en la<br />
fuente bíblica (Oseas, X<strong>II</strong>I, 14), 140 la maldición «¡muerta seas!» es al tiempo una profecía: el horror<br />
y la ira frente a la muerte se aplacarán cuando ella muera a su vez, cuando la resurrección <strong>de</strong> Jesús<br />
la quebrante «por sienpre» . De ahí, a la postre, los acentos triunfales <strong>de</strong>l Arcipreste: «dionos vida<br />
moriendo al que tú muerte diste» (1557-1567) . No obstante, la esperanza en la «vida» perdurable<br />
(que para el pecador pue<strong>de</strong> trocarse en perdición in aeternum ) no anula ni en el propio Cristo -en<br />
cuanto hombre- el «espanto» <strong>de</strong> la muerte (1554-1557) . En esa perspectiva, el verso c comprime<br />
todo el inagotable pliego <strong>de</strong> cargos en un tajante hemistiquio: «enemiga <strong>de</strong>l mundo» .<br />
En la copla 1520 , «mundo» vale exactamente como en la copla 71 : «las cosas vivas» ( ad n. 5). Y<br />
todavía más: <strong>de</strong>be leerse sobre el fondo <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as expuestas en las coplas 71-74. Se había partido,<br />
recuér<strong>de</strong>se, <strong>de</strong> que «el mundo trabaja por aver mantenencia» , <strong>de</strong> que el dato primario <strong>de</strong> «las cosas<br />
vivas» es el instinto <strong>de</strong> conservación: la muerte aparece, por tanto, <strong>de</strong>finitoria, esencialmente, como<br />
«enemiga <strong>de</strong>l mundo» . Se había explicado que el instinto <strong>de</strong> conservación busca su cauce en el amor:<br />
luego la muerte es también el supremo fracaso <strong>de</strong>l amor. Vida y amor son sólo uno, y precisamente<br />
en lucha con la muerte. Juan Ruiz lo cincela en otro verso lapidario (1549 d ) :<br />
Muerte, matas la vida, el amor aborreces. 141<br />
140 Otras referencias en F. Lecoy, Recherches sur le «Libro <strong>de</strong> buen amor» , París, 1938, pp. 210-211,<br />
y M. R. Lida <strong>de</strong> Malkiel, «Nuevas notas para la interpretación <strong>de</strong>l Libro <strong>de</strong> buen amor » (1959), en<br />
Juan Ruiz. Selección... y estudios críticos , Buenos Aires, 1973, p. 229, n. 32.<br />
141 La lectura <strong>de</strong> T , contra S ( «al mundo aborresces» ), está apoyada por todo el sistema<br />
conceptual que vengo resumiendo y, más en concreto, por el hecho <strong>de</strong> que las coplas 1548-1549<br />
se consagran a enumerar las cualida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l amor que la muerte <strong>de</strong>struye (véanse A. H. Schutz, en<br />
Nueva Revista <strong>de</strong> Filología Hispánica , V<strong>II</strong>I [1954], pp. 63-71, y R. Lapesa, art. cit. , pp. 64-65).<br />
83
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
En verdad, si tal es el planteo, se compren<strong>de</strong> <strong>de</strong> maravilla un importante aspecto en la disposición<br />
<strong>de</strong>l poema: el discurso <strong>de</strong>l personaje empieza con una proclamación <strong>de</strong>l élan <strong>de</strong> la vida, <strong>de</strong>l amor,<br />
y termina con una suerte <strong>de</strong> ejemplar triumphus Mortis .<br />
El presupuesto <strong>de</strong> que «toda creatura» se afana «por aver mantenencia» , glosado al principio <strong>de</strong><br />
la obra con falacias <strong>de</strong> aristotelismo radical, pesa, así, sobre el <strong>de</strong>senlace y contribuye a mol<strong>de</strong>ar la<br />
estructura <strong>de</strong>l conjunto. Pero, a<strong>de</strong>más, el protagonista, aunque ahora harto más presto a <strong>de</strong>secharlas,<br />
da pruebas <strong>de</strong> no haber olvidado las falacias <strong>de</strong> marras. Se ha escrito que, a juzgar por la invectiva en<br />
que la <strong>de</strong>nuesta, la muerte es «para Juan Ruiz, ante todo, y en el fondo casi exclusivamente, implacable<br />
y pavorosa <strong>de</strong>strucción» . Si fuera el caso, no cabría vacilación. Tendríamos que relacionar esa actitud<br />
con la incredulidad y el naturalismo con<strong>de</strong>nados por Tempier: «Quod felicitas habetur in ista vita,<br />
non in alia» (§ 176) ; «Quod homo post mortem amittit omne bonum» (§ 15) ; o, más cerca <strong>de</strong>l «en ti<br />
es todo mal» <strong>de</strong> la copla 1546 , «Quod finis omnium terribilium est mors» (§ 178) . Tendríamos que<br />
ponerla en serie con la <strong>de</strong>l blasfemo Tomás Escoto que predicaba «animas post mortem in nihilum<br />
redigi» (n. 128); con el extravío común a los «naturales» y a los «filósofos» refutados por Ramón<br />
Martí (n. 132), etc., etc. Pero opino que no es posible abultar el «terror» que a nuestro personaje «le<br />
producía la extinción <strong>de</strong> la existencia terrena» . De tejas para abajo y en cuanto a la carne, era un<br />
«terror» compartido incluso con Cristo ( «tú le posiste miedo e tú lo <strong>de</strong>mu<strong>de</strong>ste» , «temiote la su<br />
carne» , etc.); 142 con los ojos vueltos al más allá, era substancialmente pánico al «fuego infernal» ,<br />
a la mors aeterna ( «para sienpre jamás non los as <strong>de</strong> per<strong>de</strong>r» , 1565 ): el inequívoco temor <strong>de</strong> los<br />
católicos que pecamos a ciencia y conciencia, pertinazmente, con intención <strong>de</strong> enmendarnos algún<br />
día, como <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el comienzo confiesa el Juan Ruiz actor (75-76). De ningún modo era, en cambio, un<br />
«terror» absoluto, porque se contrapesaba con la esperanza <strong>de</strong> gustar los frutos <strong>de</strong> la Resurrección e ir<br />
con los justos «do an vida veyendo más gloria quien más quiso» (1564 b ) . Que esa «vida» perenne<br />
alcanza el «buen amor» , «en la carrera <strong>de</strong> salvación» , mientras el «loco» se agosta con la muerte y<br />
se «<strong>de</strong>sliza» en «infierno profundo» (1552) .<br />
No creo, pues, que el «espanto» frente a la muerte llegue, ni por insinuación, al extremo que<br />
obligaría a arrimar <strong>de</strong> nuevo al protagonista a las filas <strong>de</strong>l aristotelismo heterodoxo. Sin embargo,<br />
<strong>de</strong> igual manera que el planteamiento <strong>de</strong> las coplas 71-74 se proyecta sobre el final <strong>de</strong>l Libro , la<br />
caracterización que allí se atribuye al personaje retorna perceptiblemente en la invectiva contra la<br />
142 Vid. alguna observación al propósito en J. M. Marchand, «The Pia fraus in the Libro <strong>de</strong> buen<br />
amor » , Mo<strong>de</strong>rn Language Notes , XCV<strong>II</strong> (1982), pp. 365-367.<br />
84
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
muerte que -en palabras <strong>de</strong> don Rafael Lapesa- «clausura el ciclo <strong>de</strong> intentonas eróticas» . Retorna<br />
como wishful thinking a cuyo halago ya no se ce<strong>de</strong> (en tanto sí se cedía a la tentación <strong>de</strong>l naturalismo<br />
amoroso y astrológico), como pasajero movimiento reflejo <strong>de</strong> quien está habituado a pensar en unos<br />
términos que, con todo, otras convicciones recién ganadas o reavivadas le fuerzan a <strong>de</strong>scartar. El rasgo<br />
es inconfundible, y el autor, subrayándolo, verosímilmente pretendía que no se perdiera <strong>de</strong> vista en<br />
el último momento una faceta saliente en el retrato global <strong>de</strong>l protagonista: la filiación intelectual <strong>de</strong><br />
ciertos errores que <strong>de</strong>sorientaban también a otras gentes <strong>de</strong> la época.<br />
En efecto, en el clímax <strong>de</strong> la invectiva se arriesga una ocurrencia que en el pronto suena una pizca<br />
sorpren<strong>de</strong>nte: no habría por qué temblar ante la muerte, ni tendría razón <strong>de</strong> ser el infierno, «mors<br />
secunda» (Apocalipsis, XX, 14) , si el hombre y el mundo vivieran eternamente.<br />
Muerte, por ti es fecho el lugar infernal,<br />
ca, beviendo omne siempre en mundo terrenal ,<br />
non avrién <strong>de</strong> ti miedo nin <strong>de</strong> tu mal hostal,<br />
non temerié tu venida la carne umanal.<br />
(1553) 143<br />
Es, nos consta, la doctrina arquetípica <strong>de</strong>l aristotelismo heterodoxo: la eternidad <strong>de</strong>l mundo,<br />
presente don<strong>de</strong>quiera que encontramos influencias <strong>de</strong> la secta y aquí evocada en forma que apunta<br />
perfectamente sus <strong>de</strong>structivas consecuencias morales y religiosas. Si en los dicterios contra la<br />
muerte el personaje introduce semejante reflexión, es porque las aberraciones aristotélicas le son<br />
particularmente familiares. Claro está que la eternidad <strong>de</strong>l mundo y <strong>de</strong>l hombre se presenta sólo<br />
como hipótesis no atendible o como concesión a una fantasía por un instante lisonjera: pero ha sido<br />
el aristotelismo radical quien la ha infiltrado. Se entien<strong>de</strong> que aparezca en el ápice <strong>de</strong> la invectiva,<br />
inmediatamente antes <strong>de</strong> insertarse el broche positivo <strong>de</strong> la victoria <strong>de</strong>l Re<strong>de</strong>ntor que «dionos vida<br />
moriendo» (1559 d ) : es el último coletazo <strong>de</strong> la proposición con que saltaba a escena el protagonista.<br />
«Como dize Aristótiles , el mundo trabaja por aver mantenencia» . Sino que ahora se dan <strong>de</strong> lado las<br />
argucias naturalistas y se mira a la auténtica e imprescriptible «mantenencia» .<br />
Prolijas como seguramente parecen, las páginas prece<strong>de</strong>ntes se limitan a <strong>de</strong>sflorar la presencia <strong>de</strong>l<br />
aristotelismo heterodoxo en el Libro <strong>de</strong> buen amor . Queríamos explicar las coplas 71-76 y notábamos<br />
que la letra no se nos entregaba si simultáneamente no leíamos en transparencia las enseñanzas <strong>de</strong>l<br />
143 Doy el texto <strong>de</strong> S ; el <strong>de</strong> T ( «beviendo omne syempre en el mundo terrenal, / non<br />
averié <strong>de</strong> ti miedo » ) supone una obvia trivialización.<br />
85
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
De anima . Captar más cabalmente el sentido y la función <strong>de</strong>l pasaje -para ir perfilando, por ejemplo,<br />
la fisonomía <strong>de</strong>l protagonista- nos exigía salirnos <strong>de</strong>l Libro y ojear ciertas explosivas consecuencias<br />
<strong>de</strong> los libri naturales <strong>de</strong> Aristóteles en la Europa <strong>de</strong> los siglos X<strong>II</strong>I y XIV. Y la exploración <strong>de</strong>l<br />
ámbito cultural <strong>de</strong>l Arcipreste nos revelaba en el Buen amor elementos <strong>de</strong> estructura que <strong>de</strong> otro<br />
modo difícilmente se hubieran <strong>de</strong>jado percibir. La literatura -como la historia <strong>de</strong> la literatura, claro<br />
está- se hace en ese ir y venir entre el texto y el contexto. No me sentiría tranquilo si no insistiera<br />
en que mi examen <strong>de</strong> uno y otro ha sido aquí extremadamente rudimentario. A propósito <strong>de</strong> ambos,<br />
y siempre en el horizonte <strong>de</strong>l aristotelismo heterodoxo, quedan abundantes problemas por enfrentar:<br />
no ya matices, sino asuntos primarios.<br />
Una simple muestra pue<strong>de</strong> sugerir la envergadura <strong>de</strong> las cuestiones pendientes. ¿Qué pensar <strong>de</strong> un<br />
poema, largo y complejo, en cuyo núcleo se asienta la visión <strong>de</strong> un «buen amor» que se pliega a los<br />
impulsos <strong>de</strong> la naturaleza y busca la «mantenencia» <strong>de</strong> la especie combatiendo la muerte con la vida,<br />
la corrupción con la generación? Un poema tan «sotil» , que uno se pregunta si sus variadas lecciones<br />
eróticas se enuncian para que el lector las acepte o las rechace, si el yo múltiple que las dicta se cree<br />
en la verdad o se sabe perversamente equivocado, si la dramatis persona <strong>de</strong>l amante que las acoge es<br />
un necio o un pillo <strong>de</strong>svergonzado. Un poema que combina los tonos narrativos, líricos y didácticos;<br />
don<strong>de</strong> conviven las figuras alegóricas y las tomadas <strong>de</strong> la vida diaria, las lucubraciones teóricas y<br />
las cru<strong>de</strong>zas verbales; que se nos antoja a un tiempo tan piadoso y <strong>de</strong>senfadado como para que la<br />
vieja alcahueta que hal<strong>de</strong>a en la trama espere a su muerte -ella misma nos lo dice- padrenuestros por<br />
su alma... ¿Qué pensar, repito, cuando el poema <strong>de</strong> que hablo no es el Libro <strong>de</strong> buen amor , tan<br />
substancialmente acor<strong>de</strong> con la <strong>de</strong>scripción anterior, sino el sumo exponente literario <strong>de</strong>l aristotelismo<br />
heterodoxo, el singular y con justicia afortunadísimo Roman <strong>de</strong> la Rose ? 144<br />
144 El paralelo que selecciono -entre docenas- para ilustrar las coinci<strong>de</strong>ncias <strong>de</strong>l Libro y el Roman<br />
en puntos <strong>de</strong> <strong>de</strong>talle remite a los versos 13464-16466 ( «et diront maintes pater nostres / por m’ame<br />
quant je seré morte, / qui les enseigne ore et conforte» ; ed. F. Lecoy, París, 1965-1970) y a la tercera<br />
copla <strong>de</strong>l «petafio <strong>de</strong> la sepultura <strong>de</strong> Urraca» ( 1578 , y cf. 1575 d ). El estudio, imprescindible, <strong>de</strong> las<br />
convergencias -y divergencias significativas- entre ambas obras habrá <strong>de</strong> tomar en cuenta datos <strong>de</strong><br />
estructura, argumento y modos, temas y fraseología; y no incurrir en la increíble miopía <strong>de</strong> F. Bliss<br />
Luquiens, «The Roman <strong>de</strong> la Rose and medieval Castilian literature» , Romanische Forschungen ,<br />
XX (1907), pp. 284-320. El presente artículo se escribió para el volumen <strong>de</strong> homenaje a José Antonio<br />
Maravall publicado por el Centro <strong>de</strong> Investigaciones Sociológicas. La presente versión contiene<br />
algunas pequeñas enmiendas y revisiones respecto al texto impreso ahí.<br />
86
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
«“Por aver mantenencia”. El aristotelismo heterodoxo en el Libro <strong>de</strong> buen amor », en Homenaje a<br />
José Antonio Maravall , Centro <strong>de</strong> Investigaciones Sociológicas, Madrid, 1986, pp. 271-297; versión<br />
revisada, en El Crotalón. Anuario <strong>de</strong> filología española , <strong>II</strong> (1985), pp. 169-198.<br />
La edición anunciada en la n. 96 no llegó a puerto, y Alberto Blecua publicó su propio texto (Madrid,<br />
1992), sin duda el mejor hoy accesible, con prólogo y notas <strong>de</strong> gran valor (por ejemplo, sobre el<br />
sentido adversativo <strong>de</strong> comoquier , problema que yo había esquivado en la n. 115). Por mi parte,<br />
actualmente trabajo con Bienvenido Morros y otros colaboradores en el Libro <strong>de</strong> buen amor que<br />
<strong>de</strong>be constituir el volumen 7 <strong>de</strong> la «<strong>Biblioteca</strong> clásica».<br />
Algunas <strong>de</strong> mis observaciones podrían matizarse ahora a la luz <strong>de</strong> la bibliografía reciente (así, la<br />
doctrina <strong>de</strong> la eternidad <strong>de</strong>l mundo, aun siéndole propia, es menos «arquetípica» <strong>de</strong>l aristotelismo<br />
heterodoxo <strong>de</strong> lo que yo <strong>de</strong>cía; vid. sólo R. C. Dales, Medieval Discussions of the Eternity of<br />
the World , Ley<strong>de</strong>n, 1990). Con todo, me importa más insistir en la necesidad <strong>de</strong> no incurrir en una<br />
confusión que creo advertir en ciertos estudios posteriores al mío: la atribución <strong>de</strong> cualquier forma<br />
<strong>de</strong> naturalismo a la «izquierda» aristotélica, por más que los elementos naturalistas están presentes<br />
en todas las visiones <strong>de</strong>l amor puestas en solfa por el Arcipreste, trovadoresca, clerical (ovidiana o<br />
goliárdica) y «cazurra» ( vid. sólo mi n. 125).<br />
En cualquier caso, las huellas <strong>de</strong>l aristotelismo radical en España han seguido siendo<br />
provechosamente rastreadas, para los siglos X<strong>II</strong>I y XIV, por F. Bertelloni, «El averroísmo en el<br />
medioevo latino (repercusiones filosófico-literarias <strong>de</strong> un locus historiográfico)», Studia Hispanica<br />
Medievalia , IV (Pontificia Universidad Católica Argentina, 1999), pp. 65-82; H. O. Bizzarri, «Una<br />
disputa entre filósofos y teólogos: la concepción <strong>de</strong> la naturaleza en las colecciones sapienciales<br />
castellanas», Medioevo , XX<strong>II</strong> (1996), pp. 303-334 (y tangencialmente «Fray Juan García <strong>de</strong><br />
Castrojeriz receptor <strong>de</strong> Aristóteles», Archives d´Histoire Doctrinale et Littéraire du Moyen Âge ,<br />
LXV<strong>II</strong>, 2000, pp. 225-236); y Á. Martínez Casado, en el colectivo La filosofía española en Castilla<br />
y León , ed. M. Fartos y L. Velázquez, Valladolid, 1997, pp. 71-85. -Francisco Márquez Villanueva,<br />
que ya había rozado la cuestión en «El carnaval <strong>de</strong> Juan Ruiz», Dicenda , VI (1987), pp. 177-188<br />
(y vid. mi n. 129), se ha interesado en especial por «El caso <strong>de</strong>l averroísmo popular español (Hacia<br />
La Celestina )», en Cinco siglos <strong>de</strong> «Celestina» , ed. R. Beltrán y J. L. Canet, Valencia, 1997, pp.<br />
121-132 (y véase también, entre otros trabajos suyos, El concepto cultural alfonsí , Madrid, 1994,<br />
pp. 203-209). -A Pedro Manuel Cátedra, Amor y pedagogía en la Edad Media (Estudios <strong>de</strong> doctrina<br />
amorosa y práctica literaria) , Salamanca, 1989, pp. 41-56 y passim , se <strong>de</strong>be un revelador análisis<br />
87
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
<strong>de</strong> la pervivencia <strong>de</strong>l naturalismo erótico, y aun <strong>de</strong>l posible eco <strong>de</strong> las coplas 71-76 <strong>de</strong> Juan Ruiz, en<br />
el Breviloquio <strong>de</strong>l Tostado y en otros textos <strong>de</strong>l siglo XV, hasta la novela sentimental y la lírica<br />
cortesana.<br />
Varias otras apostillas a los aspectos <strong>de</strong>l Libro tratados por mí pue<strong>de</strong>n hallarse, que yo recuer<strong>de</strong>,<br />
en J. Dagenais, « ‘Se usa e se faz’ : Naturalist Truth in a Pamphilus Explicit and the Libro<br />
<strong>de</strong> buen amor » , Hispanic Review , LV<strong>II</strong> (1989), pp. 417-436, y The Ethics of Reading in<br />
Manuscript Culture. Glossing the «Libro <strong>de</strong> buen amor» , Princeton, 1994, pp. 187-188 y 206-207;<br />
A. Torres-Alcalá, «El Libro <strong>de</strong> buen amor y el Roman <strong>de</strong> la rose ; algunas analogías», Anuario<br />
Medieval , <strong>II</strong> (1990), pp. 172-183; D. Polloni, «Amour» et «clergie» . Un percorso testuale da<br />
Andrea Cappellano all’Arcipreste <strong>de</strong> Hita , Bolonia, 1995; y Domingo Ynduráin, Las querellas <strong>de</strong>l<br />
buen amor. Lectura <strong>de</strong> Juan Ruiz , Salamanca, 2001.<br />
Otras adiciones. -Al dar el Digesto por «presente en la introducción en prosa» ( ad n. 120) estaba<br />
yo aceptando tácitamente una propuesta <strong>de</strong> L. Jenaro-MacLennan ( art. cit. en mi n. 129) que no<br />
toma en cuenta el tantas veces admirable Paolo Cherchi, «Il prologo di Juan Ruiz e il Decretum<br />
Gratiani » , Medioevo romanzo , XV<strong>II</strong>I (1993), pp. 257-260. -El artículo « Aristoteles Hispanus<br />
» citado en la n. 130 figura ahora, ampliado, en mi libro Texto y contextos. Estudios sobre la poesía<br />
española <strong>de</strong>l siglo XV , Barcelona, 1990, pp. 55-94. -La «versión proverbializada» que Juan Ruiz<br />
recuerda en la copla 166 (arriba, ad n. 137) ha sido i<strong>de</strong>ntificada con gran<strong>de</strong>s posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> acierto<br />
por María Pilar Cuartero, «Paremiología en el Libro <strong>de</strong> buen amor », en prensa en las Actas <strong>de</strong>l<br />
Congreso Internacional sobre el Arcipreste <strong>de</strong> Hita y el «Libro <strong>de</strong> buen amor» , Alcalá la Real, en el<br />
Compendium moralium notabilium <strong>de</strong> Geremia da Montagnone, fuente más que probable <strong>de</strong> varios<br />
pasajes <strong>de</strong>l Libro .<br />
88
- IV -<br />
Crítica <strong>de</strong>l texto y mo<strong>de</strong>los <strong>de</strong> cultura en el Prólogo general <strong>de</strong> don Juan Manuel<br />
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
«El rasgo más notable <strong>de</strong> la obra <strong>de</strong> don Juan Manuel, para muchos críticos, es que se basa no<br />
en la autoridad <strong>de</strong> sus fuentes, sino en su experiencia <strong>de</strong> la vida y <strong>de</strong> los hombres; y sin duda los<br />
críticos tienen razón» . 145 Sin duda la tienen, sí. No obstante, los historiadores ten<strong>de</strong>mos a subrayar<br />
-con Jorge Luis Borges- que también la lectura es una experiencia 146 y que incluso los dichos y los<br />
hechos más singulares han <strong>de</strong> insertarse significativamente en un marco superior al individual. Una<br />
y cien veces se ha pon<strong>de</strong>rado la originalidad <strong>de</strong>l Prólogo general que precedía a la compilación<br />
<strong>de</strong> «todos los libros» compuestos por don Juan hasta el momento (hacia 1343); 147 una y cien veces<br />
se han aducido esas páginas para trazar el retrato <strong>de</strong>l escritor. Bien está. Pero importa no confundir<br />
‘originalidad’ e ‘invención’, y, en especial, percatarse <strong>de</strong> que a una superficie ya harto locuaz literal<br />
y literariamente subyacen disimulados unos mo<strong>de</strong>los cuyo conocimiento revela no menos el talante<br />
<strong>de</strong> don Juan Manuel.<br />
La afirmación que abre el Prólogo -es tan grato ser alabado por «alguna buena obra» cuanto<br />
doloroso verla maltratada- se ilustra con la divertida anécdota <strong>de</strong>l trovador y el zapatero <strong>de</strong> Perpiñán,<br />
<strong>de</strong> tiempo atrás i<strong>de</strong>ntificada como variante <strong>de</strong> una historieta que venía corriendo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la Antigüedad<br />
148 y que don Juan aplica con tino a sugerir las satisfacciones y, más por largo, los sinsabores que<br />
esperan a «un cavallero» -precisamente un caballero- dispuesto a que los frutos <strong>de</strong> su ingenio se<br />
145 Alan Deyermond, «Estudio preliminar» a la ed. <strong>de</strong>l Libro <strong>de</strong>l Con<strong>de</strong> Lucanor mo<strong>de</strong>rnizada por<br />
R. Ayerbe-Chaux, Madrid, 1984, p. 42.<br />
146 «Pocas cosas me han ocurrido y muchas he leído. Mejor dicho: pocas cosas me han ocurrido<br />
más dignas <strong>de</strong> memoria que el pensamiento <strong>de</strong> Schopenhauer o la música verbal <strong>de</strong> Inglaterra» ; El<br />
hacedor , Buenos Aires, 1960, p. 109 («Epílogo») .<br />
147 Cito según las Obras completas , ed. José Manuel Blecua, I, Madrid, 1982, pp. 31-33 .<br />
148 Cf. M. R. Lida <strong>de</strong> Malkiel, «Tres notas sobre don Juan Manuel» (1950), en Estudios <strong>de</strong> literatura<br />
española y comparada , Buenos Aires, 1966, pp. 92-133 (106, n. 18). Cabe preguntarse aún si la<br />
versión <strong>de</strong> don Juan no estará contaminada con el cuentecillo que aclaraba el adagio «Ne sutor supra<br />
crepidam» (Plinio, Naturalis historia , XXXV, 85) , <strong>de</strong> don<strong>de</strong>, supongo, el castellano «Zapatero, a<br />
tus zapatos». Sobre el trovador <strong>de</strong> Perpiñán, vid. M. <strong>de</strong> Riquer, Història <strong>de</strong> la literatura catalana , I,<br />
Barcelona, 1964, pp. 123-125.<br />
89
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
difundan entre «las gentes» . Esa primera parte <strong>de</strong>l prefacio, en la que la transmisión oral es ejemplo<br />
meridiano <strong>de</strong> los riesgos que implica toda divulgación <strong>de</strong>l saber, ha recibido menor atención que la<br />
segunda, don<strong>de</strong> el autor se fija en los estragos habituales en la transmisión escrita y explica cómo ha<br />
procurado remediarlos en cuanto a él le atañe. Es corriente, en efecto, y en buena medida es justo,<br />
señalar la novedad <strong>de</strong> sus observaciones sobre los errores <strong>de</strong> copia e insistir en el carácter excepcional<br />
<strong>de</strong>l procedimiento que utilizó para salirles al paso: preparar un texto revisado <strong>de</strong> sus libros e invitar al<br />
lector a consultarlo cuando en la copia se le ofreciera «alguna razón mal dicha» . Sin embargo, la tal<br />
novedad <strong>de</strong>be enten<strong>de</strong>rse referida al ámbito <strong>de</strong> las letras en vulgar y a la fecha temprana en que la i<strong>de</strong>a<br />
se formula en romance, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que empezó a circular en latín; y la excepcionalidad en cuestión, mejor<br />
que en el procedimiento en sí, se hallará en la ocurrencia <strong>de</strong> irlo a buscar en el mundo <strong>de</strong> la escuela.<br />
Vale la pena releer la <strong>de</strong>claración <strong>de</strong> don Juan:<br />
Et recelando yo, don Iohan, que por razón que non se podrá escusar que los libros que yo he fechos non<br />
se ayan <strong>de</strong> trasladar muchas vezes; et porque yo he visto que en el transladar acaeçe muchas vezes, lo<br />
uno por <strong>de</strong>sentendimiento <strong>de</strong>l scrivano, o porque las letras semejan unas a otras, que en transladando el<br />
libro porná una razón por otra, en guisa que muda toda la entençión et toda la sentençia, et será traýdo<br />
el que la fizo, non aviendo ý culpa; et por guardar esto quanto yo pudiere, fizi fazer este volumen en<br />
que están scriptos todos los libros que yo fasta aquí he fechos.<br />
( lín. 51-60) 149<br />
Parece difícilmente controvertible que ese pasaje tiene muy en cuenta las advertencias iniciales <strong>de</strong>l<br />
Prologus secundus ( «De intentione auctoris et modo proce<strong>de</strong>ndi» ) a la celebérrima Postilla<br />
litteralis <strong>de</strong> Nicolás <strong>de</strong> Lira, OFM :<br />
149 Tras dar la lista <strong>de</strong> esos «doze» libros, don Juan Manuel prosigue: «Et ruego a todos<br />
los que leyeren qualquier <strong>de</strong> los libros que yo fiz que, si fallaren alguna razón mal dicha,<br />
que non pongan a mí la culpa fasta que bea[n] este volumen que yo mesmo concerté;<br />
et, <strong>de</strong>sque lo vieren, lo que fallaren que es ý menguado, non pongan [la] culpa a la mi<br />
entención, ca Dios sabe buena la ove, mas póngan[la] a la mengua <strong>de</strong>l mi entendimiento,<br />
que erró en dos cosas: la una, en el yerro que ý fallaren, et la otra, porque fue atrevido a<br />
me entremeter en fablar en tales materias entendiendo la mengua <strong>de</strong>l mío entendi[mi]ento<br />
et sabiendo tan poco <strong>de</strong> las scripturas commo aquel que, yo juro a Dios verdat, que non<br />
sabría oy gouernar vn proberbio <strong>de</strong> terçera persona. Et pues es fecho este prólogo et esta<br />
protestación, <strong>de</strong> aquí a<strong>de</strong>lante commençaré a fablar la materia <strong>de</strong> los libros. Et el primero<br />
libro comiença assí » ( lín. 73-86) . Por sabida que sea, no sobra tener ante la vista toda la<br />
segunda parte <strong>de</strong>l Prólogo : nos permitirá abreviar las citas posteriores.<br />
90
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
Ulterius consi<strong>de</strong>randum quod sensus litteralis vi<strong>de</strong>tur multum obfuscatus diebus mo<strong>de</strong>rnis, partim<br />
scriptorum vitio [«por <strong>de</strong>sentendimiento <strong>de</strong>l scrivano»] , qui propter similitudinem litterarum<br />
[«porque las letras semejan unas a otras»] in multis locis aliter scripserunt quam habeat veritas textus<br />
[«muchas vezes porná una razón por otra»] , partim imperitia [«<strong>de</strong>sentendimiento»] aliquorum<br />
correctorum, qui in pluribus locis fecerunt puncta ubi non <strong>de</strong>bent fieri , et per hoc sententia litterae<br />
variatur [«en guisa que muda toda la sentençia»] , ut patebit in suis locis infra prosequendo 150<br />
No es el azar <strong>de</strong> una coinci<strong>de</strong>ncia, sino una <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia inequívoca. 151 En teoría, nada impi<strong>de</strong> pensar<br />
en una fuente común a don Juan Manuel y al biblista franciscano. Nunca han faltado censuras contra<br />
150 Los prólogos a la Postilla están muy a mano en la Patrologia latina , CX<strong>II</strong>I, cols. 25-36; la cita,<br />
en la col. 29 .<br />
151 Como se recordará, en cabeza <strong>de</strong> El Con<strong>de</strong> Lucanor figura un preámbulo muy cercano -salvo en<br />
el párrafo <strong>de</strong>l comienzo- a la segunda parte <strong>de</strong>l Prólogo general . Nos interesa ahora el fragmento<br />
paralelo a las líneas 51-60: «Et porque don Iohan vio et sabe que en los libros contesçe muchos yerros<br />
en los trasladar, porque las letras semejan unas a otras, cuydando por la una letra que es otra, en<br />
escriviéndolo, múdasse toda la razón et por aventura confón<strong>de</strong>sse, et los que <strong>de</strong>spués fallan aquello<br />
escripto ponen la culpa al que fizo el libro; et porque don Iohan se reçeló <strong>de</strong>sto, ruega a los que leyeren<br />
cualquier libro que fuere trasladado <strong>de</strong>l que él conpuso, o <strong>de</strong> los libros que él fizo, que si fallaren alguna<br />
palabra mal puesta, que non pongan la culpa a él, fasta que bean el libro mismo que don Iohan fizo, que<br />
es emendado, en muchos logares, <strong>de</strong> su letra» ( Obras completas , ed. J. M. Blecua, <strong>II</strong>, Madrid, 1983,<br />
p. 23) . El más solvente estudioso <strong>de</strong>l problema, Alberto Blecua, La transmisión textual <strong>de</strong> «El Con<strong>de</strong><br />
Lucanor» , Universidad Autónoma <strong>de</strong> Barcelona, 1980, pp. 101-111 , concluye que el tal preámbulo<br />
es una adaptación <strong>de</strong>l Prólogo general y fue preparado por persona distinta <strong>de</strong> don Juan, ya obrara<br />
«por iniciativa propia o por requerimiento <strong>de</strong>l autor» (103) . Con justicia realza A. Blecua que si en el<br />
preámbulo se omite una <strong>de</strong> las causas que, según el Prólogo general , «provocan los cambios textuales:<br />
“el <strong>de</strong>sentendimiento <strong>de</strong>l escribano”» , la supresión <strong>de</strong>lata al responsable: «Parece claro que sólo un<br />
“escribano” podría sentirse agraviado ante la mancha que don Juan Manuel <strong>de</strong>ja caer en su honor<br />
profesional, e hizo borrón y cuenta nueva suprimiendo la frase» (104) . Pues bien, en apoyo <strong>de</strong> esos<br />
argumentos, la comparación con Nicolás <strong>de</strong> Lira es verda<strong>de</strong>ramente preciosa. Porque las variantes <strong>de</strong>l<br />
preámbulo respecto al Prólogo general suponen en la mayoría <strong>de</strong> casos otras tantas divergencias frente<br />
a la Postilla : no sólo se elimina el reproche al «<strong>de</strong>sentendimiento al scrivano» ( «scriptorum vitio» ,<br />
«imperitia» ), sino a<strong>de</strong>más se esfuma la ceñida traducción <strong>de</strong>l «sententia variatur» como «muda la<br />
91
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
los gazapos <strong>de</strong> los copistas, 152 y hoy quizá se nos antoje trivial indicar la semejanza entre algunas<br />
letras como ocasión <strong>de</strong> erratas y <strong>de</strong>turpaciones. Con todo, yo no alcanzo noticia <strong>de</strong> que nadie antes<br />
<strong>de</strong> fray Nicolás enunciara ese principio <strong>de</strong> crítica textual -y menos, por supuesto, junto a las aludidas<br />
censuras-, 153 mientras creo seguro que la Postilla <strong>de</strong>jó una estimable <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia en la familia<br />
<strong>de</strong> la ecdótica. 154 Po<strong>de</strong>mos, pues, dar por bueno y pacífico que el Prólogo general se inspira en el<br />
Prologus secundus <strong>de</strong> Nicolás <strong>de</strong> Lira.<br />
sentençia» -parafraseándola por un «múdasse la razón» menos próximo a Lira- y se prescin<strong>de</strong> <strong>de</strong> la<br />
oración que refleja el «in multis locis aliter » latino. El alejamiento en relación con la Postilla confirma<br />
<strong>de</strong>cididamente que el preámbulo a El Con<strong>de</strong> Lucanor no fue redactado por don Juan Manuel y, sobre<br />
todo, que no es anterior en ningún sentido al Prólogo general : ni «lo compuso el mismo don Juan<br />
Manuel para [una] primera colección <strong>de</strong> [sus obras en] 1335» ( R. Ayerbe-Chaux, «Don Juan Manuel<br />
y la conciencia <strong>de</strong> su propia autoría», La Corónica , X [1982], p. 188) , ni nace como refundición <strong>de</strong><br />
un prólogo a esa hipotética compilación primitiva o sólo al Lucanor ( vid. últimamente G. Orduna,<br />
«Sobre la transmisión textual <strong>de</strong>l “Libro <strong>de</strong>l Con<strong>de</strong> Lucanor et <strong>de</strong> Patronio”», Incipit , I [1981], pp.<br />
45-61). Pues no es admisible que la presunta versión posterior sea la que se apega más a la fuente.<br />
Cf. notas 156 y 168.<br />
152 Una muy salada <strong>de</strong> Marcial (<strong>II</strong>, viii), recoge F. López Estrada, «Don Juan Manuel y Marcial»,<br />
Revue <strong>de</strong> littérature comparée , L<strong>II</strong> (1978), núms. 206-208, pp. 247-254: no cabe <strong>de</strong>sechar que, si no a<br />
don Juan, a quien refundiera el Prólogo general en el preámbulo al Lucanor le hubiera llegado un eco<br />
<strong>de</strong>l epigrama clásico ( «non meus est error: nocuit librarius illis Quod si non illum, sed me peccasse<br />
putabis » ; «ponen la culpa al que fizo el libro» ).<br />
153 Ni siquiera en Nicola Maniacutia, <strong>de</strong> quien Lira hubo <strong>de</strong> apren<strong>de</strong>r más <strong>de</strong> una lección, encuentro<br />
expreso el principio susodicho; vid. los textos que presenta V. Peri, « “Correctores immo corruptores” .<br />
Un saggio di critica testuale nella Roma <strong>de</strong>l X<strong>II</strong> secolo» , Italia medioevale e umanistica , XX (1977),<br />
pp. 19-125 (18, n. 3; 24-25, etc. , etc. ).<br />
154 E. J. Kenney, The Classical Text. Aspects of Editing in the Age of the Printed Book , Berkeley-<br />
Londres, 1974, pp. 38-39 , ve en el De arte critica (1597) <strong>de</strong> Gaspar Schoppe (Scioppius) «a more<br />
scientific and systematic treatment of the subject [ capita or categories of error] than had yet been<br />
seen, certainly a perceptible advance on the vainglorious naivety of Robortello» ; sin embargo, en la<br />
clasificación <strong>de</strong> Schoppe se oyen ecos <strong>de</strong> N. <strong>de</strong> Lira: «vitio scribentis neglegentis, ignavi, characterum<br />
similitudine <strong>de</strong>cepti » . El mismo Kenney, p. 45 , juzga notablemente «comprehensive and, compared<br />
92
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
La Postilla se escribió entre 1322 y 1329 y consiguió un éxito inmediato. Pero no se trataba<br />
<strong>de</strong> ninguna «fabliella» para atolondrados: que el hijo <strong>de</strong>l infante don Manuel la conociera dos o<br />
tres lustros <strong>de</strong>spués -cuando mucho- quiere <strong>de</strong>cir que seguía las aportaciones <strong>de</strong> la alta cultura<br />
llamativamente al día. Al día y <strong>de</strong> cerca. Porque, si bien la bibliografía reciente conjetura que la<br />
información docta le llegaba a don Juan primordialmente a través <strong>de</strong> sermones y conversaciones con<br />
religiosos -dominicos, continúa conjeturándose-, el préstamo aquí registrado no tolera una suposición<br />
pareja: la correspon<strong>de</strong>ncia es <strong>de</strong>masiado exacta y, al establecerse <strong>de</strong> Prologus a Prólogo , <strong>de</strong>masiado<br />
puntual para provenir <strong>de</strong> otra vía que la lectura directa. Al dictar el Prólogo general , don Juan tenía<br />
ante los ojos o, si no, leída y requeteleída la Postilla <strong>de</strong>l franciscano.<br />
Es comprensible que la apreciara: el rasgo más saliente <strong>de</strong> la obra -la insistencia en el sentido literal<br />
y en la exégesis histórica- condice perfectamente con el pragmatismo, el gusto por la concreción y<br />
la nula estima <strong>de</strong> la alegoría diáfanos en don Juan Manuel. 155 Era justamente la preocupación por<br />
el sentido literal la que llevaba a Lira a resaltar las discordancias entre el texto hebreo y la Vulgata<br />
( «sensus litteralis obfuscatus partim ex modo translationis nostrae, quae in multis locis aliter habet<br />
quam libri Hebraici » ) y a acentuar, con San Jerónimo, que en caso <strong>de</strong> duda se imponía compulsarlos<br />
y dar la preferencia «ad codices Hebraeorum» : «in dubiis recurrere ad textum Hebraicum tanquam<br />
ad originale » . Pero la firmeza <strong>de</strong>l fraile al <strong>de</strong>nunciar la offuscatio <strong>de</strong> la Biblia por culpa <strong>de</strong><br />
copistas, traductores y escoliastas iba <strong>de</strong> la mano con una mo<strong>de</strong>sta confesión <strong>de</strong> insuficiencia, no ya<br />
en el hebreo, sino aun en el latín: «Quia non sum ita peritus in lingua Hebraica vel Latina, quin in<br />
with its pre<strong>de</strong>cessors, mo<strong>de</strong>rn in “feel”» el «catalogue of the causes of corruption» que traen los<br />
Éléments <strong>de</strong> critique (1766) <strong>de</strong>l abate J.-B. Morel; pero la huella <strong>de</strong> Lira está ahí presente <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
la primera línea: «La rassemblance qu’ont entre elles différentes lettres <strong>de</strong> l’alphabet » , al par que<br />
«l’ignorance» y «certains méprises ordinaires aux copistes» , «l’usage <strong>de</strong> n’employer aucune sorte<br />
<strong>de</strong> ponctuation» , etc. Sería provechoso investigar los engarces <strong>de</strong> la filología bíblica medieval con<br />
la ecdótica <strong>de</strong> los humanistas y <strong>de</strong> sus sucesores: y habría que hacerlo «senza troppa anacronistica<br />
severità» ( S. Timpanaro, La genesi <strong>de</strong>l metodo di Lachmann , Padua, 1981 2 , p. 1, n. 1) .<br />
155 «Sciendum etiam quod sensus litteralis est multum obumbratus propter modum exponendi<br />
communiter traditum ab aliis, qui, licet multa bona dixerint, tamen parum tetigerunt litteralem sensum,<br />
et sensus mysticos in tantum multiplicaverunt, quod sensus litteralis, inter tot expositiones mysticas<br />
interceptus, partim suffocatur» ( col. 30) . Tal vez fuera fructífero confrontar con la Postilla las citas<br />
y alusiones bíblicas <strong>de</strong> don Juan Manuel.<br />
93
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
multis possim <strong>de</strong>ficere, i<strong>de</strong>o protestor quod nihil intendo dicere assertive » ; y <strong>de</strong>sembocaba en una<br />
sumisión sin paliativos al dictamen <strong>de</strong> la Iglesia o <strong>de</strong>l experto: «Quapropter omnia dicta et dicenda<br />
suppono correctioni sanctae matris Ecclesiae ac cuiuslibet sapientis, pium lectorem et charitativum<br />
flagitans correctorem» ( cols. 29-31) .<br />
No pue<strong>de</strong> sino llamarnos la atención que las líneas que don Juan Manuel calca a Nicolás <strong>de</strong> Lira a<br />
propósito <strong>de</strong> «las letras [que] semejan unas a otras» y el «<strong>de</strong>sentendimiento <strong>de</strong>l scrivano» introduzcan<br />
la misma secuencia <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as que se discierne en el arranque <strong>de</strong>l Prologus secundus . En ambos casos,<br />
<strong>de</strong> la consi<strong>de</strong>ración <strong>de</strong> los errores <strong>de</strong> «traslad[o]» (y <strong>de</strong> «translatio» ) se pasa a la necesidad <strong>de</strong><br />
cotejar el texto suspecto con otro que tiene valor <strong>de</strong> «originale» ; 156 esas resueltas advertencias<br />
se palian, sin embargo, con una serie <strong>de</strong> <strong>de</strong>claraciones sorpren<strong>de</strong>ntemente humil<strong>de</strong>s: no sólo para<br />
protestar <strong>de</strong> intención ortodoxa, 157 sino también para alegar una ignorancia que no excluye el latín (<br />
«non sum ita peritus in lingua Latina, quin in multis possim <strong>de</strong>ficere » ; «sabiendo tan poco <strong>de</strong> las<br />
scripturas commo aquel que non sabría oy governar un proberbio <strong>de</strong> terçera persona» , lín. 81-83 )<br />
156 En el Prólogo general , don Juan habla <strong>de</strong> «este volumen que yo mesmo concerté» ( lín. 75) ,<br />
«en que están scriptos todos los libros que yo fasta aquí he fechos» ( lín. 59-60) . El preámbulo a<br />
El Con<strong>de</strong> Lucanor ( cf. n. 151) menciona «el libro mismo que don Iohan fizo, que es emendado, en<br />
muchos logares, <strong>de</strong> su letra» . A. Blecua, op. cit. , pp. 107-108 y n. 31, entien<strong>de</strong> «concertar» como<br />
‘cotejar’ y opina que el «volumen» recordado en el Prólogo , pese a no po<strong>de</strong>r i<strong>de</strong>ntificarse con los<br />
«libros» que el preámbulo al Lucanor sitúa en Peñafiel ( vid. n. 168), estaba también «emendado» por<br />
don Juan «<strong>de</strong> su letra» . Sobre originale ‘autógrafo’, cf. Du Cange, Glossarium , s. v. , y S. Rizzo, Il<br />
lessico filologico <strong>de</strong>gli umanisti , Roma, 1973, pp. 318-319.<br />
157 El «protestor» <strong>de</strong> Lira y la «protestación» <strong>de</strong> don Juan ( lín. 84) respecto a la «entención» ( lín.<br />
56 y 77) que anima sus obras cumplen <strong>de</strong>liberadamente uno <strong>de</strong> los requisitos <strong>de</strong>l accessus que solía<br />
anteponerse a los libros manejados en las escuelas ( cf. sólo Alfonso el Sabio y la «General estoria» ,<br />
Barcelona, 1984 2 , pp. 170-173) y cuyos dos primeros puntos eran normalmente el examen <strong>de</strong><br />
la materia tratada y <strong>de</strong> la scribentis intentio ; por en<strong>de</strong>, si el Prologus <strong>de</strong>l franciscano se subtitula<br />
ya «De intentione auctoris » , el <strong>de</strong> don Juan, tras precisar la «entención» <strong>de</strong>l escritor, alu<strong>de</strong> a las<br />
«materias» ( lín. 80) que van a tocarse y termina apostillando: «Et pues es fecho este prólogo et esta<br />
protestación, <strong>de</strong> aquí a<strong>de</strong>lante commençaré a fablar la materia <strong>de</strong> los libros» ( lín. 84-85) . Vid. infra ,<br />
n. 168.<br />
94
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
158 y para someterse, más o menos explícitamente, al mejor juicio <strong>de</strong> los lectores, confiando en su<br />
benevolencia ante «el yerro que ý fallaren» . 159 Sin la certidumbre <strong>de</strong>l calco recién señalado, apenas<br />
cabría reparar en un paralelismo <strong>de</strong> esa índole. Al tanto <strong>de</strong>l calco, se hace cuesta arriba no concluir<br />
que los dos párrafos <strong>de</strong> Nicolás <strong>de</strong> Lira aquí extractados proporcionaron a<strong>de</strong>más a don Juan Manuel<br />
el esquema y no <strong>de</strong>s<strong>de</strong>ñables sugerencias <strong>de</strong>l contenido para los dos párrafos en que se concentra la<br />
substancia <strong>de</strong>l Prólogo general .<br />
Una <strong>de</strong> tales sugerencias pi<strong>de</strong> punto y aparte. El franciscano y el gran señor concuerdan básicamente<br />
en la exhortación a sanar las <strong>de</strong>ficiencias <strong>de</strong> un texto mediante el recurso a otro <strong>de</strong> mayor autoridad:<br />
los «codices Hebraeorum» , en fray Nicolás; el «volumen que yo mesmo concerté» , en don Juan.<br />
Las diferencias se presentan a partir <strong>de</strong> ese núcleo común. Porque don Juan podía haber remitido,<br />
«tanquam ad originale» ( cf. n. 156), a los apógrafos <strong>de</strong> sus obras: es <strong>de</strong>cir, a las transcripciones<br />
que sus escribanos hacían al dictado y que probablemente corregía él mismo, 160 las transcripciones<br />
que luego multiplicaban los copistas. 161 Pero, en vez <strong>de</strong> guiarnos por el camino que se diría más<br />
158 Lira matiza que sus palabras únicamente <strong>de</strong>ben tomarse «assertive seu <strong>de</strong>terminative» cuando<br />
así lo exija la autoridad <strong>de</strong> la Escritura o <strong>de</strong> la Iglesia; a lo <strong>de</strong>más no ha <strong>de</strong> dársele más relevancia<br />
que a un ejercicio escolar: «cetera vero omnia accipiantur tanquam scholastice et per modum exercitii<br />
dicta» ( col. 31) . Es curioso que a don Juan se le venga asimismo a las mientes un típico ejercicio<br />
<strong>de</strong> estudiante: el «proberbio <strong>de</strong> terçera persona» o «traducción <strong>de</strong>l vulgar al latín <strong>de</strong> una sencilla frase<br />
con sujeto en nominativo y verbo en tercera persona» ; cf. mi Primera cuarentena , Barcelona, 1982,<br />
pp. 29-32, sylva IV (publicada con retraso en los Estudios ofrecidos a E. Alarcos Llorach , V, Oviedo,<br />
1983, pp. 314-316), y Germán Colón, en «“Fer lo proverbi”» , Miscelánea <strong>de</strong> estudios hispánicos... a<br />
R. Sugranyes <strong>de</strong> Franch , Abadía <strong>de</strong> Montserrat, 1982, pp. 33-39.<br />
159 Cf. I. Macpherson, «Don Juan Manuel: The Literary Process» , Studies in Philology , LXX<br />
(1973), pp. 1-18, y en especial 10-12 (aunque no siempre comparto sus interpretaciones).<br />
160 Doy a «apógrafo» el mismo valor que H. D. Saffrey, ed. , S. Thomae <strong>de</strong> Aquino super librum<br />
<strong>de</strong> causis expositio , Freiburg, 1954, p. LXVI, y G. Pollard, «The “pecia” system in the medieval<br />
universities» , en Medieval Scribes, Manuscripts and Libraries. Essays presented to N. R. Ker , ed. M.<br />
B. Parkes y A. G. Watson, Londres, 1978, pp. 147-161 (153). Aparte algún apunte ocasional (como<br />
la carta <strong>de</strong> 1332 a Alfonso IV <strong>de</strong> Aragón), no creo que existieran nunca «autógrafos» <strong>de</strong> don Juan.<br />
161 No sabemos si don Juan Manuel aportó retoques que permitieran calificar <strong>de</strong> apógrafos el texto<br />
«más apostado» <strong>de</strong>l Libro <strong>de</strong>l cavallero et <strong>de</strong>l escu<strong>de</strong>ro que prometía a don Juan <strong>de</strong> Aragón o la versión<br />
95
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
<strong>de</strong>recho -<strong>de</strong> la copia al apógrafo-, nos obliga a dar un ro<strong>de</strong>o, refiriéndonos al «volumen» en que<br />
estaban «scriptos todos los libros» que hasta entonces había «fechos» . Aun siguiendo la andadura <strong>de</strong>l<br />
discurso en el Prologus secundus , utilizándolo como pauta e índice <strong>de</strong> temas que también a él le<br />
conviene tocar, no es <strong>de</strong> Lira <strong>de</strong> don<strong>de</strong>, antes <strong>de</strong> componer el Prólogo general , tomó la ocurrencia<br />
<strong>de</strong> encargar la compilación <strong>de</strong> un «volumen» así: una puesta en limpio <strong>de</strong> «todos sus libros» , revisada<br />
por él personalmente y con cuyo cotejo el lector interesado podía enmendar «el yerro» <strong>de</strong> la copia que<br />
manejaba (o comprobar «la mengua» <strong>de</strong>l aristócrata metido en camisas <strong>de</strong> once varas). Para elaborar<br />
una página tan capital como el prefacio a semejante «volumen» <strong>de</strong> opera omnia , don Juan Manuel<br />
echó mano <strong>de</strong> la prestigiosa Postilla litteralis . Pero el <strong>de</strong>signio <strong>de</strong>l «volumen» en sí se lo inspiraron<br />
las prácticas editoriales propias <strong>de</strong> las gran<strong>de</strong>s universida<strong>de</strong>s. 162<br />
La «institución» centrada en la pecia es <strong>de</strong>masiado familiar a los medievalistas para que aquí<br />
se requiera sino evocarla en cuatro palabras e insinuar cómo la tuvo en cuenta don Juan Manuel.<br />
163 Des<strong>de</strong> los aledaños <strong>de</strong>l 1200 hasta bien entrado el siglo XIV (y aún en vísperas <strong>de</strong> la imprenta,<br />
según en qué sitios), los cursos universitarios, los manuales y otras obras <strong>de</strong> consulta o <strong>de</strong> enjundia,<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> sermones y materiales para la predicación hasta la Legenda aurea , contaron con un modo <strong>de</strong><br />
publicación oficial cuidadosamente regulado. Era a los stationarii a quienes competía hacer accesibles<br />
los libros solicitados por los estudiantes o impuestos por las exigencias académicas. Los estacionarios<br />
<strong>de</strong>l Libro <strong>de</strong> los estados posterior al eventual expurgo por parte <strong>de</strong>l Arzobispo ( Obras , I, pp. 40 y<br />
207). Des<strong>de</strong> luego, la simple publicación <strong>de</strong> una obra a través <strong>de</strong> una copia <strong>de</strong> lujo, como en ciertos<br />
códices <strong>de</strong> Alfonso el Sabio y tantos otros autores <strong>de</strong> alcurnia, no <strong>de</strong>be confundirse ( cfr. La Corónica ,<br />
X, p. 187) con el proceso más complejo que supone la confección <strong>de</strong>l «volumen» manuelino, según<br />
en seguida veremos.<br />
162 No es <strong>de</strong>l caso <strong>de</strong>tenerse en algún prece<strong>de</strong>nte aislado, ni en las innovaciones <strong>de</strong> un Petrarca o<br />
un Valla; cf. M. Feo, «Fili petrarcheschi» , Rinascimento , XIX (1979), p. 42, n. 2, y S. Rizzo, op.<br />
cit. , p. 312.<br />
163 Amén <strong>de</strong> la clásica monografía <strong>de</strong> J. Destrez ( La Pecia dans les manuscrits universitaires du<br />
X<strong>II</strong>I e et du XIV e siècle , París, 1935) y <strong>de</strong>l ensayo <strong>de</strong> G. Pollard ( cf. n. 160), vid. G. Fink-Errera,<br />
«Une institution du mon<strong>de</strong> médiéval: la “pecia”» , Revue Philosophique <strong>de</strong> Louvain , LX (1962), pp.<br />
187-210, 216-243 (empleo la versión italiana, en G. Cavallo, ed. , Libri e lettori nel medioevo , Bari,<br />
1977, pp. 131-165, 284-302), y D. L. d’Avray, The Preaching of the Friars. Sermons Diffused from<br />
Paris before 1300 , Oxford, 1985, pp. 273-286 y 313, s. v.<br />
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Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
se agenciaban la obra <strong>de</strong>seada, obteniéndola cómo y dón<strong>de</strong> podían, ya fuera en un respetable apógrafo,<br />
ya en una copia <strong>de</strong> proce<strong>de</strong>ncia incierta, quizá exportada ilegalmente. En cualquier caso, una comisión<br />
<strong>de</strong> profesores, los petiarii , o incluso «el rector, con consejo <strong>de</strong> los <strong>de</strong>l estudio» , había <strong>de</strong> examinar los<br />
libros que el estacionario proponía y dictaminar si eran «buenos et legibles et verda<strong>de</strong>ros <strong>de</strong> texto et<br />
<strong>de</strong> glosa» . 164 De serlo, la comisión aprobaba el exemplar <strong>de</strong>l estacionario y fijaba la tarifa a cambio<br />
<strong>de</strong> la cual podía alquilarlo, por peciae -marcadas con la contraseña <strong>de</strong> un «correctus» -, «para facer<br />
libros <strong>de</strong> nuevo o para emendar los que [los escolares] tovieren escritos» . 165 «Et al que fallase que<br />
non tenié atales libros, non le <strong>de</strong>be consentir que sea estacionario nin los logue a los escolares, a menos<br />
<strong>de</strong> non seer bien emendados primeramente» . Los petiarii colacionaban los «exenprarios» una vez al<br />
año y, si no les ofrecían «buenos e correchos» , 166 obligaban a rectificarlos o reemplazarlos a costa<br />
<strong>de</strong>l estacionario. Ellos asimismo promulgaban anualmente la lista <strong>de</strong> exemplaria admitidos por la<br />
universidad, pero sólo por excepción <strong>de</strong>bían <strong>de</strong> poseer un texto a<strong>de</strong>cuado <strong>de</strong> cada obra. El compromiso<br />
<strong>de</strong>l estacionario era «guardar bien et lealmente todos los libros que a él fueron dados» , mientras «la<br />
commissione <strong>de</strong>i petiarii non faceva altro che esercitare un controllo, e non <strong>de</strong>teneva se non la<br />
lista <strong>de</strong>gli exemplaria -madri, campioni o <strong>de</strong>rivati, posseduti da ciascuno stazionario. Sicché, ogni<br />
164 Partida segunda , tít. 31, ley 11; el lenguaje es ahí profundamente tradicional: cfr. , por ejemplo,<br />
«exemplantia competentia et correcta tam in textu quam in gloxa, ita quod solutio fiat a scolaribus pro<br />
exemplis secundum quod convenit ad taxactionem Rectorum» (contrato <strong>de</strong> Vercelli, 1228, apud G.<br />
Pollard, art. cit. , pp. 148-150) . De la misma ley proce<strong>de</strong>n las otras citas que doy sin más i<strong>de</strong>ntificación<br />
en el resto <strong>de</strong>l párrafo.<br />
165 «There is a confusing use of the term “exemplar” which goes back to the thirteenth century.<br />
To the stationer, the exemplar meant the copy which he acquired and from which he had the peciae<br />
copied. To the scholar (and, no doubt, the university) it meant the collection of peciae hired out by the<br />
stationer» ( G. Pollard, ibid. , p. 154) . Aquí hablo siempre <strong>de</strong> exemplar en el segundo sentido, más<br />
generalizado en la época; «the copy which the stationer acquired» es <strong>de</strong> entidad harto problemática<br />
( vid. G. Fink-Errera, loc. cit. , pp. 135-136, 147-150).<br />
166 Constituciones <strong>de</strong> 1254, en V. Beltrán <strong>de</strong> Heredia, Cartulario <strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong> Salamanca ,<br />
I, Salamanca, 1970, p. 605 ; cfr. A. Millares Carlo, en Anales <strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong> Madrid , IV (1935),<br />
p. 266.<br />
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Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
volta che qualcuno veniva a proponerle un nuovo exemplar , essa sapeva presso quale stazionario<br />
doveva inviare i correttori perché potessero stabilire l’autorità <strong>de</strong>ll’ exemplar presentato» . 167<br />
El aspecto esencial <strong>de</strong> ese sistema <strong>de</strong> publicación -por cuanto ahora nos concierne- es la existencia<br />
<strong>de</strong> un exemplar que, fuera cual fuera su relación con el apógrafo, se corregía en una segunda<br />
instancia y servía como texto privilegiado para sacar nuevas copias y repasar las que ya circulaban.<br />
El exemplar está cotejado y sancionado por quien tiene capacidad para ello; y su custodia se confía a<br />
un intermediario, que lo pone al alcance <strong>de</strong> quien quiera hacerse con la obra o contrastar la veracidad<br />
<strong>de</strong>l texto en que la lee. Para mí, no es dudoso que, al concebir el «volumen» <strong>de</strong> «todos los libros» que<br />
llevaba compuestos, don Juan Manuel se inspira en el uso <strong>de</strong> la pecia . Por eso no piensa en remitir a<br />
los apógrafos que obviamente conservaba, sino a una transcripción realizada ad hoc , «concert[ada]»<br />
y enmendada por él mismo, y tal vez <strong>de</strong>positada en lugar conocido a un cierto número <strong>de</strong> lectores<br />
y «scrivanos» . 168 El «volumen» <strong>de</strong> don Juan refleja el exemplar <strong>de</strong> los círculos universitarios en<br />
167 G. Fink-Errera, loc. cit. , p. 150.<br />
168 De antiguo viene repitiéndose que don Juan <strong>de</strong>positó en «el convento dominico <strong>de</strong> Peñafiel el<br />
precioso manuscrito <strong>de</strong> sus obras completas» ( M. R. Lida <strong>de</strong> Malkiel, loc. cit. , p. 94) . Tal suposición -<br />
aunque suela presentarse como si <strong>de</strong> un hecho se tratara- se funda en una interpretación discutibilísima<br />
( cf. A. Blecua, op. cit. , pp. 104, 107-108) <strong>de</strong>l preámbulo a El Con<strong>de</strong> Lucanor ( vid. notas 151 y 156),<br />
según la cual « el libro mismo que don Johan fizo , emendado, en muchos logares, <strong>de</strong> su letra» se<br />
i<strong>de</strong>ntifica con « los libros que él fizo» y que «están en el monesterio <strong>de</strong> los frayres predicadores que él<br />
fizo en Pennafiel» . El preámbulo, en el mejor <strong>de</strong> los casos, podría haber sido escrito a instancias <strong>de</strong>l<br />
autor o incorporar una disposición suya que no nos consta por ninguna fuente segura. Si mantenemos<br />
la interpretación tradicional <strong>de</strong>l pasaje y, por otro lado, conce<strong>de</strong>mos a don Juan alguna responsabilidad<br />
en la gestación <strong>de</strong>l preámbulo o aceptamos que quien lo redactara estaba fielmente informado <strong>de</strong><br />
la voluntad <strong>de</strong>l escritor, <strong>de</strong> nuevo habremos <strong>de</strong> concluir que el preámbulo es posterior al Prólogo<br />
general : porque, si no, mal se explica que el Prólogo no diga ni una palabra sobre la localización <strong>de</strong>l<br />
«volumen» cuya consulta recomienda (como tampoco dice nada al respecto el testamento <strong>de</strong> 1340<br />
[ apud A. Giménez Soler, Don Juan Manuel , Madrid, 1932, pp. 695-704], por más que ahí se <strong>de</strong>n<br />
prolijas instrucciones relativas a Peñafiel); <strong>de</strong> suerte que razonaremos que don Juan <strong>de</strong>cidió adjudicar<br />
su exemplar al monasterio <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> dictar el Prólogo y antes <strong>de</strong> que, con su aquiescencia o sin ella, se<br />
compusiera el preámbulo al Lucanor . Si, por el contrario, reputamos el preámbulo como enteramente<br />
ajeno a la iniciativa y las intenciones <strong>de</strong> don Juan, será legítimo pensar que el anónimo adaptador <strong>de</strong>l<br />
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Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
tanto otorga autoridad <strong>de</strong>cisiva a una copia revisada en una segunda instancia -insisto- y ejecutada<br />
expresamente para salvar los posibles errores <strong>de</strong> otros textos.<br />
Prólogo general añadió la mención <strong>de</strong>l convento «<strong>de</strong> los frayres predicadores» , entre otros motivos,<br />
porque reconoció que el «volumen» manuelino era trasunto <strong>de</strong>l exemplar <strong>de</strong> las universida<strong>de</strong>s y le<br />
pareció oportuno prolongar el remedo <strong>de</strong>l procedimiento <strong>de</strong> la pecia : si el exemplar se custodiaba<br />
en la tienda <strong>de</strong>l stationarius , los «libros» <strong>de</strong> don Juan se guardaban en Peñafiel. Y hasta cabe que<br />
el refundidor <strong>de</strong> marras, en vena <strong>de</strong> petiarius , no quisiera dar la lista <strong>de</strong> obras que traía el Prólogo<br />
general , sino precisamente la relación <strong>de</strong> las que se hallaban en el monasterio ( cfr. A. Blecua, ibid. ,<br />
p. 108). Con perspectiva distinta, pero convergente, tampoco es imposible que el propio don Juan<br />
Manuel se sintiera animado a hacer inventario <strong>de</strong> su producción literaria porque la noción <strong>de</strong> exemplar<br />
iba asociada normalmente al recuerdo <strong>de</strong> la lista <strong>de</strong> títulos disponibles que promulgaban los petiarii .<br />
No sería ese, sin embargo, el único estímulo en igual sentido: los análogos pue<strong>de</strong>n documentarse en<br />
múltiples dominios, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los accessus ( cfr. n. 157) hasta el canon <strong>de</strong> libros auténticos que figuraba al<br />
frente <strong>de</strong> los manuscritos bíblicos (cuyo or<strong>de</strong>n y división en capítulos, por cierto, se fijaron gracias a<br />
un exemplar Parisiense <strong>de</strong>l Doscientos; cfr. The Cambridge History of the Bible , <strong>II</strong>, Cambridge, 1969,<br />
ed. G. W. H. Lampe, pp. 146-148). No sé abstenerme <strong>de</strong> aducir un episodio sorpren<strong>de</strong>ntemente en línea<br />
con todo lo anterior. La Grammatica Antonii Nebrissensis iampri<strong>de</strong>m soliciter revisa... , Zaragoza,<br />
1558, fol. aii y v, lleva un prólogo, presumiblemente apócrifo, en que «Nebrija» promete <strong>de</strong>jar «in<br />
membranis archetypa exemplaria [<strong>de</strong> la “tertia editio” <strong>de</strong> sus Introductiones latinae ] ex autographo<br />
meo dispuncta, interpuncta, inducta et emendata in omnibus bibliothecis ecclesiarum cathedralium<br />
totius Hispaniae atque imprimis Salmanticensis gymnasii , ut siquando suborta fuerit dubitatio quid<br />
ego ex sententia mea scriptum reliquerim, ad prototypa illa exemplaria recurratur » ; y, «quia opus<br />
est <strong>de</strong> rebus minutissimis, hoc est, <strong>de</strong> literis, <strong>de</strong> syllabis, <strong>de</strong> punctis, <strong>de</strong> accentibus disserere, in quibus<br />
transcribendis facilis est lapsus in errorem» , reproduce la vieja Adiuratio Irenei ( cfr. M. Feo, loc.<br />
cit. en n. 162, y S. Rizzo, op. cit. , p. 242, antes que Á. Gómez Moreno en La Corónica , X<strong>II</strong>, p. 81):<br />
«Adiuro te, qui transcribis librum hunc , ut conferas et emen<strong>de</strong>s illud ad exemplar un<strong>de</strong> <strong>de</strong>scripsisti<br />
diligentissime » . Ese prólogo <strong>de</strong>be <strong>de</strong> ser apócrifo, repito, o por lo menos no se <strong>de</strong>stinaría a una<br />
edición como la zaragozana <strong>de</strong> 1553; el estilo, sin embargo, es endiabladamente nebrisense, y Elio<br />
Antonio se había propuesto una vez <strong>de</strong>positar el exemplar <strong>de</strong> una medida <strong>de</strong> longitud (coinci<strong>de</strong>nte<br />
con su propio pie...) en la biblioteca «quae nunc magnificentissime in gymnasio nostro Salmanticensi<br />
extruitur, ut quoties in dubium venerit aliquid quod ad rationem cuiuscumque mensurae pertineat, rei<br />
certitudo in<strong>de</strong> petatur » ( Repetitio sexta De mensuris... , Salamanca, 1510, fols. aiiiv y aiiii) .<br />
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Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
La observación <strong>de</strong> tal peculiaridad está lejos <strong>de</strong> contestar nuestras interrogantes en torno a la<br />
transmisión <strong>de</strong>l corpus manuelino, 169 pero echa luz muy reveladora sobre la fisonomía intelectual<br />
<strong>de</strong>l autor. Le sabíamos nada amigo <strong>de</strong> mencionar los libros <strong>de</strong> don<strong>de</strong> extrae la información <strong>de</strong> filosofía<br />
natural, teología o ética que nutre buena parte <strong>de</strong> su producción. 170 Pero en el Prólogo general ,<br />
más que el silencio sobre sus fuentes, nos impresiona la envergadura <strong>de</strong> la <strong>de</strong>uda que con ellas tiene<br />
contraída. Pues resulta que en una pieza tan breve y <strong>de</strong> individualidad siempre tan discantada apenas<br />
hay una i<strong>de</strong>a, un elemento, que no nos asome al panorama <strong>de</strong> las escuelas. La historieta sobre el<br />
trovador <strong>de</strong> Perpiñán, <strong>de</strong>liciosamente narrada, la conocemos solo por versiones doctas, <strong>de</strong> Diógenes<br />
Laercio a Franco Sachetti ( cfr. n. 148). Las célebres consi<strong>de</strong>raciones sobre los yerros «<strong>de</strong>l scrivano»<br />
169 Alberto Blecua, op. cit. , p. 108, se pregunta si el «volumen» era facticio o no y si la colección<br />
<strong>de</strong> obras que pasara a Peñafiel estaba <strong>de</strong>sencua<strong>de</strong>rnada. El paralelismo con la pecia nos tienta con la<br />
hipótesis <strong>de</strong> que el «volumen» se copiara unitariamente, pero para ser mantenido en cua<strong>de</strong>rnos sueltos.<br />
Por <strong>de</strong>sgracia, o por fortuna, es sólo una tentación... En cambio, frente al optimismo <strong>de</strong> J. Destrez,<br />
hoy sabemos que la pecia fue una fuente perenne <strong>de</strong> contaminationes ( cfr. n. 163). A su vez, ocurre<br />
que El Con<strong>de</strong> Lucanor , cuando se estudia con la rigurosa perspectiva ecdótica <strong>de</strong> A. Blecua, muestra<br />
un alto grado <strong>de</strong> contaminación. Y una cosa, entonces, sí se diría evi<strong>de</strong>nte: la invitación <strong>de</strong> don Juan<br />
a compulsar el «volumen» fabricado a imagen <strong>de</strong>l exemplar universitario constituía, en la práctica,<br />
un acicate a la contaminación. Con frecuencia se ha subrayado la ironía <strong>de</strong>l <strong>de</strong>stino que extravió el<br />
«volumen» al que don Juan había confiado la perduración cabal <strong>de</strong> sus escritos. Pero es paradoja<br />
mayor que, buscando un antídoto contra los errores <strong>de</strong> copia, se diera con un sistema que <strong>de</strong> hecho<br />
incitaba al «scrivano» a trabajar con más <strong>de</strong> un texto y por en<strong>de</strong> a producir otro contaminado.<br />
170 Vid. M. R. Lida, loc. cit. , pp. 111-133 («Don Juan Manuel, la Antigüedad y la cultura latina<br />
medieval»). Es la única <strong>de</strong> las «Tres notas...» <strong>de</strong> doña María Rosa con la que concuerdo en una porción<br />
importante (pero cfr. n. 163, por ejemplo), mientras discrepo casi <strong>de</strong> raíz <strong>de</strong> las otras dos. Me permito<br />
hacerlo constar así, no sólo por el entrañable magisterio que reconozco a la estudiosa argentina, sino<br />
también porque en nuestra Historia y crítica <strong>de</strong> la literatura española , I, Barcelona, 1980: Edad Media ,<br />
pp. 174-176 , mi excelente amigo Alan Deyermond y yo no logramos «una redacción que significara<br />
una conciliación <strong>de</strong> nuestros respectivos puntos <strong>de</strong> vista» ( p. XXI) sobre la bibliografía <strong>de</strong> don Juan<br />
Manuel; y, a falta o en espera <strong>de</strong> la publicación en la que nos proponíamos analizar las (cortas)<br />
divergencias que surgieron en el curso <strong>de</strong> nuestra colaboración ( ibid. ), aprovecho esta oportunidad<br />
para matizar unos cuantos extremos <strong>de</strong> mi opinión al propósito.<br />
100
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
se atienen a la Postilla litteralis . El remedio contra tales yerros lo sugiere el modo <strong>de</strong> edición<br />
característico <strong>de</strong> la universidad. La ilación y el trasfondo <strong>de</strong> referencias los dan la argumentatio<br />
dialéctica, 171 los accessus , el ars grammatica ( «governar un proberbio <strong>de</strong> terçera persona» ).<br />
No nos las habemos, por otro lado, con un caso trivial <strong>de</strong> acopio <strong>de</strong> datos o contenidos objetivos.<br />
Los préstamos <strong>de</strong> don Juan en el Prólogo general tienen que ver con la forma en que se representa<br />
su propia obra, cuando ya está a punto <strong>de</strong> <strong>de</strong>jarla cerrada. El magnate castellano, el prepotente hijo<br />
<strong>de</strong>l infante don Manuel, se para a pensar en el público y la difusión <strong>de</strong> sus escritos; y las actitu<strong>de</strong>s que<br />
adopta al propósito son fundamentalmente las que le sugiere la tradición escolástica. Don Juan se ve<br />
a sí mismo en una posición intelectual <strong>de</strong> preeminencia, temeroso <strong>de</strong> la <strong>de</strong>gradación que sus libros<br />
puedan sufrir entre lectores ignorantes -como el zapatero <strong>de</strong> Perpiñán- y a manos <strong>de</strong> copistas ineptos.<br />
Frente a esa preocupación dominante, las excusas por la posible «mengua» <strong>de</strong> su «entendimiento» -<br />
al picar <strong>de</strong>masiado alto- no merecen sino media docena <strong>de</strong> líneas (77-83) a manera <strong>de</strong> rápida posdata.<br />
Priva, obviamente, la perspectiva magistral, <strong>de</strong> superioridad. Y, en efecto, los paralelos que se le<br />
vienen a las mientes son las reflexiones <strong>de</strong> Nicolás <strong>de</strong> Lira sobre la corrupción <strong>de</strong> los «codices» <strong>de</strong><br />
la Biblia -ni más ni menos- y el procedimiento que las universida<strong>de</strong>s habían elegido para proteger<br />
obras <strong>de</strong> especial relevancia y categoría en las coor<strong>de</strong>nadas <strong>de</strong>l momento.<br />
Por ahí, las disquisiciones <strong>de</strong> don Juan que hoy clasificaríamos bajo el epígrafe <strong>de</strong> «crítica <strong>de</strong>l<br />
texto» , situadas como están en el pórtico <strong>de</strong> sus omnia opera , nos interesan sobre todo por la medida<br />
en que nos <strong>de</strong>scubren o confirman «mo<strong>de</strong>los <strong>de</strong> cultura» con los que se i<strong>de</strong>ntifica -pero no, <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
luego, <strong>de</strong> modo exclusivo-, paradigmas que adapta y hace suyos, consciente o inconscientemente. Si<br />
don Juan construye su «volumen» según el patrón <strong>de</strong>l exemplar es a ojos vistas porque valora la<br />
universidad como arquetipo <strong>de</strong> la elaboración y organización <strong>de</strong>l saber. Hay en él, sí, una proclividad<br />
o coquetería universitaria que no <strong>de</strong>be escapársenos. Basta pasar al folio que sigue al Prólogo<br />
general para comprobar que el «lego que nunca aprendi[ó] nin ley[ó] ninguna sciencia» alimentaba la<br />
ambición, un poco vergonzante, <strong>de</strong> que el Livro <strong>de</strong>l cavallero et <strong>de</strong>l escu<strong>de</strong>ro se llegara a «transladar<br />
<strong>de</strong> romance en latín» y se aproximara a la exactitud <strong>de</strong> las «palabras sennaladas» que <strong>de</strong>nominan «los<br />
171 No hace falta ir más allá <strong>de</strong>l exordio, con el notorio engarce <strong>de</strong> <strong>de</strong>finitio ( «Assí commo ha<br />
muy grant plazer » ) y probatio ( «Et por probar aquesto » ). Sirvan para la comparación U. Mölk,<br />
Französische Literarästhetik <strong>de</strong>s 12. und 13. Jahrhun<strong>de</strong>rts: Prologue, Epilogue , Tubinga, 1969, y J. A.<br />
Schultz, «Classical Rhetoric, Medieval Poetics and the Medieval Vernacular Prologue» , Speculum ,<br />
LIX (1984), pp. 1-15.<br />
101
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
gramáticos “reglas”, dizen los lógicos “máximas” et llaman los físicos “anphorismas”» ( Obras , I,<br />
pp. 40 y 59-60) . Pero también a la pauta <strong>de</strong> la universidad se acomodan bastantes otras preferencias<br />
o pretericiones suyas, más o menos persistentes. Don Juan, verbigracia, no sólo estima el i<strong>de</strong>al<br />
escolástico <strong>de</strong> la subtilitas en «la sciençia <strong>de</strong> theología o metafísica o filosofía natural o aun moral<br />
e otras sçiençias muy sotiles» , sino que a<strong>de</strong>más se lo apropia, con creciente <strong>de</strong>terminación, hasta<br />
envanecerse <strong>de</strong> haber incluido en El Con<strong>de</strong> Lucanor «tantas cosas sotiles et oscuras et abreviadas» (<br />
Obras , <strong>II</strong>, pp. 440 y 467) 172 . O bien, cuando le reconocemos esas veleida<strong>de</strong>s universitarias, ¿cómo<br />
va a extrañarnos que muestre tan escaso interés por los antiguos? Porque precisamente la universidad<br />
<strong>de</strong> la época había <strong>de</strong>sterrado a los clásicos con una severidad sin prece<strong>de</strong>ntes. 173<br />
La pretensión <strong>de</strong> ascenso intelectual que <strong>de</strong> hecho suponía para don Juan sentirse afín al catedrático<br />
o magister no choca en absoluto con la vocación divulgadora <strong>de</strong> sus libros, con la orientación<br />
hacia un lector cuya formación se <strong>de</strong>sea (pero <strong>de</strong> cuya comprensión a menudo se recela). La<br />
universidad <strong>de</strong>l Trescientos era principalmente el soporte teológico, «científico», <strong>de</strong> un enorme<br />
empeño catequético, apologético y misionero. Los paladines <strong>de</strong> tal empresa y, por en<strong>de</strong>, supremos<br />
propulsores y beneficiarios <strong>de</strong> la universidad eran las dos gran<strong>de</strong>s ór<strong>de</strong>nes mendicantes. 174 Es bien<br />
explicable, pues, que la admiración por la una se acompañe en don Juan Manuel <strong>de</strong>l entusiasmo por las<br />
otras: «Dos ór<strong>de</strong>nes son las que al tiempo <strong>de</strong> agora aprovechan más para salvamiento <strong>de</strong> las almas et<br />
para ensalçamiento <strong>de</strong> la sancta fe católica, et esto es porque los <strong>de</strong>stas ór<strong>de</strong>nes pedrican et confiessan<br />
et an mayor fazimiento con las gentes; et son las <strong>de</strong> los frayres pedricadores et <strong>de</strong> los frayres menores» (<br />
172 Para la fundamentación <strong>de</strong> cuanto apunto, vid. el hermoso trabajo <strong>de</strong> Francesco Bruni<br />
«Semantica <strong>de</strong>lla sottigliezza. Note sulla distribuzione <strong>de</strong>lla cultura nel Basso Medioevo» , Studi<br />
Medievali , 3.ª serie, XIX (1978), pp. 1-36.<br />
173 M. R. Lida, loc. cit. , p. 122 , parece juzgar que en el «<strong>de</strong>liberado silencio» <strong>de</strong> don Juan sobre<br />
la Antigüedad <strong>de</strong>sempeña un papel «muy principal su condición social <strong>de</strong> magnate cortesano» . Por<br />
el contrario, creo que si en la España <strong>de</strong>l siglo XIV el mundo antiguo podía interesar en particular a<br />
algún estamento, ese era el más elevado; cf. sólo «Petrarca y el “humanismo catalán”».<br />
174 Cfr. por ejemplo D. L. d’Avray, The Preaching of the Friars , pp. 163-180, etc. , y los capítulos<br />
<strong>de</strong> R. Antonelli ( «L’Ordine domenicano e la letteratura nell’Italia pretri<strong>de</strong>ntina» ) y <strong>de</strong> C. Bologna<br />
( «L’ordine francescano» , etc. ) en la Letteratura italiana <strong>de</strong> Einaudi, ed. A. Asor Rosa, I, Turín,<br />
1982, pp. 681-797.<br />
102
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
Obras , I, p. 493) . Dominicos y franciscanos, en verdad, eran para don Juan Manuel el sumo ejemplo<br />
<strong>de</strong> cómo la «sotil» cultura universitaria podía encauzarse a un «mayor fazimiento con las gentes» .<br />
Las relaciones personales <strong>de</strong> don Juan Manuel con los «pedricadores» han llevado a abultar<br />
la impronta <strong>de</strong> los hijos <strong>de</strong> Santo Domingo en su producción literaria. Desproporcionadamente,<br />
creo, porque esa inferencia biográfica dista <strong>de</strong> haber sido justificada. 175 No hay indicio <strong>de</strong> que<br />
ningún dominico le influyera con la amplitud y la profundidad que Ramón Llull, franciscano y bien<br />
franciscano, y cuyo quehacer ha <strong>de</strong> contarse entre los <strong>de</strong>chados esenciales para don Juan. 176 Aparte<br />
el comentario, según los hábitos escolásticos, <strong>de</strong> unas frases <strong>de</strong> la regla dominica -en un capítulo<br />
<strong>de</strong>stinado a complementarse con otro sobre los minoritas-, 177 tampoco se ha señalado nunca ni un<br />
párrafo suyo que estuviera en <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia directa respecto a un autor <strong>de</strong> la or<strong>de</strong>n. En cambio, en un<br />
lugar tan <strong>de</strong>stacado y con tanta fuerza programática como el Prólogo general , a quien sí sigue al<br />
pie <strong>de</strong> la letra, con excelente memoria o con la Postilla abierta sobre la mesa, es a Nicolás <strong>de</strong> Lira,<br />
franciscano y conspicuo contradictor <strong>de</strong> Santo Tomás... 178<br />
175 A no ser que por justificar se entienda hacer «dominica» la «estricta sujeción a la ortodoxia<br />
oficial» o tener a la Virgen por «madre <strong>de</strong> Dios e reína <strong>de</strong> los cielos e <strong>de</strong> la tierra e señora puesta<br />
sobre todos los choros <strong>de</strong> los ángeles» , etc. , como, sorpren<strong>de</strong>ntemente, lo entien<strong>de</strong> doña María Rosa<br />
Lida, loc. cit. , pp. 97-103.<br />
176 El asunto sigue todavía por estudiar minuciosamente; M. R. Lida insinúa muchas coinci<strong>de</strong>ncias<br />
entre Llull y don Juan, mas, para no dañar a su planteamiento, ella misma se ocupa en quitarles peso.<br />
177 Síntoma notorio <strong>de</strong>l prejuicio que lastra algunos enfoques <strong>de</strong>l dominicanismo <strong>de</strong> don Juan<br />
Manuel es que no se mencione que a la exaltación <strong>de</strong> los «pedricadores» en el capítulo LI <strong>de</strong>l Libro <strong>de</strong><br />
los estados ( Obras , I, pp. 493-502) <strong>de</strong>bía seguir un apartado sobre los «menores» : «Et commoquier<br />
que amas [ór<strong>de</strong>nes] començaron en un tiempo, peró que començó ante la <strong>de</strong> los pedricadores, por en<strong>de</strong><br />
vos fablaré primero en ella» . Parece claro que el Libro «was not fully finished» ( ed. R. B. Tate e I. R.<br />
Macpherson, Oxford, 1974, p. XLVI) ; pero, en concreto, la falta <strong>de</strong>l capítulo sobre los franciscanos<br />
¿podría <strong>de</strong>berse a una «censura» ejercida en el monasterio <strong>de</strong> Peñafiel?<br />
178 Se lo reprochaba crudamente Pablo <strong>de</strong> Burgos, a comienzos <strong>de</strong>l Cuatrocientos: «pluries<br />
vi<strong>de</strong>tur impugnare irrationabiliter Sanctum Thomam, quandoque expresse, quandoque tacite A quo<br />
etiam sancto doctore ipse Postillator multa frequenter accipit, licet eum non alleget, nisi solum<br />
reprehen<strong>de</strong>ndo» (en Patrologia latina , CX<strong>II</strong>I, col. 46 ).<br />
103
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
Las huellas que en ese Prólogo hemos advertido, así, nos sirven para subrayar, frente a una<br />
cierta ten<strong>de</strong>ncia a la simplificación, la complejidad y la riqueza <strong>de</strong> los mo<strong>de</strong>los <strong>de</strong> cultura que atraen<br />
a don Juan Manuel. Verlo imitar el exemplar <strong>de</strong> la pecia nos recuerda que en su actividad<br />
hay un ingrediente e incluso un prurito universitario nada <strong>de</strong>s<strong>de</strong>ñable; notar cómo se ciñe a fray<br />
Nicolás corrobora que atendía a la lección <strong>de</strong> las ór<strong>de</strong>nes mendicantes con menos parcialidad y<br />
más anchura <strong>de</strong> horizontes <strong>de</strong> lo que mo<strong>de</strong>rnamente suele opinarse. En don Juan, cierto, <strong>de</strong>bemos<br />
apreciar la receptividad a estímulos muy varios y la profusión <strong>de</strong> respuestas que se complace en<br />
darles. La curiosidad siempre alerta, el gusto por ensayar caminos diversos, la permeabilidad con<br />
consecuencias creadoras son rasgos <strong>de</strong>cisivos en su semblanza intelectual, y sin duda no <strong>de</strong>sprovistos<br />
<strong>de</strong> homólogos en otras facetas <strong>de</strong> su carácter y en otras zonas <strong>de</strong> su actividad. Pero ¿qué favor le<br />
hacemos amortiguando aquellos rasgos, para primar esas otras facetas, esas otras zonas? La moda <strong>de</strong><br />
nuestros días, que son aún los <strong>de</strong> la edad romántica, privilegia la literatura <strong>de</strong> raíz (supuestamente) no<br />
literaria, el pensamiento salvaje. «Yo he visto que en el transladar acaeçe muchas vezes » . ¿Dón<strong>de</strong><br />
lo vio don Juan Manuel? Hoy, comúnmente, encanta imaginar que fue sólo a costa <strong>de</strong> <strong>de</strong>sojarse ante<br />
los manuscritos, «en su experiencia <strong>de</strong> la vida» (dan ganas <strong>de</strong> <strong>de</strong>cir: en Perpiñán), mientras quizá se<br />
frunce el ceño al reparar en que más verosímilmente la experiencia al respecto estaba condicionada<br />
por el estudio <strong>de</strong> la Postilla litteralis . El remedio <strong>de</strong> tal contrariedad bien pudiera ser hacerse a la<br />
i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que para don Juan la lectura, como «a thought to Donne, was an experience - it modified<br />
his sensibility» . 179<br />
«Crítica <strong>de</strong>l texto y mo<strong>de</strong>los <strong>de</strong> cultura en el Prólogo general <strong>de</strong> don Juan Manuel», en Studia in<br />
honorem Prof. M. <strong>de</strong> Riquer , I, Qua<strong>de</strong>rns Crema, Barcelona, 1986, pp. 409-423.<br />
Tras el <strong>de</strong>sencuentro (menudo y ocasional) aludido en la n. 170, celebro en particular que Alan<br />
Deyermond haya acogido plenamente las principales tesis <strong>de</strong> mi estudio (en Historia y crítica <strong>de</strong> la<br />
literatura española , I/1, Barcelona, 1991, pp. 138-139), y espero con interés la publicación <strong>de</strong> S. M.<br />
Farcasiu «que <strong>de</strong>muestra, a partir <strong>de</strong>l estudio <strong>de</strong>l Libro <strong>de</strong>l cavallero et <strong>de</strong>l escu<strong>de</strong>ro , que la mayor<br />
parte <strong>de</strong> lo que [en don Juan Manuel] se ha atribuido a la influencia <strong>de</strong> los dominicos lo comparte<br />
con la otra or<strong>de</strong>n mendicante, o, incluso, que se explica mejor como influencia específicamente<br />
franciscana» ( ibid. ) .<br />
179 T. S. Eliot, «The Metaphysical Poets» , en Selected Prose , ed. J. Hayward, Harmondsworth,<br />
1953, p. 117, en coinci<strong>de</strong>ncia con J. Baruzi, Saint Jean <strong>de</strong> la Croix et le problème <strong>de</strong> l’expérience<br />
mystique , París, 1931, p. 348.<br />
104
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
En análoga perspectiva, si no indiqué en su día que franciscanos y dominicos practicaban también el<br />
recurso a un exemplar celosamente corregido y conservado, fue porque entre ellos el procedimiento<br />
se reservaba a los libros litúrgicos; pero, en cualquier caso, no <strong>de</strong>bí omitir que Ramón Llull ( vid.<br />
ad n. 176) legó exemplaria <strong>de</strong> sus obras a la Cartuja <strong>de</strong> París y a otros <strong>de</strong>positarios: «De quibus<br />
qui<strong>de</strong>m libris omnibus supradictis mando fieri in pergameno in latino unum librum in uno volumine,<br />
qui mitatur per dictos manumissores meos Parisius ad monasterium <strong>de</strong> Xartossa, quem librum ibi<br />
dimito amore Dei. Item mando fieri <strong>de</strong> omnibus supradictis libris unum alium librum quem dimito<br />
et mando miti apud Ianuam Misser Persival Espinola. Et residuum predicte totius peccunie mee et<br />
residuos alios libros qui fient per dictos manumissores meos <strong>de</strong> mea peccunia supradicta, dimito et<br />
mando dari ac distribui ita quod ponantur scil. libri in armario cuiuslibet ecclesie in qua illos dabunt<br />
cum catena, ita quod quilibet ipsius ecclesie volens illos legere possit ipsos legere et vi<strong>de</strong>re » ( ed.<br />
F. <strong>de</strong> Bofarull y <strong>de</strong> Sans, Memorias <strong>de</strong> la Real Aca<strong>de</strong>mia <strong>de</strong> Buenas Letras <strong>de</strong> Barcelona , V (1896),<br />
pp. 463-476 ; cf. J. N. Hillgarth, Ramon Llull and Lullism in Fourteenth-Century France , Oxford,<br />
1971, pp. 142-143).<br />
En relación con lo dicho ad n. 172, es <strong>de</strong> particular interés el prólogo a la Crónica abreviada :<br />
«Los que fazen o mandan fazer algunos libros, mayormente en romance, que es señal que se fazen<br />
para los legos que no son muy letrados, non los <strong>de</strong>ven fazer <strong>de</strong> razones nin por palabras tan sotiles que<br />
los que las oyeren non las entiendan o por que tomen dubda en·lo que oyen. E por en<strong>de</strong>, en el prólogo<br />
<strong>de</strong>ste libro que don Iohan mandó fazer, non quiso poner y palabras nin razones muy sotiles; pero quiso<br />
que lo fuesen yaquanto, por que, segunt dizen los sabios, quanto omne más trabaja por aver la cosa,<br />
más la terná <strong>de</strong>spués que la ha » ( Obras , <strong>II</strong>, p. 574) . Los aludidos «sabios» se <strong>de</strong>jan oír a menudo y<br />
en tradición ininterrumpida, por cuanto alcanzo, entre San Agustín y Góngora. Pero don Juan Manuel<br />
parece especialmente al arrimo <strong>de</strong> Gregorio el Gran<strong>de</strong>, In Ezechielem , I, vi, 1 , leído sin duda en<br />
algún florilegio o acaso (no tengo el texto a mano) a través <strong>de</strong> Nicolás <strong>de</strong> Lira: «Magnae vero utilitatis<br />
est ipsa obscuritas eloquiorum Dei, quia exercet sensum ut fatigatione dilatetur, et exercitatus capiat<br />
quod capere non posset otiosus. Habet quoque adhuc aliud maius, quia Scripturae sacrae intelligentia,<br />
quae si in cunctis esset aperta vilesceret, in quibusdam locis obscurioribus tanto maiore dulcedine<br />
inventa reficit, quanto maiore labore fatigat animum quaesita » .<br />
La bibliografía sobre los usos librarios evocados a propósito <strong>de</strong> don Juan Manuel, y en particular<br />
sobre las técnicas materiales anejas, ha crecido extraordinariamente en los últimos años: recordaré<br />
sólo L. J. Bataillon, G. G. Guyot y R. H. Rouse, La production du livre universitaire au Moyen-âge.<br />
105
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
Exemplar et petia , París, 1988, y E. Ornato, Apologia <strong>de</strong>ll’apogeo. Divagazioni sulla storia <strong>de</strong>l<br />
libro nel tardo medioevo , Roma, 2000, pp. 102-128.<br />
Por otro lado, mis conclusiones sobre la autoría y relación <strong>de</strong>l Prólogo general y el preámbulo a<br />
El con<strong>de</strong> Lucanor han sido incorporadas a la edición ya canónica <strong>de</strong> la obra, al cuidado <strong>de</strong> Guillermo<br />
Serés, Barcelona, 1994, con exhaustiva información complementaria: a ella remito al interesado.<br />
106
- V -<br />
Prólogos al Canzoniere<br />
( Rerum vulgarium fragmenta , I-<strong>II</strong>I)<br />
Certo, anche un umanista può darsi alla pluralità di avventure ,<br />
ma simili carriere sono dominate in partenza da una costante classica<br />
Gianfranco Contini<br />
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
Los cinco primeros rerum vulgarium fragmenta pue<strong>de</strong>n trenzarse y <strong>de</strong>strenzarse variamente. En el<br />
ámbito <strong>de</strong>l Canzoniere , los cinco forman un conjunto <strong>de</strong> carácter singular, con inequívoca función<br />
<strong>de</strong> prólogo: 180 conjugando según pautas retóricas unos materiales <strong>de</strong> tradición clásica y medieval, 181<br />
proponen una valoración global <strong>de</strong> la obra y suministran las noticias preliminares más imprescindibles<br />
para la comprensión <strong>de</strong> las restantes «rime sparse» . Pero el común <strong>de</strong>nominador prologal no impi<strong>de</strong><br />
que las cinco piezas se subagrupen <strong>de</strong> acuerdo con otros criterios.<br />
En particular, Voi ch’ascoltate (I) contempla y con<strong>de</strong>na el Canzoniere con una lejanía que en<br />
última instancia lo sitúa fuera, más allá <strong>de</strong>l libro: «proemio -repetía Carducci- , e dovrebb’essere<br />
epilogo» , 182 como los tres poemas finales. Per fare una leggiadra sua ven<strong>de</strong>tta (<strong>II</strong>) y Era il<br />
180 Entre la bibliografía más añeja, cf. E. Chiòrboli, «I sonetti introduttivi alle Rime Sparse » , en<br />
D. Bianchi et al. , Studi Petrarcheschi , Arezzo, 1928, pp. 65-77, y su ed. <strong>de</strong> Le «Rime Sparse» ,<br />
Milán, 1924, pp. 2-9; entre la más reciente, M. Santagata, «Connessioni intertestuali nel Canzoniere<br />
<strong>de</strong>l Petrarca» (1975), ahora en su libro Del sonetto al Canzoniere , Padua, 1979, pp. 24-26.<br />
181 He anticipado alguna indicación al propósito en « Rime sparse , Rerum vulgarium fragmenta .<br />
Para el título y el primer soneto <strong>de</strong>l Canzoniere », Medioevo romanzo , <strong>II</strong>I (1976), pp. 101-138 (107, n.<br />
17), y otras en sendas conferencias dadas en The Warburg Institute y en la Universidad <strong>de</strong> Princeton,<br />
así como en una Hayward Keniston Lecture ; espero publicar en breve un estudio monográfico sobre<br />
la cuestión.<br />
182 La observación no era nueva, claro está. Véase, así, la poco conocida Lettione di messer<br />
Giovanni Talentoni da Fivizano... sopra ‘l principio <strong>de</strong>l Canzoniere <strong>de</strong>l Petrarca... , Florencia, 1587,<br />
fol. E4v : «e se gli antichi poeti ponevano <strong>de</strong>tto epilogo nel fin <strong>de</strong>ll’opera, sì per essere epilogo, cioè<br />
conclusione, come anche per esser cosa ultimamente fatta, havuto risguardo all’ordine <strong>de</strong>lla natura,<br />
egli, se ben quanto al <strong>de</strong>tto ordine ve<strong>de</strong>va che doveva esser posto nell’ultimo, lo volle però porre<br />
inanzi e dargli luogo di principio » .<br />
107
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
giorno ch’al sol si scoloraro (<strong>II</strong>I) se emparejan prietamente en tanto ofrecen -como tantas veces-<br />
perspectivas complementarias <strong>de</strong> una misma anécdota, la emboscada que Cupido tien<strong>de</strong> al poeta; no<br />
obstante, sin <strong>de</strong>svincularlos entre sí, el propio Petrarca vaciló un instante sobre cómo or<strong>de</strong>narlos, y<br />
pasajeramente, en la versión Malatesta, antepuso el tercero al segundo. 183 Procediendo <strong>de</strong> la res a<br />
la persona, Que’ch’infinita provi<strong>de</strong>ntia et arte (IV) y Quando io movo i sospiri a chiamar voi (V)<br />
coinci<strong>de</strong>n en centrarse en la presentación <strong>de</strong> la amada y con ella cierran la serie <strong>de</strong> las informaciones<br />
obligadas (obligadas, porque, por ejemplo, nada enten<strong>de</strong>ríamos <strong>de</strong>l texto siguiente, VI, «con quel<br />
trasmutar non si sa perché la bella fèra fuggente in una pianta» , 184 si Quando io movo no nos<br />
hubiera dado la clave <strong>de</strong>l nombre <strong>de</strong> Laura). Por ahí, los cinco fragmenta iniciales se <strong>de</strong>jan leer como<br />
articulados bien en tres (I, <strong>II</strong>-<strong>II</strong>I, IV-V), bien en dos secciones, la segunda bipartita: un exordium<br />
propiamente dicho (I) y un initium narrationis en dos tiempos, uno para el suceso (<strong>II</strong>-<strong>II</strong>I) y otro para<br />
la protagonista (IV-V).<br />
En ese prólogo con diversos capitulillos, conviene reconocer aún otro núcleo sui generis : el<br />
constituido por Voi ch’ascoltate , Per fare y Era il giorno . El ligamen entre los tres sonetos no<br />
<strong>de</strong>pen<strong>de</strong> ahora sólo <strong>de</strong>l tema o la función, sino <strong>de</strong> una inspiración unitaria y a la vez compleja: los tres,<br />
en efecto, se enlazan entre sí en la medida en que aprovechan las sugerencias convergentes <strong>de</strong> ciertos<br />
poemas <strong>de</strong> la latinidad augustea con los cuales comparten la condición <strong>de</strong> prefacios. La relación entre<br />
las composiciones petrarquescas y las clásicas se establece menos una a una que <strong>de</strong> grupo a grupo, <strong>de</strong><br />
suerte que refuerza la conexión semántica <strong>de</strong> las tres primeras «rime sparse» . 185 El <strong>de</strong>scubrimiento<br />
183 Vid. A. E. Quaglio, Al di là di Francesca e Laura , Padua, 1973, p. 44, con pertinente comentario.<br />
184 Chiòrboli, ed. c. , p. 10 .<br />
185 Des<strong>de</strong> antiguo se han distinguido en la disposición <strong>de</strong> los Rerum vulgarium fragmenta series<br />
temáticas compuestas por poemas contiguos. En los últimos tiempos, se ha insistido en especial en<br />
las <strong>de</strong>terminadas por conexiones formales (Santagata, «Connessioni» , cit. ), procesos constitutivos<br />
( D. De Robertis, «Contiguità e selezione nella costruzione <strong>de</strong>l Canzoniere petrarchesco» , Studi di<br />
filologia italiana , XL<strong>II</strong>I, 1985, pp. 45-66), ciertas «strutture intermedie» apoyadas en la elaboración<br />
<strong>de</strong> un motivo ( C. Segre, «I sonetti <strong>de</strong>ll’aura» , en Lectura Petrarce , <strong>II</strong>I, 1983 [= Memorie <strong>de</strong>lla<br />
Acca<strong>de</strong>mia Patavina di Scienze, Lettere ed Arti, Classe di Scienze Morali, Lettere ed Arti , XCV,<br />
1982-1983], pp. 501-522, y «Les isotopies <strong>de</strong> Laure» , en H. Parret y H. G. Ruprecht, ed. , Exigences<br />
et perspectives <strong>de</strong> la sémiotique , Amsterdam, 1985, pp. 811-826). Confío en que el presente artículo<br />
muestre algunas <strong>de</strong> las posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntificar también las series discernidas por fuentes comunes<br />
108
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
<strong>de</strong> tal relación, por otro lado, ilumina aspectos <strong>de</strong> notable importancia en la génesis, el diseño y -quizá<br />
por encima <strong>de</strong> todo- la i<strong>de</strong>a que Petrarca se hacía <strong>de</strong>l género mismo <strong>de</strong>l Canzoniere .<br />
( vid. asimismo M. Santagata, «Petrarca e Arnaut Daniel (con appunti sulla cronologia di alcune rime<br />
petrarchesche)» , Rivista di letteratura italiana , V, 1987, pp. 40-89, especialmente 47-48).<br />
109
I<br />
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
Vayamos por partes, propedéuticamente, en la esperanza <strong>de</strong> apren<strong>de</strong>r alguna lección útil cuando<br />
recojamos los fragmentos en que primero nos dispersaremos. En el pórtico <strong>de</strong> las Epístolas (I, i),<br />
Horacio rompe con su pasado <strong>de</strong> lírico mundano y se <strong>de</strong>clara resuelto a entregarse a más altas tareas:<br />
Prima dicte mihi, summa dicen<strong>de</strong> Camena,<br />
spectatum satis et donatum iam ru<strong>de</strong> quaeris,<br />
Maecenas, iterum antiquo me inclu<strong>de</strong>re ludo?<br />
Non ea<strong>de</strong>m est aetas, non mens. Veianius armis<br />
Herculis ad postem fixis latet abditus agro,<br />
ne populum extrema totiens exoret harena.<br />
Est mihi purgatam crebro qui personet aurem:<br />
«Solve senescentem mature sanus equum, ne<br />
peccet ad extremum ri<strong>de</strong>ndus et ilia ducat».<br />
Nunc itaque et versus et cetera ludicra pono,<br />
quid verum atque <strong>de</strong>cens, curo et rogo et omnis in hoc sum<br />
(1-11)<br />
Mecenas, pues, quisiera hacerlo caer <strong>de</strong> nuevo en el «antiquo ludo» (3) , en la frívola palestra <strong>de</strong><br />
las odas, pero Horacio se resiste: ha cambiado con la madurez, no es ya el mismo ni en años ni en<br />
ánimo, «non ea<strong>de</strong>m est aetas, non mens» (4) . Se compren<strong>de</strong>. El gladiador Veyanio ha colgado las<br />
armas en el templo <strong>de</strong> Hércules, para no tener que seguir congraciándose con el público, ganándose<br />
la indulgencia <strong>de</strong>l vulgo: «ne populum totiens exoret » (6) . Ese ejemplo aconseja al poeta <strong>de</strong>jar a<br />
tiempo el camino (o el «senescentem equum» , 8 , para respetar la metáfora) que pue<strong>de</strong> llevarlo al<br />
ridículo, volverlo «ri<strong>de</strong>ndus» (9) . La <strong>de</strong>cisión es firme: ha llegado el momento <strong>de</strong> abandonar los<br />
versos triviales y las <strong>de</strong>más bagatelas, «ludicra» (10) , y consagrarse por entero a indagar qué es la<br />
verdad, en qué consiste el bien, «quid verum atque <strong>de</strong>cens» (11) .<br />
No es difícil advertir el aire <strong>de</strong> familia entre ese incipit horaciano y Voi ch’ascoltate . En ambos<br />
casos, el autor se siente «in parte» distinto, «altr’uom» , <strong>de</strong>l que era antaño: «non ea<strong>de</strong>m est<br />
aetas, non mens» . 186 La juventud ha quedado atrás, 187 y ahora, con la mutatio animi propia <strong>de</strong><br />
186 Horacio insiste en que no por no haber llegado a la perfección ha <strong>de</strong> renunciar a la virtud (28<br />
ss. ). En Petrarca, la matización «in parte» implica que Francesco no se ha librado por completo<br />
110
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
quien se aproxima a la vejez, 188 se juzga negativamente la lírica liviana que entonces se escribió.<br />
En ambos casos, el rechazo <strong>de</strong> la poesía <strong>de</strong> antaño se hace en nombre <strong>de</strong> la filosofía moral: más<br />
explícitamente en la epístola <strong>de</strong> Horacio (para quien se trataba <strong>de</strong> «transire ad studium philosophiae,<br />
relictis iocis et lyricis versibus» , según la glosa <strong>de</strong>l Laurenziano, fol. 78), pero también con toda<br />
claridad en Voi ch’ascoltate , don<strong>de</strong> Petrarca i<strong>de</strong>ntifica el «giovenile errore» <strong>de</strong> sus rimas con<br />
la opinionum perversitas que los estoicos <strong>de</strong>nunciaban como raíz <strong>de</strong> todo mal -y en concreto <strong>de</strong> las<br />
cuatro perturbaciones capitales que el soneto compendia en «speranze» y «dolore» - y don<strong>de</strong><br />
implica que la superación <strong>de</strong> tal «errore» se halla en la constantia sapientis asimismo estoica, en el<br />
<strong>de</strong> los ‘errores’ que siguieron al «primo» y no pue<strong>de</strong> todavía <strong>de</strong>cirse plenamente el «homo novus»<br />
surgido <strong>de</strong> un renacimiento espiritual, tal como San Agustín lo <strong>de</strong>scribió <strong>de</strong> forma memorable,<br />
por ejemplo, en unos párrafos <strong>de</strong>l De vera religione (XXVI, 48-49) leídos por nuestro humanista<br />
con profunda atención: «Nonnulli renascuntur interius, et ceteras eius partes [‘partes’, sc. , ‘veteris<br />
hominis exterioris et terreni’] suo robore spirituali et incrementis sapientiae corrumpunt et necant,<br />
et in caelestes leges adstringunt. Iste dicitur novus homo et interior et caelestis, habens et ipse<br />
proportione, non annis, sed provectibus, distinctas quasdam spirituales aetates suas» ; cf. Lectura <strong>de</strong>l<br />
«Secretum» ( Vida u obra <strong>de</strong> Petrarca , I), Padua (y Chapel Hill), 1974, p. 535, n. 279, con otras<br />
indicaciones. (No <strong>de</strong>scarto que para el verso cuarto <strong>de</strong> Voi ch’ascoltate a Petrarca le rondara por la<br />
memoria el quinto <strong>de</strong> la Elegía I <strong>de</strong> Maximiano : « Non sum qui fueram : periit pars maxima nostri» ).<br />
187 En el códice <strong>de</strong> Horacio hoy en la Laurenziana, pl. XXXIV, 1 (facsímil, Roma, 1933), fol.<br />
78, Petrarca completa la glosa <strong>de</strong>l Pseudo Acrón <strong>de</strong>dicada al «ru<strong>de</strong>» <strong>de</strong>l verso 2, escribiendo: «De<br />
quo Ovidius: “Me quoque donari iam ru<strong>de</strong> tempus erat”; 4 <strong>de</strong> tristibus , in antepenultima epystola» .<br />
Cuando se repone la cita ovidiana en su contexto, se perciben en seguida las implicaciones temporales<br />
que Petrarca <strong>de</strong>bía atribuir al «donatum iam ru<strong>de</strong>» : «Miles, ut emeritis non est satis utilis annis, /<br />
ponit ad antiquos quae tulit arma Lares. [ Vid. también Horacio, 4-5]. / Sic igitur, tarda vires minuente<br />
senecta, / me quoque donari iam ru<strong>de</strong> tempus erat» ( Tristes , IV, viii, 21-24) . En el otro <strong>de</strong> los<br />
manuscritos horacianos que hoy sabemos anotado por Petrarca, «una mano tarda, nella seconda metà<br />
<strong>de</strong>l Quattrocento, sostituì, per restaurarlo, il f. 87; e vi copiò l’inizio <strong>de</strong>lle Epistolae » ( G. Billanovich,<br />
«L’Orazio Morgan e gli studi <strong>de</strong>l giovane Petrarca» , en Tradizione classica e letteratura umanistica.<br />
Per Alessandro Perosa , Roma, 1985, pp. 121-138 [124]) : quién sabe si la operación nos ha hecho<br />
per<strong>de</strong>r alguna apostilla petrarquesca.<br />
188 Inútil reiterar que ese motivo, esencial en la vida y en la obra <strong>de</strong> Petrarca, subyace a todo Voi<br />
ch’ascoltate ; cf. sólo « Rime sparse , Rerum vulgarium fragmenta ...», p. 131 y n. 99 (y 115, n. 38).<br />
111
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
conocimiento <strong>de</strong> sí y el cultivo <strong>de</strong> la vida interior, hasta «sparsa anime fragmenta recollig ere » . 189<br />
En ambos casos, se toma muy en cuenta el juicio que el «popol tutto» dará <strong>de</strong>l poeta, y se evoca o se<br />
sufre el trance amargo <strong>de</strong> impetrar <strong>de</strong> las gentes «pietà, non che perdono» ( «ne populum exoret »<br />
), y ser objeto, «ri<strong>de</strong>ndus» , <strong>de</strong> murmuraciones y burlas: «ben veggio favola fui gran tempo » . 190<br />
La epístola <strong>de</strong>l Venusino no carece luego <strong>de</strong> otras semejanzas con Voi ch’ascoltate . Cuando<br />
pon<strong>de</strong>ra lo fugaz y cambiante <strong>de</strong> juicios y pareceres ( «i<strong>de</strong>m ea<strong>de</strong>m possunt horam durare probantes?»<br />
, 82 ; «Quo teneam voltus mutantem Protea nodo?» , 90 , etc. ), nos acercamos a la convicción<br />
<strong>de</strong> «che quanto piace al mondo è breve sogno» ; y ante el retrato <strong>de</strong> un Horacio que se <strong>de</strong>bate<br />
consigo mismo, que <strong>de</strong>sprecia lo que apetecía y <strong>de</strong>sea lo que rehusó, que se angustia y discrepa <strong>de</strong><br />
todo el proceso <strong>de</strong> su vida, 191 no po<strong>de</strong>mos sino volver los ojos al Petrarca que se avergüenza <strong>de</strong> su<br />
pasado, que se arrepiente y comprueba la vanidad <strong>de</strong> esperanzas y dolores. Sin embargo, es en los<br />
once versos <strong>de</strong>l arranque horaciano don<strong>de</strong> está la coinci<strong>de</strong>ncia realmente significativa con los catorce<br />
<strong>de</strong>l soneto: por encima <strong>de</strong> la diversidad en la elaboración, coinci<strong>de</strong>ncia en la actitud <strong>de</strong> ambos poetas,<br />
en el <strong>de</strong>sengaño con que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la madurez, con otro talante, vueltos ahora a la auténtica sabiduría, se<br />
<strong>de</strong>sentien<strong>de</strong>n <strong>de</strong> los «versus et cetera ludicra» <strong>de</strong> la mocedad, <strong>de</strong> las «rime sparse» <strong>de</strong>l «giovenile<br />
errore» ; coinci<strong>de</strong>ncia en la singularidad <strong>de</strong> un prólogo que es a la vez epílogo, <strong>de</strong>spedida <strong>de</strong> una<br />
larga etapa vital y literaria.<br />
Apenas hace falta señalar que el paralelismo <strong>de</strong> contenidos quizá no nos impresionaría si no<br />
estuviera tan fuertemente realzado por la i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong> posiciones, en el principio absoluto <strong>de</strong> una<br />
189 Vid. el artículo mencionado en la n. anterior, pp. 123 ss. ; la cita correspon<strong>de</strong> al final <strong>de</strong>l<br />
Secretum .<br />
190 Puesto que estamos hablando <strong>de</strong> reminiscencias horacianas, no se <strong>de</strong>scui<strong>de</strong> que no sólo lo es<br />
también «favola fui gran tempo» , sino que en el mismo épodo en que se lee «per urbem fabula quanta<br />
fui» ( XI, 7-8 ; cf. Lectura <strong>de</strong>l «Secretum» , cit. , p. 365, n. 398, y « Rime sparse », cit. , p. 113, n.<br />
34, amén <strong>de</strong> Billanovich, «L’Orazio Morgan» , cit. , p. 134) el poeta comienza proclamando «nihil<br />
me sicut antea iuvat / scribere versiculos amore percussum gravi» (1-2) y continúa arrepintiéndose <strong>de</strong><br />
los suspiros que en otro tiempo lo ponían en evi<strong>de</strong>ncia: «Conviviorum et paenitet / in quis amantem<br />
languor et silentium / arguit et latere petitus imo spiritus» (8-10) ; vid. a<strong>de</strong>más infra , n. 204.<br />
191 «Quid, mea cum pugnat sententia secum, / quod petiit spernit, repetit quod nuper omisit, / aestuat<br />
et vita disconvenit ordine toto, / diruit, aedificat, mutat quadrata rotundis? / insanire putas sollemnia<br />
me neque ri<strong>de</strong>s » (97-101) .<br />
112
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
colección <strong>de</strong> obras poéticas. Cosa parecida hay que <strong>de</strong>cir <strong>de</strong>l otro poema horaciano cuyo recuerdo se<br />
aprecia al fondo <strong>de</strong> los primeros rerum vulgarium fragmenta : la oda «Intermissa, Venus » (IV, i) .<br />
Cierto que en rigor no nos las habemos ahora con el prólogo a una entera raccolta , pero la autonomía<br />
<strong>de</strong>l libro cuarto <strong>de</strong> las Odas es y era <strong>de</strong> sobras conocida: «Statuerat Horatius usque ad tertium<br />
librum carminum complere opus suum, quibus editis maximo intervallo hunc quartum scribere est<br />
compulsus ab Augusto » , acotaba el Laurenziano (fol. 45v) . Tras el inolvidable colofón <strong>de</strong>l «Exegi<br />
monumentum » (<strong>II</strong>I, xxx) , el valor prologal <strong>de</strong> «Intermissa, Venus » había <strong>de</strong> resultar conspicuo.<br />
Nos consta que en el citado códice petrarquesco ese valor se le atribuyó en tal grado, que la pieza fue<br />
promovida a preámbulo <strong>de</strong> las opera omnia <strong>de</strong> Horacio. Porque en cabeza <strong>de</strong>l manuscrito, en lo alto<br />
<strong>de</strong>l mismo folio <strong>de</strong> guarda que unos milímetros más abajo lleva la nota <strong>de</strong> posesión ( «Emptus Ian[ue]<br />
1347 novembris 28ª» ), antes <strong>de</strong> cualquier otro texto, se lee precisamente el incipit «Intermissa<br />
uenus» . En otras palabras: al abrir el Laurenziano, Petrarca se encontraba con que al frente <strong>de</strong> toda<br />
la poesía <strong>de</strong> Horacio había una llamada a la oda en cuestión, la oda introductoria al libro cuarto. 192<br />
No sorpren<strong>de</strong>, entonces, que las resonancias <strong>de</strong> ese poema se oigan al comienzo <strong>de</strong>l Canzoniere .<br />
La formulación horaciana tenía un vigor excepcional:<br />
Intermissa, Venus, diu<br />
rursus bella moves? parce precor, precor.<br />
Non sum qualis eram bonae<br />
sub regno Cinarae. Desine, dulcium<br />
mater saeva Cupidinum,<br />
circa lustra <strong>de</strong>cem flectere mollibus<br />
iam durum imperiis: abi,<br />
quo blandae iuvenum te revocant preces<br />
(1-8)<br />
Venus ha reanudado las hostilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> una guerra, la guerra <strong>de</strong> amor, que llevaba muchos años<br />
interrumpida. Horacio le suplica que le conceda la paz. Ya no es el que era antaño, el que se sometió<br />
a Cinara: «Non sum qualis eram » . Ahora anda por el décimo lustro. No es a él a quien Venus <strong>de</strong>be<br />
hostigar, sino a los jóvenes. Ellos sí están dispuestos a luchar tras las ban<strong>de</strong>ras <strong>de</strong> la diosa, «signa<br />
192 Aun si la copia <strong>de</strong>l «Intermissa uenus» en el folio <strong>de</strong> guarda resultara ser posterior a Petrarca<br />
(sobre el facsímil, no soy capaz <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminarlo), seguiría en pie que normalmente se percibía el fuerte<br />
tono prologal <strong>de</strong> la oda.<br />
113
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
militiae tuae» (16) . Horacio, en cambio, ha renunciado a los amores, no alberga ninguna «spes<br />
animi credula mutui» (30) . Y, sin embargo, ¿por qué, cuando piensa en Ligurino, el llanto vuelve a<br />
rodarle por las mejillas, «manat rara meas lacrima per genas» (34) ?<br />
La situación es obviamente afín a la <strong>de</strong> Voi ch’ascoltate . Horacio se duele <strong>de</strong> caer <strong>de</strong> nuevo en las<br />
manos <strong>de</strong> Venus, porque juzga la pasión amorosa como un «giovenile errore» , 193 comprensible<br />
«quand’era in parte altr’uom» , pero no cuando está entre los cuarenta y cinco y los cincuenta años,<br />
«circa lustra <strong>de</strong>cem» . Si Petrarca retuvo en especial ese «Non sum qualis eram» en el primer<br />
soneto <strong>de</strong>l Canzoniere , 194 probablemente fue también porque al escribirlo él tenía a su vez la edad<br />
<strong>de</strong>clarada por Horacio en «Intermissa, Venus» : 195 pues todo indica que Voi ch’ascoltate fue<br />
compuesto a finales <strong>de</strong> 1349 o a lo largo <strong>de</strong> 1350, 196 cuando el autor, según su modo <strong>de</strong> contar,<br />
había cumplido los cuarenta y seis o los cuarenta y siete años. No es dudoso que la oda le llegó a<br />
las fibras sensibles. En el códice Morgan, en fecha temprana, apostillaba el verso «Nocturnis ego<br />
193 Inútil insistir en que amor y poesía van <strong>de</strong> la mano tanto en «Intermissa, Venus» como en<br />
Voi ch’ascoltate : «To say ‘I am engaged in love’s warfare’ was, according to a common literary<br />
convention, equivalent to saying ‘I am writing erotic poems’» ( E. Fraenkel, Horace , Oxford, 1957,<br />
p. 413) .<br />
194 Por otro lado, vid. Lectura <strong>de</strong>l «Secretum» , pp. 101, n. 160, y 532, n. 272; « Rime sparse »,<br />
cit. , p. 112, n. 30; supra , n. 186; y Boncompagno da Signa, Rota Veneris , Estrasburgo, s. d. [Hain<br />
3577, GW 4836], facsímil al cuidado <strong>de</strong> J. Purkart, Nueva York, 1975, p. 52 : «Cum inter gloriosos<br />
puellarum choros vos nudiustercius corporis oculis inspexi, apprehendit quidam amoris igniculus<br />
precordialia mea et repente me fecit esse alterum, nec sum id quod eram » .<br />
195 No sobra recordar que Petrarca, preocupado hasta la neurosis por cuanto tuviera que ver<br />
con la edad y con la cronología, «aveva bene avvertito il contrasto <strong>de</strong>lle fonti sull’età nella quale<br />
Orazio sarebbe morto: se a settanta o a settantasette, o addirittura a cinquantasette anni» (Billanovich,<br />
«L’Orazio Morgan» , cit. , p. 134 y n. 54) .<br />
196 La datación que propuse en « Rime sparse », cit. , ha sido mayoritariamente aceptada por quienes<br />
han consi<strong>de</strong>rado el problema. Vid. , así, G. Ponte, ed. , Rime sparse , Turín, 1979, pp. 20, 43; K.<br />
Foster, Petrarch: Poet and Humanist , Edimburgo, 1984, pp. 98-105; M. Santagata, particularmente en<br />
«Petrarca e Arnaut Daniel» , cit. , pp. 72-74; A. Noyer-Weidner, «Il Sonetto I» , en Lectura Petrarce ,<br />
IV, 1984 (= Memorie <strong>de</strong>lla Acca<strong>de</strong>mia Patavina di Scienze, Lettere ed Arti, Classe di Scienze Morali,<br />
Lettere ed Arti , XCVI, 1983-1984), pp. 327-353 (328-329).<br />
114
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
te somnis» (37) con otro virgiliano sobre los «insomnia» <strong>de</strong> Dido. 197 Pero en el Laurenziano,<br />
no antes <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1347, sólo marcó con una larga manicula (fol. 46) 198 la línea en que el<br />
poeta se pretendía exento <strong>de</strong> «le vane speranze» que igualmente se dan por <strong>de</strong>scartadas en Voi<br />
ch’ascoltate : «nec spes credula » .<br />
«Intermissa, Venus» no sólo <strong>de</strong>jó huella en la primera <strong>de</strong> las «rime sparse» , sino que<br />
verosímilmente brindó a<strong>de</strong>más un spunto para imaginar o cuando menos or<strong>de</strong>nar la segunda y la<br />
tercera. Con una y otra tiene en común, efectivamente, el punto <strong>de</strong> partida argumental: el autor está<br />
libre <strong>de</strong> amores (en el caso <strong>de</strong> Petrarca, jamás los ha conocido: <strong>de</strong> ahí las «mille offese» <strong>de</strong> <strong>II</strong>,<br />
2 ), cree que nada <strong>de</strong>be temer al respecto (véase Horacio, 29-32, y Era il giorno , 5-7), cuando <strong>de</strong><br />
improviso lo ataca una divinidad erótica -Venus en la oda, Cupido en los sonetos-, en un combate en<br />
el cual será <strong>de</strong>rrotado y que le hará verter amargas lágrimas. La inicial imagen bélica horaciana (1-2)<br />
se refuerza en seguida con la mención <strong>de</strong> los «signa militiae tuae» (16) , «le’nsegne d’Amore» tan<br />
evocadas por Petrarca y tan vinculadas por él al triumphus Cupidinis (<strong>II</strong>I, 132). Pero ese doble motivo<br />
<strong>de</strong> «Intermissa, Venus» , el embate y el triunfo <strong>de</strong> la <strong>de</strong>idad amorosa, se <strong>de</strong>sarrolla o se perfila en<br />
Per fare y Era il giorno al arrimo <strong>de</strong> otros célebres poemas prologales <strong>de</strong> la latinidad clásica.<br />
Cuando repasamos el arranque <strong>de</strong>l Monobiblos properciano, en particular, caemos en la cuenta <strong>de</strong><br />
estar distinguiendo, no poco insospechadamente, el mismo paisaje <strong>de</strong> esos dos sonetos.<br />
Cynthia prima suis miserum me cepit ocellis,<br />
contactum nullis ante cupidinibus.<br />
Tum mihi constantis <strong>de</strong>iecit lumina fastus<br />
et caput impositis pressit Amor pedibus,<br />
donec me docuit castas odisse puellas<br />
improbus et nullo vivere consilio;<br />
et mihi iam toto furor hic non <strong>de</strong>ficit anno,<br />
197 Billanovich, «L’Orazio Morgan» , cit. , p. 134.<br />
198 El facsímil no permite apreciar las calida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la tinta, que tal vez harían posible asignar la<br />
manicula a uno <strong>de</strong> los varios estratos <strong>de</strong> las notas petrarquescas; pero la señal es indudablemente<br />
<strong>de</strong> nuestro humanista, con igual dibujo que otras <strong>de</strong>l mismo códice, v. gr. fol. 42, o <strong>de</strong>l Virgilio<br />
Ambrosiano, etc. , etc. ( cf. sólo A. C. <strong>de</strong> la Mare, The Handwriting of Italian Humanists , I, i, Oxford,<br />
1973, p. 8 y n. 4).<br />
115
cum tamen adversos cogor habere <strong>de</strong>os<br />
(I, i, 1-8)<br />
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
Vale <strong>de</strong>cir: hasta Cintia, ninguna mujer había logrado conquistar a Propercio, <strong>de</strong> igual modo que,<br />
antes <strong>de</strong> Laura, Petrarca, con un corazón «ove solea spuntarsi ogni saetta» , había infligido «mille<br />
offese» a Cupido (<strong>II</strong>) . En concreto, Cintia ha vencido y cautivado al poeta con los ojos; como Laura<br />
a Francesco, naturalmente: Era il giorno lo cuenta en esos mismos términos propios y en exacta<br />
concordancia con Propercio ( «me cepit ocellis» : «i’ fui preso , ché i be’ vostr’occhi, donna,<br />
mi legaro» ), en tanto Per fare lo a<strong>de</strong>lanta a través <strong>de</strong> la metáfora <strong>de</strong> las ‘armas <strong>de</strong> Amor’, con la<br />
frecuentísima correspon<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> «occhi» con «arco» , «saetta» , etc., etc. 199 Pero notemos que<br />
el segundo dístico <strong>de</strong> la elegía establece respecto al primero una equivalencia análoga a la <strong>de</strong> Era il<br />
giorno y Per fare : el mismo episodio se refiere en dos versiones, una recta -con los ojos <strong>de</strong> la dama-<br />
y otra figurada -con las armas <strong>de</strong>l Amor-. (Ni se <strong>de</strong>scui<strong>de</strong>, por otra parte, que el lector <strong>de</strong>sprevenido no<br />
tenía por qué interpretar necesariamente como infeliz la pasión por Cintia, pero Propercio se encarga<br />
<strong>de</strong> pon<strong>de</strong>rárselo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el incipit : «miserum me» . Pues no <strong>de</strong> otra manera los Rerum vulgarium<br />
fragmenta se abren con «sospiri» , «pianto» y «dolore» , sin el menor atisbo <strong>de</strong> esperanza).<br />
El tercer verso properciano, con la mención <strong>de</strong>l «constan s fastus» <strong>de</strong>l protagonista, precisa un<br />
dato que ya se implicaba en el pentámetro anterior y que Petrarca resalta <strong>de</strong> forma notoria: el ataque<br />
<strong>de</strong> Cupido es una «ven<strong>de</strong>tta» (<strong>II</strong>, 1) provocada por el uniforme <strong>de</strong>sprecio con que el poeta había<br />
siempre mirado al dios, afrentándolo, por en<strong>de</strong>, con «mille offese» . A su vez, la estampa vivísima<br />
<strong>de</strong>l Amor que afirma el pie sobre la cabeza <strong>de</strong>l vencido viene a poner la pincelada triunfal en que se<br />
acusan los matices bélicos <strong>de</strong> «cepit» (1) , que es «translatio aut a venatione aut a bello» , y <strong>de</strong><br />
«contactum» (2) , dicho «également <strong>de</strong> celui qui a été atteint par une arme ( P. Fe<strong>de</strong>li) et par la<br />
contagion d’une maladie ou d’une folie» . 200<br />
Por culpa <strong>de</strong>l maldito Amor -prosigue la elegía-, ahora Propercio odia a las mujeres <strong>de</strong>centes y<br />
anda sin rumbo, «nullo consilio» (Petrarca <strong>de</strong>scribió a menudo el estado <strong>de</strong>l espíritu «a cui vien<br />
manco consiglio» , XXIX, 10-11 ). Ha pasado ya un año entero, y esa locura, ese «furor» , no<br />
199 Sobre la fortuna <strong>de</strong> ese y otros tópoi <strong>de</strong> los tres primeros sonetos, al margen <strong>de</strong> los prólogos latinos<br />
que ahora nos ocupan, se hallarán referencias en el artículo prometido en la n. 181.<br />
200 Aduzco, entre tantas concor<strong>de</strong>s, las explicaciones <strong>de</strong> J. Passerat, Commentarii in C. V. Catullum,<br />
A. Tibullum et S. A. Propertium , París, 1608, p. 135 a , y <strong>de</strong> P. Veyne, L’élégie érotique romaine ,<br />
París, 1983, p. 237, n. 3.<br />
116
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
<strong>de</strong>cae, antes lo constriñe a enemistarse con los dioses, «adversos habere <strong>de</strong>os» . Po<strong>de</strong>mos oír en<br />
tales versos (5-8) más <strong>de</strong> una consonancia con el Canzoniere , y notablemente con el primer soneto:<br />
no en bal<strong>de</strong> el tema <strong>de</strong> Voi ch’ascoltate es ese «instabilis furor » -en palabras <strong>de</strong>l propio Petrarca-<br />
201 que tiene al poeta extraviado en su «vaneggiar» y lo obliga a «pentersi» , consciente <strong>de</strong> su<br />
pecado, <strong>de</strong> vivir «al [ciel] pur contrastando» (LXX, 28) . 202 Pero el rasgo que a mí me llama más la<br />
atención es la referencia a «todo el año» transcurrido <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el encuentro con Cintia. Porque la elegía<br />
<strong>de</strong> Propercio resulta ser, así, un poema <strong>de</strong> aniversario.<br />
El hecho cobra relieve cuando se observa que Era il giorno , en cuya primera estrofa cabe reconocer<br />
una ceñida adaptación <strong>de</strong>l attacco <strong>de</strong> la elegía, es conmemoración <strong>de</strong>l fatídico seis <strong>de</strong> abril y pue<strong>de</strong><br />
muy bien enten<strong>de</strong>rse como inicio <strong>de</strong> la serie <strong>de</strong> las rimas <strong>de</strong> aniversario. Para M. Pastore Stocchi, no<br />
hay duda <strong>de</strong> que fue compuesto con ese <strong>de</strong>signio el 6 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1349. 203 Yo no osaría suscribir<br />
tal afirmación, pero, por mi parte, he apuntado que la unidad retórica <strong>de</strong> los cinco primeros sonetos<br />
sugiere un mismo período para la composición <strong>de</strong> todos ellos (véase infra , n. 222) y que, por tanto,<br />
la datación <strong>de</strong> Voi ch’ascoltate entre 1349 y 1350 sitúa los otros cuatro en el panorama <strong>de</strong> ese bienio.<br />
En cualquier caso, sí estoy convencido <strong>de</strong> que acierta Pastore Stocchi al insistir en que Era il giorno<br />
ha <strong>de</strong> ser posterior al 6 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1348 por cuanto «presuppone i temi più maturi <strong>de</strong>l libro» :<br />
«nello scolorire <strong>de</strong>l sole» se contiene «l’annuncio che Laura è morta» , <strong>de</strong> acuerdo con la evi<strong>de</strong>ncia<br />
<strong>de</strong> que «questa immagine <strong>de</strong>ll’astro che si spegne governa, tra la seconda parte <strong>de</strong>l canzoniere e<br />
201 «In primis opusculi varietatem instabilis furor amantium, <strong>de</strong> quo statim in principio agitur,<br />
ruditatem stili aetas excuset » ( Varie , IX ; cf. « Rime sparse », cit. , p. 110, n. 28).<br />
202 Como mostró B. L. Ullman, Studies in the Italian Renaissance , Roma, 1973 2 , pp. 177-186<br />
(últimamente, vid. también A. La Penna, L’integrazione difficile. Un profilo di Properzio , Turín,<br />
1977, pp. 254-261), el Laurenziano 36, 49 es la copia <strong>de</strong>l Propercio <strong>de</strong> Petrarca preparada por<br />
Lombardo <strong>de</strong>lla Seta para Coluccio Salutati; entre las acotaciones petrarquescas ahí reproducidas, se<br />
cuenta un «adverte» referido «at I, i, 9» (Ullman, o. c. , p. 186) , es <strong>de</strong>cir, «Milanion nullos fugiendo,<br />
Tulle, labores » . No se ve qué podía interesarle a Petrarca en tal verso para marcarlo con el «adverte»<br />
que parece más apropiado a pasajes <strong>de</strong> contenido moral e intelectual antes que erudito. En el original,<br />
ese richiamo ¿no iría <strong>de</strong>stinado al verso anterior, «cum tamen adversos cogor habere <strong>de</strong>os» ?<br />
203 M. Pastore Stocchi, «Sonetti <strong>II</strong>I e LXI» , en Lectura Petrarce , I (1981 = Memorie <strong>de</strong>lla<br />
Acca<strong>de</strong>mia Patavina di Scienze, Lettere ed Arti, Classe di Scienze Morali, Lettere ed Arti , XC<strong>II</strong>I,<br />
1980-1981), pp. 3-23; las citas siguientes, en pp. 19 y 22.<br />
117
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
il Triumphus Mortis , ogni rievocazione <strong>de</strong>ll’‘orribil caso’» . Pero si es así, como creo, y si<br />
en el carácter <strong>de</strong> aniversario es lícito discernir un eco -siquiera parcial- o un estímulo -entre otros-<br />
<strong>de</strong>l prólogo <strong>de</strong> Propercio, 204 entonces nos hallamos ante un nexo interesantísimo entre la génesis <strong>de</strong>l<br />
preámbulo constituido por los tres sonetos iniciales, en tanto conjunto unitario, y uno <strong>de</strong> los factores<br />
esenciales en la estructura total <strong>de</strong>l Canzoniere : los elementos que mol<strong>de</strong>an ese preámbulo se nos<br />
muestran significativamente acor<strong>de</strong>s con las gran<strong>de</strong>s líneas <strong>de</strong> fuerza en la disposición <strong>de</strong> los Rerum<br />
vulgarium fragmenta .<br />
Como ocurría con la epístola <strong>de</strong> Horacio, también el resto <strong>de</strong> la elegía properciana, más allá <strong>de</strong> los<br />
ocho o diez versos <strong>de</strong>l principio, se <strong>de</strong>ja relacionar con ciertos aspectos <strong>de</strong>l proemio petrarquesco.<br />
Porque el cantor <strong>de</strong> Cintia se vuelve allí a las adivinas y a los amigos para pedirles ayuda con una<br />
triple invocación que por fuerza hemos <strong>de</strong> parangonar a la <strong>de</strong> Voi ch’ascoltate : «At vos » , «Et<br />
vos » , «Vos » (19, 25, 31) . A los amigos les suplica, no «pietà» ni «perdono» , pero sí<br />
«auxilia» , al par que les reprocha que hayan tardado <strong>de</strong>masiado en «lapsum revoca re » (25-26)<br />
y los exhorta a escarmentar con su ejemplo ( «Hoc, moneo, vitate malum » , 35 ), a riesgo, si no le<br />
prestan oído, <strong>de</strong> tener que arrepentirse y recordar con pesadumbre las palabras <strong>de</strong>l poeta: «Quod si<br />
quis monitis tardas adverterit auris, / heu referet quanto verba dolore mea!» (37-38) .<br />
Ni que <strong>de</strong>cirse tiene que la analogía <strong>de</strong> peso no está ahora en la letra, sino en la orientación <strong>de</strong>l<br />
discurso. Como Voi ch’ascoltate , el poema <strong>de</strong> Propercio se dirige en buena medida a un público<br />
que escucha el relato <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>sdichas sentimentales; no un público indiferenciado, sino nutrido<br />
específicamente por «chi per prova intenda amore» , con el cual contrasta el autor su propia<br />
experiencia amorosa y <strong>de</strong>l cual espera (o lamenta) consejos, recriminaciones, «pietà» , «auxilia»<br />
: «vos, qui sero lapsum revocatis, amici» (25) .<br />
A tal luz, la elegía introductoria <strong>de</strong>l Monobiblos se nos revela como un auténtico gozne <strong>de</strong> nuestros<br />
tres sonetos. En una y otros asistimos, en verdad, a una historia substancialmente idéntica: el poeta,<br />
exento primero <strong>de</strong>l amor y luego «preso» , «legato» por los ojos <strong>de</strong> madonna -o, si se<br />
prefiere, conquistado por las armas <strong>de</strong> Cupido, que así se venga triunfalmente <strong>de</strong> las «offese» que<br />
ha soportado-, plañe el «furor» y el empecatado <strong>de</strong>sconcierto que lo han poseído <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el día en<br />
que conoció a la dama, interpelando a unos oyentes con quienes tiene o pue<strong>de</strong> tener unas vivencias<br />
204 Dadas las concomitancias arriba ( n. 190) señaladas con el épodo XI, quizá quepa atisbar a<strong>de</strong>más<br />
una concurrencia <strong>de</strong> Horacio : «Hic tertius December, ex quo <strong>de</strong>stiti / Inachia furere, silvis honorem<br />
<strong>de</strong>cutit» (5-6) .<br />
118
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
amorosas en común. En Propercio está en una proporción más que consi<strong>de</strong>rable el tríptico prologal<br />
<strong>de</strong>l Canzoniere . 205<br />
No obstante, tampoco acaba ahí la <strong>de</strong>uda <strong>de</strong> esas tres piezas para con los proemios clásicos: tras<br />
Horacio y Propercio, nada más previsible, al hilo <strong>de</strong> la cronología y <strong>de</strong>l itinerario <strong>de</strong> la lírica augustea,<br />
que tropezarnos con Ovidio. El poema inicial <strong>de</strong> los Amores muestra varios puntos <strong>de</strong> contacto con<br />
la horaciana «Intermissa, Venus» , y, como ella, viene a converger con Petrarca. Cuando Ovidio,<br />
bien lejos <strong>de</strong> cualquier preocupación erótica, se dispone a escribir una epopeya, Cupido se presenta<br />
y lo obliga a componer poesía <strong>de</strong> amor: en la forma, le arrebata un pie al segundo hexámetro, para<br />
reducirlo al pentámetro <strong>de</strong> los elegíacos; y como Ovidio no tiene materia ( «aut puer aut puella »<br />
) para esos versos frívolos, «numeris levioribus» (I, i, 19-20) , el pícaro diosecillo, «in exitium<br />
meum» (22) , toma unas saetas <strong>de</strong>l carcaj y, tensando el arco vigorosamente, se las clava en el<br />
corazón. Y el poeta, antes libre, ar<strong>de</strong> ya <strong>de</strong> pasión: «Uror, et in vacuo pectore regnat Amor» (26) .<br />
A esa primera elegía sigue inmediatamente otra que es su prolongación natural o, según se mire,<br />
una nueva versión <strong>de</strong>l mismo motivo central. Ovidio no sabe por qué la cama se le antoja tan dura,<br />
por qué no logra dormir. Se lo explicaría «siquo temptarer amore» (I, ii, 5) . Pero ¿no será que el<br />
amor se ha introducido en él furtiva, disimuladamente, «tecta arte» (6) ? Sí, sin duda: las flechas <strong>de</strong><br />
Cupido se le han hincado en el corazón, ha caído en manos <strong>de</strong>l Amor. «Haeserunt tenues in cor<strong>de</strong><br />
sagittae / et possessa ferus pectora versat Amor» (7-8) . ¿Qué hacer, pues? ¿Entregarse o resistir,<br />
«luctando» ? «Cedamus» . Mejor rendirse sin batalla, reconocerse presa <strong>de</strong>l Amor. «Tua sum<br />
nova praeda, Cupido» (19) . En todo caso, no es una victoria gloriosa vencer con armas a quien va<br />
<strong>de</strong>sarmado: «Nec tibi laus armis victus inermis ero» (22) . Ya pue<strong>de</strong> el dios celebrar su triunfo. En el<br />
cortejo marchará el poeta, con su herida reciente, «et nova captiva vincula mente feram» (30) . Con<br />
él <strong>de</strong>sfilarán también las virtu<strong>de</strong>s a quienes el Amor humilla, «Mens Bona et Pudor» (31-32) , y los<br />
males que siempre lo acompañan, «Error Furorque» (35) . «His tu militibus superas hominesque<br />
<strong>de</strong>osque » (37) .<br />
Nunca ha <strong>de</strong>jado <strong>de</strong> advertirse que en los tercetos <strong>de</strong> Era il giorno hay una puntual <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia<br />
<strong>de</strong>l verso 22 <strong>de</strong> la segunda elegía:<br />
205 Sobre la «lettura attenta» que Petrarca hizo <strong>de</strong> Propercio, hay preciosas indicaciones en<br />
G. Martellotti, «Precisazioni intorno alla <strong>de</strong>cima egloga» (1972), ahora en sus póstumos Scritti<br />
petrarcheschi , ed. M. Feo y S. Rizzo, Padua, 1983, pp. 384-402.<br />
119
Trovommi Amor <strong>de</strong>l tutto disarmato<br />
però al mio parer non li fu honore<br />
ferir me <strong>de</strong> saetta in quello stato<br />
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
Pero es necesario añadir que tan diáfana adaptación no respon<strong>de</strong> al uso ocasional, aislado, <strong>de</strong> una<br />
sentencia o res memoranda , según a menudo lo documentamos en las «rime sparse» , 206 antes<br />
bien constituye la cita literal en que viene a concretarse un múltiple ligamen semántico con la serie<br />
<strong>de</strong> los dos poemas ovidianos.<br />
No se nos escape, por ejemplo, que si la primera elegía discurre -tal Voi ch’ascoltate - sobre los<br />
«numeri levior es » (19) que a continuación se ofrecen en el libro, también en ella se esboza en qué<br />
modo «Amor l’arco riprese» (<strong>II</strong>, 3) , tan «celatamente» ( ibid. ) , tan a la manera <strong>de</strong> «huom ch’a<br />
nocer luogo et tempo aspetta» (<strong>II</strong>, 4) , como precisa la segunda elegía: «tecta callidus arte nocet »<br />
(6) . 207 La complementariedad <strong>de</strong> los dos poemas <strong>de</strong> Ovidio es llamativamente similar a la <strong>de</strong> Per<br />
fare y Era il giorno , con la doble versión <strong>de</strong>l lance <strong>de</strong>l asalto y las flechas <strong>de</strong> Cupido que se le clavan<br />
al protagonista «in cor<strong>de</strong>» (I, ii, 7) . Por otro lado, en la segunda elegía «non manca l’accenno<br />
alla battaglia che <strong>de</strong>ve aver preceduto il trionfo: ne danno testimonianza le virtù contro cui Amore ha<br />
dovuto combattere e che ora sono su prigioniere» , es <strong>de</strong>cir, «Mens Bona et Pudor» (31-32) . 208<br />
Mas, en la <strong>de</strong>sdichada batalla que se esboza en Per fare , Francesco cuenta asimismo con dos aliados:<br />
«la mia virtute» y la Razón, en cuyo «proggio faticoso et alto» no le da tiempo a buscar refugio.<br />
209 Junto a «Mens Bona et Pudor» , se ve aún a dos «milit es » <strong>de</strong>l Amor tan conspicuos como<br />
206 Véanse últimamente los ejemplos finamente comentados por M. Feo, «Petrarca ovvero<br />
l’avanguardia <strong>de</strong>l Trecento» , Qua<strong>de</strong>rni petrarcheschi , I (1983), pp. 1-22 (12-13), y por M. Santagata,<br />
«Prestilnovisti in Petrarca» , Studi petrarcheschi , <strong>II</strong> (1985), pp. 85-129 (92-93), sin olvidar las páginas<br />
clásicas <strong>de</strong> U. Bosco, Francesco Petrarca , Bari, 1961 2 , pp. 132-143.<br />
207 De la lectura vulgata, «tecta» , se apartan sólo dos códices, que traen respectivamente «secta»<br />
y «tacita» . Vid. la edición oxoniense <strong>de</strong> E. J. Kenney, 1961, p. 6, ad loc.<br />
208 Es observación <strong>de</strong> G. Martellotti, «Il “triumphus Cupidinis” in Ovidio e nel Petrarca» (1978),<br />
en Scritti petrarcheschi , pp. 517-524 (519) .<br />
209 Sobre la fortaleza <strong>de</strong> la Razón, alegoría muy gustada por Petrarca, cf. Lectura <strong>de</strong>l «Secretum» ,<br />
cit. , pp. 206, n. 273, y 236, n. 360. Des<strong>de</strong> los comentaristas antiguos se ha dudado si enten<strong>de</strong>r «la mia<br />
virtute» como referido a una virtud en concreto ( «la temperanza» , Castelvetro; «buona intenzione» ,<br />
120
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
«Error Furorque» (35) , mientras bien sabemos que Voi ch’ascoltate llora el «giovenile errore»<br />
210 y el «instabilis furor» ( vid. n. 201) <strong>de</strong>l poeta. En fin, la culminación <strong>de</strong> la segunda elegía es<br />
un espectacular triumphus Cupidinis (sólo insinuado en «Intermissa, Venus» y en el prólogo <strong>de</strong><br />
Propercio), 211 con Ovidio, herido y enca<strong>de</strong>nado, como «nova praeda» , «praeda recens» (19,<br />
29) . Y en Era il giorno cumple i<strong>de</strong>ntificar una alusión al <strong>de</strong>preciado «honore» triunfal (<strong>II</strong>I, 12)<br />
que al dios correspon<strong>de</strong> por haber <strong>de</strong>jado «preso» y «lega to » a Petrarca al «ferir[lo] <strong>de</strong><br />
saetta» cuando andaba «disarmato» y ni soñaba en presentar resistencia. Pues no se olvi<strong>de</strong>, claro<br />
está, que la alusión se formula con las palabras <strong>de</strong>l propio Ovidio a idéntico propósito; y que, a su<br />
vez, la reminiscencia <strong>de</strong>l triumphus Cupidinis <strong>de</strong> la segunda elegía retorna con la evocación, en el<br />
mismo Canzoniere , <strong>de</strong>l episodio narrado en Per fare y en Era il giorno , 212 y, obviamente, presi<strong>de</strong><br />
la entera visión situada en otro aniversario <strong>de</strong>l seis <strong>de</strong> abril: «Al tempo che rinova i mie’ sospiri / per<br />
la dolce memoria di quel giorno » . 213 El doble preámbulo a los Amores se trasluce limpiamente<br />
en el umbral <strong>de</strong> los Rerum vulgarium fragmenta .<br />
Pagello, etc. ) o en el sentido <strong>de</strong> «forza» (Biagioli). El paralelo ovidiano podría dar cierto sustento<br />
a la primera opinión, tanto más cuanto que «le due figure, di Mens Bona e Pudor , hanno qualche<br />
somiglianza con alcune <strong>de</strong>lle ‘Virtuti’ che, tenendosi ‘per mano a due a due’, scendono in campo a<br />
sostenere Laura nel suo combattimento contro Amore, sia con la prima coppia Onestate e Vergogna,<br />
sia con la seconda, Senno e Mo<strong>de</strong>stia ( Triumphus Pudicitie , 79, 82)» (Martellotti, o. c. , p. 520) .<br />
Tiendo a inclinarme por la segunda posibilidad, pero sospechando en «virtute» mayor trasfondo<br />
stilnovista <strong>de</strong>l que suele señalarse.<br />
210 En mis acotaciones sobre ese «errore» (« Rime sparse », cit. , pp. 123-128), olvidé aducir el<br />
pasaje ovidiano ahora subrayado.<br />
211 Por su parte, Propercio reforzaba el «caput impositis pressit Amor pedibus» <strong>de</strong> I, i, 4 , con el<br />
«mirum, si <strong>de</strong> me iure triumphat Amor?» <strong>de</strong> <strong>II</strong>, viii, 40 .<br />
212 V. gr. , en CCXXXIX, 19-21 : «Homini et dèi solea vincer per forza / Amor, come si legge in<br />
prose e ‘n versi: / et io ‘l provai in sul primo <strong>de</strong>’ fiori» ; cf. el prólogo <strong>de</strong> Marco Ariani a su excelente<br />
edición <strong>de</strong> los Triumphi , Milán, 1988, pp. 46-48.<br />
213 Baste remitir al citado artículo <strong>de</strong> Martellotti y a las ricas notas <strong>de</strong> la edición <strong>de</strong> Ariani.<br />
121
<strong>II</strong><br />
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
La tediosa confrontación que antece<strong>de</strong> <strong>de</strong>biera <strong>de</strong>jar más allá <strong>de</strong> cualquier duda que los tres primeros<br />
sonetos <strong>de</strong>l Canzoniere reflejan los poemas prologales <strong>de</strong> las Epístolas y el libro cuarto <strong>de</strong> las Odas<br />
horacianas, el Monobiblos <strong>de</strong> Propercio y los Amores <strong>de</strong> Ovidio. Pero igualmente es obvio que ese<br />
reflejo no se produce según los mecanismos más habituales ( supra , n. 206), cuando unas estrofas<br />
<strong>de</strong> Horacio <strong>de</strong>ci<strong>de</strong>n la andadura <strong>de</strong> toda una pieza (CXLV), una cita <strong>de</strong> Lutacio Catulo (en Aulo<br />
Gelio) encarrila una canción (CCLXV<strong>II</strong>I), un verso <strong>de</strong> Arnaut Daniel presi<strong>de</strong> la elaboración <strong>de</strong> un<br />
soneto (CCLXV), etc., etc. En nuestro caso, el vínculo es <strong>de</strong> otro or<strong>de</strong>n, y sólo llegamos a apreciarlo<br />
<strong>de</strong>bidamente si consi<strong>de</strong>ramos los tres sonetos como una unidad bien cohesionada y la comparamos<br />
globalmente con los prólogos clásicos en tanto conjunto también unitario.<br />
Verdad es que en varios momentos la relación entre las dos series <strong>de</strong> textos tiene un fuerte<br />
componente literal: «era in parte altr’uom da quel ch’i’sono» está muy cerca <strong>de</strong> «non sum qualis<br />
eram» y <strong>de</strong> «non ea<strong>de</strong>m est aetas, non mens» ; «i be’vostr’occhi mi legaro» es fiel reformulación<br />
<strong>de</strong> «me cepit ocellis» ; «non li fu honore ferir me» «disarmato» reproduce con mínimo cambio<br />
«nec tibi laus armis victus inermis ero» . La mayoría <strong>de</strong> las veces, sin embargo, el nexo es menos<br />
nítido y consiste sobre todo en coinci<strong>de</strong>ncias temáticas, en afinidad <strong>de</strong> situaciones, actitu<strong>de</strong>s, tonos,<br />
que Petrarca toma como punto <strong>de</strong> partida y recrea con acento personalísimo. No por ello disminuye<br />
la certeza <strong>de</strong>l parentesco. Notemos un dato <strong>de</strong> especial relevancia: con una solitaria excepción, los<br />
prólogos clásicos muestran sólidos enlaces con más <strong>de</strong> un soneto, y aun en general con los tres. La<br />
excepción, que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego confirma la regla, es la epístola introductoria <strong>de</strong> Horacio, rica en contactos<br />
con Voi ch’ascoltate , pero sin nada que ver con Per fare ni con Era il giorno . «Intermissa,<br />
Venus» , aunque vuelta primordialmente hacia el primer soneto, concuerda ya en un motivo central<br />
-los «bella» triunfales que la divinidad erótica <strong>de</strong>clara al poeta- con el segundo y con el tercero.<br />
A estos dos, a su vez, miran mayormente los preámbulos <strong>de</strong> Propercio y Ovidio, mas sin que tal<br />
orientación los <strong>de</strong>sligue por completo <strong>de</strong> Voi ch’ascoltate : y el <strong>de</strong>l Monobiblos , en particular,<br />
constituye un auténtico eje <strong>de</strong> todo el tríptico. Las influencias latinas, pues, se distribuyen se diría que<br />
equilibradamente a lo largo <strong>de</strong> los tres sonetos.<br />
La explicación <strong>de</strong> tal singularidad es sencilla: Petrarca contempló los prólogos clásicos como<br />
unificados por ciertos comunes <strong>de</strong>nominadores, y unitariamente les dio réplica en los sonetos<br />
iniciales. De ahí la circunstancia, poco frecuente, <strong>de</strong> que nunca hayamos <strong>de</strong> optar entre diversas<br />
«fuentes» posibles. Por el contrario, cuando varios <strong>de</strong> los mo<strong>de</strong>los augusteos ofrecen unos ingredientes<br />
122
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
equiparables, compren<strong>de</strong>mos que unos préstamos confirman los otros -en vez <strong>de</strong> excluirlos-, que todos<br />
ellos se suman para confluir en los textos <strong>de</strong>l florentino. En otras palabras: Petrarca imitó menos<br />
los individuos que la especie, menos cada uno <strong>de</strong> los prólogos que los rasgos que a sus ojos los<br />
aglutinaban.<br />
El factor esencial a ese propósito es también el más simple y el más obvio: las composiciones <strong>de</strong><br />
Horacio, Propercio y Ovidio que inspiran las tres primeras «rime sparse» son siempre, y con<br />
marcado carácter, prólogos a colecciones poéticas (o, en un caso, el <strong>de</strong> «Intermissa, Venus» , al<br />
libro con más entidad y autonomía <strong>de</strong> una colección poética), fundamentalmente <strong>de</strong> lírica amorosa<br />
(ahora con la única salvedad <strong>de</strong> las Epístolas ). Y todavía conviene reseñar un hecho notablemente<br />
significativo: nuestros sonetos tien<strong>de</strong>n a ceñirse al attacco <strong>de</strong> los <strong>de</strong>chados clásicos. Des<strong>de</strong> luego, la<br />
afirmación no vale para los Amores , en cuyo doble prefacio Petrarca espiga más libremente, sea a<br />
la letra, sea en el espíritu. Pero en la epístola horaciana, en «Intermissa, Venus» , en la elegía <strong>de</strong><br />
Propercio, y pese a no <strong>de</strong>s<strong>de</strong>ñar otros materiales, se atiene sobre todo al incipit propiamente dicho:<br />
los once primeros versos <strong>de</strong> la epístola, los ocho <strong>de</strong> la oda, los ocho <strong>de</strong> la elegía, casi como recortando<br />
los límites <strong>de</strong> un soneto.<br />
Como arriba he apuntado, las concomitancias en los temas y en las interpretaciones se vuelven<br />
extraordinariamente visibles gracias a la i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong> posición. Los asuntos y los atteggiamenti<br />
reelaborados en el tríptico inicial <strong>de</strong>l Canzoniere no fueron exclusivos <strong>de</strong> Horacio, Propercio y<br />
Ovidio. Pero sí son éstos quienes enseñaron a Petrarca a utilizarlos ni más ni menos que en cabeza<br />
<strong>de</strong> una raccolta lírica. Petrarca observó que varios elementos se repetían en los poetas romanos<br />
precisamente en tal lugar; y con esas y otras sugerencias <strong>de</strong> los prefacios clásicos, contaminándolos,<br />
fabricó un arquetipo, mixto, al que respon<strong>de</strong>n, en bloque, Voi ch’ascoltate , Per fare y Era il giorno .<br />
Nos encontramos, pues, ante un caso <strong>de</strong> imitación plenamente <strong>de</strong>liberada, programática: <strong>de</strong> todo el<br />
caudal <strong>de</strong> la literatura latina, Petrarca se fijó en cinco poemas prologales, principalmente <strong>de</strong> canzonieri<br />
comparables al suyo, y concibió los tres primeros rerum vulgarium fragmenta <strong>de</strong> suerte que formaran<br />
serie con ellos, que obe<strong>de</strong>cieran a pautas compartidas por los proemios clásicos. 214 No es un fruto <strong>de</strong>l<br />
214 Sólo una perspectiva anacrónica podría hacernos olvidar que las raccolte líricas cuyos prólogos<br />
aprovecha Petrarca representan una importante proporción <strong>de</strong>l total que efectivamente conocía. Para<br />
elegir aquéllos, a<strong>de</strong>más, es probable que repasara y <strong>de</strong>scartara otros. Alguna vez se ha apuntado que<br />
el sintagma «rime sparse» , en el primer soneto, acarrea unas connotaciones <strong>de</strong> mo<strong>de</strong>stia similares a<br />
las <strong>de</strong> «nuge» o «nugelle» cuando se refieren al Canzoniere (por ejemplo, en Variae , IX, junto a una<br />
123
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
azar, <strong>de</strong> asociaciones o rememoraciones inconscientes, sino una operación cuidadosamente preparada<br />
y ejecutada. Por supuesto, se trataba <strong>de</strong> piezas familiarísimas, que en gran medida Petrarca <strong>de</strong>bía saber<br />
<strong>de</strong> memoria. Pero no es aceptable que al ir componiendo los tres sonetos dispersa y saltuariamente<br />
-según mantenía la vieja crítica- se le vinieran una y otra vez a la mente los prólogos en cuestión,<br />
<strong>de</strong> modo que el resultado, por pura casualidad, fuera una tríada aglutinada en tan alto grado por<br />
la evocación sistemática <strong>de</strong> esos textos clásicos. No. La concentración <strong>de</strong> reminiscencias <strong>de</strong> los<br />
prólogos latinos revela que Petrarca los seleccionó y los estudió minuciosa y metódicamente. Con una<br />
finalidad concreta, por tanto, con un objetivo bien <strong>de</strong>finido. Que no pue<strong>de</strong> ser sino el que el cotejo<br />
<strong>de</strong> coinci<strong>de</strong>ncias pone <strong>de</strong> manifiesto: articular un complejo prólogo al Canzoniere <strong>de</strong> acuerdo con<br />
los patrones que le sugerían las raccolte líricas <strong>de</strong> la Antigüedad. A la célebre pregunta <strong>de</strong> Roland<br />
Barthes, «Par où commencer?» , Petrarca habría contestado: «Por don<strong>de</strong> comenzaron los maestros<br />
romanos». La <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong> releer y meditar los prólogos antiguos y la <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong> elaborar un prólogo<br />
a las «rime sparse» tuvieron que ser para él una misma cosa.<br />
paráfrasis <strong>de</strong> Voi ch’ascoltate ; vid. supra , n. 201), a zaga <strong>de</strong> Horacio, Sátiras , I, ix, 2, y Epístolas ,<br />
I, xix, 42 ( cf. G. Billanovich, Petrarca letterato , I: Lo scrittoio <strong>de</strong>l Petrarca , Roma, 1947, p. 14, n.<br />
1). Pero, si los tiros fueran realmente por ahí, quizá convendría mejor recordar que «nugae» llama<br />
Catulo a sus poesías exactamente en el pórtico <strong>de</strong> su «libellus» , I, 4, con un verso que Petrarca no<br />
dudó en aplicar a sus propios escritos ( Seniles , XI, iii, en Opera... , Basilea, 1554, p. 978); y no<br />
sobraría recoger el incipit <strong>de</strong>l Griphus <strong>de</strong> Ausonio , «Latebat inter nugas meas libellus ignobilis » , ni<br />
una frase <strong>de</strong>l prefacio en prosa al Cento nuptialis <strong>de</strong>l mismo autor: «Solae memoriae negotium sparsa<br />
colligere et integrare lacerata » . Por lo menos, es seguro que Petrarca estudiaba la obra <strong>de</strong> Catulo<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong> los problemas que suscitaba el prólogo <strong>de</strong>l Canzoniere (volveré sobre ello<br />
en el trabajo anunciado en la n. 181). A propósito <strong>de</strong> un escolio <strong>de</strong> Servio sobre el uso poético <strong>de</strong><br />
empezar «a mediis» , el humanista escribe: «Quem morem omnes in poetando sequimur, artificiali<br />
quem dicunt ordine gau<strong>de</strong>ntes; naturalis enim est ystoricorum proprius» ; y posteriormente aña<strong>de</strong>:<br />
«Hoc signanter servat Catullus in Peplon » , i. e. , en el poema LXIV (Virgilio Ambrosiano, fol. 52,<br />
y P. <strong>de</strong> Nolhac, Pétrarque et l’humanisme , París, 1907 2 , I, pp. 167-168; la primera parte <strong>de</strong> la glosa<br />
me parece <strong>de</strong> hacia 1338-1340, mientras la segunda <strong>de</strong>be <strong>de</strong> ser <strong>de</strong> 1348-1350). Es sabido que nuestro<br />
humanista sólo había leído a Tibulo en florilegios; llama la atención, pues, que las dos huellas más<br />
seguras entre las escasísimas que esa lectura <strong>de</strong>jó en su producción provengan <strong>de</strong> la primera elegía <strong>de</strong>l<br />
poeta latino ( cf. Ullman, o. c. , pp. 188-189, y compárese G. Martellotti, ed. , Laurea occi<strong>de</strong>ns , Roma,<br />
pp. 43 y 66). Vid. también la propuesta <strong>de</strong> M. Feo recogida en « Rime sparse », cit. , p. 124, n. 72.<br />
124
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
Claro está, insistamos, que en el pórtico <strong>de</strong> los Rerum vulgarium fragmenta no todo proce<strong>de</strong> <strong>de</strong><br />
los proemios clásicos. Los motivos allí utilizados habían hecho en varios casos un largo camino por la<br />
tradición mediolatina y romance ( vid. supra , n. 199). Petrarca podía reiterarlos con tranquilidad<br />
en un lugar tan <strong>de</strong>stacado, porque los sabía ennoblecidos por las raíces antiguas a que siempre se<br />
remontaba con complacencia. La palinodia <strong>de</strong> los extravíos juveniles puesta al frente <strong>de</strong> una colección<br />
<strong>de</strong> poemas, como en Horacio y en Voi ch’ascoltate , no era insólita en la literatura cristiana, cuando<br />
menos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Pru<strong>de</strong>ncio; 215 el asalto <strong>de</strong> Cupido, al modo <strong>de</strong> Propercio, Ovidio, Per fare y Era il<br />
giorno , tenía cierto curso entre los trovadores, amplia presencia en el roman francés, y uso y abuso<br />
en los stilnovisti . Ahora bien, para Petrarca, en una medida capital, escribir poesía en vulgar no<br />
significaba sino celebrar esos encuentros <strong>de</strong> la cultura clásica con la espiritualidad en que se había<br />
criado y con el único lenguaje lírico que podía sentir como suyo propio. Del mismo modo que las<br />
resonancias <strong>de</strong> Horacio, Propercio y Ovidio se refuerzan y no se anulan en los tres primeros sonetos,<br />
los ecos medievales se les fun<strong>de</strong>n con absoluta naturalidad, y el «argumento <strong>de</strong> la obra» viene a ser<br />
el concertarse <strong>de</strong> unas y otros.<br />
En una poética tan exigentemente formalista como la cortés, la adhesión a <strong>de</strong>terminadas<br />
acuñaciones era patente <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntidad y <strong>de</strong> inteligibilidad. El Cupido ovidiano, por ejemplo, clavaba<br />
sus saetas «in cor<strong>de</strong>» (I, ii, 7) , pero ya el <strong>de</strong>l Eneas , recuperando una moda alejandrina, las hacía<br />
entrar «en l’oil» para «el cuer coler» (8159-62) , y el Roman <strong>de</strong> la Rose (1692, 1741) e Il Fiore<br />
(I, 9-10) precisaban: «per li occhi il core / mi passò» . Giacomo da Lentini ( «per gli occhi mi<br />
pass’a lo core» ), Guinizzelli ( «gli occhi no ’l ritenner di neente, / ma passò [lo colpo] <strong>de</strong>ntr’al cor»<br />
), Cavalcanti ( «per li occhi mi passaste ’l core» ), el Dante <strong>de</strong> la Vita Nuova y <strong>de</strong> sus ensayos<br />
( «che da [fier] per li occhi una dolcezza al core» ), tantos y tantos, consolidaron la imagen <strong>de</strong>l<br />
ataque <strong>de</strong>l dios en una troquelación que implicaba una física y una metafísica <strong>de</strong>l amor. Así, en el<br />
mismo soneto en que calcaba ceñidamente otros momentos <strong>de</strong> la elegía <strong>de</strong> Ovidio, Petrarca, a quien<br />
también Propercio enseñaba que «oculi sunt in amore duces» (<strong>II</strong>, xv, 12) , no sabía ni quería dar<br />
215 A veces, la similitud con Petrarca es tan curiosa como en la introducción <strong>de</strong> Marbodio al Liber<br />
<strong>de</strong>cem capitulorum : «Quae iuvenis scripsi, senior dum plura retracto, / poenitet » , etc. etc. ( PL ,<br />
171, cols. 1693-1694) ; pero vid. también Ecbasis cuiusdam captivi , ed. E. H. Zey<strong>de</strong>l, Chapel Hill,<br />
1964, p. 22 : «Cum me respicio transactaque tempora volvo, / <strong>de</strong> multis miror puerilis que vehit error<br />
» (y cf. mi Primera cuarentena , Barcelona, 1982, pp. 69-70).<br />
125
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
al «in cor<strong>de</strong>» otro equivalente que el <strong>de</strong>limitado por el topos trovadoresco: «aperta la via per<br />
gli occhi al core» (<strong>II</strong>I, 10) .<br />
Si el medido empleo <strong>de</strong> un vocabulario, una sintaxis o unos giros convencionales no hubieran hecho<br />
patente el entronque <strong>de</strong>l Canzoniere con la estirpe surgida <strong>de</strong> Provenza y aclamada «apud Siculos»<br />
( Familiares , I, i, 6) , las «rime» petrarquescas no habrían cambiado la historia <strong>de</strong> la poesía europea.<br />
Para llevarla por otros caminos, para darle el nuevo empaque que aportaba el clasicismo y abrirla a<br />
una sensibilidad distinta, Petrarca tenía que estar <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> ella, no salirse enteramente <strong>de</strong> los cauces<br />
ordinarios. El recurso a una lengua poética vigorosamente caracterizada no pue<strong>de</strong>, pues, ocultarnos<br />
la hondura <strong>de</strong> los préstamos clásicos: 216 no sólo hay que reconocerlos <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> formulaciones <strong>de</strong><br />
raigambre medieval, sino que urge percatarse <strong>de</strong> que esa conciliación <strong>de</strong> tradiciones es una <strong>de</strong> las<br />
razones vitales <strong>de</strong> los Rerum vulgarium fragmenta . La <strong>de</strong>uda <strong>de</strong> los tres primeros sonetos para con<br />
los proemios latinos constituye quizá la muestra más intencionada <strong>de</strong> tal actitud <strong>de</strong> concordia y se<br />
cuenta también entre los hechos más reveladores en otros sentidos.<br />
En efecto, el cuidadoso y consecuente estudio <strong>de</strong> los mo<strong>de</strong>los antiguos que revelan Voi ch’ascoltate<br />
, Per fare y Era il giorno , por un lado, y, por otro, el hecho <strong>de</strong> que las reminiscencias <strong>de</strong> aquellos se<br />
extiendan a lo largo <strong>de</strong> los tres sonetos implican que Petrarca los planeó como un conjunto coherente<br />
y los escribió (o por lo menos los esbozó) <strong>de</strong> una vez, en un breve espacio <strong>de</strong> tiempo. La crítica <strong>de</strong><br />
antaño, convencida <strong>de</strong> que el presente <strong>de</strong>l texto no podía ser sino el presente <strong>de</strong>l contexto, daba por<br />
supuesto que Per fare y Era il giorno fueron redactados «soon after the enamorment» : 217 al llegar<br />
a casa -se diría-, <strong>de</strong> vuelta <strong>de</strong> la iglesia <strong>de</strong> Santa Clara <strong>de</strong> Aviñón... Pero la peculiar impregnación<br />
clásica que las tres primeras «rime sparse» comparten y se distribuyen equilibradamente parece<br />
asegurar que la i<strong>de</strong>ación y aun la composición <strong>de</strong> las tres <strong>de</strong>bieron realizarse en un mismo período,<br />
216 Justamente escribe ahora Marco Santagata : «Ormai siamo abituati alla complessità <strong>de</strong>lla<br />
memoria di Petrarca, a riconoscere le stratificazioni anche numerose che possono sottostare ad un<br />
singolo passo, a muoverci fra segnali solo in apparenza interpretabili univocamente» ; y justamente<br />
corrobora tal juicio con una buena selección <strong>de</strong> versos petrarquescos que compaginan estereotipos<br />
romances con materiales clásicos y bíblicos ( «Prestilnovisti in Petrarca» , cit. , pp. 92-99) .<br />
217 E. H. Wilkins, The Making of the «Canzoniere» and Other Petrarchan Studies , Roma, 1951,<br />
p. 314. Enfoques análogamente simplistas siguen lastrando la crítica petrarquesca; vid. «Sobre la<br />
cronología <strong>de</strong>l Secretum : las viejas leyendas y el fantasma nuevo <strong>de</strong> un lapsus bíblico», Studi<br />
petrarcheschi , I (1984), pp. 51-102, especialmente 69.<br />
126
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
en un lapso relativamente corto. Por fortuna, disponemos <strong>de</strong> un punto <strong>de</strong> referencia bastante firme<br />
para <strong>de</strong>slindar ese momento: todos los indicios colocan Voi ch’ascoltate en 1350 o, si acaso, en las<br />
postrimerías <strong>de</strong> 1349. Pero incluso sin aten<strong>de</strong>r a otros vínculos <strong>de</strong>l soneto inicial con los cuatro que<br />
lo siguen, la común <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l tríptico prologal <strong>de</strong>l Canzoniere respecto a sus ‘fuentes’ sitúa<br />
también Per fare y Era il giorno en el horizonte <strong>de</strong> 1349 o, especialmente, 1350.<br />
La conclusión no sólo tiene un alto grado <strong>de</strong> probabilidad, creo yo, para la concepción y el borrador<br />
<strong>de</strong> los tres sonetos, sino que verosímilmente vale asimismo para la etapa principal <strong>de</strong> la ejecución.<br />
Des<strong>de</strong> luego, no es posible averiguar cuánto tardó Petrarca en darles la forma <strong>de</strong>finitiva -<strong>de</strong> sobra<br />
sabemos que otras veces le costó media vida-, pero me inclino a pensar que no fue <strong>de</strong>masiado. 218<br />
Para esa conjetura, no atiendo tanto a la presencia <strong>de</strong> nuestros poemas en el Canzoniere Chigiano<br />
-la princeps <strong>de</strong>l Canzoniere -, en los aledaños <strong>de</strong>l 1360, 219 cuanto a la concentración y la<br />
regularidad <strong>de</strong> los ecos clásicos que en ellos se oyen y que difícilmente se hubieran mantenido en<br />
un largo proceso <strong>de</strong> elaboración. Un razonamiento parejo sustenta la opinión <strong>de</strong> que ninguno <strong>de</strong> los<br />
tres sonetos tenía entidad digna <strong>de</strong> consi<strong>de</strong>ración a nuestro propósito antes <strong>de</strong> que Petrarca tomara<br />
la <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong> construir un prólogo al Canzoniere a zaga <strong>de</strong> los poetas augusteos. Vale <strong>de</strong>cir:<br />
ninguno pue<strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rarse rimaneggiamento <strong>de</strong> un soneto previo. Cabe, obviamente, que Petrarca<br />
218 Minúsculas son las variantes <strong>de</strong> Voi ch’ascoltate atestiguadas en las Prose <strong>de</strong>lla volgar lingua<br />
( cf. « Rime sparse », p. 121, n. 61), por más que el Bembo quería mostrar que Petrarca «mutava<br />
e rimutava» sus originales: tal vez cabe interpretar el hecho en el sentido <strong>de</strong> que el poema alcanzó<br />
pronto la fisonomía con que hoy lo conocemos. Los pretendidos «luochi mutati» en los sonetos <strong>II</strong><br />
y <strong>II</strong>I que mencionan Fausto y Becca<strong>de</strong>lli ( ed. G. Frasso, Studi su i «Rerum vulgarium fragmenta»<br />
e i «Triumphi» , Padua, 1983, I, pp. 78-79) son supercherías transparentes (para salvar supuestas<br />
incongruencias; cf. n. 221), pese a la <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> B. Martinelli, « “Feria sexta aprilis” . La data sacra<br />
nel Canzoniere <strong>de</strong>l Petrarca» (1972), en Petrarca e il Ventoso , Bérgamo, 1977, p. 119.<br />
219 Cf. sólo D. De Robertis, Il codice Chigiano L.V. 176 autografo di Giovanni Boccaccio , Roma-<br />
Florencia, 1974, pp. 47-61. Sin duda existió una raccolta preliminar a la Chigiana, aunque entiendo<br />
que <strong>de</strong>ben introducirse no pocos retoques en la reconstrucción por Wilkins, o. c. , pp. 92-106, 153-158 ,<br />
<strong>de</strong> la que él creía «the third or Pre-Chigi or Correggio form of the Canzoniere : 1356-1358» ; pero<br />
ahora únicamente reparo en los textos conservados.<br />
127
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
utilizara i<strong>de</strong>as, iuncturae y hasta algún verso <strong>de</strong> composiciones anteriores. 220 Pero la integración<br />
<strong>de</strong> las tres piezas inaugurales en el conjunto <strong>de</strong>terminado por los ejemplos latinos es tan maciza,<br />
vista precisamente con la óptica <strong>de</strong> esa inspiración, que obliga a postular que cualquier material<br />
preexistente, para ser aprovechado, tendría que haberse sometido a una mutación substancial: se<br />
trataría <strong>de</strong> una metamorfosis tan profunda, la que lo ajustara a las líneas maestras <strong>de</strong> la secuencia<br />
proemial, que no podríamos hablar <strong>de</strong> rimaneggiamento , sino <strong>de</strong> simple supervivencia <strong>de</strong> retazos<br />
verbales. 221 La realidad es <strong>de</strong>masiado compleja, <strong>de</strong>masiado escurridiza, para confiar en aferrarla<br />
ciertamente con nuestros instrumentos <strong>de</strong> observación. Nadie más convencido que yo <strong>de</strong> la fuerza <strong>de</strong>l<br />
azar. Pero en historia no nos queda otro remedio que proce<strong>de</strong>r como si no hubiera azares. Con los<br />
220 Esa podría ser la causa <strong>de</strong> que tan experto catador como Marco Santagata sienta que Per fare es<br />
obra <strong>de</strong> juventud; cf. «Petrarca e Arnaut Daniel» , cit. , p. 49, n. 16.<br />
221 Sin embargo, nótese la íntima conexión sintáctica <strong>de</strong> <strong>II</strong>, 5-9 y <strong>II</strong>I, 1-6 : Era al / per / quando /<br />
però (Santagata, Dal sonetto al “Canzoniere” , cit. , pp. 25-26); ese modo <strong>de</strong> realizar variaciones sobre<br />
un mismo esquema insinúa que el trabajo en un soneto estuvo muy cercano al trabajo en el otro: nos<br />
las habemos con nexos <strong>de</strong> los que «non dipendono dalla (eventualmente coinci<strong>de</strong>nte) sistemazione<br />
finale, ma dagli accostamenti che si stabiliscono nella fase preparatoria» (De Robertis, «Contiguità e<br />
selezione» , cit. , p. 60) . Ya los comentaristas antiguos quisieron <strong>de</strong>nunciar discrepancias entre Per fare<br />
y Era il giorno a cuenta <strong>de</strong>l «disarmato» <strong>de</strong> <strong>II</strong>I, 9, frente al <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> <strong>II</strong>, 5 ss. Pero es inadmisible que<br />
en posición tan sobresaliente Petrarca tolerara una incongruencia como la que aquéllos imaginaban:<br />
las ligeras inconsecuencias lógicas que puedan sospecharse ( «<strong>de</strong>l resto, a ben guardare, il senso è<br />
press’a poco il me<strong>de</strong>simo sempre» , apostillaba a Chiòrboli, ed. c. , p. 5 ) tenían que entrar en los<br />
márgenes aceptables para esas ‘variaciones sobre un mismo esquema’ a que me he referido y que, en<br />
la pareja <strong>de</strong> <strong>II</strong> y <strong>II</strong>I, estaban estimuladas por el paralelo <strong>de</strong> Amores , I, i y ii ( cf. supra , I, al final).<br />
Como sea, las presuntas contradicciones <strong>de</strong> <strong>II</strong> y <strong>II</strong>I nada arguyen contra la cronología aquí propuesta.<br />
Si no, ¿cuántas etapas mal enlazadas habría que presumir para la redacción <strong>de</strong> Per fare ? Pues, como<br />
<strong>de</strong>cía Tassoni , el segundo soneto «ha contrasto non solamente fuori [ i. e. , en <strong>II</strong>I, 9-10] , ma in<br />
casa propria ancora , seguendo appresso: “non ebbe tanto né vigor né spazio / che potesse al bisogno<br />
pren<strong>de</strong>r l’arme”. Imperocché se la virtù s’era ristretta in guardia <strong>de</strong>l cuore e s’era posta in atto di<br />
difesa, come non ebbe tempo di pren<strong>de</strong>r l’armi?» ( Rime di F. Petrarca, col comento <strong>de</strong>l Tassoni, <strong>de</strong>l<br />
Muratori e di altri , Padua, 1826, I, p. 9).<br />
128
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
datos a mano, no puedo inferir sino que los tres primeros rerum vulgarium fragmenta se escribieron<br />
en 1349 o, mejor, 1350. 222<br />
En todo caso, la eventualidad <strong>de</strong> que Per fare refunda un poema temprano o Era il giorno tardara<br />
varios años en adquirir la apariencia que hoy tiene importa mucho menos que el momento <strong>de</strong> la<br />
architettazione <strong>de</strong> todo el tríptico. Si nos las hubiéramos con otros sonetos, podría incluso suce<strong>de</strong>r que<br />
el hecho <strong>de</strong> datarlos se agotara en sí mismo. Pero estamos ante unos textos <strong>de</strong> relevancia excepcional:<br />
la inventio y la dispositio <strong>de</strong> las tres primeras «rime» -aquí en absoluto «sparse» - no conllevan<br />
sólo la imaginación <strong>de</strong> unos poemas más, ni siquiera el allestimento <strong>de</strong> un mero prólogo, antes bien<br />
implican la estructura toda <strong>de</strong>l Canzoniere . Petrarca mismo comentó que poner prólogo a una obra<br />
es normalmente la última etapa <strong>de</strong>l quehacer que se le <strong>de</strong>dica; 223 y, si alguna vez -como ahora- no<br />
ocurre así, no po<strong>de</strong>mos sino conce<strong>de</strong>r que es <strong>de</strong>cisión que cuando menos supone siempre una i<strong>de</strong>a<br />
clara <strong>de</strong>l contenido y la articulación <strong>de</strong>l conjunto.<br />
Sin duda la tenía Petrarca al concebir ese tríptico inicial. El contraste «fra le vane speranze e ’l<br />
van dolore» y en general el juego <strong>de</strong> oposiciones en que discurre Voi ch’ascoltate <strong>de</strong>mandan -en<br />
armonía con las conveniencias <strong>de</strong> la retórica- 224 un Canzoniere dividido en dos partes, la segunda<br />
constituida «in forza a la morte <strong>de</strong> Laura» , 225 <strong>de</strong> acuerdo con una perspectiva poética y moral<br />
222 En una nota al paso, « Rime sparse », cit. , p. 107, n. 17 , apunté que «la unidad retórica “<br />
exordium > initium narrationis” [diáfana en I-V] sugiere un mismo período para la composición <strong>de</strong> las<br />
cinco piezas introductorias» . La posibilidad <strong>de</strong> confirmar tal sugerencia para IV y V, cuando menos<br />
con indicios equiparables a los que tenemos para I-<strong>II</strong>I, se me antoja harto espinosa; véase el artículo<br />
anunciado en la n. 181.<br />
223 Frente a lo dicho en « Rime sparse », cit. , p. 108, n. 20, la cita en cuestión ( «quod [proemium]<br />
in libro primum, in inventione ultimum esse solet» ) se halla en las Seniles , XVI, i, 1049 .<br />
224 Vid. « Rime sparse », cit. , pp. 106-107. A<strong>de</strong>lia Noferi, «Da un commento al Canzoniere <strong>de</strong>l<br />
Petrarca: lettura <strong>de</strong>l sonetto introduttivo» , Lettere italiane , XXVI (1974), pp. 165-179, señala muy<br />
bien las dualida<strong>de</strong>s que configuran el soneto.<br />
225 De Robertis, «Contiguità e selezione» , cit. , p. 66 ; abrevio la frase <strong>de</strong> De Robertis ( «a partire e<br />
in forza » ), para evitar la ambigüedad a que podría dar lugar, aquí, si «a partire » se entendiera como<br />
afirmación <strong>de</strong> un post quem para I’ vo pensando (CCLXIV), confundiendo quizá la fecha real <strong>de</strong><br />
129
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
notablemente más amplia que la que Petrarca podía alcanzar (y mostrar) antes <strong>de</strong> 1348. No se engaña,<br />
cierto, el unánime sentir que el soneto primero es epílogo a igual título que prólogo: epílogo a una<br />
historia substancialmente conclusa, cerrada por una «vergogna» y un «pentersi» en términos más<br />
perentorios que los que menu<strong>de</strong>an en Padre <strong>de</strong>l ciel (LX<strong>II</strong>) y tantas otras piezas, llenas <strong>de</strong> intenciones<br />
y promesas incumplidas (al cabo, «io son pur quel ch’i’ mi soglio» , CXV<strong>II</strong>I, 13 ), cuando Francesco<br />
aún no osa <strong>de</strong>clararse «altr’uom» <strong>de</strong>l que era. 226 A la historia ahí cerrada dan comienzo Per fare<br />
y Era il giorno : asentamiento tan manifiesto <strong>de</strong> un principio, que <strong>de</strong> suyo exigen un <strong>de</strong>senlace. En<br />
verdad, con ellos se abre una acción tan diáfanamente planteada como tal, como proceso, no puro<br />
piétiner sur place , que se diría impensable que Petrarca los escribiera y los quisiera leídos sin volver<br />
ya los ojos al final. 227 Era un giorno mira hacia él estableciendo las bases <strong>de</strong>l sistema simbólico que<br />
relaciona la muerte <strong>de</strong> Cristo con el itinerario <strong>de</strong> Laura y <strong>de</strong>l poeta ( cf. supra , n. 203), y, por otro<br />
lado, fija el primer eslabón <strong>de</strong> la ca<strong>de</strong>na que más <strong>de</strong>cididamente contribuye a dar visos «narrativos»<br />
al Canzoniere : las «rime» <strong>de</strong> aniversario. Los tres sonetos iniciales, en suma, contienen todos los<br />
factores que diferencian un auténtico «libro <strong>de</strong> poemas» <strong>de</strong> los viejos Lie<strong>de</strong>rbücher trovadorescos:<br />
228 <strong>de</strong>terminan un principio y nos orientan a un final, introducen un diseño e inauguran el esquema<br />
redacción y la época a que Petrarca quería que se asignara. No es esta la ocasión <strong>de</strong> tratar el problema<br />
<strong>de</strong>tenidamente; sin embargo, cf. Santagata, «Petrarca e Arnaut Daniel» , cit. , p. 73.<br />
226 Cf. « Rime sparse », cit. , p. 112, n. 30, sobre la contraposición <strong>de</strong> I, 4, y CCCXLIX, 5, con<br />
CX<strong>II</strong>, 4, CXV<strong>II</strong>I, 13, y CXLV, 13.<br />
227 Wilkins, The Making of the «Canzoniere» , cit. , p. 152 , escribía: «A specific reference, marked<br />
presumably by the presence of the word morte , or some kindred word, might have been expected if,<br />
[ Voi ch’ascoltate ] had in fact been written after [the <strong>de</strong>ath of Laura]» . Pero para mí no hay duda <strong>de</strong><br />
que esa «specific reference» hubiera aportado una concreción incompatible con el vasto alcance que<br />
Petrarca <strong>de</strong>seaba para el soneto (como, digamos, para CCCLXV).<br />
228 Últimamente, cf. las valiosas contribuciones <strong>de</strong> V. Bertolucci Pizzorusso, «Il canzoniere di un<br />
trovatore: il “libro” di Guiraut Riquier» , Medioevo romanzo , V (1978), pp. 216-259, y «Libri e<br />
canzonieri d’autore nel medioevo: prospettive di ricerca» , Studi mediolatini e volgari , XXX (1984),<br />
pp. 91-116; también, D’ A. S. Avalle, «I canzonieri: <strong>de</strong>finizione di genere e problemi di edizione» ,<br />
en La critica <strong>de</strong>l testo, Problemi di metodo ed esperienze di lavoro, Atti <strong>de</strong>l Convegno di Lecce,<br />
22-26 ottobre 1984 , Roma, 1985, pp. 363-382, y G. Gorni, «Il canzoniere» , en la Letteratura italiana<br />
dirigida por A. Asor Rosa, Turín, 1984, 3*, pp. 504-518.<br />
130
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
cronológico, predicen la distribución en dos partes, anticipan el sentido último <strong>de</strong> los rerum vulgarium<br />
fragmenta ... «In my beginning is my end» .<br />
Así, pues, por un lado, la i<strong>de</strong>ación <strong>de</strong> nuestros tres poemas no se distingue <strong>de</strong> la constitución <strong>de</strong>l<br />
Canzoniere en tanto libro, y, por otro, la conexión <strong>de</strong> Per fare y Era il giorno con Voi ch’ascoltate<br />
, a través <strong>de</strong> las fuentes comunes, sitúa la tríada hacia 1349-1350. Conviene recordar que las pistas<br />
para llevar Voi ch’ascoltate a esos años están sobre todo en su acusado paralelismo con dos textos<br />
latinos <strong>de</strong> la misma época: los preámbulos a las Familiares y a las Epystole . 229 Porque, cuando se<br />
advierte que la datación <strong>de</strong>l tríptico inicial se apoya en razones propias, resulta más impresionante que<br />
las fechas que éstas nos revelan coincidan tan puntualmente con las que marcan la etapa fundamental<br />
en la génesis <strong>de</strong>l Canzoniere como libro.<br />
Nunca se insistirá lo suficiente en que hasta el 28 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1349 no tenemos noticia <strong>de</strong><br />
que existiera ninguna transcripción «in ordine» <strong>de</strong> las rimas petrarquescas. 230 Cierto que el<br />
ordo en cuestión no se adoptó en tal momento -lo excluye por el completo el tenor <strong>de</strong> la apostilla<br />
correspondiente-, 231 pero es difícil que la resolución <strong>de</strong> seguirlo se aleje mucho <strong>de</strong> ese entorno, pues<br />
ninguna <strong>de</strong> las composiciones anteriores transmitidas por el Vaticano Latino 3196 (no, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego,<br />
229 Cf. « Rime sparse », cit. , principalmente pp. 107-114. Valga ahora subrayar sólo que la primera<br />
<strong>de</strong> las Epystole contiene una <strong>de</strong>stacada referencia al motivo central <strong>de</strong> Per fare y Era il giorno :<br />
«perlegis et lacrimas et quod pharetratus acuta / ille puer puero fecit michi cuspi<strong>de</strong> vulnus» (43-44) .<br />
230 Baste remitir a Wilkins, The Making of the «Canzoniere» , cit. , pp. 150-151. En una nota <strong>de</strong><br />
hacia 1330 en un manuscrito horaciano hoy en la Pierpont Morgan Library , Petrarca alu<strong>de</strong> a «quod<br />
scribemus in libello» en relación con el tema <strong>de</strong> los «amant es sine intermissione» ( cf. Billanovich,<br />
«L’Orazio Morgan» , cit. , pp. 129-132; y, para algún <strong>de</strong>talle, mi Lectura <strong>de</strong>l «Secretum» , cit. , p. 364,<br />
n. 395). Es posible que el tal «libell us » sea una obra petrarquesca, y quién sabe si <strong>de</strong> poesía en vulgar;<br />
pero, aun <strong>de</strong> ser así, la fecha resultaría <strong>de</strong>masiado temprana para integrarla significativamente en la<br />
trayectoria <strong>de</strong>l Canzoniere . En todo caso, tanto esta como las <strong>de</strong>más cuestiones rozadas en el párrafo<br />
que sigue pi<strong>de</strong>n un sosiego que ahora no puedo <strong>de</strong>dicarles: me propongo hacerlo, Deo volente , en el<br />
volumen <strong>II</strong>I ( Laura ) <strong>de</strong> Vida u obra <strong>de</strong> Petrarca .<br />
231 En cabeza <strong>de</strong> la primera versión <strong>de</strong> Che <strong>de</strong>bb’io far? , reza: «Transcriptum non in ordine, sed<br />
in alia papiro. 1349, novembris, 28 mane» ( Il codice Vaticano Lat. 3196 autografo <strong>de</strong>l Petrarca , ed.<br />
M. Porena, Roma, 1941, fol. 13 ; A. Romanò, Il codice <strong>de</strong>gli abbozzi [ Vat. Lat. 3196] di Francesco<br />
Petrarca , Roma, 1955, p. 190). El ordo , pues, antece<strong>de</strong> a ese día.<br />
131
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
las dos esbozadas en 1348) 232 trae la indicación <strong>de</strong> «transcriptum in ordine» , tan frecuente, en<br />
cambio, en los años siguientes. Importa más todavía, no obstante, la seguridad <strong>de</strong> que el 3 <strong>de</strong> abril<br />
<strong>de</strong> 1350 Petrarca se disponía a copiar «in ordine» Nel dolce tempo (XX<strong>II</strong>I), porque llevaba tres<br />
días aplicado «ad supremam manum vulgarium» , con la ilusión <strong>de</strong> rematar los Rerum vulgarium<br />
fragmenta . 233 Por suerte, el ordo <strong>de</strong> la transcriptio acometida en ese período se <strong>de</strong>duce con<br />
bastante claridad <strong>de</strong>l testimonio <strong>de</strong>l Vaticano Latino 3196: en efecto, <strong>de</strong> entre los cinco poemas en<br />
cuya elaboración trabajó Petrarca a lo largo <strong>de</strong> 1350, según lo documenta el códice <strong>de</strong>gli abbozzi ,<br />
nada menos que tres (CCLXV, CCLXV<strong>II</strong>I y CCLXX) se cuentan precisamente entre los que abren<br />
la segunda parte <strong>de</strong>l Canzoniere . 234 Para Petrarca, pues, llevar los fragmenta romances «ad<br />
supremam manum» iba unido a aten<strong>de</strong>r especialmente a las piezas que conforman la introducción<br />
a esa segunda parte. 235 Ahora bien: si indicios in<strong>de</strong>pendientes, <strong>de</strong> distinta índole, datan en 1349 o<br />
1350 los tres sonetos prologales a la primera parte y a la obra entera, y si nos consta el enjundioso<br />
alcance estructural <strong>de</strong> ese tríptico, no sé cómo evitar la conclusión <strong>de</strong> que fue también entre 1349 y<br />
232 Facsímil citado, fols. 13 y 14; ed. Romanò, pp. 218 y 225.<br />
233 Ibid. , fol. 11v, y p. 168.<br />
234 Véase « Rime sparse », cit. , p. 110, n. 27 (don<strong>de</strong> por errata se imprimió CCLXV<strong>II</strong>, en vez<br />
<strong>de</strong> CCLXV<strong>II</strong>I).<br />
235 Por más que ya en 1342 copiara algunas <strong>de</strong> sus poesías en una secuencia similar a la que hoy les<br />
correspon<strong>de</strong> en el Canzoniere (Wilkins, o. c. , pp. 146-148; pero cf. « Rime sparse », cit. , p. 106, n. 15),<br />
es obvio que el ‘or<strong>de</strong>n’ <strong>de</strong> 1342 no pue<strong>de</strong> confundirse con el ordo <strong>de</strong> finales <strong>de</strong> 1349 y años posteriores:<br />
sin los textos «in morte» , no cabe hablar <strong>de</strong>l Canzoniere como libro, como construcción, y por eso<br />
es tan significativo que la etiqueta «transcriptum in ordine» no se presente sino <strong>de</strong>s<strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong><br />
1349. Otra cosa es si en esta última fecha los sonetos I-<strong>II</strong>I estaban i<strong>de</strong>ados, abocetados o escritos, en<br />
todo o en parte. En la medida en que la acotación <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1350 suena más resuelta ( «ad supremam<br />
manum » ) que la <strong>de</strong>l otoño anterior, es lícito conjeturar que Petrarca tenía más claro el plano <strong>de</strong> la<br />
obra en 1350 que en 1349 y que, por tanto, los sonetos iniciales nos acercan más a 1350 que a 1349.<br />
Pero todo ello es sin duda querer hilar <strong>de</strong>masiado fino. Contentémonos con la razonable probabilidad<br />
<strong>de</strong> que las tres piezas correspon<strong>de</strong>n al período <strong>de</strong> 1349-1350.<br />
132
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
1350 cuando el Canzoniere adquirió substancialmente los caracteres <strong>de</strong> «libro <strong>de</strong> poemas» 236 con<br />
que aflora en el manuscrito Chigiano ( vid. supra , n. 219).<br />
En enero <strong>de</strong> 1350, en Padua, Petrarca redactaba la carta <strong>de</strong>dicatoria <strong>de</strong> las Familiares . Un estilo<br />
límpido, elegantísimo, evoca y recrea ahí uno <strong>de</strong> los momentos cruciales en el itinerario intelectual<br />
<strong>de</strong>l humanista. A Petrarca -cuenta- se le ha venido <strong>de</strong> nuevo a las manos una abrumadora cantidad <strong>de</strong><br />
escritos olvidados, «sparsa qui<strong>de</strong>m et neglecta» (I, i, 3) : «pars soluto gressu libera, pars frenis<br />
homericis astricta , pars mulcendis vulgi auribus intenta» (§ 6) . De esas minora opera , ha quemado<br />
más <strong>de</strong> mil, y con las pocas que han sobrevivido a la hoguera ha <strong>de</strong>cidido formar una colección <strong>de</strong><br />
epístolas en prosa, «Ad Socratem suum» , y otra <strong>de</strong> epístolas en verso, para Barbato. Dicho y<br />
hecho: a finales <strong>de</strong> la primavera siguiente, pergeña en Mantua el borrador <strong>de</strong>l poema en que ofrece las<br />
Epystole métricas al amigo napolitano. Nada precisa en la familiaris sobre el <strong>de</strong>stino que en esos<br />
meses reservaba a las composiciones en romance, pero la nota <strong>de</strong>l 3 <strong>de</strong> abril en el Vaticano Latino<br />
3196 nos garantiza que por entonces también atendía «ad supremam manum vulgarium» . 237<br />
Es, insisto, una svolta , un momento crucial en el proceso <strong>de</strong> la producción petrarquesca. El<br />
escritor, cada vez más temeroso ante la «expectati o » con que son esperadas por muchos, vuelve<br />
a postergar las «maior a oper a iam diutius interrupta» (§ 7) , y se contenta con <strong>de</strong>dicar una<br />
temporada a la compilación <strong>de</strong> su correspon<strong>de</strong>ncia y <strong>de</strong> su poesía toscana, corregidas y aumentadas.<br />
Opera, en todos los casos, con fragmenta , con textos breves y fundamentalmente autónomos, 238 y<br />
tiene por objetivo esencial darles forma <strong>de</strong> liber , no sólo para satisfacer un <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> plenitud perenne<br />
en él, sino a<strong>de</strong>más para compensar un poco ante sus admiradores el retraso <strong>de</strong> esas obras maestras,<br />
236 Si es <strong>de</strong> Petrarca el liber que se lee en el epígrafe <strong>de</strong>l Chigiano, Fragmentorum liber ( vid.<br />
« Rime sparse », cit. , pp. 120-122), quizá podamos tomar en cuenta que el título más temprano<br />
<strong>de</strong>l Canzoniere , el más próximo a 1350, acentúe la unidad <strong>de</strong> la obra, frente al Rerum vulgarium<br />
fragmenta <strong>de</strong>l Vaticano Latino 3195; el contenido <strong>de</strong> una y otra versión ( ibid. , p. 105, n. 11) refuerza<br />
<strong>de</strong>cididamente esa posibilidad.<br />
237 La expresión «suprema» o «summa manus» vuelve a la pluma <strong>de</strong> Petrarca en relación con<br />
el Africa y el De viris , y según una sugerencia virgiliana; cf. sólo «Philology and Philosophy in<br />
Petrarch» , en P. Boitani y A. Torti, ed. , Intellectuals and Writers in Fourteenth-Century Europe (The<br />
J. A. W. Bennet Memorial Lectures. Perugia, 1984) , Tubinga y Cambridge, 1986, pp. 64-65, nn.<br />
79-80.<br />
238 Cf. « Rime sparse », cit. , p. 111.<br />
133
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
ciclópeas, a las que nunca llega el día. 239 Es un quehacer menos sencillo <strong>de</strong> lo que podría pensarse.<br />
No basta revisar el material acumulado: a menudo hace falta completarlo con piezas fabricadas ad<br />
hoc , 240 y, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego, hay que poner siempre un exquisito cuidado al diseño <strong>de</strong> conjunto.<br />
Las reflexiones en el proemio <strong>de</strong> las Familiares son sumamente reveladoras al respecto. Cierto,<br />
cuando se trata <strong>de</strong> reunir «unum in tempus locumque» textos «multis annis edita» (§ 31) ,<br />
se plantean graves cuestiones <strong>de</strong> pensamiento, contenido y estilo, pero con frecuencia concretadas<br />
en puntos <strong>de</strong> apariencia trivial. Por ejemplo, se impone elegir un título «consentaneum rebus» ,<br />
<strong>de</strong>scartando otros también aceptables (§ 34). 241 Importa dar sentido al «ordo» <strong>de</strong> las cartas (§ 38),<br />
sin caer -creámoslo o no- en la tentación <strong>de</strong> mudarlo (§ 39), pero con la posibilidad <strong>de</strong> encauzarlo en<br />
adiciones y futuras entregas. Porque incluso un libro cuyo límite es la vida <strong>de</strong> Petrarca ( «scribendi<br />
enim michi vivendique unus finis erit» , § 45 ) ha <strong>de</strong> tener previsto cómo terminar: y, así, las epístolas<br />
a los maestros antiguos irán «in extrema parte huius operis» (§ 43) . Si se dispone, pues, <strong>de</strong>l prólogo<br />
-la misma familiaris don<strong>de</strong> se discurre sobre todo ello- y <strong>de</strong> los textos <strong>de</strong>l comienzo, mientras,<br />
por otro lado, se conoce y en parte se ha compuesto el final, el «ordo» <strong>de</strong> la obra no pue<strong>de</strong> sino<br />
resultar significativo, eficaz. Tal es el caso <strong>de</strong> las Familiares , y, para ilustrarlo, Petrarca recurre a<br />
las enseñanzas <strong>de</strong> los retores sobre el «rerum gestarum ordo» y anuncia seguro: «infirmioribus in<br />
medium coniectis, dabo operam ut sicut prima libri frons, sic extrema acies virilibus sententiis firma<br />
sit» (§ 46) . 242<br />
239 Vid. «Philology and Philosophy» , cit. , pp. 58-59.<br />
240 Wilkins, loc. cit. , en la n. 217, ponía inaceptables reparos a la explicación que Giuseppe<br />
Billanovich dio <strong>de</strong> las primeras Familiares como inventadas por Petrarca entre 1350 y 1351; pero<br />
también llamaba la atención sobre la similaridad entre esa interpretación y la <strong>de</strong> Chiòrboli <strong>de</strong> «that<br />
Nos. [<strong>II</strong>-V of the Canzoniere ] were written not soon after the enamorment, but at the same time as<br />
[ Voi ch’ascoltate ], and with the same introductory purpose» . En realidad, las Familiares y las «rime»<br />
ficticias compuestas en esos años son sólo un testimonio más <strong>de</strong>l momento en que Petrarca se <strong>de</strong>ci<strong>de</strong><br />
a poner en limpio e «in ordine» su historia personal y literaria, para darle una nueva dirección.<br />
241 Cf. « Rime sparse », cit. , pp. 120, n. 56, y 121, n. 62, y, para la noción <strong>de</strong> ‘título’ en Petrarca,<br />
M. Feo, «Fili petrarcheschi» , Rinascimento , XIX (1979), pp. 3-26.<br />
242 Vid. básicamente Rhet. Her. , 3, 10, 18, y cf. Cicerón, Orat. , 15, 50, y De orat. , 2, 77, 314<br />
(comunicación <strong>de</strong> Silvia Rizzo); y, por otra parte, Fortunato, Rhet. , 3, 2, con cita <strong>de</strong> Celso, y G.<br />
Billanovich, «Il Petrarca e i retori latini minori» , Italia medioevale e umanistica , V (1962), pp.<br />
134
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
Todas esas tareas exige «recollig ere et in libri formam redig ere » , en la edad madura, un trabajo<br />
«sparsim sub primum adolescentie tempus inceptum» (§ 44) . La frase quiere <strong>de</strong>finir las Familiares ,<br />
pero al par, sin preten<strong>de</strong>rlo, <strong>de</strong>scribe perfectamente, con exactas concordancias en la letra, los Rerum<br />
vulgarium fragmenta . El paralelismo es un excelente síntoma <strong>de</strong> lo que ya nos <strong>de</strong>scubrían la nueva<br />
datación <strong>de</strong> los tres sonetos iniciales y otros testimonios sobre the making of the «Canzoniere» :<br />
que una vez tomada la resolución <strong>de</strong> refundir «in libri formam» sus minora opera , Petrarca, por los<br />
mismos días, se enfrentaba con análogos problemas en relación tanto con las Familiares como con<br />
las «rime sparse» y tendía a solventarlos por análogas vías. 243 Porque, en verdad, Voi ch’ascoltate<br />
funciona en buena medida como una glosa al título <strong>de</strong> « Rerum vulgarium fragmenta ». 244 En fechas<br />
cercanas, el «ordo» <strong>de</strong> la colección se consolidaba gracias al tríptico <strong>de</strong> sonetos prologales y a<br />
los poemas que abrían la segunda parte. Y todo se veía en la perspectiva <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> Laura, e<br />
incluso, aun si no existían los fragmenta CCCLXIV-CCCLXVI, estaba ya planeado <strong>de</strong> suerte que<br />
Voi ch’ascoltate valiera a un tiempo como proemio y como epílogo ( vid. n. 182) y el arranque <strong>de</strong>l<br />
libro se conjugara en tono con el final, al igual que <strong>de</strong>bía ocurrir en las Familiares .<br />
Pero la coinci<strong>de</strong>ncia en la gestación <strong>de</strong> una y otra raccolta no afectaba únicamente a esos aspectos<br />
<strong>de</strong>licados <strong>de</strong> la dispositio , antes bien se extendía a las raíces últimas <strong>de</strong> ambas. A falta <strong>de</strong> cosa mejor<br />
que presentar al maestro, he extractado al frente <strong>de</strong> estas páginas una observación <strong>de</strong>l propio Contini :<br />
«anche un umanista può darsi alla pluralità di avventure , ma simili carriere sono dominate in partenza<br />
da una costante classica » . 245 El dictamen va a misa. En verdad, aunque no las juzgara «maiora»<br />
103-164 (129). Recuér<strong>de</strong>se que en el Vat. Lat. 3196, fol. 3v., Petrarca daba cuenta <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminadas<br />
alteraciones <strong>de</strong> Non fur ma’ Giove (CLV) «quia sonantiora erant in medio, rauciora in principio et<br />
fine, quod est contra rethoricam» (Romanò, o. c. , p. 83) .<br />
243 En tanto Michele Feo no acabe su tan esperada edición, poco cabe <strong>de</strong>cir <strong>de</strong> lo ocurrido entonces<br />
con las Epystole , salvo que la <strong>de</strong>dicatoria, hacia mayo <strong>de</strong> 1350, muestra copiosos contactos con<br />
Familiares , I, i, y con Voi ch’ascoltate ( supra , n. 229). No sé si habrá suficiente fundamento para<br />
mi sospecha <strong>de</strong> que en esa época Petrarca relegó bastante las Epystole , a beneficio <strong>de</strong> las Familiares<br />
y el Canzoniere . Por ahora, sólo pue<strong>de</strong> darse por válido que publicó la obra en 1364 (Feo, «Fili<br />
petrarcheschi» , cit. , pp. 27-65).<br />
244 Vid. « Rime sparse », cit. , pp. 121-122 y passim .<br />
245 «Preliminari sulla lingua <strong>de</strong>l Petrarca» (1951), en Varianti e altra lingüistica , Turín, 1970, p.<br />
173 .<br />
135
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
, ¿cómo podía Petrarca entregarse a la ejecución <strong>de</strong> obras con la envergadura <strong>de</strong> las Familiares y<br />
los Rerum vulgarium fragmenta , sin tener a la vista, «in partenza» , un punto <strong>de</strong> referencia<br />
clásico para cada una? La <strong>de</strong>dicatoria <strong>de</strong> las Familiares lo recuerda tenazmente (§§ 14, 20, 32, 33,<br />
36, 41...), pese a ser tan poco misterioso como los epistolarios <strong>de</strong> Cicerón (novedad reciente todavía,<br />
sin embargo) y <strong>de</strong> Séneca (cuya influencia se regatea ahí con absurda cicatería). ¿Habremos <strong>de</strong> pensar<br />
que el Canzoniere nació al margen <strong>de</strong> toda norma clásica, huérfano <strong>de</strong> padres antiguos?<br />
La pregunta pue<strong>de</strong> contestarse <strong>de</strong> muchos modos. La misma introducción a las Familiares (§ 6) lo<br />
hace trazando a la poesía romance una genealogía que se remonta a ciertos usos métricos celebrados<br />
«apud Grecorum olim ac Latinorum vetustissimos» . 246 A nosotros, ahora, sólo nos atañe la respuesta<br />
que brindan los tres primeros sonetos <strong>de</strong>l Canzoniere . Porque la insistencia con que los tres se<br />
apoyan en poemas que sirven <strong>de</strong> prólogo a colecciones poéticas <strong>de</strong> la Antigüedad <strong>de</strong>be enten<strong>de</strong>rse<br />
como poco menos que un manifiesto: ese principio es una <strong>de</strong>claración <strong>de</strong> principios.<br />
Nótese bien que, al imitar en el tríptico inicial los proemios clásicos, Petrarca no imita simplemente<br />
temas o actitu<strong>de</strong>s, sino, sobre todo -tal es el común <strong>de</strong>nominador <strong>de</strong> los mo<strong>de</strong>los- el procedimiento<br />
para comenzar una raccolta poética a la manera <strong>de</strong> los antiguos. Al imitar los prólogos en tanto<br />
prólogos , no mero <strong>de</strong>pósito <strong>de</strong> «flosculi» o motivos, imita, pues, la estructura, el género literario .<br />
Tampoco cabe ahora perseguir las consecuencias <strong>de</strong> semejante conclusión, sino sólo, y apenas,<br />
arriesgar un par <strong>de</strong> indicaciones en espera <strong>de</strong> más cabal <strong>de</strong>sarrollo. Adviértase, en particular, que,<br />
puestos a buscarle precursores al «canzoniere» petrarquesco, probablemente hemos tendido a<br />
<strong>de</strong>sembarazarnos <strong>de</strong> los clásicos con <strong>de</strong>masiada ligereza porque es evi<strong>de</strong>nte que ningún autor romano<br />
vertebró una colección poética según criterios cronológicos y, por ahí, ‘narrativos’ tan ostensibles<br />
como los aplicados por Petrarca en la versión Chigiana. 247 Por el contrario, inevitablemente, nos<br />
hemos <strong>de</strong>morado quizá con exceso en los prece<strong>de</strong>ntes medievales porque en ellos es fácil rastrear<br />
buen número <strong>de</strong> ejemplos, más o menos cuajados, <strong>de</strong> la organización ‘novelesca’ que, con todas las<br />
salveda<strong>de</strong>s y excepciones que se quieran, no po<strong>de</strong>mos no i<strong>de</strong>ntificar en las «rime sparse» .<br />
246 Vid. ahora los substanciosos comentarios <strong>de</strong> M. Feo, en la voz «Petrarca» <strong>de</strong> Enciclopedia<br />
Virgiliana , IV, pp. 57-58; y cf. « Rime sparse », cit. , p. 123, nn. 66 y 68.<br />
247 A ella miran en especial los párrafos siguientes, en la convicción <strong>de</strong> que la evolución posterior<br />
<strong>de</strong>l Canzoniere sólo pue<strong>de</strong> compren<strong>de</strong>rse satisfactoriamente cuando se ha elucidado la «Chigi form»<br />
en sus términos peculiares; cf. « Rime sparse », cit. , p. 105, n. 11, y supra , nn. 219 y 236.<br />
136
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
Es posible que al <strong>de</strong>sequilibrar así la balanza hayamos sido víctimas <strong>de</strong> un error <strong>de</strong> óptica. Pues, a<br />
ciertos propósitos, entiendo que conviene distinguir dos dimensiones, sin duda complementarias, <strong>de</strong><br />
los Rerum vulgarium fragmenta : el Canzoniere como libro y el Canzoniere como compilación<br />
«in ordine» . Ahora bien, en el segundo sentido, el Canzoniere se enlaza especialmente con la<br />
tradición medieval; en el primero, en cambio, como libro, como unidad catalográfica (digámoslo, así,<br />
con perdón, por una vez), <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> casi por entero <strong>de</strong> la lección <strong>de</strong> los clásicos.<br />
Son cosas sabidas y requetesabidas. La lírica medieval por excelencia, la lírica trovadoresca, es una<br />
modalidad por <strong>de</strong>finición cantada : y fundamentalmente, por tanto, circula en composiciones sueltas,<br />
autónomas. (Cuando varios poemas se cantan seguidos, la agrupación se produce en un marco tan<br />
imprevisible y fugaz como la performance , la ejecución ante un público). A medida que se generaliza<br />
el empleo <strong>de</strong> la escritura y, por en<strong>de</strong>, la lírica y la literatura toda van perdiendo carácter oral, abundan<br />
más asimismo las series <strong>de</strong> poemas sujetas a un ordo <strong>de</strong> una o <strong>de</strong> otra índole, ya lo fije el autor, ya los<br />
lectores, y es también más corriente y explicable que a un poeta le apetezca conservar el fruto <strong>de</strong> largos<br />
años <strong>de</strong> creación «legato con amore in un volume» . Aun entonces, no obstante, la forma normal<br />
<strong>de</strong> divulgación sigue siendo la pieza lírica in<strong>de</strong>pendiente: un Guiraut Riquier o un Nicolò <strong>de</strong>’ Rossi,<br />
pongamos, pue<strong>de</strong>n sentirse felices <strong>de</strong> que la recopilación <strong>de</strong> su obra sea objeto <strong>de</strong> copia y difusión,<br />
pero no han escrito sus poemas pensando en hacerlos circular reunidos como conjunto articulado; la<br />
tal recopilación es más un capricho personal que una propuesta a la sociedad literaria.<br />
Por el contrario, a partir <strong>de</strong> ese capital período <strong>de</strong> hacia 1349-1350 en que concibe el plan <strong>de</strong>finitivo<br />
<strong>de</strong>l Canzoniere y se concentra en los comienzos <strong>de</strong> la primera y <strong>de</strong> la segunda parte, es <strong>de</strong>cir, en<br />
dos puntos <strong>de</strong> la máxima importancia estructural (sin olvidar que la serie <strong>de</strong> las rimas <strong>de</strong> aniversario<br />
se inaugura, al calor <strong>de</strong> Propercio, en Era il giorno ), Petrarca ve primordialmente su producción<br />
poética sub specie libri , como <strong>de</strong>stinada a nutrir el complejo organismo «in ordine» a que<br />
tantos <strong>de</strong>svelos entregó. La operación es <strong>de</strong> una sencillez tal, que nos <strong>de</strong>sconcierta y acaso nos cuesta<br />
reconocerla: el simple hecho <strong>de</strong> componer un «libro <strong>de</strong> poemas» es un acto <strong>de</strong> imitación clásica.<br />
Porque, efectivamente, mientras el vehículo propio <strong>de</strong> la lírica medieval es el poema aislado, los<br />
clásicos se difun<strong>de</strong>n casi exclusivamente en colecciones cerradas y preparadas por los propios autores.<br />
Petrarca, pues, proce<strong>de</strong> como un clásico y reserva sus «rime» para una raccolta equiparable a<br />
las <strong>de</strong> la Antigüedad. Justamente para subrayar la vinculación con estas, construye un prólogo, los<br />
tres primeros sonetos, elaborado sobre el arquetipo que le suministran ciertas coinci<strong>de</strong>ncias diáfanas<br />
y ciertas afinida<strong>de</strong>s posibles entre los proemios <strong>de</strong> Horacio, Propercio y Ovidio. Es como <strong>de</strong>cir que<br />
137
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
el Fragmentorum liber ( vid. n. 236) pertenece al mismo linaje que las Odas , las Elegías o<br />
los Amores .<br />
Con todo, Petrarca no era inmune a las fuerzas que estaban reorientando el curso <strong>de</strong> la literatura<br />
romance, ni, en concreto, le eran extraños los múltiples experimentos que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un siglo atrás venían<br />
intentando infundir savia nueva en el árbol añoso <strong>de</strong> la tradición trovadoresca, dar alguna cohesión<br />
a los dispersos hábitos <strong>de</strong> la lírica, con resultados tan varios -pero <strong>de</strong> orígenes tan parejos- como el<br />
Liber Documentorum Amoris , la Vita nuova o el Libro <strong>de</strong> buen amor . Los ensayos <strong>de</strong> ordo<br />
<strong>de</strong> la poesía medieval, por otro lado, hubieron <strong>de</strong> parecerle tanto más estimables y dignos <strong>de</strong> ser<br />
aprovechados cuanto que en más <strong>de</strong> un caso partían <strong>de</strong> los mismos motivos presentes en los prólogos<br />
latinos que inspiran el principio <strong>de</strong>l Canzoniere (véase supra , n. 199). Sin embargo, frente a la<br />
posible tentación <strong>de</strong> recurrir a un ordo <strong>de</strong>masiado rígido o mecánico, el ejemplo <strong>de</strong> las colecciones<br />
clásicas, con su libérrima distribución <strong>de</strong> los materiales (pero también con sus matizadas insistencias,<br />
con sus sutiles ciclos, a veces con su «dramatic unity of the subject-matter» ), 248 significaba una guía<br />
que Petrarca supo utilizar con infalible tino. 249 Así, pues, si la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> confiar a un libro la difusión<br />
<strong>de</strong> su poesía romance venía <strong>de</strong> los clásicos, mientras la manera <strong>de</strong> darle un ordo se beneficiaba <strong>de</strong><br />
antece<strong>de</strong>ntes medievales, también los clásicos acababan por mol<strong>de</strong>ar la dispositio <strong>de</strong>finitiva <strong>de</strong> los<br />
Rerum vulgarium fragmenta . Un hilo clásico enhebra, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la concepción, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el prólogo, «in<br />
partenza» , la estructura <strong>de</strong>l Canzoniere .<br />
248 G. Williams, Tradition and Originality in Roman Poetry , Oxford, 1968, p. 493 .<br />
249 En este punto será <strong>de</strong> singular importancia discernir entre la versión Chigiana y las posteriores<br />
( n. 236).<br />
138
Anexo<br />
Rerum vulgarium fragmenta , I-<strong>II</strong>I<br />
Voi ch’ascoltate in rime sparse il souno<br />
di quei sospiri ond’io nudriva ’l core<br />
in sul mio primo giovenile errore<br />
quand’era in parte altr’uom da quel chi’i’ sono:<br />
<strong>de</strong>l vario stile in ch’io piango et ragiono,<br />
fra le vane speranze e ’l van dolore,<br />
ove sia chi per prova intenda amore,<br />
spero trovar pietà, nonché perdono.<br />
Ma ben veggio or sì come al popol tutto<br />
favola fui gran tempo, on<strong>de</strong> sovente<br />
di me me<strong>de</strong>smo meco mi vergogno;<br />
et <strong>de</strong>l mio vaneggiar vergogna è ’l frutto,<br />
e ’l pentérsi, e ’l conoscer chiaramente<br />
che quanto piace al mondo è breve sogno.<br />
Per fare una leggiadra sua ven<strong>de</strong>tta,<br />
et punire in un dì ben mille offese,<br />
celatamente Amor l’arco riprese,<br />
come huom ch’ a nocer luogo et tempo aspetta.<br />
Era la mia virtute al cor ristretta<br />
per far ivi et negli occhi sue difese,<br />
I<br />
<strong>II</strong><br />
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
139
quando ’l colpo mortal là giù discese<br />
ove solea spuntarsi ogni saetta.<br />
Però, turbata nel primiero assalto,<br />
non ebbe tanto né vigor né spazio<br />
che potesse al bisogno pren<strong>de</strong>r l’arme,<br />
overo al poggio faticoso et alto<br />
ritrarmi accortamente da lo strazio<br />
<strong>de</strong>l quale oggi vorrebbe, et non pò, aitarme.<br />
Era il giorno ch’al sol si scoloraro<br />
per la pietà <strong>de</strong>l suo Factore i rai,<br />
quando i’ fui preso, et non me ne guardai,<br />
ché i be’ vostr’occhi, donna, mi legaro.<br />
Tempo non mi parea da far riparo<br />
contra’ colpi d’Amor: però m’andai<br />
secur, senza sospetto; on<strong>de</strong> i miei guai<br />
nel commune dolor s’incominciaro.<br />
Trovòmmi Amor <strong>de</strong>l tutto disarmato,<br />
et aperta la via per gli occhi al core,<br />
che di lagrime son fatti uscio et varco:<br />
però, al mio parer, non li fu honore<br />
ferir me <strong>de</strong> saetta in quello stato,<br />
a voi armata non mostrar pur l’arco.<br />
<strong>II</strong>I<br />
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
«Prólogos al Canzoniere ( Rerum vulgarium fragmenta , I-<strong>II</strong>I)», Annali <strong>de</strong>lla Scuola Normale<br />
Superiore di Pisa, Classe di Lettere e Filosofia , 3.ª serie, XV<strong>II</strong>I (1988), pp. 1071-1104.<br />
El presente artículo es difícilmente disociable <strong>de</strong> « Rime sparse , Rerum vulgarium fragmenta ...»<br />
y <strong>de</strong>l estudio mencionado en la n. 181, con los que forma un conjunto que confío en articular en forma<br />
140
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
<strong>de</strong> libro: Prologhi al «Canzoniere». I primi sonetti e la genesi <strong>de</strong>i «Rerum vulgarium fragmenta» (<br />
vid. arriba, 181, ad n. 210). Con todo, pienso que también se <strong>de</strong>ja leer como texto in<strong>de</strong>pendiente,<br />
y que así quizá sea incluso más útil para los lectores a quienes ahora se dirige, habida cuenta <strong>de</strong>l<br />
creciente interés que en España vienen suscitando la elaboración y la estructura <strong>de</strong> las compilaciones<br />
líricas <strong>de</strong>l Cuatrocientos y <strong>de</strong>l Siglo <strong>de</strong> Oro. Quiero recordar que fue el llorado Juan Manuel Rozas<br />
quien empezó a recorrer ese camino: «Petrarca y Ausias March en los sonetos-prólogo amorosos <strong>de</strong>l<br />
Siglo <strong>de</strong> Oro», Homenajes , I (1964), pp. 57-75. (Y aprovecho la ocasión para remitir a un reciente<br />
trabajo que pue<strong>de</strong> prestar útiles puntos <strong>de</strong> referencia: G. Tanturli, «Dai Fragmenta al libro: il<br />
testo d’inizio nelle rime <strong>de</strong>l Casa e nella tradizione petrarchesca» , en Per Giovanni <strong>de</strong>lla Casa. Atti<br />
<strong>de</strong>l Convegno di Gargnano <strong>de</strong>l Garda 3-5 ottobre 1996 , ed. G. Barbarisi y C. Berra, Milán, 1997,<br />
pp. 61-89).<br />
Por otro lado, las observaciones que aquí hago sobre la cronología <strong>de</strong> los primeros sonetos <strong>de</strong>l<br />
Canzoniere están en estrecha conexión, más o menos implícitamente, con mi interpretación <strong>de</strong>l<br />
itinerario intelectual y humano <strong>de</strong> Petrarca, tal como lo dibujé en Lectura <strong>de</strong>l «Secretum» , Padua<br />
(y Chapell Hill), 1974, y en posteriores estudios (reunidos en La formazione <strong>de</strong>l «Secretum» e<br />
l’umanesimo petrarchesco , al cuidado <strong>de</strong> G. M. Cappelli, en preparación), y tal como para los Rerum<br />
vulgarium fragmenta proyectaba presentarlo en el volumen <strong>II</strong>I ( Laura ) <strong>de</strong> Vida u obra <strong>de</strong> Petrarca<br />
( vid. , por ejemplo, abajo, A la n. 230 ).<br />
Yo bien quisiera, pero es más que dudoso que llegue a escribir ese volumen <strong>II</strong>I (en bastantes<br />
extremos, no obstante, a<strong>de</strong>lantado en la Lectura <strong>de</strong> marras). Por fortuna, no pocas <strong>de</strong> las cuestiones<br />
que en él calculaba abordar han sido solventemente tratadas por Marco Santagata (sobre todo en<br />
I frammenti <strong>de</strong>ll’anima. Storia e racconto nel «Canzoniere» di Petrarca , Bolonia, 1992), cuyas<br />
investigaciones petrarquescas y las mías, por encima <strong>de</strong> matices y diferencias <strong>de</strong> <strong>de</strong>talle, han estado<br />
siempre en notable sintonía. A I frammenti <strong>de</strong>ll’anima envío, pues, a quien quiera avistar algunos<br />
trasfondos <strong>de</strong>l ensayo ahora reimpreso sin necesidad <strong>de</strong> rebuscar en páginas mías sparse .<br />
A Marco Santagata se <strong>de</strong>be asimismo la monumental edición <strong>de</strong> las Opere italiane <strong>de</strong> Petrarca<br />
incluida en la serie <strong>de</strong> «I Meridiani» : Canzoniere y Trionfi, Rime estravaganti, Codice <strong>de</strong>gli<br />
abbozzi , Milán, 1996. Como esos dos volúmenes son <strong>de</strong> consulta indispensable para cualquiera que<br />
se interese por la poesía vulgar <strong>de</strong> Petrarca, doy por supuesto cuanto ambos contienen en el prólogo y<br />
en el commento , verda<strong>de</strong>ramente exhaustivo, y me limito a señalar, primero, los principales estudios<br />
que se han hecho eco <strong>de</strong>l mío, y a actualizar, <strong>de</strong>spués, las referencias que más lo necesitan.<br />
141
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
Así, pues, acogen o perfilan <strong>de</strong> manera expresa diversos puntos <strong>de</strong> estos «Prólogos al Canzoniere<br />
» los trabajos siguientes: - R. Antonelli, « Rerum vulgarium fragmenta , di F. P. » , en<br />
Letteratura italiana , ed. A. Asor Rosa, Le opere , I (Turín, 1992), pp. 379-471, e introducción a F.<br />
P., Canzoniere , ed. G. Contini, Turín, 1992. - C. Berra, La similitudine nei «Rerum vulgarium<br />
fragmenta» , Pisa, 1992, y «La canzone CXXV<strong>II</strong> nella storia <strong>de</strong>i fragmenta petrarcheschi» ,<br />
Giornale storico <strong>de</strong>lla letteratura italiana , CLXV<strong>II</strong>I (1991), pp. 161-198. - R. Bettarini, Lacrime e<br />
inchiostro nel «Canzoniere» di Petrarca , Bolonia, 1997. - G. Cappello, La dimensione macrotestuale.<br />
Dante, Boccaccio, Petrarca , Ravenna, 1998. - D. De Robertis, Memoriale petrarchesco , Roma,<br />
1997 (contiene el artículo citado en mis notas 185, 221 y 225). - U. Dotti, ed. , F. P., Canzoniere ,<br />
Roma, 1996. - M. Feo: vid. abajo, A la n. 187 y 230 . - D. Goldin Folena, « Frons salutationis<br />
epistolaris : Abelardo, Eloisa, Petrarca e la polimorfosi <strong>de</strong>l titulus » , en Da una riva e dall’altra.<br />
Studi in onore di Antonio Andrea, ... , 1995, pp. 41-60. - L. Marcozzi, Petrarca lettore di Ovidio ,<br />
en Testimoni <strong>de</strong>l vero. Su alcuni libri in biblioteche d’autore , ed. E. Russo, pp. 57-106. - M. Petrini,<br />
La risurrezione <strong>de</strong>lla carne. Saggi sul «Canzoniere» , Milán, 1993. - I. Rossellini, Nel trapassar <strong>de</strong>l<br />
segno. Idoli <strong>de</strong>lla mente ed echi <strong>de</strong>lla vita nei «Rerum vulgarium fragmenta» , Florencia, 1995. -<br />
M. Santagata, Per mo<strong>de</strong>rne carte. La biblioteca volgare di Petrarca , Bolonia, 1990 (contiene los<br />
artículos citados en mis notas 185, 196, 206, 216 y 220). - N. Tonelli, Varietà sintattica e costanti<br />
retoriche nei sonetti <strong>de</strong>i «Rerum vulgarium fragmenta» , Florencia, 1999; «Petrarca, Properzio e la<br />
struttura <strong>de</strong>l Canzoniere » , Rinascimento , XXXV<strong>II</strong>I (1998), pp. 249-315; «Petrarca ( R.v.f. 2-3),<br />
Boccaccio e l’innamoramento nel tempio» , Studi sul Boccaccio , XXV<strong>II</strong>I (2000), pp. 199-219;<br />
«I Rerum vulgarium fragmenta e il codice elegiaco» , en Atti <strong>de</strong>l Convegno «L’elegia nella<br />
tradizione poetica italiana». Trento, 12-14 dicembre 2000 , en prensa.<br />
Otras adiciones. A la n. 185 . Los artículos <strong>de</strong> C. Segre se han incorporado a sus Notizie <strong>de</strong>lla crisi<br />
, Turín, 1993 (y vid. asimismo su «lezione Sapegno» Le varianti e la storia. Il «Canzoniere»<br />
di F. P. , Milán, 1999); para De Robertis, cf. arriba.<br />
A la n. 187 . Para todo lo relativo a Horacio y Petrarca es fundamental la nutrida voce <strong>de</strong> Michele<br />
Feo en Orazio. Enciclopedia Oraziana , <strong>II</strong>I (Roma, 1998), pp. 405-425. Cf. abajo, A la n. 230 . -<br />
«L’Orazio Morgan...» está recogido en G. Billanovich, Petrarca e il primo umanesimo , Padua, 1996.<br />
A la n. 219 . Son importantes al respecto G. Frasso, «Palli<strong>de</strong> sinopie: ricerche e proposte sulle<br />
forme pre-Chigi e Chigi <strong>de</strong>l Canzoniere » , Studi di Filologia Italiana , LV (1997), pp. 23-64, y<br />
142
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
<strong>de</strong> E. Scarpa, «A proposito di sinopie petrarchesche» , Atti <strong>de</strong>ll’ Ist. Veneto di Scienze, Lettere ed<br />
Arti, Classe di scienze mor. , lettere ed arti , CLV<strong>II</strong> (1998-1999), pp. 577-625.<br />
A la n. 224 . «Da un commento...» se ha integrado en A. Noferi, Frammenti per i fragmenta<br />
di Petrarca , Roma, 2001, en un bello capítulo sobre «La costruzione <strong>de</strong>ll’ambiguità. I sonetti I-<br />
<strong>II</strong>I» , pp. 23-82.<br />
A la n. 227 . Los artículos <strong>de</strong> V. Bertolucci han pasado a sus Morfologie <strong>de</strong>l testo medievale ,<br />
Bolonia, 1989, y los estudios sobre la noción y la historia <strong>de</strong>l ‘cancionero’ han proliferado en fechas<br />
recientes, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> M. Tyssens, ed., Lyrique romane médiévale: la tradition <strong>de</strong>s chansoniers , Lieja,<br />
1991, hasta varias contribuciones (por P. Dronke, M. L. Meneghetti, etc. ) a Critica <strong>de</strong>l testo , <strong>II</strong>/1,<br />
1999 ( L’Antologia poetica ), pasando por multitud <strong>de</strong> trabajos sobre compilaciones individuales o<br />
por las buenas presentaciones generales <strong>de</strong> V. Beltrán, «Tipología y génesis <strong>de</strong> los cancioneros. Los<br />
cancioneros <strong>de</strong> autor», Revista <strong>de</strong> filología española , LXXV<strong>II</strong>I (1998), pp. 49-100, o <strong>de</strong> X. Dilla,<br />
«De què parlem quan parlem <strong>de</strong> cançoners» , en su libro En passats escrits. Una lectura <strong>de</strong> la poesia<br />
d’Ausiàs March , Barcelona, 2000, pp. 25-66. Sin embargo, temo que la bibliografía <strong>de</strong> los últimos<br />
años no siempre llega a enfocar el asunto con la amplia perspectiva románica y mediolatina que se<br />
requiere: así, escribir que «la Vita nova è il primo canzoniere <strong>de</strong>lla tradizione lirica occi<strong>de</strong>ntale»<br />
(como hace C. Giunta al <strong>de</strong>dicar al género varias páginas, 429-453, en un libro por lo <strong>de</strong>más muy<br />
notable, Versi a un <strong>de</strong>stinatario. Saggio sulla poesia italiana <strong>de</strong>l Medioevo , Bolonia, 2002 ) supone<br />
no percibir el juego <strong>de</strong> fuerzas que mol<strong>de</strong>an <strong>de</strong> forman análoga el libellus <strong>de</strong> Dante y muchas otras<br />
obras.<br />
A la n. 230 . En la importante voce arriba aducida, p. 423, M. Feo consi<strong>de</strong>ra que «la scrittura<br />
non fa ostacolo» a que la nota en cuestión se redactara « dopo la morte di Laura» ; y, en grata<br />
convergencia con la citada página 364 y otros lugares <strong>de</strong> mi Lectura , la relaciona con el motivo<br />
<strong>de</strong>l «senex amator» y la (más o menos presunta) crisis <strong>de</strong> Petrarca «intorno ai quaranta anni» .<br />
Que el «libellus» aludido sea el De remediis resulta más duro <strong>de</strong> aceptar, incluso si se da por<br />
buena (como parece) la lectura <strong>de</strong> Vincenzo Fera: «in libello gravis vite» ( apud M. Feo, en «F.<br />
P.» , Storia <strong>de</strong>lla letteratura italiana , ed. E. Malato, X: La tradizione <strong>de</strong>i testi , Roma, 2001,<br />
p. 277, n. 9). Sean cuales fueren el «libellus» y el momento <strong>de</strong> la nota, el contenido la arrima<br />
a uno <strong>de</strong> los núcleos <strong>de</strong> la autobiografía i<strong>de</strong>al forjada por Petrarca y también subyacente, claro es,<br />
al Canzoniere : «Denique hoc tibi sua<strong>de</strong>o, quod michi vi<strong>de</strong>or persuasisse. Veteri flamme animi<br />
siquid faville tepentis superfuerat, cogitatio oppressit, tempus leniit, novissime mors extinxit » ( vid.<br />
Lectura , p. 353, n. 357, con las referencias cruzadas). Son <strong>de</strong> interés al propósito los ensayos <strong>de</strong> J.<br />
143
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
Petrie, «Aniversario e memoria nei Rerum vulgarium fragmenta » , en Petrarca e la cultura<br />
europea , ed. L. Rotondi Secchi Tarugi, Milán, 1997, pp. 111-119, y J. F. McMenamim, «Un anno<br />
nel Canzoniere di Petrarca» , Studi italiani , X<strong>II</strong>I:1 (2001), pp. 5-21.<br />
A la n. 231 . La edición más autorizada <strong>de</strong> Il codice <strong>de</strong>gli abbozzi es actualmente la <strong>de</strong> L. Paolino,<br />
Milán-Nápoles, 2000, y en versión minor <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> las Opere dirigidas por Santagata, Trionfi , etc.<br />
A la n. 237 . Sobre esa «suprema manus» , cf. mi «Effigies animi» , en las actas <strong>de</strong>l congreso<br />
Verso il Centenario petrarchesco. Prospettive critiche. Bologna, 24-25 settembre 2001 , en prensa.<br />
A la n. 246 . Las observaciones <strong>de</strong> Feo han sido largamente <strong>de</strong>sarrolladas por S. Rizzo, «Petrarca,<br />
il latino e il volgare» , Qua<strong>de</strong>rni petrarcheschi , V<strong>II</strong> (1990), pp. 7-40. Por mi parte, y en sustancial<br />
coinci<strong>de</strong>ncia (por excepción) con Poliziano, me permito insistir en que el parentesco que Petrarca,<br />
<strong>de</strong> manera ocasional, establece entre sicilianos, griegos y romanos atien<strong>de</strong> fundamentalmente a la<br />
métrica: el «numerus» <strong>de</strong> las «ysocratice habene» se le ofrece en <strong>de</strong>finitiva como equivalente al<br />
«rhythmus» , y uno y otro dirigidos «mulcendis vulgi auribus» , según la terminología tradicional,<br />
en efecto, para ambos. Vid. también N. Cannata Salamone, «Dal ‘ritmo’ al ‘canzoniere’: note<br />
sull’origine e l’uso in Italia <strong>de</strong>lla terminologia relativa alle raccolte poetiche in volgare ( secc. X<strong>II</strong>I-<br />
XX)» , Critica <strong>de</strong>l testo , IV/2 (2001), pp. 397-429.<br />
144
- VI -<br />
Petrarca y el «humanismo catalán»<br />
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
Des<strong>de</strong> Lérida, a 19 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 1315, Jaime <strong>II</strong> se dirigía «dilecto consiliario suo Thome <strong>de</strong><br />
Proxida» , en Nápoles, para or<strong>de</strong>narle que comprara al librero que allí lo había puesto en venta el<br />
volumen «intitulatum “Titus Livius”, in quo tractatur <strong>de</strong> bona et grata materia» . La noticia <strong>de</strong> que<br />
esa estimable pieza podía adquirirse por cien florines <strong>de</strong> oro ( Déu n’hi do! ) se la <strong>de</strong>bía el Rey a<br />
Joan Borguny, <strong>de</strong> vuelta por entonces «<strong>de</strong> partibus Neapolis» y que, tras varios años <strong>de</strong> procurator<br />
aragonés en Aviñón, conciliaba airosamente los servicios a dos señores: don Jaime y el Papa. ¿O<br />
no tan airosamente? Porque un perspicaz estudioso 250 acaba <strong>de</strong> conjeturar que Borguny quizá puso<br />
también sobre aviso a tales o cuales amigos <strong>de</strong>l círculo pontificio, y a la postre el códice fue a parar a<br />
Aviñón, don<strong>de</strong> -sigue la conjetura- le esperaba un <strong>de</strong>stino egregio: ensamblarse en el actual Parisino<br />
Latino 5690, uno <strong>de</strong> los manuscritos sobre cuyas páginas Francesco Petrarca revolucionó la filología<br />
y la cultura toda atareándose en el comentario y la edición crítica <strong>de</strong> los Ab Urbe condita .<br />
Por <strong>de</strong>sgracia, parece seguro que el Livio napolitano no llegó nunca a los anaqueles ni <strong>de</strong> Petrarca<br />
ni <strong>de</strong> Jaime <strong>II</strong>. Pero todavía es menos dudoso que la fortuna <strong>de</strong> Livio y la historia <strong>de</strong> Petrarca en la<br />
Corona <strong>de</strong> Aragón van juntas en más <strong>de</strong> un sentido y contribuyen a explicarse entre sí al par que<br />
iluminan aspectos importantes <strong>de</strong> ese escurridizo «humanisme català» perseguido por una crítica<br />
vieja ya <strong>de</strong> muchos <strong>de</strong>cenios 251 . Va para el siglo, en efecto, que el gran<strong>de</strong>, admirable Antoni Rubió<br />
250 Francesco Bruni, «Un documento sul Livio napoletano-avignonese <strong>de</strong>l Petrarca, oggi Par. Lat.<br />
5690» , Medioevo romanzo , IV (1977), pp. 341-349, con referencia a A. Rubió i Lluch, Documents<br />
per l’història <strong>de</strong> la cultura catalana mig-eval , I, Barcelona, 1908, núm. 57. Aun si no se admite la<br />
propuesta <strong>de</strong>l prof. Bruni (véase n. 4), el artículo merece ser leído por varias otras valiosas sugerencias.<br />
251 Cf. Lola Badia, «L’“humanisme català”: formació i crisi d’un concepte historiogràfic» , en<br />
Actes <strong>de</strong>l Cinquè Col·loqui <strong>de</strong> Llengua i Literatura Catalanes , Montserrat, 1980, pp. 41-70 . Doy<br />
por supuesto que el lector está familiarizado con la bibliografía y los problemas reseñados en ese<br />
excelente trabajo (<strong>de</strong> don<strong>de</strong> tomo las frases a continuación insertas entre comillas), cuyo planteo, por<br />
otra parte, invita ( cf. p. 45) a un complemento a ritrosso que examine los testimonios antiguos <strong>de</strong><br />
una «conciencia <strong>de</strong> renacimiento» (positiva o negativa) en la Corona <strong>de</strong> Aragón; pues sorpren<strong>de</strong> que<br />
sigan olvidadas manifestaciones tan reveladoras como la Epistula <strong>de</strong> Hispaniarum viris illustribus ,<br />
145
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
i Lluch se remontaba a medio milenio atrás, al entorno <strong>de</strong>l 1388 a que suele adjudicarse el Valter<br />
e Griselda , y contaba las primeras huellas <strong>de</strong> Petrarca en el Principado entre los indicios <strong>de</strong> un<br />
«Renacimiento clásico en la literatura catalana» (1889). El interés por Petrarca -se ha dicho y repetido<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> entonces- nace <strong>de</strong> «un fervor clasicista profundamente enraizado en la Cataluña <strong>de</strong> finales<br />
<strong>de</strong>l XIV» como consecuencia <strong>de</strong> «la necesidad <strong>de</strong> los profesionales <strong>de</strong> la Cancillería <strong>de</strong> adaptar su<br />
prosa al mo<strong>de</strong>lo ciceroniano» . Las aportaciones <strong>de</strong> Jordi Rubió i Balaguer, en una gavilla <strong>de</strong> trabajos<br />
verda<strong>de</strong>ramente espléndidos, han invitado a quitar no poco hierro a las afirmaciones en la línea <strong>de</strong> las<br />
anteriores; mas no por ello se ha <strong>de</strong>svanecido una cierta opinión vulgata según la cual «l’humanisme<br />
<strong>de</strong>l XIV» se reconoce en una serie <strong>de</strong> rasgos que incorpora «la consciència literària d’alguns<br />
respecte <strong>de</strong> llur petrarquisme» . Las presentes páginas, justamente, quieren replantear la cuestión<br />
<strong>de</strong> los posibles vínculos entre la probada influencia <strong>de</strong> Petrarca y el hipotético «humanismo catalán»,<br />
hasta los días <strong>de</strong>l Compromiso <strong>de</strong> Caspe. 252<br />
Volvamos a la anécdota que quedó en el aire. Parece seguro, <strong>de</strong>cía, que el códice <strong>de</strong> Nápoles no entró<br />
nunca en la biblioteca <strong>de</strong> Petrarca; pero, gracias a Giuseppe Billanovich, 253 sabemos perfectamente<br />
qué podía hacer el padre <strong>de</strong>l humanismo, en 1328 o en 1351, con un texto <strong>de</strong> las Décadas . En<br />
breve y en términos negativos: algo radicalmente distinto <strong>de</strong> lo que hubiera hecho Jaime <strong>II</strong> en 1315.<br />
Apenas dos años antes, a instancias suyas, fra Pere Marsili reunía y daba forma en un Liber gestarum<br />
a las noticias <strong>de</strong>l archivo real sobre Jaime el Conquistador. Entre la petición <strong>de</strong>l Livio y el encargo<br />
<strong>de</strong>l Liber no hace falta establecer ninguna relación <strong>de</strong> causalidad; sí se impone, en cambio, advertir<br />
que ambos hechos surgen <strong>de</strong> una misma actitud. Para un monarca medieval, la historia es siempre<br />
historia <strong>de</strong> familia y «crónica <strong>de</strong> sociedad», genealogía y anecdotario <strong>de</strong> las gentes <strong>de</strong>l oficio. Fueran<br />
cuales fueran los informes recibidos <strong>de</strong> Borguny, la «materia» <strong>de</strong>l «Titus Livius» fácilmente se<br />
<strong>de</strong> Jeroni Pau, o el prólogo <strong>de</strong> Pere Badia a un Nebrija barcelonés <strong>de</strong> 1505 ( cf. Nebrija a Catalunya ,<br />
ed. F. Rico y A. - J. Soberanas, Barcelona, 1981, pp. 5-6), por aducir sólo un par <strong>de</strong> muestras.<br />
252 Para ese período, creo haber recogido todos los datos allegados por otros estudiosos (refiero <strong>de</strong><br />
nuevo a la rica información <strong>de</strong> L. Badia) y haberles sumado bastantes <strong>de</strong>sconocidos; el único caso que<br />
no consi<strong>de</strong>ro aquí -aunque lo traté en la versión oral <strong>de</strong> esta ponencia- merece, por su envergadura,<br />
una monografía extensa, según subrayaré en la conclusión.<br />
253 No remitiré sino a su immensum opus reciente: La tradizione <strong>de</strong>l testo di Livio e le origini<br />
<strong>de</strong>ll’umanesimo , Padua, 1981-1983; sobre el Par. Lat. 5690, en lo que aquí nos atañe, vid. I, i, pp.<br />
161 ss.<br />
146
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
le antojaría al Rey «bona et grata» : en <strong>de</strong>finitiva, era «matière <strong>de</strong> Rome la Grant» , sabrosa para<br />
cualquier caballero <strong>de</strong> la época, implicado o no en el juego <strong>de</strong> po<strong>de</strong>res mediterráneos. Si el precio<br />
-a<strong>de</strong>más- era extraordinariamente alto, don Jaime aún se sentiría más tentado por el manuscrito: la<br />
cosa sería digna <strong>de</strong> él, valdría la pena...<br />
Que los Ab Urbe condita <strong>de</strong> Nápoles, sin embargo, tampoco llegaron a manos <strong>de</strong> Jaime <strong>II</strong> lo<br />
atestigua la tenacidad con que Juan I, tres cuartos <strong>de</strong> siglo <strong>de</strong>spués, andaba a caza <strong>de</strong> Livio. El horizonte<br />
europeo había cambiado mucho en el ínterin. Petrarca, sanando e ilustrando las Décadas , basando<br />
en ellas el núcleo <strong>de</strong>l De viris illustribus y componentes esenciales <strong>de</strong>l Africa , echó los cimientos <strong>de</strong><br />
una nueva manera <strong>de</strong> hacer erudición y literatura. Pero no sólo para la vanguardia intelectual el Livio<br />
reconstruido por Petrarca se convirtió en «il classico di gran<strong>de</strong> moda» : 254 las versiones romances<br />
en <strong>de</strong>uda con la edición petrarquesca difundieron también su obra o su renombre entre los aristócratas<br />
<strong>de</strong> la sangre, brindándoles lectura tan entretenida cuanto ejemplar. Porque el mismo Pierre Bersuire,<br />
canciller <strong>de</strong> Juan el Bueno y <strong>de</strong>voto <strong>de</strong> Petrarca, proponía su traducción (1359) como un ‘espejo <strong>de</strong><br />
caballerías’, e igualmente como tal presentaba la suya el Canciller Ayala. 255 Cuando en agosto <strong>de</strong><br />
1380, así, el futuro Juan I le pedía a su «molt car avoncle» Carlos V «tres llibres escrits en llenguatje<br />
francès, ço és, les Canòniques <strong>de</strong> França , Titus Livius e Mendievila» , no es verosímil que<br />
estableciera entre ellos ninguna diferencia <strong>de</strong> género o especie. Cuando en 1383, en 1386, en 1387,<br />
en 1390, en 1396, seguía buscando las Décadas en la adaptación <strong>de</strong> Bersuire, en el original o incluso<br />
«en lenguatge sicilià» , 256 no respondía a estímulos substancialmente dispares <strong>de</strong> los que habían<br />
254 G. Billanovich, «Il Boccaccio, il Petrarca e le più antiche traduzioni in italiano <strong>de</strong>lle Decadi di<br />
Tito Livio» , Giornale storico <strong>de</strong>lla letteratura italiana , CXXX (1953), pp. 331-338 (330) .<br />
255 Vid. R. B. Tate, Ensayos sobre la historiografía peninsular <strong>de</strong>l siglo XV , Madrid, 1970, pp.<br />
44-46.<br />
256 A. Rubió, Documents... , <strong>II</strong> (1921), núm. 233, y I, núms. 336, 337, 377 y nn. 1, 378, 408, 433.<br />
No veo ningún apoyo a la hipótesis <strong>de</strong> que el Livio catalán <strong>de</strong> la British Library (Harleian 4893)<br />
pudiera ser <strong>de</strong> hacia 1383 y obra <strong>de</strong> Guillem <strong>de</strong> Copons, quien en ese año gestionaba un ejemplar <strong>de</strong><br />
las Décadas cerca <strong>de</strong>l Duque <strong>de</strong> Berry: si don Juan hubiera dispuesto <strong>de</strong> una traducción, no habría<br />
porfiado «in aliquibus Ispanie et Francie partibus» tras una copia «in latino vel saltem in ydiomate<br />
gallico» ( núm. 377). Ni siquiera se diría probable que la traducción existiera cuando se compuso<br />
el Scipió e Anibal ( cf. n. 261); pues, <strong>de</strong> existir, el opúsculo carecería <strong>de</strong> objeto, y resultaría difícil<br />
<strong>de</strong> compren<strong>de</strong>r que Canals no reflejara ninguna influencia directa <strong>de</strong> Livio. En La grant crónica <strong>de</strong><br />
147
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
movido a Jaime <strong>II</strong> a intentar la compra <strong>de</strong>l códice napolitano: ambos partían <strong>de</strong> la curiosidad histórica<br />
propia <strong>de</strong> un magnate medieval y aspiraban a satisfacerla <strong>de</strong> acuerdo con las posibilida<strong>de</strong>s y ofertas<br />
que hallaran en el mercado librario. La diferencia entre uno y otro está justamente en que el mercado<br />
había variado.<br />
Petrarca puso en circulación los Ab Urbe condita sin hacer la menor concesión a los romancistas (lo<br />
confirman las Familiares a Bersuire); pero Livio tenía dimensiones capaces <strong>de</strong> complacer a quienes<br />
nada alcanzaban <strong>de</strong> los studia humanitatis , y cortesanos y libreros se ocuparon en revelárselas a<br />
las personas a<strong>de</strong>cuadas. La irrupción <strong>de</strong> las Décadas , <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Francia, y un cierto número <strong>de</strong> casos<br />
similares ayudan a explicar una etapa <strong>de</strong> <strong>de</strong>licada valoración en el itinerario cultural <strong>de</strong> la Península.<br />
Con entidad, cronología y <strong>de</strong>senlace no siempre coinci<strong>de</strong>ntes, aunque sí convergentes, en todos los<br />
reinos <strong>de</strong> España se documenta un período en que hombres <strong>de</strong> formación y aficiones inequívocamente<br />
medievales, cuando <strong>de</strong>sean consolidar la una y dar curso a las otras, se tropiezan en las librerías y en<br />
las bibliotecas <strong>de</strong> prestigio con los autores re<strong>de</strong>scubiertos por Petrarca y sus secuaces. Son autores<br />
marcados con la etiqueta <strong>de</strong> la novedad: sin per<strong>de</strong>r el halo que los grecolatinos habían conservado hasta<br />
en los siglos más obscuros, ahora se aureolan también con el atractivo <strong>de</strong> la moda todavía accesible<br />
a pocos. Si Jaime <strong>II</strong> se apresuraba a encargar la rara avis aparecida en Nápoles, qué no haría Juan I<br />
por obtener el Livio, menos insólito, pero aún lejos <strong>de</strong> ser corriente, que sabía o sospechaba en manos<br />
<strong>de</strong> Carlos V, el Duque <strong>de</strong> Berry, Giangaleazzo Visconti, Antonio <strong>de</strong>lla Scala, Juan Fernán<strong>de</strong>z <strong>de</strong><br />
Heredia... Ni al Maestre <strong>de</strong> Rodas ni al «amador <strong>de</strong> la gentilesa» -por no salir <strong>de</strong> la Corona <strong>de</strong> Aragón-<br />
es posible tratarlos <strong>de</strong> ‘humanistas’; pero sí es lícito llamar «prehumanismo» o «prerrenacimiento» a<br />
coyunturas como las que ellos ejemplifican, al encuentro -inevitable- <strong>de</strong> los bibliófilos y lletraferits<br />
medievales con los primeros frutos <strong>de</strong>l humanismo italiano: es lícito, porque en tales coyunturas se<br />
Espanya , <strong>de</strong> Juan Fernán<strong>de</strong>z <strong>de</strong> Heredia ( vid. la modélica edición <strong>de</strong> los libros I y <strong>II</strong> por R. Af<br />
Geijerstam, Uppsala, 1964, p. 44), los catalanismos que se advierten en las secciones basadas en el<br />
texto <strong>de</strong> Bersuire <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>rán -como otras veces- <strong>de</strong> la lengua materna <strong>de</strong>l colaborador que pergeñó la<br />
versión aragonesa. No se <strong>de</strong>scui<strong>de</strong> que el único Livio presente en la biblioteca <strong>de</strong> Martín el Humano<br />
estaba escrito en italiano ( cf. F. Bruni, art. cit. , p. 346, n. 13). -Al redactar estas páginas, se me<br />
escapó el artículo <strong>de</strong> C. J. Wittlin, «La traducció catalana anònima <strong>de</strong> les Històries romanes I-V<strong>II</strong> <strong>de</strong><br />
Titus Livi » , Estudis romànics , X<strong>II</strong>I (1963-1968), pp. 277-315 (y véase ahora su prólogo al Livio<br />
<strong>de</strong>l Canciller Ayala, Barcelona, 1983), cuyas conclusiones en nada afectan a las mías.<br />
148
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
gesta un clima y se preparan algunos materiales (verbigracia, las traducciones <strong>de</strong> hacia 1400 impresas<br />
hacia 1500) que allanan el camino a los auténticos humanistas peninsulares. 257<br />
No obstante, hay que andarse con ojo a no confundir causas y efectos, el todo y la parte. Del 5 <strong>de</strong><br />
marzo al 22 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1386, don Juan reclama cuatro veces la Gran crónica <strong>de</strong> España <strong>de</strong> origen<br />
alfonsí; tres, las Décadas (en una ocasión, junto a Trogo y Plutarco); una, el Compendi historial <strong>de</strong> fra<br />
Jaume Domènec, y otra la tabla <strong>de</strong> la Grant crónica <strong>de</strong> Espanya <strong>de</strong> Heredia. 258 Claro está que el móvil<br />
común es el que el Rey <strong>de</strong>clara a propósito <strong>de</strong> la compilación castellana: «nos a<strong>de</strong>litam volenters<br />
en libres ystorials» , por el gozo <strong>de</strong> oír «molts fets e grans gestes» . No suena ahí <strong>de</strong>masiado<br />
«fervor clasicista». Ni siquiera hay tanto como ocasionalmente se ha pretendido en la explicación que<br />
introduce la <strong>de</strong>manda <strong>de</strong> un Livio a Domingo Mascó: «Quoniam in legendis celeberrimis romanorum<br />
ystoriis et grecorum potius quam aliis antiquorum gestis et libentius <strong>de</strong>lectamus » . Pues don Juan<br />
no dice «aliis gestis» o «aliorum gestis» , sino «aliis antiquorum gestis» : la preferencia por<br />
griegos y romanos parece restringida al marco <strong>de</strong> «los antiguos» (el parangón podía aten<strong>de</strong>r tanto a<br />
Josefo como al Compendi historial , pongamos), sin afectar a los «fets e gestes» <strong>de</strong> los mo<strong>de</strong>rnos.<br />
Un «fervor clasicista» se hubiera expresado en términos menos relativos y no se habría limitado a<br />
los historiadores (el Ovidio <strong>de</strong> las Heroidas y las Metamorfosis probablemente también entraba en<br />
esa categoría: 259 en especial para quien tuviera recientes las crónicas <strong>de</strong> Alfonso el Sabio). Lo que<br />
<strong>de</strong> veras se i<strong>de</strong>ntifica en Juan I es una pasión por la historia que no podía sino orientarse hacia las<br />
noveda<strong>de</strong>s bibliográficas que el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l humanismo iba introduciendo un peu partout . El Rey<br />
sin duda era consciente <strong>de</strong> que esas lecturas llevaban un inédito certificado <strong>de</strong> calidad y singularidad.<br />
Pero evitemos el anacronismo <strong>de</strong> imaginar que las buscaba para adoptarlas como paradigmas <strong>de</strong><br />
cultura -según exigían los studia humanitatis - y no para adaptarlas a sus propias coor<strong>de</strong>nadas. 260<br />
¿Se me permitirá recordar que estoy hablando <strong>de</strong> Petrarca ? La edición <strong>de</strong> Livio es obra no menos<br />
suya que el Secretum y el Canzoniere ; y el rescate y la difusión <strong>de</strong> las Décadas y <strong>de</strong> tantos<br />
257 Vuelvo sobre todo ello en La invención <strong>de</strong>l Renacimiento en España , don<strong>de</strong> trato también<br />
<strong>de</strong> otras dimensiones <strong>de</strong> los problemas aquí esbozados sólo en relación a Petrarca y el «humanismo<br />
catalán».<br />
258 A. Rubió, Documents... , núms. 374-379 y notas.<br />
259 Ibi<strong>de</strong>m , núms. 392 (1388), 405 y n. , 407 (1390), 427 (1393).<br />
260 Véase abajo, n. 306.<br />
149
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
otros textos antiguos supone una contribución harto mayor a la andadura <strong>de</strong>l Renacimiento. Por el<br />
contrario, la divulgación <strong>de</strong> los escritos más personales <strong>de</strong> Petrarca a menudo tiene poco o nada que<br />
ver con una apertura real y eficaz a las lecciones <strong>de</strong>l humanismo. En seguida aclararé la afirmación.<br />
Por ahora, conviene volver a tomar el hilo y mostrar hasta qué punto pue<strong>de</strong> ser cierto que al hablar<br />
<strong>de</strong> Livio se está hablando <strong>de</strong> Petrarca.<br />
Las páginas <strong>de</strong> fra Antoni Canals hoy rebautizadas Scipió e Anibal nacieron en el primer <strong>de</strong>cenio<br />
<strong>de</strong>l Cuatrocientos, a impulso <strong>de</strong> «don Alfonso» , <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1399 «duch <strong>de</strong> Gandia» . 261 Nos consta<br />
que el Duque <strong>de</strong>seaba «aver lo parlament <strong>de</strong> Scipió e Anibal, e la batayla sagüent» (p. 31) , y,<br />
aunque ignoramos <strong>de</strong> dón<strong>de</strong> le venía el capricho, no cabe conjeturar que fuera <strong>de</strong> una fuente más<br />
noble que la Crónica <strong>de</strong> Espanya (IV-VI) <strong>de</strong>l maestre Heredia, que había aprovechado al propósito<br />
el romanceamiento <strong>de</strong> Bersuire ( cf. n. 256). Tampoco sabemos exactamente <strong>de</strong> qué índole era<br />
«lo gran plaer» que -según Canals- le producían esos episodios <strong>de</strong> las guerras púnicas. Pero don<br />
Alfonso dio pruebas <strong>de</strong> una impaciencia irreprimible por leer el Dotzè <strong>de</strong>l Chrestià 262 (no falto <strong>de</strong><br />
evanescentes referencias a Livio) y Eiximenis le hizo eco apuntando en el prólogo por qué motivos<br />
había <strong>de</strong> agradarle parejo «volum <strong>de</strong> regiment <strong>de</strong> prínceps e <strong>de</strong> comunitats» : «Quan pens los<br />
famosos prínceps e grans cavallers, los passats reis d’Aragó, <strong>de</strong>ls quals vós sou davallat per la divinal<br />
ordinació e clemència, e pens l’estament en què Déu vos ha posat <strong>de</strong> regiment en esta vida, veig que<br />
sobiranament és a vós necessària saviesa e doctrina a governar e posar en or<strong>de</strong> vós mateix e los altres<br />
negocis <strong>de</strong> regiment <strong>de</strong> cavalleria en què us cové ocupar » . 263 El «plaer» a cuenta <strong>de</strong> Escipión y<br />
Aníbal, «aquests dos lums <strong>de</strong> tota cavalaria» (p. 48) , no <strong>de</strong>bió ser extraño a tal ámbito <strong>de</strong> intereses.<br />
261 El ad quem se ha puesto en 1422, fecha <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong>l homónimo segundo Duque ( cf. M.<br />
<strong>de</strong> Riquer, Història <strong>de</strong> la literatura catalana , I, Barcelona, 1964, p. 455); pero puedo precisar que el<br />
explicit ( «ací jau Anibau, lo gran guerrer» ) aparece en un inventario que J. M. Madurell i Marimon<br />
data en 1410 ( Manuscrits en català anteriors a la impremta [1321-1474] , Barcelona, 1974, pp. 43-44).<br />
Cito por la edición <strong>de</strong> Riquer, Barcelona, 1935. -Véase Antoni Canals y Petrarca. Para la fecha y las<br />
fuentes <strong>de</strong> «Scipió e Anibal» , en el volumen <strong>de</strong> homenaje a M. Sanchis Guarner, Universidad <strong>de</strong><br />
Valencia, en prensa.<br />
262 Véase Pedro M. Cátedra, «Francesc Eiximenis y don Alfonso <strong>de</strong> Aragón», Archivo ibero-<br />
americano , en prensa.<br />
263 El texto es accesible ahora en la utilísima antología <strong>de</strong> A. G. Hauf, ed. , F. Eiximenis, Lo Crestià ,<br />
Barcelona, 1983, p. 179 ; una cita falsa <strong>de</strong> Livio, en las pp. 237-238.<br />
150
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
En cualquier caso, no lo era el <strong>de</strong>signio en que fra Antoni resumía los once capítulos <strong>de</strong> su trabajo:<br />
«en los quals tot cavaler pot ésser instruït en quina forma és periylosa cosa voler massa affactadament<br />
estar, viure e perseverar en divisions, bregues, guerres e batayles» (p. 41) .<br />
La respuesta <strong>de</strong> Canals a los <strong>de</strong>seos <strong>de</strong>l Duque merece examen <strong>de</strong>tenido. «Volent servir a la dita<br />
vostra senyoria, som estudiat <strong>de</strong> traura lo dit parlament, axí planàriement com miylor he pogut. Per<br />
què, ligint <strong>de</strong> una part Tito Lívio, qui·l posà assatz largament, e d’altra Francesch Patrarcha, qui en lo<br />
seu libra appelat Affricha trectà fort belament e diffusa, he aromansat lo dit parlament sagons mon<br />
petit enginy» (p. 31) . Uno entien<strong>de</strong> que la obrita va a conjugar las Décadas y el Africa , pero ya<br />
Sanvisenti señaló que los once capítulos en cuestión no pasan <strong>de</strong> traducir -con ten<strong>de</strong>ncia a simplificar-<br />
dos fragmentos <strong>de</strong> la epopeya petrarquesca (V<strong>II</strong>, 93-449, 740-1130), ciertamente empapados <strong>de</strong> Livio.<br />
La doble inspiración proclamada por fra Antoni, no obstante, se ha querido justificar por la presencia<br />
<strong>de</strong> un Epílogo (pp. 81-84) que, tras los capítulos <strong>de</strong>rivados <strong>de</strong>l Africa , narra la vida <strong>de</strong> Aníbal <strong>de</strong>spués<br />
<strong>de</strong> Zama y don<strong>de</strong> se reconoce alguna noticia <strong>de</strong> los Ab Urbe condita . Pero la justificación ha <strong>de</strong><br />
corregirse, porque <strong>de</strong> hecho el Epílogo es una mera versión <strong>de</strong>l final <strong>de</strong> la semblanza correspondiente<br />
en el De viris illustribus <strong>de</strong>l mismo Petrarca (XV<strong>II</strong>, Hanibal , 49-55). En un intento extremo <strong>de</strong><br />
no <strong>de</strong>smentir a Canals, podría arriesgarse que el salto <strong>de</strong>l verso 449 al verso 740 <strong>de</strong>l Africa , V<strong>II</strong>,<br />
pretendía respetar la secuencia <strong>de</strong>l relato en Livio (XXX, 31-32); pero no otra secuencia trae el De<br />
viris en la biografía <strong>de</strong> Escipión (XXI, ix-x). «¿De una part Tito Lívio e d’altra Francesch Patrarcha?»<br />
. No: solo Petrarca. Y unas mentirijillas. 264<br />
En el último tercio <strong>de</strong>l siglo, el car<strong>de</strong>nal Margarit agilizó ciertas secciones <strong>de</strong>l Paralipomenon<br />
Hispaniae echando mano <strong>de</strong>l compendioso De gestis Cesaris petrarquesco y reservando a César para<br />
los lugares cruciales. 265 Fra Antoni no necesitaba la brevedad en ningún momento, antes confesaba<br />
264 El lamento sobre «la instabilitat <strong>de</strong> la fortuna» que en el prólogo ( p. 33) atribuye Canals a<br />
«Francesch Patrarca, en persona <strong>de</strong> Paulo Emílio» tiene toda la pinta <strong>de</strong> ser una recreación fantaseada<br />
<strong>de</strong>l planto <strong>de</strong> Magón moribundo ( Africa , VI, 885-918), el pasaje más sabido <strong>de</strong> todo el poema y<br />
único divulgado en vida <strong>de</strong>l autor. Por otro lado, las referencias a Livio en el Libre anomenat Valeri<br />
Màximo ( ed. R. Miquel i Planas, Barcelona, 1914, I, p. 33, y <strong>II</strong>, pp. 86-88) proce<strong>de</strong>n claramente <strong>de</strong><br />
las glosas marginales <strong>de</strong>l manuscrito usado por fra Antoni; compárese G. Billanovich, «Il Petrarca e<br />
gli storici latini» , en Tra latino e volgare. Per Carlo Dionisotti , I, Padua, 1974, pp. 67-145.<br />
265 Cf. R. B. Tate, Joan Margarit i Pau, car<strong>de</strong>nal i bisbe <strong>de</strong> Girona , Barcelona, 1976, pp. 241,<br />
280-283.<br />
151
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
la intención <strong>de</strong> escribir «planàriement» : prefirió el Africa al De viris por creerlo, rectamente,<br />
con mayor colorido, más conmovedor y prolijo, y, así, más a<strong>de</strong>cuado al paladar <strong>de</strong>l Duque <strong>de</strong> Gandía.<br />
Precisamente porque tenía libertad para proce<strong>de</strong>r tan «belament e diffusa» como le apeteciera, es<br />
más sintomático que saltara <strong>de</strong>l verso 449 al 740 y omitiera el morceau <strong>de</strong> bravoure <strong>de</strong>l libro séptimo:<br />
la virgiliana alegoría <strong>de</strong> Roma y Cartago en el Olimpo. No era miel para su boca. El honrado fraile<br />
estaba bastante al día en sus lecturas y llegaba a compartir con Petrarca algunas i<strong>de</strong>as en cuanto a la<br />
interpretación <strong>de</strong> la historia antigua (como Petrarca las compartía con una ilustre veta anterior). 266<br />
Nada le <strong>de</strong>cían, en cambio, la elaborada viñeta mitológica ni la celebración <strong>de</strong> las glorias romanas. Lo<br />
suyo era a<strong>de</strong>cuar unos datos <strong>de</strong> Livio a un modo <strong>de</strong> enten<strong>de</strong>r medieval, podándolos <strong>de</strong> preocupaciones<br />
y filigranas <strong>de</strong> humanista. Sin hostilidad, pienso, pero también sin <strong>de</strong>sazón. El mercado había hecho<br />
accesibles muchos textos <strong>de</strong> clásicos y clasicistas; con ellos se <strong>de</strong>jaba alimentar la vieja curiosidad<br />
<strong>de</strong> los po<strong>de</strong>rosos por la historia y la novela histórica. Que la aristocracia disfrutara con los selectos<br />
juguetes recién comprados, que los héroes paganos se pusieran <strong>de</strong> moda, no era cosa <strong>de</strong>masiado<br />
alarmante: un espíritu equilibrado podía incluso sacarle partido moral, político y «<strong>de</strong> cavalaria» . Las<br />
herramientas que maneja Canals son más y mejores -porque, sencillamente, Petrarca y sus discípulos<br />
266 Amén <strong>de</strong> para servir al Duque y dar la enseñanza ya recordada (en la cita <strong>de</strong> la p. 41),<br />
Canals tradujo los fragmentos <strong>de</strong>l Africa por tres razones que enumera en cláusulas rimadas, como<br />
el thema <strong>de</strong> un sermón: «la primera és per mostrar la fortuna temporal como és alanegoza e instable;<br />
la sagona és per notar la victòria campal com és duptosa e variable; la terça és per provar la fin<br />
<strong>de</strong>l garrer mundanal com és vituperosa e miserable» ( pp. 31-32). Petrarca no hubiera vacilado en<br />
suscribir las tres razones (para la segunda, por ejemplo, vid. G. Martellotti, ed. , De viris illustribus ,<br />
Florencia, 1964, p. 293, y «La Collatio inter Scipionem, Alexandrum, Hanibalem et Pyrrum . Un<br />
inedito <strong>de</strong>l Petrarca...» , en Classical, Mediaeval and Renaissance Studies in Honor of B. L. Ullman ,<br />
<strong>II</strong>, Roma, 1964, p. 163), ni en asumir las que fra Antoni esgrime para traducir a Valerio Máximo y<br />
a Séneca ( cf. M. <strong>de</strong> Riquer, Història... , <strong>II</strong>, pp. 448-454); y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego habría aplaudido lo que en<br />
el prólogo al De providència pueda haber <strong>de</strong> arremetida contra un escolasticismo vulgar afín al mal<br />
llamado «averroísmo» que él combatió en el De sui ipsius et multorum ignorantia (para una rápida<br />
orientación, véase F. Rico, ed. , Petrarca, Obras , I, Madrid, 1978, pp. XXV<strong>II</strong>-XXX y n. 60; y las<br />
bienvenidas acotaciones <strong>de</strong> M. Batllori, en IX Congresso di Storia <strong>de</strong>lla Corona d’Aragona... , La<br />
Corona d’Aragona e il Mediterraneo... , I, Nápoles, 1978, pp. 242-244). Pero el punto <strong>de</strong>cisivo no se<br />
halla en esas coinci<strong>de</strong>ncias <strong>de</strong> tipo doctrinal, sino en la ceguera <strong>de</strong> Canals para la estética clásica y el<br />
enfoque filológico propugnados por Petrarca y los humanistas.<br />
152
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
se las han acercado-, pero en mentalidad ni el fraile ni el Duque difieren mucho <strong>de</strong> Joan Borguny y<br />
Jaime <strong>II</strong>. Tanto es así, que el Scipió e Anibal se interpoló prontamente en la versión catalana <strong>de</strong> una<br />
crónica universal francesa <strong>de</strong> hacia 1230: 267 <strong>de</strong>sbrozados por Canals, los hexámetros <strong>de</strong>l Africa se<br />
fundieron sin dificultad con los extractos <strong>de</strong>l Roman <strong>de</strong> Thèbes y <strong>de</strong>l Roman <strong>de</strong> Troie , con las<br />
fábulas <strong>de</strong> una «matière» en que Petrarca no veía sino «levi tas Gallorum» y «Romanorum<br />
invidia atque odium» ( De viris , XV, 50) .<br />
No nos duela haber pasado <strong>de</strong>l 1315 <strong>de</strong> Jaime <strong>II</strong> al 1380 en que el «amador <strong>de</strong> la gentilesa»<br />
empezaba a pedir el Livio <strong>de</strong> Bersuire, y luego a los años <strong>de</strong>l Scipió i Anibal , caro a don Alfonso <strong>de</strong><br />
Aragón, y <strong>de</strong> la crónica <strong>de</strong> marras. La línea que así hemos trazado nos es imprescindible para aquilatar<br />
la fortuna petrarquesca - uterque fortuna - en las tierras <strong>de</strong> lengua catalana. Pero ahora nos conviene<br />
caminar más <strong>de</strong>spacio y renunciar a co<strong>de</strong>arnos con señores encumbrados y eclesiásticos <strong>de</strong> copete.<br />
También entre gentes más humil<strong>de</strong>s andaba Petrarca. Pero con qué distinto porte...<br />
La primera mención <strong>de</strong> Petrarca en el Principado tiene por añadidura la virtud <strong>de</strong> dar cuenta <strong>de</strong><br />
sí misma y asomar en un contexto notablemente locuaz: la correspon<strong>de</strong>ncia que Lluís Carbonell,<br />
«scriba» <strong>de</strong>l Obispo <strong>de</strong> Gerona y entusiasta <strong>de</strong>l Papa <strong>de</strong> Aviñón, cruzó en 1386 con quien antaño<br />
fuera feligrés y discípulo suyo, Pere Des-Pont, para entonces «scriptor» regio, tras haber servido<br />
a Urbano VI en la curia <strong>de</strong> Roma y a Carlos <strong>II</strong>I en Nápoles. 268 Mejor que <strong>de</strong> una correspon<strong>de</strong>ncia,<br />
sin embargo, conviene quizá hablar <strong>de</strong> un certamen , según el uso grato a los cultivadores <strong>de</strong>l ars<br />
dictaminis . Como sea, a menudo es obvio que los contendientes están echando el resto en ciencia y<br />
267 Vid. P. Bohigas, en Estudis universitaris catalans , XVI (1931), pp. 93-111, y M. Coll i Alentorn,<br />
«Les cròniques universals catalanes» , Boletín <strong>de</strong> la Real Aca<strong>de</strong>mia <strong>de</strong> Buenas Letras <strong>de</strong> Barcelona ,<br />
XXXIV (1971-1972), pp. 43-50; la fecha dada en esos trabajos pue<strong>de</strong> mantenerse a la luz <strong>de</strong> lo dicho<br />
en mi n. 261.<br />
268 Edición <strong>de</strong> J. Morera Sabater, «Una curiosa correspon<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l año 1386 relativa al Cisma<br />
<strong>de</strong> Occi<strong>de</strong>nte», Spanische Forschungen <strong>de</strong>r Görresgesellschaft , serie I, XX<strong>II</strong> (1965), pp. 202-216<br />
(cito por el número <strong>de</strong> la carta), quien no menciona el ms. 1249 <strong>de</strong> la <strong>Biblioteca</strong> <strong>de</strong> Cataluña ( vid. n.<br />
270). Para la biografía <strong>de</strong> Des-Pont, M. <strong>de</strong> Riquer, Obras <strong>de</strong> Bernat Metge , Barcelona, 1959, p. *50.<br />
Corrijo aquí algunas afirmaciones que hice en «Cuatro palabras sobre Petrarca en España (siglos XV<br />
y XVI)», en Convegno Internazionale Francesco Petrarca , Roma, 1976 ( Atti <strong>de</strong>i Convegni Lincei ,<br />
10), pp. 49-58 (en especial, 52-53), don<strong>de</strong> me mantenía <strong>de</strong>masiado apegado a planteamientos que<br />
ahora juzgo inexactos.<br />
153
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
estilo, rebuscando «dictiones» y «scematis atque tropi species multas» (I), sudando «argumentis<br />
vel auctoritatibus» (V). Subrayémoslo en seguida: las auctoritates que alegan con tanta reiteración<br />
salen casi in<strong>de</strong>fectiblemente <strong>de</strong> florilegios o centones, don<strong>de</strong> las tenían agrupadas por materias y<br />
acuñadas ya en forma <strong>de</strong> sentencias. Era una erudición <strong>de</strong> repertorio y prêt-à-porter . ¿Se terciaba<br />
tratar <strong>de</strong> la amistad? No había más que tirar <strong>de</strong> la cuerda. Carbonell engarza sendas <strong>de</strong>finiciones <strong>de</strong><br />
Tulio y Salustio, apela a Séneca (valga lo que valiere, aquí y en las restantes cartas), prolonga el<br />
discurso con una resonancia <strong>de</strong> «illud psalmodicum» concertada con el Facetus , etc., etc. (<strong>II</strong>I). No<br />
<strong>de</strong> otro modo trabaja Des-Pont. En la «atrox responsiva» <strong>de</strong>l 5 <strong>de</strong> febrero (<strong>II</strong>), así, casa a Séneca con<br />
los Salmos, los Disticha Catonis , Job, Agustín, Hilario, San Juan, las Decretales ... En ese torrente<br />
<strong>de</strong> auctoritates , al topar con el «habitare in unum» y el «rogate ad pacem» bíblicos y litúrgicos,<br />
nos sorpren<strong>de</strong> concordándolos con unas líneas petrarquescas ( «Et inquit Petrarcha » ) apoyadas en<br />
los Evangelios y el Agnus Dei . 269 La sorpresa fue también <strong>de</strong> Carbonell, que, en una misiva hoy<br />
269 «Et pacem <strong>de</strong> cetero habeamus, qua nihil tranquilius in hoc seculo. Sicut non latet vestre<br />
discretionis iudicium, “quam bonum et quam iucundum sit habitare fratres in unum” psalmus<br />
[CXXX<strong>II</strong>, 1] prophetico sermone testatur. Ait etiam: “rogate que ad pacem sunt Ierusalem, et<br />
abundantia diligentibus se” [CXXI, 6]. Et inquit Petrarcha: “qui non litigat celebs est, quia ex unitate<br />
animorum et bone pacis concordia, que <strong>de</strong> inimico amicum constituit, exulat a cor<strong>de</strong> asperitas rancoris,<br />
salus hominis utriusque conservatur, ‘parve res crescunt, velut ex discordia maxime dilabuntur’”.<br />
Hec Deo grata est et hominibus, cum i<strong>de</strong>m est sensus oris et cordis et quod ore <strong>de</strong>promitur a cordis<br />
sentencia non discordat. Quid vero tranquilla pace serius, quid ipsa salubrius? Nonne pax nobis fuit<br />
salutatio Christi [Mateo, X, 12] , nonne illam suis reliquit discipulis, cum rediit un<strong>de</strong> venit? [Juan,<br />
XIV, 27] Quid aliud nisi pacem ymnus canit angelicus [Lucas, <strong>II</strong>, 14] et tercius Agnus Dei ?» . No<br />
hallo en Petrarca el texto que le atribuye Des-Pont (concluya don<strong>de</strong> concluya la supuesta cita), ni<br />
reconozco apenas ahí el estilo petrarquesco. Pero el par <strong>de</strong> frases que he distinguido con comillas<br />
simples contiene una sentencia <strong>de</strong> Salustio, Yugurta , X, 6 (también en Séneca, A Lucilio , XCIV,<br />
46), que Petrarca aduce en Familiares , X<strong>II</strong>, ii, 14: es <strong>de</strong>cir, en la celebérrima Letra <strong>de</strong> Reyals Costums<br />
(como se le llamó en la versión catalana, luego incluida en el Tirant lo Blanc , CXL<strong>II</strong>I, y retraducida al<br />
castellano), que tuvo una increíble difusión aislada <strong>de</strong>l resto <strong>de</strong> las Familiares . Des-Pont, directa o más<br />
bien indirectamente, podría <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>r <strong>de</strong> una glosa a la epístola en cuestión (o quizá <strong>de</strong> un comentario<br />
como el inédito <strong>de</strong> Barbato da Sulmona). También podría estar fantaseando como el obispo Sagarriga<br />
al utilizar esa misma carta y ese mismo extracto <strong>de</strong> Salustio (véase abajo, n. 300). Pero nótese que la<br />
sentencia <strong>de</strong>l Yugurta era pieza habitual en los florilegios: <strong>de</strong> ellos la toma sin duda Marc <strong>de</strong> Villalba<br />
154
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
no conservada, inquirió quién era ese insólito Petrarca que se colaba entre los nombres <strong>de</strong>s<strong>de</strong> siempre<br />
respetables. «Ad ea que <strong>de</strong> Francisco Petrarcha queritis -le ilustró Des-Pont- , respon<strong>de</strong>o vobis<br />
quod fuit digne laureatus poeta et maximam habet reputacionem, hicque multorum librorum volumina<br />
compilavit, et inter ceteros reputo meliorem librum Rerum senilium et librum De vita solitaria ,<br />
per eum compilatum in quodam nemore prope Nuceriam, Salernitane diocesis» (V<strong>II</strong>). 270 ¿Oímos el<br />
testimonio <strong>de</strong> una lectura personal o meramente <strong>de</strong> una «reputacio» ? Porque Des-Pont <strong>de</strong>muestra<br />
no haber frecuentado uno <strong>de</strong> los dos solos «volumina» que recuerda: 271 un auténtico lector <strong>de</strong>l De<br />
vita solitaria mal podía aceptar una leyenda provinciana que situara en Nocera, diócesis <strong>de</strong> Salerno,<br />
la composición <strong>de</strong> una obra que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el mismo prólogo se proclama redactada en los dominios <strong>de</strong>l<br />
Obispo <strong>de</strong> Cavaillon, «in rure tuo» , en Vaucluse, a cuatro pasos <strong>de</strong> Aviñón. 272<br />
Lo más probable es que las líneas petrarquescas arriba mentadas ( ad n. 269) se espigaran en alguna<br />
colección <strong>de</strong> auctoritates (el gran aretino entró pronto en las antologías, e incluso veremos que las<br />
hubo extraídas íntegramente <strong>de</strong> sus páginas). Pero aun si Des-Pont alcanzó un cierto conocimiento<br />
directo <strong>de</strong> las Seniles que evoca, no cabe duda <strong>de</strong> que en estilo nada <strong>de</strong> enjundia <strong>de</strong>be a Petrarca.<br />
A quien sí <strong>de</strong>berá es a su «magister» , al Lluís Carbonell que ignoraba a Petrarca. Maestro y<br />
(en la p. 144 <strong>de</strong>l parlamento luego discutido, n. 302), y posiblemente hace otro tanto Felip <strong>de</strong> Malla,<br />
Memorial <strong>de</strong>l pecador remut , ed. M. Balasch, I, Barcelona, 1981, pp. 191-192 ( cf. J. Perarnau, ed. , F.<br />
<strong>de</strong> M. , Correspondència política , I, Barcelona, 1978, p. 50, n. 111). Y opino que la falsa atribución <strong>de</strong><br />
Des-Pont (si realmente lo es) se explica bien como error producido en la consulta o en la compilación<br />
<strong>de</strong> una antología que a su vez estuviera en <strong>de</strong>uda con Familiares , X<strong>II</strong>, ii, 14.<br />
270 El ms. 1249, apud M. <strong>de</strong> Riquer, Obras <strong>de</strong> B. Metge , p. *50 , lee «meliores» y trae algunas<br />
variantes claramente corruptas.<br />
271 Compárese, por ejemplo, el catálogo <strong>de</strong> libros petrarquescos que da Lydgate, en N. Mann, «Dal<br />
moralista al poeta: appunti per la fortuna <strong>de</strong>l Petrarca in Inghilterra» , en Convegno Internazionale<br />
Francesco Petrarca , pp. 60-61.<br />
272 Sin embargo, ya en 1377, Guillem <strong>de</strong> Coll <strong>de</strong> Canes, entonces estudiante <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho canónico<br />
y <strong>de</strong>stinado a una próspera carrera eclesiástica, había sacado una copia <strong>de</strong>l De vita solitaria : el actual<br />
ms. Ripoll, 104, <strong>de</strong>l Archivo <strong>de</strong> la Corona <strong>de</strong> Aragón; es tentador relacionar esa transcripción con<br />
la biblioteca papal, que, si hasta entonces no había tenido ninguno, entre 1375 y 1379 adquirió diez<br />
manuscritos petrarquescos ( M. Faucon, La librairie <strong>de</strong>s papes d’Avignon... , <strong>II</strong>, París, 1887, pp. 30,<br />
138-139, 154).<br />
155
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
discípulo representan diferentes etapas <strong>de</strong>l itinerario, pero ambos andan por un mismo camino: el<br />
<strong>de</strong> las artes dictaminis como guía y meta <strong>de</strong>l quehacer literario. Carbonell es un muy aventajado<br />
exponente <strong>de</strong> la reforma <strong>de</strong>l dictamen que se acomete en Cataluña al mediar el Trescientos. A finales<br />
<strong>de</strong>l siglo, Des-Pont está un paso por <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> él: refleja el momento en que esa reforma, sin evadirse<br />
<strong>de</strong>l marco <strong>de</strong>l ars dictandi , marcha paralela a los primeros ecos <strong>de</strong>l humanismo y ocasionalmente<br />
aprovecha con mejor tino tal o cual aportación suya. Paralela, digo, pero distinta, y con maneras muy<br />
peculiares <strong>de</strong> aprovechar las sugerencias ajenas. Si los humanistas <strong>de</strong>seaban refinar el lenguaje merced<br />
a la imitación <strong>de</strong> los clásicos, ese <strong>de</strong>seo estimuló a los dictatores a refinar también su latín: pero<br />
ellos lo hicieron <strong>de</strong> acuerdo con sus propias normas y tradiciones. Si los humanistas multiplicaban<br />
las citas -ateniéndose a un estricto canon <strong>de</strong> autores y muchas veces con intención más estilística<br />
que apodíctica-, los dictatores tendieron igualmente a multiplicar sus sententiae : pero revolviendo<br />
nombres dignos e indignos, equiparando en alcance proverbios impresentables y textos brotados <strong>de</strong><br />
buen manantial. No obstante, por encima <strong>de</strong> unas parvas coinci<strong>de</strong>ncias y por más que algún aficionado<br />
llegara a confundirlos, dictamen y humanismo son sendas que no se superpusieron ni siquiera en la<br />
Florencia <strong>de</strong> Bruni y Poggio. 273<br />
No nos equivoquemos: la correspon<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> Carbonell y Des-Pont no pertenece a<br />
«l’epistolografia en llatí, en la qual fou mestre el Petrarca, [que] és una característica <strong>de</strong> l’humanisme»<br />
, ni substituye «el viejo cursus medieval por la prosa <strong>de</strong> ca<strong>de</strong>ncias y recursos renacentistas, para lo<br />
que son mo<strong>de</strong>los Cicerón y Petrarca» . 274 Des-Pont no había vuelto <strong>de</strong> Roma y <strong>de</strong> Nápoles con las<br />
273 Asiento en gran parte a los renovadores trabajos <strong>de</strong> Ronald G. Witt, Coluccio Salutati and<br />
His Public Letters , Ginebra, 1976, pp. 23-41, y «Medieval Ars Dictaminis and the Beginnings of<br />
Humanism: A New Construction of the Problem» , Renaissance Quarterly , XXXV (1982), pp. 1-35,<br />
a cuya luz modificaría ahora algunos puntos <strong>de</strong>l prólogo citado en la n. 266.<br />
274 J. Rubió, La cultura catalana <strong>de</strong>l Renaixement a la Decadència , Barcelona, 1964, p. 13, y M.<br />
<strong>de</strong> Riquer, en Arbor , XLV<strong>II</strong>I (1961), núm. 184, p. 545 (en ambos lugares se tiene presente a Des-<br />
Pont y en otras ocasiones ambos maestros han formulado más matizadamente los problemas conexos).<br />
Para dar una justa valoración <strong>de</strong> la correspon<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> Carbonell y Des-Pont es esencial advertir<br />
que se trata <strong>de</strong> cartas no oficiales . Ahora bien, en un epistolario privado (y por no hablar <strong>de</strong>l cursus<br />
y <strong>de</strong> su metamorfosis en Petrarca), ningún humanista, por bisoño que fuera, se dirigiría a otro en<br />
segunda persona <strong>de</strong>l plural; y, sin embargo, la única vez que el tu aparece en nuestra correspon<strong>de</strong>ncia<br />
es por razones afectivas y excusándose Carbonell por hablar «loqutione pluralika pretermissa» (V).<br />
156
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
manos vacías: la «reputacio» petrarquesca era cosa que se le escapaba a Carbonell. Pero uno y<br />
otro continuaban <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l ámbito <strong>de</strong> las artes dictaminis , en un mundo <strong>de</strong>spreciado por Petrarca.<br />
El estilo <strong>de</strong> Des-Pont es menos asfixiante, menos atormentado que el <strong>de</strong> Carbonell, pero todavía es<br />
cabalmente <strong>de</strong> dictator , no <strong>de</strong> humanista. 275 De hecho, Des-Pont y sus amigos barceloneses (<br />
vid. n. 279) admiraban la «venustas» , el «ornatus verborum» <strong>de</strong> Carbonell, y elogiaban su<br />
saber <strong>de</strong> «ystorie poetice» (!), aun sin prescindir <strong>de</strong> una cautela que encantaría a fray Vicente Ferrer:<br />
«Multos attamen audio recitare magne scientie viros fuisse damnatos, utpote Aristotelem et Senecam,<br />
et sileo plures» (<strong>II</strong>). Las elegancias clásicas, las alusiones a la Antigüedad, cualquier discriminación<br />
o preferencia humanística faltan en las cartas <strong>de</strong> Des-Pont: su horizonte son las artes dictaminis y la<br />
fácil retahíla <strong>de</strong> auctoritates , don<strong>de</strong> Petrarca entra <strong>de</strong>spojado <strong>de</strong> su significación cultural y literaria<br />
(a pesar <strong>de</strong> la vaga, lejana «reputacio» <strong>de</strong> «laureatus poeta» ), al mismo título que los Disticha<br />
Catonis y las Decretales .<br />
Ese Petrarca tan poco petrarquesco tiene una filiación suficientemente clara. La divisaremos mejor<br />
con un ro<strong>de</strong>o. Des<strong>de</strong> mediados <strong>de</strong>l siglo XIV, según señalaba, se registra en Cataluña una mayor<br />
atención al ars dictandi . Se resucitó a Pier <strong>de</strong>lla Vigna ( fl. 1225), las fórmulas <strong>de</strong> cuyo stilus<br />
rhetoricus -pero <strong>de</strong>s<strong>de</strong>ñoso <strong>de</strong> la elocuencia clásica- lograron un cierto aprecio en la Cancillería,<br />
276 y se estudió diligentemente un manual <strong>de</strong> hacia 1350 y pico que, si no ofrecía nada que no se<br />
A reserva <strong>de</strong> volver sobre ello con un análisis <strong>de</strong>tenido, rasgos como las frecuentes interjecciones y la<br />
impostación bíblica -aparte algunos indicios externos- aproximan la prosa <strong>de</strong> los dos corresponsales<br />
al stilus rhetoricus <strong>de</strong> los dictatores ( cf. sólo R. G. Witt, Coluccio Salutati and His Public Letters ,<br />
pp. 34-35, con bibliografía).<br />
275 Incluso algún instante afortunado parece mol<strong>de</strong>arse al azar <strong>de</strong> las fuentes, sean cuales fueran;<br />
así, al escribir, entre dos referencias a San Hilario: «Queritis alias informationes? Quoniam, ut ait<br />
Cicero, “maiores habeo”» (<strong>II</strong>). Cf. Pro Marcello , XI, 33 ( «maximas tibi omnes gratias agimus, C.<br />
Caesar, maiores etiam habemus» ) y Petrarca, Familiares , XI, v, 13 ( «Ago tamen [grates] quas<br />
possum, magnas certe, sed ut ait Cicero, “maiores habeo”» ); un préstamo ocasional <strong>de</strong> este tipo,<br />
reducido a fórmula, o el calco <strong>de</strong> unas líneas que le complacieran o cuyo tema le conviniera (según<br />
hace Sagarriga: vid. n. 300) es todo lo más que Des-Pont podría haber sacado <strong>de</strong> Petrarca: el substrato<br />
clásico <strong>de</strong> la lengua y la cultura petrarquescas le es enteramente ajeno.<br />
276 Cf. J. Ruiz Calonja, «Valor literario <strong>de</strong> los preámbulos <strong>de</strong> la cancillería real catalano-aragonesa<br />
en el siglo XV», Boletín <strong>de</strong> la Real Aca<strong>de</strong>mia <strong>de</strong> Buenas Letras <strong>de</strong> Barcelona , XXVI (1954-1956), p.<br />
157
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
enseñara ya en el Doscientos, conciliaba sin roces las doctrinas <strong>de</strong> la escuela italiana y <strong>de</strong> la escuela<br />
francesa: la Summa dictaminis , <strong>de</strong> un tal «Hugus» , seguramente español. 277 La <strong>de</strong>finición <strong>de</strong>l<br />
dictamen que ahí se da para empezar yuxtapone las <strong>de</strong> Pons <strong>de</strong> Provenza y Lorenzo d’Aquileia e<br />
indica perfectamente cuáles serían las ten<strong>de</strong>ncias estéticas <strong>de</strong> quienes la aplicaran: «Dictamen est<br />
literalis edicio venustate sermonum egregia, sententiarum colloribus adornata; vel dictamen est digna<br />
verborum composicio, artificiosa congeries, cum pon<strong>de</strong>re sentenciarum et ordine diccionum» . Son<br />
exactamente las mañas <strong>de</strong> Carbonell y Des-Pont: la «venustas» -la célebre venustas dictandi -,<br />
las sentencias, el cursus , la artificiosidad omnipresente...<br />
Aprendidas en esos y análogos manuales, pero practicadas <strong>de</strong> modo más arcaizante, son también<br />
las mañas que se i<strong>de</strong>ntifican en el otro epistolario privado proce<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>l círculo cancilleresco <strong>de</strong><br />
Des-Pont: el que en los aledaños <strong>de</strong> 1390 fueron tejiendo Bartomeu Sirvent, Pere Guitard y algunos<br />
colegas que, como ellos, bien pudieran contarse entre los amigos <strong>de</strong> Des-Pont <strong>de</strong>slumbrados por la<br />
«profunditas sermonum» y los «sentenciarum pon<strong>de</strong>ra» <strong>de</strong> Carbonell. 278 O, por lo menos, Des-Pont<br />
y sus compañeros elogiaban la una y los otros con las mismas palabras, con los mismos tecnicismos<br />
<strong>de</strong>l ars , que Guitard empleaba en alabanza <strong>de</strong> Sirvent. 279 Es sólo un síntoma, entre la multitud<br />
216; y H. Wieruszowski, Politics and Culture in Medieval Spain and Italy , Roma, 1971, pp. 433-434<br />
y n. 1.<br />
277 Vid. C. Faulhaber, «Las retóricas hispanolatinas medievales (siglos X<strong>II</strong>I-XV)», en Repertorio<br />
<strong>de</strong> las ciencias eclesiásticas en España , V<strong>II</strong> (1979), pp. 20-21.<br />
278 Edición <strong>de</strong> M. Olivar, «Notes entorn la influència <strong>de</strong> l’ “ars dictandi” sobre la prosa catalana <strong>de</strong><br />
cancilleria <strong>de</strong> finals <strong>de</strong>l segle XIV» , en Homenatge a Rubió i Lluch , <strong>II</strong>I, Barcelona, 1936, pp. 631-653<br />
(cito el número <strong>de</strong> la carta, precedido por §). Para el itinerario <strong>de</strong> Sirvent ( «<strong>de</strong>s <strong>de</strong> 138[1] a 1400» ),<br />
cf. J. Rubió, La cultura catalana... , p. 13; «Guillem Ponç, secretari <strong>de</strong>l rei Martí, contemporani <strong>de</strong><br />
Bernat Metge» , Estudis romànics , IX (1961), pp. 67-85 (73); y «Sobre Sal·lusti a la cancelleria<br />
catalana (segles XIV-XV)» , Spanische Forschungen <strong>de</strong>r Görresgesellschaft , s. I, XXI (1963), pp.<br />
233-249 ( n. 43).<br />
279 «Vir elegantissime mique magister honoran<strong>de</strong>. Illas premittens, quas valeo, recomendationes<br />
heri <strong>de</strong> manu porrigentis accepi et eas aperui oculos diffun<strong>de</strong>ndo per clausulas, quibus miratur tam<br />
stantium quam legentis studium, si potuit in homine tale concipi ingenium quod tantorum imitaretur<br />
verborum poeticam venustatem, ipsique mihi dixere stantes: “quam terribilia verborum suorum iste<br />
ac sublimia mittit, quorum nec tactus ardorem manus sustineret, nec oculi possunt tolerare fulgorem”.<br />
158
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
<strong>de</strong> testimonios que el epistolario en cuestión -llamativamente <strong>de</strong>scuidado por los investigadores- nos<br />
brinda sobre el bagaje intelectual y literario <strong>de</strong> esos curiales <strong>de</strong>l fin <strong>de</strong> siglo.<br />
Hagamos unas cuantas calas y aduzcamos algunos pasajes (bastaría oírlos). Guitard le envía a<br />
Sirvent «duos ex libris venerabilis Dominici <strong>de</strong> Viscarria, unum faciliter et alium cum magna<br />
dificultate obtentos» (§ 8) . Los trabajos <strong>de</strong> Biscarra ( fl. 1304-1337) le parecen a Sirvent rebosantes<br />
<strong>de</strong> «carminum venustas» 280 y más <strong>de</strong> agra<strong>de</strong>cer por cuanto el propio Guitard se <strong>de</strong>leita en semejantes<br />
«artis dictatorie pabula» : para seguir adiestrándose, le vendría <strong>de</strong> perlas recibir a<strong>de</strong>más un «librum<br />
auctoritatum, vel eius copiam, et alios eciam dicte arti convenientes, ut eis mediantibus in arte erudiri<br />
valeam in qua versor» (§ 9) . Llegó, en efecto, el tal «liber auctoritatum» (§§ 5-6) , y buena falta les<br />
hacía tanto a quien lo regalaba como a quien lo pedía. Las misérrimas sentencie que dispensan con<br />
cuentagotas nunca tienen mejor valedor que un «verba illa» o «illud proverbium» (§ 8) . Todo el<br />
aliño <strong>de</strong> sus páginas se reduce a un par <strong>de</strong> reminiscencias bíblicas, a algún giro <strong>de</strong>voto o, en una carta<br />
particularmente pintoresca por la mezcolanza <strong>de</strong> latín y catalán, a un «vulgare exemplum: “qui à<br />
cuyts los morros no pot callar” » (§ 19) . Ningún antiguo ‘autoriza’ las cláusulas rimbombantes <strong>de</strong><br />
Sirvent y Guitard. Antes bien, los únicos nombres mencionados son la quintaesencia <strong>de</strong> lo medieval.<br />
Entusiasmado con las «litere» <strong>de</strong> Guitard, «ob sui altum contextum et ornatum politissimum»<br />
, Sirvent lo juzga el dictator here<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> San Gregorio (contemplado, obviamente, como creador<br />
<strong>de</strong>l stilus gregorianus ): «Credo quod Ille supremus graciarum largitor vos isto speciali munere<br />
perdotavit, vi<strong>de</strong>licet quod in facultate dictatoria vos reliquit beati Gregorii successorem» (§ 17) .<br />
Guitard juega con la eventualidad <strong>de</strong> enten<strong>de</strong>r «ironice» el piropo «quo ad artem dictatoriam»<br />
Non sunt oculi hominis lincei, ut asserebant, nec humeri gigantei qui sermonum suorum profunditatem<br />
inspicere et sententiarum pon<strong>de</strong>ra valeant sustinere» (<strong>II</strong>) . « A vestre secun<strong>de</strong> litere laudibus, quam<br />
dominus Bernardus -cui ut experto in sua sciencia est cre<strong>de</strong>ndum- testatur proditam non minori<br />
<strong>de</strong>core, abstineo et taceo castigatus, hoc solum vix exprimens, quod nec prime neque secun<strong>de</strong> valeo<br />
profunditatem sermonum inspicere nec sentenciarum pon<strong>de</strong>ra sustinere» (§ 11) .<br />
280 « letus recepi, letior quippe factus ex lectura eorun<strong>de</strong>n, veluti in se habentium diversorum<br />
carminum venustatem» (§ 9) . No se trata <strong>de</strong> obras en verso, sino <strong>de</strong> la «verborum poetica venustas»<br />
que Des-Pont encomia en Carbonell ( n. 279) y Sirvent en las cartas <strong>de</strong> Guitard: «Illa qui<strong>de</strong>m et<br />
multo maiora possem ego <strong>de</strong> vestris fulgentibus Camenis scribere et cum veritate loqui, cum in vestris<br />
carminibus contemplans et figens perspicaciter aciem mentis mee aperte vi<strong>de</strong>am et cognoscam vos<br />
speculum et luminare prefulgidum dictatorie facultatis» (§ 10) . Para estos hombres, carmina , poetica ,<br />
Camenae no remiten sino al universo <strong>de</strong>l dictamen ...<br />
159
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
; pero, a la postre, se le ocurre una sutil vía para aceptarlo. Si Gregorio fue «in facultate rectorice<br />
luminare prefulgidum super omnes» , Braulio <strong>de</strong> Zaragoza, que podía co<strong>de</strong>arse con él «in dictatoria<br />
facultate» , legó su «facundia» a Sirvent: e igual que el «epistulare eloquium» <strong>de</strong> Braulio<br />
maravillaba a la misma Roma, según comprueban las Crónicas <strong>de</strong> España (<strong>de</strong> Rodrigo Jiménez <strong>de</strong><br />
Rada), los «dictamina» <strong>de</strong> Sirvent estremecen a los «dictatores» <strong>de</strong> la época. 281 ¿Quiere Sirvent<br />
empaparse asimismo <strong>de</strong> las otras virtu<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l Santo? No tiene más que leer la vida <strong>de</strong> Braulio (por un<br />
anónimo <strong>de</strong>l Doscientos) «miro stilo contextam» (§ 18) . 282<br />
Ese es, pues, fundamentalmente, el rasgo que en las postrimerías <strong>de</strong>l siglo XIV resalta en el<br />
ambiente cancilleresco <strong>de</strong> Cataluña y Valencia: un aumento en el interés por el dictamen -como<br />
variedad literaria a sé stante , no por meras razones profesionales-, alimentado en el retorno a la<br />
provecta tradición dictatoria <strong>de</strong> Pier <strong>de</strong>lla Vigna, Bene <strong>de</strong> Florencia y Tomás <strong>de</strong> Capua -al punto lo<br />
veremos-, Biscarra, el manual <strong>de</strong> «Hugus» ... Nuestros curiales tienen voluntad y conciencia <strong>de</strong><br />
ser dictatores -y no otra cosa-; se sienten miembros <strong>de</strong> una escuela con instrumentos, tecnicismos y<br />
géneros peculiares; se instigan, se halagan y compiten entre sí, en un clan tan cerrado y autosuficiente<br />
281 El párrafo no tiene <strong>de</strong>sperdicio: «Dico igitur et afirmo quod ille sanctissimus Braulio, qui<br />
contemporaneus vel quasi beati Gregorii Cesaraugustanam, dum Gothi possi<strong>de</strong>bant Ispanias, rexit<br />
ecclesiam, pontifex gloriosus quique in dictatoria facultate vel fuit alter Gregorius vel secundus<br />
ab eo, instituit in dono sue facundie vos here<strong>de</strong>m, prestante in ipsa institucione <strong>de</strong>cretum summo<br />
et eterno pontifice Ihesu Christo, sine cuius beneplacito et consensu talis institucio forsitan non<br />
teneret. Nam sicuti beati Brauli epistulare eloquium tota Romana urbium mater et domina mirabatur,<br />
prout in XXXIXº capitulo Cronicarum Ispanie <strong>de</strong>claratur veraciter, sic et vos, in vestrorum fulgore<br />
dictaminum, nedum mirari, sed pocius contremescere cogitis alios huius temporis dictatores» (§ 18) .<br />
Las coinci<strong>de</strong>ncias verbales confirman que las Crónicas citadas son las <strong>de</strong>l Toledano ( Opera , ed.<br />
Valencia, 1968, p. 42 b ), y no, por ejemplo, la Primera crónica general .<br />
282 «Placeat itaque pru<strong>de</strong>ncie vestre quod illum, qui tam preciosum et tantum dignatus est vobis<br />
legare thesaurum, in condigne veneracionis memoriam habeatis, sciens quod venerabilia ossa eius in<br />
urbe Cesaraugustana, vi<strong>de</strong>licet in ecclesia Sancte Marie maiore, iuxta <strong>de</strong>xtrum latus altaris, in quodam<br />
parvo nec multum sublimi sepulcro lapi<strong>de</strong>o requiescunt, cuius qui<strong>de</strong>m virtus sepulcri restituit, ut<br />
audivi, febricitantibus sanitatem. Et si non contenti eius recthorice margaritis, quas geritis in pectore<br />
vestro clausas, cupitis <strong>de</strong> aliis virtutibus suis peramplius saturari, legite vitam suam, quam in ea<strong>de</strong>m<br />
invenietis ecclesia miro stilo contextam» (§ 18) .<br />
160
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
como hermética quiere ser su prosa. 283 Los mo<strong>de</strong>los explícitamente ensalzados son Gregorio, Braulio<br />
<strong>de</strong> Zaragoza, la Vita Braulionis <strong>de</strong> cien años atrás; la fuente histórica a que se recurre es el De<br />
rebus Hispaniae (1246) <strong>de</strong> Rodrigo <strong>de</strong> Toledo... Con semejante panorama y cerca ya <strong>de</strong> 1400, la<br />
ausencia total <strong>de</strong> curiosidad por los clásicos incluso podría interpretarse como <strong>de</strong>liberado rechazo <strong>de</strong>l<br />
humanismo. En 1389 Sirvent actuaba como secretario <strong>de</strong> doña Violante, quien en febrero <strong>de</strong> 1390<br />
solicitaba <strong>de</strong>l Rector <strong>de</strong> Maella y <strong>de</strong>l Arzobispo <strong>de</strong> Zaragoza «les letres <strong>de</strong> Ovidi en pla» : ¿las<br />
Heroidas nada podían aportar a los dictamina <strong>de</strong> Sirvent? Guitard verosímilmente estaba al servicio<br />
<strong>de</strong>l car<strong>de</strong>nal don Jaime <strong>de</strong> Aragón, 284 que tenía a Valerio Máximo «singularment per mans» y<br />
a cuyo «manament» lo tradujo fra Antoni Canals: 285 pero Guitard no evoca otro historiador<br />
que el Toledano. Sorpren<strong>de</strong> esa falta <strong>de</strong> conexión entre las (tímidas) aficiones <strong>de</strong> los señores y la<br />
impermeabilidad dictatoria <strong>de</strong> sus cancilleres. ¿Nada útil encontraban estos en los nuevos libros que<br />
se procuraban aquellos?<br />
Cierto que Des-Pont y Carbonell citan a «Séneca» , Lucano o Terencio; pero extrayendo sus<br />
sentencie -sólo eso les era dado- <strong>de</strong> un «liber auctoritatum» afín al manejado por Sirvent y Guitard,<br />
aunque sin duda más al día. La mayor cantidad <strong>de</strong> citas y el hecho <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntificarlas pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>berse -<br />
arriba lo insinuaba- a un cierto estímulo suscitado por la existencia paralela <strong>de</strong>l incipiente humanismo<br />
italiano y <strong>de</strong>l dilettantismo clasicista <strong>de</strong> algunos magnates; pero las citas en sí se hacen según cánones<br />
<strong>de</strong> ars dictaminis e igualando a Horacio con el Facetus , a Salustio con las Decretales . Inútilmente<br />
se busca un sentido clásico <strong>de</strong> la forma, el más ligero gusto por la Antigüedad: no se escucha sino<br />
el martillear <strong>de</strong>l cursus , la sintaxis y el léxico que yo llamaría quadrupedantes (y no únicamente<br />
283 No hay noticias <strong>de</strong> que Sirvent, Guitard o cualquier otro <strong>de</strong> quienes intervienen en la<br />
correspon<strong>de</strong>ncia publicada por M. Olivar cultivara otra modalidad literaria -ni en latín ni en vulgar-<br />
que el dictamen ; y otro tanto ocurre con Carbonell y Des-Pont. Dada la amplitud con que los<br />
eruditos catalanes han inventariado los manuscritos y explorado los óptimos archivos <strong>de</strong> su país, ese<br />
dato negativo pue<strong>de</strong> ser tomado en cuenta con la suficiente confianza. La excepción, por otra parte,<br />
confirma la regla: Guitard y otros dos amigos le notifican a Sirvent «quod correccioni istoriarum<br />
vestrarum insistunt cotidie» (§ 7) ; si las Istorie son obra <strong>de</strong> Sirvent, habrá que ponerlas al arrimo <strong>de</strong><br />
las Cronice Ispanie que consultaba Guitard ( n. 281).<br />
284 Vid. M. Olivar, art. cit. , pp. 636-637. Para los otros datos recién recordados, ibid. , pp. 635, n.<br />
3, y A. Rubió, Documents , I, núms. 403 y 405.<br />
285 Llibre anomenat Valeri Màximo , I, p. 13; cf. M. <strong>de</strong> Riquer, Història , <strong>II</strong>, pp. 446-447.<br />
161
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
por la querencia por los polisílabos que retumban y por los participios <strong>de</strong> presente), el artificio <strong>de</strong>l<br />
dictamen elevado a suprema categoría.<br />
El proceso a través <strong>de</strong>l cual unas líneas petrarquescas llegaron a infiltrarse en una carta <strong>de</strong> Des-<br />
Pont (n. 269) se ve resumido con impagable niti<strong>de</strong>z en el manuscrito 9010 <strong>de</strong> la <strong>Biblioteca</strong> Nacional:<br />
una excelente copia trecentista <strong>de</strong>l Can<strong>de</strong>labrum <strong>de</strong> Bene <strong>de</strong> Florencia, el influentísimo dictator que<br />
profesó en Bolonia entre 1218 y 1240. 286 El códice, en efecto, fue estudiado por cancilleres catalanes,<br />
287 y a ellos se <strong>de</strong>berá la iniciativa <strong>de</strong> complementar las reglas <strong>de</strong> Bene sobre la puntuación añadiendo<br />
una somera Ars punctandi , «a venerabili Francisco Ermengaudi iurisperito et cive egregie civitatis<br />
Barchinone compilata» ( fol. 91) , que nos <strong>de</strong>scubre que en ese ambiente seguía respetándose a<br />
Tomás <strong>de</strong> Capua y que los «doctores bononienses» eran leídos junto a los «doctores Montis<br />
Pesullani» . Como la inserción <strong>de</strong> una «Littera missa per papam Clementem <strong>II</strong><strong>II</strong> Regi Aragonum»<br />
(fol. 92) nos asegura que seguía apreciándose el stilus rhetoricus que la curia pontificia favoreció a<br />
mediados <strong>de</strong>l siglo X<strong>II</strong>I. Pero el último apéndice al Can<strong>de</strong>labrum <strong>de</strong>l manuscrito 9010 es todavía más<br />
revelador para nosotros: consiste en tres o cuatro cortísimos párrafos <strong>de</strong>sgajados <strong>de</strong> las Familiares<br />
<strong>de</strong> Petrarca ( fols. 92v-93).<br />
Distinguiéndola <strong>de</strong>l proverbium , Bene recomendaba el uso <strong>de</strong> la sententia , es <strong>de</strong>cir, la «oratio<br />
<strong>de</strong> moribus sumpta quid <strong>de</strong>ceat breviter comprehen<strong>de</strong>ns» (fol. 59v) ; y para facilitarles la tarea a los<br />
«exordientes» , reunió casi dos centenares <strong>de</strong> «generales sententie secundum ordinem alfabeti»<br />
: <strong>de</strong> «Acquisitio que honestati non obviat est laudanda» a «Zelator benigne iustitie dominice<br />
in gloria corruscabit» (fols. 85 [ bis ] v-89) . Pues bien: <strong>de</strong>l mismo modo que otras secciones<br />
<strong>de</strong>l Can<strong>de</strong>labrum se <strong>de</strong>sarrollaron o ilustraron en las adiciones finales, la colección <strong>de</strong> sententiae<br />
preparada por Bene se prolongó mediante el recurso a las Familiares petrarquescas, <strong>de</strong> don<strong>de</strong> se<br />
286 Sobre el ms. 9010 me llamó la atención hace años mi amigo Charles Faulhaber; véase su<br />
<strong>de</strong>scripción en «Retóricas clásicas y medievales en bibliotecas castellanas», Ábaco , IV (1973), p.<br />
206, núm. 144, y, con más <strong>de</strong>talle, M. <strong>de</strong> Castro y Castro, Manuscritos franciscanos <strong>de</strong> la <strong>Biblioteca</strong><br />
Nacional , Madrid, 1973, núm. 366; para el Can<strong>de</strong>labrum , úsese ahora la excelente edición <strong>de</strong> G.<br />
Alessio, Padua, 1982.<br />
287 Destacaré la apostilla <strong>de</strong>l fol. 2, a propósito <strong>de</strong> emanare : «Nota quod nos habemus mano, -as,<br />
‘per <strong>de</strong>correr’ . In<strong>de</strong> metaphorice dicitur “talis litera emanavit a curia domini Regis”, id est, ‘exivit’» .<br />
No puedo fechar los apéndices a que en seguida me refiero: el valor <strong>de</strong> ejemplo que les atribuyo<br />
<strong>de</strong>bería matizarse en otro sentido si nos llevaran a un momento avanzado <strong>de</strong>l siglo XV.<br />
162
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
tomaron algunos fragmentos dispuestos no por or<strong>de</strong>n alfabético, sino en razón <strong>de</strong>l contenido. Y suce<strong>de</strong><br />
que la <strong>de</strong>finición <strong>de</strong>l Can<strong>de</strong>labrum se obe<strong>de</strong>ció tan fielmente, que el común <strong>de</strong>nominador <strong>de</strong> las<br />
sententiae seleccionadas en Petrarca es el asunto por excelencia «<strong>de</strong> moribus» : la virtud. 288<br />
Vale <strong>de</strong>cir: en el manuscrito 9010, Petrarca quedó anexionado al cauce <strong>de</strong>l dictamen . Se le leyó -<br />
cuando ocurriera- para utilizarlo <strong>de</strong> acuerdo con las directrices <strong>de</strong>l ars dictaminis , no como mo<strong>de</strong>lo<br />
para abandonarlas. En el fecundo diálogo con los clásicos que es la obra petrarquesca no se vio, si<br />
acaso, sino un filón <strong>de</strong> materiales para nutrir un «liber auctoritatum» . Como el que solicitaba<br />
Bartomeu Sirvent, pero ahora acrecido con un capítulo <strong>de</strong> «flores sumptae a magistro Patrarca [ sic<br />
] poeta laureato» , según se halla en un formulario «<strong>de</strong> mà catalana i or<strong>de</strong>nat per un notari català» .<br />
289 O, en territorio vecino, según lo brindan Les flors <strong>de</strong> Patrarcha <strong>de</strong> remey <strong>de</strong> cascuna fortuna , 290<br />
que coleccionan y traducen 165 máximas <strong>de</strong>l De remediis podándolas <strong>de</strong> cualquier aroma antiguo.<br />
El tal florilegio, en efecto, no sólo «entirely ignores the exemplary si<strong>de</strong> of the De remediis » -<br />
los ricos, elocuentes « exempla taken from the ancient world» - «and concentrates instead<br />
288 He aquí la proce<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> los fragmentos antologizados (remito a la edición <strong>de</strong> V. Rossi, Le<br />
Familiari , Florencia, 1933-1942 ), en el or<strong>de</strong>n en que se presentan: a / IX, xi, 2-3, líneas 9-25 (en<br />
torno a «vulgata illa Ciceronis ac preclara sententia: “Virtute nichil amabilius nichilque quod magis<br />
alliciat”» ); b / X, i, 12-14, lín. 85-96 ( « qui laborem fugit, fugit et gloriam et virtutem » ); c / V<strong>II</strong>I, x,<br />
23, lín. 150-152 ( «Solet vera virtus altior et clarior ex adversitate consurgere; et si bene mores vestros<br />
novi nec me longa fallit opinio, vos » , sic , abruptamente). Tras b , se lee «Ffranciscus Patrarcha<br />
vestre reipublice <strong>de</strong>votus» ; y antes <strong>de</strong> c , un par <strong>de</strong> líneas que no localizo. Las epístolas <strong>de</strong> Petrarca<br />
van dirigidas, respectivamente, a Niccolosio Bartolomei, <strong>de</strong>l Consejo general <strong>de</strong> Lucca; al emperador<br />
Carlos IV, y «Ad Florentinos» . El fragmento a tiene la suficiente entidad para po<strong>de</strong>r ser usado como<br />
exordium <strong>de</strong> una carta.<br />
289 J. Rubió, La cultura... , p. 15 .<br />
290 Edición <strong>de</strong> R. d’Alòs-Moner, en Estudis universitaris catalans , XXI (1936), pp. 651-666. El<br />
núcleo primitivo <strong>de</strong>l manuscrito, que incluye también «dues lletres <strong>de</strong> caràcter moral» , pue<strong>de</strong> ser «of<br />
the early fifteenth century» (Nicholas Mann, «Petrarch and the Transmission of Classical Elements» ,<br />
en R. R. Bolgar, ed. , Classical Influences on European Culture A. D. 500-1500 , Cambridge, 1971, p.<br />
218) . Cito abajo las flores 88 y 52; Alòs-Moner indicó los pasajes correspondientes <strong>de</strong>l De remediis<br />
(<strong>II</strong>, ix, y I, xcix).<br />
163
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
on its sententious content» : 291 omite a<strong>de</strong>más los nombres <strong>de</strong> los escritores clásicos que Petrarca da<br />
como fuente, reduce toda elegancia <strong>de</strong> dicción a los puros huesos <strong>de</strong>l aforismo convencional, disuelve<br />
en abstracción fuera <strong>de</strong>l tiempo ( «Los fills són forssats <strong>de</strong> fer bé al pare e a la mare» ) lo que<br />
en Petrarca era reflexión llena <strong>de</strong> sentido histórico e inspirada en la Antigüedad ( «cum grecarum<br />
omnium leges urbium indistincte filios ad prestanda parentibus alimenta compellerent » ). En el<br />
inmenso De remediis , el antólogo <strong>de</strong> las Flors únicamente recoge una frase no sentenciosa y<br />
conservada en su paisaje grecolatino (pero prescindiendo <strong>de</strong>l crítico «quidam putant» petrarquesco):<br />
«Archímo<strong>de</strong>s trobador fon <strong>de</strong> bonbar<strong>de</strong>s en Saragossa <strong>de</strong> Scicília» . Era <strong>de</strong> esperar: por una vez que<br />
no se elige la flor «<strong>de</strong> moribus sumpta» , lo que se satisface con el De remediis es la curiosidad<br />
por «bregues, guerres e batayles» que arriba reconocíamos en Juan I y el Duque <strong>de</strong> Gandía cuando<br />
se interesaban por otros libros o aportaciones <strong>de</strong> Petrarca.<br />
Nada <strong>de</strong> ello ha <strong>de</strong> sorpren<strong>de</strong>rnos. La singularidad <strong>de</strong> Petrarca le granjeó temprano una amplia<br />
«reputacio» ; y el volumen <strong>de</strong> su producción latina y los textos clásicos que puso en circulación<br />
modificaron en una medida importante el panorama bibliográfico. Pero que las contribuciones<br />
petrarquescas se difundieran largamente <strong>de</strong> ningún modo significa que fueran entendidas según su<br />
espíritu original. Cada uno les tomó en préstamo los elementos que respondían a su formación y talante<br />
particulares. 292 En un principio, así, se divulgó copiosamente un Petrarca -diría- ‘neutralizado’,<br />
<strong>de</strong>sprovisto <strong>de</strong> su levadura <strong>de</strong> humanista, limitado a mero transmisor <strong>de</strong> datos y dichos susceptibles<br />
<strong>de</strong> empleo en cualquiera <strong>de</strong> las coor<strong>de</strong>nadas habituales en el otoño <strong>de</strong> la Edad Media. 293 El Duque<br />
291 N. Mann, ibi<strong>de</strong>m .<br />
292 Un buen testimonio al propósito, en convergencia con las Flors <strong>de</strong> remey , es el ms. 0-<strong>II</strong>-2 <strong>de</strong> El<br />
Escorial, copiado en 1400 por «quidam monachus Populeti» : las indicaciones y sumarios marginales,<br />
así como el índice alfabético <strong>de</strong> los fols. 147v-151v, muestran suficientemente las miras con que fue<br />
leído ese De remediis . Véase A. D. Deyermond, The Petrarchan Sources of «La Celestina» , Westport,<br />
Conn. , 1974 2 , p. 130, núm. 11; y, a corto plazo, mi «Censimento <strong>de</strong>i codici petrarcheschi nella<br />
Spagna» , en Italia medioevale e umanistica , don<strong>de</strong> reúno también todas mis noticias sobre mss. hoy<br />
perdidos ( vid. , por ejemplo, el interesante inventario <strong>de</strong> 1400 publicado por J. M. Madurell, op. cit.<br />
[en n. 261], p. 29).<br />
293 A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> los dos artículos <strong>de</strong> N. Mann ya citados (notas 271 y 290), véase su resumen<br />
«Petrarch and Humanism: the Paradox of Posterity» , en Francesco Petrarca Citizen of the World ,<br />
ed. A. S. Bernardo, Padua-Albany, 1980, pp. 287-299, con a<strong>de</strong>cuada bibliografía; y abajo, n. 295.<br />
164
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
<strong>de</strong> Gandía podía entretenerse con una versión <strong>de</strong>l Africa sin soñar en buscarle otras connotaciones<br />
que a las Històries troianes traducidas por Jaume Conesa. El car<strong>de</strong>nal don Jaime, su hermano, y<br />
fra Antoni Canals nada tenían que objetar al capricho <strong>de</strong>l Duque: por el contrario, la afición a «les<br />
notables istòries e fort excellents auctoritats que allí son posa<strong>de</strong>s» <strong>de</strong>bía redundar en beneficio <strong>de</strong><br />
«lo regiment <strong>de</strong> la cosa públicha» y siempre valdría más que «legir en romances <strong>de</strong>ls quals roman<br />
poch profit» . 294 Pere Des-Pont y los dictatores <strong>de</strong>l manuscrito 9010 encontraban en Petrarca un<br />
tesoro <strong>de</strong> sententiae que les permitían insistir en ciertas pautas <strong>de</strong> su ars , sin necesidad <strong>de</strong> revisar<br />
sus fundamentos estilísticos y doctrinales.<br />
Quizá el Petrarca más característico <strong>de</strong> hacia 1400 es el Petrarca <strong>de</strong>spedazado en adagios o cuyos<br />
libros, si íntegros, sólo se contemplan en tanto <strong>de</strong>pósitos <strong>de</strong> «commonplace moral dicta of an<br />
unexceptionable medieval kind» , como «an encyclopedia of moral orthodoxy» , «and one<br />
eminently suitable for a king» , en las huellas <strong>de</strong> los specula o tratados <strong>de</strong> regimine principum<br />
. 295 De hecho, ése es el Petrarca más regularmente aducido en el período que nos concierne. Con<br />
posterioridad a Des-Pont, así, en junio <strong>de</strong> 1399, los jurados <strong>de</strong> Valencia censuraban las supuestas<br />
«insolències» <strong>de</strong> fra Antoni Canals y «semblants graduats en sciència» enrostrándoles una<br />
consi<strong>de</strong>ración avalada por «lo gran maestre Petarcha» ( sic ). 296 En las cortes barcelonesas <strong>de</strong> 1410,<br />
el Obispo <strong>de</strong> Elna urgía a Martín el Humano a resolver el problema <strong>de</strong> su sucesión y le atronaba los<br />
oídos concordando a San Agustín, «Ermes Trimagistus» , Tulio, Séneca y, por remate, «Francesc<br />
Patrarca» : «Lo bon rei servent <strong>de</strong>l bé públic és» . 297 Nos las habemos con una <strong>de</strong> las flors <strong>de</strong><br />
remey <strong>de</strong> cascuna fortuna (§ 48), y, si el prelado no la cortó en algún jardín análogo (como sugiere<br />
294 Así se lee en la carta <strong>de</strong> don Jaime <strong>de</strong> Aragón que antece<strong>de</strong> al Llibre anomenat Valeri Màximo ,<br />
p. 3 .<br />
295 N. Mann, «Petrarch and Humanism...» , pp. 292-293, y «Petrarch’s Role as Moralist in Fifteenth-<br />
Century France» , en A. H. T. Levi, ed. , Humanism in France at the End of the Middle Ages and in<br />
the Early Renaissance , Manchester, 1970, p. 16 .<br />
296 Apud A. Ivars, «El escritor Fray Francisco Eximénez en Valencia», Archivo Ibero-Americano ,<br />
V<strong>II</strong> (1920), núm. 40, pp. 95-96 : «tals insolències són escandaloses e castigadores en ell e en semblants<br />
graduats en sciència més que en altres; e per ço lo gran maestre Petarcha, literato esculto: “Nihil<br />
importunius habet enim iustitia quibus amenciam suam ventillet ac <strong>de</strong>fendat” » . No i<strong>de</strong>ntifico la frase,<br />
ni me <strong>de</strong>cido a corregir el texto, evi<strong>de</strong>ntemente maltrecho.<br />
297 Parlaments a les Corts catalanes , ed. R. Albert y J. Gassiot, Barcelona, 1928, pp. 88-89 .<br />
165
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
el ramo en que la pone), difícilmente vería en el De remediis otra cosa que un simple almacén <strong>de</strong><br />
bienes mostrencos. Para confirmar que ese fue <strong>de</strong>stino corriente <strong>de</strong>l Petrarca «neutralizado» con que<br />
venimos tropezándonos, vale la pena <strong>de</strong>sbordar levemente nuestros márgenes cronológicos.<br />
Cuando don Alfonso V pidió «consello e aiuda» para ciertos «afferes» mediterráneos, en<br />
el parlamento <strong>de</strong> Barcelona <strong>de</strong> 1416, el arzobispo Pere Sagarriga le respondió cortésmente con un<br />
discurso o, mejor, sermón cuyo thema era «Rex iustus erigit terram» (Proverbios, XXIX, 4) . En<br />
la primera parte, lo <strong>de</strong>sarrolla amparado en el nombre <strong>de</strong> los Padres: Agustín, Ambrosio, Gregorio;<br />
en la segunda, apoyado en la mención <strong>de</strong> Filipo y Alejandro, Salustio, Sócrates y Petrarca. Pero<br />
líbrenos Dios <strong>de</strong> prestar fe a Su Ilustrísima... Los sermones solían prepararse recurriendo a alguna <strong>de</strong><br />
las numerosas compilaciones que para auxilio <strong>de</strong> predicadores se habían acumulado con los siglos.<br />
Procediera como procediera para la primera parte, Sagarriga engalanó la segunda con oropeles clásicos<br />
entrando a saco en las Familiares petrarquescas, como si se tratara <strong>de</strong> una <strong>de</strong> esas compilaciones:<br />
perfectamente ortodoxa y con connotaciones religiosas, pero ahora <strong>de</strong> saberes laicos. 298 Tal vez<br />
sea inexacto, no obstante, hablar <strong>de</strong> las Familiares en general. Para catequizar al Magnánimo, el<br />
Arzobispo se ciñe substancialmente a la asen<strong>de</strong>reada epístola sobre la «institutio regia» -la Letra<br />
<strong>de</strong> Reyals Costums , en la versión catalana- 299 y le aña<strong>de</strong> una brizna <strong>de</strong> otra carta. Los textos <strong>de</strong><br />
aquella parecen copiados con poco criterio -dos líneas <strong>de</strong> aquí, dos <strong>de</strong> allí, casi al azar: todo valía<br />
para zurcir la página <strong>de</strong> un speculum principum -, pero lo estupendo <strong>de</strong> veras son los insertos <strong>de</strong><br />
Sagarriga. 300 Una anécdota <strong>de</strong> Petrarca relativa a Alejandro y a «Philippum medicum» ( párr.<br />
298 Con todo, obsérvese que los predicadores más estrictos no vacilaron en servirse, por ejemplo,<br />
<strong>de</strong>l De remediis ; así, para recordar uno que probablemente nos aproxima a los años <strong>de</strong> Sagarriga y<br />
a la Corona <strong>de</strong> Aragón (según mostrará Pedro M. Cátedra), Pero Marín, apud F. Rico, Predicación y<br />
literatura en la España medieval , Cádiz, 1977, p. 32.<br />
299 Véase arriba, n. 269, y la edición <strong>de</strong> E. Moliné, en Anuari <strong>de</strong> l’Institut d’Estudis Catalans (1907),<br />
pp. 345-351.<br />
300 Uso la edición <strong>de</strong> Cortes <strong>de</strong> los antiguos reinos <strong>de</strong> Aragón... , X<strong>II</strong>, Madrid, 1908, pp. 21-23 ,<br />
respetando la ortografía, pero no la puntuación; indico entre paréntesis las líneas (según la numeración<br />
<strong>de</strong> Rossi) copiadas por Sagarriga con mínimos cambios; los tres pasajes que doy en cursiva son los<br />
que he comentado en el texto. «In tuis auribus sonet illud romani ducis mo<strong>de</strong>stissimum animosumque<br />
responsum, nolle aurum seu [ Petrarca: sed ] “aurum habentibus imperare”. Velis magis subiectos<br />
quam fiscum habundare et intellige diviciis regni dominum inopem esse non posse (94-97). Induch<br />
166
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
17, lín. 134-145) le incita a inventarse - juraría yo- un consello <strong>de</strong> Filipo, rey <strong>de</strong> Macedonia, a su<br />
hijo el Emperador, según el patrón medieval <strong>de</strong> los «castigos e documentos» . Luego, substituye unas<br />
elegantes admoniciones <strong>de</strong>l original ( «Qualem prestat, tales ab aliis animum speret, nec a quoquam<br />
diligi sibi quem ipse non diligit» , párr. 16, lín. 126-127 ) por un proverbium que viene a <strong>de</strong>cir lo<br />
mismo: el sabidísimo proverbio <strong>de</strong> las Ad Lucilium , IX, 6 ( «ama e serás amado» , como versificaría<br />
Santillana, por entonces copero mayor <strong>de</strong>l Rey), que el Arzobispo carga a la cuenta... <strong>de</strong> Sócrates.<br />
Quién sabe si por remordimiento <strong>de</strong> <strong>de</strong>spojar a Petrarca sin citarlo, Sagarriga, en fin, <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> <strong>de</strong>jar las<br />
cosas en su sitio: y, entre las frases auténtica pero tácitamente <strong>de</strong> Petrarca, mecha otra que corrobora<br />
con un «ut ait Petrarcha» y que -salvo error mío- no es <strong>de</strong> Petrarca.<br />
A cinco años <strong>de</strong>spués nos conduce el ejemplo más escandaloso que conozco <strong>de</strong>l recurso a Petrarca<br />
para fabricar una superchería. Las referencias a autores antiguos sembradas en la intervención <strong>de</strong> Marc<br />
<strong>de</strong> Villalba, abad <strong>de</strong> Montserrat, en las cortes tortosinas <strong>de</strong> 1421 301 han sido consi<strong>de</strong>radas alguna<br />
vez producto <strong>de</strong> una educación ya resueltamente humanística, y en igual sentido se ha realzado su<br />
utilización <strong>de</strong>l petrarquesco De viris illustribus . Pues bien: en el párrafo crucial para nosotros, ni<br />
hay autores antiguos, ni hay De viris illustribus . Lo único que hay es un pasaje <strong>de</strong> las Familiares<br />
(XV<strong>II</strong>I, i, 30-32) plagiado <strong>de</strong> forma que las palabras <strong>de</strong> Petrarca se van repartiendo atribuidas a quien<br />
al abad le da la gana. Scripta manent :<br />
in tuo alto animo amare quos regis, nam et amando amor queritur, et nullum certius regnum quam<br />
preesse volentibus (104-106). Philipus ad Alexandrum inquit: “amore et humanitate subditorum<br />
amor et fi<strong>de</strong>s queritur” . Omnia enim fert caritas, omnia vincit amor (289-291). Illud Salustianum<br />
dogma nunquam exeat ex animo tuo: “non exercitus neque thesauros presidia regni esse sed amicos,<br />
eosque nec armis cogi nec peccunia eum, sed dileccione et fi<strong>de</strong>” (106-111) [Sagarriga trastrueca<br />
y abrevia la cita; vid. arriba, n. 269] . “Si vis, inquid Socrates, amari, ama” : nunquam amor nisi<br />
amore cogitur (129-130). Multum fi<strong>de</strong> <strong>de</strong> tuis fi<strong>de</strong>lissimis vassallis, sed scias verum amicum a blando<br />
hoste discernere (119-121). Pelle suspicion[e]s, <strong>de</strong>latoribus et adulatoribus aurem [n]ega (131-132).<br />
Sis talis qualis vi<strong>de</strong>ri cupis (161). Recognosce in te divinam munificenciam; nulli te negare au<strong>de</strong>as,<br />
cum non tibi soli sed reipublice natus sis; cre<strong>de</strong> firmiter quod res tuas agis quociens subditis opem<br />
fers (203-205). “Magis nil, ut ait Petrarcha, magno regi convenire consuevit quam pro subditis<br />
cogitare, nec aliter comodius magnitudinem eius exprimi” . Nichil igitur proprium tuum esse velis, nisi<br />
sceptrum et dia<strong>de</strong>ma et que ex hiis oritur cura <strong>de</strong> salute omnium (239-240)» . En las líneas siguientes,<br />
hay por lo menos otro plagio: <strong>de</strong> Familiares , XIV, i, 39.<br />
301 Parlaments a les Corts catalanes , pp. 140-150; lo citado abajo, en la p. 141 .<br />
167
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
Inter temeritatem et inertiam nescio quid eligam; sepe temeritas felicior fuit. Non <strong>de</strong>lector extremis,<br />
medium quero; sed heu vereor, quod pace sit dictum tua omniumque qui imperio ulli presunt<br />
quique gerendarum rerum officia susceperunt, ne penitus verum sit quod in ore semper habeo,<br />
singula vitia singulas excusationes habere, inertiam solam omnes. Si diu <strong>de</strong>liberasset Africanus, Italia<br />
<strong>de</strong>serebatur a suis et Afrorum erat; si diu <strong>de</strong>liberasset Nasica, libertas romana Gracchi conatibus<br />
et audacie succumbebat; si Claudius Nero non dicam supervacua multa et longa, sed unum, quod<br />
necessarium vi<strong>de</strong>batur et breve erat, senatus consilium expectasset, coniunctus fratri Hasdrubal<br />
romanum proculcabat nomen. Quid inter minores hereo? Ipse quem sepe nomino Iulius Cesar, si<br />
procrastinator fuisset, nunquam in tam parvo tempore hanc tantam, que vix omni studio sustinetur,<br />
fundasset erexissetque rerum molem, cui imperii nomen est. Tu si cunta <strong>de</strong>liberas et in singulis<br />
immoraris, predicam tibi etsi forte non animo tuo gratum, at certe fi<strong>de</strong>i mee <strong>de</strong>bitum -falsus utinam<br />
sim aruspex-: nullus erit rerum finis<br />
Car en los actes comuns e públics <strong>de</strong>vem proceir ab tota celeritat e maturitat, repel·lint los extrems,<br />
qui són temeritat e peresa. E en los fets perilloses moltes vega<strong>de</strong>s ha més profitat la cuita que llonga<br />
<strong>de</strong>l·liberació, segons diu Suetoni ( in libro De X<strong>II</strong> Cesaribus ); «si llongament hagués tardat Escipió<br />
Nasica en proveir, perduda era <strong>de</strong>l tot la glòria <strong>de</strong> Roma», segons diu Valeri ( libro sexto ); «si Juli<br />
Cèsar hagués tardat <strong>de</strong> no proveir tantost, no fóra estat <strong>de</strong> tot lo món emperador», segons diu Petrarca<br />
De illustribus uiris ; «si Claudi Neró hagués tardat <strong>de</strong> combatre Asdrubal abans que s’ajustàs ab<br />
son frare Hanibal, perdut era <strong>de</strong>l tot l’emperi», segons diu Floro Lúcio ( IV libro Epitomatum );<br />
e per ço diu Cassiodorus ( in Epistolis ): «si cuncta <strong>de</strong>liberas et singulis inmoras, nullus erit<br />
rerum finis» .<br />
Pasemos por alto las trivializaciones y tergiversaciones <strong>de</strong> letra y espíritu, para subrayar un solo<br />
aspecto en la artimaña <strong>de</strong> Villalba. La Edad Media nunca había ignorado que la mención <strong>de</strong> un griego<br />
o <strong>de</strong> un latino era capaz <strong>de</strong> dar brillo y apariencia <strong>de</strong> soli<strong>de</strong>z a un razonamiento convencional. De<br />
suerte que, a falta <strong>de</strong>l escritor oportuno, con frecuencia echó mano <strong>de</strong> la cita falsa o <strong>de</strong> la libre fantasía<br />
(basta aludir a Eiximenis). Villalba mantiene esa actitud como raíz y la hace crecer aclimatándola a<br />
la altura <strong>de</strong> las circunstancias. No inventa lisa y llanamente un *Fronesio o un *Sefronio: se inventa,<br />
a través <strong>de</strong> Petrarca, a Suetonio y a Floro... Es que Petrarca se le ofrece menos como un autor con<br />
fisonomía propia que como transmisor <strong>de</strong> unos ciertos materiales: como una más <strong>de</strong> las antologías<br />
168
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
y enciclopedias que maneja. 302 Una enciclopedia especializada en unas auctoritates que, si jamás<br />
habían perdido todo su prestigio, ahora se habían puesto particularmente <strong>de</strong> moda en <strong>de</strong>terminados<br />
círculos. Nuestro abad podía tener una con<strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia para con esa moda; o, más bien, el prurito <strong>de</strong><br />
mostrar que un docto eclesiástico como él dominaba asimismo las lecturas que tanto placían a algunos<br />
y cuyo valor tanto pon<strong>de</strong>raban otros. Pero los conocimientos que poseía y el respeto que la cosa le<br />
merecía quedan harto <strong>de</strong> manifiesto en la <strong>de</strong>senvoltura con que convierte el párrafo <strong>de</strong> las Familiares<br />
en una letanía <strong>de</strong> apócrifos.<br />
He dicho, vagamente, «unos ciertos materiales» , «en <strong>de</strong>terminados círculos» . Debo concretar.<br />
Nótese, en efecto, que los apócrifos <strong>de</strong> Villalba son fundamentalmente historiadores: hasta el punto<br />
<strong>de</strong> que la obra <strong>de</strong> Petrarca aducida es el De viris illustribus , y no las Familiares que en realidad<br />
se usan. Nótese al tiempo que los ingredientes clásicos están al servicio <strong>de</strong> una lección a hechura <strong>de</strong><br />
militares y políticos. Pero ¿acaso no hemos encontrado otro tanto a cada paso? Cuando al emplear<br />
a Petrarca se le conserva o se le repinta el colorido clásico, es porque va a acercársele al terreno <strong>de</strong><br />
la «cavalaria» y «lo regiment <strong>de</strong> la cosa públicha» : el terreno <strong>de</strong> los reyes y los nobles. Por el<br />
contrario, cuando se le roba o atenúa tal colorido, es porque corre entre moralistas y dictatores . En<br />
ambos casos nos encontramos ante fenómenos <strong>de</strong>l mismo tipo: la asimilación y la acomodación <strong>de</strong><br />
Petrarca a los planteos medievales preexistentes. Sin embargo, en la medida en que Petrarca supone<br />
una mayor curiosidad por el mundo antiguo, sus impulsores y <strong>de</strong>stinatarios parecen ser principalmente<br />
los soberanos y los gran<strong>de</strong>s.<br />
302 De ahí han <strong>de</strong> venir, por ejemplo, las citas auténticas <strong>de</strong> la p. 144, y entre ellas la <strong>de</strong> Yugurta ,<br />
X, 6, discutida arriba ( n. 269); muchas están también en la «responsio» <strong>de</strong> Villalba en las cortes<br />
<strong>de</strong> Sant Cugat <strong>de</strong>l Vallès ( Cortes <strong>de</strong> los antiguos reinos <strong>de</strong> Aragón... , X<strong>II</strong>, pp. 69-75), en cuya p.<br />
72 se da otra frase <strong>de</strong> la misma sentencia <strong>de</strong> Salustio, mientras el dicho que en 1421 ( p. 145) se<br />
atribuye sólo a Macrobio recibe ahora, a<strong>de</strong>más, la sanción <strong>de</strong> «Philipus Elephantes» . La mención<br />
<strong>de</strong> este curioso enciclopedista (y más junto a Eiximenis, al que Villalba aduce también) no pue<strong>de</strong><br />
menos que llevarnos al clima que respiró don Enrique <strong>de</strong> Villena, quien en abril <strong>de</strong> 1317 concluía la<br />
redacción, en catalán, <strong>de</strong> Los doze trabajos <strong>de</strong> Hércules . La posterior versión castellana <strong>de</strong>l mismo<br />
Villena contiene una cita <strong>de</strong> los Rerum memorandarum petrarquescos ( ed. M. Morreale, Madrid,<br />
1958, p. 44; cf. P. M. Cátedra, «Enrique <strong>de</strong> Villena y algunos humanistas», en Aca<strong>de</strong>mia Literaria<br />
Renacentista , <strong>II</strong>I: E. A. <strong>de</strong> Nebrija , Salamanca, 1983, en prensa): ¿figuraría ya en el texto catalán?<br />
No puedo ahora sino insinuar las largas implicaciones que supondría el contestar a ese interrogante:<br />
llegan al Tirant lo Blanc .<br />
169
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
En la época <strong>de</strong> Juan I y <strong>de</strong> Martín el Humano -se ha escrito-, «l’humanisme troba el seu primer<br />
suport entre els qui eren fonamentats en la pràctica <strong>de</strong> la redacció llatina i que professionalment la<br />
conreaven com a buròcrates i notaris. Ells difongueren un interès per les obres <strong>de</strong> certs noms d’autors<br />
clàssics entre els reis i els cercles seleccionats <strong>de</strong>ls llecs, el quals també per altres camins i influències<br />
havien sentit <strong>de</strong>spertar la curiositat <strong>de</strong> conèixer-les» . ¿No será quizá al revés? ¿No estará más en lo<br />
cierto don Jorge Rubió al señalar que la intervención regia en los documentos seguramente era mayor<br />
<strong>de</strong> lo que tien<strong>de</strong> a pensarse y que incluso «algunes expressions que <strong>de</strong> vega<strong>de</strong>s ens sobten per llur<br />
vivacitat en les cartes que atribuïm a un secretari eren recolli<strong>de</strong>s per ell <strong>de</strong> la boca <strong>de</strong>l Rei quan hi<br />
<strong>de</strong>spatxava» ? 303 Arriba nos cercioramos <strong>de</strong> que los curiales a quienes se ha achacado una relativa<br />
voluntad <strong>de</strong> «forma ciceroniana» y «d’alliberar-se, en part almenys, <strong>de</strong> la submissió a les fórmules<br />
<strong>de</strong> les artes dictandi medievals» -el grupo <strong>de</strong> Sirvent, básicamente- son <strong>de</strong> hecho entusiastas<br />
<strong>de</strong>l dictamen , y con un fervor programático que excluye cualquier tentación clasicista. Carbonell<br />
y Des-Pont esquilman un «liber auctoritatum» en que los Disticha Catonis valen tanto como<br />
Terencio; su Petrarca es el Petrarca no humanista popular a finales <strong>de</strong>l Trescientos; y no muestran ni<br />
sombra <strong>de</strong> afición por los casos y cosas <strong>de</strong> la Antigüedad. Cuando nuestros dictatores escriben por su<br />
cuenta -exclusivamente dictamina - no pasan <strong>de</strong> las sententiae «<strong>de</strong> moribus» , intemporales y <strong>de</strong><br />
dudosísima proce<strong>de</strong>ncia: jamás se dignan mentar un apotegma, un episodio o una fábula transmitidos<br />
por fuentes clásicas. Esos elementos, en cambio, sí aparecen, mo<strong>de</strong>stamente, cuando los secretarios<br />
escriben en nombre <strong>de</strong> los reyes, sobre todo si lo hacen en catalán: y así, por ejemplo, Martín el<br />
Humano, con la pluma <strong>de</strong> Guillem Ponç, «presenta Orfeu i Tiberi Graco al comte d’Urgell com<br />
a mo<strong>de</strong>ls <strong>de</strong> bona amor conjugal» , 304 en unos términos <strong>de</strong> familiaridad y experiencia <strong>de</strong> lectura<br />
303 La cultura... , p. 13, y «Guillem Ponç» , p. 78, respectivamente .<br />
304 J. Rubió, art. cit. , p. 77 . Basta leer unas páginas en que G. Ponç pone a contribución su<br />
mejor latín ( Documents... , <strong>II</strong>, núm. 371) para asentir a la hipótesis <strong>de</strong> Rubió, p. 73 , <strong>de</strong> que pudiera<br />
ser él ese « Guillelmus , parent <strong>de</strong>l Sirvent i <strong>de</strong>ixeble seu» , que asoma en el carteo con Guitard<br />
(§§ 2, 9, etc. ). Poco va, en efecto, <strong>de</strong> la prosa <strong>de</strong> Ponç a la <strong>de</strong> Sirvent: la <strong>de</strong>l posible discípulo<br />
es ligerísimamente menos áspera, y, aunque trae una reminiscencia <strong>de</strong>l proverbial «una salus victis<br />
nullam sperare salutem» ( Eneida , <strong>II</strong>, 354) , ésta se reduce a usar las tres últimas palabras, para<br />
producir el cursus planus , y queda, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego, sin i<strong>de</strong>ntificar. Guillem Ponç me parece hallarse en<br />
el mismo estadio que Pere Margall, joven corresponsal <strong>de</strong> Sirvent (§§ 12, 14) que apunta maneras<br />
170
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
personal inconcebibles como iniciativa <strong>de</strong>l secretario. Paralelamente, las huellas petrarquescas que<br />
hemos rastreado sólo revelan trazos antiguos cuando nos llevan al terreno <strong>de</strong> monarcas y magnates:<br />
es que un Sagarriga, pongamos, está intentando ajustarse a los gustos y horizontes <strong>de</strong>l Magnánimo -<br />
y no respondiendo a los suyos propios-, como el Scipió i Anibal se ajusta a los <strong>de</strong>seos <strong>de</strong>l Duque<br />
<strong>de</strong> Gandía.<br />
El ejemplo <strong>de</strong> Livio, entre Jaime <strong>II</strong> y Juan I, nos apuntaba que la avi<strong>de</strong>z <strong>de</strong>l «amador <strong>de</strong> la<br />
gentilesa» por algunos historiadores clásicos no era sino la prolongación natural <strong>de</strong> unos viejos<br />
intereses, espoleados ahora por la mayor abundancia <strong>de</strong> semejantes autores en las librerías y en<br />
las bibliotecas europeas, don<strong>de</strong> a<strong>de</strong>más llevaban un marchamo <strong>de</strong> novedad distinguida. Pedro el<br />
Ceremonioso, <strong>de</strong> formidable memoria hasta para las menu<strong>de</strong>ncias <strong>de</strong> las crónicas, escribía en 1363<br />
al infante Fernando exhortándole a seguir la «doctrina <strong>de</strong>ls antichs» y a apren<strong>de</strong>r en «la istòria<br />
<strong>de</strong>ls Romans» , y recordándole, a zaga <strong>de</strong> Valerio Máximo, la gallarda actitud <strong>de</strong> «Cipió Africhan»<br />
frente a «Anibaud» . 305 Treinta años <strong>de</strong>spués, don Juan podía dirigirse a los «prohòmens» <strong>de</strong><br />
Barcelona sumando al recuerdo <strong>de</strong> «Valeri» los <strong>de</strong> «Suethoni» y «Paulo Euròsio» . 306 Por<br />
algo más finas que este (así, pospone el vocativo en la salutatio ), pero lo elogia como «lacte Tulliano<br />
longo tempore enutritus» .<br />
305 Vid. J. Rubió, «La versió llatina <strong>de</strong> la “Crònica general <strong>de</strong> Catalunya i Aragó”» , en Homenatge<br />
a A. Rubió i Lluch , I, p. 346 y n. 1. Para la memoria <strong>de</strong>l Ceremonioso, cf. Documents , I, núm. 200.<br />
306 En la hermosa arenga datada en septiembre <strong>de</strong> 1392, en Sant Cugat <strong>de</strong>l Vallès (véase<br />
Documents , I, núm. 421 ), don Juan anuncia su proyecto <strong>de</strong> pasar a Cer<strong>de</strong>ña, «com en moltes<br />
cròniques <strong>de</strong> emperadors e <strong>de</strong> reys e gestes antigues ligen haiam trobat en qual manera són dits<br />
gloriosos enperadors e reys qui virtuosament <strong>de</strong>ffenen lurs imperis e regnes e conquistan los crexen,<br />
axí com nostres pre<strong>de</strong>cessors <strong>de</strong> alta memòria han fet» . Los ejemplos <strong>de</strong> «Octovià August» , «Neró» ,<br />
«Xerxes» y «Marcho Atílio Règulo» , que dice autorizados por «Suethoni» , «Paulo Euròsio» y<br />
«Valeri» , le confortan «per portar a bona fi e conclusió nostre benaventurat propòsit <strong>de</strong>ssús dit» ,<br />
«volents seguir les petja<strong>de</strong>s <strong>de</strong> nostres pre<strong>de</strong>cessors e los fets d’aquells los quals a memòria perpetual<br />
per lurs virtuts són dignes <strong>de</strong> ésser posats en istòries» . El llorado J. Rubió i Balaguer, La cultura... ,<br />
p. 11 , escribía: «Foren [els propis <strong>de</strong>ures <strong>de</strong> governant] el mòbil principal <strong>de</strong> les iniciatives culturals<br />
<strong>de</strong> Pere el Cerimoniós, tan donat a la lectura d’històries antigues i mo<strong>de</strong>rnes perquè hi trobava guia<br />
a seguir, arguments per a enrobustir el prestigi <strong>de</strong> la dignitat reial davant els súbdits, i justificació, a<br />
vega<strong>de</strong>s, <strong>de</strong>ls seus actes <strong>de</strong> governant. Però aquell rei no veia encara el matís que diferenciava una<br />
171
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
las mismas fechas, Carbonell y Des-Pont, Sirvent y Guitard, no incluyen ni una brizna <strong>de</strong> historia o<br />
ejemplos antiguos en los dictamina que componen a su exclusiva discreción, y con notorio aplauso<br />
<strong>de</strong> sus colegas. Pero cuando Martín el Humano ha <strong>de</strong> hablar solemnemente en las cortes <strong>de</strong> 1406, el<br />
funcionario que le redacta una admirable «proposició» conjuga múltiples alusiones a los «grans<br />
historials» romanos (y aun los enumera en batería: «però no ens fan fretura en l’acte present» ), las<br />
sazona con las sententiae <strong>de</strong> su florilegio que se le antojan más congruentes con esos «historials»<br />
(amén <strong>de</strong> los inevitables versículos bíblicos y apelaciones a algún «sant doctor aprovat <strong>de</strong> Santa Mare<br />
Esgleia» ) y en<strong>de</strong>reza todo el discurso a rememorar, con lujo <strong>de</strong> <strong>de</strong>talles, «quins actes faeren» los<br />
catalanes. La soberbia pieza oratoria es trasunto <strong>de</strong> don Martín hasta en los escrúpulos <strong>de</strong> conciencia:<br />
307 y, para nosotros, magnífica ilustración <strong>de</strong> cómo los curiales podían procurar, con los instrumentos<br />
al alcance, acercar su cultura a la renovada pasión <strong>de</strong> sus señores por «fets e grans gestes» .<br />
La «proposició» <strong>de</strong> 1406 se me antoja una excelente imagen <strong>de</strong> la coyuntura que se ha llamado<br />
«humanismo catalán». Por una parte, una moda aristocrática, provocada por el vasto cambio <strong>de</strong>l<br />
panorama bibliográfico que <strong>de</strong>terminaron las aportaciones <strong>de</strong> Petrarca y sus fieles: el gusto por las<br />
crónicas, <strong>de</strong> larga fecha arraigado entre los gran<strong>de</strong>s, tien<strong>de</strong> a privilegiar a los historiadores antiguos<br />
re<strong>de</strong>scubiertos. Por otra parte, unos letrados -eclesiásticos o curiales-, formados en tradiciones propias,<br />
que esporádicamente alcanzan noticia <strong>de</strong> que Petrarca se ha ganado una «reputacio» merced al<br />
manejo <strong>de</strong> unas «auctoritates» que ellos creen tener también en su arsenal: aunque en realidad<br />
las tengan sólo mínimamente y reducidas a sententiae , como las sententiae que a su vez puedan<br />
buscar en Petrarca. Con todo, la moda señorial en cuestión probablemente es el mayor estímulo para<br />
que esos letrados recurran con frecuencia creciente a las «auctoritates» que juzgan afines a los<br />
historiadores estimados por sus patrones: estímulo que actúa hasta el punto <strong>de</strong> sugerirles disfrazar<br />
<strong>de</strong> «Suetonio» o «Valerio Máximo» al Petrarca centón <strong>de</strong> moralida<strong>de</strong>s que a ellos les resulta más<br />
consonante, y estímulo que los invita a una lectura ‘política’ y ‘caballeresca’ <strong>de</strong> la obra <strong>de</strong>l genial<br />
aretino. Pero, cuando los hay, los préstamos son ocasionales y <strong>de</strong> <strong>de</strong>talle: nuestros letrados no llegan<br />
obra clàssica d’un poema medieval <strong>de</strong> tema històric. Només s’interessava pel fet, i pel prestigi que li<br />
donava als seus ulls veure’l posat per escrit» . A la luz <strong>de</strong> la arenga <strong>de</strong> Sant Cugat o <strong>de</strong> hechos como<br />
los mencionados ad n. 9, el juicio <strong>de</strong>l maestro Rubió pue<strong>de</strong> aplicarse también a Juan I: sólo hay que<br />
advertir que el hijo sintió por los libros mayor entusiasmo que el padre y que vivió en una Europa<br />
mucho mejor dotada bibliográficamente.<br />
307 Véase J. Rubió, De l’Edat mitjana al Renaixement , Barcelona, 1979 2 , pp. 105-106, con quien<br />
concuerdo en gran parte; el texto, en Parlaments a les Corts catalanes , pp. 58-72.<br />
172
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
a restablecer en su contexto las sententiae <strong>de</strong> Petrarca ni las flors <strong>de</strong> los clásicos, para consi<strong>de</strong>rar<br />
el conjunto como núcleo <strong>de</strong> un nuevo or<strong>de</strong>n intelectual y estilístico.<br />
Quien haya tenido la paciencia <strong>de</strong> seguirme hasta aquí posiblemente habrá esperado en más <strong>de</strong> un<br />
momento la aparición en escena <strong>de</strong>l supremo escritor <strong>de</strong> la época, el más persistentemente asociado<br />
al nombre <strong>de</strong> Petrarca y a la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong>l «humanismo catalán». A <strong>de</strong>cir verdad, la tal i<strong>de</strong>a se pensó<br />
fundamentalmente como un marco para encuadrar a Bernat Metge. Pero Metge es uno en verso y<br />
otro en prosa, uno en 1388 y otro en 1408, uno en el Valter e Griselda y otro en la Apologia<br />
; y ese marco quizá no está tan bien encajado como a veces se ha supuesto. He creído preferible,<br />
pues, empezar proponiendo algunos retoques para la <strong>de</strong>coración general sobre cuyo fondo se recorta<br />
la figura singular. Temía, sobre todo, el peligro <strong>de</strong> confundir los rasgos predominantes en su época<br />
con los propios <strong>de</strong> cada etapa <strong>de</strong> Metge. Tiempo habrá, si Dios quiere, para volver sobre él con<br />
cuanta <strong>de</strong>tención haga falta. Por ahora, me contentaría si dos o tres <strong>de</strong> mis observaciones hubieran<br />
servido para caracterizar negativamente ciertas dimensiones <strong>de</strong>l gran prosista barcelonés: si, como<br />
<strong>de</strong>cía, alguien esperaba que en este o aquel momento <strong>de</strong> mi exposición apareciera Bernat Metge, pero<br />
luego, al hilo <strong>de</strong> mi razonamiento, ha encontrado natural que Bernat Metge no apareciera allí, que<br />
no apareciera todavía.<br />
«Petrarca y el ‘humanismo catalán’», en Actes <strong>de</strong>l sisè col·loqui internacional <strong>de</strong> llengua i literatura<br />
catalanes, Roma, 28 setembre-2 octubre 1982 , edd. Giuseppe Tavani y Jordi Pinell, Abadía <strong>de</strong><br />
Montserrat, Barcelona, 1983, pp. 257-291.<br />
Una brillante confirmación <strong>de</strong> las páginas anteriores, sólidamente documentada, ofrece Charles B.<br />
Faulhaber, «Rhetoric in Medieval Catalonia: The Evi<strong>de</strong>nce of the Library Catalogs» , en Studies in<br />
Honor of Gustavo Correa , Potomac, 1986, pp. 92-126 : «As we have seen, the data presented here<br />
fully support his [= F. R. ] thesis. They confirm a lack of interest in the newly discovered rhetorical<br />
texts (Cicero’s De oratore , Orator , Brutus , the complete Quintilian) which were crucial<br />
elements in the <strong>de</strong>velopment of humanistic rhetoric in Italy, as well as a lack of interest in humanistic<br />
rhetoric itself until the <strong>de</strong>ca<strong>de</strong> of the 1480’s. Moreover, the library catalogs also reveal the tenacious<br />
persistence of the most characteristic treatises of the medieval arts of discourse, the Poetria nova of<br />
Geoffrey of Vinsauf and the dictaminal treatises of thirteenth century Italian origin» (pp. 124-125) .<br />
En idéntico sentido <strong>de</strong>pone la gran investigación <strong>de</strong> J. N. Hillgarth, Rea<strong>de</strong>rs and Books in Majorca<br />
(1229-1500) , París, 1991, dos vols. Vid. , por ejemplo, I, pp. 133-135 : «The point that strikes<br />
one at once in looking at this Table [XV, que ‘shows the relative popularity in Majorca of the better<br />
173
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
known Latin classical authors’ y <strong>de</strong> los ‘three leading Italian authors of the fourteenth century’] is the<br />
late date at which most of the authors listed are attested in Majorca. Apart from Petrarch and Valerius<br />
Maximus, none of them appear before 1450, and, apart from Valentí’s inventory, only Terence,<br />
Dante, and Boccaccio between then and 1479. In the fourteenth century the number of classics whose<br />
presence in Majorca is certain is very small in<strong>de</strong>ed. The inventory of Bishop Collell’s books, ma<strong>de</strong><br />
in 1363, records 105 volumes, only one of which, Vegetius, could be <strong>de</strong>scribed as a classic. A letter<br />
from Pere <strong>II</strong>I to the Dominican Inquisitor of Majorca refers to a manuscript of Frontinus in the latter’s<br />
possession. The practical bent of these two treatises on the art of war, or, for Pere on Frontinus, ‘on<br />
the matter of chivalry’, is clear. The inventory of a jurist, ma<strong>de</strong> in 1393, records twenty volumes,<br />
among them a copy of Petrarch’s De vita solitaria -the only ‘humanist’ work to appear in Majorca<br />
before 1400- and one of Valerius Maximus» .<br />
El pionero trabajo <strong>de</strong> Lola Badia (n. 251) se ha reimpreso junto a otros no menos valiosos en De<br />
Bernat Metge a Joan Roís <strong>de</strong> Corella. Estudis sobre la cultura literària <strong>de</strong> la tardor medieval catalana ,<br />
Barcelona, 1988, pp. 13-38. Pero <strong>de</strong> la profesora Badia <strong>de</strong>ben verse asimismo «El terme humanisme<br />
no <strong>de</strong>fineix la cultura literària <strong>de</strong>ls nostres escriptors en vulgar <strong>de</strong>ls segles XIV i XV» , L’Avenç ,<br />
núm. 200, febrero <strong>de</strong> 1996, pp. 20-23; la edición comentada <strong>de</strong> Bernat Metge, Lo somni , Barcelona,<br />
1999, y las contribuciones (por partida doble) a las misceláneas Intel·lectuals i escriptors a la baixa<br />
Edat Mitjana , ed. L. Badia y A. Soler, Abadía <strong>de</strong> Montserrat, Barcelona, 1994, y Literatura i cultura<br />
a la Corona d’Aragó ( s. X<strong>II</strong>I-XV) , ed. L. Badia, M. Cabré y S. Martí, ibid. , 2002. Esos y otros<br />
estudios suyos son ahora la guía más segura para abordar muchos temas sólo rozados en el mío, y,<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego, me eximen <strong>de</strong> cumplir la amenaza <strong>de</strong> volver sobre Metge.<br />
La esperable reacción negativa frente a las interpretaciones que mantenemos Lola Badia y yo se ha<br />
producido sobre todo en forma <strong>de</strong> silencios y suspicacias. Unos y otras concilia el P. Miquel Batllori,<br />
«Entorn <strong>de</strong> certs corrents actuals sobre l’Humanisme i el Renaixement» , en su libro Orientacions i<br />
recerques. Segles X<strong>II</strong>-XX , Abadía <strong>de</strong> Montserrat, Barcelona, 1983, p. 85; y en Miscel·lania Sanchis<br />
Guarner , I, Universidad <strong>de</strong> Valencia, 1984, p. 35 b .<br />
Otras adiciones. A la n. 251 . Es reconfortante po<strong>de</strong>r señalar ahora que no sólo se ha publicado el<br />
aludido texto <strong>de</strong> Badia ( A. Trias Teixidor, «El pròleg <strong>de</strong> Pere Badia a les Introductiones latinae <strong>de</strong><br />
Nebrija (Barcelona, N. Spin<strong>de</strong>ler, 1505)» , Anuario <strong>de</strong> filología , Barcelona, 1981, pp. 173-192), sino<br />
que la Epistula y el grueso <strong>de</strong> la producción <strong>de</strong> Pau corren ya en la excelente edición <strong>de</strong> Mariàngela<br />
Vilallonga ( J. P. , Obres , ed. M. V. , Barcelona, 1986, dos vols.), a quien se <strong>de</strong>ben también un<br />
imprescindible repertorio <strong>de</strong> La literatura llatina a Catalunya al segle XV , Barcelona, 1993, y la<br />
174
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
realización o el estímulo <strong>de</strong> muchas otras aportaciones al conocimiento <strong>de</strong>l que sí se <strong>de</strong>ja <strong>de</strong>nominar<br />
con propiedad «Humanisme catalá» ( Estudi general , XXI, Gerona, 2001, pp. 475-488).<br />
A la n. 253 . No menos importante es la colección <strong>de</strong> monografías <strong>de</strong>l mismo Giuseppe Billanovich<br />
reunida bajo el título <strong>de</strong> Petrarca e il primo umanesimo , Padua, 1996. Ahí, en las pp. XXV<strong>II</strong>I-<br />
XXX<strong>II</strong>I, se encontrará la relación <strong>de</strong> sus trabajos sobre Livio posteriores al libro <strong>de</strong> 1981.<br />
A la n. 261 . La referencia bibliográfica exacta es «Antoni Canals y Petrarca. Para la fecha y las<br />
fuentes <strong>de</strong> Scipió e Anibal », en Miscel·lania Sanchis Guarner , I, Universidad <strong>de</strong> Valencia, 1984,<br />
pp. 285-288, e id. , segunda edición, <strong>II</strong>I, Abadía <strong>de</strong> Montserrat, Barcelona, 1991, pp. 53-63 (don<strong>de</strong><br />
introduje un par <strong>de</strong> adiciones).<br />
A la n. 262 . Archivo Ibero Americano , XL<strong>II</strong> (1982), pp. 75-79.<br />
A la n. 269 . En el De vita solitaria , <strong>II</strong>, 4, p. 434, Petrarca menciona «illud clari oratoris [?]<br />
dictum: ‘Qui non litigat celebs est’» . Con muy buena voluntad, podría pensarse que la ‘cita’ <strong>de</strong> Des-<br />
Pont se limita a esa primera frase, pero parece más probable que llegue a «dilabuntur» .<br />
A la n. 273 . Más dudas me suscita el libro en que Witt prolonga esos artículos: «In the Footsteps<br />
of the Ancients». The Origins of Humanism from Lovato to Bruni , Lei<strong>de</strong>n, 2000. Mi posición al<br />
respecto se hallará en El sueño <strong>de</strong>l humanismo (De Petrarca a Erasmo) , que en unas pocas líneas<br />
dispersas, y ni siquiera referidas expresamente a la Península Ibérica, resume el planteamiento que<br />
hoy daría a La invención <strong>de</strong>l Renacimiento en España ( vid. aquí n. 257 y la palinodia <strong>de</strong> la n. 268).<br />
A la n. 278 . El inventario <strong>de</strong> la biblioteca <strong>de</strong> Bartomeu Sirvent, en 1430, «incloïa una enorme<br />
quantitat <strong>de</strong> textos <strong>de</strong> dret, <strong>de</strong> religio, i d’ ars dictaminis » , y una única muestra <strong>de</strong> la literatura<br />
clásica, unas Tragedias <strong>de</strong> Séneca ( S. Cingolani, El somni d’una cultura: «Lo somni» <strong>de</strong> Bernat<br />
Metge , Barcelona, 2002, pp. 72-73, fundado en la tesis inédita <strong>de</strong> J. A. Iglesias Fonseca, Universidad<br />
Autónoma <strong>de</strong> Barcelona, 1996).<br />
A la n. 292 . El «Censimento» en cuestión tuvo la suerte <strong>de</strong> pasar a las manos, más laboriosas,<br />
<strong>de</strong> Milagros Villar: Códices petrarquescos en España , Padua, 1995, con precisas <strong>de</strong>scripciones<br />
<strong>de</strong> todos los manuscritos mencionados por mí, informaciones complementarias y noticia <strong>de</strong> casi un<br />
centenar <strong>de</strong> códices perdidos (a otros hay referencias, por ejemplo, en los trabajos <strong>de</strong> J. N. Hillgarth<br />
y <strong>de</strong> J. A. Iglesias Fonseca citados en las notas anteriores).<br />
175
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
A la n. 296 . Sobre maltrecho, en efecto, el texto estaba mal puntuado. En la invectiva Contra eum<br />
qui maledixit Italie , Petrarca escribe: «Literato stulto nichil est importunius; habet enim instrumenta<br />
quibus late suam ventilet ac diffundat amentiam, quibus ceteri carentes parcius insaniunt» (F. P., In<br />
difesa <strong>de</strong>ll’Italia , ed. G. Crevatin, Venecia, 1995, p. 46) .<br />
A la n. 298 . Véase ahora Pedro M. Cátedra, Los sermones atribuidos a Pedro Marín , Salamanca,<br />
1990, pp. 36-38 y 95.<br />
A la n. 302 . Pero a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> «Enrique <strong>de</strong> Villena y algunos humanistas», en Elio Antonio <strong>de</strong><br />
Nebrija. Actas <strong>de</strong> la <strong>II</strong>I Aca<strong>de</strong>mia Literaria Renacentista , Salamanca, 1983, pp. 187-203, <strong>de</strong> P. M.<br />
Cátedra véase también, entre muchos, «Sobre la obra catalana <strong>de</strong> Enrique <strong>de</strong> Villena», en Homenaje<br />
a Eugenio Asensio , Madrid, 1988, pp. 127-140, y «Los Doze trabajos <strong>de</strong> Hércules en el Tirant<br />
(Lecturas <strong>de</strong> Villena en Castilla y Aragón)», en Actes <strong>de</strong>l Symposion «Tirant lo Blanc» , Barcelona,<br />
1993, pp. 171-205.<br />
176
- V<strong>II</strong> -<br />
El nuevo mundo <strong>de</strong> Nebrija y Colón<br />
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
Notas sobre la geografía humanística en España y el contexto intelectual <strong>de</strong>l <strong>de</strong>scubrimiento <strong>de</strong><br />
América 308<br />
No sabría <strong>de</strong>cir cuándo mandó Hernando Colón encua<strong>de</strong>rnar juntos los libros y opúsculos que<br />
componen el volumen facticio que aún alberga la <strong>Biblioteca</strong> Colombina <strong>de</strong> Sevilla bajo la signatura<br />
4-1-18. Pudo muy bien hacerlo en 1517, cuando empezaba la recolección <strong>de</strong> materiales para su<br />
Descripción y cosmografía <strong>de</strong> España (y cuando Elio Antonio <strong>de</strong> Nebrija le regaló, en Alcalá <strong>de</strong><br />
Henares, una Tabla <strong>de</strong> la diversidad <strong>de</strong> los días... por sus paralelos ). O pudo ser en 1524, mientras<br />
se preparaba para exponer ante la Junta <strong>de</strong> Badajoz la invención <strong>de</strong> un sistema científicamente<br />
irreprochable para la <strong>de</strong>terminación <strong>de</strong> las longitu<strong>de</strong>s geográficas: el método <strong>de</strong>l transporte <strong>de</strong> relojes,<br />
impracticable entonces, sin embargo, por falta <strong>de</strong> cronómetros a<strong>de</strong>cuados. O todavía <strong>de</strong>spués, al<br />
escribir sobre «las cinco razones que movieron a Cristóbal Colón para intentar su <strong>de</strong>scubrimiento» ,<br />
principiando por las «razones naturales» y siguiendo con los «testimonios y autorida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> sabios<br />
antiguos y mo<strong>de</strong>rnos varones» (fray Bartolomé <strong>de</strong> las Casas, Historia <strong>de</strong> las Indias , I, v) . 309<br />
Para todas y cada una <strong>de</strong> tales empresas, fuera como fuera, el docto hijo <strong>de</strong>l Almirante había <strong>de</strong><br />
juzgar útil tener reunidos tras una misma cubierta los libros y opúsculos en cuestión. Los tres primeros<br />
títulos fijan suficientemente el carácter <strong>de</strong>finitorio <strong>de</strong>l volumen. Va por <strong>de</strong>lante un impreso <strong>de</strong> catorce<br />
hojas, sin lugar ni año, en pulcros tipos romanos, por el que don Hernando había pagado 12 maravedíes<br />
308 El presente trabajo se escribió en 1980 para ser publicado, en italiano, en el homenaje a<br />
Giuseppe Billanovich: Testimonia Antiquitatis , Roma, en prensa. Nótese que se trata sólo <strong>de</strong> una<br />
muestra y un a<strong>de</strong>lanto -en la perspectiva que da título a ese festschrift - <strong>de</strong> la extensa investigación que<br />
sobre el tema he realizado merced a una ayuda <strong>de</strong>l Comité Conjunto Hispano-Norteamericano para<br />
Asuntos Educativos y Culturales. Las limitaciones <strong>de</strong> espacio me obligaron a reducir las notas a poco<br />
más que la i<strong>de</strong>ntificación <strong>de</strong> las citas literales y la imprescindible documentación <strong>de</strong> un par <strong>de</strong> asertos<br />
hechos en el texto (mientras otros quedan pendientes <strong>de</strong> justificación <strong>de</strong>tenida). En la versión aquí<br />
impresa, he añadido algún complemento o actualización entre paréntesis rectangulares, así como<br />
una nota final con unas cuantas adiciones menudas: todo muy rápido y sumario, en la esperanza <strong>de</strong><br />
po<strong>de</strong>r incluirlo también, al revisar las pruebas compaginadas, en Testimonia Antiquitatis , <strong>de</strong> suerte<br />
que no se rompa la correspon<strong>de</strong>ncia entre los textos italiano y español. Por otra parte, el carácter<br />
<strong>de</strong>l tema abordado -tan propicio a la divagación irresponsable- me ha aconsejado mantener un tono<br />
austeramente factual; una presentación más ágil y sintética tendrá que esperar a la publicación <strong>de</strong><br />
todos los materiales reunidos en el curso <strong>de</strong> la mencionada investigación.<br />
309 Sigo el texto fijado por J. Pérez <strong>de</strong> Tu<strong>de</strong>la y E. López Oto, en <strong>Biblioteca</strong> <strong>de</strong> autores españoles ,<br />
XCV, Madrid, 1957 .<br />
177
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
en 1509: Aelii Antonii Nebrissensis, grammatici, in cosmographiae libros introductorium . Viene a<br />
continuación un Vibii Sequestris liber (Roma, 1505), con el De fluminibus y sus análogos al cuidado<br />
<strong>de</strong> Giacomo Mazzocchi. El tercer lugar correspon<strong>de</strong> a una Chorographia castigada nada menos que<br />
por Hermolao Barbaro: Pomponius Mela, cosmographus , De situ orbis (Pesaro, 1510). 310<br />
En cualquier circunstancia -pero en ninguna más que en la presente-, la mera enunciación <strong>de</strong> esos<br />
tres ítem nos obligaría a trasladarnos a los dominios predilectos <strong>de</strong> Giuseppe Billanovich. Gracias al<br />
maestro paduano, en efecto, sabemos hoy que hacia 1335 Petrarca rescató una miscelánea <strong>de</strong> autores<br />
latinos poco comunes preparada por Rusticio Elpidio Dómnulo, en la vigorosa Ravenna <strong>de</strong>l siglo VI,<br />
y conocida a través <strong>de</strong> la revisión hecha luego por Heiric <strong>de</strong> Auxerre. Las dos piezas fuertes <strong>de</strong> la<br />
compilación eran precisamente Pomponio Mela y Vibio Secuestre, y Petrarca se <strong>de</strong>leitó en leerlos,<br />
anotarlos y comunicárselos «ai suoi molti clienti. E questi primi umanisti non solo trovarono nel<br />
De chorographia e nel De fluminibus due sussidi utilissimi per la lettura <strong>de</strong>i classici; ma,<br />
subito, già nella seconda metà <strong>de</strong>l Trecento, alcuni italiani, specialmente toscani e veneti, furono<br />
animati a comporre <strong>de</strong>i trattati di geografia a servizio <strong>de</strong>gli studi retorici, particolarmente sul mo<strong>de</strong>llo<br />
<strong>de</strong>l dizionario di Vibio» . 311 Los repertorios como el De montibus boccaccesco o el De insulis<br />
<strong>de</strong> Domenico Silvestri, a su vez, convivieron fructíferamente con las nutridas secciones geográficas<br />
<strong>de</strong> las enciclopedias en la línea <strong>de</strong>l De originibus rerum <strong>de</strong>bido a Guglielmo da Pastrengo o la<br />
Fons memorabilium universi <strong>de</strong> Domenico Bandini. Pero la semilla no murió en esas páginas. A la<br />
sombra protectora <strong>de</strong> Salutati, el elegante Palla Strozzi hizo traer <strong>de</strong> Constantinopla la Geografía<br />
<strong>de</strong> Tolomeo, Leonardo Bruni -con la complicidad <strong>de</strong> Niccolò Niccoli- proyectó volverla al latín,<br />
Crisoloras comenzó la traducción, Iacopo Angeli la terminó, y los amateurs «<strong>de</strong>’ siti <strong>de</strong>lla terra»<br />
310 La edición (comprada en 1516) lleva anejo un cua<strong>de</strong>rno manuscrito con un completo índice<br />
alfabético <strong>de</strong> la Chorographia , así como una hoja con apuntaciones <strong>de</strong> don Hernando. El volumen<br />
contiene también el Libellus <strong>de</strong> mirabilibus civitatis Puteolorum (Nápoles, 1507), adquirido en<br />
1515, y la versión por Cal<strong>de</strong>rini <strong>de</strong> la Atticae <strong>de</strong>scriptio <strong>de</strong> Pausanias, en ejemplar (sin indicaciones<br />
tipográficas) obtenido en 1512, al igual que las obritas <strong>de</strong> Plutarco, Dión Crisóstomo, Paléfato y<br />
Leonardo Bruni que forman el segundo núcleo <strong>de</strong>l tomo.<br />
311 Giuseppe Billanovich, «Dall’antica Ravenna alle biblioteche umanistiche» , Anuario<br />
<strong>de</strong>ll’Università Cattolica <strong>de</strong>l S. Cuore. Anni acca<strong>de</strong>mici 1955-56/1956-57 , pp. 73-107; cito <strong>de</strong> 101<br />
y, más abajo, <strong>de</strong> 106 .<br />
178
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
se disputaban «queste Cosmografie » bellamente rotuladas y ornamentadas. 312 La curiosidad<br />
arqueológica se hermanaba con los intereses científicos, los sueños <strong>de</strong> conquista o <strong>de</strong> misión, las<br />
aspiraciones comerciales. Todo valía -si valía- para entretener la avi<strong>de</strong>z <strong>de</strong> horizontes. El rigor<br />
geométrico <strong>de</strong> Tolomeo no anulaba, sino aprovechaba las aportaciones <strong>de</strong> la matemática árabe, y<br />
Toscanelli podía perfilar o corregir el universo cuadriculado por el autor antiguo con unas tablas<br />
<strong>de</strong> latitu<strong>de</strong>s y longitu<strong>de</strong>s extraídas <strong>de</strong> un menos ilustre Speculum astronomiae medieval. 313 Los<br />
humanistas no se limitaron a dar un <strong>de</strong>cisivo impulso inicial a la geografía <strong>de</strong> la edad mo<strong>de</strong>rna: en<br />
Italia al igual que en la Península Ibérica, siguieron contribuyendo con textos y con reflexiones a<br />
mantener encendido el fuego que alimentaban las experiencias <strong>de</strong> los navegantes, las especulaciones<br />
<strong>de</strong> los expertos en el cuadrivio, la necesidad <strong>de</strong> expansión <strong>de</strong> una Europa que se quedaba pequeña.<br />
«Sicuramente la Niña, la Pinta e la Santa María furono comandate da Cristoforo Colombo. Ma una<br />
parte <strong>de</strong>l legno con cui quelle caravelle furono costruite -es justísima afirmación <strong>de</strong> Billanovich-<br />
era stato tagliato da Rusticio Elpidio, da Heiric di Auxerre, da Francesco Petrarca» , por los hombres<br />
formados en la más estricta tradición <strong>de</strong> los studia humanitatis .<br />
Quiero hoy echar un vistazo a algunos episodios <strong>de</strong> esa aventura: exhumar unos cuantos textos<br />
y datos -nula o escasamente conocidos- relativos a la penetración <strong>de</strong> la geografía humanística en<br />
España, situarlos en la trayectoria que conduce al librito cosmográfico <strong>de</strong> Nebrija y apuntar cómo se<br />
fue <strong>de</strong>scubriendo así, en vísperas <strong>de</strong> 1492, en una noble alianza <strong>de</strong> «rerum cognitio» y <strong>de</strong> «oratio»<br />
(véase abajo), el nuevo mundo <strong>de</strong> una cultura que Colón compartió y contribuyó a crear.<br />
Volvamos, pues, otra vez a la imagen <strong>de</strong> Petrarca dibujada por Billanovich: el estudioso <strong>de</strong> Mela y<br />
Vibio Secuestre. En los alre<strong>de</strong>dores <strong>de</strong> 1428, no es un azar que el primer espécimen <strong>de</strong>l Canzoniere<br />
que circuló en castellano (por cuanto sabemos) se entendiera como una ilustración <strong>de</strong> que Petrarca<br />
«avía leído muchos e diversos cosmógraphos e avía en prompto la recordación <strong>de</strong>llos» . En el<br />
manuscrito 10.186 <strong>de</strong> la <strong>Biblioteca</strong> Nacional <strong>de</strong> Madrid, a los folios 196-199, se copia, traduce y glosa<br />
-mejor o peor- el poema CXLV<strong>II</strong>I, don<strong>de</strong> «micer Francisco face una metháfora diziendo que ha grand<br />
sed, la qual amansada ser no podría con el agua <strong>de</strong> todos los ríos <strong>de</strong>l mundo -e nonbra los principales<br />
<strong>de</strong>llos-, sinon con el agua <strong>de</strong>l uno, muy fermoso, a quien no pone nonbre, pero <strong>de</strong>scrívelo diziendo<br />
tiene frescas riberas don<strong>de</strong> nasce el fermoso laurel» :<br />
312 Vespasiano da Bisticci, Le vite , ed. A. Greco, <strong>II</strong>, Florencia, 1976, pp. 406-407 .<br />
313 Véanse las oportunas observaciones <strong>de</strong> Eugenio Garin, La cultura filosofica <strong>de</strong>l Rinascimento<br />
italiano , Florencia, 1979 2 , pp. 330-331.<br />
179
Non Tesin, Po, Varo, Arno, Adige et Tebro,<br />
Eufrate, Tigre, Nilo, Hermo, Indo et Gange<br />
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
Nuestro escoliasta no duda sobre el sentido último <strong>de</strong>l soneto ( «aquella sed» petrarquesca es «el<br />
grand <strong>de</strong>seo sitibundo <strong>de</strong> obtener el plazer e fartura <strong>de</strong> la plática poetal» ), ni sobre la ocasión en<br />
que surgió, «en la cámara <strong>de</strong>l rey Roberto» (las anécdotas más inesperadas sobre la etapa napolitana<br />
<strong>de</strong> Petrarca venían oyéndose en España <strong>de</strong>s<strong>de</strong> antes <strong>de</strong> 1400). Pero la traducción y el comentario<br />
no brotan <strong>de</strong> ningún especial entusiasmo por la lírica vulgar, sino <strong>de</strong>l pala<strong>de</strong>o <strong>de</strong> esos «nonbres» <strong>de</strong><br />
ríos «conoscidos <strong>de</strong> muchos» . El responsable <strong>de</strong>l trabajo ni siquiera anda muy fuerte en italiano:<br />
lo importante para él es convertir el poema en un <strong>de</strong> fluminibus , aun a costa <strong>de</strong> enten<strong>de</strong>r que el<br />
«faggio» <strong>de</strong>l verso quinto es «el río Fasis que corre por Thesalia e nasce en el monte Ysmos» . Pero<br />
¿con qué calma tan <strong>de</strong>sbordada pasión por la geografía? Con elementos <strong>de</strong> arquetípico medievalismo:<br />
«la <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong> Felipe Elefante» , 314 el De natura locorum <strong>de</strong> Alberto Magno, la Imago mundi<br />
que atribuye a San Ambrosio (si no se trata <strong>de</strong> un lapsus calami por Anselmo), «la <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong><br />
César» , quizá -la mención ocurre <strong>de</strong>masiado al paso- Macrobio y Lucano. No es imposible que el<br />
Boccaccio <strong>de</strong>l De montibus esté incluido en una vaga referencia a «algunos auctores» : mas, aun <strong>de</strong><br />
ser así, pue<strong>de</strong> asegurarse que no se contaba entre los libros <strong>de</strong> consulta habituales.<br />
Es el drama <strong>de</strong>l prehumanismo español. En un principio, la renovación cultural vivida en Italia<br />
fue llegando a la Península Ibérica en forma <strong>de</strong> resplandores y ecos, <strong>de</strong> prestigios cuya razón y cuyo<br />
sentido no siempre se adivinaban. Por en<strong>de</strong>, los más tempranos esfuerzos por acercarse a las raíces<br />
y a los frutos <strong>de</strong> esa renovación <strong>de</strong>slumbrante fueron a menudo mal dirigidos o fracasaron porque<br />
los instrumentos <strong>de</strong> exégesis disponibles no bastaban a corregir las <strong>de</strong>ficiencias <strong>de</strong> formación. Don<br />
Juan <strong>II</strong> <strong>de</strong> Navarra, hermano <strong>de</strong>l futuro Magnánimo, «leyendo e faziendo leer ante sí la Comedia<br />
<strong>de</strong> Dante, falló que alabava mucho a Virgilio e confesava <strong>de</strong> la Eneyda aver tomado doctrina para<br />
fazer aquella obra, e fizo buscar la dicha Eneyda si la fallaría en romance, porqu’él no era bien<br />
314 Sobre el escurridizo Philippe Éléphant <strong>de</strong>berá consultarse en breve la importante monografía <strong>de</strong><br />
Guy Beaujouan y Paul Cattin en el volumen XLI <strong>de</strong> la Histoire littéraire <strong>de</strong> la France [París, 1981,<br />
pp. 285-363].<br />
180
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
istruydo en la lengua latina» . 315 Ni la halló en romance, por supuesto, ni halló quien se atreviera a<br />
verter un texto tan «fuerte e <strong>de</strong> obscuros vocablos e istorias non usadas» , hasta que tuvo la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong><br />
confiar el quehacer a don Enrique <strong>de</strong> Villena, paradigma, a ojos <strong>de</strong> la época, <strong>de</strong>l erudito <strong>de</strong> saberes<br />
enciclopédicos. En la esperanza <strong>de</strong> recuperar así la «heredat que [don Juan] le tenía tomada contra<br />
justicia» , Villena aceptó la tarea, para la que se sentía convenientemente preparado: no en bal<strong>de</strong><br />
conocía incluso las «nueve obras» <strong>de</strong> la appendix Vergiliana , que él mismo «fizo venir <strong>de</strong> Florencia,<br />
on<strong>de</strong> se falla habundancia <strong>de</strong>stas obras poéthicas -e allí están sepultados quatro poethas laureados-» .<br />
La exhaustiva anotación que aña<strong>de</strong> al traslado le da pie, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego, a sacar a relucir todas sus lecturas,<br />
y a nosotros nos brinda un espléndido testimonio <strong>de</strong> cuál era en 1429 la biblioteca geográfica <strong>de</strong><br />
un español situado en una atalaya <strong>de</strong> privilegio: a medio camino entre Castilla y Aragón; ajeno a la<br />
universidad, pero familiarizado con los modos escolásticos; <strong>de</strong> formación inequívocamente medieval,<br />
pero abierto a las aportaciones <strong>de</strong> última hora. Don Enrique, por ejemplo, no ignora el De montibus<br />
, ni el De insulis <strong>de</strong> Silvestri. Sin embargo, o sólo le son accesibles parcial y ocasionalmente, o no<br />
ha acabado <strong>de</strong> integrarlos en el mundo intelectual en que se mueve con soltura. Valga una muestra.<br />
Aunque Armannino da Bologna le confirma que las Estrófa<strong>de</strong>s ( Eneida , <strong>II</strong>I, 209 y ss. ) existen<br />
«realmente» en el mar Jónico, Villena <strong>de</strong>sconfía. «E busqué -explica- los istoriales que han fecho<br />
minción <strong>de</strong> la <strong>de</strong>screpción <strong>de</strong>l mundo, Paulo Orosio De ormesta [ sic ] mundi , Sant Anselmo De<br />
imago mundi , Sant Isidoro en sus Thimologías , Alberto Magno in libro De natura loci , Gervasio<br />
en su Cosmographía , Felipe Elefante en su Astronomía , e non fallé alguno <strong>de</strong>stos que fiziese<br />
minción <strong>de</strong>stas islas Estrópha<strong>de</strong>s, on<strong>de</strong> se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>zir que es ficción poéthica» . Bien está. Como está<br />
óptimamente que -a tuertas o a <strong>de</strong>rechas- <strong>de</strong>smintiera al De insulis respecto a la i<strong>de</strong>ntificación con<br />
Malta <strong>de</strong> la «Ortygia» virgiliana (<strong>II</strong>I, 694), oponiéndole el significativo contraste con una «carta <strong>de</strong><br />
marear» . Pero si creía que «<strong>de</strong> aquel nombre “Estrópha<strong>de</strong>s” non usaron sinon los poetas» , ¿no valía la<br />
pena echar siquiera un vistazo a Silvestri, que <strong>de</strong>claraba su propósito <strong>de</strong> concentrarse en las «veterum<br />
autorum historia e et fabula e » 316 y que tan sugestivos indicios le hubiera proporcionado para<br />
exten<strong>de</strong>rse sobre una «ficción poéthica» <strong>de</strong> esa índole? Las consecuencias son obvias. No hay duda<br />
315 Cito la traducción y las glosas a la Eneida <strong>de</strong> Villena según la edición crítica <strong>de</strong> Pedro M.<br />
Cátedra, en una valiosa tesis doctoral (<strong>de</strong> la Universidad Autónoma <strong>de</strong> Barcelona) cuya publicación<br />
es necesidad urgente.<br />
316 Domenico Silvestri, De insulis et earum proprietatibus , ed. C. Pecoraro, Palermo, 1955 (= Atti<br />
<strong>de</strong>ll’Acca<strong>de</strong>mia di Scienze Lettere e Arti di Palermo , s. IV, vol. XIV, 1953-1954, fasc. <strong>II</strong>, parte <strong>II</strong>),<br />
p. 30 .<br />
181
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
<strong>de</strong> que la curiosidad <strong>de</strong> Villena por la geografía se beneficia <strong>de</strong> incitaciones y apoyos en la senda <strong>de</strong>l<br />
humanismo; tampoco la hay <strong>de</strong> que don Enrique no llega a captar en qué consiste la peculiaridad <strong>de</strong> las<br />
recientes contribuciones humanísticas o, si la capta, no llega a conjugarla con las fuentes medievales<br />
<strong>de</strong> que substancialmente bebe.<br />
Por azares <strong>de</strong> «discordia e guerra» , la Eneida comenzada para el Rey <strong>de</strong> Navarra acabó siendo<br />
disfrutada por don Íñigo López <strong>de</strong> Mendoza, Marqués <strong>de</strong> Santillana, y proveyéndole <strong>de</strong> una erudición<br />
nada vulgar. Así, sin ir más lejos, sobre las polémicas islas que divisábamos hace un momento:<br />
E fuy yo a la otra, bien como el troyano,<br />
fuyente los monstruos <strong>de</strong> las Estrophadas,<br />
que rompió las olas a velas infladas<br />
e vino al nefando puerto ciclopano.<br />
Si mi bajo estillo aún non es tan plano,<br />
bien como querrían los que lo leyeron,<br />
culpen sus ingenios que jamás se dieron<br />
a ver las estorias que non les explano 317<br />
La traducción y el comento <strong>de</strong> «Non Tesin, Po, Varo » figuran al final <strong>de</strong>l mismo manuscrito que<br />
contiene la versión <strong>de</strong> la Divina Comedia pergeñada por Villena en 1428 a instancias <strong>de</strong>l Marqués.<br />
Difícilmente pue<strong>de</strong>n atribuirse a otro que al propio Villena (o persona cercanísima a él), 318 ni<br />
explicarse sino como compuestos a ruego <strong>de</strong> don Íñigo, quien no <strong>de</strong>jó <strong>de</strong> utilizarlos en algún poema<br />
suyo. 319 Pero las inquietu<strong>de</strong>s geográficas <strong>de</strong> Santillana no se aplacaban ni sumando los escolios a<br />
Virgilio y a Petrarca. En los primeros, al tratar <strong>de</strong> la Ortigia, se aducían las oportunas noticias sobre<br />
el Alfeo, y en los segundos no faltaba la acotación correspondiente al célebre río (aunque errónea).<br />
Parecería que bastaba. No obstante, en una fecha sin duda posterior a la recepción <strong>de</strong> ambos textos, el<br />
317 No es casual que la copla pertenezca a la Defunción <strong>de</strong> don Enrique <strong>de</strong> villena (X) .<br />
318 Todavía más cercana que la responsable <strong>de</strong>l Tratado <strong>de</strong> astrología ahijado a don Enrique: obra muy<br />
pertinente al tema <strong>de</strong>l presente ensayo, pero <strong>de</strong> la que prescindo aquí -como <strong>de</strong> muchas otras fuentes-<br />
por ser ya accesible en la buena edición <strong>de</strong> P. M. Cátedra, con prólogo <strong>de</strong> J. Samsó, Barcelona, 1980.<br />
319 Así en el soneto XV<strong>II</strong>I : «Nin son bastantes a satisfacer / la set ardiente <strong>de</strong> mi gran <strong>de</strong>sseo / Tajo<br />
al presente, nin me socorrer / la enferma Guadiana, nin lo creo: / solo Guadalquivir tiene po<strong>de</strong>r / <strong>de</strong><br />
me guarir, e solo aquel <strong>de</strong>sseo» .<br />
182
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
Marqués encargó un romanceamiento <strong>de</strong>l De montibus boccaccesco, cuyas posibilida<strong>de</strong>s Villena no<br />
había sabido o podido apurar. Pues bien: la entrada que examinó con mayor atención -singularizándola<br />
con su rúbrica más elaborada y personal, no con un mero rasgo al margen- es precisamente la relativa<br />
al «Alpheus» ( Bibliothèque Nationale <strong>de</strong> Paris, ms. Espagnol 458 , fol. 29).<br />
La minucia se me antoja sintomática. Don Íñigo no era más docto que don Enrique -antes al<br />
contrario-, pero estaba más cercano al mundo <strong>de</strong> los humanistas: el afán <strong>de</strong> saber lo conducía más<br />
fácilmente a la órbita <strong>de</strong> los studia humanitatis . La moda clasicista -introducida, <strong>de</strong>cía yo, en forma<br />
<strong>de</strong> resplandores y ecos <strong>de</strong> la revolución brotada en Italia- no sólo acrecentaba el gusto por la geografía,<br />
sino que iba satisfaciéndolo cada vez más natural y familiarmente con los subsidios aprontados por el<br />
humanismo. En los salones <strong>de</strong> la aristocracia, no sólo era <strong>de</strong> buen tono referir «novellas y plazientes<br />
cuentos» mitológicos, sino incluso charlar <strong>de</strong> montibus et fontibus : «Allí se fablava <strong>de</strong>l monte<br />
Parnaso / y <strong>de</strong> la fermosa fuente <strong>de</strong> Gorgón» ( La comedieta <strong>de</strong> Ponza , XLV-XLV<strong>II</strong>I) , saboreando<br />
la onomástica y la toponimia antiguas. Y, para lucirse en ese terreno, ya no sólo se recurría a Anselmo,<br />
Gervasio o Felipe Elefante, sino que directamente se iba a buscar a Boccaccio.<br />
«Il De montibus -se ha observado certeramente- documenta nel Boccaccio, e vuol stimolare<br />
nei lettori di poesia cui è <strong>de</strong>dicato, una esigenza di storicismo per cui ogni evento ha il suo luogo» .<br />
320 Por rudimentaria que fuera en un Santillana, la aproximación a los clásicos con el auxilio <strong>de</strong> las<br />
nuevas herramientas invitaba a replantear las coor<strong>de</strong>nadas <strong>de</strong>l espacio y <strong>de</strong>l tiempo. La imaginación<br />
geográfica ejercitada en el dominio <strong>de</strong> la Antigüedad tendía luego a generalizarse y ganar una cierta<br />
entidad propia. Daré únicamente una pista. Gracias a un «pariente e amigo venido <strong>de</strong> Italia» (y no<br />
por otro conducto), el Marqués consiguió la traducción latina <strong>de</strong> varios cantos <strong>de</strong> la Ilíada que<br />
Pier Candido Decembri había <strong>de</strong>dicado en 1442 a Juan <strong>II</strong> <strong>de</strong> Castilla; y, aun advertido <strong>de</strong> que con<br />
ello iba a per<strong>de</strong>r «la mayor parte <strong>de</strong> la dulçura o graciosidad» <strong>de</strong>l texto, encomendó a su hijo menor<br />
-por entonces, al mediar el siglo, estudiante en Salamanca- que lo volviera «al nuestro castellano<br />
idioma» . 321 El vulgarizamiento se hizo, en efecto, pero no se quedó solo en el lujoso códice que<br />
nos lo ha transmitido ( British Library, ms. Additional 21.245 ): junto a otros apéndices útiles para<br />
320 M. Pastore Stocchi, Tradizione medievale e gusto umanistico nel «De montibus» <strong>de</strong>l Boccaccio ,<br />
Padua, 1963, p. 58 ; no podría suscribir, en cambio, todas las afirmaciones <strong>de</strong> Pastore Stocchi en las<br />
siguientes páginas 59-62.<br />
321 Obras <strong>de</strong> don Íñigo López <strong>de</strong> Mendoza, marqués <strong>de</strong> Santillana , ed. J. Amador <strong>de</strong> los Ríos,<br />
Madrid, 1852, p. 481 .<br />
183
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
la comprensión <strong>de</strong> la Ilíada , lo acompañan, en especial, un tratadillo sobre las instituciones <strong>de</strong> la<br />
vieja Roma ( fols. 65-74) y una <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong> «las principales partes e los espacios <strong>de</strong> las tierras<br />
<strong>de</strong>l mundo» (fols. 75-82), idos a buscar entre la varia producción <strong>de</strong> Decembri. Del interés poético y<br />
arqueológico por los clásicos era correlato, pues, un redoblado interés por la geografía.<br />
Pedro González <strong>de</strong> Mendoza -que no otro es el aludido hijo <strong>de</strong> Santillana- llegaría con los años a<br />
convertirse en el mítico «Gran Car<strong>de</strong>nal», en el omnipotente «tercer rey <strong>de</strong> España», a cuya cuenta<br />
hay que poner, entre tantos méritos, la introducción <strong>de</strong> la arquitectura renacentista en la Península y<br />
un oportuno apoyo a Cristóbal Colón. Veremos luego que para los días <strong>de</strong> su amistad con el genovés<br />
no había hecho sino robustecer las aficiones cosmográficas que revelan los complementos a la Ilíada<br />
en castellano. Por el momento, recor<strong>de</strong>mos que las semillas <strong>de</strong> su educación aristocrática daban los<br />
primeros brotes en el labrantío universitario <strong>de</strong> Salamanca, cada vez más abierto a los vientos <strong>de</strong> la<br />
innovación. Frente a la situación <strong>de</strong> un par <strong>de</strong> <strong>de</strong>cenios atrás, por ejemplo, los nobles simpatizantes<br />
<strong>de</strong>l humanismo podían ya pedir y obtener la colaboración <strong>de</strong> profesores y alumnos salmantinos:<br />
mientras el joven Mendoza se aplicaba a la Ilíada , su maestro Alfonso <strong>de</strong> Madrigal -con excelente<br />
acopio <strong>de</strong> lecturas, <strong>de</strong> Virgilio o Solino a Boccaccio- <strong>de</strong>sentrañaba los Cánones crónicos , también<br />
a invitación <strong>de</strong>l Marqués <strong>de</strong> Santillana, y su condiscípulo Hernando <strong>de</strong> Talavera trasladaba para el<br />
Señor <strong>de</strong> Oropesa las Invective contra medicum , la apología petrarquesca <strong>de</strong> la poesía.<br />
Es que Salamanca empezaba a salir <strong>de</strong> su estéril aislamiento <strong>de</strong> <strong>de</strong>masiado tiempo, para volverse<br />
más permeable a las nuevas corrientes culturales y a las solicitaciones <strong>de</strong> una sociedad en proceso<br />
<strong>de</strong> transformación. Las bibliotecas universitarias -extraordinariamente enriquecidas a lo largo <strong>de</strong>l<br />
Cuatrocientos- proporcionan útiles comprobaciones a nuestro propósito. Des<strong>de</strong> luego, no falta en ellas<br />
la Geografía <strong>de</strong> Tolomeo, 322 «la geografía» -por excelencia- <strong>de</strong>l Renacimiento. Pero la apostilla<br />
final nos revela en particular con qué perspectiva era leído en la segunda mitad <strong>de</strong>l siglo el ejemplar<br />
perteneciente al Colegio <strong>de</strong> San Bartolomé: pues esa apostilla consiste en un extracto <strong>de</strong>l Almagesto<br />
(<strong>II</strong>, 6) que admite la habitabilidad <strong>de</strong> las zonas tropical y ecuatorial, aun sin pronunciarse rotundamente<br />
al respecto, porque ningún europeo ha llegado jamás hasta allá ( «quoniam aliquis non pervenit ad<br />
eam [ ex his ] qui sunt in nostris regionibus habitabilibus usque ad diem nostrum hunc» ; ms. 2.495,<br />
fol. 155v ); y ni que <strong>de</strong>cir tiene que revolver todo el Almagesto para ir a <strong>de</strong>tenerse en el tal fragmento<br />
322 Cf. G. Beaujouan, Manuscrits scientifiques médiévaux <strong>de</strong> l’Université <strong>de</strong> Salamanque et <strong>de</strong> ses<br />
«Colegios Mayores» , Bur<strong>de</strong>os, 1962, pp. 159 y 161-162, entre multitud <strong>de</strong> otros datos que también<br />
podrían traerse a estas páginas.<br />
184
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
y transcribirlo como apéndice a la Cosmographia sólo se explica en gentes que tenían puesto el ojo<br />
tanto en el estudioso clásico como en las recientes exploraciones portuguesas. No hay duda, a<strong>de</strong>más,<br />
sobre quién fue uno <strong>de</strong> los lectores <strong>de</strong>l ejemplar <strong>de</strong> San Bartolomé: Diego Ortiz <strong>de</strong> Calzadilla (o «<strong>de</strong><br />
Vilhegas»), colegial en 1457, catedrático <strong>de</strong> astrología <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1469 y luego, en Portugal, consejero <strong>de</strong><br />
don João <strong>II</strong> y <strong>de</strong> don Manuel en materia <strong>de</strong> <strong>de</strong>scubrimientos, encargado <strong>de</strong> examinar las propuestas<br />
<strong>de</strong> Colón y preparar el mapa para la expedición <strong>de</strong> Pêro da Covilhã a la India.<br />
Justamente recién entrado Diego Ortiz en San Bartolomé, <strong>de</strong>bió <strong>de</strong> llegar a Salamanca el<br />
quinceañero que todavía no se llamaba sino «Antonio Lebrixa» . De 1458 a 1463 iba a oír allí «en las<br />
matemáticas a Apolonio, en la filosofía natural a Pascual <strong>de</strong> Aranda, en la moral a Pedro <strong>de</strong> Osma» .<br />
Un mozo como él, <strong>de</strong> resuelta inclinación por las letras, ¿qué ambiente respiraría al arrimo <strong>de</strong> tales<br />
«maestros cada uno en su arte muy señalados» ? 323 Por fortuna, hay alguna utilísima rendija por<br />
don<strong>de</strong> atisbarlo. De Salamanca y <strong>de</strong> ese período, <strong>de</strong>l círculo <strong>de</strong> esos catedráticos y <strong>de</strong> manos <strong>de</strong>l<br />
propio Nebrija, en efecto, proviene el actual manuscrito 98-27 <strong>de</strong> la Catedral <strong>de</strong> Toledo. 324 Es la<br />
típica miscelánea compilada por un estudiante <strong>de</strong> artes (y transferida luego a otros compañeros): un<br />
par o tres <strong>de</strong> tratados íntegros, bastantes fragmentos <strong>de</strong> variable extensión -y, al igual que aquellos,<br />
ora copiados ad hoc , ora proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> códices <strong>de</strong>smembrados-, muchos apuntes, ejercicios y<br />
probationes pennarum animi ... Cosa, en suma, tan mo<strong>de</strong>sta entonces cuanto valiosa hoy para el<br />
historiador, a quien incluso permite echar un vistazo a la biblioteca al alcance <strong>de</strong> un aspirante al<br />
bachillerato en artes, a través <strong>de</strong> un catálogo (fol. 130v) en buena medida or<strong>de</strong>nado <strong>de</strong> acuerdo con las<br />
materias <strong>de</strong>l currículum académico: «matemáticas» (explicadas por el profesor <strong>de</strong> astrología, como<br />
estaba preceptuado), lógica, retórica y gramática, filosofía natural. No parece que su dueño o usuario<br />
hiciera gran caso <strong>de</strong> los libros <strong>de</strong> lógica disponibles, pues en el manuscrito nada incluyó sobre la<br />
disciplina. En cambio, en el catálogo no registra ningún título estrictamente <strong>de</strong> filosofía moral, pero<br />
es seguro que seguía la enseñanza <strong>de</strong> Pedro <strong>de</strong> Osma: no sólo porque acoge ciertas Conclusiones<br />
suyas (como mínimo, en el fol. 61), sino también porque les antepone un pasaje <strong>de</strong> la Política <strong>de</strong><br />
a2v .<br />
323 A. A. Nebrissensis Dictionarium ex hispaniensi in latinum sermonem , Salamanca, ¿1494?, fol.<br />
324 No es <strong>de</strong>masiado útil para nosotros la <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong> J. M. Millás Vallicrosa, Las traducciones<br />
orientales en los manuscritos <strong>de</strong> la <strong>Biblioteca</strong> Catedral <strong>de</strong> Toledo , Madrid, 1942, pp. 218-221, quien,<br />
sin embargo, es el único estudioso mo<strong>de</strong>rno que ha advertido que en el canto inferior <strong>de</strong>l volumen<br />
inscribió su nombre, en mayúsculas, «Antonius Lebrixa» . Véase abajo, nota 326.<br />
185
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
Aristóteles ( «secundum traductionem Leonardi Aretini» , subraya), que Osma analizó en un curso<br />
<strong>de</strong> hacia 1459 ateniéndose al texto <strong>de</strong> Bruni, el «novus interpres» tan <strong>de</strong>nostado por Alfonso <strong>de</strong><br />
Cartagena veinte años antes.<br />
En cualquier caso, las reinas <strong>de</strong> nuestra miscelánea son la elocuencia y las «matemáticas» , éstas con<br />
notorio hincapié en la astrología (y no malentendamos el término que tan ricos saberes abarcaba en la<br />
época). 325 Casi emociona ver cómo se <strong>de</strong>spliega ahí, aprovechando hojas sueltas y trozos en blanco,<br />
una inequívoca vocación literaria auxiliada por pobres medios. El citado inventario <strong>de</strong> una biblioteca<br />
escolar trae sólo cuatro asientos al respecto: las Metamorfosis , las Pónticas , un Claudanio «cum<br />
Lactancio» , un « tractatus rhetorice et rithmorum et cetera» . No es probable que el «et cetera»<br />
fuera muy largo. De todos modos, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los primeros folios se advierte qué daban <strong>de</strong> sí esos y otros<br />
volúmenes similares. Por un lado, la humil<strong>de</strong> práctica con los poetas: y <strong>de</strong> ahí el glosario y las notas<br />
(fol. 2) para <strong>de</strong>sentrañar el libro cuarto <strong>de</strong> las Metamorfosis (<strong>de</strong>teniendo la atención mayormente<br />
en los versos 20-21, «Oriens tibi victus, / adusque <strong>de</strong>color extremo que tingitur India Gange» ,<br />
y <strong>de</strong>stacando en «extremo Gange» la alusión al «“fluvius Paradisi”» ) o las imprecaciones <strong>de</strong><br />
Dido ( Eneida , IV, 305-330, 365-387) transcritas en tanto «emxempla <strong>de</strong> pronuntiatione» (fol.<br />
60 y v) . Por otra parte, la más alta teoría <strong>de</strong> la retórica y <strong>de</strong> los studia humanitatis , en forma <strong>de</strong> un<br />
florilegio extraído <strong>de</strong>l De oratore (I, 10-116): «Quis perfectus orator» , «De utilitate eloquencie»<br />
, etc. (fols. 2v-3v). Entre ambas cotas, el inevitable aprendizaje <strong>de</strong> redacción: las epístolas, alertas a<br />
las reglas <strong>de</strong>l ars dictandi , pero ya empapadas por la influencia <strong>de</strong> Cicerón, recordado, imitado -<br />
sin maña, claro- y hasta calcado gráficamente, en la disposición <strong>de</strong> un buen códice; o las tentativas<br />
<strong>de</strong> «Oratio», pobladas <strong>de</strong> héroes griegos, con ambiciosas invocaciones a Homero y al indisputable<br />
«eloquentie princeps» (fols. 61v-65, 68-69v).<br />
La «brusque éclosion» , «la soudaine floraison <strong>de</strong>s étu<strong>de</strong>s astronomiques à l’Université <strong>de</strong><br />
Salamanque» 326 es simultánea a la estancia <strong>de</strong> Nebrija y está en obvia <strong>de</strong>uda con el «Apolonio»<br />
<strong>de</strong> Nebrija: es <strong>de</strong>cir, con Nicolás Polonio, catedrático <strong>de</strong> la asignatura y autor <strong>de</strong> unas tablas para<br />
325 Entre las abundantes páginas <strong>de</strong> Eugenio Garin que cabría citar al respecto, son <strong>de</strong> particular<br />
importancia para nuestro objeto presente las <strong>de</strong> su «Ritratto di Paolo dal Pozzo Toscanelli» , en La<br />
cultura filosofica <strong>de</strong>l Rinascimento italiano , pp. 313-334.<br />
326 G. Beaujouan, «L’astronomie dans la Péninsule Ibérique à la fin du Moyen Age» , Revista da<br />
Universida<strong>de</strong> <strong>de</strong> Coimbra , XXIV (1971), pp. 12-13 (<strong>de</strong> la tirada aparte), junto a valiosas indicaciones<br />
sobre N. Polonio y sobre los cánones que evoco unas líneas más abajo.<br />
186
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
las coor<strong>de</strong>nadas <strong>de</strong> la ciudad. No era él, sin embargo, el único miembro <strong>de</strong>l claustro que atendía a<br />
tales cuestiones: el manuscrito 98-27 atribuye a Pedro <strong>de</strong> Osma unas Conclusiones peregrine <strong>de</strong><br />
asunto astrológico (aunque quizá en clave jocosa) y documenta ampliamente la curiosidad que el<br />
tema suscitaba. Des<strong>de</strong> un pronóstico para 1454 o un horóscopo fechado en agosto <strong>de</strong> 1458 (fols.<br />
66 y 75) hasta unas observaciones consignadas a principios <strong>de</strong> 1461 ( fol. 130 : «Medii motus<br />
pro anno Christi completo 1460 ad finem» ), 327 nuestro zibaldone rebosa astrología. Valdría<br />
la pena repasarlo con calma y ver cómo conjuga los más sólidos logros tradicionales (la Theorica<br />
planetarum , los manuales sobre la construcción y el uso <strong>de</strong>l astrolabio, etc.) con noveda<strong>de</strong>s cual<br />
los cánones correspondientes a unas tablas calculadas para la longitud y la latitud <strong>de</strong> Lisboa (fols.<br />
123-124), prueba <strong>de</strong> un temprano y fructífero intercambio <strong>de</strong> noticias entre Salamanca y el Portugal<br />
<strong>de</strong> los <strong>de</strong>scubrimientos. Pero aquí hemos <strong>de</strong> limitarnos a hacer alguna cala. Por dos veces se extracta<br />
la obra <strong>de</strong> Alfragano, y ambas con vista a dilucidar las medidas <strong>de</strong> la tierra, en sí misma y en relación<br />
a las dimensiones <strong>de</strong>l universo (fols. 59, 128-129). Por <strong>de</strong>sgracia, no tenemos modo <strong>de</strong> comprobar<br />
si el hecho significa que se discutían las cifras dadas en el De caelo (<strong>II</strong>, 14), que, en la clase <strong>de</strong><br />
filosofía natural, Pascual <strong>de</strong> Aranda explicaba tomando en cuenta las glosas <strong>de</strong> Santo Tomás (<strong>de</strong> las<br />
que poseía un ejemplar) y que había sido objeto <strong>de</strong> unas Questiones magistrales presentes en la<br />
biblioteca catalogada en el manuscrito 98-27. Como fuera, parece poco dudoso que a las medidas <strong>de</strong><br />
Aristóteles se preferían las <strong>de</strong> Alfragano «secundum probationem Ptolomei» (fol. 59) . En cuanto<br />
a la optimista estimación <strong>de</strong>l De caelo sobre la distancia entre la India y las columnas <strong>de</strong> Hércules,<br />
¿se contra<strong>de</strong>cía en Salamanca <strong>de</strong> acuerdo con el Aquinate o bien se reforzaba con la autoridad <strong>de</strong> los<br />
Meteorologica (<strong>II</strong>, 5), <strong>de</strong> Alberto Magno y <strong>de</strong> Pierre d’Ailly, <strong>de</strong> cuyo comentario a los Meteorologica<br />
, justamente, figuran algunas páginas (truncas) en la miscelánea que venimos hojeando (fols. 32-34v)?<br />
Por lo menos, es cierto que los salmantinos estaban perfectamente familiarizados con esos textos,<br />
con los problemas que planteaban, y que sus inquisiciones astrológicas se fundían con el empeño<br />
<strong>de</strong> aprehen<strong>de</strong>r una nueva imago mundi . Incluso los jóvenes alumnos <strong>de</strong> artes se interesaban por<br />
completar a la luz <strong>de</strong> su información y <strong>de</strong> su experiencia personal una «Tabula longitudinis civitatum<br />
ab occi<strong>de</strong>nte vero et latitudinis earum a legitima equinoctiali» como la contenida en nuestro volumen<br />
(fol. 120v) , llena <strong>de</strong> datos nada rutinarios. Nos consta que Nebrija, hacia 1461, compartía tal interés.<br />
327 En otra ocasión intentaré distinguir los varios estratos que forman la miscelánea; por ahora,<br />
advertiré que el más <strong>de</strong>nso es el que nos sitúa entre 1458-1461 (ya en el penúltimo párrafo nos salió<br />
también al paso el año 1459), cuando el manuscrito era o estaba a punto <strong>de</strong> ser propiedad <strong>de</strong> Nebrija.<br />
187
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
Porque no a otro podía ocurrírsele prolongar esa tabla añadiendo al final, con peculiar letra y tinta, el<br />
nombre y la latitud <strong>de</strong> un arrinconado pueblo sevillano: «Lebrixa, 36º 40’» .<br />
Así, pues, ya <strong>de</strong> estudiante Nebrija se tomaba en serio el lema <strong>de</strong>l De oratore (I, 20) que<br />
se halla al frente <strong>de</strong>l manuscrito 98-27: «Mea qui<strong>de</strong>m sententia nemo poterit esse omni lau<strong>de</strong><br />
cumulatus orator, nisi erit omnium rerum magnarum atque artium scientiam consecutus: etenim ex<br />
rerum cognitione efflorescat et redun<strong>de</strong>t oportet oratio» . En la Salamanca <strong>de</strong> aquellos años, la<br />
preparación geográfica exigida por la creciente lectura <strong>de</strong> los clásicos podía fácilmente beneficiarse<br />
<strong>de</strong>l auge <strong>de</strong> las «matemáticas» . Ocurrió con Nebrija, y la cosmografía y la astronomía fueron un<br />
factor substancial en su siempre mantenido empeño <strong>de</strong> conciliar res y verba al servicio <strong>de</strong> «esta<br />
gran compañía que llamamos ciudad» . 328 De ahí el matizado juicio sobre sus maestros salmantinos<br />
<strong>de</strong> entre 1458 y 1463: «viros illos, etsi non scientia , sermone tamen imperitos fuisse» . 329 De ahí<br />
que, precisamente cuando la universidad se hacía cargo <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>ficiencias y contrataba a un profesor<br />
italiano «para leer la poetria» , 330 Nebrija partiera a apropiarse el sermo en la misma Italia.<br />
Y no en bal<strong>de</strong> residió principalmente en Bolonia, don<strong>de</strong> «l’intesa, all’interno <strong>de</strong>llo Studio, tra<br />
scienziati e letterati di almeno due generazioni» <strong>de</strong>terminaba un tono intelectual cuyo emblema<br />
ha podido reconocerse en la Cosmographia <strong>de</strong> Tolomeo allí publicada, en 1476, 331 merced<br />
a la colaboración no sólo <strong>de</strong>l grabador Crivelli con Girolamo Manfredi y Pietrobono Avogaro,<br />
«astrologiae peritissimi» , sino también <strong>de</strong> todos ellos con hombres como «Philippus Broaldus» y<br />
como Galeotto Marzio, el catedrático <strong>de</strong> retórica con quien Nebrija entraría en relación, a más tardar,<br />
a principios <strong>de</strong> 1465, a su ingreso en el Colegio albornociano. Para ese año, otro español educado en<br />
Bolonia, Joan Margarit i Pau, había ya iniciado los esbozos preliminares <strong>de</strong>l libro que con el tiempo<br />
328 Apud F. Rico, «Un prólogo al Renacimiento español. La <strong>de</strong>dicatoria <strong>de</strong> Nebrija a las<br />
Introduciones latinas (1488)», en Seis lecciones sobre la España <strong>de</strong> los Siglos <strong>de</strong> Oro. Homenaje a<br />
M. Bataillon , Sevilla-Bur<strong>de</strong>os, 1981, pp. 59-94 (93) .<br />
329 Original latino <strong>de</strong>l prólogo citado en la nota 323.<br />
330 Cf. F. G. Olmedo, Nebrija en Salamanca , Madrid, 1944, pp. 41-42.<br />
331 E. Raimondi, «Quattrocento bolognese: università e umanesimo» , en su libro Politica e<br />
commedia , Bolonia, 1972, p. 26 ; y cf. , por ejemplo, C. Vasoli, La cultura <strong>de</strong>lle corti , Florencia,<br />
1980, pp. 133-135.<br />
188
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
sería el primer panorama crítico <strong>de</strong> la Península Ibérica en la Antigüedad: el Paralipomenon Hispaniae<br />
. La mejor historiografía <strong>de</strong>l humanismo se da ahí la mano con todas las conquistas <strong>de</strong> la nueva<br />
geografía, manejada con método e información excelentes. 332 A Margarit le importa especialmente<br />
estar al día y corregir en consecuencia la imagen <strong>de</strong> la tierra. En el Paralipomenon no pestañea para<br />
enmendar la plana a Estrabón, enfrentándolo con las medidas que él mismo ha obtenido con ayuda<br />
<strong>de</strong> una carta náutica: «nostra mensuratio experimento numerata est ex carta navigantium» . 333 No<br />
es sólo eso. Poseía una preciosa Cosmographia copiada en 1456, pero en un par <strong>de</strong> <strong>de</strong>cenios los<br />
cartógrafos consiguieron notables progresos en la proyección <strong>de</strong> los datos tolemaicos. De suerte que<br />
en un cierto momento Margarit juzgó insatisfactorio el mapa <strong>de</strong> España que formaba parte originaria<br />
<strong>de</strong>l manuscrito (fols. 72v-73) y encargó que se le yuxtapusiera otro (fols. 70v-71) ostensiblemente<br />
más exacto y provisto, a<strong>de</strong>más, <strong>de</strong> indicaciones <strong>de</strong> distancias y rumbos marítimos, en modo similar al<br />
<strong>de</strong> los portulanos. 334 Ese singularísimo Tolomeo revisado «ex carta navigantium» es hoy el códice<br />
2.586 <strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong> Salamanca, adon<strong>de</strong> probablemente llegó por donación <strong>de</strong> un discípulo y<br />
luego colega <strong>de</strong> Nebrija: Diego Ramírez <strong>de</strong> Villaescusa, fundador <strong>de</strong>l Colegio <strong>de</strong> Santiago el Zebe<strong>de</strong>o,<br />
o «<strong>de</strong> Cuenca» . Tal vez no fue la única Cosmographia que tuvo Margarit; porque veneró la obra<br />
hasta tal punto, que en 1484, próximo a la muerte, en Roma, dispuso que «lo Tolomeu» quedara<br />
segregado <strong>de</strong> los restantes volúmenes que guardaba en Gerona y recibiera un trato exquisito para ser<br />
entregado a nadie menos que Fernando el Católico. 335<br />
332 Los valiosos trabajos <strong>de</strong> R. B. Tate, Joan Margarit i Pau, car<strong>de</strong>nal i bisbe <strong>de</strong> Girona , Barcelona,<br />
1976, y «La geografía humanística y los historiadores españoles <strong>de</strong>l siglo XV», en Actas <strong>de</strong>l IV<br />
Congreso <strong>de</strong> la Asociación Internacional <strong>de</strong> Hispanistas , Salamanca, en prensa, me eximen <strong>de</strong> ilustrar<br />
esa afirmación con otra cosa que algún dato inédito.<br />
333 Apud R. B. Tate, Joan Margarit i Pau , p. 240 .<br />
334 Pese a no i<strong>de</strong>ntificar la proce<strong>de</strong>ncia (revelada por el escudo <strong>de</strong> Margarit, fol. 1), G. Beaujouan,<br />
Les manuscrits scientifiques... , p. 162 , se había preguntado si la segunda tabula fue «re<strong>de</strong>ssinée, en<br />
Espagne même, en s’inspirant d’une carte nautique» . Para las familias cartográficas a que pertenecen<br />
ambos mapas ( vid. las láminas incluidas por Beaujouan entre las páginas 160 y 161), compárese<br />
simplemente L. Bagrow, History of cartography , ed. R. A. Skelton, Londres, 1964, pp. 77-86.<br />
335 En el manuscrito legado al Rey <strong>de</strong>bían pintarse las armas <strong>de</strong> Margarit «ab lo capell <strong>de</strong> cardinal<br />
» ( cf. M. Mayer, «Manuscrits <strong>de</strong> biblioteques renaixentistes il·lustres a la <strong>Biblioteca</strong> Universitària <strong>de</strong><br />
189
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
En el período boloñés <strong>de</strong> Nebrija (básicamente, <strong>de</strong> 1465 a 1470), entre los días universitarios <strong>de</strong><br />
Margarit y la edición <strong>de</strong> Tolomeo en 1476, el clima cultural <strong>de</strong> la ciudad favorecía la doble afición<br />
«ad cosmographiam et suscitationem antiquitatis» que confiesa el De fluminibus et montibus<br />
Hispaniarum libellus compuesto por Jeroni Pau «quorundam poetarum hortatu» (Archivo Capitular<br />
<strong>de</strong> Gerona, ms. Carbonell , I-<strong>II</strong>I-22-69 , fol. 14) y luego completado con apéndices a honra e<br />
instrucción <strong>de</strong>l car<strong>de</strong>nal Rodrigo Borja. En el conjunto así construido, el libellus recoge la pauta <strong>de</strong><br />
Boccaccio, para refinarla en erudición y en primor literario, mientras, en los apéndices, los Excerpta<br />
ex itinerario Antonini Pii et Theodosii se <strong>de</strong>jan concordar con las referencias a Tolomeo, Estrabón,<br />
Mela, Plinio... Jeroni Pau, abreviador en la cancillería apostólica, había estudiado un tiempo en<br />
Bolonia, y en Bolonia estudiaba el Teseu Valentí a quien en 1475 envió el De fluminibus con el<br />
ruego <strong>de</strong> que lo hiciera transcribir «praeclaro poetae Francisco Puteolano» (fol. 239) : vale <strong>de</strong>cir,<br />
para Francesco dal Pozzo, el retor al arrimo <strong>de</strong> los Bentivoglio que entre 1467 y 1478 «è l’uomo<br />
che a Bologna apre <strong>de</strong>finitivamente le finestre al vento <strong>de</strong>lle i<strong>de</strong>e mo<strong>de</strong>rne e si batte fra l’altro per<br />
un’alleanza ragionevole <strong>de</strong>i diversi indirizzi <strong>de</strong>l sapere» . 336 No parece dudoso, en efecto, que<br />
algunos españoles privilegiados encontraron en Bolonia eficaces estímulos para conjugar geografía<br />
y humanida<strong>de</strong>s clásicas: baste recordar que Pau, también en 1475, documentaba una admirable<br />
investigación sobre la ortografía <strong>de</strong> «Barcino» , no sólo con la autoridad <strong>de</strong> Tolomeo -en griego- o<br />
Dionisio <strong>de</strong> Alejandría, sino aun con el testimonio <strong>de</strong> una «mundi figura tabulis antiquissimis et pene<br />
vetustate consumptis litteris» que había visto precisamente «Bononiae» (fol. 278).<br />
Para 1475, Nebrija estaba ya <strong>de</strong> regreso y asentado en Salamanca. La «floraison <strong>de</strong>s étu<strong>de</strong>s<br />
astronomiques» ( n. 326) proseguía entonces con acrecido vigor, en la universidad y fuera <strong>de</strong> ella, y<br />
durante muchos años perduró asociada a una personalidad <strong>de</strong> excepcional relieve, en quien confluían<br />
las mejores venas <strong>de</strong> la tradición hispanojudía medieval: Abraham Zacuto, que entre 1473 y 1478,<br />
bajo la protección <strong>de</strong>l Obispo, compilaba las tablas y los cánones <strong>de</strong> un Almanach perpetuum (así en<br />
la versión latina) <strong>de</strong> tanta calidad cuanta fortuna. Des<strong>de</strong> Juan <strong>de</strong> Salaya, colegial <strong>de</strong> San Bartolomé<br />
en 1459 y sucesor <strong>de</strong> Nicolás Polonio en 1464, hasta Diego <strong>de</strong> Torres (1487...), los catedráticos<br />
salmantinos <strong>de</strong> astrología aprovecharon largamente el magisterio <strong>de</strong> Zacuto. No nos consta que<br />
atendieran en especial a las aplicaciones geográficas y náuticas que tan válidas se mostraron en<br />
Barcelona» , Miscel·lania Aramon i Serra , <strong>II</strong>, Barcelona, 1980, pp. 343-344), pero en el <strong>de</strong> Salamanca<br />
el escudo sólo trae las seis borlas <strong>de</strong> obispo: Margarit poseería, pues, dos Tolomeos.<br />
336 E. Raimondi, «Quattrocento bolognese...» , p. 28 .<br />
190
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
Portugal, don<strong>de</strong> los conocimientos <strong>de</strong>l sabio hebreo sirvieron para la instrucción <strong>de</strong> pilotos y el diseño<br />
<strong>de</strong> instrumentos <strong>de</strong> navegación. 337 Pero todos hubieron <strong>de</strong> ser bien conscientes <strong>de</strong> las posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong><br />
la disciplina que cultivaban: en 1475, obligado a renunciar a la cátedra y expatriarse (a consecuencia<br />
<strong>de</strong> un pronóstico <strong>de</strong>sfavorable a los Reyes Católicos), a Diego Ortiz <strong>de</strong> Calzadilla no se le ocurrió<br />
sino irse a la vera <strong>de</strong> don João <strong>II</strong>, para asesorarle en sus <strong>de</strong>scubrimientos. En la Salamanca <strong>de</strong> la<br />
época, en cualquier caso, las noveda<strong>de</strong>s intelectuales se imbricaban en seguida con la astrología.<br />
Ninguna prueba más elocuente que la bóveda que cerraba la biblioteca <strong>de</strong>l estudio, <strong>de</strong>corada en el<br />
penúltimo <strong>de</strong>cenio <strong>de</strong>l siglo con «las quarenta y ocho ymágines <strong>de</strong> la octava esphera, los vientos<br />
y casi toda la fábrica y cosas <strong>de</strong> la astrología» . 338 Porque la novedad <strong>de</strong> esa maravilla pictórica<br />
(hoy parcialmente conservada en las Escuelas Menores) no está sólo en ciertos rasgos italianizantes,<br />
renacentistas, <strong>de</strong> la forma, sino más aun en los mo<strong>de</strong>los <strong>de</strong> la iconografía. Pues, por un lado, las «cosas<br />
<strong>de</strong> la astrología» (planetas, zodíaco, etc.) se inspiran en los grabados insertos en recentísimas ediciones<br />
<strong>de</strong> autores antiguos <strong>de</strong> índole científica: el Poeticon astronomicon , <strong>de</strong> Higino, y los astronomici<br />
veteres (con Avieno, Arato y Sereno), 339 cuya resurrección miraba a corregir «umanisticamente<br />
dall’interno» 340 la enseñanza convencional. Y, por otra parte, «los vientos» calcan las figuraciones<br />
<strong>de</strong> algunos mapamundis presentes en versiones cuatrocentistas <strong>de</strong> la Cosmographia tolemaica.<br />
La conjunción <strong>de</strong> ciencia, arte y humanismo no se quedaba en el cielo <strong>de</strong> la librería universitaria,<br />
antes bajaba a la tierra y tendía a crecer y multiplicarse. Con singular pujanza y armonía, así, en<br />
337 Aludo sólo al período <strong>de</strong> resi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> Zacuto en Portugal (1493-1496), sin tomar en cuenta<br />
la razonable hipótesis <strong>de</strong> que sus trabajos influyeran en las partes más antiguas (¿1482-1485?) <strong>de</strong>l<br />
manual náutico llamado «<strong>de</strong> Munich» (véase G. Beaujouan, «L’astronomie...» , pp. 16-17); como<br />
tampoco tomo en cuenta más abajo ninguna <strong>de</strong> las varias conjeturas que se han formulado sobre un<br />
encuentro <strong>de</strong> Zacuto y Colón.<br />
338 Apud S. Sebastián y L. Cortés, Simbolismo <strong>de</strong> los programas humanísticos <strong>de</strong> la Universidad<br />
<strong>de</strong> Salamanca , Salamanca, 1973, p. 14 .<br />
339 Los grabados en cuestión se hallan -cuando menos- en cuatro impresiones venecianas: los<br />
Higinos <strong>de</strong> Erhardo Ratdolt, 1482 y 1485, y <strong>de</strong> Tomás <strong>de</strong> Blavis, 1485, y los astronomici <strong>de</strong> Antonio<br />
<strong>de</strong> Strata «Cremonensis» , 1488; en general, las pinturas salmantinas coinci<strong>de</strong>n con la disposición<br />
<strong>de</strong> los grabados en las dos últimas ediciones. En el Isagogicon cosmographiae que inmediatamente<br />
examinaremos, Nebrija cita a Higino al tratar «<strong>de</strong> circulis sphaerae» (<strong>II</strong>) .<br />
340 C. Dionisotti, Gli umanisti e il volgare fra Quattro e Cinquecento , Florencia, 1968, p. 44 .<br />
191
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
las cortes señoriales. Estamos -no lo <strong>de</strong>scui<strong>de</strong>mos- en la «Europa <strong>de</strong>lle corti» y en la España <strong>de</strong><br />
los gran<strong>de</strong>s nobles a quienes la gestación <strong>de</strong>l Estado mo<strong>de</strong>rno fuerza a reorientar sus energías. Por<br />
naturaleza y por historia, las abstracciones <strong>de</strong>l escolasticismo nada <strong>de</strong>cían a la mentalidad y modo<br />
<strong>de</strong> vida aristocráticos. La concreción y el ámbito <strong>de</strong> evocaciones <strong>de</strong> los studia humanitatis , en<br />
cambio, podían sonarles no poco atractivos. Pero, al principio, ni siquiera era imprescindible hacerse<br />
<strong>de</strong>masiado cargo <strong>de</strong> su contenido: a la cultura emanada <strong>de</strong> Italia le bastaba con ser nueva y distinta<br />
para convenir a las exigencias <strong>de</strong> los magnates; tiempo habría luego para que revelara otros más<br />
sólidos encantos ocultos.<br />
El encuentro <strong>de</strong> Zacuto y Nebrija al amparo <strong>de</strong> don Juan <strong>de</strong> Zúñiga, último maestre <strong>de</strong> Alcántara,<br />
es un óptimo signo <strong>de</strong> las virtualida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l dilettantismo principesco en tanto catalizador <strong>de</strong><br />
realizaciones intelectuales. Don Juan, «amador <strong>de</strong> todas las sciencias y sabidor en ellas, que a su<br />
fama todos los sabios y letrados <strong>de</strong>xan sus tierras y su nascimiento por buscar sosiego verda<strong>de</strong>ro y<br />
perfectión complida» , reunió en torno a sí, en Extremadura, a un representante distinguido <strong>de</strong> cada<br />
una <strong>de</strong> las materias universitarias. Convocó, pues, a un jurista, un teólogo, un médico, un músico; y<br />
no le faltaron un astrólogo y un humanista: Zacuto y Nebrija. «El maestro Antonio le enseñó latín» y<br />
empezó a prepararle una edición anotada <strong>de</strong> sus Introductiones ; «el judío astrólogo le leyó la esfera<br />
y todo lo que era lícito saber en su arte: y era tan aficionado, que en un aposento <strong>de</strong> los más altos <strong>de</strong><br />
la casa hizo que le pintasen el cielo con todos sus planetas, astros y signos <strong>de</strong>l zodíaco» , al igual que<br />
en la bóveda salmantina. Zacuto redactó a<strong>de</strong>más para él, en 1486, un Tratado <strong>de</strong> las influencias <strong>de</strong>l<br />
cielo , 341 y Nebrija no tardó en ofrecerle un significativo opúsculo que en varios aspectos venía a<br />
convergir con las disquisiciones <strong>de</strong>l hebreo.<br />
Elio Antonio, reclutado en 1487 -opino- con los mismos incentivos que en Italia llevaron a las<br />
cortes a tantos colegas <strong>de</strong> docencia, <strong>de</strong>bió <strong>de</strong> disfrutar intensamente los primeros años <strong>de</strong> estancia<br />
en Extremadura. Las ruinas <strong>de</strong> Mérida y la impasible firmeza <strong>de</strong>l puente <strong>de</strong> Alcántara, contempladas<br />
en viajes que lo transportaban a través <strong>de</strong> los tiempos y <strong>de</strong> los espacios, le agudizaron a la vez<br />
la sensibilidad poética, histórica y geográfica. 342 Las lecciones <strong>de</strong> Zacuto sobre «la esfera» y los<br />
341 De cuyo prólogo tomo la penúltima cita hecha en el texto, mientras la siguiente proce<strong>de</strong> <strong>de</strong> la<br />
Crónica... <strong>de</strong> Alcántara <strong>de</strong> A. <strong>de</strong> Torres y Tapia ; ambas <strong>de</strong> acuerdo con F. Cantera Burgos, El judío<br />
salmantino Abraham Zacut , Madrid, 1931, pp. 21-22.<br />
342 Lo atestiguan perfectamente los carmina «De Emerita restituta» ( «Quid non longa dies vertit<br />
mutatque vetustas?» , etc. ) y «De Traiani caesaris ponte» ( «Iam Tagus abstulerat geminae comertia<br />
192
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
comentarios en torno al programa iconográfico <strong>de</strong>l admirable «aposento» favorecían la ida y vuelta<br />
entre la geografía y la astronomía. Sin olvidar que un fraternal amigo <strong>de</strong>l Nebrisense, fray Hernando<br />
<strong>de</strong> Talavera, acababa <strong>de</strong> recibir el encargo regio <strong>de</strong> consultar a «las personas que le pareciese más<br />
enten<strong>de</strong>r <strong>de</strong> cosmografía» (volveremos sobre el asunto) en relación con las propuestas <strong>de</strong> cierto<br />
asen<strong>de</strong>reado genovés... En ese marco, al calor <strong>de</strong> viejos intereses y estímulos recientes, <strong>de</strong> emociones<br />
arqueológicas y -quizá- conversaciones <strong>de</strong> actualidad, <strong>de</strong> la ciencia <strong>de</strong> Zacuto y la curiosidad un poco<br />
snob <strong>de</strong>l Maestre, Nebrija, entre 1487 y 1490, escribió para don Juan <strong>de</strong> Zúñiga un Isagogicon<br />
cosmographiae . 343<br />
Los versos prologales «ad lectorem» indican a<strong>de</strong>cuadamente el carácter <strong>de</strong>l Isagogicon :<br />
Si primos aditus elementaque cosmographiae<br />
scire cupis, fuerint haec tibi pauca satis.<br />
terrae / quam lusitanam saecula prisca vocant» , etc. ), en el tomito <strong>de</strong> poemas nebrisenses encabezado<br />
por el «Epithalamium in nuptiis Alphonsi ac Helisabethae » y publicado por el bachiller Vivanco en<br />
Salamanca, a 15 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1491.<br />
343 El terminus ad quem lo da la publicación <strong>de</strong> la <strong>de</strong>dicatoria ( «In Isagogicon cosmographiae ad<br />
lectorem» ) en la colección <strong>de</strong> carmina nebrisenses ( cf. nota 342) acabada <strong>de</strong> imprimir «Salmanticae<br />
MCDXCI. Idibus Iuliis» , fol. a10 y v.; el post quem está en la <strong>de</strong>claración <strong>de</strong> esa misma <strong>de</strong>dicatoria <strong>de</strong><br />
que el Isagogicon se compuso gracias a la ayuda <strong>de</strong> don Juan ( vid. nota 344). Des<strong>de</strong> Nicolás Antonio,<br />
los bibliógrafos han aludido vagamente a ediciones <strong>de</strong> 1491 o anteriores, que nadie parece haber<br />
visto ( cf. A. Odriozola, «La caracola <strong>de</strong>l bibliófilo nebrisense», Revista <strong>de</strong> bibliografía nacional ,<br />
V<strong>II</strong> [1946], pp. 45-46, 97), aunque sin duda existieron, porque no era Nebrija hombre que escribiera<br />
poemas «Ad lectorem» para libros inéditos. Como fuera, la primera hoy conservada apareció en<br />
Salamanca entre 1497 y 1504 (según comunicación privada <strong>de</strong> Mr. F. J. Norton, máximo experto<br />
en la tipografía <strong>de</strong>l período), y más probablemente hacia 1503 ( vid. nota 344): Aelii Antonii<br />
Nebrissensis grammatici in cosmographiae libros introductorium... , 14 hojas (a 8 b 6 ), en cuarto. Es<br />
puramente casual el hecho <strong>de</strong> que alguno <strong>de</strong> los ejemplares conocidos vaya encua<strong>de</strong>rnado con un Mela<br />
«cum introductionibus et aliis per Franciscum Nuñis <strong>de</strong> la Yerva» , Salamanca, 1498 ( «sole Tauri<br />
punctum gradiente primum» ). Seguiré, evi<strong>de</strong>ntemente, el texto <strong>de</strong>l Introductorium , corrigiendo las<br />
numerosas erratas, tomando alguna enmienda <strong>de</strong> la edición parisina <strong>de</strong> 1533 y señalando el capítulo<br />
<strong>de</strong>l que proce<strong>de</strong> cada cita; para las variantes -seguras o posibles- <strong>de</strong>l Isagogicon en relación con el<br />
Introductorium , vid. notas 344, 346 y 348.<br />
193
Si maiora voles cognoscere, perlege libros<br />
quos scripsit Strabo, Plinius atque Mela,<br />
quos artis princeps Ptholemaeus quodque latinum<br />
ex graeco Priscus carmine fecit opus,<br />
quos pius Aeneas, quos Antoni[n]us et illud<br />
in quo Solinus prodigiosa refert,<br />
historicosque omnes, nam <strong>de</strong>signatio terrae<br />
maximus est illis praecipuusque labor 344<br />
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
Entiéndase bien: los «elementa» que ofrece Nebrija no son tanto unos rudimentos simplificados,<br />
unas nociones divulgativas, cuanto «los primeros principios» , los conocimientos generales básicos<br />
para dar sentido a los datos particulares. La mera calificación <strong>de</strong> Tolomeo como «artis princeps»<br />
resuelve cualquier duda sobre el enfoque <strong>de</strong>l librito: según la estricta distinción tolemaica, no se trata<br />
<strong>de</strong> hacer chorographia , <strong>de</strong> <strong>de</strong>scribir las tierras, sino <strong>de</strong> ejercitarse en la geographia , en <strong>de</strong>scribir<br />
la Tierra, 345 con fuertes asi<strong>de</strong>ros astronómicos y matemáticos. Quien prefiriera el punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong><br />
344 El Isagogicon continúa así: «Interea contentus eris nostrumque laborem / non aspernatus, lector<br />
amice, leges, / quod si proficies <strong>de</strong>bebis cuncta magistro / cui pons Traiani [ cf. nota 342] nomina<br />
iusta <strong>de</strong>dit, / qui revocat nostro fugientes orbe camenas / et profugas amplo suscipit hospitio. /<br />
Ille soporatos concussit pectore sensus, / ille favet nobis ingeniumque monet. / Ille, mihi tribuens<br />
ingentia pignora amoris, / munera multa <strong>de</strong>dit, munera multa dabit. / Ergo illi nunquam morituras,<br />
lector, habebis / et magnas grates, si pius esse voles» . En el Introductorium , el verso 1 reza «<br />
cosmographorum» y el texto acaba en el verso 12 ( « amice, legas» ). Por otra parte, en los versos<br />
5-6 se lee: « quos Avienus / carmine composuit, quos Stephanusque <strong>de</strong>dit» . De la corrección<br />
parece <strong>de</strong>spren<strong>de</strong>rse que al escribir el Isagogicon Nebrija no conocía aún el Avieno <strong>de</strong> 1488<br />
( cf. nota 339); la princeps <strong>de</strong> Esteban <strong>de</strong> Bizancio fue publicada a principios <strong>de</strong> 1502 por Aldo<br />
Manuzio, quien, con todo, venía anunciándola <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1497: no es imposible que Nebrija tuviera<br />
antes noticias al respecto, pues seguía con admiración el quehacer <strong>de</strong> Aldo (y, en el mismo prólogo<br />
a Esteban, el editor se congratula <strong>de</strong> que el griego se estudie «non in Italia solum, sed etiam in<br />
Hispania» ), pero se diría más plausible que en el Introductorium se complaciera en mencionar una<br />
novedad fresca <strong>de</strong> imprenta.<br />
345 En el Cuatrocientos, el título <strong>de</strong> Cosmographia (adoptado por Angeli y favorito <strong>de</strong> las ediciones<br />
tempranas) convivió con el <strong>de</strong> Geographia . Nebrija, en el Lexicon ex sermone latino in hispaniensem ,<br />
194
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
la corografía había <strong>de</strong> consultar las autorida<strong>de</strong>s cuidadosamente seleccionadas por Nebrija; pero la<br />
intención <strong>de</strong>l Isagogicon era diversa: exponer el método <strong>de</strong> Tolomeo en su fundamentación esencial<br />
(sin distraerse en los <strong>de</strong>talles que sobre lugares o gentes catalogaron «Strabo, Plinius atque Mela»<br />
) y en su objetivo específico <strong>de</strong> trazar «la pintura <strong>de</strong>l mundo» con la máxima exactitud, mediante una<br />
red <strong>de</strong> paralelos y meridianos.<br />
Así, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el capítulo inicial, Elio Antonio se aplica a seguir las pautas <strong>de</strong> la Geographia ,<br />
ilustrándolas mediante el recurso a buen número <strong>de</strong> otras fuentes. Las constantes <strong>de</strong> la obra están ya<br />
claras en esas páginas preliminares: la esfericidad <strong>de</strong> la tierra, su posición respecto al cielo (con un<br />
centro común), el reparto <strong>de</strong> tierras y aguas (y el predomino <strong>de</strong> estas), la situación <strong>de</strong> los mares... se<br />
abordan en un lenguaje sobrio y preciso, con singular atención a <strong>de</strong>finir y matizar la terminología<br />
(latina y griega), en un tono <strong>de</strong> rigor científico que no excluye el ornamento ocasional <strong>de</strong> alguna cita<br />
literaria. También ahí, el respeto al «artis princeps» no impi<strong>de</strong> proclamar que Tolomeo se equivoca<br />
vallando al Índico con una «terra incognita» , «quod falsum esse tum auctoritate Pomponii, Plinii<br />
nepotis, tum lusitanorum navigatione compertum est, qui ex Atlantico mari per Aethiopicum facile<br />
in Persidis oram commerciorum gratia perveniunt» . Incluso si la última frase fuera una adición<br />
<strong>de</strong>l Introductorium impreso posteriormente, 346 el equilibrio <strong>de</strong> lecturas clásicas y comprobaciones<br />
mo<strong>de</strong>rnas -con ojo <strong>de</strong>spierto a los intentos y logros <strong>de</strong> los navegantes- marca al Isagogicon <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
el momento mismo <strong>de</strong> su composición entre 1487 y 1490. Ese equilibrio es sólo un aspecto <strong>de</strong>l flujo<br />
Salamanca, 1492, s. v. , interpreta cosmographia ‘pintura <strong>de</strong>l mundo’ , geographus ‘el que pinta<br />
la tierra’ y geographia ‘aquella <strong>de</strong>scripción’ . En el epígrafe <strong>de</strong>l Introductorium cabría enten<strong>de</strong>r<br />
«in Cosmographiae libros» : la versión revisada <strong>de</strong>l Isagogicon , entonces, se presentaría más<br />
resueltamente como un prólogo a Tolomeo.<br />
346 Hipótesis que juzgo poco admisible, porque si se aludiera al viaje <strong>de</strong> Vasco da Gama (<strong>de</strong><br />
vuelta en Portugal en septiembre <strong>de</strong> 1499) la información sería más completa: no habría motivo<br />
para <strong>de</strong>tenerse «in Persidis oram» . Y ni siquiera es pru<strong>de</strong>nte pensar que la frase, en el Isagogicon<br />
primitivo, se hacía cargo <strong>de</strong>l periplo <strong>de</strong> Bartolomeu Dias (quien regresó en diciembre <strong>de</strong> 1488): ya<br />
Toscanelli en 1474 le hablaba a Fernão Martins «<strong>de</strong> breviori via ad loca aromatum, per maritimam<br />
navigationem, quam sit ea quam facitis per Guineam» (en Raccolta di documenti e studi pubblicata<br />
dalla R. Commissione Colombiana , Roma, 1892-1894 [= Raccolta ], parte V, i, p. 571) ; o bien, en<br />
1485, el embajador <strong>de</strong> João <strong>II</strong> aseveraba ante Inocencio V<strong>II</strong>I que las naves lusitanas habían llegado<br />
al extremo meridional <strong>de</strong> África y estaban a punto <strong>de</strong> arribar a la India ( cf. G. Macchi, en Qua<strong>de</strong>rni<br />
portoghesi , núm. 4 [otoño, 1978], pp. 30-32).<br />
195
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
y reflujo <strong>de</strong> la teoría y la práctica en los <strong>de</strong>signios <strong>de</strong>l Nebrisense, vueltos siempre a iluminar «ad<br />
utilitatem publicam» las «multae res a maioribus nostris elaboratae» . 347 Y ese equilibrio domina<br />
igualmente las líneas que <strong>de</strong>bían cerrar el primer capítulo <strong>de</strong>l Isagogicon , don<strong>de</strong> la certeza <strong>de</strong> la<br />
existencia <strong>de</strong> los antípodas (el ecuador se había cruzado años atrás) se conciliaba con la honrada<br />
confesión <strong>de</strong> la carencia <strong>de</strong> noticias antiguas al respecto y, probablemente, con la esperanza <strong>de</strong> que<br />
no tardaría en haberlas merced al arrojo <strong>de</strong> los nautas contemporáneos. 348<br />
La confianza en las navegaciones en curso y la conciencia <strong>de</strong> enfrentarse por tanto con materia<br />
sujeta a revisión próxima contribuirían a que el Isagogicon abreviara los preliminares <strong>de</strong>scriptivos<br />
347 Repetitio sexta De mensuris... , Salamanca, 1510, fol. a2 .<br />
348 «De reliquo huic nostro hemispherio e regione opposito, quod incolut antichthones, nihil certi<br />
nobis maioribus traditum est. Sed ut est nostri temporis hominum audacia, breve futurum est ut nobis<br />
veram terrae illius <strong>de</strong>scriptionem afferant, tum insularum tum etiam continentis, cuius magnam partem<br />
orae maritimae nautae nobis tradi<strong>de</strong>runt, illam maxime quae ex adverso insularum nuper inventarum<br />
-Hispanam dico Isabelam reliquasque adiacentes- posita est. Sed <strong>de</strong> his alio tempore atque loco; nunc<br />
ad reliqua pergamus» . La mención <strong>de</strong>l litoral situado frente a las islas españolas <strong>de</strong> América pue<strong>de</strong><br />
hacerse eco <strong>de</strong> cualquiera <strong>de</strong> los viajes <strong>de</strong> Colón, aunque quizá se diría especialmente aplicable al<br />
tercero (cuando el genovés se mostró tan seguro <strong>de</strong> hallarse «en el fin <strong>de</strong>l Oriente» , junto al Ganges,<br />
en el «Parayso Terrenal» [ vid. J. Manzano, Colón y su secreto , Madrid, 1976, pp. 222-225], según<br />
la localización consabida: cf. arriba, sobre el ms. 98-27). Pero, por lo <strong>de</strong>más, no hay medio <strong>de</strong> <strong>de</strong>cidir<br />
cuáles son las frases que el Introductorium aña<strong>de</strong> al texto primitivo <strong>de</strong>l Isagogicon , en un lugar tan<br />
propicio y habitual para adiciones como es el final <strong>de</strong> un capítulo. Tiendo a pensar que lo dicho en<br />
el Isagogicon aludía a las exploraciones portuguesas tanto si acababa en « <strong>de</strong>scriptionem afferant»<br />
como incluso si terminaba en « etiam continentis» o en « nobis tradi<strong>de</strong>runt» , y, en cualquier caso,<br />
era la continuación y culminación <strong>de</strong> las referencias a la circunnavegación <strong>de</strong> África y a los antípodas<br />
(compárese, en efecto, con el poema <strong>de</strong> B. Colón citado más abajo). Al publicar el Introductorium ,<br />
Nebrija tenía que sacar a relucir los <strong>de</strong>scubrimientos españoles y lo hizo agregando unas líneas que<br />
nos cambian <strong>de</strong> escenario (<strong>de</strong>l Sur, al Oeste); a la vez, la sintaxis un tanto forzada <strong>de</strong> «illam maxime<br />
posita est» invita a conjeturar que la adición se limita a esa frase (y a la apostilla siguiente). A salvo<br />
lo observado en la nota 344, ningún otro pasaje <strong>de</strong>l Introductorium muestra indicios <strong>de</strong> interpolación<br />
ni necesitaba retoques <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> 1490: nada permite sospechar que no se reproduzca fielmente el<br />
Isagogicon .<br />
196
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
al estilo <strong>de</strong> Mela y otros manuales bien accesibles (al revés que la Geographia , costosa y rebosante<br />
en saberes <strong>de</strong> especialista). Las informaciones corográficas, a<strong>de</strong>más, tenían sólo una utilidad parcial,<br />
si no se aprendía a situarlas en un mapamundi trazado según el escrupuloso procedimiento tolemaico.<br />
De hecho, únicamente el planteo astronómico-matemático satisfacía las exigencias <strong>de</strong> Nebrija: «Hoc<br />
est Ptolemaei proprium artificium reducere oppida, montes, flumina, sinus atque oras maris et terrae<br />
singulosque totius orbis locos ad circulos coelestes qui nullam possunt sentire varietatem, et qui nobis<br />
ipsam terrae marisque <strong>de</strong>scriptionem ante oculos ponit solus; quare longitudines latitudinesque ab illo<br />
petamus necesse est» (<strong>II</strong>) . Pero, dados tales presupuestos ( «De circulis sphaerae huic negotio<br />
necessariis» ), importaba no renunciar a ningún auxilio colateral. De ahí un estupendo capítulo<br />
«De ventorum positione» (<strong>II</strong>I) , incluido «etiam ratione navigationis, ex qua magna pars terrae<br />
<strong>de</strong>scriptionis comperta est» ; y <strong>de</strong> ahí que, tras consi<strong>de</strong>rar el asunto con perspectiva histórica, se venga<br />
a parar en los marineros <strong>de</strong> la época ( «nostrae tempestatis nautae» ) y en los dieciséis rumbos <strong>de</strong> su<br />
rosa <strong>de</strong> los vientos: explicados <strong>de</strong> suerte que sean aprovechables en la ortodoxia tolemaica, pero sin<br />
recoger los nombres, porque son bárbaros «et quod tantum huius temporis navigationi subserviunt»<br />
. Nebrija no escribía para navegantes, pero mostraba cómo sacar partido <strong>de</strong> su arte.<br />
El Isagogicon no oculta que la dimensión <strong>de</strong> la Tierra (o, mejor dicho, «Quantum cuique parti<br />
coeli in terra respon<strong>de</strong>at» ) es una cuestión dudosa y <strong>de</strong>batida, hasta el extremo <strong>de</strong> que «nihil certi nec<br />
diffiniti auctores nobis tra<strong>de</strong>rent» . Des<strong>de</strong> luego, las medidas que Sacrobosco toma <strong>de</strong> Macrobio han<br />
<strong>de</strong> <strong>de</strong>scartarse, con los mismos argumentos que Tolomeo esgrimió contra las estimaciones <strong>de</strong> Marino<br />
<strong>de</strong> Tiro. No es cosa, en efecto, <strong>de</strong> per<strong>de</strong>rse contando itinerarios «per valles et montes, per acclivitates<br />
<strong>de</strong>clivitatesque» , etcétera, sino que <strong>de</strong> nuevo se impone trasladar el problema a los términos más<br />
seguros <strong>de</strong>l módulo astronómico: «Quare optima quadam ratione Ptolemaeum in hac parte sequimur,<br />
qui nobis mathematice distantias locorum scriptas reliquit» . Pero también interesa emparejar las<br />
cifras <strong>de</strong> Tolomeo y los usos y experiencias actuales ( «quodque hodie experimur» ): si los 500<br />
estadios que la Geographia otorga al grado equivalen a 60 millas (náuticas), los círculos mayores <strong>de</strong><br />
la esfera contendrán 21.600 millas, o sea, 5.400 leguas (IV). Claro está, por otra parte, que el valor <strong>de</strong>l<br />
grado disminuye según los paralelos se alejan <strong>de</strong>l Ecuador, <strong>de</strong> acuerdo con las proporciones que revela<br />
la «arithmetica geometricaque facultas» (V) . La dificultad <strong>de</strong> averiguar «nihil certi nec <strong>de</strong>ffiniti»<br />
sobre las dimensiones <strong>de</strong>l planeta aconseja servirse <strong>de</strong> las coor<strong>de</strong>nadas astronómicas <strong>de</strong> Tolomeo y,<br />
por lo <strong>de</strong>más, contentarse con aproximaciones. 349 Sin embargo, cuando la «magnitudo» no está<br />
349 No obstante, las cifras <strong>de</strong>l capítulo IV, pese a darse sólo como tales aproximaciones (típico el<br />
redon<strong>de</strong>ar en 11 leguas las 45 millas <strong>de</strong>l grado en el paralelo 41), se acomodan a veces a un sistema<br />
197
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
«ad coelestem materiam contracta» , es factible y urgente hilar más <strong>de</strong>lgado; y la tarea vital consiste<br />
en establecer una unidad invariable, reducir las longitu<strong>de</strong>s «ad aliquam certam mensuram» . Los<br />
viajes nebrisenses por Extremadura no habían sido excursiones ociosas ni pretextos para superficiales<br />
<strong>de</strong>sahogos líricos. En las columnas miliares <strong>de</strong> la Vía <strong>de</strong> la Plata, en el estadio <strong>de</strong> Mérida, Antonio<br />
había hecho mediciones, a pasos y con cuerdas, que le animaron a concluir que su propio pie <strong>de</strong>scalzo<br />
se i<strong>de</strong>ntificaba con esa unidad fija «ad <strong>de</strong>mitiendas magnitudines» (VI) . 350 Y tal vez ninguna<br />
<strong>de</strong>claración <strong>de</strong> principios vale más que la imagen <strong>de</strong> Nebrija en las ruinas <strong>de</strong> Mérida: movido a<br />
meditar sobre la historia y sobre el tiempo ( cf. nota 342), entre la poesía y la ciencia; a caballo<br />
<strong>de</strong> la Antigüedad y <strong>de</strong>l presente, ocupado en cómputos aplicables a la arqueología, la geografía o la<br />
vida cotidiana; en busca <strong>de</strong> puntos <strong>de</strong> referencia estables, traduciendo las observaciones a un patrón<br />
personal...<br />
inequívoco: buscando que responda «pars parti et minutia minutiae» , Nebrija conce<strong>de</strong> 60 millas (y<br />
no 62,5) a los 500 estadios <strong>de</strong>l grado en la equinocial, <strong>de</strong> modo que un minuto coincida con una milla;<br />
la equivalencia era bien conocida, notablemente entre los navegantes ( cf. S. García Franco, La legua<br />
náutica en la Edad Media , Madrid, 1957, pp. 57, 77, etc. ): sin duda apunta a ellos -enlazando con el<br />
final <strong>de</strong>l capítulo <strong>II</strong>I- el «quod hodie experimur» que he subrayado.<br />
350 «Sed un<strong>de</strong> compertum habeam pedis mei longitudinem <strong>de</strong>bere constitui pro mensura ad<br />
quam reliquae dimensiones referri <strong>de</strong>beant paucis absolvemus. Est via nominatissima Lusitaniae<br />
quam ab Emerita Augusta urbe clarissima P. Licinius ad Salmanticam -quod mihi constet- usque<br />
perduxit, <strong>de</strong>in<strong>de</strong> Traianus refecit, Aelius Pertinax postea restauravit; “Argenteam” vulgus incertus<br />
appellat. In ea lapi<strong>de</strong>s sunt in columnas teretes excisi, quibus singula passuum milia <strong>de</strong>signantur.<br />
Haec ego spacia, passibus nunc contractis nunc distentis metiens, comperi habere pe<strong>de</strong>s ex meis<br />
prope quinos millenos. Facta itaque centumpeda ex chorda quae neque intendi neque remitti posset,<br />
mensus ea<strong>de</strong>m spacia, inveni quinquagenas centumpedas. Divisa rursus ea<strong>de</strong>m centumpeda in partes<br />
centum aequales, collegi particulam quamque pedis mei nudo vestigio respon<strong>de</strong>re. Est praeterea<br />
apud Emeritam Augustam stadium in naumachia, sive ille sit circus [ ed. arcus] magnus. Hunc ego<br />
quantum possem divaricatis cruribus dimetiens offendi passus cxxv, quod est consentaneum superiori<br />
milliarium [sup]putationi, quandoqui<strong>de</strong>m diximus milliare octo stadia continere » . Véase la crítica<br />
<strong>de</strong> las apreciaciones <strong>de</strong> Nebrija (reiterada en el opúsculo De mensuris : cf. nota 347) en L. Vigil - P.<br />
Ruiz Aizpiri, «Nebrija en el campo <strong>de</strong> la ciencia», Revista matemática hispanoamericana , IV (1944),<br />
pp. 71-86.<br />
198
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
La técnica concreta para cartografiar las indicaciones «quae in comentariis [Ptolemaei] sunt»<br />
se explica clara y escuetamente en los capítulos V<strong>II</strong>, V<strong>II</strong>I y IX <strong>de</strong>l Isagogicon , muy ceñidos a la<br />
letra <strong>de</strong> la Geographia (I, xxii-xxiv): «Descriptio terrae in plano ex Ptolemaeo» , «Quomodo<br />
habitabilis nostra <strong>de</strong>signanda sit in sphaera» y «De diversitate horarum diei ex <strong>de</strong>clinatione ab<br />
equinoctiali» . 351 Un glosario final «De vocabulis quibus cosmographi utuntur» (X), <strong>de</strong> obvia<br />
conveniencia para el lector <strong>de</strong> hacia 1487-1490, nos evoca a nosotros no sólo los restantes repertorios<br />
geográficos <strong>de</strong> Nebrija, sino el propio núcleo <strong>de</strong> toda su actividad: el empeño <strong>de</strong> rehacer el sistema<br />
entero <strong>de</strong> las «artes buenas y honestas» partiendo <strong>de</strong> un auténtico «conocimiento <strong>de</strong> la lengua» , la<br />
constitución <strong>de</strong> la filología en piedra angular <strong>de</strong>l «bien público y ornamento <strong>de</strong> nuestra España» .<br />
352 No otra proclamación se transparenta en el Isagogicon cosmographiae : los studia humanitatis<br />
<strong>de</strong>l grammaticus -cuyos cimientos clásicos no renuncian a ninguna verda<strong>de</strong>ra aportación <strong>de</strong> los<br />
351 A pesar <strong>de</strong> la <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> Tolomeo, el título <strong>de</strong>l capítulo IX indica una atención vuelta a la<br />
perspectiva con la que Nebrija compiló su Tabla <strong>de</strong> la diversidad <strong>de</strong> los días y horas y partes <strong>de</strong> hora<br />
en las ciuda<strong>de</strong>s, villas y lugares <strong>de</strong> España y otros <strong>de</strong> Europa que les respon<strong>de</strong>n por sus paralelos ,<br />
Alcalá <strong>de</strong> Henares, hacia 1516, para la que empleó el Almanach perpetuum <strong>de</strong> Zacuto, cuyos datos, en<br />
cambio, le estaba vedado reproducir sin riesgo <strong>de</strong> confusión en un avviamento a la lectura <strong>de</strong> Tolomeo<br />
como era el Isagogicon (don<strong>de</strong>, por análogas razones, sólo excepcionalmente, en el cap. <strong>II</strong> , recurre a<br />
los «punicis nominibus» corrientes entre el «vulgus astrologorum» ).<br />
352 Cito pasajes <strong>de</strong>l mismo texto <strong>de</strong> 1488 en que Nebrija anuncia estar trabajando en una «obra <strong>de</strong><br />
vocablos» <strong>de</strong> ambiciones enciclopédicas, con un espíritu afín al <strong>de</strong> Giorgio Valla, Raffaele Maffei o<br />
el Poliziano <strong>de</strong>l Panepistemon ( cf. nota 328, y F. Rico, Nebrija frente a los bárbaros , Salamanca,<br />
1978, pp. 50-51). El glosario <strong>de</strong>l Isagogicon se relaciona con los primeros esbozos <strong>de</strong> dicha «obra» ,<br />
que en etapas posteriores nutrió gran parte <strong>de</strong> los escritos <strong>de</strong>l Nebrisense y, a nuestro propósito, sin<br />
duda se entroncaba con dos piezas (si realmente eran dos) que quedaron inéditas entre sus papeles: un<br />
«vocabulario <strong>de</strong> cosmografía» (en el que Nebrija se afanaba en septiembre <strong>de</strong> 1504, probablemente<br />
porque la publicación <strong>de</strong>l Introductorium le había avivado el interés por el tema) y «otro vocabulario<br />
<strong>de</strong> la cosmografía» (que podría ser el «Antonio <strong>de</strong> Nebrija sobre Tolomeo, manoescripto en latín»<br />
que poseyó el genial Juan <strong>de</strong> Herrera). Recordaré, al vuelo, que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1512 Nebrija imprimió un<br />
léxico geográfico junto a varias ediciones <strong>de</strong> sus diccionarios y que asimismo compiló un índice <strong>de</strong><br />
«Vocabula barbara» (a menudo, topónimos americanos), con sucinta glosa, para las De orbe novo<br />
<strong>de</strong>ca<strong>de</strong>s (Alcalá, 1516, fols. i5-i7) <strong>de</strong> su entrañable Pedro Mártir <strong>de</strong> Anglería.<br />
199
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
mo<strong>de</strong>rnos: por ejemplo, <strong>de</strong> los «nautae» - son imprescindibles incluso para alcanzar y consignar<br />
en un mapa la más cierta imagen <strong>de</strong>l mundo.<br />
A poco que se pararan a consi<strong>de</strong>rarla, los «nautae» habían <strong>de</strong> asentir a tal proclamación: lisa<br />
y llanamente, ellos comprobaban que no podían renunciar a las aportaciones clásicas <strong>de</strong> los studia<br />
humanitatis . Nunca estuvo <strong>de</strong> más dar un barniz erudito a un «ars mechanica» . Pero no se trataba<br />
<strong>de</strong> la vana presunción <strong>de</strong> parecer à la page , ni siquiera <strong>de</strong> la necesidad <strong>de</strong> traducir a los términos<br />
<strong>de</strong> mayor prestigio cultural las realida<strong>de</strong>s surgidas en otros ámbitos. Era, sencillamente, que Nebrija<br />
tenía razón: los antiguos enseñaban cosas nuevas, capaces <strong>de</strong> brindar soluciones eficaces a problemas<br />
<strong>de</strong> importancia. De suerte que si Elio Antonio se asomaba con curiosidad a la órbita <strong>de</strong> los marineros,<br />
un Cristóbal Colón se vio en la precisión <strong>de</strong> acercarse a la <strong>de</strong> los humanistas.<br />
Mientras Nebrija preparaba o escribía el Isagogicon cosmographiae , Cristóbal y Bartolomé Colón<br />
andaban por España «solicitando con el Rey e la Reina» , 353 pero no por eso <strong>de</strong>jaban <strong>de</strong> llamar a<br />
otras puertas. Fue así como en febrero <strong>de</strong> 1488 (o 1489), tras novelescas peripecias, llegó Bartolomé<br />
ante Enrique V<strong>II</strong> <strong>de</strong> Inglaterra, <strong>de</strong>terminado a ven<strong>de</strong>rle el proyecto que ya había ofrecido en Portugal<br />
y en Castilla. «Y para más aficionalle a la audiencia e inteligencia dél, presentole un mapamundi que<br />
llevaba muy bien hecho, don<strong>de</strong> iban pintadas las tierras que pensaba con su hermano <strong>de</strong>scubrir, en el<br />
cual iban unos versos en latín, que él mismo, según dice, había compuesto» :<br />
Terrarum quicumque cupis feliciter oras<br />
noscere, cuncta <strong>de</strong>cens docte pictura docebit,<br />
quam Strabo affirmat, Ptolomaeus, Plinius atque<br />
Isidorus, non una tamen sententia quisque.<br />
Pingitur hic etiam nuper sulcata carinis<br />
hispanis zona illa, prius incognita genti,<br />
torrida, quae tan<strong>de</strong>m nunc est notissima multis 354<br />
353 Colección <strong>de</strong> documentos inéditos relativos al <strong>de</strong>scubrimiento... <strong>de</strong> Ultramar , V<strong>II</strong>, Madrid,<br />
1892, p. 185 .<br />
354 La cita en prosa es <strong>de</strong> Las Casas (I, xxix) , pero los versos <strong>de</strong> Bartolomé los doy según las<br />
Historie <strong>de</strong>l S. D. Fernando Colombo... <strong>de</strong>lla vita et <strong>de</strong>’ fatti <strong>de</strong>ll’Ammiraglio D. Christoforo<br />
Colombo... tradotte... dal S. Alfonso Ulloa , Venecia, 1571, cap. XI .<br />
200
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
Los versos y el mapamundi <strong>de</strong> Bartolomé Colón no pregonaban mercancía substancialmente distinta<br />
que los versos y el capítulo inicial <strong>de</strong>l Isagogicon . Unos y otros prometían una «pintura <strong>de</strong>l mundo»<br />
inspirada en el mismo núcleo <strong>de</strong> autorida<strong>de</strong>s fundamentales, pero no vacilaban en <strong>de</strong>smentir a los<br />
clásicos a la luz <strong>de</strong> las recientes exploraciones portuguesas y <strong>de</strong> la esperanza <strong>de</strong> <strong>de</strong>scubrimientos<br />
inminentes.<br />
Las influencias, sin embargo, no iban en una sola dirección: si las navegaciones permitían revisar<br />
los datos <strong>de</strong> las lecturas, las lecturas permitían perfeccionar los resultados <strong>de</strong> las navegaciones. Un<br />
ejemplo. Escribía Cristóbal Colón en 1501 : «En la marinería [Nuestro Señor] me fizo abondoso; <strong>de</strong><br />
astrología me dio lo que abastava, y ansí <strong>de</strong> geometría y arismética, y engenio en el ánima y manos<br />
para <strong>de</strong>busar espera, y en ella las cibda<strong>de</strong>s, rýos y montañas, yslas y puertos, todo en su propio sytio» (<br />
Raccolta , I, iii, lám. CVI) . El texto ha sido incansablemente aducido, pero no parece haberse notado<br />
355 que el Almirante está rindiendo un homenaje a Ptolomeo, enorgulleciéndose <strong>de</strong> dominar el método<br />
<strong>de</strong> «reducere oppida, montes, flumina, sinus atque oras maris et terrae singulosque totius orbis locos<br />
ad circulos coelestes» que Nebrija (<strong>II</strong>) inculcaba como «Ptolemaei proprium artificium» ( cf.<br />
Geographia , I, i) y cuyos presupuestos «<strong>de</strong> astrología, <strong>de</strong> geometría y aritmética» exponía el entero<br />
Isagogicon .<br />
No es simplemente que Colón conociera el método tolemaico: conocía también los beneficios que<br />
podía prestar a los navegantes. ¿Habrá que recordar que las cartas náuticas <strong>de</strong>l siglo XV carecen <strong>de</strong><br />
graduación en latitud y longitud? 356 Cuando el genovés zarpó para las Indias, en cambio, llevaba un<br />
doble «propósito» , <strong>de</strong> extraordinario alcance: «hazer carta nueva <strong>de</strong> navegar, en la cual situaré toda<br />
355 Por más que las Historie <strong>de</strong>l S. D. Fernando Colombo , poco antes <strong>de</strong> transcribirlo (IV), indiquen<br />
que «aun Tolomeo, en el principio <strong>de</strong> su Cosmografía , dice que ninguno pue<strong>de</strong> ser buen cosmógrafo,<br />
si también no fuere pintor» (<strong>II</strong>I) .<br />
356 «Les orientations majeures sont fournies par un système <strong>de</strong> roses <strong>de</strong>s vents, prolongées par un<br />
réseau <strong>de</strong> rhumbs. Au XVI e siècle, le style “portulan” se prolonge et s’adapte: d’abord, ce type <strong>de</strong><br />
carte sort du mon<strong>de</strong> clos <strong>de</strong>s Anciens et s’étend au mon<strong>de</strong> entier; ensuite il prend plus <strong>de</strong> rigueur par<br />
l’adjonction <strong>de</strong>s parallèles et <strong>de</strong>s mèridiens, sous l’influence <strong>de</strong> Ptolémée. Un <strong>de</strong>s traits passionants<br />
<strong>de</strong> la cartographie <strong>de</strong> la Renaissance est d’assister à la fusion progressive (mais difficile) entre le style<br />
“nautique” et le style savant» ( N. Broc, La géographie <strong>de</strong> la Renaissance (1420-1620) , París, 1980,<br />
p. 45) .<br />
201
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
la mar y tierras <strong>de</strong>l Mar Océano en sus proprios lugares, <strong>de</strong>baxo su viento, y más componer un libro<br />
y poner todo por el semejante por pintura, por latitud <strong>de</strong>l equinocial y longitud <strong>de</strong>l Occi<strong>de</strong>nte» . 357<br />
Cumplido o no, el empeño era, pues, asociar las viejas mañas <strong>de</strong> los marinos y los nuevos sistemas<br />
<strong>de</strong> los estudiosos: el portulano y el atlas <strong>de</strong> Ptolomeo, la rosa <strong>de</strong> los vientos y la red <strong>de</strong> paralelos y<br />
meridianos. Pero no sólo Colón, en 1492, procuraba aproximar unos y otros elementos: entre 1487 y<br />
1490, Nebrija nos sorprendía insertando «etiam ratione navegationis» un capítulo «De ventorum<br />
positione» (<strong>II</strong>I) en el marco tolemaico <strong>de</strong>l Isagogicon cosmographiae .<br />
La alianza <strong>de</strong> «style “nautique”» y «style savant» (véase nota 356) no fue para Colón cosa <strong>de</strong><br />
un día, ni ocurrió en fecha temprana. Con justicia alegaba una dilatada experiencia <strong>de</strong> marino ( «De<br />
muy pequeña hedad entré en la mar navegando y lo he continuado fasta oy » ) unida a un fructífero<br />
ahínco «en ver <strong>de</strong> todas escrituras: cosmografía, ystorias, corónicas y fylosofía, y <strong>de</strong> otras artes» .<br />
Pero eso era en 1501 ( cf. arriba). Dos <strong>de</strong>cenios atrás, en Portugal, pocas «escrituras» podía haber<br />
visto -ya por el mero hecho <strong>de</strong> que entonces eran bastante más raras y costosas-. Un sencillo repaso<br />
bibliográfico basta a proporcionarnos un buen indicio al respecto. Conservamos o conocemos con<br />
certeza alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> una <strong>de</strong>cena <strong>de</strong> libros que poseyó el Almirante. Sólo uno <strong>de</strong> ellos cabe que lo<br />
tuviera y anotara en su etapa portuguesa: la Historia rerum ubique gestarum locorumque <strong>de</strong>scriptio<br />
(Venecia, 1477), <strong>de</strong> Eneas Silvio, el nebrisense «pius Aeneas» . La inmensa mayoría <strong>de</strong> los restantes<br />
es claramente posterior a la venida a España, «por el año <strong>de</strong> 1484 o al principio <strong>de</strong>l año <strong>de</strong> 85» (Las<br />
Casas, I, xxix) : <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el Marco Polo <strong>de</strong> 1485 o el Plinio <strong>de</strong> 1489 (vulgarizado por Landino) hasta<br />
el Alberto Magno o el Abraham Zacuto <strong>de</strong> 1496. Los casos menos obvios nos conducen también a<br />
España. Si en verdad fue suya la Geographia romana <strong>de</strong> 1478, hoy custodiada en la Real Aca<strong>de</strong>mia<br />
<strong>de</strong> la Historia (y si no es, por tanto, una superchería el autógrafo colombino <strong>de</strong> la primera hoja),<br />
difícilmente pudo obtenerla sino bastantes años <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> su publicación: porque el segundo folio<br />
lleva pintadas las armas <strong>de</strong>l Car<strong>de</strong>nal Francesco Piccolomini, el fugacísimo Pío <strong>II</strong>I. Nadie ignora, en<br />
fin, que ningún «doctor más entre los pasados movió a su negocio» al genovés que Pierre d’Ailly, «el<br />
libro <strong>de</strong>l cual fue tan familiar al Cristóbal Colón, que todo lo tenía por las márgines <strong>de</strong> su mano y en<br />
latín notado y rubricado, poniendo allí muchas cosas que <strong>de</strong> otros leía y cogía» (Las Casas, I, xi) . El<br />
número y el carácter <strong>de</strong> las apostillas nos certifican que Colón -dispuesto a confirmar una convicción<br />
previa, obtenida por caminos distintos- cursó en ese ejemplar <strong>de</strong> la Imago mundi su aprendizaje <strong>de</strong><br />
cosmografía erudita, incluso en las nociones más rudimentarias: «Quis movetur ad Orientem vel<br />
357 C. Colón, Diario <strong>de</strong>l <strong>de</strong>scubrimiento , ed. M. Alvar, Cabildo Insular <strong>de</strong> Gran Canaria, 1976,<br />
<strong>II</strong>, p. 17 .<br />
202
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
Occi<strong>de</strong>ntem habet novum meridianum» , «Medietas dicitur emisperium» ( Raccolta , I, iii, p. 69,<br />
núms. 6, 7) , etc. Pero suce<strong>de</strong> que el volumen en cuestión se estampó entre 1480 y 1483, en Lovaina,<br />
y que ninguno <strong>de</strong> los escolios se <strong>de</strong>ja situar antes <strong>de</strong> 1485, en tanto los datados explícitamente versan<br />
<strong>de</strong> «hoc anno <strong>de</strong> 88» o <strong>de</strong>l 1489 por venir ( ibid. , núms. 858 y 783). Colón adquiría y afianzaba<br />
su ciencia al mismo tiempo que Nebrija componía el Isagogicon : y uno y otro venían a confluir en<br />
la <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> un mismo clima intelectual, progresivamente cal<strong>de</strong>ado por el auge <strong>de</strong> la imprenta.<br />
En 1488, en cualquier caso, a Colón le era vital ponerse en pie <strong>de</strong> igualdad con gentes como Nebrija.<br />
Un par <strong>de</strong> años antes, había expuesto a los Reyes Católicos su plan <strong>de</strong> alcanzar las Indias por la ruta<br />
<strong>de</strong> Occi<strong>de</strong>nte. Esfuerzo inútil. Las razones que entonces esgrimiera nada o apenas nada podían diferir<br />
<strong>de</strong> las que en torno a 1484 sometió a los consejeros <strong>de</strong> don João <strong>II</strong>, las que Diego Ortiz <strong>de</strong> Calzadilla<br />
-a quien entrevimos páginas arriba- y Josef Vizinho -el traductor <strong>de</strong> Zacuto al portugués- <strong>de</strong>scartaron<br />
«per tudo ser fundado en imaginações e cousas da ilha Cypango <strong>de</strong> Marco Paulo» . 358 El nuevo<br />
rechazo, ahora español, tuvo que ser una po<strong>de</strong>rosa instigación a ampliar y reforzar -cambiar, no- las<br />
bases <strong>de</strong> su argumentación. Las noticias o rumores que corrían <strong>de</strong> puerto en puerto, la evi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong><br />
que la zona tórrida era habitable y el océano navegable, los saberes <strong>de</strong> hombre <strong>de</strong> mar -en suma-<br />
que alumbraron la fe <strong>de</strong> Colón no habían variado en medida significativa. Concedamos que conocía<br />
a<strong>de</strong>más la carta <strong>de</strong> Toscanelli a Fernão Martins: no le serviría sino para aumentar -e inmensamente-<br />
su convicción personal. Porque Toscanelli daba unas conclusiones, pero no los datos para obtenerlas<br />
por uno mismo. Si quería convertir a los incrédulos, el ligur necesitaba esos datos. No le quedó más<br />
remedio que reconstruírselos y obtener... unas conclusiones dispares a las <strong>de</strong>l florentino en puntos<br />
tan importantes como la distancia <strong>de</strong> Europa a Asia. El trabajo que lo <strong>de</strong>sveló en Castilla -acortar el<br />
Ecuador, prolongar las Indias- era <strong>de</strong> gabinete: <strong>de</strong> estudioso, no <strong>de</strong> piloto. 359 Únicamente por ahí, en<br />
efecto, cabía añadir argumentos a sus tesis. Los Reyes Católicos, por otro lado, le habían or<strong>de</strong>nado<br />
discutirlas con «sabios e letrados e marineros» . 360 Con estos últimos, estaba hablado prácticamente<br />
todo; la solución consistía en convencer a los «sabios e letrados» empleando su mismo lenguaje.<br />
Las exigencias internas y los condicionamientos externos <strong>de</strong> su proyecto empujaban a Colón hacia<br />
el terreno propio <strong>de</strong> Nebrija. Pero no sería inverosímil que el Isagogicon cosmographiae tuviera a<br />
su vez una cierta <strong>de</strong>uda originaria con el genovés. En 1486, los Reyes confiaron a fray Hernando <strong>de</strong><br />
358 João <strong>de</strong> Barros, Da Asia... , ed. Lisboa, 1778, p. 250 .<br />
359 Vid. las perspicaces observaciones <strong>de</strong> A. Cioranescu, en C. Colomb, Oeuvres , París, 1961.<br />
360 Apud A. Ballesteros, C. Colón y el <strong>de</strong>scubrimiento <strong>de</strong> América , Barcelona, 1945, I, p. 449 .<br />
203
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
Talavera, confesor <strong>de</strong> doña Isabel, la responsabilidad <strong>de</strong> dictaminar sobre las propuestas colombinas,<br />
«y que él llamase las personas que le pareciese más enten<strong>de</strong>r <strong>de</strong> aquella materia <strong>de</strong> cosmografía, <strong>de</strong> los<br />
cuales no sobraban muchos en aquel tiempo en Castilla» (Las Casas, I, xxix) . Aun si Nebrija no fue<br />
consultado en principio -y quizá sí lo fue-, más o menos oficialmente, sin duda estuvo bien informado<br />
<strong>de</strong> la misión <strong>de</strong> fray Hernando. Unía a ambos una profunda «familiaritas» , y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el otoño <strong>de</strong> 1486<br />
se vieron y escribieron a menudo. 361 Como la Corte residió en Salamanca entre el 2 <strong>de</strong> noviembre<br />
<strong>de</strong>l 86 y el 30 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong>l 87 (y ya en abril había pasado allí un par <strong>de</strong> días), fray Hernando se aplicó<br />
simultáneamente a procurar el favor real para su amigo y a orientar las dotes <strong>de</strong> este hacia el servicio<br />
<strong>de</strong> las reformas promovidas por la Corona. Por ello le animó a celebrar en verso a los monarcas, le<br />
acompañó a presentar a la Reina una «muestra» <strong>de</strong> la Gramática castellana o, pronto, consiguió que<br />
se le encargara una versión bilingüe <strong>de</strong> las Introductiones latinae , para uso <strong>de</strong> «las mugeres religiosas<br />
y vírgines <strong>de</strong>dicadas a Dios» ; y el Nebrisense <strong>de</strong>bió <strong>de</strong> correspon<strong>de</strong>r interviniendo en la edición<br />
salmantina (3 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1487) <strong>de</strong> un libro <strong>de</strong> fray Hernando. No es concebible que el humanista<br />
no estuviera perfectamente enterado <strong>de</strong> las conversaciones con Colón, con quien incluso tuvo que<br />
coincidir repetidas veces, ya en la misma Salamanca <strong>de</strong> 1486. Ni es fácil que tales conversaciones,<br />
largamente prolongadas, carecieran <strong>de</strong> ecos en un ambiente tan perceptivo como el que se vivía junto<br />
a don Juan <strong>de</strong> Zúñiga. El Isagogicon cosmographiae , entonces, representaría -también- un modo <strong>de</strong><br />
hacer oír la voz <strong>de</strong> los studia humanitatis sobre algunos aspectos básicos <strong>de</strong> un tema <strong>de</strong> actualidad y<br />
notoria relevancia «ad utilitatem publicam» (nota 347). Y los términos concretos en que se planteaba<br />
el asunto, y hasta el mismo recuerdo <strong>de</strong>l marino genovés, serían parte a incrementar la atención <strong>de</strong>l<br />
autor a los «nostrae tempestatis nautae» .<br />
No es ejercicio <strong>de</strong> adivinación gratuita preguntarse cuál podía ser el fallo <strong>de</strong> Nebrija si se le hubiera<br />
forzado a pronunciarse inequívocamente respecto a las i<strong>de</strong>as colombinas. El Isagogicon disentía <strong>de</strong><br />
ellas al afirmar que la «superficies terrae maiori sua parte aqua maris obruta est» (I) , mientras<br />
Colón, fiel al «profeta» Esdras, especulaba que «sex partes terre sunt habitate et 7 a est coperta<br />
aquis» ( Raccolta , I, iii, p. 70, núm. 23) . Por otro lado, si el marinero malentendía una referencia<br />
erudita y asignaba 56 millas y dos tercios a la longitud <strong>de</strong>l grado en el Ecuador (núm. 491 y passim ),<br />
el erudito le otorgaba 60, aproximadamente ( cf. nota 349), <strong>de</strong> acuerdo con los usos marineros... A<br />
la luz <strong>de</strong>l Isagogicon , pues, los cálculos <strong>de</strong> Colón estaban equivocados: o -diríamos hoy, con poca<br />
piedad- más equivocados que los <strong>de</strong> Nebrija. Pero ¿eran los errores tan graves como para <strong>de</strong>cretar<br />
inviable el intento <strong>de</strong> llegar a la India por el Oeste? No sabemos, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego, qué respon<strong>de</strong>ría Elio<br />
361 Cf. «Un prólogo al Renacimiento español», pp. 62-65.<br />
204
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
Antonio en esa segunda instancia <strong>de</strong> la cuestión. Sí sabemos que admiraba el atrevimiento <strong>de</strong> los<br />
«nautae» contemporáneos, «nostri temporis hominum audacia» , y que estaba seguro <strong>de</strong> que en<br />
breve iban a transfigurar la «<strong>de</strong>scriptio» <strong>de</strong>l planeta (nota 348). Esa admiración y esa seguridad<br />
pudieron contrapesar la balanza. Porque, como fuera, Nebrija y Colón concordaban en una actitud<br />
esencial: la visión <strong>de</strong> una tierra abierta al esfuerzo y a la inteligencia <strong>de</strong> los hombres.<br />
En la España <strong>de</strong> entre 1485 y 1492, la postura que se trasluce en el Isagogicon parece haber<br />
sido frecuente en los círculos <strong>de</strong>cisivos. Se tendía a rechazar la teoría <strong>de</strong> Colón -aunque nunca le<br />
faltaron entusiastas-, pero no se <strong>de</strong>scartaba que la empresa se realizara en la práctica. Hernando <strong>de</strong><br />
Talavera, con los «letrados e marineros» a quienes convocó en 1486, reputaría «imposible ser verdad<br />
lo qu’el Almirante <strong>de</strong>cía» (nota 360); pero en 1487 seguía autorizando cédulas <strong>de</strong> pago al futuro<br />
«Almirante» ... Quizá no haya mejor resumen <strong>de</strong> la situación que la «respuesta» que «los Reyes<br />
mandaron dar a Cristóbal Colón <strong>de</strong>spidiéndole por aquella sazón, aunque no <strong>de</strong>l todo quitándole la<br />
esperanza <strong>de</strong> tornar a la materia» (Las Casas, I, xxix) ; y, a la postre, aceptando el proyecto.<br />
Entre tanto, pasajeramente postergado por los soberanos, la conducta <strong>de</strong>l genovés resulta no menos<br />
significativa a nuestro propósito: el magnate español a quien recurre en primer lugar es don Enrique<br />
<strong>de</strong> Guzmán, Duque <strong>de</strong> Medina Sidonia. Porque la Casa era una <strong>de</strong> las más adineradas <strong>de</strong> la Península,<br />
sin duda, y porque tenía un notable historial <strong>de</strong> navegaciones a Canarias y África. Pero probablemente<br />
también porque en la corte ducal pensaba encontrar la atmósfera en que le interesaba introducirse:<br />
una atmósfera afín a la favorecida por don Juan <strong>de</strong> Zúñiga, a juzgar por la alianza <strong>de</strong> clásicos y<br />
astrólogos, <strong>de</strong> Tolomeo y la Sphera , <strong>de</strong> Plinio y Albumasar, en el gabinete <strong>de</strong> estudio <strong>de</strong> los Medina<br />
Sidonia. 362 Como especialmente significativo para nosotros es el personaje que, si en 1485 tuvo ya<br />
un papel <strong>de</strong>cisivo para llevarlo ante los Reyes, en un momento crucial <strong>de</strong> 1492, y aun sin <strong>de</strong>jarse<br />
convencer por entero, tomó claramente el partido <strong>de</strong> Colón: el car<strong>de</strong>nal Pedro González <strong>de</strong> Mendoza.<br />
Hacia 1450 nos lo encontrábamos en una Salamanca en trance <strong>de</strong> cambio, atareado -a instancias <strong>de</strong>l<br />
362 Los datos han sido presentados por M. Á. La<strong>de</strong>ro y M. C. Quintanilla, «<strong>Biblioteca</strong>s <strong>de</strong> la alta<br />
nobleza castellana en el siglo XV», ponencia en el coloquio Livre et lecture en Espagne et en France<br />
sous l’Ancien Régime , Madrid, Casa <strong>de</strong> Velázquez, noviembre <strong>de</strong> 1980 [y ahora acaban <strong>de</strong> publicarse<br />
en el correspondiente volumen <strong>de</strong> actas, París, 1981, pp. 47-59 ; ahí se señala que una buena parte<br />
<strong>de</strong> los libros inventariados en 1507 -a menudo calificados <strong>de</strong> «viejos» o «muy viejos» , y sólo por<br />
excepción «<strong>de</strong> mol<strong>de</strong>» - pertenecería a don Enrique (muerto en 1492) y que entre ellos se hallaban<br />
«un estrolatio que tiene cuatro ruedas <strong>de</strong> latón y otro triábulo <strong>de</strong> latón e otros antojos <strong>de</strong> latón» ].<br />
205
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
Marqués <strong>de</strong> Santillana, su padre- en romancear la Ilíada <strong>de</strong> Decembri y en complementarla con<br />
materiales como una <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong> las partes <strong>de</strong>l mundo. Los gustos que entonces apuntaban en tal<br />
forma <strong>de</strong>sembocaron, un tercio <strong>de</strong> siglo <strong>de</strong>spués, en una biblioteca <strong>de</strong> tan excepcional riqueza literaria<br />
cuanto científica, don<strong>de</strong> al punto se aprecia una particular atracción por la cosmografía y disciplinas<br />
conexas. 363 La protección, la amistad que el Car<strong>de</strong>nal dispensó a Colón está, pues, llena <strong>de</strong> sentido:<br />
<strong>de</strong>sarrollada y a la altura <strong>de</strong> los tiempos, es here<strong>de</strong>ra <strong>de</strong> la afición <strong>de</strong> Santillana al humanismo y a la<br />
geografía estimulada por los humanistas. Don Pedro tradujo y adicionó la Ilíada porque el Marqués<br />
no sabía latín: él mismo fue, en cambio, el «omnium bonarum artium praeses» a quien Nebrija<br />
<strong>de</strong>dicó la edición princeps (Salamanca, 1481) <strong>de</strong> las Introductiones <strong>de</strong>stinadas a redimir a los<br />
«homines perditos et qui numquam latinae linguae <strong>de</strong>licias gustaverant» . 364 También por ahí la<br />
figura <strong>de</strong>l Car<strong>de</strong>nal Mendoza nos insinúa qué hilos enlazaban los atisbos <strong>de</strong>l protohumanismo español<br />
con el nuevo mundo <strong>de</strong> Nebrija y Colón.<br />
Nuevo mundo, en verdad, ese ámbito en el que uno y otro convergen y se complementan,<br />
aliando lecciones antiguas y acciones contemporáneas, ciencias y experiencias, letras y técnicas.<br />
Don<strong>de</strong> cambian <strong>de</strong> sentido el espacio y la historia, la naturaleza y el tiempo; don<strong>de</strong> los quehaceres<br />
individuales, e incluso cuando más singulares, no pier<strong>de</strong>n <strong>de</strong> vista el horizonte <strong>de</strong> «esta gran compañía<br />
que llamamos ciudad» ; don<strong>de</strong> la inmensa renovatio <strong>de</strong>seada no es mera esperanza, sino, sobre todo,<br />
tarea personal que cumplir. Un nuevo mundo que Nebrija y Colón crean y entien<strong>de</strong>n bajo especie <strong>de</strong><br />
renacimiento. 365<br />
363 F. J. Sánchez Cantón, La biblioteca <strong>de</strong>l Marqués <strong>de</strong>l Cenete, iniciada por el Car<strong>de</strong>nal Mendoza ,<br />
Madrid, 1942.<br />
364 Como se lee en la epístola (también a Mendoza) añadida a la reimpresión salmantina <strong>de</strong> 1482,<br />
fol. e1 .<br />
365 -La traducción y glosas <strong>de</strong>l soneto Non Tesin... pue<strong>de</strong>n leerse ahora en D. C. Carr, «A Fifteenth<br />
Century Castilian Translation and Commentary of a Petrarchan Sonnet: <strong>Biblioteca</strong> Nacional, MS<br />
10186, folios 196r-199r » , Revista canadiense <strong>de</strong> estudios hispánicos , V: 2 (invierno, 1981), pp.<br />
123-143. -Para el ms. Additional 21.245, véase Pedro M. Cátedra, «Sobre la biblioteca <strong>de</strong>l Marqués<br />
<strong>de</strong> Santillana: la Ilíada y Pier Candido Decembrio», Hispanic Review , LI, en prensa. -El poemilla<br />
<strong>de</strong> Bartolomé Colón ( cf. nota 354) acaba <strong>de</strong> ser incluido por Consuelo Varela en su útil edición <strong>de</strong><br />
Cristóbal Colón, Textos y documentos completos , Madrid, 1982, p. LV, nota; la conjetura que ahí<br />
se introduce en el verso 6 ( « Hispanae zona illa, prius incognita, gentis » ) no me parece necesaria.<br />
206
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
«Il nuovo mondo di Nebrija e Colombo. Note sulla geografia umanistica in Spagna e sul contesto<br />
intellettuale <strong>de</strong>lla scoperta <strong>de</strong>ll’America» , en Vestigia. Studi in onore di Giuseppe Billanovich ,<br />
edd. Rino Avesani, Mirella Ferrari, Tino Foffano, Giuseppe Frasso y Agostino Sottili, Edizioni di<br />
Storia e Letteratura , Roma, 1984, pp. 575-606; versión castellana, «El nuevo mundo <strong>de</strong> Nebrija y<br />
Colón. Notas sobre la geografía humanística en España y el contexto intelectual <strong>de</strong>l <strong>de</strong>scubrimiento<br />
<strong>de</strong> América», en Aca<strong>de</strong>mia literaria renacentista , <strong>II</strong>I: Nebrija y la introducción <strong>de</strong>l Renacimiento en<br />
España , ed. Víctor García <strong>de</strong> la Concha, Universidad <strong>de</strong> Salamanca, Salamanca, 1983, pp. 157-185.<br />
El trabajo aquí reimpreso nació como <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> unas líneas, <strong>de</strong>masiado esquemáticas, escritas<br />
al principio <strong>de</strong> una semblanza <strong>de</strong> Giuseppe Billanovich ( Anuario <strong>de</strong> estudios medievales , IX,<br />
1974-1979, pp. 641-647), y para consolidar las que cierran la capital monografía <strong>de</strong>l mismo maestro<br />
citada en mi n. 311 y ahora en redacción <strong>de</strong>finitiva en su póstumo Dal medioevo all’umanesimo ,<br />
Milán, 2001, pp. 24-95.<br />
No he navegado la mar Océano <strong>de</strong> las publicaciones botadas con ocasión <strong>de</strong>l quinto centenario <strong>de</strong>l<br />
<strong>de</strong>scubrimiento <strong>de</strong> América y <strong>de</strong> la Gramática sobre la lengua castellana . Si tuviera que recomenzar<br />
con Colón, partiría <strong>de</strong> la excelente nueva edición ( vid. n. 365) <strong>de</strong> los Textos y documentos completos<br />
preparados por Consuelo Varela y Juan Gil, Madrid, 1992, y <strong>de</strong> los estudios <strong>de</strong> Juan Gil sobre los<br />
Mitos y utopías <strong>de</strong>l Descubrimiento , I: Colón y su tiempo , Madrid, 1989 ( vid. en particular<br />
«Lebrija y el metro», pp. 151-153), y, entre infinitos otros, siempre apasionantes, en el prólogo al<br />
primer volumen <strong>de</strong> la <strong>Biblioteca</strong> <strong>de</strong> Colón (Madrid, 1992) que contiene las acotaciones <strong>de</strong>l Almirante<br />
a los principales libros <strong>de</strong> su biblioteca. De ellos retengo cuando menos que el Tolomeo <strong>de</strong> la Real<br />
Aca<strong>de</strong>mia <strong>de</strong> la Historia es, en efecto, una superchería.<br />
Entre los trabajos que conozco directamente, tendría no poco que espigar en S. Gentile, «Emanuele<br />
Crisolora e la Geografia di Tolomeo» , en Dotti bizantini e libri greci nell’Italia <strong>de</strong>l secolo XV<br />
, ed. R. Cortesi y E. V. Maltesi, pp. 291-308, y «Toscanelli, Traversari, Niccoli e la geografia» ,<br />
Rivista geografica italiana , C (1993), pp. 113-131, amén <strong>de</strong>l riquísimo catálogo <strong>de</strong> la exposición<br />
Firenze e la scoperta <strong>de</strong>ll’America. Umanesimo e geografia nel ’400 fiorentino , Florencia, 1992;<br />
A. Grafton (con A. Shelford y N. Siraisi), New Worlds, Ancient Texts. The Power of Tradition and<br />
-Al <strong>de</strong>jar abierta la posibilidad <strong>de</strong> que Colón poseyera y anotara la Historia rerum ya durante su<br />
etapa portuguesa, no tuve suficientemente en cuenta las graves objeciones que a tal hipótesis plantea<br />
Giuseppe Caraci, «A proposito <strong>de</strong>lle “postille” colombiane» , Pubblicazioni <strong>de</strong>ll’Istituto di Scienze<br />
geografiche , Università di Genova, Facoltà di Magisterio , XV<strong>II</strong>I (1971), pp. 3-15.<br />
207
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
the Shock of Discovery , Cambridge, Mass. , y Londres, 1992; W. Haase y M. Reinhold, edd. ,<br />
The Classical Tradition and the Americas , I: European Image of the Americas and the Classical<br />
Tradition , Berlín y Nueva York, 1994; M. Montana, Petrarca geografo [1933], Palermo, 1988;<br />
M. Pregliasco, Antilia. Il viaggio e il Mondo Nuovo (XV-XV<strong>II</strong> secolo) , Turín, 1992; P. Moffitt<br />
Watts, «Prophecy and Discovery: On the Spiritual Origins of Christopher Columbus’s ‘Enterprise of<br />
the Indies’» , The American Historical Review , XC (1985), pp. 73-102; M. Pastore Stocchi, «La<br />
cultura geografica <strong>de</strong>ll’umanesimo» , en el colectivo Optima hereditas. Sapienza giuridica romana<br />
e conoscenza <strong>de</strong>ll’ecumene , Milán, 1992, pp. 563-586. Imagínese, pues, en los que no conozco...<br />
Sobre el Isagogicon cosmographiae nada he visto <strong>de</strong> sustancia, pues no la tiene la <strong>de</strong>scuidada<br />
edición incluida en C. Flórez <strong>Miguel</strong> et al. , La ciencia <strong>de</strong> la tierra. Cosmografía y cosmógrafos<br />
salmantinos <strong>de</strong>l Renacimiento , Salamanca, 1990, pp. 235-281.<br />
Otras adiciones. A la n. 308 . El título se cambió finalmente por el indicado en la nota <strong>de</strong><br />
proce<strong>de</strong>ncia.<br />
A la n. 315 . P. M. Cátedra, ed. , Traducción y glosas a la «Eneida» <strong>de</strong> Enrique <strong>de</strong> Villena.<br />
Libro primero y Libro segundo , Salamanca, 1989; y Obras completas <strong>de</strong> Enrique <strong>de</strong> Villena , <strong>II</strong>.<br />
Traducción y glosas <strong>de</strong> la «Eneida», libros I-<strong>II</strong>I , Madrid, 1994.<br />
A la n. 318 . Hay segunda ed. revisada: Tratado <strong>de</strong> astrología atribuido a Enrique <strong>de</strong> Villena ,<br />
Barcelona, 1983.<br />
A la n. 321 . Vid. últimamente el libro <strong>de</strong> Guillermo Serés, La traducción en Italia y España<br />
durante el siglo XV. La «Iliada» en romance y su contexto cultural , Salamanca, 1997, muy importante<br />
también para el clima intelectual salmantino.<br />
A la n. 332 . Las citadas Actas salieron a la postre en Salamanca, 1982, con el artículo <strong>de</strong> Tate<br />
en las pp. 691-698.<br />
A la n. 336 . El De fluminibus es ya accesible en la excelente edición <strong>de</strong> M. Vilallonga: J. Pau,<br />
Obres , Barcelona, 1986, vol. I.<br />
A la n. 338 . Cf. también F. Rico, «El cielo <strong>de</strong> un humanista: la bóveda <strong>de</strong> Fernando Gallego en la<br />
Universidad <strong>de</strong> Salamanca», en Filologia umanistica. Per Gianvito Resta , edd. V. Fera y G. Ferraú,<br />
Padua, 1997, pp. 1573-1577, y luego en mis Figuras con paisaje , Barcelona, 1994, pp. 99-106.<br />
A la n. 338 . Vid. arriba «Mo<strong>de</strong>los <strong>de</strong> cultura en don Juan Manuel», n. 332.<br />
208
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
A la n. 365 . «Sobre la biblioteca <strong>de</strong>l Marqués <strong>de</strong> Santillana: La Iliada y Pier Candido Decembrio»,<br />
Hispanic Review , LI (1983), pp. 226-249. La traducción <strong>de</strong> la Historia rerum con las acotaciones<br />
<strong>de</strong>l Almirante constituye el vol. <strong>II</strong>I <strong>de</strong> la citada <strong>Biblioteca</strong> <strong>de</strong> Colón : Eneas Silvio Piccolómini (Papa<br />
Pio <strong>II</strong>), Descripción <strong>de</strong> Asia , al cuidado <strong>de</strong> F. Socas, Madrid, 1992.<br />
209
- V<strong>II</strong>I -<br />
El <strong>de</strong>stierro <strong>de</strong>l verso agudo<br />
Con una nota sobre rimas y razones en la poesía <strong>de</strong>l Renacimiento<br />
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
210
I<br />
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
Tar<strong>de</strong> y a regañadientes acabó por plegarse Hernando <strong>de</strong> Hozes a la opinión que hacia 1552 cobraba<br />
fuerza <strong>de</strong> ley e imponía a los metros venidos <strong>de</strong> Italia «fenecer todos los versos en vocal y que ninguno<br />
tenga el accento en la última» . Hozes lamentaba que acatar el doble precepto hubiera restado fi<strong>de</strong>lidad<br />
a la traducción <strong>de</strong> Los Triumphos <strong>de</strong> Francisco Petrarcha que -por fin- sacaba a luz (Medina <strong>de</strong>l<br />
Campo, 1554). Porque, a<strong>de</strong>más, se le antojaba excesivo remilgo que los recién llegados a las letras<br />
castellanas se atrevieran a repren<strong>de</strong>r el uso<br />
que don Diego <strong>de</strong> Mendoça y el secretario Gonçalo Pérez y don Joan <strong>de</strong> Coloma y Garcilasso <strong>de</strong> la<br />
Vega y Joan Boscán y otras muchas personas doctas tienen aprovado por bueno.<br />
Prescindamos aquí <strong>de</strong>l primer melindre recriminado por Hozes ( «fenecer todos los versos en vocal» )<br />
y aclaremos un poco el segundo ( «que ninguno tenga el accento en la última» ). Garcilaso no dio<br />
siempre «por bueno» el recurso a las rimas agudas en el hen<strong>de</strong>casílabo y el heptasílabo: lo toleró<br />
ocasionalmente en la etapa <strong>de</strong> sus tanteos iniciales, lo rechazó <strong>de</strong>spués sin contemplaciones.<br />
El fino sentido artístico <strong>de</strong> Garcilaso hizo que tan pronto como entró en pleno contacto con la poesía<br />
italiana, don<strong>de</strong> los versos oxítonos eran sumamente raros, los proscribiera <strong>de</strong> la suya. [Tras haberlos<br />
empleado en un par <strong>de</strong> sonetos y otro <strong>de</strong> canciones igualmente tempranas], aún los admitía en 1532,<br />
pues la Canción Tercera muestra cuatro finales agudos en 73 versos; pero no hay ninguno en los más<br />
<strong>de</strong> 3.500 versos atribuibles con seguridad a los años 1533-36, cuando el poeta residía habitualmente<br />
en Nápoles. 366<br />
Boscán había echado mano <strong>de</strong> los oxítonos menos parcamente (verbigracia, en nueve <strong>de</strong> los 92 sonetos<br />
difundidos en 1543), y, sin embargo, también en él<br />
es ostensible la progresiva disminución <strong>de</strong> los finales agudos. Mientras la Canción Primera ofrece<br />
51 en 468 versos (11 por ciento), la Segunda, 30 en 172 (17,4 por ciento) y la Tercera, 13 en 108<br />
366 Copio la modélica exposición <strong>de</strong> R. Lapesa, La trayectoria poética <strong>de</strong> Garcilaso , Madrid, 1948,<br />
pp. 190-191 ; don Rafael prescin<strong>de</strong> <strong>de</strong>liberadamente ( vid. pp. 198-199 ) <strong>de</strong> textos «<strong>de</strong> autenticidad<br />
problemática o improbable» como el soneto XL <strong>de</strong> E. L. Rivers, ed. , G. <strong>de</strong> la Vega, Obras completas<br />
con comentario , Madrid, 1974. Vid. abajo, ad n. 407, y, para un registro <strong>de</strong> los versos agudos en<br />
Garcilaso, n. 450.<br />
211
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
(12 por ciento), en las siguientes hay un <strong>de</strong>scenso gradual, que llega a la <strong>de</strong>saparición completa en<br />
la Novena y Décima. 367<br />
No atino a <strong>de</strong>scubrir una evolución semejante en Hurtado <strong>de</strong> Mendoza . Des<strong>de</strong> Venecia le envía a<br />
Boscán una epístola en tercetos acribillada por docenas <strong>de</strong> agudos ( cf. n. 367) y nunca reinci<strong>de</strong> en<br />
el género (según el canon <strong>de</strong> la princeps ) sin reincidir en los sospechosos consonantes. La Fábula<br />
<strong>de</strong> Adonis , impresa en 1553, los prodiga <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la segunda octava, y la Égloga <strong>de</strong> Melibeo y Damón<br />
, publicada en 1554 , se abre ya enca<strong>de</strong>nando los nombres <strong>de</strong> los protagonistas a la pasión y la razón<br />
, para que Melibeo rompa a cantar en seguida:<br />
¿Qué he <strong>de</strong> hacer? ¿Qué me aconseja Amor?<br />
Tiempo es ya <strong>de</strong> morir.<br />
Más tardo que quisiera en estos hados.<br />
Muerta es Isea: llevó mi corazón.<br />
El alma se me sale <strong>de</strong> dolor;<br />
no la puedo seguir<br />
Entre los sonetos no burlescos, al pie <strong>de</strong> la mitad trae ca<strong>de</strong>ncias oxítonas, 368 et sic <strong>de</strong> ceteris . En<br />
cualquier caso, Hozes no dudaba en ponerlo en cabeza <strong>de</strong> los partidarios <strong>de</strong> compaginar las estrofas<br />
italianas con los finales agudos, y siempre fue fama que «don Diego en mil versos los usó» . 369<br />
367 «En composiciones sin heptasílabos -continúa Lapesa- parece ser menor <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un principio la<br />
cantidad <strong>de</strong> agudos: escasean en la Octava rima , en la epístola I y más aun en el Leandro y en el<br />
capítulo I; no se ve ninguno en los quince últimos sonetos, ni tampoco en el capítulo <strong>II</strong>. Si en la<br />
epístola a Mendoza, escrita lo más pronto en 1539, es algo mayor la proporción (18 agudos en 403<br />
versos, 4,46 por 100), ello se <strong>de</strong>be, sin duda, al ejemplo <strong>de</strong> Mendoza, quien usa cuarenta y tantos<br />
versos oxítonos en la carta a que contesta Boscán» ( pp. 225-226) .<br />
368 Obras poéticas <strong>de</strong> D. Diego Hurtado <strong>de</strong> Mendoza , ed. W. I. Knapp, Madrid, 1877, pp. 1-28, núms.<br />
I-XLI. Ni que <strong>de</strong>cir tiene que las atribuciones no son dogma <strong>de</strong> fe: el intachable soneto XXX<strong>II</strong> <strong>de</strong>be<br />
ser <strong>de</strong> Cetina ( Obras , ed. J. Hazañas, Sevilla, 1895, núm. CX<strong>II</strong>), el empecatado XL figura en los<br />
zibaldoni <strong>de</strong> Álvar Gómez ( BNM , ms. 7896, fol. 295v; copiado entre 1545 y 1555), etc. Váyase<br />
lo uno por lo otro.<br />
369 Juan <strong>de</strong> la Cueva, Exemplar poético , <strong>II</strong>, 186 .<br />
212
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
En pos <strong>de</strong> Mendoza, antes <strong>de</strong> Garcilaso y Boscán, nuestro testigo menciona a Gonzalo Pérez y a<br />
Juan Coloma. Cuatro <strong>de</strong> ellos, si no los cinco, están presentes en el Cancionero General <strong>de</strong> obras<br />
nuevas, nunca hasta ahora impressas, assí por ell arte española como por la toscana , estampado en<br />
Zaragoza en 1554 y espléndida atalaya para ojear la lírica castellana en la encrucijada <strong>de</strong>l siglo. Si el<br />
pórtico <strong>de</strong>l Cancionero es el « Triumpho <strong>de</strong> muerte , traduzido por don Juan <strong>de</strong> Coloma» en fluidas<br />
coplas reales, también don Juan inaugura «las obras que van por el arte toscana» . Entre las cuales, la<br />
polimétrica Égloga <strong>de</strong> tres pastores es un a<strong>de</strong>cuado trasunto <strong>de</strong>l proce<strong>de</strong>r que aprobaba «por bueno» :<br />
ahí, está limpio <strong>de</strong> terminaciones oxítonas el centenar <strong>de</strong> versos sueltos, y sólo una se acoge en el<br />
centenar y medio <strong>de</strong> tercetos, mientras las hay copiosas (igual en hen<strong>de</strong>casílabos que en heptasílabos)<br />
en once <strong>de</strong> las dieciséis estancias que suman las tres canciones insertas. La Historia <strong>de</strong> Orfeo , en<br />
casi cincuenta octavas, no conoce más finales que los graves, como veinte <strong>de</strong> los veintiún sonetos<br />
<strong>de</strong> Coloma: por <strong>de</strong>sgracia, es en el primero <strong>de</strong> la serie don<strong>de</strong> tres versos rematan en infinitivo. En<br />
cambio, los agudos repican en siete <strong>de</strong> los cuarenta y seis «Sonetos <strong>de</strong> diversos autores» que ocupan<br />
los últimos folios <strong>de</strong>l Cancionero y, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego, en dos <strong>de</strong> los cuatro ahijados a Diego <strong>de</strong> Mendoza.<br />
«El secretario Gonçalo Pérez» ¿será uno <strong>de</strong> esos «autores» anónimos? Libres <strong>de</strong> mácula están las<br />
doce mil líneas <strong>de</strong> la bella Ulyxea que publicó en 1550. Que para ese año la hubiera escrito en verso<br />
suelto, a<strong>de</strong>más, nos certifica que no era tan amigo <strong>de</strong> las ca<strong>de</strong>ncias agudas como podría conjeturarse<br />
por las palabras <strong>de</strong> Hozes. 370 Que era hombre <strong>de</strong> excelente criterio e interesado por las filigranas<br />
<strong>de</strong> la métrica, nos lo asegura aún Juan Hurtado <strong>de</strong> Mendoza, que en 1548 le sometía a «censura y<br />
sabio aviso» los pareados (y sin duda las restantes estrofas) en que combinaba la «imitación <strong>de</strong> trobas<br />
francesas» con los hen<strong>de</strong>casílabos «<strong>de</strong> la toscana musa» . La singular mezcla, aunque pobló <strong>de</strong> agudos<br />
dos <strong>de</strong> cada tres páginas <strong>de</strong>l Buen plazer trobado (1550) , 371 documenta <strong>de</strong> maravilla la amplitud<br />
<strong>de</strong> horizontes, la sensibilidad lingüística y literaria y el gusto por la experimentación que animaban a<br />
la poesía española al mediar el Quinientos. En 1546 Álvar Gómez <strong>de</strong> Castro rezumaba esperanza:<br />
Agora me paresce que ya siento<br />
370 Si no tuviéramos en cuenta, claro, la exigüidad <strong>de</strong>l repertorio <strong>de</strong> poemas rimados que po<strong>de</strong>mos<br />
reputar <strong>de</strong> Gonzalo Pérez ( cf. abajo, ad n. 411); y no es fácil que Hozes lo adujera sólo como contrario<br />
a «fenecer todos los versos en vocal» .<br />
371 He citado <strong>de</strong>l fol. † 5v y <strong>de</strong> la portada , según el facsímile <strong>de</strong> la edición madrileña procurado<br />
por A. Pérez Gómez, Cieza, 1956 .<br />
213
otar nuevos pimpollos <strong>de</strong> laureles,<br />
guiados con furor y con aliento;<br />
e interrogaba:<br />
¿Ay gracia o ay donayre tan salado<br />
en otra alguna lengua, que no cobre<br />
sabor nuevo en la nuestra trasladado? 372<br />
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
Gonzalo Pérez sacó la Ulyxea para ensayar caminos y «provar si en nuestra lengua castellana se<br />
podría hazer lo que en la italiana y francesa» . 373 No llama la atención que Hurtado <strong>de</strong> Mendoza lo<br />
tuviera por consejero, ni que el propio don Juan prescribiera a Alonso Núñez <strong>de</strong> Reinoso evitar que<br />
sus hen<strong>de</strong>casílabos «sonaran algo con la sexta a las coplas <strong>de</strong> arte mayor» . 374 Mas, obviamente, ni<br />
la doctrina ni el ejemplo <strong>de</strong> Mendoza podían impedir que Reinoso, hombre bastante romo, pecara <strong>de</strong><br />
agudo en buena parte <strong>de</strong> los poemas «al estilo italiano» que divulgó en 1552. Es asimismo verosímil<br />
que fuera don Juan «El censor» que <strong>de</strong>nunciaba a Álvar Gómez algún verso «largo <strong>de</strong> una sýllaba»<br />
o le reiteraba la necesidad <strong>de</strong> andarse con ojo para acentuar las segundas y no las terceras; como,<br />
sin embargo, al elogiarlo en tanto «nuevo chantre» «<strong>de</strong> la castellana» musa, lo hacía en versos «sin<br />
372 Publica laetitia qua dominus I. M. Silicaeus... susceptus est , Alcalá, 1546, p. 72 . La<br />
importancia <strong>de</strong> los tercetos en cuestión acaba <strong>de</strong> ser subrayada por Juan F. Alcina Rovira,<br />
«Tendances et caractéristiques <strong>de</strong> la poésie hispano-latine <strong>de</strong> la Renaissance» en el colectivo<br />
L’humanisme dans les lettres espagnoles , ed. A. Redondo, París, 1979, pp. 136-137.<br />
373 « que no han <strong>de</strong>xado quasi libro ninguno, sino este, que no le ayan traduzido. Porque si este auctor,<br />
siendo poeta y tan señalado y lleno <strong>de</strong> tantas cosas tan agenas y differentes <strong>de</strong> lo que en estos tiempos<br />
se usa , se pue<strong>de</strong> traducir en nuestra lengua, y propriamente, verse ha que no es por falta <strong>de</strong>lla no<br />
tener nosotros tan buenos o mejores libros que las otras naciones, sino por nuestra floxedad y por<br />
tener poco cuidado <strong>de</strong>l bien público y ser más inclinados a la guerra que a los estudios» (Amberes,<br />
1550, fol. a3v) . Álvar Gómez hace substanciosos comentarios a la Ulyxea en el ms. 1104, fols. 6<br />
y ss. , <strong>de</strong> la BNM .<br />
374 Historia <strong>de</strong> los amores <strong>de</strong> Clareo y Florisea..., con otras obras en verso, parte al estilo español<br />
y parte al italiano... , Venecia, 1552, p. 119 ; el Libro segundo <strong>de</strong> las obras en coplas castellanas y<br />
versos al estilo italiano (con paginación in<strong>de</strong>pendiente) trae dos epístolas en tercetos y una glosa en<br />
octavas, pp. 119-134, don<strong>de</strong> los agudos rondan e incluso superan el 25 por ciento.<br />
214
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
consonantes» plagados <strong>de</strong> terminaciones oxítonas, es comprensible que tampoco el gran humanista<br />
las rehuyera en los «epigramata quae vulgaris lingua sonetos vocat» . 375 Ciertamente parece<br />
significativo que gente tan alerta a contar sílabas, pesar acentos, tentar ritmos, 376 se mostrara a la vez<br />
tan <strong>de</strong>spreocupada respecto a las rimas agudas.<br />
No avistaremos un paisaje distinto, pero acaso sí más nítido, si, en vez <strong>de</strong> seguir la falsilla propuesta<br />
por Hozes, andamos por otro or<strong>de</strong>n el iter Hispanicum <strong>de</strong> los metros italianos hasta la publicación <strong>de</strong><br />
Los Triumphos <strong>de</strong> Francisco Petrarcha y el Cancionero general <strong>de</strong> 1554. Inútil discurrir ahora sobre<br />
Imperial, Santillana o cualquier otro balbuceo similarmente remoto o aislado. Pero entre la memorable<br />
plática <strong>de</strong> 1526 y Las obras <strong>de</strong> 1543 hay tal vez un par o tres episodios dignos <strong>de</strong> mención. En el<br />
Cancionero <strong>de</strong> Gallardo , así, en tiempos en que Garcilaso era simplemente «un <strong>de</strong>sfaboresçido»<br />
ignoto, el oscuro Alexandre calza una, dos y aun tres series <strong>de</strong> consonancias oxítonas a soneto no,<br />
soneto sí <strong>de</strong> los diez que perpetra, y en oxítonos acaba más <strong>de</strong> un cuarto <strong>de</strong> su Epístola en tercetos:<br />
377 no sorpren<strong>de</strong> <strong>de</strong>masiado, si -según conjeturo- se movía cerca <strong>de</strong> Juan Fernán<strong>de</strong>z <strong>de</strong> Heredia, <strong>de</strong><br />
quien don José Manuel Blecua sí nos ha sorprendido <strong>de</strong>senterrando cuatro sonetos (en rimas graves) y<br />
375 Como en los copiados en BNM , ms. 8624, fols. 269 y 285; ms. 7896, fol. 295v ( cf. n. 368); Publica<br />
laetitia , p. 79. Debo la indicación a Antón Álvar, <strong>de</strong> cuya rica tesis doctoral (inédita) sobre Gómez<br />
<strong>de</strong> Castro tomo las citas <strong>de</strong>l ms. 7896 ( fols. 397v y 471) y <strong>de</strong>l elogio <strong>de</strong> Mendoza ( ms. H-I-9 <strong>de</strong> El<br />
Escorial, fols. 27 ss. ). Otros treinta y dos sonetos (dos, con agudos) publicó M. Serrano y Sanz como<br />
<strong>de</strong> Álvar Gómez, en Revista <strong>de</strong> archivos, bibliotecas y museos , XI (1904), pp. 199-201, 453-457<br />
(véase a<strong>de</strong>más Á. Gómez <strong>de</strong> Castro, Sonetti , ed. I. Pepe Sarno, Roma, 1979). La i<strong>de</strong>ntificación <strong>de</strong><br />
don Juan como el corrector <strong>de</strong> los versos <strong>de</strong> Álvar Gómez la propone Dámaso Alonso, Dos españoles<br />
<strong>de</strong>l Siglo <strong>de</strong> Oro , Madrid, 1960, p. 73 (y vid. también las pp. 57-58 <strong>de</strong> esa imprescindible monografía<br />
sobre Mendoza).<br />
376 Escribe Álvar Gómez: «en peligro están cierto mis <strong>de</strong>sseos» ; pero «El censor» apostilla: «el<br />
forçado acento en la 3.ª sýllaba <strong>de</strong>l verso -porque la tercera ha <strong>de</strong> volar- causó que mudasse el verso» ;<br />
y sugiere tres posibles enmiendas: «están cierto en peligro mis <strong>de</strong>sseos» , «peligro corren cierto mis<br />
<strong>de</strong>sseos» , «peligran sin <strong>de</strong>bate mis <strong>de</strong>sseos» ( ms. 7986, fol. 407v) .<br />
377 Cancionero <strong>de</strong> Gallardo , ed. J. M. Azáceta, Madrid, 1962, núms. L<strong>II</strong>I-LX<strong>II</strong>I; véase mi reseña<br />
en Romanistisches Jahrbuch , XV (1964), pp. 371-376 (y al final léase que hay que «situar nuestra<br />
antología hacia [el] cuarto <strong>de</strong>c[enio] <strong>de</strong>l XVI, quizá aún en vida <strong>de</strong> Garcilaso y [más] posiblemente<br />
antes <strong>de</strong> 1543» ).<br />
215
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
una pieza «A la manera italiana» con abundantes agudos. 378 Todavía en el Cancionero <strong>de</strong> Gallardo<br />
, sin embargo, Antonio <strong>de</strong> Soria se lleva la palma <strong>de</strong> no <strong>de</strong>jar sin ellos ninguna composición suya:<br />
ni la Carta en tercetos, ni la canción, ni el trío <strong>de</strong> sonetos... que el copista rotula «Canziones».<br />
Como en el Cancionero gótico <strong>de</strong> Velázquez <strong>de</strong> Ávila , hacia 1538, se tilda <strong>de</strong> «Soneto en verso<br />
toscano» a tres octavas in<strong>de</strong>corosamente españolas, cual la «Epístola en metro toscano»: todo con<br />
auténtico <strong>de</strong>rroche (casi la mitad) <strong>de</strong> finales oxítonos, también presentes en tres <strong>de</strong> los seis sonetos.<br />
379 O generosamente empleados en los hen<strong>de</strong>casílabos con rimalmezzo en que -abandonando por<br />
una vez las formas castizas- se vierte la Égloga X en la Arcadia toledana <strong>de</strong> 1547 (pero comenzada<br />
en los aledaños <strong>de</strong>l 1540). 380<br />
La fiebre aguda fue remitiendo según quedaba atrás la crisis <strong>de</strong> 1543. En 1549, el variopinto<br />
repertorio métrico que Bernardino Daça crea para romanzar los Emblemas <strong>de</strong> Alciato no registra sino<br />
un consonante oxítono, 381 y parece que sobran <strong>de</strong>dos para contarlos en los cuarenta y cinco cantos<br />
<strong>de</strong> Orlando traducido en octavas, por Jerónimo <strong>de</strong> Urrea. 382 No así, en 1550 -año <strong>de</strong> la Ulyxea<br />
y <strong>de</strong>l Buen plazer trobado -, en el Furioso <strong>de</strong> Hernando Alcocer , don<strong>de</strong> más <strong>de</strong> un cuarto <strong>de</strong><br />
las estrofas persevera en los vicios que afean el exordio: «Las damas, cavalleros, armas, amores / y<br />
gran<strong>de</strong>s hechos quiero aquí cantar » .<br />
En 1551 Antonio <strong>de</strong> Villegas ya había pedido privilegio para sacar el Inventario y, a juzgar<br />
por la elevada proporción <strong>de</strong> agudos, no sería extraño que tuviera escritas la Historia <strong>de</strong> Píramo y<br />
Tisbe , en tercetos, y la canción <strong>de</strong> <strong>de</strong>spedida. 383 En 1552, la Christopathía revela que Juan <strong>de</strong><br />
378 J. M. Blecua, «Versos nuevos <strong>de</strong> Fernán<strong>de</strong>z <strong>de</strong> Heredia», en Suma <strong>de</strong> estudios en homenaje al<br />
Ilmo. Dr. Á. Canellas , Zaragoza, 1969, pp. 125-147.<br />
379 Ed. A. Rodríguez-Moñino, Valencia, 1951 , pp. 54-56, 59-60, 64-68; el llorado editor ponía el<br />
Cancionero «hacia 1535-1540» ( p. 15) .<br />
380 Cf. R. Reyes Cano, La «Arcadia» <strong>de</strong> Sannazaro en España , Sevilla, 1973, pp. 101-109.<br />
381 En la octava correspondiente a CXC, In fi<strong>de</strong>m uxoriam = La fe <strong>de</strong> los casados .<br />
382 En I-V, XX-XXIV y XLI-XLV, sólo hallo dos octavas con agudos (XX<strong>II</strong>, 95, y XLV, 13), y no<br />
veo ninguno en los poemas originales <strong>de</strong> Urrea que he podido leer.<br />
383 No obsta a pensarlo así que en los preliminares <strong>de</strong> la princeps (Medina <strong>de</strong>l Campo, 1565) se<br />
hable <strong>de</strong> «un libro <strong>de</strong> ciertas obras en metro castellano » , pues el giro se repite en los <strong>de</strong> la segunda<br />
216
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
Quirós -al revés que Núñez <strong>de</strong> Reinoso- se había preocupado por ir sorteando libro a libro los escollos<br />
oxítonos con los que aún tropezaba en el canto primero. En 1553 Torquemada <strong>de</strong>ja que las rimas<br />
en -ón empañen una <strong>de</strong> la docena y media <strong>de</strong> octavas distribuidas por los Colloquios satíricos .<br />
384 En 1554, al tiempo que la prescripción discutida por Hernando <strong>de</strong> Hozes (ningún verso «tenga el<br />
accento en la última» ), las prensas difundían las sólitas infracciones a la regla. Infracciones, digo,<br />
ocasionalmente <strong>de</strong>smelenadas (uno, dos, tres y hasta seis agudos por página <strong>de</strong> diez tercetos, en el<br />
Demócrito y Heráclito <strong>de</strong> Fregoso puesto «en nuestra lengua vulgar» por Alonso <strong>de</strong> Lobera), pero más<br />
comúnmente tan mo<strong>de</strong>radas como en las piezas <strong>de</strong> Coloma y los sonetos anónimos <strong>de</strong>l Cancionero<br />
general : ciertas in<strong>de</strong>cisiones <strong>de</strong> Martín Cor<strong>de</strong>ro al verter en verso suelto la Christiada <strong>de</strong> Vida,<br />
385 los renqueos que abajo anotaremos en El parto <strong>de</strong> la Virgen trasladado por Gregorio Hernán<strong>de</strong>z<br />
<strong>de</strong> Velasco, o una veintena <strong>de</strong> <strong>de</strong>slices (especialmente en canciones y verso suelto) en Las obras<br />
poéticas completas <strong>de</strong> George <strong>de</strong> Montemayor . 386<br />
En ese año <strong>de</strong> 1554 en que la publicación <strong>de</strong> Los Triumphos <strong>de</strong> Francisco Petrarcha nos brinda<br />
un testimonio diáfano, la situación a nuestro propósito seguramente podría <strong>de</strong>finirse con justicia por<br />
relación a los dos líricos <strong>de</strong> nota que (Acuña aparte) todavía no hemos visto en escena: Sá <strong>de</strong> Miranda<br />
y Gutierre <strong>de</strong> Cetina. No hay indicio <strong>de</strong> que el sevillano, <strong>de</strong>saparecido entre 1554 y 1557, terminara<br />
jamás en oxítono un verso <strong>de</strong> raigambre italiana. 387 El portugués moría en 1558 sin haber sospechado<br />
edición (1577), don<strong>de</strong> no hay duda <strong>de</strong> que abarca la Historia , los sonetos y la canción ya incluidos<br />
en el tomo <strong>de</strong> 1565 ( ed. F. López Estrada, Madrid, 1956, I, pp. 33-34, y <strong>II</strong>, p. 93).<br />
384 NBAE , V<strong>II</strong>, p. 570.<br />
385 En el libro I ( fols. 9-41), excepcionalmente, hay tres terminaciones oxítonas, en los folios<br />
11v-12; las tienen, en cambio, cinco <strong>de</strong> los diez versos rimados <strong>de</strong> la introducción, fol. 8 (Amberes,<br />
1554).<br />
386 En 1554, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> publicarse las primeras (o únicas) ediciones <strong>de</strong> Los Triumphos <strong>de</strong> Hozes,<br />
el Cancionero general <strong>de</strong> obras nuevas , el Demócrito <strong>de</strong> Lobera, la Christiada <strong>de</strong> Martín Cor<strong>de</strong>ro,<br />
El parto <strong>de</strong> la Virgen y Las obras <strong>de</strong> Montemayor, se reimprimen dos veces (Barcelona y Amberes)<br />
los poemas <strong>de</strong> Boscán y Garcilaso, y una el Orlando <strong>de</strong> Urrea, mientras, por otro lado, aparece la<br />
Orfénica lira <strong>de</strong> Fuenllana; no sé, en cambio, que en ese año se estampara ningún libro exclusivamente<br />
en octosílabos o en arte mayor.<br />
387 Son apócrifos los dos sonetos impresos por Hazañas (I, pp. 40 y 191-192) que contradirían<br />
esa afirmación ( cf. el índice <strong>de</strong> atribuciones <strong>de</strong> B. López Bueno, Gutierre <strong>de</strong> Cetina, poeta <strong>de</strong>l<br />
217
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
que las consonancias agudas no fueran tan legítimas como las llanas en toda suerte <strong>de</strong> metros. Pues<br />
bien: para la fecha <strong>de</strong> Los Triumphos , la poesía española -pintándola a gran<strong>de</strong>s trazos- no compartía<br />
la absoluta indiferencia <strong>de</strong> Sá <strong>de</strong> Miranda; pero, por más que día a día se aproximara a esa meta,<br />
tampoco tenía por hábito el rigor inmisericor<strong>de</strong> <strong>de</strong> Cetina. Verdad es que Daça, Urrea, quizá Gonzalo<br />
Pérez no admitían los agudos (una <strong>de</strong>bilidad, si acaso, no invalida un principio). Verdad es asimismo<br />
que ambos Mendoza, Villegas o Reinoso llegaban al abuso. No obstante, el tono lo marcaban Coloma,<br />
los «diversos autores» <strong>de</strong>l Cancionero general , Montemayor, Álvar Gómez o Hernán<strong>de</strong>z <strong>de</strong> Velasco:<br />
introduciéndolas con frecuencia muy inferior a las rimas graves, mas sin renunciar a las oxítonas<br />
(particularmente en la canción).<br />
Parémonos a contemplar en breve por dón<strong>de</strong> nos han traído los pasos (errantes, mea culpa ).<br />
Garcilaso y Boscán, mientras cursaban el aprendizaje <strong>de</strong> la nueva métrica, se habían permitido<br />
hen<strong>de</strong>casílabos y heptasílabos agudos (mayormente, al mezclar unos con otros): Garcilaso, en una<br />
medida minúscula, consciente <strong>de</strong> recurrir a una licencia esporádica; Boscán, con largueza y tolerancia<br />
bastante superiores, mas sin dar el procedimiento por normal. Los dos pioneros se esforzaron luego<br />
por evitar «el accento en la última» ; y Garcilaso, cuando menos, con éxito. Pero suce<strong>de</strong> que como<br />
conjunto, resolviendo las diferencias individuales en un arquetipo i<strong>de</strong>al, la poesía castellana <strong>de</strong>l siglo<br />
XVI pasó por un proceso análogo. En efecto, en las primeras promociones <strong>de</strong> petrarquistas, en los<br />
introductores <strong>de</strong> los metros italianos, la ten<strong>de</strong>ncia prepon<strong>de</strong>rante osciló entre manejar las ca<strong>de</strong>ncias<br />
oxítonas con la misma libertad que en las formas castizas o bien aceptar la práctica más austera<br />
convalidada en el grueso <strong>de</strong> las obras <strong>de</strong> Boscán. Pronto, los hombres <strong>de</strong> esas primeras promociones<br />
(nacidos -digamos- hasta 1520) riñeron una batalla consigo mismos para lograr la victoria alcanzada<br />
por Garcilaso en la plenitud <strong>de</strong> su arte: el <strong>de</strong>stierro <strong>de</strong>l verso agudo. Quienes los siguieron por la<br />
vía italiana, echándose al camino en los alre<strong>de</strong>dores <strong>de</strong> 1560, obe<strong>de</strong>cieron la ley que proscribía los<br />
oxítonos (o en el peor caso, con manga ancha, los reducía a la exigua proporción tolerada por el<br />
Garcilaso temprano).<br />
Juan <strong>de</strong> Mairena saludaría el anterior resumen como una regla cercana a la perfección: tantas<br />
excepciones la confirman... No obstante, se me antoja que ni un Cetina madrugador, ni un Barahona<br />
Renacimiento español , Sevilla, 1978). No estuvo feliz Rodríguez Marín al colmar con rimas en -<br />
éis una laguna <strong>de</strong> la epístola <strong>de</strong> Baltasar <strong>de</strong>l Alcázar ( Poesías , Madrid, 1910, p. 178) a Cetina. Hay<br />
agudos, en cambio, en dos sonetos y una canción <strong>de</strong> Vadillo, también recogidos por Hazañas (<strong>II</strong>, pp.<br />
249, 260, 269).<br />
218
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
rezagado, ni una facción <strong>de</strong> francotiradores enturbian la limpi<strong>de</strong>z <strong>de</strong> las gran<strong>de</strong>s líneas que he<br />
apuntado. 388 Pues «el triunfo <strong>de</strong>l hen<strong>de</strong>casílabo llano» en la segunda mitad <strong>de</strong>l Quinientos es hecho<br />
patente don<strong>de</strong>quiera que se vuelvan los ojos. Entre poetas y entre preceptistas, en Castilla o en<br />
Andalucía, las conclusiones resultan idénticas. Una anécdota bastaría para compendiar todas las<br />
posibilida<strong>de</strong>s: proclamó Herrera que «los versos troncados, o mancos, que llama el toscano, y nosotros<br />
agudos, no se <strong>de</strong>ben usar en soneto ni en canción» , ¡y el Prete Jacopín hubo <strong>de</strong> confesar que tampoco<br />
él los tenía «por buenos para usarlos muchas veces» ! Con el agravante <strong>de</strong> que si las «pocas veces» que<br />
los autorizaba el Prete era al servicio <strong>de</strong> una «sal o gracia particular» , Herrera también los consentía<br />
para «algún efeto» . 389 Los dos contendientes podían disentir en la interpretación <strong>de</strong> un ejemplo o<br />
en un matiz <strong>de</strong> <strong>de</strong>talle, pero coincidían en el dato esencial: vedar los agudos, salvo para provocar -<br />
rarísimamente- una impresión festiva o dramática. Sin embargo, ni a esa bula concedida <strong>de</strong> común<br />
acuerdo se acogieron Herrera -<strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego-, fray Luis, Baltasar <strong>de</strong>l Alcázar, Gil Polo, Francisco <strong>de</strong> la<br />
Torre, San Juan <strong>de</strong> la Cruz, Figueroa, Ercilla... Que una epístola <strong>de</strong> Aldana y una comedia <strong>de</strong> <strong>Cervantes</strong><br />
caigan en un par <strong>de</strong> terminaciones oxítonas o Barahona emplee unas pocas más 390 <strong>de</strong>be achacarse<br />
a flaqueza mejor que a búsqueda <strong>de</strong> «algún efeto» . Como, a <strong>de</strong>cir verdad, aun sin negárseles «sal o<br />
gracia» , flaqueza parecen en una canción <strong>de</strong>l joven Lope, 391 cuando se comprueba en la obra posterior<br />
<strong>de</strong>l Fénix con qué transparencia intentan siempre los agudos conseguir un cierto «efeto» . 392 O qué<br />
llamativamente lo consiguen en la Década <strong>de</strong> la Pasión (Cáller, 1576) , don<strong>de</strong> don Juan Coloma , en<br />
penitencia <strong>de</strong> pasadas ligerezas ( «el tiempo <strong>de</strong> mi joventud, que gasté en leer y escrivir <strong>de</strong> las cosas<br />
que suele llevar aquella edad» ), proscribe la rima oxítona <strong>de</strong> los tres mil versos que dan cuerpo al<br />
poema, mas la introduce a ciencia y conciencia en la última estrofa, para poner un broche patético:<br />
388 M. Menén<strong>de</strong>z y Pelayo, Antología <strong>de</strong> poetas líricos castellanos , X, Madrid, 1945, p. 195.<br />
389 Herrera, Anotaciones (1580), ed. A. Gallego Morell, Garcilaso <strong>de</strong> la Vega y sus comentaristas ,<br />
Madrid, 1972 2 , p. 398 ; y Controversia sobre sus anotaciones a las obras <strong>de</strong> Garcilaso , ed. J. M.<br />
Asensio, Sevilla, 1870, pp. 16 y 117 .<br />
390 Aldana, Poesías , ed. E. L. Rivers, Madrid, 1957, pp. 52, 53 y 55 ( vid. también el soneto <strong>II</strong>I);<br />
El trato <strong>de</strong> Argel , en Comedias y entremeses , ed. R. Schevill y A. Bonilla, V, Madrid, 1920, pp. 57<br />
y 60 (tomo <strong>de</strong> R. Lapesa, op. cit. , p. 225, n. 222, las referencias a <strong>Cervantes</strong> y a la canción <strong>de</strong> Lope<br />
evocada en la n. 391); F. Rodríguez Marín, Luis Barahona <strong>de</strong> Soto , Madrid, 1903, pp. 414-415.<br />
391 La llama «romance» J. <strong>de</strong> Entrambasaguas en Vida <strong>de</strong> Lope <strong>de</strong> Vega , Barcelona, 1936, p. 64 .<br />
392 Cf. O. Jör<strong>de</strong>r, Die Formen <strong>de</strong>s Sonetts bei Lope <strong>de</strong> Vega , Halle, 1936, pp. 97-129.<br />
219
Y la lumbre mortal ya aquí <strong>de</strong>xando<br />
El que <strong>de</strong> vida eterna nos la dio,<br />
al soberano Padre encomendando<br />
el sacrosanto Espíritu, ESPIRÓ.<br />
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
Pero esa sería otra historia. 393 Por ahora, quedémonos en el filo <strong>de</strong>l siglo XVI, en la frontera <strong>de</strong><br />
una nueva época en la poesía española <strong>de</strong>l Renacimiento, y atisbemos unos cuantos episodios <strong>de</strong> la<br />
fulminante campaña contra el verso agudo.<br />
393 Véase Menén<strong>de</strong>z y Pelayo, loc. cit. , pp. 191-196 (que aprovecha las contribuciones <strong>de</strong> Morel-<br />
Fatio, Rodríguez Marín, C. Michaëlis, etc. ); D. C. Clarke, « Agudos and esdrújulos in Italianate Verse<br />
in the Gol<strong>de</strong>n Age» , PMLA , LIV (1939), pp. 678-684 (sumamente insatisfactorio); R. Lapesa, op.<br />
cit. , p. 190; E. Díez Echarri, Teorías métricas <strong>de</strong>l Siglo <strong>de</strong> Oro , Madrid, 1949, pp. 231-235; H. W.<br />
Hilborn, «Cal<strong>de</strong>rón’s agudos in Italianate Verse» , en Hispanic Review , X (1942), pp. 157-159; A.<br />
Carballo Picazo, Métrica española , Madrid, 1956, p. 143, s. v. ; R. Baehr, Manual <strong>de</strong> versificación<br />
española , Madrid, 1973, p. 66; J. Arce, «Dante en castellano», Arbor , núms. 345-346 (1974), p. 106;<br />
Á. Crespo, trad. , Dante, Comedia: Paraíso , Barcelona, 1977, p. 435.<br />
220
<strong>II</strong><br />
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
Volvamos al punto <strong>de</strong> partida. Los Triumphos <strong>de</strong> Francisco Petrarcha 394 llevan en el colofón el<br />
año M.D.L<strong>II</strong><strong>II</strong> ; el privilegio correspondiente, con todo, se había <strong>de</strong>spachado a «25 henero 1553» , y en<br />
la <strong>de</strong>dicatoria Hozes presentaba la traducción como hecha «en algunos ratos <strong>de</strong>l verano pasado» , vale<br />
<strong>de</strong>cir en 1552. Pero, amén <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntificar ahí los tópicos «quinze días <strong>de</strong> unas vacaciones» , conviene<br />
enten<strong>de</strong>r que don Hernando alu<strong>de</strong> específicamente al texto «impresso en Medina <strong>de</strong>l Campo, en casa<br />
<strong>de</strong> Guillermo <strong>de</strong> Millis» ; pues el proceso completo <strong>de</strong> la traducción, a través <strong>de</strong> varias etapas, se<br />
extendió por un período más dilatado. Del trabajo <strong>de</strong> Hozes, en efecto, existe un códice hasta ahora<br />
<strong>de</strong>satendido 395 que ofrece los Triumphos en una redacción <strong>de</strong> hacia 1549 (revisada en 1550), harto<br />
distinta a la refundida en 1552 y publicada en 1554. 396<br />
394 ... ahora nuevamente traduzidos en lengua castellana, en la medida y número <strong>de</strong> versos que<br />
tienen en el toscano y con nueva glosa. Vén<strong>de</strong>nse en Medina <strong>de</strong>l Campo, en casa <strong>de</strong> Guillermo <strong>de</strong><br />
Millis .<br />
395 <strong>Biblioteca</strong> Nacional <strong>de</strong> Madrid, ms. 3687 . El texto va anónimo, pero ya un bibliotecario <strong>de</strong><br />
antaño notó en las guardas que «el autor <strong>de</strong>sta traducción y comento parece ser Fernando <strong>de</strong> Hoces.<br />
V. el impreso» . No señalo aquí sino los aspectos <strong>de</strong> la obra más directamente relacionados con mi<br />
objeto presente.<br />
396 Hablo <strong>de</strong> una redacción <strong>de</strong> hacia 1549, una revisión <strong>de</strong> 1550 y una refundición <strong>de</strong> 1552 (aun<br />
siendo evi<strong>de</strong>nte que no cabe marcar fronteras infranqueables a cada etapa) apoyado en dos pasajes <strong>de</strong>l<br />
comentario en prosa. Versa el primero sobre el Orlando furioso : «Tengo por cierto que parecerá así a<br />
todos los que le vieren en el thoscano que fue conpuesto, o agora en nuestra lengua, <strong>de</strong>spués que por<br />
don Jherónimo <strong>de</strong> Urrea ha sido [tan] singularmente traduzido; [y allen<strong>de</strong> <strong>de</strong> la<br />
otra tradución que anda ya impressa], yo e visto otra que estava començada a hazer, y por<br />
aver sabido <strong>de</strong> ***** las que eran hechas se <strong>de</strong>xó <strong>de</strong> acabar» . Así se lee en el ms. ( fol. 134) , habida<br />
cuenta <strong>de</strong> que las palabras entre paréntesis angulares representan supresiones <strong>de</strong> Hozes a su texto<br />
primitivo (copiado por un amanuense) y las encerradas entre paréntesis cuadrados son adiciones <strong>de</strong> su<br />
puño y letra (he señalado con asteriscos una tachadura que no sé a quien atribuir y bajo la cual quizá<br />
<strong>de</strong>ba <strong>de</strong>scifrarse esto <strong>de</strong> ). En el volumen publicado en 1554 ( fol. 158v) , el párrafo correspondiente<br />
reza: « tan singularmente traduzido. Dízenme que ay otra tradución hecha por don Luys Çapata, <strong>de</strong><br />
no menos buen estylo que la <strong>de</strong> don Hierónymo, y también, como muchos avrán visto, ay otra <strong>de</strong><br />
Alcocer, que no le <strong>de</strong>vió costar pequeño trabajo. Y allen<strong>de</strong> <strong>de</strong>stas tres que llegaron a madurar, yo he<br />
221
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
Tras la Vida <strong>de</strong> Petrarca y el Argumento <strong>de</strong> la obra -prolegómenos inesquivables-, el manuscrito<br />
no omite una corta advertencia al lector. Un tanto trivialmente, Hozes justifica las distorsiones<br />
<strong>de</strong>l original que haya podido cometer. La suya era sin duda una tarea espinosa: a las limitaciones<br />
personales -reconoce-, se sumaban, por un lado, las diversas hormas silábicas <strong>de</strong>l español y <strong>de</strong>l italiano<br />
397 y, por otro, la esclavitud <strong>de</strong> las consonancias. 398 Ni una palabra escribe Hozes sobre la prohibición<br />
<strong>de</strong> las rimas agudas que en el volumen <strong>de</strong> 1554 carga con buena parte <strong>de</strong> la responsabilidad por las<br />
visto otra que estava començada a hazer, y por aver sabido <strong>de</strong> las que eran hechas se <strong>de</strong>xó <strong>de</strong> acabar» .<br />
Supresiones, adiciones y variantes muestran que al redactar el texto primitivo (puesto en limpio en el<br />
códice por un secretario) Hozes conocía -por lo menos <strong>de</strong> oídas- la traducción <strong>de</strong> Urrea (Amberes, 25<br />
<strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1549), pero todavía no la <strong>de</strong> Alcocer (Toledo, 2 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1550), que sí había aparecido,<br />
en cambio, cuando revisó el manuscrito (aunque posiblemente fuera tan reciente, que no le había dado<br />
tiempo a leerla y valorarla), mientras que ya estaba tan divulgada «como muchos avrán visto» en el<br />
momento en que don Hernando culminaba la refundición <strong>de</strong> Los Triumphos que finalmente corrió<br />
<strong>de</strong> mol<strong>de</strong>. Que el último estadio <strong>de</strong> esa refundición se sitúa en 1552 lo aseguran la referencia <strong>de</strong> la<br />
<strong>de</strong>dicatoria al «verano pasado» y, sobre todo, un segundo pasaje <strong>de</strong>l comentario en prosa, exclusivo <strong>de</strong><br />
la versión estampada dos años <strong>de</strong>spués y don<strong>de</strong> se indica que la Ciropedia «<strong>de</strong> pocos días a esta parte<br />
anda traduzida en nuestra lengua por el secretario Diego Gracián» ( fol. 150) ; en efecto, Las Obras<br />
<strong>de</strong> Jenofonte, romanzadas por Gracián <strong>de</strong> Al<strong>de</strong>rete se imprimieron en Salamanca en 1552. Indicaré<br />
que también en Salamanca se publicó en 1581 una nueva edición <strong>de</strong> Los Triumphos , con algunas<br />
variantes <strong>de</strong> autor sin interés para nuestro tema.<br />
397 Compárese C.-P. Otero, «Las sílabas <strong>de</strong> la poesía», en Letras , I, Barcelona, 1972 2 , pp. 98-120.<br />
398 «Tiene <strong>de</strong> estar advertido el lector que hallará en esta tradución algunas cosas quitadas y muchas<br />
<strong>de</strong> otra manera puestas <strong>de</strong> como están en lo thoscano; y puesto que la mayor parte <strong>de</strong> la culpa <strong>de</strong>sto<br />
sea el mal entendimiento <strong>de</strong>l traduzidor, que no acertó a darle mejor traça, tanbién para lo que se<br />
quitó tiene alguna ser los vocablos <strong>de</strong> la lengua thoscana casi siempre <strong>de</strong> menos sílabas que los que<br />
quieren <strong>de</strong>zir lo mismo en la castellana, [y <strong>de</strong>sta causa] <strong>de</strong> necesidad se uvieron <strong>de</strong> quitar<br />
algunas palabras, porque, <strong>de</strong> otra manera, o tenía <strong>de</strong> llevar más versos <strong>de</strong> lo que tiene el thoscano o<br />
los que llevaba yr más largos <strong>de</strong> lo que la medida <strong>de</strong>llos requería. Del trocar algunas palabras fue la<br />
ocasión que, como muchas vezes acaban dos versos thoscanos en un consonante que buelto en nuestra<br />
lengua queda muy diferente, fue necesario buscar otras palabras y ro<strong>de</strong>os por don<strong>de</strong> tornarlo a hazer<br />
conforme» ( fol. 5v) . Hasta aquí, las variantes <strong>de</strong>l impreso ( fol. 7 y v) no son <strong>de</strong> substancia.<br />
222
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
traiciones a Petrarca. ¡Naturalmente! Como que en la versión <strong>de</strong>l códice esas rimas asoman a cada<br />
paso, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la primera línea:<br />
Amor, <strong>de</strong>sdén, mi llanto y la sazón<br />
entonces al lugar me avían llevado<br />
que suele dar alivio al coraçón 399<br />
El manuscrito tiene la pinta inequívoca <strong>de</strong> una copia en limpio <strong>de</strong>l borrador <strong>de</strong> Hozes, sacada por<br />
un amanuense o secretario (la caligrafía lo <strong>de</strong>lata como pájaro <strong>de</strong> pluma). Copia, entonces, <strong>de</strong>stinada<br />
a circular, y aun, presumiblemente, a ir a la imprenta. 400 Pese a ello, no sólo no entró en casa <strong>de</strong><br />
Guillermo <strong>de</strong> Millis ( «<strong>de</strong>trás <strong>de</strong> San Antolín» ), sino que en 1550 se vio sujeta a una celosa revisión.<br />
Con la letra segura pero nada profesional <strong>de</strong> un hidalgo, Hozes la sembró <strong>de</strong> enmiendas <strong>de</strong> variable<br />
envergadura, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> retoques en el léxico y la sintaxis hasta tercetos remo<strong>de</strong>lados íntegramente.<br />
Los finales oxítonos, no obstante, le traían tan sin cuidado, que ni siquiera le dolía insertarlos en<br />
substitución <strong>de</strong> los graves, para obtener discutibles ganancias. Por caso, don<strong>de</strong> había puesto<br />
El fin <strong>de</strong> la batalla e yo esperado,<br />
pensando que quien suele vencería,<br />
y por no verme más <strong>de</strong>lla alexado;<br />
como a uno que sin término quería,<br />
que, aun antes que lo acierte a <strong>de</strong>scubrir,<br />
en frente y ojos se le parecía ,<br />
Hozes ponía luego:<br />
El fin <strong>de</strong> la batalla he yo esperado,<br />
pensando que quien suele ha <strong>de</strong> vencer,<br />
y por no verme más <strong>de</strong>lla alexado;<br />
como uno que ya es tanto su querer,<br />
399 Triumphus Cupidinis , I, 7-9 ; en el ms. falta el fol. viii <strong>de</strong> la numeración original, que iría entre<br />
los actuales 5 y 6 y contendría la traducción <strong>de</strong> los seis versos iniciales.<br />
400 De hecho, en los preliminares al impreso, Hozes menciona al «escriptor que sacó en limpio esta<br />
traductión» y a los amigos para cuyo «contentamiento» la había hecho y que, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> verla, lo<br />
importunaban para que la publicara.<br />
223
que, aun antes que lo acierte a <strong>de</strong>scubrir,<br />
se pue<strong>de</strong> en el aspecto conozer 401<br />
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
Pero tampoco llegó a la tipografía el texto salido <strong>de</strong> esa revisión <strong>de</strong> 1550. Porque en 1552 Hozes lo<br />
sometió a una refundición <strong>de</strong> punta a cabo, y sólo ella, a la postre, se estampó en Medina <strong>de</strong>l Campo en<br />
1554. La refundición <strong>de</strong> 1552 -no documentada en el códice- elevó extraordinariamente la calidad <strong>de</strong>l<br />
trabajo, hasta convertir a Los Triumphos en una <strong>de</strong> las mejores traducciones <strong>de</strong>l italiano pergeñadas<br />
en la época. 402 No <strong>de</strong>jó Hozes aspecto que no puliera, a favor <strong>de</strong> unas dotes poéticas copiosamente<br />
acrecidas en un par <strong>de</strong> años; y no ha <strong>de</strong> ser casual que adquiriera esas nuevas capacida<strong>de</strong>s al mismo<br />
tiempo que se <strong>de</strong>cidía a expurgar implacablemente las consonancias agudas. Ni una sobrevive en Los<br />
Triumphos impresos, en efecto. En vez <strong>de</strong>l incipit <strong>de</strong>l manuscrito, por ejemplo, se lee ahora:<br />
Amor, <strong>de</strong>s<strong>de</strong>nes, llanto, el tiempo y pena<br />
me avían puesto en el lugar cerrado<br />
adon<strong>de</strong> toda cuita queda ajena<br />
Los tercetos aducidos hace un momento, cuyos infinitivos en rima se habían duplicado en la revisión<br />
<strong>de</strong> 1550, cambian enteramente <strong>de</strong> fisonomía:<br />
Atento al fin <strong>de</strong> la batalla espero,<br />
creyendo que la dama la perdiesse<br />
y codiciando serle compañero;<br />
según quien <strong>de</strong> manera ya quisiesse,<br />
que, aun antes que <strong>de</strong>scubra su querella,<br />
muy claro en el semblante se le viesse<br />
No <strong>de</strong> diverso modo, <strong>de</strong>l primero al último, los hirientes hen<strong>de</strong>casílabos agudos <strong>de</strong> 1549 o 1550 se<br />
vuelven en 1552 in<strong>de</strong>fectiblemente llanos (y, con frecuencia, incluso tersos).<br />
Hozes había acometido la tarea <strong>de</strong> Los Triumphos en un clima <strong>de</strong> preferencias literarias cada día<br />
más <strong>de</strong>finidas. «Después que Garcilasso <strong>de</strong> la Vega y Joan Boscán -cuenta- truxeron a nuestra lengua<br />
la medida <strong>de</strong>l verso thoscano, han perdido con muchos tanto crédito las cosas hechas o traduzidas en<br />
401 Triumphus Pudicitie , 55-60 .<br />
402 Cf. Alberto Blecua, «Gregorio Silvestre y la poesía italiana», en el colectivo Doce consi<strong>de</strong>raciones<br />
sobre el mundo hispano-italiano en tiempos <strong>de</strong> A. y J. <strong>de</strong> Valdés , Roma, 1979, pp. 154-161.<br />
224
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
cualquier género <strong>de</strong> verso <strong>de</strong> los que antes en España se usavan, que ya casi ninguno las quiere ver<br />
» . No compartía él tan <strong>de</strong>spiadado juicio, antes reputaba «<strong>de</strong> mucho precio» los Trionfi en coplas<br />
reales <strong>de</strong> Antonio <strong>de</strong> Obregón; mas, por no privar <strong>de</strong>l impagable libro petrarquesco a los amigos que<br />
<strong>de</strong>sestimaban los metros tradicionales, se esmeró en ofrecerles una versión «en la misma medida y<br />
número <strong>de</strong> versos que el thoscano» . 403 En 1549 o en 1550, sin embargo, la «medida» no era «la<br />
misma» que en 1552. Por en<strong>de</strong>, en el preámbulo Al lector que inserta en el impreso, Hozes disculpa<br />
los <strong>de</strong>fectos <strong>de</strong> interpretación en que sin duda ha incurrido, no ya sólo insistiendo en las razones<br />
alegadas dos años atrás ( vid. n. 398), sino añadiéndoles otras que se hacen cargo <strong>de</strong> las exigencias<br />
surgidas entre tanto con miras a un arte más refinado y a un modo <strong>de</strong> imitación más estricto:<br />
Pero aun fue tanta ocasión como todo lo susodicho, assí para el quitar como para el mudar <strong>de</strong><br />
algunas palabras, huyr <strong>de</strong> poner en un capítulo muchas vezes un mismo consonante y querer guardar<br />
enteramente en nuestro verso aquello que casi siempre se guarda en el thoscano, que es fenecer todos<br />
los versos en vocal [ cf. n. 419] y que ninguno tenga el accento en la última, <strong>de</strong> cuya causa avía <strong>de</strong><br />
llevar una sýllaba menos, como es notorio. Yo confiesso que a mí me parece esto postrero <strong>de</strong>masiada<br />
curiosidad y cosa que el thoscano haze poco en guardarla, pues casi todas las palabras acaban en<br />
aquella lengua en vocal y son muy pocas las que tienen accento en la última; pero en nuestra lengua es<br />
más dificultoso y mucho menos necessario <strong>de</strong> guardarse, porque, según es a todos manifiesto, la mayor<br />
parte <strong>de</strong> las palabras que en ella ay acaban en consonante o tienen el accento en la postrera. De manera<br />
que si tenemos <strong>de</strong> huyr <strong>de</strong>stas dos cosas, no nos po<strong>de</strong>mos aprovechar <strong>de</strong> la mitad <strong>de</strong> nuestras palabras<br />
para el acabar <strong>de</strong> los versos; <strong>de</strong> cuya causa, en lo que se trasladare <strong>de</strong> otra lengua, será necessario<br />
<strong>de</strong>sviarse más <strong>de</strong> lo justo <strong>de</strong>l sentido <strong>de</strong>l original, como en la presente traduction se verá más vezes<br />
<strong>de</strong> lo que yo quisiera. Pero, en fin, me pareció que era mejor aventurarme a este inconveniente, que<br />
no a contra<strong>de</strong>zir la opinión <strong>de</strong> tantos como los que el día <strong>de</strong> oy son <strong>de</strong> voto que al pie <strong>de</strong> la letra se<br />
imite también en esto la manera <strong>de</strong>l verso italiano como en todas las otras cosas, puesto caso que no<br />
es justo que ninguno con<strong>de</strong>ne por malo aquello que don Diego <strong>de</strong> Mendoça y el secretario Gonçalo<br />
Pérez y don Joan <strong>de</strong> Coloma y Garcilasso <strong>de</strong> la Vega y Joan Boscán y otras muchas personas doctas<br />
tienen aprovado por bueno.<br />
( fol. 7v)<br />
Entre 1550 y 1552, pues, los gustos se habían <strong>de</strong>purado a ojos vistas. Las vanguardias poéticas, no<br />
satisfechas con postergar el octosílabo, imponían leyes más rigurosas al hen<strong>de</strong>casílabo. Y eran los<br />
403 Las citas proce<strong>de</strong>n <strong>de</strong> la <strong>de</strong>dicatoria <strong>de</strong>l impreso al Duque <strong>de</strong> Medinaceli ; y cf. notas 394 y 398.<br />
225
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
suyos unos imperativos tan apremiantes como para que Hozes se aviniera a acatar un precepto que se<br />
le antojaba excesivo y no bien autorizado: el <strong>de</strong>stierro <strong>de</strong>l verso agudo.<br />
Don Hernando obe<strong>de</strong>cía, pero protestaba discretamente. Otros obe<strong>de</strong>cían y callaban. Tal <strong>de</strong>be <strong>de</strong><br />
ser el caso <strong>de</strong> Juan <strong>de</strong> Quirós, cuya Christopathía (aparecida en 1552, en Toledo, con privilegio<br />
<strong>de</strong> 1549) hace pensar que según avanzaba en la composición el autor se iba volviendo más sensible<br />
a las mismas presiones crecientes que expulsaron <strong>de</strong> Los Triumphos las terminaciones oxítonas.<br />
Porque Quirós disemina media docena en el canto primero, las admite dos veces en el segundo y en<br />
el cuarto, una sola en el tercero y en el quinto..., y jamás en el sexto ni en el séptimo. En El Parto<br />
<strong>de</strong> la Virgen (Toledo, 1554), 404 un proceso contrario al <strong>de</strong> la Christopathía ilustra, no obstante,<br />
idéntico ambiente. Hernán<strong>de</strong>z <strong>de</strong> Velasco emprendió lleno <strong>de</strong> bríos la reducción <strong>de</strong> Sannazaro a las<br />
inevitables octavas, y en el primer canto logró mantenerlas incontaminadas <strong>de</strong> agudos, mientras en el<br />
siguiente no las mancillaba sino una vez; pero al enfrentarse con el tercero le faltaron las fuerzas (o<br />
supondría, con óptimos motivos, que los lectores dormitaban ya): y, ahí y en las piezas <strong>de</strong> propina,<br />
osó pecar hasta en veinte ocasiones contra el mandamiento <strong>de</strong> reciente promulgación en el Parnaso<br />
<strong>de</strong> entre Valladolid y Toledo.<br />
No se du<strong>de</strong> que la Christopathía y El Parto <strong>de</strong> la Virgen reflejan iguales circunstancias al<br />
distribuir los oxítonos en forma simétricamente opuesta. Júzguese, si no, por la peripecia y anagnórisis<br />
siguientes. En 1555 sale <strong>de</strong> las prensas toledanas un romanceamiento <strong>de</strong> la Eneida «en octava rima<br />
y verso castellano» (singular <strong>de</strong>nominación para el hen<strong>de</strong>casílabo blanco). El editor (en teoría), Juan<br />
<strong>de</strong> Ayala, evoca en el prólogo el «gran<strong>de</strong> trabajo» que supone verter tamaña «y tan artificiosa obra» ,<br />
«especialmente quando la traductión es en consonancia» : no es maravilla, pues -recalca-, «que el<br />
autor no la haya permitido publicar algunos años antes» y que, al hacerlo<br />
a instancia <strong>de</strong> algunos amigos , <strong>de</strong>xe en silencio su nombre, teniendo por mejor escuchar, con Apeles,<br />
<strong>de</strong>trás <strong>de</strong> la tabla las censuras que, publicando su nombre, estar obligado a respon<strong>de</strong>r a tan diversas<br />
objeciones que tan diversos gustos, assí <strong>de</strong> doctos como <strong>de</strong> indoctos, con razón y sin razón, suelen<br />
oponer.<br />
404 A falta <strong>de</strong> la príncipe, he visto la que se tiene por segunda edición (Salamanca, 1569 ; ahí se<br />
dice que el libro ya «había sido impreso algunas veces» ) y la reproducida por Sedano en el Parnaso<br />
español , V.<br />
226
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
Uno se inclina a creer que esa Eneida se remonta <strong>de</strong> veras a «algunos años antes» , si repara en que<br />
su prodigalidad <strong>de</strong> ‘octavas rimas’ agudas (a docena por libro) no era ya <strong>de</strong> recibo en 1555. Cave<br />
tamen... La versión <strong>de</strong> marras se reimprimió cinco veces en Amberes, siempre anónima, hasta volver<br />
a ver la luz en Toledo, en 1574 , «reformada y limada con mucho estudio y cuidado» , y al fin con<br />
la firma bien patente: Gregorio Hernán<strong>de</strong>z <strong>de</strong> Velasco. 405 La cubierta y los preliminares proclaman<br />
que la estampada en 1574 «se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>zir nueva traducción» y que la <strong>de</strong> «casi veynte años» atrás, por<br />
carecer <strong>de</strong> privilegio, había sido pirateada «en diversas partes» «muy estragada y con muchos vicios» .<br />
Ciertamente, la ‘reforma y lima’ no fueron <strong>de</strong>s<strong>de</strong>ñables, pero quizá tampoco tan intensas como sugiere<br />
la portada, ni habían sido tantos los ‘estragos’ <strong>de</strong> los tipógrafos antuerpienses. De hecho, los cambios<br />
más relevantes afectan a las octavas con lastre <strong>de</strong> oxítonos. Aquí, Hernán<strong>de</strong>z <strong>de</strong> Velasco sí actuó con<br />
energía: y, para no <strong>de</strong>jar ni uno, tuvo que mudar profundamente la mayor parte <strong>de</strong> las estrofas que<br />
los habían acogido. 406 ¿Será <strong>de</strong>masiado sospechar que el haberlos usado antes fue la causa <strong>de</strong> que<br />
ocultara su nombre en la princeps ? Cuando menos, es indiscutible que el recurso a los agudos está<br />
entre las tachas que en 1555 temía verse recriminar por «doctos» y aun «indoctos» , y que si se quiso<br />
i<strong>de</strong>ntificar sólo en 1574 fue también porque sólo entonces había exterminado las ca<strong>de</strong>ncias innobles.<br />
Retrocedamos todavía al año <strong>de</strong> El parto <strong>de</strong> la Virgen . En 1554, el Cancionero general contiene<br />
siete «sonetos <strong>de</strong> diversos autores» tan proclives a las terminaciones oxítonas como el escrito por<br />
Álvar Gómez para celebrar la traducción <strong>de</strong> Hernán<strong>de</strong>z <strong>de</strong> Velasco o como dos <strong>de</strong> los cuatro que ahí<br />
405 T. S. Beardsley, Hispano-Classical Translations Printed between 1482 and 1699 , Pittsburgh, Pa. ,<br />
1970, p. 46 , menciona una edición <strong>de</strong> Alcalá, 1563, que «bears the translator’s name on the portada ,<br />
possibly without his permission for it differs in no other way from the anonymous versions» .<br />
406 En el texto <strong>de</strong> 1555, muchos versos sueltos se libran <strong>de</strong> ser agudos si los antropónimos se acentúan<br />
como nominativos latinos, y así lo querría Hernán<strong>de</strong>z <strong>de</strong> Velasco (concor<strong>de</strong> con Gonzalo Pérez,<br />
quien mi<strong>de</strong> «assí quando el Aurora tomó a Orion» o «assí también quando el pobre Yassion» ;<br />
Amberes, 1550, fol. 108v ). Pero eso sonaba harto forzado y se prestaba a equívocos; <strong>de</strong> suerte que en<br />
1574 a menudo se adoptó la pronunciación más habitual, a costa <strong>de</strong> modificar los hen<strong>de</strong>casílabos en<br />
entredicho. Así, en la traducción <strong>de</strong> V<strong>II</strong>, 717-738, «en el mar Libyo, quando al crudo Orion» y «que<br />
avié heredado <strong>de</strong> su padre Telon» se convierten en 1574 en « quando al Orión crudo» y « <strong>de</strong> Telón<br />
su padre» ; pero permanece «Haleso, luego, el hijo <strong>de</strong> Agamemnon» . Por limitaciones <strong>de</strong> espacio,<br />
no doy ejemplos <strong>de</strong> las octavas metamorfoseadas ( cf. M. Menén<strong>de</strong>z y Pelayo, Bibliografía hispano-<br />
latina clásica , V<strong>II</strong>I, Madrid, 1943, pp. 368-369).<br />
227
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
mismo se atribuyen a don Diego <strong>de</strong> Mendoza. El tercero <strong>de</strong> esos cuatro, sin embargo, es excelente<br />
indicio <strong>de</strong> hacia dón<strong>de</strong> iban las aguas:<br />
Amor, amor, un hábito he vestido,<br />
<strong>de</strong>l paño <strong>de</strong> tu tienda bien cortado<br />
Nos las habemos, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego, con una variante o una variación <strong>de</strong>l asen<strong>de</strong>reado Amor, amor, un<br />
hábito vestí <strong>de</strong> Garcilaso, y po<strong>de</strong>mos achacar a quien nos plazca la versión <strong>de</strong> nuestro Cancionero .<br />
407 Pero este -no lo olvi<strong>de</strong>mos- se llama <strong>de</strong> obras nuevas y presume <strong>de</strong> exhumar «las obras <strong>de</strong> Boscán<br />
que no andaban impresas» o bien otras «por el arte toscana nunca hasta ahora impresas» : si incluye<br />
Amor, amor, un hábito he vestido , será, pues, porque hacia 1554 tenía aspecto <strong>de</strong> ‘obra nueva ’ la<br />
formulación en consonancias llanas <strong>de</strong> una pieza tan notoria <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1543. 408 Ni cabe <strong>de</strong>scartar que<br />
se hubiera intentado introducirlas, para <strong>de</strong>splazar a las agudas, en alguno <strong>de</strong> los «Sonetos <strong>de</strong> diversos<br />
autores». 409 Llanas son todas, sintomáticamente, en la análoga silva <strong>de</strong> dieciséis sonetos con que<br />
el Cancionero general <strong>de</strong> Amberes (1557) aspiraba a remozar la venerable compilación: don<strong>de</strong> los<br />
407 Cf. Alberto Blecua, En el texto <strong>de</strong> Garcilaso , Madrid, 1970, pp. 81-90; E. L. Rivers, ed. cit. ,<br />
pp. 137-138.<br />
408 Una pista coinci<strong>de</strong>nte suministra la Primera parte <strong>de</strong> las obras <strong>de</strong>... Ausias March (Valencia,<br />
1560); al trasladar la célebre tornada inspiradora <strong>de</strong> Garcilaso (LXXV<strong>II</strong>, 25: «Amor, amor, un hàbit<br />
m’he tallat» ), Montemayor la pone en versos graves, pese a las incitaciones <strong>de</strong>l original, a la<br />
<strong>de</strong>liberada evocación <strong>de</strong>l poeta toledano y a la flexibilidad con que admite no menos <strong>de</strong> siete series<br />
<strong>de</strong> consonancias agudas en el resto <strong>de</strong>l volumen.<br />
409 Cancionero general <strong>de</strong> obras nuevas... , ed. A. Morel-Fatio, L’Espagne au XVI e et XV<strong>II</strong> e siècle ,<br />
Heilbronn, 1878, p. 586, núm. CXXXV<strong>II</strong>I (es traducción <strong>de</strong> Petrarca, Canzoniere , XC), vv. 9-14 :<br />
«Su gracia <strong>de</strong> divina y no mortal / aquel dichoso día se mostró, / y sus accentos no <strong>de</strong> voz humana, /<br />
d’espíritu salidos celesti ales ; / mas, quando no estuviesse qual se vio, / “piaga par alentar <strong>de</strong> arco<br />
non sana” » . Probablemente nos hallamos ante una errata; pero también pudo ocurrir que se hubiera<br />
pensado refundir el poema, empezando por el verso que mejor se prestaba a convertirse en llano y<br />
<strong>de</strong>sistiendo luego <strong>de</strong>l empeño: en ese estado habría ido el soneto a la imprenta.<br />
228
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
datados se dicen «hechos en la ciudad <strong>de</strong> Londres, en Yngalaterra, año M. D. LV». 410 Aun más.<br />
También en 1554, Los Triumphos <strong>de</strong> Hozes -contra la Ulyxea <strong>de</strong> 1550- divulgaban la especie <strong>de</strong> que<br />
«el secretario Gonçalo Pérez» había «aprovado» los hen<strong>de</strong>casílabos agudos. Los hay, efectivamente,<br />
en uno <strong>de</strong> los dos sonetos que da por suyos un códice parisino: mas la tacha se salva con garbo en las<br />
que cumple consi<strong>de</strong>rar refundiciones posteriores, una <strong>de</strong> las cuales posiblemente se <strong>de</strong>be al mismo<br />
poeta <strong>de</strong>l texto primitivo. 411<br />
Por supuesto, el bando <strong>de</strong> proscripción no siempre se ejecutó con el rigor que en Los Triumphos<br />
o en la Eneida <strong>de</strong> Hernán<strong>de</strong>z <strong>de</strong> Velasco, pero es evi<strong>de</strong>nte que en torno a la fecha <strong>de</strong> los primeros<br />
el verso agudo estaba ya sentenciado y al imprimirse la segunda «reformada y limada» el <strong>de</strong>stierro<br />
era sin retorno. Incluso en los autores formados en épocas o en hábitos anteriores, el oxítono no<br />
sobrevivió sino en precario y en <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia. En Las obras <strong>de</strong> 1554, Montemayor lo aceptaba en un<br />
par <strong>de</strong> sonetos, en otras tantas canciones, en más <strong>de</strong> doce hen<strong>de</strong>casílabos sueltos; en las composiciones<br />
añadidas en el Cancionero <strong>de</strong> 1562, únicamente en una estancia y en el divertimento <strong>de</strong> un «Soneto<br />
portugués y castellano»; en la Diana , ni por asomo. Con particularidad notable: si Las obras se<br />
abrían con tres sonetos (<strong>de</strong> aficionados) copiosos en agudos, se cerraban con más <strong>de</strong> un centenar <strong>de</strong><br />
tercetos en que Juan Hurtado <strong>de</strong> Mendoza (siendo quien era) incurría sólo en un consonante en -ar<br />
. Quedó arriba noticia <strong>de</strong> la conversión <strong>de</strong> don Juan Coloma, frente a la impenitencia <strong>de</strong> don Diego<br />
<strong>de</strong> Mendoza. Pero hasta en la órbita <strong>de</strong>l genial granadino y <strong>de</strong> personaje tan suspecto como Barahona<br />
<strong>de</strong> Soto, un Gregorio Silvestre, al final <strong>de</strong> la vida, cuando revisaba sus escritos para la imprenta,<br />
<strong>de</strong>sbrozó <strong>de</strong> buena parte <strong>de</strong> los agudos la temprana Fábula <strong>de</strong> Narciso : 412 y ni uno retumba en<br />
410 Sí trae muchos agudos uno <strong>de</strong> los tres poemas en octavas ( A. Rodríguez-Moñino, Suplemento<br />
al «Cancionero general» , Valencia, 1959, núm. 298); no los hay en los dos textos a la italiana (<strong>de</strong><br />
Boscán y Jerónimo <strong>de</strong> Urrea) <strong>de</strong> la Segunda parte <strong>de</strong>l Cancionero general , Zaragoza, 1552.<br />
411 Para todo ello, véase A. Blecua, «Algunas notas curiosas acerca <strong>de</strong> la transmisión poética española<br />
en el siglo XVI», Bol. R. Acad. B. Letras <strong>de</strong> Barcelona , XXX<strong>II</strong> (1967-1968), pp. 121-127.<br />
412 Los subsistentes, a<strong>de</strong>más, buscan mayormente el «efeto» y la «gracia» ( cf. n. 389); así para<br />
sugerir los ecos: «Consigo está hablando y dize: “Yo / ¿qué medio é <strong>de</strong> tener con quien me ama?” /<br />
“Ama”, la ninfa Eco respondió; / mas no viendo quién, replica y llama: / “¿Quién anda por aquí?<br />
¿Quién respondió?” / “Yo”, buelve a resonar la dicha dama. / Él dize: “¿No eres más <strong>de</strong> boz en seco?” /<br />
Y quédase otra vez sonando: “Eco ”» ( vv. 272-280) . Cito la edición y me informo en el estudio<br />
<strong>de</strong> Alberto Blecua: ambos en una importante tesis doctoral sobre Gregorio Silvestre (Universidad <strong>de</strong><br />
229
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
ningún otro lugar <strong>de</strong> sus opera omnia a la italiana, cuya más antigua muestra hoy conocida se publicó<br />
ya impecable y precisamente en 1554.<br />
A la vista está, en la segunda mitad <strong>de</strong>l siglo, el resultado <strong>de</strong> operaciones como la realizada por<br />
Silvestre o <strong>de</strong> evoluciones como la sufrida por Quirós. Pero ¿en cuántos casos la pérdida <strong>de</strong> las<br />
redacciones originarias y la falta <strong>de</strong> subsidios cronológicos no nos impedirán contemplar escaramuzas<br />
semejantes en la campaña contra el oxítono? Las Varias poesías <strong>de</strong> Hernando <strong>de</strong> Acuña, por<br />
ejemplo, salieron póstumas, en un espléndido <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n, y rara vez se prestan a una datación segura<br />
por referencias externas. En esa selva confusa llama la atención <strong>de</strong>scubrir que los escasos agudos<br />
<strong>de</strong>l volumen se acumulan en un grupo <strong>de</strong> piezas cercanas o contiguas, 413 una <strong>de</strong> ellas compuesta<br />
«en prisión <strong>de</strong> franceses» , vale <strong>de</strong>cir, en 1544. Hay razones para situar las restantes en un momento<br />
próximo, en la medida en que se insertan en ciclos líricos <strong>de</strong> fechación relativamente poco dudosa<br />
(<strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego, antes <strong>de</strong> la vuelta a España en 1558). Con todo, en la perspectiva <strong>de</strong>l presente artículo, la<br />
comparación con los centenares <strong>de</strong> intachables hen<strong>de</strong>casílabos <strong>de</strong> las obras <strong>de</strong> madurez -en particular,<br />
las trabajadas fábulas mitológicas- basta para inclinarnos a poner los poemas reos <strong>de</strong> oxitonía en un<br />
estadio bastante precoz <strong>de</strong>l itinerario <strong>de</strong> Acuña. El vallisoletano don Hernando murió en 1580, en<br />
Granada, en un ambiente algo remolón en prescindir enteramente <strong>de</strong>l verso agudo. En ese mismo año,<br />
sin embargo, las Anotaciones <strong>de</strong> Herrera consagraban el gustoso acatamiento <strong>de</strong> la mejor poesía<br />
andaluza -en línea con Cetina- al melindre que, apenas mediado el Quinientos, irrumpía como novedad<br />
imperiosa en tierras <strong>de</strong> Castilla.<br />
Barcelona, 1973), anticipada parcialmente, a nuestro propósito, en el artículo que señalo arriba ( n.<br />
402), pp. 161-173.<br />
413 En la princeps (Madrid, 1591), podrían haber llevado los números que les doy para mayor<br />
claridad: 63, 65, 71, 72, 73, 74, 79 y 83 ( fols. 105-119). Es fácil que doña Juana, la viuda, colocara<br />
a esa altura <strong>de</strong>l libro una serie <strong>de</strong> poemas que aparecieron juntos -como elaborados en un mismo<br />
período- entre los papeles <strong>de</strong> Acuña. Otra rima aguda trae el soneto núm. 105 ( fol. 136v), muy ligado<br />
temática y formalmente a las canciones 71 y 72 ( vid. ahora G. Morelli, Hernando <strong>de</strong> Acuña, un<br />
petrarchista <strong>de</strong>ll’epoca imperiale , Parma, 1977, pp. 55-70, con quien me encanta coincidir respecto<br />
a la cronología <strong>de</strong> los textos en cuestión, y tanto más cuanto que yo había llegado a las mismas<br />
conclusiones hipotéticas por caminos bien distintos). En cuanto al Orlando enamorado «que començó<br />
a traduzir el autor» , el canto I tiene tres agudos (siempre en -ón ), y, significativamente, ninguno los<br />
<strong>de</strong>más (<strong>II</strong>, <strong>II</strong>I y partes <strong>de</strong> IV).<br />
230
<strong>II</strong>I<br />
Sobre rimas y razones<br />
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
Todo cuanto prece<strong>de</strong> es bastante obvio. Claro está que al adoptarse el hen<strong>de</strong>casílabo y el heptasílabo<br />
cabía la duda sobre si seguir la norma predominante en Italia o bien si aceptar la rima aguda con la<br />
misma libertad que en el do<strong>de</strong>casílabo y el octosílabo indígenas; 414 y, pues se optó por la primera<br />
posibilidad, claro está que hubo <strong>de</strong> darse un período <strong>de</strong> transición (sorpren<strong>de</strong>ntemente bien <strong>de</strong>limitado,<br />
eso sí), con anécdotas similares a las recién contadas. Menos obvio es por qué en un cierto momento 415<br />
se ganó la convicción <strong>de</strong> que cumplía rechazar el oxítono en los metros <strong>de</strong> raigambre toscana y por qué<br />
tal creencia quedó luego asentada con tanta firmeza. Vaya por <strong>de</strong>lante que no dispongo aquí <strong>de</strong> espacio<br />
para intentar una explicación medianamente satisfactoria, si no completa y suficiente. El <strong>de</strong>stierro <strong>de</strong>l<br />
verso agudo -como cualquier otro fenómeno literario <strong>de</strong> alguna enjundia- tiene razones estrictamente<br />
formales, intrínsecas; razones intelectuales, relativas al lugar <strong>de</strong> la poesía en el panorama cultural <strong>de</strong> la<br />
época; y ( numero <strong>de</strong>us impare gau<strong>de</strong>t ) razones convencionales, <strong>de</strong> gremio y <strong>de</strong> oficio, concernientes<br />
a la dinámica interna <strong>de</strong> la tradición, a la serie <strong>de</strong> autores, obras y lectores implicados dialécticamente<br />
414 Para el arte mayor, véase D. C. Clarke, Morphology of Fifteenth Century Castilian Verse ,<br />
Pittsburgh, Pa. , 1964, pp. 5-17 ( s. v. «Oxytonic second hemistich» ); para el arte real, la tesis (en<br />
curso) <strong>de</strong> Vicente Beltrán muestra que las canciones cuatrocentistas (<strong>de</strong> 1386 a 1475) nunca bajan<br />
<strong>de</strong>l 25 y en algunas épocas superan el 50 por ciento <strong>de</strong> consonancias agudas (Beltrán agrupa las<br />
canciones por períodos <strong>de</strong> quince años): recuér<strong>de</strong>se, por otro lado, que la proporción <strong>de</strong> voces oxítonas<br />
en castellano se sitúa alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l 30 por ciento. En cualquier caso, las rimas agudas sonaban tan<br />
propias <strong>de</strong> la poesía cancioneril, que sólo <strong>de</strong> ellas se sirve el Bembo, pontífice <strong>de</strong>l verso toscano,<br />
cuando ensaya el octosílabo español en homenaje a Lucrecia Borja: «Tan bivo es mi pa<strong>de</strong>scer / y tan<br />
muerto mi sperar » ( P. Rajna, «I versi spagnuoli di mano di Pietro Bembo e di Lucrezia Borgia» ,<br />
Homenaje a Menén<strong>de</strong>z Pidal , <strong>II</strong> [Madrid, 1925], pp. 299-321).<br />
415 Que ese momento sea uno para Garcilaso (o tal y cual poeta) y otro para el conjunto <strong>de</strong> la<br />
poesía castellana no afecta a las abreviadísimas consi<strong>de</strong>raciones que en seguida haré. A nuestro<br />
propósito, conjeturo que el conjunto <strong>de</strong> la poesía castellana sufrió hacia 1552 un cambio análogo al<br />
experimentado por Garcilaso veinte años antes, y que análogas son las causas profundas que motivaron<br />
ambos cambios, aunque difieran -evi<strong>de</strong>ntemente- las causas circunstanciales. Tomar en cuenta las<br />
diferencias <strong>de</strong> edad, educación, talento o gusto <strong>de</strong> los varios autores requeriría bastantes más páginas<br />
que las concedidas al presente ensayuelo.<br />
231
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
en el proceso. Dilucidar el <strong>de</strong>stierro en cuestión pediría hurgar en el sistema entero -poética e historia-<br />
<strong>de</strong> la institución literaria en el Renacimiento español. No pue<strong>de</strong> ser. Pero, establecidos unos cuantos<br />
datos que quizá en otra ocasión se <strong>de</strong>jarán aprovechar mejor y más plenamente, parece obligatorio<br />
sugerir ya un par o tres <strong>de</strong> vías para interpretarlos.<br />
Nuestro testigo principal, Hozes, no aduce otro motivo <strong>de</strong>l veto a los agudos que la «<strong>de</strong>masiada<br />
curiosidad» en imitar «también en esto» el hábito «que casi siempre se guarda en el thoscano» .<br />
Oportuna precisión: « casi siempre » . De Dante a Ariosto, pasando por Petrarca o Sannazaro, la<br />
costumbre italiana había sido evitar las consonancias oxítonas, mas no en los términos absolutos y<br />
universales que pretendían «tantos» coetáneos <strong>de</strong> Hozes. 416 Si fisgamos fuera <strong>de</strong>l firmamento <strong>de</strong><br />
los gran<strong>de</strong>s nombres, <strong>de</strong>scubriremos, por caso, que Antonio da Tempo, en su madrugadora Summa<br />
<strong>de</strong> 1332, sacaba a colación sin mayor empacho dos especies «mutorum sonettorum» , según los<br />
agudos finales fueran «monosyllabi» o «polysyllabi» ; o que Berni y otros herejotes admirados<br />
(¡naturalmente!) por don Diego <strong>de</strong> Mendoza ni siquiera tenían que ponerse especialmente burlones<br />
para menu<strong>de</strong>ar los tronchi . 417 El criterio seguro, no obstante, por encima <strong>de</strong> toda sospecha <strong>de</strong><br />
rusticidad primitiva, extravagancia o dialectalismo, lo brindaban las Prose <strong>de</strong>lla volgar lingua . Ahí,<br />
en el corazón mismo <strong>de</strong> la ortodoxia, se subrayaba que la «giacitura» por excelencia era la llana: ni<br />
chillona ni monótona, sino «temperata» , discreta y dúctil, presta a ser mol<strong>de</strong>ada por las vocales y<br />
las consonantes; pero el Bembo no <strong>de</strong>scuidaba que las «pon<strong>de</strong>rose» ca<strong>de</strong>ncias agudas, «ancora che<br />
416 Con tales términos, en efecto, vale la pena contrastar los usados por G. G. Trissino ( La Poetica ,<br />
I-IV, 1529, ed. B. Weinberg, Trattati di poetica e retorica <strong>de</strong>l Cinquecento , I, Bari, 1970, p. 50),<br />
G. Ruscelli ( loc. cit. en n. 424) e incluso G. Chiabrera ( L’Orzalesi , en Autobiografia, Dialoghi,<br />
Lettere scelte , ed. G. Agnino, Lanciano, 1912, pp. 63-64; también sobre el «fenecer en vocal» ), al<br />
aducir, los tres, el petrarquesco «I’ die’ in guarda a san Pietro; or non più, no» (CV, 16) ; verso que,<br />
frente a los reproches <strong>de</strong> Herrera a Garcilaso ( infra ), pasa sin objeción en los comentarios <strong>de</strong> Fausto,<br />
Vellutello, etc. , etc.<br />
417 Únicamente menciono ejemplos que me consta asimilados en España en relación con el <strong>de</strong>bate<br />
sobre los agudos: tras echar su cuarto a espadas al respecto, el Prete Jacopín ( loc. cit. en la n. 389)<br />
recuerda, «<strong>de</strong> los italianos, el Ariosto, Petrarca, Dante, Sannazaro y otros ciento» ; Juan Díaz Rengifo,<br />
Arte poética española , Salamanca, 1592, cap. X<strong>II</strong>, copia los sonetos «mudos» alegados por A. da<br />
Tempo ( ed. G. Grion, Bolonia, 1869, p. 106); y la perseverancia en los oxítonos por parte <strong>de</strong> don<br />
Diego es indisociable <strong>de</strong> su familiaridad con Berni y los berneschi .<br />
232
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
di loro natura elle molto più acconcie sieno a levar profitto che a darne, nondimeno alcuna volta nella<br />
loro stagione usate» (como en Petrarca), podían perfectamente enriquecer el discurso poético. 418<br />
Con justicia, pues, estimaba Hozes « <strong>de</strong>masiada curiosidad» la prohibición implacable <strong>de</strong>l oxítono,<br />
y tanto más cuanto que iba acompañada <strong>de</strong> la imposición -superflua para el toscano, disparatada en<br />
español- <strong>de</strong> «fenecer todos los versos en vocal» . 419 El carácter extremoso <strong>de</strong> semejante precepto<br />
parece <strong>de</strong>nunciar que las nuevas orientaciones venían menos <strong>de</strong> Italia que <strong>de</strong> los italianizantes <strong>de</strong><br />
última hora. 420 Los imitadores siempre han tendido a exagerar las pautas -reales o supuestas-<br />
<strong>de</strong> los mo<strong>de</strong>los; siempre ha sido temible el celo <strong>de</strong> los conversos. Al afianzarse en España los<br />
mol<strong>de</strong>s italianos, el campo quedaba abonado para que brotaran puristas e intransigentes; asimilada la<br />
aportación <strong>de</strong> los petrarquistas tempranos, no podían faltar los sabidillos dispuestos a superarla con<br />
más papismo que el Papa. Los comentarios <strong>de</strong> Hozes sobre el <strong>de</strong>scrédito <strong>de</strong> las formas castellanas y<br />
sobre «la opinión <strong>de</strong> tantos como los que el día <strong>de</strong> oy son <strong>de</strong> voto que al pie <strong>de</strong> la letra se imite la manera<br />
<strong>de</strong>l verso italiano» , las «objeciones assí <strong>de</strong> doctos como <strong>de</strong> indoctos» que asustaban a Hernán<strong>de</strong>z <strong>de</strong><br />
Velasco, apuntan al mismo ambiente <strong>de</strong> «escrupulosos» <strong>de</strong>nostados por Sánchez <strong>de</strong> Lima al aludir -<br />
418 Vid. en particular Prose , <strong>II</strong>, xiv : «Questa, per lo <strong>de</strong>tto temperamento suo, ancora che ella molte<br />
volte una appresso altra si ponga e usisi, non per ciò sazia, quando tuttavolta altri non abbia le carte<br />
preso a scrivere et empiere di questa sola maniera d’accento, e non d’altra; là dove le due <strong>de</strong>ll’ultima<br />
e <strong>de</strong>ll’innanzi penultima sillaba, agevolmente fastidiscono e sazievoli sono molto, e il più <strong>de</strong>lle volte<br />
levano e togliono e di piacevolezza e di gravità, se poste non sono con risguardo» ( ed. C. Dionisotti,<br />
Prose e rime di P. Bembo , Turín, 1966 2 , p. 161) .<br />
419 Compárese a<strong>de</strong>más J. <strong>de</strong> la Cueva, Exemplar poético , <strong>II</strong>, 115-117 : «Si estos versos acaban<br />
en vocales, / son más dulces, más tersos y elegantes, / y apartándose <strong>de</strong> ellas no son tales» . No me<br />
<strong>de</strong>tendré en la regla harto sabida que también hubo <strong>de</strong> asumir Hozes: no «poner muchas vezes un<br />
mismo consonante» .<br />
420 Quién sabe si azuzados a veces por los innumerables italianos aposentados o <strong>de</strong> paso en España,<br />
quienes, in partibus , se sentirían sumamente autorizados a dar consejos a los aborígenes, y no todos<br />
tendrían el tino <strong>de</strong> un Navagero: en diciembre <strong>de</strong> 1550, en la cárcel, Hozes jugaba «a los vedados»<br />
con un cierto merca<strong>de</strong>r Falconi ( N. Alonso Cortés, Miscelánea vallisoletana , I, Valladolid, 1955, pp.<br />
535-539) ; «el italianismo en Valladolid» no era sólo la exquisitez <strong>de</strong> Damasio <strong>de</strong> Frías y su gracejo<br />
«para <strong>de</strong>zir mal <strong>de</strong>l Ynventario <strong>de</strong> Villegas» (véase el bello estudio <strong>de</strong> Eugenio Asensio en Nueva<br />
revista <strong>de</strong> filología hispánica , XXIV [1975], pp. 219-234).<br />
233
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
precisamente- a la controvertida licitud <strong>de</strong> los agudos. 421 Entre esa calaña <strong>de</strong> aficionados intolerantes,<br />
la interdicción <strong>de</strong>bió <strong>de</strong> pronunciarse más notoria y resueltamente que en cualquier otro ámbito, para<br />
propagarse por las tertulias <strong>de</strong> las dos cortes -Valladolid y Toledo- con la rapi<strong>de</strong>z y la fuerza inapelable<br />
<strong>de</strong> las modas: resulta bien comprensible, pues, que en 1550 Hozes no hallara nada reprochable en<br />
los oxítonos y que en 1552 no tuviera más remedio, a disgusto, que eliminarlos refundiendo Los<br />
Triumphos <strong>de</strong> arriba a abajo.<br />
Que por entonces la hostilidad a la rima aguda se <strong>de</strong>clarara como una moda no quiere <strong>de</strong>cir que<br />
se limitara a serlo, que se redujera a la pura afectación <strong>de</strong> exacerbar un uso toscano: la moda perduró<br />
porque se apoyaba en bases harto estables y porque fue asumida en tanto una especie <strong>de</strong> conciencia<br />
histórica. Censurando «los versos troncados o mancos puestos a caso» en la Canción segunda, Herrera<br />
los perdonaba «porque Garcilaso no halló en su tiempo tanto conocimiento <strong>de</strong> artificio poético,<br />
que su ingenio lo levantó a mayor gran<strong>de</strong>za y espíritu que lo que se podía esperar en aquella sazón<br />
» ( vid. n. 423). Ciertamente hay fundamentos objetivos para consi<strong>de</strong>rar <strong>de</strong> pobre «artificio» los<br />
finales «troncados» : frente al caudal y la variedad <strong>de</strong> las consonancias graves, las oxítonas son pocas<br />
y obvias, monótonas como salidas mayormente <strong>de</strong> las mismas categorías lingüísticas, triviales como<br />
acuñadas por los mismos procedimientos morfológicos; «fáciles» , vaya, según fallaba Soto <strong>de</strong> Rojas.<br />
422 Herrera y los suyos tenían escasísimos asi<strong>de</strong>ros relativamente sólidos para creerse por encima <strong>de</strong><br />
Garcilaso, y los agudos <strong>de</strong>l toledano les venían al pelo para entretener esa loca ilusión: se les antojaban<br />
una prueba segura <strong>de</strong> haber ellos superado las <strong>de</strong>ficiencias formales aún no reconocidas «en aquella<br />
sazón» <strong>de</strong> Garcilaso. Para Herrera (y Aristóteles), por otro lado, el pecado máximo ocurre «cuando<br />
no se acierta en la razón <strong>de</strong>l arte poética» . A nuestro propósito,<br />
cuando los versos mudan la propia cantidad, que o son menores una sílaba o mayores otra, si no<br />
muestran con la novedad y alteración <strong>de</strong>l número y composición algún espíritu y significación <strong>de</strong> lo<br />
que tratan, son dignos <strong>de</strong> reprehensión. 423<br />
421 « en viendo la menor cosa <strong>de</strong>l mundo en un verso, luego comiençan a blasphemar <strong>de</strong> quien lo<br />
compuso, y muchas vezes no entien<strong>de</strong>n más lo que repruevan que lo que <strong>de</strong>xan <strong>de</strong> aprovar; <strong>de</strong>stos<br />
tales era el que tratándole <strong>de</strong> sinalepha preguntó si era hava» ( M. Sánchez <strong>de</strong> Lima, El arte poética<br />
en romance castellano [1580], ed. R. <strong>de</strong> Balbín, Madrid, 1944, pp. 53-54) .<br />
422 Apud E. Díez Echarri, op. cit. , p. 121 : «el consonante más fácil <strong>de</strong> hallar, porque tiene menos<br />
letras, es el agudo» .<br />
423 Anotaciones , ed. cit. , pp. 588 y 398 (también con el texto recordado unas líneas arriba).<br />
234
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
Así, los versos «mancos» <strong>de</strong> Garcilaso - «no <strong>de</strong> algún efeto, antes puestos a caso» - no sólo revelan<br />
falta <strong>de</strong> «artificio» , una medida <strong>de</strong> primitivismo técnico, sino un entendimiento imperfecto <strong>de</strong>l «arte» ,<br />
<strong>de</strong> la teoría literaria. Henos llegados a la «edad <strong>de</strong> la crítica», <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la andadura propiamente<br />
renacentista <strong>de</strong> la poesía española. Es patente que los contemporáneos <strong>de</strong> Herrera habían ganado<br />
maestría y doctrina respecto a los contemporáneos <strong>de</strong> Garcilaso. Pero, <strong>de</strong> cualquier manera, el<br />
<strong>de</strong>stierro <strong>de</strong>l agudo les servía para afirmarse a sí mismos históricamente como vanguardia renovadora<br />
y, al par, culminación <strong>de</strong> «artificio» y «arte» ; para construir una literatura mucho más cimentada en<br />
«la razón» , y hasta con veleidad <strong>de</strong> ciencia, frente a la intuición y los tanteos <strong>de</strong> las generaciones<br />
anteriores. 424<br />
En esa ‘edad <strong>de</strong> la crítica’ (cuyo emblema podría verse en los comentarios a Garcilaso, ya divorciado<br />
<strong>de</strong> Boscán, y don<strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s protagonistas son Herrera y fray Luis), «la razón <strong>de</strong>l arte poética»<br />
se orientó resueltamente por los caminos <strong>de</strong>l clasicismo. Boscán no dudaba que la métrica italiana<br />
era especialmente «capaz para ayuntarse con cualquier estilo <strong>de</strong> los que hallamos entre los autores<br />
antiguos aprovados» . 425 Al principio, sin embargo, el italianismo estuvo lejos <strong>de</strong> ser siempre un<br />
clasicismo. El propio Garcilaso tardó en franquear la distancia que separaba el soneto y la canción<br />
petrarquistas <strong>de</strong> los géneros y modos <strong>de</strong> estricta observancia grecolatina. Cosa similar, a más largo<br />
plazo, le sucedió al conjunto <strong>de</strong> la poesía española <strong>de</strong>l Quinientos ( vid. n. 415). Pues no bastaba<br />
menu<strong>de</strong>ar los asuntos mitológicos ni otros motivos con sabor a Antigüedad. El «nuevo estilo» que<br />
424 Para los días <strong>de</strong> Herrera, por otra parte, corría mucho por España el Del modo di comporre in versi<br />
nella lingua italiana contenido en el Rimario <strong>de</strong> Girolamo Ruscelli ( Venecia, 1559 ; cf. A. Quondam,<br />
Petrarchismo mediato , Roma, 1974, pp. 211-250), algunas <strong>de</strong> cuyas simplificaciones didácticas en el<br />
capítulo V, «Dei versi tronchi o zoppi» ( «essi si <strong>de</strong>bbono usar molto di rado, e chi ancor mai non gli<br />
usserà in sonetti né in canzioni né in madrigali farà tanto meglio» ; o vid. M. Menén<strong>de</strong>z y Pelayo, op.<br />
cit. , p. 193, n. 4), fueron más influyentes que los ejemplos que ahí mismo se daban <strong>de</strong>l buen empleo<br />
<strong>de</strong> los tronchi en Dante, Ariosto o Petrarca. Sobre la situación en Italia en fechas cercanas y a varios<br />
propósitos aquí interesantes trae útiles indicaciones G. Arbizzoni, «Esperimenti di metrica eroica tra<br />
Cinque e Seicento» , en I<strong>de</strong>ologia e scrittura nel Cinquecento , Urbino, 1977 (= Il Contesto , núm.<br />
3), pp. 183-207.<br />
425 Obras poéticas <strong>de</strong> Juan Boscán , ed. M. <strong>de</strong> Riquer et al. , I, Barcelona, 1957, p. 90 . Texto que<br />
pue<strong>de</strong> leerse junto al De vulgari eloquentia , <strong>II</strong>, V, 3, y a G. G. Trissino, La quinta e la sesta divisione<br />
<strong>de</strong>lla Poetica ( h. 1549, publ. 1562), ed. B. Weinberg ( cf. n. 416), <strong>II</strong>, pp. 47-48.<br />
235
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
fray Luis inculcaba a Grial, 426 y Herrera <strong>de</strong>finía en las Anotaciones no se contentaba con temas<br />
y tonos: aspiraba esencialmente a elaborar una poesía romance mol<strong>de</strong>ada sobre los recursos más<br />
sutiles <strong>de</strong> la poesía clásica, a apropiarse la estructura <strong>de</strong>l verso y <strong>de</strong>l poema antiguos. Y Sevilla<br />
y Salamanca juzgaban concor<strong>de</strong>s que esa imitación afiligranada <strong>de</strong> la gol<strong>de</strong>n Latin artistry abría<br />
horizontes inéditos, más allá <strong>de</strong>l mero italianismo <strong>de</strong>l pasado reciente. 427<br />
Tal era la perspectiva <strong>de</strong> Herrera al sentenciar que<br />
los versos agudos han una cierta semejanza con los hexámetros que tienen en la quinta región un pie<br />
espon<strong>de</strong>o. 428<br />
Pareja observación no nace sencillamente <strong>de</strong> equiparar el hen<strong>de</strong>casílabo al hexámetro en cuanto metro<br />
heroico, vehículo <strong>de</strong> contenidos nobles: Herrera tenía en la cabeza el i<strong>de</strong>al <strong>de</strong> un verso castellano<br />
construido con leyes análogas a las <strong>de</strong>l clásico, y con idéntico primor. Boscán ya había acotado que<br />
los hen<strong>de</strong>casýllabos, <strong>de</strong> los quales tanta fiesta han hecho los latinos, llevan casi la misma arte y son<br />
los mismos [que nuestro verso], en quanto la diferencia <strong>de</strong> las lenguas lo sufre. 429<br />
Unos <strong>de</strong>cenios <strong>de</strong>spués, los autores <strong>de</strong> mayor categoría apuraron y refinaron el parangón, con<br />
planteamientos mortales para la rima oxítona. Pues si Herrera la daba por tan excepcional -<strong>de</strong> ser<br />
tolerada- como un espon<strong>de</strong>o en el quinto pie <strong>de</strong>l hexámetro, a todos resultaría evi<strong>de</strong>nte que, falto<br />
426 Compárese F. Lázaro Carreter, «Imitación compuesta y diseño retórico en la oda <strong>de</strong> Juan <strong>de</strong><br />
Grial», Anuario <strong>de</strong> estudios filológicos , <strong>II</strong> (Cáceres, 1979), pp. 113-114.<br />
427 Con no otro programa se abren en 1574 los comentarios <strong>de</strong>l Brocense ( vid. la cita <strong>de</strong> E. L.<br />
Rivers, «Garcilaso divorciado <strong>de</strong> Boscán», en Homenaje al prof. Rodríguez-Moñino , <strong>II</strong>, Madrid,<br />
1966, p. 122) y, aun más tajantes, en 1580 las Anotaciones <strong>de</strong> Herrera ( ed. cit. , p. 311).<br />
428 Controversia , p. 117 : « y esto se usa para algún efeto <strong>de</strong> turbación, <strong>de</strong> miedo, <strong>de</strong> espanto, <strong>de</strong><br />
admiración o tardanza, tristeza o pesadumbre, como podéis <strong>de</strong>scubrir en Virgilio; y quando no sirven<br />
para alguno <strong>de</strong>stos efetos o semejantes a ellos, son ruines versos » .<br />
429 Loc. cit. en la n. 425. Cf. D’Arco S. Avalle, Preistoria <strong>de</strong>ll’en<strong>de</strong>casillabo , Milán-Nápoles, pp.<br />
20-22.<br />
236
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
el latín <strong>de</strong> voces agudas, el hexámetro equivalente al hen<strong>de</strong>casílabo con acento final había <strong>de</strong> ser el<br />
acabado en monosílabo: y nadie ignoraba que «monosyllabon in fine vitiosum est» . 430<br />
La inexistencia <strong>de</strong> polisílabos agudos en latín (aparte contadas anomalías) fue causa importante<br />
para la proscripción <strong>de</strong>l verso oxítono. 431 «I latini -realzaba Ruscelli, al reflexionar sobre la materia-<br />
con questa maniera <strong>de</strong>ll’accento in ultima non vollero giammai finire alcuno» ( cf. n. 424). Aun<br />
más: los agudos romances se sentían como «diciones bárbaras o cortadas <strong>de</strong>l latín» . 432 La campaña<br />
<strong>de</strong> Nebrija -fonetista egregio- en favor <strong>de</strong> una prosodia rigurosamente clásica tuvo un éxito perdurable<br />
entre los doctos, y para gentes que pronunciaban Orion llano e ímpio esdrújulo 433 los agudos<br />
arrastraron connotaciones negativas: eran palabras corruptas, contagiadas <strong>de</strong> la tosquedad gótica (<br />
«Tunc populus didicit, pro, barbara verba latinus, / tunc Scythicas voces Teutonicosque sonos » ),<br />
434 acunadas en los malos siglos en que dómines siniestros intentaron «accentu barbaro dictiones<br />
latinas efferare» propagando los oxítonos neciamente... 435 Los agudos, en suma, eran ‘medievales’.<br />
430 Recuerdo esa sabida norma en la formulación <strong>de</strong> Arias Barbosa, Relectio cui titulus Epometria ,<br />
Salamanca, 1515, fol. C6 .<br />
431 En el prerrenacimiento, la abundancia <strong>de</strong> agudos romances había dificultado el empleo <strong>de</strong>l<br />
cursus en castellano y en catalán: cf. M. Morreale, en Nueva revista <strong>de</strong> filología hispánica , IX (1955),<br />
p. 41, y J. Carbonell, ed. , J. Roís <strong>de</strong> Corella, Obres completes , I, Valencia, 1973, p. 31.<br />
432 A. <strong>de</strong> Nebrija, Gramática castellana , <strong>II</strong>, 2 y 4 , etc. Como los escasos oxítonos latinos se<br />
encuentran sobre todo «in quibusdam dictionibus abscissis» (Nebrija, Introductiones latinas , V, 9;<br />
Alcalá, 1523, fol. 105) , la <strong>de</strong>nominación <strong>de</strong> «troncados o mancos» para los versos agudos tiene<br />
particular coherencia.<br />
433 Vid. sólo n. 406 y D. Alonso - S. Reckert, Vida y obra <strong>de</strong> Medrano , <strong>II</strong>, Madrid, 1958, p. 88, n. 5.<br />
434 Apud J. Alcina Rovira, ed. , Juan Ángel González y la «Sylva <strong>de</strong> laudibus poeseos» (1525) ,<br />
Bellaterra, Barcelona, 1978, p. 50 .<br />
435 Cf. simplemente F. Rico, Nebrija frente a los bárbaros , Salamanca, 1978, pp. 46-47. Al<br />
Nebrisense le disgustaban en especial los «himnos por consonantes» ( Gramática castellana , <strong>II</strong>, 6) y<br />
el prorrumpir, «cum latine divinas atque divorum lau<strong>de</strong>s canimus, in peregrinum et barbarum aliquem<br />
sonum» ( Repetitio secunda , Salamanca, ¿1486?, fol. a7) : el frecuente uso <strong>de</strong> esdrújulos en función<br />
<strong>de</strong> agudos en la hímnica medieval bastaría a explicar el mal ceño con que siempre la miró.<br />
237
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
Al achacar a la contaminación <strong>de</strong>l vernáculo los «errores» acentuales introducidos en el latín<br />
«cla<strong>de</strong> Gothorum atque Hunorum» , Arias Barbosa echaba en falta en la poesía vulgar las exquisiteces<br />
formales que eran el encanto <strong>de</strong>l verso clásico (las exquisiteces que un fray Luis o un Herrera se<br />
empeñaron en adaptar) y no reconocía en ella otros principios que la cuenta silábica y el <strong>de</strong>spreciable<br />
procedimiento <strong>de</strong> la rima. 436 Porque el clasicismo se mostraba receloso o enemigo <strong>de</strong> la rima. Nebrija<br />
se autorizaba en el mismísimo Aristóteles para con<strong>de</strong>narla como «ierro» , ofensa «a las orejas» , fuente<br />
<strong>de</strong> «hastío» y <strong>de</strong> distorsión. 437 Ciertos contertulios <strong>de</strong> Boscán<br />
se quexavan que en las trobas <strong>de</strong>sta arte [a la italiana] los consonantes no andavan tan <strong>de</strong>scubiertos ni<br />
sonavan tanto como en las castellanas. Otros <strong>de</strong>zían que este verso no sabían si era verso o si era prosa.<br />
Pero quienes a lo largo <strong>de</strong>l siglo XVI se criaron a pechos <strong>de</strong> los studia humanitatis atendían a criterios<br />
diametralmente opuestos: «la gentileza <strong>de</strong>l metro castellano consiste en que <strong>de</strong> tal manera sea metro<br />
que parezca prosa» , en «<strong>de</strong>zir alta y grandiosamente, con sencillez y claridad , como si fuese en prosa ,<br />
que no hay tal verso como el que parece prosa» . 438 Las consecuencias <strong>de</strong> ese i<strong>de</strong>al <strong>de</strong> naturalidad están<br />
436 «Si quaeritis un<strong>de</strong> aut a quo fonte vel temporum vel accentuum conturbatio manaverit ,<br />
respon<strong>de</strong>bo audacter a sermone vernaculo, qui illiteratus est et omnium expers acuminum ac<br />
semibarbarus, profluxisse. Cum enim cunctae fere christiani orbis nationes rythmos sua quaeque<br />
lingua pangant, nihil vetustae illius subtilitatis harmonicae in eorum compositione invenies. Certo<br />
enim syllabarum numero et vocum ratione similiter ca<strong>de</strong>ntium versus barbaros dumtaxat clau<strong>de</strong>re<br />
consuescunt, quod puerile esse omnino Lucilii etiam versu confirmat Gellius. Ergo poetae illi vulgares<br />
et illiterati pedum acci<strong>de</strong>ntia, sublationes, positiones, tempora, resolutiones, figuras, proportiones<br />
totamque hanc vel praecipuam prosodiae scientiam penitus ignorant, quam olim in theatro mulierculae<br />
et opifices diiudicabant» ( Relectio cui titulus Prosodia , Salamanca, 1517, fol. a3) . El tono <strong>de</strong> ese<br />
pasaje sigue vivo en Pedro <strong>de</strong> Valencia, en el prólogo a Arias Montano, Hymni et saecula , Amberes,<br />
1593, p. 4-5.<br />
437 Gramática castellana , <strong>II</strong>, 6 . Tampoco aquí es posible añadir más referencias ni explorar asuntos<br />
conexos: otro tanto que Nebrija y con igual valedor escribe, v. gr. , Trissino, gran partidario <strong>de</strong>l verso<br />
suelto, cuya fortuna española <strong>de</strong>biera estudiarse en relación con el <strong>de</strong>stierro <strong>de</strong>l agudo y los azares<br />
<strong>de</strong>l esdrújulo.<br />
438 Con el testimonio <strong>de</strong> Boscán, p. 87 , confronto los dictámenes <strong>de</strong> Juan <strong>de</strong> Valdés, Diálogo <strong>de</strong><br />
la lengua , ed. C. Barbolani, Florencia, 1967, p. 93 (sobre la sintaxis <strong>de</strong>l romancero), y <strong>de</strong> Pedro <strong>de</strong><br />
238
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
patentes en los <strong>de</strong>talles menudos <strong>de</strong> la textura verbal: <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la predilección por el yambo, teóricamente<br />
más afín al ritmo <strong>de</strong>l habla, 439 hasta el <strong>de</strong>sapego por las «voces similiter ca<strong>de</strong>ntes» . Pues, incluso<br />
cuando no se pretendía suprimirla, fue corriente el <strong>de</strong>signio <strong>de</strong> atenuar la rima, subrayando en el verso<br />
otros factores más <strong>de</strong>licados y más ilustres: «pedum acci<strong>de</strong>ntia, sublationes, positiones, tempora » .<br />
Entre los poetas <strong>de</strong> alguna altura (don José Manuel Blecua lo ha ilustrado magistralmente en<br />
Herrera), 440 el hen<strong>de</strong>casílabo, en especial, se concibió como una figura métrica <strong>de</strong> entidad cabal,<br />
con enjundia y relieve autónomos, dispuesta a no <strong>de</strong>jarse gobernar por el recurso plebeyo <strong>de</strong> la<br />
consonancia, sino a utilizarla, si acaso, como discreto acompañamiento <strong>de</strong> fondo a la música <strong>de</strong>l<br />
verso en sí mismo. Semejante planteamiento venía favorecido por la historia italiana y el carácter<br />
intrínseco <strong>de</strong>l hen<strong>de</strong>casílabo (cuya marcha, necesariamente más <strong>de</strong>spaciosa que en el octosílabo y en<br />
los hemistiquios <strong>de</strong> arte mayor, o se rompe con las punzadas oxítonas o tien<strong>de</strong> a difuminar la rima)<br />
y, por otro lado, se consolidó en el contraste con los gustos tradicionales. 441<br />
Valencia, apud L. <strong>de</strong> Góngora, Obras completas , ed. J. e I. Millé Giménez, Madrid, 1956 4 , p. 1.073 .<br />
Compárese, por ejemplo, G. Arbizzoni, art. cit. ( n. 424), pp. 187-188.<br />
439 Cf. A. García Berrio, Formación <strong>de</strong> la teoría literaria mo<strong>de</strong>rna. La tópica horaciana en Europa ,<br />
Madrid, 1977, pp. 90-93. Pedro <strong>de</strong> Cáceres regaló a Gregorio Silvestre la fama <strong>de</strong> haber puesto<br />
«medida en los versos toscanos, que hasta entonces no se les sabía en España» , enseñando a hacer «los<br />
en<strong>de</strong>casílabos por iambos» ; ni que <strong>de</strong>cir tiene que sí «se les sabía» en Garcilaso, en tanto Álvar Gómez<br />
y Juan Hurtado <strong>de</strong> Mendoza habían ensayado sistemáticamente el hen<strong>de</strong>casílabo «por iambos» ( cf.<br />
sólo n. 376), etc. , etc. ; pero que Cáceres atribuya a Silvestre el hallazgo <strong>de</strong> «la medida» y añada que<br />
ya «no ay quien la ignore» ( Las obras <strong>de</strong>l famoso poeta G. S. , Granada, 1582, fol. 45) es otro buen<br />
indicio <strong>de</strong> que la conciencia histórica <strong>de</strong>l «nuevo estilo» ( cf. n. 426) iba estrechamente asociada a los<br />
particulares que aquí resalto (para el <strong>de</strong>stierro <strong>de</strong>l agudo en Silvestre, vid. n. 412).<br />
440 J. M. Blecua, Sobre el rigor poético en España y otros ensayos , Barcelona, 1977, pp. 77-79.<br />
441 Justamente porque octosílabo y hen<strong>de</strong>casílabo convivieron en todo el Renacimiento, ambos<br />
tendieron a fijar las fronteras reajustando sus respectivos sistemas. En El pastor <strong>de</strong> Fílida (1582), uno<br />
<strong>de</strong> cada tres o cuatro versos castellanos es oxítono; y Gálvez <strong>de</strong> Montalvo, al tiempo que proclamaba<br />
estar «igualmente inclinado» a las coplas que a los sonetos, se dolía <strong>de</strong> ver «las leyes <strong>de</strong>l [metro] ajeno<br />
muy mal guardadas, cuando suena el agudo que atormenta como instrumento <strong>de</strong>stemplado» ( NBAE ,<br />
V<strong>II</strong>, p. 468 b ) .<br />
239
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
Que ¿quién ha <strong>de</strong> respon<strong>de</strong>r a hombres que no se mueven sino al son <strong>de</strong> los consonantes? ¿Y quién<br />
se ha <strong>de</strong> poner en pláticas con gente que no sabe qué cosa es verso, sino aquel que calçado y vestido<br />
con el consonante os entra <strong>de</strong> un golpe por el un oído y os sale por el otro?<br />
Boscán, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego, apenas se molestaba en respuestas y pláticas tales. Pero bien pudo contestar,<br />
con Ambrosio <strong>de</strong> Morales, que «las palabras» y las formas métricas mejores han <strong>de</strong> ser las que<br />
«cojan los oýdos con más suavidad» . 442 En esas circunstancias, claro está que la rima aguda, por<br />
más prominente, había <strong>de</strong> resultar también más reprensible e ir quedando orillada en el camino <strong>de</strong><br />
perfección <strong>de</strong> los metros toscanos.<br />
No nos las habemos simplemente con la confrontación <strong>de</strong> dos nociones <strong>de</strong>l ‘verso’: el oxítono<br />
anduvo <strong>de</strong> por medio en el <strong>de</strong>bate (con frecuencia tácito) entre dos modos distintos <strong>de</strong> compren<strong>de</strong>r<br />
la ‘poesía’ y situarla en las coor<strong>de</strong>nadas culturales <strong>de</strong> la época. La doctrina más vigente todavía en<br />
1526 separaba lengua y poesía, experiencia y arte, público <strong>de</strong> iniciados y grey <strong>de</strong> profanos, casi en la<br />
misma medida en que la doctrina renacentista quería conciliarlos. Fernando Lázaro ha diagnosticado<br />
admirablemente la oposición «entre dos poéticas: una que exalta la norma métrica sobre la lingüística,<br />
y otra que las pone en harmonía» . 443 Divorcio análogo ocurre a otros propósitos fundamentales.<br />
Limitemos la cata a un dominio en el que Las obras <strong>de</strong> Boscán y algunas <strong>de</strong> Garcilasso fácilmente<br />
cumplían una función similar a la <strong>de</strong>l Cancionero general (1511) y familia: la lírica amorosa.<br />
Ahí, los trovadores ahijados por Hernando <strong>de</strong>l Castillo se aplican a <strong>de</strong>rivar 444 infinitamente un<br />
puñado <strong>de</strong> elementos, a manosear un repertorio mínimo: los temas se encierran en un vallado <strong>de</strong><br />
conceptos puros, evocados en una jerga técnica y enca<strong>de</strong>nados con la sintaxis <strong>de</strong> la lógica. El ars<br />
combinatoria <strong>de</strong> Garcilaso es inmensamente más rica: se abre a multiplicidad <strong>de</strong> horizontes, en<br />
registros lingüísticos cada vez más varios y diáfanos, con la articulación <strong>de</strong>l sentimiento y el suelto<br />
fluir <strong>de</strong> los pensamientos.<br />
Pero no nos metamos en dibujos <strong>de</strong> retablo. Pruebas al canto. Un excelente estudio <strong>de</strong> Keith<br />
Whinnom ha mostrado que <strong>de</strong> los 297 substantivos diferentes documentados en las canciones gratas<br />
a Castillo, no sólo 51 explican 1.142 <strong>de</strong> las 1.630 apariciones <strong>de</strong>l substantivo, sino aun que «25 dan<br />
442 En Las obras <strong>de</strong>l maestro Fernán Pérez <strong>de</strong> Oliva , Córdoba, 1586, fol. 4v .<br />
443 «La poética <strong>de</strong>l arte mayor castellano», en Estudios <strong>de</strong> poética , Madrid, 1976, pp. 75-111 (82) .<br />
444 Compárese F. Rico, «De Garcilaso y otros petrarquismos», Revue <strong>de</strong> littérature comparée , L<strong>II</strong><br />
(1978), p. 330.<br />
240
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
razón <strong>de</strong> más <strong>de</strong> la mitad (882) <strong>de</strong>l número total (1.630) <strong>de</strong> substantivos» : vida , mal , dolor ,<br />
muerte , amor , pena , razón , passión , gloria , esperança , coraçón , fe , ventura , alma ,<br />
<strong>de</strong>sseo , plazer , tormento , bien , remedio , memoria , temor , tristura / tristeza , morir , causa<br />
y pensamiento . 445 Tomemos las concordancias <strong>de</strong> Garcilaso, para construir la lista gemela: los 25<br />
substantivos más frecuentes son mal , vida , parte , mano , muerte , ojos , alma , dolor , bien ,<br />
agua , amor , tierra , cielo , día , cosa , fuerça , tiempo , sol , viento , cuerpo , llanto , camino<br />
, coraçón , lágrimas y razón . 446 A gran<strong>de</strong>s rasgos, las conclusiones son inmediatas: la poesía<br />
arquetípica <strong>de</strong>l Cancionero general «está limitada conceptualmente a abstracciones, y en especial<br />
hay pocos términos concretos» . 447 Los términos concretos, en cambio, vencen a los abstractos en<br />
Garcilaso: con singular presencia <strong>de</strong> la naturaleza ( agua , tierra , viento y cielo , sol : los cuatro<br />
elementos), con emociones hechas sensibles antes que transpuestas a quintaesencias. Otra lección <strong>de</strong>l<br />
cotejo: <strong>de</strong> los 25 substantivos predilectos, en el Cancionero , once son agudos (y hay dos series <strong>de</strong><br />
tres consonancias, en -or y en -ón ); en Garcilaso, los oxítonos no pasan <strong>de</strong> seis (y las dos series<br />
paralelas son <strong>de</strong> sólo dos miembros).<br />
El vocabulario característico <strong>de</strong>l Cancionero , pues, es abstracto y oxítono; 448 el más propio<br />
<strong>de</strong> Garcilaso, concreto y paroxítono. El primer dato contribuye a iluminar el segundo, por cuanto<br />
nos atañe: las palabras oxítonas (y las abstractas son notoriamente proclives a ese acento) tenían un<br />
sambenito colgando en el templo <strong>de</strong> las musas. Si en la conciencia lingüística <strong>de</strong> los doctos sonaban<br />
a bárbaras, la memoria literaria <strong>de</strong> los innovadores las rechazaría como ranciedad cancioneril. Unas<br />
445 K. Whinnom, «Hacia una interpretación y apreciación <strong>de</strong> las canciones <strong>de</strong>l Cancionero<br />
general <strong>de</strong> 1511 », Filología , X<strong>II</strong>I (1968-1969), pp. 361-381 (366) . Las conclusiones <strong>de</strong> Whinnom<br />
seguramente podrán matizarse con los datos aportados por V. Beltrán ( vid. n. 414).<br />
446 E. Sarmiento, Concordancia <strong>de</strong> las obras poéticas en castellano <strong>de</strong> G. <strong>de</strong> la Vega , Madrid-<br />
Columbus, 1970, p. 579 (elimino <strong>de</strong> la lista ser , que sólo por excepción aparece como infinitivo<br />
verda<strong>de</strong>ramente substantivado, y fin , cuya abundancia se <strong>de</strong>be a las locuciones adverbiales). Para el<br />
cotejo con la poesía <strong>de</strong> Boscán es imprescindible recurrir a M. Morreale, Castiglione y Boscán: el<br />
i<strong>de</strong>al cortesano en el Renacimiento español , Madrid, 1959, I, pp. 249-278.<br />
447 K. Whinnom, loc. cit. , p. 366 .<br />
448 La vinculación <strong>de</strong> ambos rasgos se reforzaba porque, siendo los versos cortos, llegaban «al<br />
oído / junto los consonantes y el sentido» , según Lope observaba en El laurel <strong>de</strong> Apolo .<br />
241
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
cuantas resultaron lisa y llanamente intolerables para Garcilaso (jamás emplea passión ). 449 Otras,<br />
si apareadas, 450 remitirían tan <strong>de</strong>rechamente al universo <strong>de</strong> discurso <strong>de</strong>l Cancionero general (el «<strong>de</strong><br />
la multitud <strong>de</strong> los consonantes» ), 451 que romperían todo el encanto <strong>de</strong>l nuevo mundo <strong>de</strong>scubierto<br />
por los hombres venidos <strong>de</strong> Italia: ya por eso sólo convendría evitarlas en rima, con las restantes <strong>de</strong><br />
la misma calaña.<br />
El universo mundo <strong>de</strong> cada una <strong>de</strong> esas dos líricas, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego, no es meramente el territorio<br />
ocupado por los poetas. Ninguna <strong>de</strong> las dos es una isla, sino región <strong>de</strong> un continente intelectual don<strong>de</strong><br />
existen países hegemónicos cuyos modales y mo<strong>de</strong>los se difun<strong>de</strong>n por las provincias. Las canciones<br />
<strong>de</strong>l General se me antojan hermanas pobres <strong>de</strong> la quaestio favorita <strong>de</strong>l nominalismo coetáneo y<br />
prestigiada, por en<strong>de</strong>, como paradigma <strong>de</strong> la ciencia. Hablo <strong>de</strong> la quaestio concentrada en <strong>de</strong>sentrañar<br />
un problema minúsculo, con un léxico parvo y especializado en perpetuo proceso <strong>de</strong> contraposición<br />
y <strong>de</strong>rivación, hasta agotar las posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> cada término, bajo la tiranía <strong>de</strong> la pauta lógica que<br />
subrayan las inevitables conjunciones ( quoniam , postquam , cum , sed contra ...). 452 Las<br />
canciones <strong>de</strong> marras son también el reino <strong>de</strong> las «quiditates transeuntes per latera puncti» : como la<br />
449 Ni galardón , <strong>de</strong>samor , merescimiento , merced , perfección , entre las restantes 50 voces<br />
predominantes en el Cancionero general ( cf. n. 445 y E. Sarmiento, ob. cit. , s. v. ).<br />
450 Un indicio: entre las escasas rimas agudas <strong>de</strong> Garcilaso, siempre anteriores a 1533 (soneto<br />
XXV<strong>II</strong>, 1, 4, 5, 8 [pero vid. n. 407]; soneto XXX<strong>II</strong>, 9, 13; canción I, 53 [ cf. la n. <strong>de</strong> Rivers]; canción<br />
<strong>II</strong>, 12, 13, 21, 24, 34, 37, 64, 65, 67, 68; canción <strong>II</strong>I, 27, 30, 35, 36), sólo hay un substantivo que no<br />
sea abstracto ( lugar ); el único consonante oxítono que quizá se repite (<strong>de</strong> ser auténtico el soneto XL)<br />
es dolor , conjugado con temor en la canción <strong>II</strong>I, 34-37, y cuya frecuencia entre los substantivos <strong>de</strong>l<br />
toledano es <strong>de</strong>l 0,86, mientras en las canciones <strong>de</strong>l General llega al 4,53.<br />
451 Boscán, ed. cit. , p. 88 .<br />
452 Robert Gaguin caricaturizaba la «scribendi forma» <strong>de</strong> los «quaestionarii» con una observación<br />
famosa: «a quorum creberrimis scriptis si haec vocabula quoniam , postquam , cum , consequenter ,<br />
praeterea , sed contra , in contrarium , responsio , solutio et huiusmodi apud illos passim redundantia<br />
<strong>de</strong>cusseris, ex immani fiet liber brevissimus» ( Epistolae et orationes , ed. L. Thuasne, París,<br />
1903-1904, p. 338) . Sobre las articulaciones y nexos conjuntivos en la lírica <strong>de</strong> cancionero, véase<br />
ahora F. Lázaro Carreter, «La estrofa en el arte real» en el presente Homenaje (y adviértase que -<br />
como indiqué en otra ocasión- los sermones cuatrocentistas reflejan copiosamente las maneras <strong>de</strong> la<br />
escolástica tardía).<br />
242
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
quaestio nominalista, y verosímilmente según el <strong>de</strong>chado <strong>de</strong> la propia quaestio , reflejan la tradición<br />
<strong>de</strong> un saber reservado a círculos <strong>de</strong> cómplices y elegidos. Es el linaje <strong>de</strong> saber cerrado en sí mismo (en<br />
los salones, en la «sombra y tinieblas escolásticas» ) que los humanistas combatieron enfrentándole<br />
otro que mirara «por el bien público y ornamento <strong>de</strong> nuestra España» , cimentados en «el conocimiento<br />
<strong>de</strong> la lengua» : no una jerigonza arbitraria e inaccesible, sino la lengua a todos cristalina, como brotada<br />
<strong>de</strong>l uso y filtrada en el tamiz <strong>de</strong> los supremos escritores ( «ex doctissimorum virorum usu atque<br />
auctoritate» ). 453 Por supuesto, tampoco los humanistas se privaban <strong>de</strong> alar<strong>de</strong>s conceptuosos y <strong>de</strong><br />
razones alambicadas, pero aun entonces gustaban <strong>de</strong> discurrir sobre un fondo <strong>de</strong> realidad concreta,<br />
fieles al genio <strong>de</strong>l latín (y <strong>de</strong>l romance), con la duplex copia verborum ac rerum , con la ductibilidad<br />
<strong>de</strong> la mejor retórica antigua. Por los cauces <strong>de</strong> las litterae humaniores , en suma, sendas <strong>de</strong> civilidad<br />
y comunicación: no las «rixosae quae in scholis ad gutur usque raucum agitantur» , antes bien las<br />
letras «quae placidius instituunt , cum pru<strong>de</strong>ntiam ac sermonis nitidi gratiam tradant, quibus in rebus<br />
exercere se patricius prae ceteris <strong>de</strong>bet» . 454 En tono y contenido, así, la lírica cancioneril fue a la<br />
poesía <strong>de</strong> Garcilaso como la quaestio escolástica a los géneros filosóficos <strong>de</strong>l humanismo: la carta,<br />
el diálogo, la oratio , el ensayo... 455 La rima oxítona, principalmente en substantivos abstractos, era<br />
factor notorio <strong>de</strong> la estricta formalización que emparentaba el Cancionero general con las colecciones<br />
453 Para la i<strong>de</strong>ntificación y el alcance <strong>de</strong> los textos nebrisenses recién citados, cf. mi artículo «Un<br />
prólogo al Renacimiento español. La <strong>de</strong>dicatoria <strong>de</strong> Nebrija a las Introduciones latinas (1488)», en<br />
Homenaje al prof. M. Bataillon , Sevilla, 1980, ad notas 22, 42 y 43.<br />
454 Cf. F. Rico, « Lau<strong>de</strong>s litterarum : humanismo y dignidad <strong>de</strong>l hombre en la España <strong>de</strong>l<br />
Renacimiento», en Homenaje a J. Caro Baroja , Madrid, 1978 (y trad. fr. en L’humanisme dans les<br />
lettres espagnoles , ed. A. Redondo, París, 1979), ad n. 26.<br />
455 José M. Blecua explicó meridianamente cómo la tradición cancioneril convive con la italiana<br />
(«Corrientes poéticas en el siglo XVI» [1952], en Sobre poesía <strong>de</strong> la Edad <strong>de</strong> Oro , Madrid, 1970,<br />
pp. 11-24) y Rafael Lapesa analizó con sagacidad algunas muestras <strong>de</strong> la confluencia <strong>de</strong> una y otra<br />
(«Poesía <strong>de</strong> cancionero y poesía italianizante» [1962], en De la Edad Media a nuestros días , Madrid,<br />
1967, pp. 145-171): pues igual, en el terreno <strong>de</strong>l pensamiento, conviven humanismo y escolástica, ya<br />
perfectamente <strong>de</strong>slindados en un fray Luis, ya atemperándose ambos por confluencia en un Vitoria<br />
o un Cano. [Al corregir (1982) las pruebas <strong>de</strong> este artículo (redactado en 1979), quiero agra<strong>de</strong>cer la<br />
ayuda que a varios propósitos me han prestado mis amigos Roberto Bruni, Francesco Bruni y José<br />
María Micó].<br />
243
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
<strong>de</strong> sophismata , obligationes o insolubilia . Estaba connotada peyorativamente, parecía marca<br />
nefasta. Cuando el italianismo quiso ser clasicismo, rehuyó en el verso agudo -también- un emblema<br />
<strong>de</strong> toda la cultura caduca.<br />
«El <strong>de</strong>stierro <strong>de</strong>l verso agudo (con una nota sobre rimas y razones en la poesía <strong>de</strong>l Renacimiento)»,<br />
en Homenaje a José Manuel Blecua , Gredos, Madrid, 1983, pp. 525-551.<br />
La <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong>l proceso que llevó al abandono <strong>de</strong> la rima aguda en los metros italianos ha sido,<br />
creo, generalmente aceptada en los términos en que la presenté, y así se refleja en buen número <strong>de</strong><br />
ediciones y monografías. De éstas es buen índice la serie publicada en Sevilla por el grupo P.A.S.O.<br />
bajo la dirección <strong>de</strong> B. López Bueno: La silva , 1991, pp. 19-56 ( J. Montero y P. Ruiz); La oda ,<br />
pp. 214-247 (J. Montero); Las «Anotaciones» <strong>de</strong> Fernando <strong>de</strong> Herrera , Sevilla, 1997, pp. 279-296<br />
( F. J. Martínez Ruiz), 135-156 ( Á. Estévez Molinero), etc. Entre otras, recuerdo también ahora las<br />
siguientes: - A. Blecua, «El entorno poético <strong>de</strong> fray Luis», en Fray Luis <strong>de</strong> León (Aca<strong>de</strong>mia Literaria<br />
Renacentista, I), Salamanca, 1981, pp. 76-99, y «‘Estando el sol echándome sus rayos’. Sobre unas<br />
octavas atribuidas a San Juan <strong>de</strong> la Cruz», Hommage à Robert Jammes , Tolosa <strong>de</strong> Francia, 1994, vol.<br />
I, pp. 59-73. - C. Clavería, ed. , Juan Boscán, Obra completa , Madrid, 1999. - A. J. Cruz, Imitación<br />
y transformación. El petrarquismo en la poesía <strong>de</strong> Boscán y Garcilaso <strong>de</strong> la Vega , Amsterdam-<br />
Fila<strong>de</strong>lfia, 1988. - C. Cuevas, ed., Fray Luis <strong>de</strong> León, Poesías completas , Madrid, 1998. - J. I. Díez<br />
Fernán<strong>de</strong>z, ed., Diego Hurtado <strong>de</strong> Mendoza, Poesía completa , Barcelona, 1989. - A. Gargano, Fonti,<br />
miti, topoi. Cinque studi su Garcilaso , Nápoles, 1989. - R. Lapesa, Garcilaso: Estudios completos<br />
, Madrid, 1985. - M. P. Manero Sorolla, Introducción al estudio <strong>de</strong>l petrarquismo en España ,<br />
Barcelona, 1987, e Imágenes petrarquistas en la lírica española <strong>de</strong>l Renacimiento , Barcelona, 1990.<br />
-J. Montero, La controversia sobre las «Anotaciones» herrerianas , Sevilla, 1987. - B. Morros, ed.,<br />
Garcilaso <strong>de</strong> la Vega, Obra poética y textos en prosa , Barcelona, 1995, y Las polémicas literarias<br />
en la España <strong>de</strong>l siglo XVI , Barcelona, 1998.<br />
Menos parece haberse atendido a la nota final «Sobre rimas y razones», que era en realidad la<br />
razón para estudiar la rima; y echo en falta más exploraciones <strong>de</strong> la lírica <strong>de</strong> la época con algunas <strong>de</strong><br />
las perspectivas cuando menos formales que ahí indico o <strong>de</strong> las muchísimas que abre el espléndido<br />
libro <strong>de</strong> María José Vega El secreto artificio. Maronolatría y tradición pontaniana en la poética <strong>de</strong>l<br />
Renacimiento , Madrid, 1992.<br />
Queda asimismo por seguir con <strong>de</strong>talle la posterior vigencia <strong>de</strong>l <strong>de</strong>stierro en la poesía española, y en<br />
especial en los variados avatares <strong>de</strong>l neoclasicismo, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> I. <strong>de</strong> Luzán, La poética , ed. R. P. Sebold,<br />
244
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
Barcelona, 1977, pp. 354-365, 380, hasta los animadores <strong>de</strong> la revista Garcilaso : «Cuando leí un<br />
soneto con versos agudos, [José Antonio Primo <strong>de</strong> Rivera] me hizo observar que ese acento -empleado<br />
por los mo<strong>de</strong>rnistas- corrompía el ritmo <strong>de</strong>l en<strong>de</strong>casílabo, que era muy <strong>de</strong>licado» (Dionisio Ridruejo,<br />
Casi unas memorias , Barcelona, 1976, p. 53) . Véase también J. Gil <strong>de</strong> Biedma: conversaciones ,<br />
ed. J. Pérez Escohotado, Barcelona, 2002, p. 120.<br />
Otras adiciones. A la n. 387 . Vid. asimismo B. Morros, ed. cit. , pp. 312-313, 406-407.<br />
A la n. 389 . Para las Anotaciones <strong>de</strong>be usarse hoy, con preferencia a cualquier otra edición, el<br />
facsímile con admirable estudio tipográfico <strong>de</strong> Juan Montero, Sevilla, 1998; y para el Prete Jacopín,<br />
su libro <strong>de</strong> 1987 citado arriba.<br />
A la n. 414 . La tesis <strong>de</strong> Vicente Beltrán ha <strong>de</strong>sembocado en dos importantes libros: La canción <strong>de</strong><br />
amor en el otoño <strong>de</strong> la Edad Media y El estilo <strong>de</strong> la lírica cortés. Para una metodología <strong>de</strong>l análisis<br />
literario , Barcelona, Barcelona, 1988 y 1990, respectivamente.<br />
A la n. 424 . Ahora <strong>de</strong>be recurrirse siempre al gran tratado <strong>de</strong> Aldo Menichetti: Metrica italiana.<br />
Fondamenti metrici, prosodia, rima , Padua, 1993, en especial pp. 557-566, don<strong>de</strong> también se hace<br />
cargo <strong>de</strong>l caso español.<br />
A la n. 437 . Sobre las i<strong>de</strong>as literarias <strong>de</strong> Nebrija, véase por el momento «De Nebrija a la Aca<strong>de</strong>mia»,<br />
en The Fairest Flower. The Emergence of Linguistic National Consciousness in Renaissance Europe<br />
, Florencia, 1985, pp. 133-138, o su extracto en Historia y crítica <strong>de</strong> la literatura española , <strong>II</strong>/2,<br />
Barcelona, 1991, pp. 36-43.<br />
A la n. 452 . F. Lázaro Carreter, «La estrofa en el arte real», Homenaje a José Manuel Blecua ,<br />
Gredos, Madrid, 1983, pp. 325-336.<br />
A la n. 454 . « Lau<strong>de</strong>s litterarum ...» se ha refundido como apéndice a El sueño <strong>de</strong>l humanismo<br />
(De Petrarca a Erasmo) , nueva edición, Barcelona, 2002.<br />
245
- IX -<br />
«Metafísico estáis» (y el sentido <strong>de</strong> los clásicos)<br />
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
«En un lugar <strong>de</strong> la Mancha» es frase que buena parte <strong>de</strong> los españoles lleva hoy en la memoria<br />
y reconoce como primera <strong>de</strong>l Quijote . No pasarán <strong>de</strong> un puñado, en cambio, quienes adviertan<br />
que lugar no significa ahí ‘sitio’ o ‘paraje’, sino ‘localidad’, y, más precisamente, ‘población<br />
pequeña, menor que villa y mayor que al<strong>de</strong>a’, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un or<strong>de</strong>n jerárquico bien establecido, en la<br />
concreta gradación que habría permitido a Sancho «averiguar si era ínsula, ciudad, villa o lugar la que<br />
gobernaba» (<strong>II</strong>, 54, fol. 205v) . 456 La voz respon<strong>de</strong>, pues, a la tercera y la cuarta acepción, no a la<br />
segunda, <strong>de</strong> la Real Aca<strong>de</strong>mia Española (<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el Diccionario <strong>de</strong> Autorida<strong>de</strong>s ), exactamente igual,<br />
pongamos, que cuando el narrador <strong>de</strong>l Persiles evoca «un lugar, no muy pequeño ni muy gran<strong>de</strong>,<br />
<strong>de</strong> cuyo nombre no me acuerdo» (<strong>II</strong>I, 10, fol. 155v) .<br />
Al imprescindible Rodríguez Marín se le antojó que la frase en cuestión era reminiscencia <strong>de</strong> una<br />
ensalada <strong>de</strong>l Romancero general : «Un lencero portugués, / recién venido a Castilla, / más valiente<br />
que Roldán / y más galán que Macías, / en un lugar <strong>de</strong> la Mancha, / que no le saldrá en su vida, / se<br />
enamoró muy <strong>de</strong> espacio / <strong>de</strong> una bella casadilla » . No cabe dar crédito ni a don Francisco ni al general<br />
asentimiento <strong>de</strong> los cervantistas. Ni siquiera «por caso <strong>de</strong> cerebración inconsciente» se compren<strong>de</strong> que<br />
a <strong>Cervantes</strong> se le vinieran a la cabeza unas palabras mondas (aún) <strong>de</strong> cualquier singularidad, producto<br />
imperceptible <strong>de</strong> la combinatoria más trivial <strong>de</strong>l idioma. De ningún modo podía contar tampoco con<br />
que nadie las i<strong>de</strong>ntificara como una cita, porque la tal ensalada no tuvo mayor popularidad, y el verso<br />
era <strong>de</strong>masiado anodino para que el común <strong>de</strong> los lectores, incluidos los más entusiastas <strong>de</strong>l Romancero<br />
general , captara la presunta alusión. 457 Obraremos cuerdamente si archivamos la propuesta.<br />
456 Las referencias a las obras <strong>de</strong> <strong>Cervantes</strong> recogen la indicación <strong>de</strong>l folio correspondiente en las<br />
primeras ediciones; en el caso <strong>de</strong>l Quijote , ese folio aparece consignado en el texto <strong>de</strong>l Instituto<br />
<strong>Cervantes</strong> (Barcelona, Crítica, 1998) , cuyas lecturas y puntuación se siguen en las citas mo<strong>de</strong>rnizadas<br />
y don<strong>de</strong> se hallarán orientaciones bibliográficas sobre diversos extremos aquí sin documentar.<br />
457 J. López Navío y, tras él, Vicente Gaos apoyan el parecer <strong>de</strong> Rodríguez Marín arguyendo que<br />
«el verso “que no le saldrá en la vida” (<strong>de</strong> la memoria), es <strong>de</strong>cir, “que nunca lo olvidará”, equivale a<br />
la segunda parte <strong>de</strong> la frase <strong>de</strong> <strong>Cervantes</strong>: “<strong>de</strong> cuyo nombre no quiero acordarme”» ( V. Gaos, ed. ,<br />
Don Quijote , Madrid, 1987, ad locum , contra la pon<strong>de</strong>rada opinión <strong>de</strong> G. Stagg). En absoluto: el<br />
verso quiere <strong>de</strong>cir ‘que no se le quitará’, ‘que será una mancha que jamás se le limpiará’.<br />
246
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
Al revés que el octosílabo <strong>de</strong> marras en 1605, el comienzo <strong>de</strong>l relato y no pocos otros retazos<br />
<strong>de</strong>l Quijote sí forman parte <strong>de</strong>l español <strong>de</strong> nuestros días. 458 No ya simplemente <strong>de</strong>l repertorio<br />
<strong>de</strong> datos, i<strong>de</strong>as e imágenes que le es anejo, no ya <strong>de</strong> la cultura o ‘enciclopedia’ que acompaña a<br />
una inmensa proporción <strong>de</strong> quienes lo hablan, sin necesidad <strong>de</strong> haber leído nunca a <strong>Cervantes</strong>, sino<br />
<strong>de</strong> la lengua propiamente dicha, <strong>de</strong> la compleja realidad <strong>de</strong> la lengua como conjunto <strong>de</strong> palabras y<br />
hechos, estructuras y saberes: a idéntico título, pues, que un refrán, un modismo o cualquier locución<br />
equiparable que tienda a ser siempre reproducida en los mismos términos o <strong>de</strong>ba transparentarse por<br />
<strong>de</strong>trás <strong>de</strong> otros.<br />
La entrada <strong>de</strong> la obra literaria en el dominio público paga a menudo la gabela <strong>de</strong> una distorsión sin<br />
remedio. En el marco <strong>de</strong> la lengua, la frase En un lugar <strong>de</strong> la Mancha (o, en los últimos años, <strong>de</strong><br />
La Mancha ) repite la letra pero no el espíritu <strong>de</strong> la frase «En un lugar <strong>de</strong> la Mancha» en el marco<br />
<strong>de</strong>l Ingenioso hidalgo . Otras expresiones <strong>de</strong>l mismo origen se atienen al espíritu mientras falsean<br />
la letra. El vocabulario académico recoge <strong>de</strong>sfacedor <strong>de</strong> entuertos (dizque «familiar e irónico» por<br />
‘<strong>de</strong>shacedor <strong>de</strong> agravios’), 459 y prosista tan por encima <strong>de</strong> sospecha como Unamuno no muestra<br />
ningún reparo en escribir que Schopenhauer «buscaba vengar un entuerto» . 460 Claro es que ni<br />
entuerto como ‘agravio’ ni el manoseadísimo giro aparecen jamás en la pluma <strong>de</strong> <strong>Cervantes</strong>: <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
el soneto «De Solisdán...» (I, fol. 8), el remedo arcaizante que se oye en el mundo <strong>de</strong> don Quijote<br />
es <strong>de</strong>sfacer y sobre todo, naturalmente, en<strong>de</strong>rezar tuertos . 461 No podía ser <strong>de</strong> otra manera, porque<br />
458 Léase el bonito testimonio <strong>de</strong> Alejo Carpentier en Los pasos perdidos , <strong>II</strong>I, 8, en Obras<br />
completas , México, 1983-1987, <strong>II</strong>, p. 207. Varios otros se hallarán, por ejemplo, en las Actas <strong>de</strong>l <strong>II</strong><br />
Congreso Internacional <strong>de</strong> la Asociación <strong>de</strong> Cervantistas (Nápoles, 4-9 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1994) , Nápoles,<br />
1995, pp. 741, 819, etc.<br />
459 Mejor la glosa <strong>de</strong> Ramón Gómez <strong>de</strong> la Serna, Automoribundia , Buenos Aires, 1948, p. 296 :<br />
«<strong>de</strong>sfacedores <strong>de</strong> entuertos, con moral y equidad propia, sin otra ambición que la sosegada pesquisa<br />
<strong>de</strong>l crimen <strong>de</strong> los ambiciosos capaces <strong>de</strong>l crimen y robo» .<br />
460 M. <strong>de</strong> Unamuno, En torno al casticismo , <strong>II</strong>I, ii, en Obras completas , ed. M. García Blanco,<br />
<strong>II</strong>I, Madrid, 1958, p. 234 .<br />
461 En 1512 tuerto se sentía ya tan anticuado, que la edición sevillana <strong>de</strong>l Zifar lo sustituye<br />
sistemáticamente por agravio ( J. M. Lucía Megías, en Libro <strong>de</strong>l caballero Zifar. Estudios... ,<br />
Barcelona, 1996, p. 132 y n. 127).<br />
247
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
antes <strong>de</strong>l siglo XV<strong>II</strong>I la forma entuertos , no recogida en Covarrubias ni en Autorida<strong>de</strong>s ni en su<br />
here<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> 1780, sólo se documenta con el valor <strong>de</strong> ‘dolores <strong>de</strong> vientre que suelen sobrevenir a las<br />
mujeres poco <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber parido’. 462 Pero también es verdad que la conversión <strong>de</strong> tuertos en<br />
entuertos no altera sensiblemente el alcance <strong>de</strong> la acuñación, 463 que trasiega con acierto a la vida<br />
diaria un rasgo notable <strong>de</strong>l Quijote .<br />
462 No sé si es dialectalismo, lapsus <strong>de</strong>l escribano o yerro <strong>de</strong>l transcriptor la supuesta excepción<br />
que se lee en las cuatrocentistas Or<strong>de</strong>nanzas <strong>de</strong> Barbastro : «hombre que fazies’ entuerto ad algún<br />
vecino <strong>de</strong> la çiudat» ( ed. M. <strong>de</strong> Pano, Revista <strong>de</strong> Aragón , <strong>II</strong>I, 1902, p. 912) . Descuido <strong>de</strong> copia hay<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego en ciertos versos presentados como proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> unas celebraciones <strong>de</strong> 1737: «Soy<br />
<strong>de</strong>shacedor <strong>de</strong> entuertos [ sic ], / soy [ sic ] salsa <strong>de</strong> todo almodrote / y risa <strong>de</strong> los <strong>de</strong>spiertos » (en<br />
M. L. Lobato, «El Quijote en las mascaradas populares <strong>de</strong>l siglo XV<strong>II</strong>», en <strong>Cervantes</strong>. Estudios en la<br />
víspera <strong>de</strong> su centenario , ed. K. Reichenberger, Kassel, 1994, <strong>II</strong>, p. 578) . En los siglos XV<strong>II</strong> y XV<strong>II</strong>I,<br />
la frecuente presencia <strong>de</strong> don Quijote en mojigangas y otras diversiones similares se acompañaba<br />
a menudo <strong>de</strong> motes con alusión a los tuertos ( «Hoy se <strong>de</strong>shace un gran tuerto» , «gran <strong>de</strong>sfacedor<br />
<strong>de</strong> tuertos» , «por <strong>de</strong>sfacer este agravio / y en<strong>de</strong>rezar este tuerto» ; ibi<strong>de</strong>m , pp. 591, 593 ), y cosa<br />
muy parecida ocurría en el teatro <strong>de</strong> burlas (véase sólo el Entremés <strong>de</strong> las aventuras <strong>de</strong>l caballero<br />
don Pascual <strong>de</strong>l Rábano , <strong>de</strong> hacia 1640: «-¡Desfaced aqueste tuerto! / -Facerle, yo le ficiera, / mas<br />
<strong>de</strong>sfacerle pedildo / a los santos <strong>de</strong> la Igreja, / no a caballeros andantes / que facer tuertos profesan. / -<br />
Tuerto es ‘agravio’, señor» ; ed. R. Senabre, en Estudios sobre literatura y arte <strong>de</strong>dicados al profesor<br />
Emilio Orozco Díaz , <strong>II</strong>I, Granada, 1979, p. 356 ). Esos entretenimientos <strong>de</strong>bieron <strong>de</strong> contribuir a<br />
popularizar la expresión todavía más que la misma novela cervantina. Como sea, en ellos tropiezo con<br />
el caso más antiguo que conozco <strong>de</strong> confusión <strong>de</strong>liberada entre tuertos y entuertos , en una parodia<br />
quijotesca <strong>de</strong> 1687: «todo su estudio [<strong>de</strong> un médico] es en los libros <strong>de</strong> caballerías, y en particular<br />
el <strong>de</strong> Don Quijote, y los enfermos que cura con más afición son las paridas , por <strong>de</strong>shacer entuertos<br />
» ( apud A. Egido, «Floresta <strong>de</strong> vejámenes universitarios granadinos (siglos XVI-XV<strong>II</strong>)», Bulletin<br />
Hispanique , XC<strong>II</strong>, 1990, p. 320 ); y en ellos con el primer ejemplo <strong>de</strong>l uso impropio generalizado en<br />
la actualidad, en el sainete Las caperuzas <strong>de</strong> Sancho (1776) «<strong>de</strong>sfáganse entre todos / tales entuertos /<br />
sin que haya agravios » (en J. Montero Reguera, «Imitaciones cervantinas en el teatro español <strong>de</strong>l<br />
siglo XV<strong>II</strong>I», en Actas <strong>de</strong>l Tercer coloquio <strong>de</strong> la Asociación <strong>de</strong> Cervantistas (1990) , Barcelona, 1993,<br />
p. 126) .<br />
463 Otra cosa es que entuertos haya llegado a colarse incluso en las ediciones <strong>de</strong>l Quijote , como,<br />
recientemente, en la prologada por Alberto Sánchez, Barcelona, 1976, pp. 111 y 321.<br />
248
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
La tercera posibilidad relevante es que en el camino <strong>de</strong>l uno a la otra acaben maltrechos tanto la<br />
letra como el espíritu <strong>de</strong> la novela. «Con la iglesia hemos dado» no pasa en el Ingenioso caballero (<strong>II</strong>,<br />
9, fol. 30v) <strong>de</strong> una constatación sanchopancesca <strong>de</strong> don Quijote, viajero extraviado en una noche <strong>de</strong>l<br />
Toboso espetada <strong>de</strong> ladridos, rebuznos, gruñir <strong>de</strong> puercos y maullar <strong>de</strong> gatos. En la lengua mo<strong>de</strong>rna,<br />
Con la Iglesia hemos topado se dice cuando con quien topamos (y no sencillamente damos ) es<br />
con los muros más humanos que divinos <strong>de</strong> los ministros <strong>de</strong>l Señor in hac lacrimarum valle o con<br />
las conveniencias y las exigencias <strong>de</strong> cualquier otra institución o potestad. Es, con todo, una legítima<br />
aplicación metafórica (y metonímica), y peca <strong>de</strong> severo el insigne patólogo C. J. Cela prescribiendo<br />
«baños <strong>de</strong> asiento con coca-cola light » a algunos afectos <strong>de</strong>l síndrome <strong>de</strong> «topaditis» . 464 La<br />
distorsión formal resulta asimismo ligera y bien inteligible, porque la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> ‘encontronazo y golpe’<br />
aneja al nuevo contenido semántico es primaria en topar(se) y circunstancial en dar(se) , al par<br />
que el cambio en el participio consigue las ocho sílabas <strong>de</strong> regla en las paremias. 465 El único aspecto<br />
464 «Don Leoncio Capareiros Argujillo, alia Campeón, se quitó el colesterol y se curó la topaditis<br />
comiendo todas las mañanas tres nueces ligeramente ver<strong>de</strong>s en ayunas, la topaditis es una enfermedad<br />
<strong>de</strong> la vista <strong>de</strong> origen nervioso que se manifiesta porque el paciente, al leer el Quijote , ve “con la<br />
iglesia hemos topado, Sancho” don<strong>de</strong> <strong>Cervantes</strong> dice “con la iglesia hemos dado, Sancho”, la dolencia<br />
tampoco tiene mayor importancia y a veces hasta se cura sola con un poco <strong>de</strong> reposo y baños <strong>de</strong><br />
asiento con coca-cola light » ( C. J. Cela, «El arte <strong>de</strong> freír huevos y la buena maña <strong>de</strong> comérselos»,<br />
en ABC , 4 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1997) .<br />
465 V. Gaos estima que topado pudo introducirse por influjo <strong>de</strong>l «topase con ese alcázar» <strong>de</strong> diez<br />
o quince líneas <strong>de</strong>spués: <strong>de</strong>masiada distancia, probablemente, para una contaminación. No creo que<br />
la frase, todavía no comentada por Clemencín (1833-1839), entrara en el caudal <strong>de</strong>l español corriente<br />
<strong>de</strong>l brazo <strong>de</strong> las interpretaciones esotéricas <strong>de</strong>l Quijote , que sin duda la llevaron sistemáticamente a<br />
su molino (así el coronel Baldomero Villegas <strong>de</strong>l Hoyo, La revolución española. Estudio en que se<br />
<strong>de</strong>scubre cuál y cómo fue el verda<strong>de</strong>ro ingenio <strong>de</strong> D. Quijote y el pensamiento <strong>de</strong>l simpar <strong>Cervantes</strong> ,<br />
Madrid, 1903 : « muchas veces he oído comentar este caso en el sentido que tiene: que la Iglesia era en<br />
la vida real un elemento contrario a la regeneración <strong>de</strong> la patria» , etc. ). Frente al topado ordinario (en<br />
diez días, lo encuentro en C. J. Cela, como título <strong>de</strong> un artículo <strong>de</strong> la excelente novelista Rosa Regás,<br />
El País , Barcelona, 25 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1997, suplemento <strong>de</strong> Cataluña, p. 2, y en otro <strong>de</strong> Francisco Umbral,<br />
Leer , núm. 88, abril-mayo <strong>de</strong> 1997, p. 54), incluso en alusiones sin cita ( «Aquí espero al mensajero<br />
Sancho, en esta plaza, con sus evónimos provincianos, azorinescos, su iglesia <strong>de</strong> piedra rojiza, en la<br />
249
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
<strong>de</strong>licado <strong>de</strong>l trasvase entre el libro y la lengua se nos ofrece cuando, según ocurre a cada paso, leemos<br />
el capítulo noveno <strong>de</strong> la Segunda parte llevando a cuestas el valor usual <strong>de</strong> la frase en el español<br />
contemporáneo.<br />
En él, como fuere, bien claro está que la letra <strong>de</strong> <strong>Cervantes</strong> suena a veces sin el espíritu, el espíritu<br />
sopla sin la letra o aun suce<strong>de</strong> que ninguno <strong>de</strong> los dos se respeta y, no obstante, el Quijote sigue en<br />
el trasfondo <strong>de</strong> una locución o sintagma lexicalizado. No voy a exten<strong>de</strong>r la tipología ni el recuento.<br />
«Molinos <strong>de</strong> viento» , «la razón <strong>de</strong> la sinrazón» , «cual no digan dueñas» , «pobre pero honrado» ...<br />
nos darían tela cortada para rato. Que<strong>de</strong>n los casos indicados como simples puntos <strong>de</strong> referencia<br />
para examinar con menos prisas una <strong>de</strong> las reverberaciones cervantinas más asen<strong>de</strong>readas y peor<br />
entendidas. Está en los preliminares al Ingenioso hidalgo (fol. 8v) , en el espléndido «Diálogo<br />
entre Babieca y Rocinante», cuando el corcel pontifica: «Metafísico estáis» , y puntualiza el jamelgo:<br />
«Es que no como» .<br />
No hay hispanohablante <strong>de</strong> mínima lectura a quien el en<strong>de</strong>casílabo no sea familiar, pero no sé<br />
que haya merecido la atención <strong>de</strong> ningún filólogo. Los editores <strong>de</strong>l Quijote , que no suelen serlo,<br />
vuelan sobre el pasaje sin <strong>de</strong>dicarle ni atisbos <strong>de</strong> una glosa. Sólo el bueno <strong>de</strong> Vicente Gaos lo anota<br />
haciendo suya la reflexión <strong>de</strong> Madariaga que <strong>de</strong>spués copiaremos y enviando al lector a cierto artículo<br />
<strong>de</strong> Leopoldo Eulogio Palacios, precisamente en el ABC (Madrid, 18 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1961), sobre «Hambre<br />
y metafísica». El escolio, en su misma precariedad, hace justicia a la situación. Para intentar corregirla,<br />
volvamos al contexto:<br />
Soneto<br />
B. ¿Cómo estáis, Rocinante, tan <strong>de</strong>lgado?<br />
R. Porque nunca se come, y se trabaja.<br />
B. Pues ¿qué es <strong>de</strong> la cebada y <strong>de</strong> la paja?<br />
R. No me <strong>de</strong>ja mi amo ni un bocado.<br />
Diálogo entre Babieca y Rocinante<br />
que caballero y escu<strong>de</strong>ro vendrán a topar en la noche» ; Antonio Tovar, Ensayos y peregrinaciones ,<br />
Madrid, 1960, p. 259 ), suena a ultracorrección el «Con la Iglesia hemos tropezado» en la novela<br />
Ana-Franca (1940) <strong>de</strong> Vicente Ferraz y Castán ( apud S. A. López Navia, en Actas <strong>de</strong>l <strong>II</strong> Congreso<br />
Internacional <strong>de</strong> la Asociación <strong>de</strong> Cervantistas , p. 739).<br />
250
B. Andá, señor, que estáis muy mal criado,<br />
pues vuestra lengua <strong>de</strong> asno al amo ultraja.<br />
R. Asno se es <strong>de</strong> la cuna a la mortaja.<br />
¿Quereislo ver? Miraldo enamorado.<br />
B. ¿Es necedad amar? R. No es gran pru<strong>de</strong>ncia.<br />
B. Metafísico estáis. R. Es que no como.<br />
B. Quejaos <strong>de</strong>l escu<strong>de</strong>ro. R. No es bastante.<br />
¿Cómo me he <strong>de</strong> quejar en mi dolencia,<br />
si el amo y escu<strong>de</strong>ro o mayordomo<br />
son tan rocines como Rocinante?<br />
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
Realcemos antes <strong>de</strong> nada que el «Metafísico estáis» <strong>de</strong> Babieca no constituye primariamente un<br />
comentario a la observación que acaba <strong>de</strong> lanzar Rocinante: aun manteniendo la mínima ilación, no<br />
enlaza tanto con ella cuanto abre un nuevo capitulillo volviendo al punto <strong>de</strong> partida y al leitmotiv<br />
<strong>de</strong>l poema. L. E. Palacios presume que el caballo <strong>de</strong> don Quijote «se pone metafísico discurriendo<br />
sobre el amor, y ante el frenesí <strong>de</strong> los enamorados <strong>de</strong>ja caer su sentencioso dicho» . El maestro<br />
Correas atestigua que en ocasiones se musitaba «Es cosa muy metafísica» ante alguna «muy escura<br />
<strong>de</strong> enten<strong>de</strong>r» . Pero convengamos en que el aserto ‘amar no es gran pru<strong>de</strong>ncia’ está a cien lenguas <strong>de</strong><br />
«aquellos metafísicos concetos» propios «<strong>de</strong> los que cantan la hermosura / o el rigor <strong>de</strong> sus ninfas en<br />
sonetos» , a cien leguas <strong>de</strong> los «metafísicos secretos» que «tiene el amor» . 466 Hacia agosto <strong>de</strong> 1604,<br />
cuando <strong>de</strong>bió <strong>de</strong> componerse el «Diálogo», a nadie se le ocurriría allegar una <strong>de</strong>claración tan elemental<br />
al «estilo galán y metafísico» que entonces retoñaba, 467 para <strong>de</strong>sgracia <strong>de</strong> la literatura española.<br />
Con la concatenación que presuponen Palacios y, por <strong>de</strong>fecto, la generalidad <strong>de</strong>l cervantismo, la<br />
apostilla <strong>de</strong> Babieca podría sustituirse grosso modo por otra expresión más frecuente y que sin duda<br />
se trasluce por <strong>de</strong>bajo. Cuando Sancho asevera «que esta que llaman Fortuna es una mujer borracha y<br />
antojadiza» , don Quijote salta admirado y guasón: «Muy filósofo estás , Sancho , muy a lo discreto<br />
466 Son citas, respectivamente, <strong>de</strong> Bartolomé Leonardo <strong>de</strong> Argensola, Rimas , ed. J. M. Blecua,<br />
Madrid, 1974, I, p. 160 , y <strong>de</strong> Lope <strong>de</strong> Vega, El divino africano , en Décima octava parte... , Madrid,<br />
1623, fol. 55v .<br />
467 Remito a los tercetos <strong>de</strong> La Arcadia lopeveguesca, ed. E. S. Morby, Madrid, 1975, p. 195, y a las<br />
insuperables páginas <strong>de</strong> don Ramón Menén<strong>de</strong>z Pidal, La lengua castellana en el siglo XV<strong>II</strong> , Madrid,<br />
1991.<br />
251
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
hablas» (<strong>II</strong>, 56, fol. 254) . Cuando un personaje <strong>de</strong>l Persiles asegura que «entre los ricos y los pobres<br />
no pue<strong>de</strong> haber amistad dura<strong>de</strong>ra» , otro le corta <strong>de</strong>cidido: « Filósofo estás , Clodio » (<strong>II</strong>, 5, fol.<br />
71) . 468 Es un modo <strong>de</strong> <strong>de</strong>cir que Sancho y Clodio, entrando en «razones <strong>de</strong> filosofía» , como tal vez<br />
los pastores <strong>de</strong> La Galatea , «se levantan a más que a tratar cosas <strong>de</strong>l campo» o acor<strong>de</strong>s con «su<br />
acostumbrada llaneza» (Prólogo, fol. 7) .<br />
Pero Rocinante no se ha encumbrado ni un palmo, y si remplazáramos «metafísico» por filósofo<br />
la elegante agu<strong>de</strong>za cervantina se nos escaparía irremisiblemente, porque «metafísico» no es aquí<br />
solamente una variedad o una mera pon<strong>de</strong>ración <strong>de</strong> filósofo , 469 sino que tiene una entidad<br />
intransferible. De hecho, en primera instancia, la función <strong>de</strong> «Metafísico estáis» consiste en<br />
reproducir, para al mismo tiempo encarecerlo y dilatarlo, el «estáis <strong>de</strong>lgado» <strong>de</strong>l arranque.<br />
La razón es diáfana. Des<strong>de</strong> la Edad Media, cuando adquirió la fisonomía con que la alcanza<br />
<strong>Cervantes</strong>, la metafísica tuvo siempre a la sutileza como cualidad especialmente distintiva, hasta el<br />
extremo <strong>de</strong> que metafísico y sutil se dieron la mano tan asiduamente, que terminaron poco menos<br />
que en sinónimos. 470 Don Juan Manuel se disculpaba ya por tratar «cosas non muy sotiles , así como<br />
468 En La entretenida (<strong>II</strong>I, fol. 184) , la variante <strong>de</strong> filósofo estás tiene probablemente un blanco<br />
menos genérico. Don Francisco ha razonado que «la suerte <strong>de</strong> los mortales» discurre «entre bienes<br />
y entre males» ; y aña<strong>de</strong>: «Esta verdad sé bien yo, / sin que en probarla porfíe: / ayer lloraba el que<br />
hoy ríe / y hoy llora el que ayer rió» . El comentario <strong>de</strong> don Antonio ( «¡Oh, qué filósofo vienes !» )<br />
mira ahí en concreto al motivo tradicional <strong>de</strong> un Democritus ri<strong>de</strong>ns y un Heraclitus flens . Vid. «Los<br />
filósofos <strong>de</strong> Velázquez, o el gran teatro <strong>de</strong>l mundo», en mi libro Figuras con paisaje , Barcelona, 1994,<br />
pp. 69-97, con bibliografía.<br />
469 Sí lo es, a todas luces, en El médico <strong>de</strong> su honra , versos 545-546 ( «¡qué lisonjero os escucho! /<br />
Muy metafísico estáis» ), según la corrección <strong>de</strong> Vera Tassis, sin duda acertada (en el parlamento<br />
anterior, precisa don Gutierre: «escúchame un argumento » , « Aplico agora » ), frente al paralífico<br />
<strong>de</strong> las primeras ediciones, que C. A. Jones (Oxford, 1965 2 , p. 21) enmienda en parabólico .<br />
470 Según el Diccionario <strong>de</strong> Autorida<strong>de</strong>s , metafísico «se toma, por alusión, por el modo <strong>de</strong> discurrir<br />
con <strong>de</strong>masiada sutileza en cualquier materia, o por las mismas cosas así discurridas» .<br />
252
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
si yo -contraponía- fablase <strong>de</strong> la sciencia <strong>de</strong> teología o metafísica o otras sciencias muy sotiles » .<br />
471 Des<strong>de</strong> entonces, los ejemplos castellanos son incontables. Recomienda Bartolomé Leonardo :<br />
Ni sutilices mucho con el arte<br />
las congojas que amor «finezas» llama,<br />
si esperas en su gusto acreditarte:<br />
no las <strong>de</strong>scribe el que <strong>de</strong> veras ama<br />
con pluma metafísica 472<br />
El Padre Arbiol está convencido <strong>de</strong> que «los maestros <strong>de</strong> metafísico talento aprovechan poco a sus<br />
discípulos, porque con su misma subtileza los confun<strong>de</strong>n» , y Jarque se duele <strong>de</strong> que muchos «van<br />
a los sermones en busca <strong>de</strong> sutilezas metafísicas y bachillerías» . 473 Con paciencia, la lista podría<br />
prolongarse hasta Martínez <strong>de</strong> la Rosa ( «¡Dejad a metafísicos sutiles / la nimia exactitud!» ) 474 y,<br />
<strong>de</strong> valer la pena, hasta nuestros mismísimos días.<br />
Pero, naturalmente, el sentido primigenio <strong>de</strong>l latín subtilis y su <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia romance es el<br />
material, ‘<strong>de</strong>lgado, <strong>de</strong>licado, tenue’, mientras el intelectual, ‘agudo, perspicaz, ingenioso’, viene sólo<br />
en segundo lugar (así, aún, para la Real Aca<strong>de</strong>mia Española), como acepción <strong>de</strong>rivada. Hoy seguimos<br />
repitiendo que tal o cual sujeto <strong>de</strong>spunta <strong>de</strong> agudo , y reconocemos la polisemia en que se apoya<br />
la frase, pero hemos olvidado el valor palpable <strong>de</strong> sutil . En cambio, cuando don Quijote advierte<br />
que los «contrapuntos se suelen quebrar <strong>de</strong> sotiles» (<strong>II</strong>, 26, fol. 100v) , tiene perfecta conciencia <strong>de</strong><br />
usar el verbo metafóricamente, aprovechando uno <strong>de</strong> los dos valores -justamente el que en rigor no<br />
viene al caso- <strong>de</strong>l adjetivo dilógico.<br />
Juego similar, aunque al cuadrado, ocurre ahora. Puesto que sutil significa ‘<strong>de</strong>lgado’ y metafísico<br />
es gemelo <strong>de</strong> sutil , claro está que cuando Babieca llama «metafísico» a Rocinante está <strong>de</strong>scribiéndolo<br />
471 El con<strong>de</strong> Lucanor , ed. G. Serés, Barcelona, 1994, p. 227 ; cf. F. Rico, «Crítica <strong>de</strong>l texto y<br />
mo<strong>de</strong>los <strong>de</strong> cultura en el Prólogo general <strong>de</strong> don Juan Manuel», en Studia in honorem prof. M. <strong>de</strong><br />
Riquer , I (Barcelona, 1986), pp. 409-423.<br />
472 Ed. J. M. Blecua, <strong>II</strong>, p. 79 .<br />
473 Antonio Arbiol, Desengaños místicos... , Zaragoza, 1706, p. 312a ; Juan Antonio Jarque, El orador<br />
cristiano... Parte primera , I, Zaragoza, 1657, p. 385a .<br />
474 Obras , I, París, 1827, p. 24 .<br />
253
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
como ‘<strong>de</strong>lgado’. Es, reitero, una vuelta al punto <strong>de</strong> partida. Babieca había preguntado por la causa <strong>de</strong><br />
un hecho evi<strong>de</strong>nte: «¿Cómo estáis , Rocinante, tan <strong>de</strong>lgado ?» . Ya informado, reprochaba al penco<br />
que se permitiera «ultrajar», a don Quijote, a la vez que insistía, y con igual disposición sintáctica, en<br />
el mismo dato objetivo <strong>de</strong>l principio: « estáis muy mal criado » . Insistía, digo, porque es necesario<br />
reparar en que la frase no mira sólo a los modales, sino también, accesoriamente, al físico <strong>de</strong>l rocín:<br />
«mal criado» es ‘mal educado’ y a<strong>de</strong>más ‘mal alimentado, mal tratado’ (y por en<strong>de</strong> en los huesos),<br />
<strong>de</strong> acuerdo con el comunísimo empleo <strong>de</strong> criar en el sentido <strong>de</strong> ‘nutrir a un niño’ y ‘cuidar y cebar<br />
aves u otros animales’. La formulación paralela da la clave para dilucidar el espinoso «Metafísico<br />
estáis» a la luz <strong>de</strong>l cristalino «estáis <strong>de</strong>lgado» y el «estáis mal criado» un pelo difícil. La prueba <strong>de</strong>l<br />
nueve nos la brindan las réplicas asimismo correlativas <strong>de</strong> Rocinante: «Porque nunca se come » , «Es<br />
que no como» .<br />
A nadie sorpren<strong>de</strong>rá que el donaire reaparezca y se enmarañe en ingenios enfermizamente apegados<br />
al artificio conceptuoso. <strong>Cervantes</strong> había construido el verso sin echar mano <strong>de</strong> ninguna noción<br />
ni asociación que no fuera <strong>de</strong> curso corriente, y fiaba el <strong>de</strong>sciframiento <strong>de</strong> «metafísico» a la<br />
correspon<strong>de</strong>ncia con el «<strong>de</strong>lgado» que antes había aducido <strong>de</strong> modo prominente. Gracián nos intriga<br />
primero con el recurso insólito a la palabra y únicamente <strong>de</strong>spués nos revela su alcance al emparejarla<br />
con el (medio) sinónimo que veíamos: «Al paso que el engaño anda metafísico , también la cautela<br />
sutil vale a los alcances » . 475 Quevedo , en uno <strong>de</strong> tantos ejercicios <strong>de</strong> ensañamiento a cubierto,<br />
ahora «A una mujer flaca», <strong>de</strong>ja atrás la simple equivalencia <strong>de</strong> los dos adjetivos y <strong>de</strong>splaza uno a<br />
favor <strong>de</strong> la mención expresa <strong>de</strong>l Doctor subtilis , el metafísico y teólogo por excelencia:<br />
que si va por lo flaco, tenéis voto<br />
<strong>de</strong> que sois más sutil que lo fue Escoto.<br />
Años más tar<strong>de</strong>, probablemente en una época en que bastaba ver «algún rocín flaco» para exclamar<br />
«¡Allí va Rocinante!» (<strong>II</strong>, 3, fol. 12) , reincidía en el chiste, a costa <strong>de</strong> una cabalgadura, sin que<br />
tampoco esta vez, como otras mil, supiera resistirse a la tentación <strong>de</strong> explicar la gracia, no fuera a ser<br />
que alguno se quedara sin admirar el caletre <strong>de</strong>l autor:<br />
Iba en Escoto, mi haca,<br />
a quien tal nombre se puso<br />
475 El Criticón , ed. M. Romera Navarro, Fila<strong>de</strong>lfia, 1939, <strong>II</strong>, p. 254 . La nota muestra que el<br />
laborioso editor no entendió aquí el texto.<br />
254
porque se parece al mismo<br />
en lo sutil y lo agudo. 476<br />
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
Si «Metafísico estáis» mantiene sólo un ligerísimo nexo con la trivial afirmación recién hecha por<br />
Rocinante, y más bien retoma el hilo <strong>de</strong>l primer en<strong>de</strong>casílabo, para remachar principalmente el sema<br />
<strong>de</strong> ‘escuali<strong>de</strong>z’, sin aten<strong>de</strong>r apenas al <strong>de</strong> ‘sutileza’, el «Es que no como» <strong>de</strong> la respuesta sí se hace<br />
cargo <strong>de</strong> la doble significación <strong>de</strong> la palabra, <strong>de</strong> forma que convierte en piropo el dardo <strong>de</strong> Babieca.<br />
‘Cierto’, viene a <strong>de</strong>cir el jamelgo, ‘estoy <strong>de</strong>macrado’ ( sutil , en la acepción física), ‘pero, por ello<br />
mismo, también lúcido y perspicaz’ ( sutil , en la acepción intelectual).<br />
A tal interpretación nos conduce sin sombra <strong>de</strong> violencia la lengua <strong>de</strong> la época, con un refrán<br />
universalmente sabido ( «la hambre dicen que el ingenio aguza» , rimaba Quevedo ) 477 y sustentado<br />
e ilustrado por expertos tan conspicuos como Lázaro <strong>de</strong> Tormes: «Como la necesidad sea tan gran<br />
maestra, viéndome con tanta siempre, noche y día estaba pensando la manera que tenía en substentar<br />
el vivir; y pienso que me era la luz la hambre, pues dicen que el ingenio con ella se avisa, y al contrario<br />
con la hartura» . 478 Para corroborar que la asociación <strong>de</strong> ‘hambre’ e ‘ingenio, sutileza’, a través <strong>de</strong>l<br />
proverbio (y verosímilmente con vivas reminiscencias <strong>de</strong>l Lazarillo ), se le ofrecía a <strong>Cervantes</strong> con<br />
toda naturalidad, nos es suficiente abrir el Viaje <strong>de</strong>l Parnaso (I, 130-133, fol. 3v) :<br />
Adiós, hambre sotil <strong>de</strong> algún hidalgo,<br />
que por no verme ante tus puertas muerto<br />
hoy <strong>de</strong> mi patria y <strong>de</strong> mí mismo salgo. 479<br />
476 Cito «A una mujer flaca» e «Itinerario <strong>de</strong> Madrid a su Torre» por la gran edición <strong>de</strong> don José<br />
Manuel Blecua, Obra poética , Madrid, 1969-1981, núms. 620 y 751 . Increíblemente, J. O. Crosby,<br />
ed. , Sueños y discursos , Madrid, 1993, p. 1295, confun<strong>de</strong> a Juan Duns Escoto con «Escoto el<br />
Italiano».<br />
477 «Despí<strong>de</strong>se <strong>de</strong> la ambición y <strong>de</strong> la Corte», en Poesía original , núm. 572, verso 10 . La forma<br />
que trae Correas es «La hambre <strong>de</strong>spierta el ingenio» .<br />
478 Lazarillo <strong>de</strong> Tormes , ed. F. Rico, Madrid, 1987, p. 62 (y n. 75) .<br />
479 La resonancia <strong>de</strong>l Lazarillo se escucha, no ya en la elección <strong>de</strong>l «hidalgo» como paradigma <strong>de</strong><br />
«hambre sotil» , sino particularmente en la circunstancia <strong>de</strong> huir <strong>de</strong> la «patria» para no <strong>de</strong>caer <strong>de</strong><br />
clase y quedar humillado a ojos <strong>de</strong> los convecinos. Vid. Lazarillo <strong>de</strong> Tormes , ed. cit. , p. 104*.<br />
255
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
Las connotaciones jocosas <strong>de</strong>l verso, sin embargo, no se agotan en la indicada disemia ni en el<br />
corolario sobre las virtu<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l ayuno. Con hache, como pi<strong>de</strong> la etimología ( héktikós ), o sin hache,<br />
como siempre se lee en <strong>Cervantes</strong>, 480 ( h ) ético ha circulado <strong>de</strong> antiguo en castellano (y circula<br />
aún: tímidamente en la Península, corajudo en América) con la significación <strong>de</strong> ‘tísico’, ‘<strong>de</strong>macrado<br />
y consumido (como un tuberculoso, como un enfermo)’. «Pasando a caso un religioso muy gordo<br />
por don<strong>de</strong> el [Licenciado Vidriera] estaba, dijo uno <strong>de</strong> sus oyentes: “De ético no se pue<strong>de</strong> mover el<br />
padre”» (fol. 124) . Pero supuesto que la voz, inevitablemente, se prestaba a ser interpretada como<br />
ético ( êthikós ), según acabamos <strong>de</strong> verificar en las Novelas ejemplares (no en bal<strong>de</strong> se habla <strong>de</strong><br />
«un religioso» ), 481 creo preciso inferir que la broma <strong>de</strong> Babieca tiene todavía un ámbito mayor <strong>de</strong>l<br />
que llevamos acotado. ‘Estáis tan sutil, tan <strong>de</strong>lgado’, ha <strong>de</strong> enten<strong>de</strong>r Rocinante, ‘que más que ético<br />
se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir que estáis metafísico ’.<br />
La propuesta quizá pareciera <strong>de</strong>masiado atrevida, si no contara con el respaldo tajante <strong>de</strong>l<br />
Diccionario <strong>de</strong> Autorida<strong>de</strong>s , don<strong>de</strong>, tras garantizársenos que «por semejanza se llama [ hética ]<br />
cualquier cosa que está muy flaca y <strong>de</strong>smedrada» , el primer ejemplo que se alega es ni más ni menos<br />
que «mula hética» . Que el adjetivo, efectivamente, hubo <strong>de</strong> aplicarse con frecuencia a solípedos<br />
escuchimizados se <strong>de</strong>ja comprobar no sólo con otros textos (Pablos <strong>de</strong> Segovia salió <strong>de</strong> rey <strong>de</strong> gallos<br />
«en un caballo ético y mustio» ), 482 sino con el más autorizado <strong>de</strong> los testimonios. Pues la única<br />
vez que el término se registra en el Quijote es justamente a cuenta <strong>de</strong> nuestro protagonista: «Estaba<br />
Rocinante maravillosamente pintado, tan largo y tendido, tan atenuado y flaco, con tanto espinazo,<br />
tan ético confirmado, que mostraba bien al <strong>de</strong>scubierto con cuánta advertencia y propriedad se le<br />
había puesto el nombre » (I, 9, fol. 33) .<br />
480 A los lugares en seguida citados, añádase La Galatea , <strong>II</strong>, fol. 112v : «ya estáis éticos <strong>de</strong> amor,<br />
enfermedad al parecer incurable » .<br />
481 En la misma dirección, es célebre la «habla ética» <strong>de</strong>l hipócrita Cabra ( F. <strong>de</strong> Quevedo, La vida<br />
<strong>de</strong>l Buscón , ed. F. Cabo Aseguinolaza, Barcelona, 1993, p. 67 ; por excepción en tan sólido trabajo,<br />
la nota no está bien orientada); otros casos más recónditos, en el utilísimo Vocabulario completo <strong>de</strong><br />
Lope <strong>de</strong> Vega , Madrid, 1971, <strong>de</strong> Carlos Fernán<strong>de</strong>z Gómez, p. 1164.<br />
482 F. <strong>de</strong> Quevedo, La vida <strong>de</strong>l Buscón , ed. F. Lázaro Carreter, Salamanca, 1965, p. 26 (según<br />
la princeps y los manuscritos S y C ) . El uso llega a Pío Baroja ( « tirada por dos caballos héticos,<br />
cubiertos con gualdrapas amarillas» ; Las tragedias grotescas , XX ), mientras en la Castilla rural sigue<br />
hablándose, por ejemplo, <strong>de</strong> «ovejas héticas y pelléticas» (‘perléticas’).<br />
256
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
‘No estáis meramente ético , como suele <strong>de</strong>cirse <strong>de</strong> las caballerías entecas’, postula por tanto<br />
Babieca: ‘vos, Rocinante, ocupáis un grado más alto en la escala <strong>de</strong> la filosofía, entráis en el terreno <strong>de</strong><br />
la metafísica , y por buenos motivos, pues, <strong>de</strong> tan <strong>de</strong>lgado, casi sois ya esencia pura’. La Ratio <strong>de</strong> los<br />
jesuitas y otros programas <strong>de</strong> estudios jerarquizaban las enseñanzas filosóficas partiendo <strong>de</strong> la lógica,<br />
continuando por la ética y llegando al cabo a la metafísica. Pasara o no por las aulas <strong>de</strong> la Compañía,<br />
el novelista no podía ignorarlo. Pero si un dato hay tan capital cuanto inadvertido en el pensamiento<br />
<strong>de</strong> <strong>Cervantes</strong>, ése es sin duda el apego por Aristóteles ( «In rebus alicuius momenti ab Aristotele non<br />
receda m » , 483 <strong>de</strong>bía <strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse también él), a quien había leído con atención, recurre a menudo y<br />
a todas luces siente como congenial y cercano (habrá que mostrarlo por largo en otra ocasión). Según<br />
ello, al poner al metafísico Rocinante por encima <strong>de</strong>l vulgar matalón ético , el escritor pensaría<br />
menos en los currículos escolares que en el propio canon aristotélico y en la tradicional valoración <strong>de</strong><br />
la metafísica como cima especulativa <strong>de</strong>l Estagirita.<br />
No cabía cerrar el círculo con mayor soltura: Rocinante está «metafísico» , vale <strong>de</strong>cir, ‘sutil’, por<br />
«<strong>de</strong>lgado» (y por «mal criado» ), y ‘sutil’, echándolo a buena parte, porque el hambre aguza el ingenio<br />
( «Es que no como» ); pero, asimismo, está tan, tan ‘escuchimizado’, que no se queda en ético ,<br />
antes se alza a «metafísico» , a seca abstracción. Tal es el sentido, el enca<strong>de</strong>namiento <strong>de</strong> sentidos,<br />
que el autor concertó grácilmente en el estupendo en<strong>de</strong>casílabo. No es, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego, el significado<br />
que acogió la posteridad. El verso tiene la perfección semántica <strong>de</strong> un silogismo; no obstante, si se<br />
ha puesto en las puertas <strong>de</strong> la proverbialización es por haberse malentendido como enunciado en<br />
apariencia incongruente, pero provisto, eso sí, <strong>de</strong> una congruencia última.<br />
En una perspectiva distinta <strong>de</strong> la cervantina, la vinculación <strong>de</strong> ‘metafísica’ y ‘ayuno’ es ciertamente<br />
para fascinar. «El contraste entre nuestra vocación hacia el más allá, entre nuestra gran<strong>de</strong>za moral <strong>de</strong><br />
seres que no morirán nunca, y la condición en que nos hace vivir el cuerpo, con el cuidado principal<br />
<strong>de</strong> llenar la andorga -escribía a nuestro propósito L. E. Palacios-, es una <strong>de</strong> las fuentes mayores <strong>de</strong><br />
lo cómico» . A primera vista -ha dictaminado la tradición-, la gracia está, por ahí, en que nada tiene<br />
que ver el culo con las témporas. Pero, bien mirado -ha seguido diciéndose, avalada por el silencio<br />
<strong>de</strong> los cervantistas-, hay mucha verdad en esa supuesta incoherencia: quien se enmaraña en la teoría,<br />
será porque no sabe o no pue<strong>de</strong> habérselas con la práctica. Así, la afirmación <strong>de</strong> Babieca, sobre todo,<br />
ha entrado en la lengua para ser utilizada chistosamente como una llamada a la realidad, cuando uno<br />
483 Ratio atque Institutio studiorum Societatis Iesu , Roma, 1616, p. 68 .<br />
257
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
se barrunta que la apelación a las i<strong>de</strong>as sublimes nace <strong>de</strong> la incapacidad <strong>de</strong> resolver <strong>de</strong>terminados<br />
problemas a ras <strong>de</strong> tierra o bien busca encubrirlos o soslayarlos.<br />
No necesitamos tener presente la revuelta trama <strong>de</strong> Lo vivo y lo pintado , <strong>de</strong> Bretón <strong>de</strong> los Herreros ,<br />
para presumir por dón<strong>de</strong> van los tiros cuando Felisa, enmascarada, razona prolijamente cierto dilema<br />
(<strong>II</strong>I, 8), y Beatriz, en un aparte, acota:<br />
¡Qué metafísica está!<br />
Muy fea <strong>de</strong>be <strong>de</strong> ser. 484<br />
Ni tenemos que extractar sino unas cuantas líneas, para no per<strong>de</strong>rnos un momento vital en el<br />
planteamiento, arquetípicamente benaventino, <strong>de</strong> Buena boda (I, 3) :<br />
- Los hombres, en general, y las mujeres, en particular, prefieren ser admiradas por sus <strong>de</strong>fectos a<br />
serlo por sus virtu<strong>de</strong>s... Y se compren<strong>de</strong>... ¡La virtud se admira, porque es virtud... don<strong>de</strong> se encuentra,<br />
y los <strong>de</strong>fectos sólo don<strong>de</strong> se ama!<br />
-¡Metafísico estás!<br />
-No tengo un cuarto<br />
O, en fin, en el «Sueño <strong>de</strong> la evolución» , <strong>de</strong> Marco Fi<strong>de</strong>l Suárez, mientras oímos a Aníbal Montemar<br />
damos por bueno que sobrelleva contento los sinsabores que le ha <strong>de</strong>parado «la negra afición a los<br />
asuntos públicos» , porque para él lo importante es «pensar sólo en la patria imperece<strong>de</strong>ra» , pero<br />
nos quedamos con la mosca <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> la oreja cuando <strong>de</strong>spués comenta Luciano: «Metafísico estás,<br />
amigo » . 485<br />
El Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> Colombia divagaba a su aire, sin cortapisa alguna, pero Bretón y don Jacinto se<br />
<strong>de</strong>bían al público y sabían que ningún espectador, recordara o no el Quijote , <strong>de</strong>jaría <strong>de</strong> reconocer<br />
la frase hecha y <strong>de</strong>scifrarla correctamente: como un parapeto frente a las cortinas <strong>de</strong> humo <strong>de</strong> la<br />
grandilocuencia, como una invitación a volver los ojos al suelo. Es, en efecto, el uso más común <strong>de</strong> la<br />
484 Véase también La escuela <strong>de</strong> las casadas , <strong>II</strong>I, 9 : «-No arguyes <strong>de</strong> buena fe, / aunque estás muy<br />
metafísica » .<br />
485 M. F. Suárez, Sueños <strong>de</strong> Luciano Pulgar , ed. J. J. Ortega Torres et al. , IV (Bogotá, 1941), pp.<br />
108-109 ; y vid. IX (1945), p. 230 : «-Yo, a mi turno, te diré también que metafísico estás. -No ando<br />
metafísico, sino muy físico» .<br />
258
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
cita, vuelta ya moneda <strong>de</strong> todos los bolsillos. Pero el dialoguillo <strong>de</strong> Babieca y Rocinante suele también<br />
salir <strong>de</strong> labios hispanos, no para <strong>de</strong>nunciar la falta <strong>de</strong> a<strong>de</strong>cuación entre palabras y hechos, sino, por<br />
el contrario, para establecer entre dos datos más o menos dispares una concatenación literal calcada<br />
<strong>de</strong> la que erróneamente se cree hallar en el Quijote . ‘Eso es soltar monsergas, en lugar <strong>de</strong> coger el<br />
toro por los cuernos’, se implicaba en los ejemplos anteriores. ‘Sí, es cierto, el no comer <strong>de</strong>semboca<br />
naturalmente en la metafísica’, viene a conce<strong>de</strong>rse otras veces.<br />
Entre los colaboradores <strong>de</strong> Fresa y chocolate , la buena película <strong>de</strong> Tomás Gutiérrez Alea (1994),<br />
figura un Grupo <strong>de</strong> creación ROCINANTE-«Metafísico estáis...» . Ignoro si quienes lo forman se<br />
bautizaron así para insinuar una crítica particular o dar fe <strong>de</strong> un hecho general: como fuera, es obvio<br />
que, alejándose <strong>de</strong> <strong>Cervantes</strong> sólo en un discreto <strong>de</strong>splazamiento, estaban proclamando que entre el<br />
ejercicio intelectual y la dura vida <strong>de</strong>l artista (en Cuba o en cualquier parte) existe una relación fatal.<br />
En La <strong>de</strong> los tristes <strong>de</strong>stinos , Santiago Ibero rabia por per<strong>de</strong>r <strong>de</strong> vista «el horrible mata<strong>de</strong>ro» que ha<br />
sido Alcolea y vivir con Teresa abdicando «toda ilusión <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>zas políticas y militares» (XXXI,<br />
XXXV<strong>II</strong>I) . «¿Atribuyes tu cambiazo al amor, a los espíritus?» , inquiere Tarfe.<br />
-Los espíritus son los mensajeros <strong>de</strong>l amor, señor don Manuel... Su misión es propagar la ley <strong>de</strong><br />
amor en todo el Universo...<br />
-Metafísico estás... ¡Ja, ja, ja!<br />
-Es que el espanto <strong>de</strong> la guerra civil me ha trastornado<br />
(XXXI)<br />
‘No es retórica vacía’, podríamos parafrasear ahora (notando o sin notar las referencias cervantinas:<br />
el apellido <strong>de</strong> Tarfe , la mención <strong>de</strong>l amor , el enlace con un Es que... ), ‘hay excelentes razones<br />
para pensar y hablar como lo hago’.<br />
Cuando nuestro en<strong>de</strong>casílabo sirve <strong>de</strong> pauta para proyectar sobre otros dos elementos la conexión<br />
que se supone en el original, claro está que normalmente se impone retocarlo. Valga una rápida<br />
muestra. Octavio Paz <strong>de</strong>dica a Eulalio Ferrer y a «La Dulcinea <strong>de</strong> Marcel Duchamp» un airoso soneto<br />
cuyo epígrafe reza: «-Metafísica estáis. -Hago striptease » . La dama <strong>de</strong>l pintor y <strong>de</strong>l poeta se ha<br />
vuelto «inhumano / rigor y geometría» : en «la mente» , en un striptease radical, «mientras más se<br />
<strong>de</strong>sviste, más se niega» ; «invisible en el cuadro» , Aldonza «fue mujer y ya es i<strong>de</strong>a» , 486 metafísica<br />
486 Apud Antonio Rodríguez, Museo iconográfico <strong>de</strong>l «Quijote» , México, 1987, p. 102 .<br />
259
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
es. En La revolución <strong>de</strong> julio (XVI) , Telesforo <strong>de</strong>l Portillo, alias «Sebo», va tomándole el tiento a<br />
las nuevas circunstancias y se arrisca a saludar «a la Reina <strong>de</strong>l mundo, que es la Libertad» :<br />
-Revolucionario estáis, amigo «Sebo» -se sorpren<strong>de</strong> el narrador-.<br />
-Es que no como; es que once reales al día dan poco <strong>de</strong> sí, excelentísimo señor, y una <strong>de</strong> dos: o las<br />
revoluciones no sirven para nada, o sirven para que el español un poco listo ponga unos garbanzos<br />
más en el puchero, y si a mano viene, una pata <strong>de</strong> gallina<br />
La perfecta consecuencia entre ‘metafísica’ y striptease , entre ‘revolución’ y olla escasa, es imagen<br />
<strong>de</strong> una trabazón que el texto <strong>de</strong>l Quijote <strong>de</strong> hecho no tiene.<br />
El pasaje galdosiano, por otra parte, sirve para ponernos sobre aviso <strong>de</strong> que no podía faltar quien,<br />
sumando la incongruencia y la congruencia que habitualmente se le atribuyen, convirtiera la línea<br />
que nos ocupa en un espejo tópico <strong>de</strong> la historia española. Para Madariaga, así, la conjunción <strong>de</strong> los<br />
ingredientes que sabemos, tal como en principio suenan, dota al «verso <strong>de</strong> una fuerza satírica tan<br />
explosiva, que cubre a lo menos dos siglos <strong>de</strong> toda España» . 487 Po<strong>de</strong>mos imaginar en qué pensaba<br />
don Salvador: la mística y la picaresca, los absolutos <strong>de</strong> la teocracia y la bancarrota <strong>de</strong> la hacienda<br />
pública, don Quijote y Sancho...<br />
No me he visto con ánimo <strong>de</strong> perseguir los posibles rastros <strong>de</strong>l «Metafísico estáis» en otras plumas<br />
más o menos proclives, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> unas o <strong>de</strong>s<strong>de</strong> otras trincheras, a las lucubraciones por ese estilo. 488<br />
Sospecho que habrán sido bastantes, pero por el momento, sin indagación especial, se me viene a<br />
la memoria <strong>de</strong> posguerra un «Discurso sobre la revolución española» pronunciado por José Antonio<br />
Primo <strong>de</strong> Rivera , en mayo <strong>de</strong> 1935, y cuyo párrafo más aventado durante <strong>de</strong>cenios <strong>de</strong>claraba:<br />
«Nosotros amamos a España porque no nos gusta» . Son las insuficiencias, la «ruina» y la «<strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia<br />
<strong>de</strong> nuestra España física <strong>de</strong> ahora» , las que espolean el patriotismo <strong>de</strong> los falangistas: por ellas,<br />
«nosotros amamos a la eterna e inconmovible metafísica <strong>de</strong> España» . 489 Esa «metafísica» va ahí<br />
487 S. <strong>de</strong> Madariaga, ed. , Don Quijote , Buenos Aires, 1962, p. 57, nota 26 .<br />
488 O por otros análogos: «Rocinante , por no comer, estaba metafísico . Es <strong>de</strong>cir, señores, que<br />
cuando Don Quijote pier<strong>de</strong> la fe en su cabalgadura, que es la Metafísica andando, <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> ser caballero<br />
andante » ( A. Bonilla y San Martín, Don Quijote y el pensamiento español , Madrid, 1905, p. 22) .<br />
489 Últimamente en <strong>Miguel</strong> Primo <strong>de</strong> Rivera y Urquijo, Papeles póstumos <strong>de</strong> José Antonio ,<br />
Barcelona, 1996, p. 279 . Debo la localización <strong>de</strong> la cita a mi viejo amigo Rafael Borrás; ni él ni yo,<br />
260
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
<strong>de</strong>masiado cerca y <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong>masiado <strong>de</strong> las visiones negativas ( « porque no nos gusta» ), <strong>de</strong> las<br />
evocaciones <strong>de</strong> la miseria y la penuria, para no presumir que está en <strong>de</strong>uda con el soneto <strong>de</strong> Babieca<br />
y Rocinante. Leyendo «Apología y petición» (1960) en Moralida<strong>de</strong>s o en Las personas <strong>de</strong>l verbo<br />
, podríamos preguntarnos si Jaime Gil <strong>de</strong> Biedma lo tiene o no lo tiene en mente:<br />
¿Y qué <strong>de</strong>cir <strong>de</strong> nuestra madre España,<br />
este país <strong>de</strong> todos los <strong>de</strong>monios,<br />
en don<strong>de</strong> el mal gobierno, la pobreza<br />
no son, sin más, pobreza y mal gobierno,<br />
sino un estado místico <strong>de</strong>l hombre,<br />
la absolución final <strong>de</strong> nuestra historia?<br />
El arranque <strong>de</strong>l poema nos previene contra cualquier tentación <strong>de</strong> traducir dos o diez «siglos <strong>de</strong> toda<br />
España» a una santa alianza <strong>de</strong> «pobreza» y «estado místico» , pero en <strong>de</strong>finitiva nos <strong>de</strong>ja con dudas.<br />
El ir y venir <strong>de</strong> las palabras-rima nos trae <strong>de</strong>spués claves más explícitas:<br />
Quiero creer que nuestro mal gobierno<br />
es un vulgar negocio <strong>de</strong> los hombres<br />
y no una metafísica , que España<br />
<strong>de</strong>be y pue<strong>de</strong> salir <strong>de</strong> la pobreza ,<br />
que es tiempo aún para cambiar su historia,<br />
antes que se la lleven los <strong>de</strong>monios<br />
Pero tampoco sería ningún disparate pensar que el venablo se disparaba ahora contra el propio José<br />
Antonio (como en «El arquitrabe», <strong>de</strong> Compañeros <strong>de</strong> viaje , se lanza contra un correligionario suyo).<br />
Sólo cuando volvemos a la primera edición <strong>de</strong> la sextina, en Cuatro poemas morales (Barcelona,<br />
sin año), y comprobamos que el epígrafe, suprimido en las posteriores, es precisamente el verso<br />
cervantino en cuestión, ganamos la certeza <strong>de</strong> que «Apología y petición», eche o no eche a<strong>de</strong>más<br />
una mirada a los mitos <strong>de</strong> la Falange, está asimismo impugnando las exégesis <strong>de</strong> «Metafísico estáis<br />
» orientadas por los <strong>de</strong>rroteros <strong>de</strong> Madariaga. 490<br />
ni siquiera Andrés Trapiello, recordamos en cambio quién lo refundió en un en<strong>de</strong>casílabo: «la eterna<br />
metafísica <strong>de</strong> España» .<br />
490 Por ello, para evitar que el poema se tomara en el pronto como una confirmación <strong>de</strong> tales exégesis,<br />
el autor, con buen criterio, prescindió <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l epígrafe. Por otro lado, creo que Jaime Gil tenía<br />
261
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
A quien haya apechugado con las páginas que antece<strong>de</strong>n, difícilmente habrá <strong>de</strong>jado <strong>de</strong> venírsele a<br />
las mientes algún caso que converge con los ojeados hasta aquí en comprobar que nuestro en<strong>de</strong>casílabo<br />
corre por la lengua y por la literatura con un sentido harto diverso <strong>de</strong>l que tiene en el Quijote (y si<br />
por azar no se le ha venido en forma <strong>de</strong> cita, le bastará apelar a su personal competencia y experiencia<br />
<strong>de</strong> hispanohablante). Tres cuartos <strong>de</strong> lo mismo le suce<strong>de</strong>rá con los otros loci proverbializados, fiel o<br />
infielmente, en la letra, en el espíritu o en ambos, que he recordado yo al comienzo o quiera él añadir.<br />
Claro es que fragmentos como esos no plantean un problema <strong>de</strong>masiado distinto <strong>de</strong>l anejo a<br />
cualquier vocablo (o sintagma, o ingrediente mayor) que aparezca en una obra <strong>de</strong> antaño con<br />
un alcance diferente <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>rno: con un pequeño esfuerzo, el lector advertido <strong>de</strong>secha el valor<br />
anacrónico <strong>de</strong> la voz y lo remplaza por el correspondiente en la obra <strong>de</strong> marras. Pero importa no per<strong>de</strong>r<br />
<strong>de</strong> vista que ese esfuerzo, por ligero que sea, es poco menos que irremediable. Con la controvertible<br />
excepción <strong>de</strong> tal o cual especialista (toda una María Rosa Lida no lograba sustraerse a la «nota <strong>de</strong><br />
cómica incongruencia» que el epíteto en rima introduce «entre las solemnes vetusteces» alineadas por<br />
Juan <strong>de</strong> Mena en la copla 266 <strong>de</strong>l Laberinto <strong>de</strong> Fortuna : « los bravos leones, / cuando el ayuno les<br />
da gran<strong>de</strong>s fambres, / comen las carnes heladas, fiambres » ), 491 el lector no pue<strong>de</strong> evitar que su<br />
conciencia lingüística espontánea le ofrezca primero el sentido para él más común, y sólo <strong>de</strong>spués el<br />
adiestramiento adquirido le dicte la ‘traducción’ oportuna. O es así o estamos ante la caricatura <strong>de</strong>l<br />
dantista forastero que se mueve por Florencia sin más abasto que el italiano <strong>de</strong> la Commedia (o,<br />
peor, <strong>de</strong> la Comedìa ): a quien posee como propio el español <strong>de</strong> hoy, la doble vara <strong>de</strong> medir le es<br />
imprescindible para habérselas con el <strong>de</strong> ayer.<br />
Para el lector instruido, el quid, manifiesto, <strong>de</strong>l asunto resi<strong>de</strong> en discernir entre varias<br />
significaciones que se le presentan simultáneamente, no en el irrealizable intento <strong>de</strong> <strong>de</strong>scartar por<br />
entero la ina<strong>de</strong>cuada al texto antiguo. Pero también viceversa, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego. Debemos saber que lugar<br />
presente el final <strong>de</strong>l prólogo <strong>de</strong> Jaime Vicens Vives a la segunda edición <strong>de</strong> Aproximación a la<br />
historia <strong>de</strong> España , Barcelona, 1960, p. 25 : «es muy dudoso que España sea un enigma histórico,<br />
como opina Sánchez Albornoz, o un vivir <strong>de</strong>sviviéndose, como afirma su antagonista. Demasiada<br />
angustia unamuniana para una comunidad mediterránea, con problemas muy concretos, reducidos y<br />
“epocales”: los <strong>de</strong> procurar un mo<strong>de</strong>sto pero digno pasar a sus treinta millones <strong>de</strong> habitantes» . No<br />
me extrañaría que también a Vicens le bailara por la cabeza el verso <strong>de</strong> <strong>Cervantes</strong>.<br />
491 M. R. Lida <strong>de</strong> Malkiel, Juan <strong>de</strong> Mena, poeta <strong>de</strong>l Prerrenacimiento español , México, 1950, p.<br />
322 .<br />
262
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
, en el pórtico <strong>de</strong>l Ingenioso hidalgo , <strong>de</strong>signa una <strong>de</strong>terminada entidad <strong>de</strong> población, pero también<br />
<strong>de</strong>bemos olvidarnos <strong>de</strong>l dato y hacer nuestra la errada e in<strong>de</strong>leble interpretación popular, si hemos<br />
<strong>de</strong> enten<strong>de</strong>r, digamos, <strong>de</strong> qué habla un abrumado chupatintas <strong>de</strong> «Forges» al lanzarse a un monólogo<br />
que empieza «En un lugar <strong>de</strong>l estado <strong>de</strong>l bienestar, <strong>de</strong> cuyo nombre no quiero acordarme, hace algún<br />
tiempo que supervive un oficial segundo administrativo» , etc., etc. 492 No es tolerable que un editor<br />
<strong>de</strong>l Quijote <strong>de</strong>slice en las notas, y para colmo entre comillas, el giro «<strong>de</strong>sfacer el entuerto» ; 493 pero<br />
bien está que Julio Caro Baroja opine que los rimadores <strong>de</strong> cor<strong>de</strong>l no distinguen «entre criminal fiero<br />
y reparador <strong>de</strong> entuertos» . 494 O, en fin, por salir <strong>de</strong> los ejemplos apuntados al principio, nos gustará<br />
más o menos que Alejo Carpentier escriba «Las <strong>de</strong>l alba serían cuando cené con Gaspar » , 495 pero<br />
así se ha fosilizado <strong>de</strong>finitivamente la construcción, sin referencia alguna al substantivo que fluctúa<br />
entre los capítulos tercero y cuarto <strong>de</strong>l Ingenioso hidalgo , y así tenemos que aceptarla.<br />
Los párrafos anteriores, <strong>de</strong> puro elementales, rayan en la perogrullada. No po<strong>de</strong>mos leer en el<br />
Quijote los retazos <strong>de</strong>l Quijote que han pasado al español <strong>de</strong> todos sin superponer los sentidos que<br />
tienen <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l libro y fuera <strong>de</strong>l libro: nos lo impone la lengua, y no sé si la naturaleza. Pero nos<br />
conviene no <strong>de</strong>scuidar que si por la lengua circulan retazos <strong>de</strong>l Quijote con variable fi<strong>de</strong>lidad al<br />
original, en la cultura y en la sociedad circulan análogamente imágenes, i<strong>de</strong>as, claves <strong>de</strong>l Quijote<br />
todo, a veces casi tan firmes como las citas lexicalizadas: y tampoco po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>spren<strong>de</strong>mos <strong>de</strong> ellas.<br />
Irá por los doscientos años que nadie <strong>de</strong>be <strong>de</strong> haberse puesto al Quijote con inocencia adánica,<br />
sin mediaciones ni pautas: sin saber, en suma, que va a leer «el Quijote ». Ni el folletín más abyecto<br />
se acomete sin prejuicios e hipótesis <strong>de</strong> lectura, pero un clásico es precisamente eso: un libro que<br />
vive en el texto y más allá <strong>de</strong>l texto, en el horizonte <strong>de</strong> una comunidad; que conserva durante siglos<br />
una sólida aunque cambiante presencia pública, y que por ello mismo se conoce en una medida nada<br />
492 En El País , Madrid, 23 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1997, p. 12 . No tengo a mano la crónica (<strong>de</strong> un crimen<br />
pascualduarteño) que se abría con las palabras «En un lugar <strong>de</strong> Extremadura » .<br />
493 Así F. Sevilla Arroyo y A. Rey Hazas, Madrid, 1996, p. 74, n. 10 .<br />
494 J. Caro Baroja, Ensayo sobre la literatura <strong>de</strong> cor<strong>de</strong>l , Madrid, 1969, p. 103 .<br />
495 La consagración <strong>de</strong> la primavera , I, 10, en Obras completas , V<strong>II</strong>, p. 116 . Véanse en las Actas<br />
citadas arriba ( n. 458), p. 820, n. 9, otros casos en que el finísimo Carpentier emplea la acuñación<br />
al lado <strong>de</strong> hora(s) .<br />
263
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
baladí sin necesidad <strong>de</strong> haberlo leído (la Eneida fue un clásico antes incluso <strong>de</strong> ser compuesta) y<br />
no se lee sin interpretaciones previas.<br />
Las fuentes <strong>de</strong> tales interpretaciones pue<strong>de</strong>n ser los mejores cerebros <strong>de</strong> un país o los pinceles más<br />
superficiales <strong>de</strong> otro, pasar por la escuela, los cuarteles o los cafés, pero los resultados a menudo<br />
compiten en eficacia. Notaba certeramente Unamuno que Shakespeare hace <strong>de</strong>cir a la reina que<br />
Hamlet «está gordo y es escaso <strong>de</strong> aliento ¿Y quién se representa ni pinta a Hamlet gordo? ¿Quién<br />
reconocería a Sancho si se le pintase con largas zancas? Y, sin embargo, cuenta <strong>Cervantes</strong> que entre<br />
las pinturas que adornaban el manuscrito <strong>de</strong> Ci<strong>de</strong> Hamete Benengeli retrataba una la batalla <strong>de</strong> don<br />
Quijote con el vizcaíno, y a los pies <strong>de</strong> Panza <strong>de</strong>cía: Sancho Zancas porque “<strong>de</strong>bía <strong>de</strong> ser que tenía,<br />
a lo que mostraba la pintura, la barriga gran<strong>de</strong>, el talle corto y las zancas largas ”» . 496<br />
Es verdad. Entramos usualmente en el Quijote llevando ya en la cabeza la estampa <strong>de</strong> un Sancho<br />
paticorto, y al llegar al noveno capítulo <strong>de</strong> la Primera parte (fol. 33) y toparnos con la <strong>de</strong>scripción<br />
recién copiada, por fuerza hemos <strong>de</strong> confrontar la una con la otra. Po<strong>de</strong>mos hacer nuestra esa «pintura»<br />
y en a<strong>de</strong>lante imaginar zanquilargo al escu<strong>de</strong>ro; po<strong>de</strong>mos repudiarla por completo, como uno <strong>de</strong> tantos<br />
testimonios suspectos, mentirosos o apócrifos que se allegan a lo largo <strong>de</strong>l relato, y atenernos, en<br />
<strong>de</strong>finitiva, a la silueta que entreveíamos antes <strong>de</strong> abrir el Ingenioso hidalgo ; o po<strong>de</strong>mos quedarnos<br />
in<strong>de</strong>cisos y esperar (en vano) <strong>de</strong> la novela una confirmación posterior. 497 Pero, como fuere, si leemos<br />
con una mínima atención, nos es ineludible realizar un careo entre el Sancho <strong>de</strong>l texto y el Sancho<br />
<strong>de</strong>l contexto.<br />
496 «El Caballero <strong>de</strong> la Triste Figura. Ensayo iconológico», en Obras completas , ed. cit. , <strong>II</strong>I, pp.<br />
375-376 (ni quito ni pongo, por supuesto, en el sentido <strong>de</strong> fat en la escena <strong>II</strong>, verso 285, <strong>de</strong>l acto V<br />
<strong>de</strong> Hamlet , pero sí estoy convencido <strong>de</strong> que las inacabables discusiones al propósito no se habrían<br />
planteado fuera <strong>de</strong> unas coor<strong>de</strong>nadas similares a las que estoy esbozando). No toca el punto, pero está<br />
lleno <strong>de</strong> preciosos comentarios sobre otros afines, E. C. Riley, « Don Quixote : from Text to Icon» ,<br />
<strong>Cervantes</strong> , Special Issue (invierno <strong>de</strong> 1988), pp. 103-115; muchos sumamente agudos hace Francisco<br />
Ayala en «La invención <strong>de</strong>l Quijote », ahora en Las plumas <strong>de</strong>l fénix. Estudios <strong>de</strong> literatura española ,<br />
Madrid, 1989, pp. 132-133, etc.<br />
497 Sirva <strong>de</strong> muestra la posición <strong>de</strong> Augustin Redondo, «Tradición carnavalesca y creación literaria.<br />
Del personaje <strong>de</strong> Sancho Panza al episodio <strong>de</strong> la ínsula Barataria en el Quijote », Bulletin Hispanique ,<br />
LXXX (1978), pp. 39-70 (66-67).<br />
264
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
El ejemplo es nimio, pero confío en que también elocuente. Un clásico, y el nuestro por encima <strong>de</strong><br />
cualquier otro, lo es porque <strong>de</strong>sborda el texto y puebla <strong>de</strong> ecos, estereotipos y sugestiones el contexto<br />
<strong>de</strong>l idioma, la civilización, la vida. Todas esas transmigraciones <strong>de</strong>l original revierten a su vez sobre<br />
el clásico: leemos el texto con infinidad <strong>de</strong> otros varios filtros, pero regularmente con los <strong>de</strong>l tal<br />
contexto. Al tropezar con «Metafísico estáis » , antes <strong>de</strong> <strong>de</strong>scubrirle el valor que <strong>Cervantes</strong> y los<br />
contemporáneos le concedían, tenemos que franquear la apariencia literal amparada por el castellano<br />
mo<strong>de</strong>rno, el requerimiento <strong>de</strong> cordura y congruencia que pi<strong>de</strong> la fraseología, la <strong>de</strong>scabellada visión<br />
<strong>de</strong> España que sueña Madariaga y refuta Jaime Gil... Según sea nuestro bagaje <strong>de</strong> lengua y literatura,<br />
llegaremos (o no llegaremos) a <strong>Cervantes</strong> a través <strong>de</strong> más o menos explicaciones interpuestas, pero<br />
con todas esas tendremos que enfrentarnos, y en ocasiones no sin provecho.<br />
Especialmente <strong>de</strong> las vanguardias para acá, la ortodoxia crítica más generalizada ha venido<br />
elaborando la fábula <strong>de</strong> la obra literaria como universo cerrado, autónomo y suficiente, <strong>de</strong>pósito<br />
exclusivo <strong>de</strong> todos los datos para <strong>de</strong>scifrarlo, capaz <strong>de</strong> dar solo y señero cuenta cabal <strong>de</strong> sí mismo.<br />
Pero la obra literaria no es un imposible discurso sin emisor, código, canales... 498 La ‘poesía pura’ y la<br />
‘obra en sí’ únicamente existen en tanto objeto <strong>de</strong> la teoría circunstancial, datable, <strong>de</strong> la ‘poesía pura’<br />
y <strong>de</strong> la ‘obra en sí’. Leemos siempre las obras con prólogos y notas, no ya personales, sino colectivos,<br />
y los clásicos van necesariamente provistos <strong>de</strong> una versión propia <strong>de</strong> los segundos: no tenemos más<br />
remedio que establecer el diálogo sincrónico y diacrónico con las estimaciones, las falsillas y los usos,<br />
lingüísticos o no lingüísticos, que por <strong>de</strong>finición los acompañan.<br />
Las gran<strong>de</strong>s interpretaciones <strong>de</strong>l Quijote son sólo un grado, un caso particular <strong>de</strong> esa evi<strong>de</strong>ncia. La<br />
vulgata romántica está tan enraizada, que serán contadísimos quienes se asomen al texto sin haberla<br />
saludado. De sobra sabemos muchos que anda lejos <strong>de</strong> respon<strong>de</strong>r a la intención <strong>de</strong>l autor y a la<br />
recepción <strong>de</strong> la novela en la España <strong>de</strong> Felipe <strong>II</strong>I. Pero ¿<strong>de</strong> verdad po<strong>de</strong>mos leer el Quijote por<br />
primera vez sin preguntarnos si no contemplaremos ahí «das Reale im Kampf mit <strong>de</strong>n I<strong>de</strong>alen» ?<br />
De Schelling, loado sea Dios, ya nadie se acuerda, pero difícilmente habrá quien empiece el Quijote<br />
sin que le ron<strong>de</strong> esa i<strong>de</strong>a ni lo termine sin echar cuentas con ella, para bien o para mal. (Para bien<br />
o para mal, digo, no tanto <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>a como <strong>de</strong> la lectura). Cosa semejante ocurre con las <strong>de</strong>más<br />
498 Remito simplemente a la lúcida exposición <strong>de</strong> Roger Chartier, en el prólogo a D. F. McKenzie,<br />
La bibliographie et la sociologie <strong>de</strong>s textes , París, 1991.<br />
265
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
interpretaciones (o, quizá, facetas y secuelas <strong>de</strong> la romántica) 499 cuyo vigor les ha brindado un lugar<br />
al sol entre la mayoría <strong>de</strong> los lectores: forzosamente se nos aparecen tras el texto y en torno al texto,<br />
como inseparables satélites <strong>de</strong>l libro. La aludida ortodoxia crítica es por principio incompatible con<br />
esas sombras y lejos <strong>de</strong> los clásicos. Al filólogo <strong>de</strong> estricta observancia, razonablemente concentrado<br />
en recuperar la letra y el sentido originales, le importa <strong>de</strong>scubrirlos sólo para postergarlos. Pero sin<br />
tenerlos presentes y hacerles justicia no hay modo <strong>de</strong> enten<strong>de</strong>r la realidad histórica <strong>de</strong> la literatura.<br />
«“Metafísico estáis” (y el sentido <strong>de</strong> los clásicos)», Boletín <strong>de</strong> la Real Aca<strong>de</strong>mia Española ,<br />
LXXV<strong>II</strong> (1997), pp. 141-164.<br />
En un foro electrónico ¡<strong>de</strong> cervantistas! se suscitó hace poco la pregunta <strong>de</strong> si <strong>de</strong>bía escribirse «<strong>de</strong> la<br />
Mancha» o «<strong>de</strong> La Mancha», y se <strong>de</strong>cidió casi por unanimidad que la forma correcta era la segunda...,<br />
ignorando que los nombres <strong>de</strong> regiones siempre se han puesto en español con el artículo en minúscula:<br />
la Mancha , como la Rioja , el Ampurdán , las Encartaciones , los Monegros , etc., etc. (Otra cosa<br />
es que se hable <strong>de</strong> la entidad político-territorial <strong>de</strong> La Mancha -mejor dicho, Castilla-La Mancha<br />
- o La Rioja ; y aun a ese propósito ‘oficial’ habría que hacer no pocos distingos). Pues bien, en el<br />
cuarto párrafo <strong>de</strong>l ensayo anterior <strong>de</strong>cía yo que cuando «en el marco <strong>de</strong> la lengua» <strong>de</strong> hoy se escribe<br />
«la frase En un lugar <strong>de</strong> la Mancha (o, en los últimos años, <strong>de</strong> La Mancha )» se repite «la letra pero<br />
no el espíritu <strong>de</strong> la frase ‘En un lugar <strong>de</strong> la Mancha’ en el marco <strong>de</strong>l Ingenioso hidalgo » . Creí que<br />
bastaba la referencia a la época reciente en que La Mancha empieza a <strong>de</strong>splazar ocasionalmente a la<br />
Mancha para que se entendiera que usando la mayúscula se convierte retrospectivamente a Alonso<br />
Quijano en habitante <strong>de</strong> una comunidad autónoma nacida con la constitución española <strong>de</strong> 1978... Dada<br />
la mínima enjundia <strong>de</strong> la cuestión y, suponía, la claridad <strong>de</strong>l contexto, no me pareció necesario añadir<br />
nada. Pero, a la vista <strong>de</strong> la aludida <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong>l foro electrónico, acaso resulte oportuno <strong>de</strong>jar claro<br />
que la grafía La Mancha es sólo una más <strong>de</strong> las intrusiones <strong>de</strong> la perspectiva mo<strong>de</strong>rna en el texto<br />
<strong>de</strong>l Quijote -tal vez inevitables en la lengua general, pero sin excusa entre supuestos especialistas-<br />
sobre las que discurre mi trabajo.<br />
Otras adiciones. A las notas 461 y 462 . Rafael Ramos me comunica que en la primera edición <strong>de</strong>l<br />
Cristalián <strong>de</strong> España , Valladolid, 1545, fol. 21 , se lee: «nacistes para quitar los entuertos que en<br />
499 Véase el impagable libro <strong>de</strong> Anthony Close The Romantic Approach to «Don Quixote» ,<br />
Cambridge, 1977, y los matices que (pr)opongo en «Las dos interpretaciones <strong>de</strong>l Quijote », en mi<br />
Breve biblioteca <strong>de</strong> autores españoles , Barcelona, 1990 y otras ediciones, capítulo 8.<br />
266
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
el mundo se hacen» ; en la segunda, Alcalá <strong>de</strong> Henares, 1587 , se corrige para que rece «tuertos» y,<br />
por otro lado, los tuertos <strong>de</strong> 1545 se sustituyen siempre por agravios . Puesto que el Cristalián se<br />
<strong>de</strong>be a Beatriz Bernal, ¿será políticamente incorrecto preguntarse si se trata <strong>de</strong> un lapsus <strong>de</strong> autora?<br />
¿O acaso <strong>de</strong> una estúpida broma <strong>de</strong> la imprenta?<br />
A la n. 496 . « Don Quixote : from Text to Icon» pue<strong>de</strong> leerse ahora, en castellano y revisado,<br />
en E. C. Riley, La rara invención. Estudios sobre <strong>Cervantes</strong> y su posteridad literaria , Barcelona,<br />
2001, pp. 169-182.<br />
A la n. 497 . La página <strong>de</strong> A. Redondo que nos interesa se ha incorporado a su libro Otra manera<br />
<strong>de</strong> leer «El [ sic ] Quijote» , Madrid, 1997, pp. 469-470, en una sección distinta, pero con el mismo<br />
contenido: « Zancudo no pue<strong>de</strong> serlo más que el alto, flaco y cuaresmal don Quijote. El carnavalesco<br />
Sancho no pue<strong>de</strong> ser sino panzudo y paticorto » .<br />
267
Índice 500<br />
Acrón -Pseudo<br />
Acuña, Hernando - <strong>de</strong><br />
Agnino, - G.<br />
Agustín, - San<br />
Ailly, Pierre - d’<br />
Alano -<strong>de</strong><br />
Lila<br />
Alarcos Llorach, - E.<br />
Albert, - R.<br />
Alberto -Magno<br />
Albumasar -<br />
Alcázar, Baltasar - <strong>de</strong>l<br />
Alciato -<br />
Alcina Rovira, - Juan F.<br />
Alcocer, -Hernando<br />
Aldana, Francisco - <strong>de</strong><br />
Alejandro -<br />
Alessio, - G.<br />
Alexan<strong>de</strong>r, - J. G.<br />
Alfonso IV - <strong>de</strong> Aragón<br />
Alfonso V <strong>de</strong> Aragón - (el Magnánimo)<br />
Alfonso X - el Sabio<br />
Alfragano -<br />
Almanzor -<br />
Alonso Cortés, - Narciso<br />
Alonso, -Dámaso<br />
Alonso, - M.<br />
Alòs-Moner, - R. d’<br />
Alvar, - C.<br />
Alvar, - M.<br />
Amador <strong>de</strong> -los<br />
Ríos, J.<br />
Ambrosio, - San<br />
Angeli, -Iacopo<br />
Anselmo, - San<br />
Antonelli, - Roberto<br />
Antonio da - Tempo<br />
Antonio -<strong>de</strong><br />
Strata<br />
Arato -<br />
Arbiol, -Antonio<br />
Arbizzoni, - G.<br />
Arce, - J.<br />
Argensola, Bartolomé - Leonardo <strong>de</strong><br />
Ariani, -Marco<br />
Arias Montano, - B.<br />
500 Al cuidado <strong>de</strong> <strong>Miguel</strong> Requena.<br />
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
268
Ariosto, -Lodovico<br />
Aristóteles -<br />
Armannino -da<br />
Bologna<br />
Arnaut -Daniel<br />
Artigas, - M.<br />
Asensio, -Eugenio<br />
Asensio, - J. M.<br />
Asor Rosa, - A.<br />
Ausonio -<br />
Avalle, D’Arco - S.<br />
Averroes -<br />
Avesani, - Rino<br />
Avieno -<br />
Avogaro, Pietrobono -<br />
Ayala, Francisco -<br />
Ayala, -Juan<br />
<strong>de</strong><br />
Ayerbe-Chaux, - R.<br />
Azáceta, - J. M.<br />
Badia, - Lola<br />
Badia, - Pere<br />
Baehr, - R.<br />
Baena, Johan - Alfonso <strong>de</strong><br />
Bagrow, - L.<br />
Baird, H. - J. , Jr.<br />
Balasch, - M.<br />
Balbín, - R. <strong>de</strong><br />
Ballesteros, - A.<br />
Barahona <strong>de</strong> - Soto, Luis<br />
Barbarisi, - G.<br />
Bárbaro, -Hermolao<br />
Barbato da - Sulmona<br />
Barbolani, - C.<br />
Barbosa, - Arias<br />
Barros, -João<br />
<strong>de</strong><br />
Barthes, - Roland<br />
Bartolomé - el Inglés<br />
Bartolomei, - Niccolosio<br />
Baruzi, - J.<br />
Bassols <strong>de</strong> Climent, - M.<br />
Bataillon, - M.<br />
Bataillon, - L. J.<br />
Bate, - K.<br />
Batllori, - M.<br />
Baumgartner, - E.<br />
Bazán, - B.<br />
Beardsley, - S.<br />
Beaujouan, - Guy<br />
Becca<strong>de</strong>lli, Antonio - (Panormita)<br />
Becker, - F. G.<br />
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
269
Beltrán <strong>de</strong> -Heredia,<br />
V.<br />
Beltrán, - R.<br />
Beltrán, -Vicente<br />
Bembo, - Pietro<br />
Benavente -<br />
Bene -<br />
Bennassar, - B.<br />
Benson, - R. L.<br />
Berlioz, - J.<br />
Bernal, -Beatriz<br />
Bernardo, - A. S.<br />
Berni, Francesco -<br />
Beroaldo -<br />
Berra, - C.<br />
Berry, Duque - <strong>de</strong><br />
Bertelloni, - F.<br />
Bertolucci Pizzorusso, - V.<br />
Bettarini, - R.<br />
Biagioli -<br />
Bianchi, - D.<br />
Biblia -<br />
Billanovich, - Giuseppe<br />
Biscarra, - D. <strong>de</strong><br />
Bischoff, - B.<br />
Bizzarri, - H. O.<br />
Blavis, Tomás - <strong>de</strong><br />
Blecua, -Alberto<br />
Blecua, José - Manuel<br />
Bliss Luquiens, - F.<br />
Boccaccio, - Giovanni<br />
Bofarull y <strong>de</strong> - Sans, F. <strong>de</strong><br />
Bohigas, - Pedro<br />
Boitani, - P.<br />
Bolgar, - R. R.<br />
Bologna, - C.<br />
Boncompagno - da Signa<br />
Bonilla, - A.<br />
Boogaard, N. -H.<br />
J. van <strong>de</strong>n<br />
Borges, Jorge - Luis<br />
Borja, Rodrigo - (Car<strong>de</strong>nal)<br />
Borrás, -Rafael<br />
Boscán, - Juan<br />
Bosco, - U.<br />
Bossuat, - R.<br />
Brabante, -Sigerio<br />
<strong>de</strong><br />
Bracciolini, - Poggio<br />
Braulio <strong>de</strong> - Zaragoza<br />
Bretón <strong>de</strong> los -Herreros,<br />
M.<br />
Brewer, - D.<br />
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
270
Broc, - N.<br />
Brody, - S. N.<br />
Bruni, Francesco -<br />
Bruni, Leonardo -<br />
Bruni, Roberto -<br />
Buceta, - E.<br />
Burgos, fray - Vicente <strong>de</strong><br />
Burgos, -Pablo<br />
<strong>de</strong><br />
Buschinger, - D.<br />
Cabo Aseguinolaza, - F.<br />
Cabré, - M.<br />
Cáceres, -Pedro<br />
<strong>de</strong><br />
Cacho Blecua, - J. M.<br />
Cal<strong>de</strong>rini, - Domizio<br />
Calvo Martínez, - T.<br />
Cameron, - A.<br />
Canals, fra - Antoni<br />
Canet, - J. L.<br />
Cannata Salamone, - N.<br />
Cano, Melchor -<br />
Cantera Burgos, - F.<br />
Cappelli, - G. M.<br />
Cappello, - G.<br />
Capua, Tomás - <strong>de</strong><br />
Caraci, Giuseppe -<br />
Carballo Picazo, - A.<br />
Carbonell, - J.<br />
Carbonell, - Lluís<br />
Carducci, - Giosuë<br />
Carlos - <strong>II</strong>I<br />
Carlos - IV<br />
Carlos -Maynes<br />
Carlos - V<br />
Caro Baroja, - Julio<br />
Carpentier, - Alejo<br />
Carr, -D.<br />
C.<br />
Carreras Artau, - T. y J.<br />
Cartagena, -Alfonso<br />
<strong>de</strong><br />
Castelvetro, - Lodovico<br />
Castillo, Hernando - <strong>de</strong>l<br />
Castro Guisasola, - F.<br />
Castro y Castro, - M. <strong>de</strong><br />
Catalán, - D.<br />
Cátedra, Pedro - Manuel<br />
Catón -<br />
Catón -pseudo<br />
Cattin, - Paul<br />
Catulo -<br />
Cavalcanti, - Guido<br />
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
271
Cavallo, - G.<br />
Cela, -C.<br />
J.<br />
<strong>Cervantes</strong>, -<strong>Miguel</strong><br />
<strong>de</strong><br />
Cerverí <strong>de</strong> - Girona<br />
Cetina, Gutierre - <strong>de</strong><br />
Chartier, - Roger<br />
Châtillon, -Gautier<br />
<strong>de</strong><br />
Chaytor, - H.<br />
Cherchi, - Paolo<br />
Cherubini, - N.<br />
Chiabrera, - G.<br />
Chiòrboli, - E.<br />
Cicerón -<br />
Cigni, - F.<br />
Cingolani, - S.<br />
Cioranescu, - A.<br />
Clarke, - D. C.<br />
Claudiano -<br />
Clavería, - C.<br />
Close, Anthony -<br />
Coccio, - A.<br />
Colker, - M. L.<br />
Coll <strong>de</strong> Canes, - Guillem <strong>de</strong><br />
Coll i Alentorn, - M.<br />
Coloma, - Juan <strong>de</strong><br />
Colombí ,<br />
A.<br />
Colón, Bartolomé -<br />
Colón, Cristóbal -<br />
Colón, -Germán<br />
Colón, Hernando -<br />
Colonna, - Guido<br />
Conesa, - Jaume<br />
Constable, - G.<br />
Conte, - G. B.<br />
Contini, Gianfranco -<br />
Copons, Guillem - <strong>de</strong><br />
Cor<strong>de</strong>ro, - Martín<br />
Corominas, - J.<br />
Correa, -Gustavo<br />
Cortés, - L.<br />
Cortesi, - R.<br />
Covilhã, - Pêro da<br />
Coy, -J.<br />
L.<br />
Cremaschi, - G.<br />
Crespo, - Á.<br />
Crevatin, - G.<br />
Crisoloras -<br />
Crivelli -<br />
Cromberger<br />
-<br />
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
272
Crosby, - J. O.<br />
Cruz, -A.<br />
J.<br />
Cuartero, María - Pilar<br />
Cueva, Juan - <strong>de</strong> la<br />
Cuevas, - C.<br />
Curtius, - E. R.<br />
Daça, Bernardino -<br />
Dagenais, - J.<br />
Dales, - R. C.<br />
Dante -<br />
De Robertis, - D.<br />
Decembrio, -Pier<br />
Candido<br />
Delbouille, - M.<br />
Des-Pont, - Pere<br />
Destrez, - J.<br />
Deyermond, - Alan D.<br />
Dias, Bartolomeu -<br />
Díaz Rengifo, - Juan<br />
Díaz-Plaja, - G.<br />
Díez Echarri, - E.<br />
Díez Fernán<strong>de</strong>z, - J. I.<br />
Díez Garretas, - M. J.<br />
Dilla, - X.<br />
Dión Crisóstomo -<br />
Dionisio <strong>de</strong> - Alejandría<br />
Dionisotti, - Carlo<br />
Domènec, -fra<br />
Jaume<br />
Domenico - Bandini<br />
Domenico - Silvestri<br />
Domínguez -Bordona,<br />
J.<br />
Dotti, - U.<br />
Doyle, - A. I.<br />
Dronke, - Peter<br />
Du Cange -<br />
Dufournet, - J.<br />
Duns Escoto, - J.<br />
Egido, - A.<br />
Ehrenthal, - L.<br />
Eiximenis, Francesc (Fray - Francisco Eximénez)<br />
Eliot, -T.<br />
S.<br />
Emery, -K.<br />
, Jr.<br />
Eneas Silvio -Piccolomini<br />
Enrico da -Settimello<br />
Enrique V<strong>II</strong> -<strong>de</strong><br />
Inglaterra<br />
Entrambasaguas, - J. <strong>de</strong><br />
Erasmo -<br />
Ercilla, Alonso - <strong>de</strong><br />
Erhardo -Ratdolt<br />
Escoto, -Tomás<br />
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
273
Esposito, - M.<br />
Estévez Molinero, - Á.<br />
Estoire <strong>de</strong>l -Saint<br />
Graal<br />
Estrabón -<br />
Eusebio <strong>de</strong> - Cesarea<br />
Eustaquio o -Plácido,<br />
San<br />
Farcasiu, - S. M.<br />
Fartos, - M.<br />
Faucon, - M.<br />
Faulhaber, -Charles<br />
B.<br />
Felipe Elefante -<br />
Feo, Michele -<br />
Fera, Vincenzo -<br />
Fernán<strong>de</strong>z <strong>de</strong> -Heredia,<br />
Juan<br />
Fernán<strong>de</strong>z Gómez, - Carlos<br />
Fernán<strong>de</strong>z -Ordóñez,<br />
I.<br />
Fernando el - Católico<br />
Fernando - Hispano<br />
Ferrari, -Mirella<br />
Ferraú, - G.<br />
Ferrer, -Eulalio<br />
Ferrer, San - Vicente<br />
Fi<strong>de</strong>l Suárez, - Marco<br />
Figueroa, Francisco - <strong>de</strong><br />
Filipo, rey <strong>de</strong> - Macedonia<br />
Fink-Errera, - G.<br />
Flórez <strong>Miguel</strong>, - C.<br />
Floro -<br />
Flos Sanctorum -<br />
Foffano, - Tino<br />
Forges -<br />
Foster, - K.<br />
Fraenkel, - E.<br />
Frank, - I.<br />
Frappier, - Jean<br />
Frasso, Giuseppe -<br />
Fregoso, -Antonio<br />
Frías, Damasio - <strong>de</strong><br />
Fuenllana -<br />
Gaguin, - Robert<br />
Galdós -<br />
Galinsky, - H.<br />
Gallego Morell, - A.<br />
Gallego, -Fernando<br />
Gallego, - Pedro<br />
Gálvez <strong>de</strong> Montalvo, - L.<br />
Gama, Vasco - da<br />
Gaos, Vicente -<br />
García Berrio, - A.<br />
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
274
García Blanco, - M.<br />
García <strong>de</strong> Castrojeriz, - Fray Juan<br />
García <strong>de</strong> la Concha, - Víctor<br />
García Franco, - S.<br />
Garcia, - M.<br />
Garcilaso -<strong>de</strong><br />
la Vega<br />
Gargano, - A.<br />
Garin, Eugenio -<br />
Gassiot, - J.<br />
Geerard, - M.<br />
Geijerstam, - R. Af<br />
Gelio, - Aulo<br />
Gentile, - S.<br />
Geremia da -Montagnone<br />
Giacomo -da<br />
Lentini<br />
Giardina, - A.<br />
Gibson, - M. T.<br />
Gil <strong>de</strong> Biedma, - Jaime<br />
Gil <strong>de</strong> Zamora, - Juan<br />
Gil Polo, - Gaspar<br />
Gil, -Juan<br />
Giménez -Soler,<br />
A.<br />
Giunta, - C.<br />
Goldin Folena, - D.<br />
goliardos -<br />
Guillelme -<br />
Gómez <strong>de</strong> Castro, - Álvar<br />
Gómez <strong>de</strong> la Serna, - Ramón<br />
Gómez Moreno, - Á.<br />
Gómez Redondo, - F.<br />
Góngora, - L. <strong>de</strong><br />
González <strong>de</strong> Mendoza, - Pedro (Car<strong>de</strong>nal)<br />
González -Muela,<br />
J.<br />
Gorni, - G.<br />
Grabmann, - M.<br />
Gracián <strong>de</strong> Al<strong>de</strong>rete, - Diego<br />
Gracián, -Baltasar<br />
Graesse, - T.<br />
Grafton, - A.<br />
Greco, - A.<br />
Gregorio -el<br />
Gran<strong>de</strong><br />
Grial, Juan - <strong>de</strong><br />
Grion, - G.<br />
Guenée, - B.<br />
Guglielmo da - Pastrengo<br />
Guido <strong>de</strong>lle - Colonne<br />
Guinizzelli, - Guido<br />
Guiraut -Riquier<br />
Guitard, - Pere<br />
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
275
Gutiérrez Alea, - Tomás<br />
Guyot, - G. G.<br />
Gybbon-Monypenny, - G. B.<br />
Haase, - W.<br />
Hamesse, - J.<br />
Hathaway, - N.<br />
Hauf, -A.<br />
G.<br />
Haureau, - B.<br />
Hayward, - J.<br />
Hazañas, - J.<br />
Heine, - G.<br />
Heiric <strong>de</strong> - Auxerre<br />
Hércules -<br />
Hernán<strong>de</strong>z <strong>de</strong> Velasco, - Gregorio<br />
Herrera, Fernando - <strong>de</strong><br />
Herrera, -Juan<br />
<strong>de</strong><br />
Higino -<br />
Hilario, - San<br />
Hil<strong>de</strong>nfinger, - P.<br />
Hilka, - A.<br />
Hillgarth, - J. N.<br />
Hissette, - R.<br />
Homero -<br />
Hooper, - W.<br />
Horacio -<br />
Horrent, - Jules<br />
Hozes, Hernando - <strong>de</strong><br />
Hugo el -Primate<br />
Huot, - S.<br />
Hurtado <strong>de</strong> Mendoza, - Diego<br />
Hurtado <strong>de</strong> Mendoza, - Juan<br />
Hutton, - J.<br />
Iglesias Fonseca, - J. A.<br />
Inocencio - V<strong>II</strong>I<br />
Inquisición -<br />
Isidoro, - San<br />
Ivars, - A.<br />
Jaime I <strong>de</strong> - Aragón<br />
Jaime <strong>II</strong> <strong>de</strong> - Aragón<br />
Jammes, - Robert<br />
Jarque, Juan - Antonio<br />
Jenaro-MacLennan, - L.<br />
Jerónimo, - San<br />
Jiménez <strong>de</strong> Rada, - Rodrigo<br />
Joan Borguny -<br />
João - <strong>II</strong><br />
Jones, -C.<br />
A.<br />
Jordan, - M. D.<br />
Jör<strong>de</strong>r, - O.<br />
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
276
Josefo, -Flavio<br />
Juan Crisóstomo, - San<br />
Juan <strong>de</strong> Garlandia -<br />
Juan <strong>de</strong> la -Cruz,<br />
San<br />
Juan <strong>de</strong> Salisbury -<br />
Juan el -Bueno<br />
Juan I <strong>de</strong> - Aragón<br />
Juan <strong>II</strong> <strong>de</strong> - Castilla<br />
Juan <strong>II</strong> <strong>de</strong> - Navarra<br />
Juan Manuel, - don<br />
Kasten, - L.<br />
Keicher, - O.<br />
Kenney, - E. J.<br />
Kenny, - A.<br />
Ker, -N.<br />
R.<br />
Kinka<strong>de</strong>, - R. P.<br />
Klopsch, - P.<br />
Knapp, - W. I.<br />
Knust, - H.<br />
Kretzmann, - N.<br />
Kuksewicz, - Z.<br />
La Penna, - A.<br />
Lacarra, - M. J.<br />
Lactancio -<br />
La<strong>de</strong>ro, - M. Á.<br />
Laercio, -Diógenes<br />
Lampe, G. - W. H.<br />
Lancelot -<br />
Landino, -Cristoforo<br />
Lapesa, - Rafael<br />
Lapidge, - M.<br />
Las Casas, Fr. -Bartolomé<br />
<strong>de</strong><br />
Lathuillère, - R.<br />
Lazarillo -<br />
Lázaro Carreter, - F.<br />
Lecoy, - F.<br />
Legenda - aurea<br />
Leonardi, - Claudio<br />
Leonardi, - L.<br />
Levi, A. - H. T.<br />
Lida <strong>de</strong> Malkiel, - María Rosa<br />
Lira, Nicolás - <strong>de</strong><br />
Livio, - Tito<br />
Llull, Ramón -<br />
Lobato, - M. L.<br />
Lobera, Alonso - <strong>de</strong><br />
Lombardo -<strong>de</strong>lla<br />
Seta<br />
López Bueno, - B.<br />
López <strong>de</strong> Ayala, - Pero<br />
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
277
López Estrada, - F.<br />
López Navia, - S. A.<br />
López Navío, - J.<br />
López -Oto,<br />
E.<br />
Lorenzo d’Aquileia -<br />
Lucano -<br />
Lucas -<strong>de</strong><br />
Tuy<br />
Lucía Megías, - J. M.<br />
Lutacio - Catulo<br />
Luzán, - I. <strong>de</strong><br />
Lydgate -<br />
Macchi, - G.<br />
Machado, - Antonio<br />
Macpherson, - I. R.<br />
Macrobio -<br />
Madariaga, - S. <strong>de</strong><br />
Madrigal, -Alfonso<br />
<strong>de</strong><br />
Madrigal, Alonso - <strong>de</strong> (el Tostado)<br />
Madurell i Marimon, - J. M.<br />
Maffei, -Raffaele<br />
Maier, - J. R.<br />
Mairena, - Juan <strong>de</strong><br />
Malatesta -<br />
Malato, - E.<br />
Malla, Felip - <strong>de</strong><br />
Maltesi, - E. V.<br />
Manero Sorolla, - M. P.<br />
Manfredi, -Girolamo<br />
Mann, - J.<br />
Mann, Nicholas -<br />
Manuel, -don<br />
Juan<br />
Manuzio, - Aldo<br />
Manzano, - J.<br />
Maravall, José - Antonio<br />
Marbodio -<br />
March, -Ausiàs<br />
Marchand, - J. M.<br />
Marcial -<br />
Marcozzi, - L.<br />
Mare, A. - C. <strong>de</strong> la<br />
Margall, - Pere<br />
Margarit i -Pau,<br />
Joan<br />
Marichal, - R.<br />
Marín, - Pero<br />
Marino -<strong>de</strong><br />
Tiro<br />
Márquez Villanueva, - Francisco<br />
Marsili, -fra<br />
Pere<br />
Martellotti, - G.<br />
Martí, -Ramón<br />
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
278
Martí, - S.<br />
Martín el -Humano<br />
Martinelli, - B.<br />
Martínez Casado, - Á.<br />
Martínez <strong>de</strong> la Rosa, - Francisco<br />
Martínez -Ruiz,<br />
F. J.<br />
Martins, - Fernão<br />
Mártir <strong>de</strong> Anglería, - Pedro<br />
Marzio, -Galeotto<br />
Mascó, Domingo -<br />
Mauricio el - Hispano<br />
Maximiano -<br />
Mayer, - M.<br />
Mazzocchi, - Giacomo<br />
McKenzie, - D. F.<br />
McMenamim, - J. F.<br />
Mela, Pomponio -<br />
Mena, -Juan<br />
<strong>de</strong><br />
Meneghetti, - M. L.<br />
Menén<strong>de</strong>z Pelayo, - Marcelino<br />
Menén<strong>de</strong>z Pidal, - Ramón<br />
Menichetti, - Aldo<br />
Méril, - É. du<br />
Merlin -<br />
Metge, -Bernat<br />
Michaëlis, - C.<br />
Micó, José - María<br />
Millares -Carlo,<br />
A.<br />
Millás Vallicrosa, - J. M.<br />
Millé Giménez, - J. e I.<br />
Millis, Guillermo - <strong>de</strong><br />
Minnis, - A. J.<br />
Miquel i Planas, - R.<br />
Moffitt Watts, - P.<br />
Moliné, - E.<br />
Mölk, - U.<br />
Montana, - M.<br />
Montemar, - Aníbal<br />
Montemayor, - Jorge <strong>de</strong><br />
Montero Cartelle, - Enrique<br />
Montero Reguera, - J.<br />
Montero, - Juan<br />
Morales, Ambrosio - <strong>de</strong><br />
Morby, - E. S.<br />
Morel, - J.-B.<br />
Morel-Fatio, - A.<br />
Morelli, - G.<br />
Morera Sabater, - J.<br />
Morrás, - M.<br />
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
279
Morreale, -Margherita<br />
Morros, Bienvenido -<br />
Mort -Artu<br />
Nardi, - B.<br />
Navagero, - Andrea<br />
Nebrija, Elio - Antonio <strong>de</strong><br />
Niccoli, -Niccolò<br />
Nichols, - S. G.<br />
Nicola Maniacutia -<br />
Nicolás -Antonio<br />
Nicolás -<strong>de</strong><br />
Lira<br />
Nitti, - J.<br />
Noferi, -A<strong>de</strong>lia<br />
Nolhac, - P. <strong>de</strong><br />
Norberg, - D.<br />
Northup, - G. T.<br />
Norton, - F. J.<br />
Novati, - F.<br />
Noyer-Weidner, - A.<br />
Nuñez <strong>de</strong> la Yerva, - Francisco<br />
Núñez <strong>de</strong> Reinoso, - Alonso<br />
Ochoa, Eugenio - <strong>de</strong><br />
Odriozola, - A.<br />
Olivar, - M.<br />
Olson, - G.<br />
Orduna, -Germán<br />
Orlandi, - G.<br />
Ornato, - E.<br />
Orozco Díaz, - Emilio<br />
Ortega Torres, - J. J.<br />
Ortiz <strong>de</strong> Calzadilla, - Diego<br />
Osma, Pedro - <strong>de</strong><br />
Otas <strong>de</strong> - Roma<br />
Otero, - C.-P.<br />
Ovidio -<br />
Pacheco, - A.<br />
Pagello -<br />
Pais (Pelayo o Hispano), - Frei Álvaro<br />
Palacios, Leopoldo - Eulogio<br />
Paléfato -<br />
Pano, -M.<br />
<strong>de</strong><br />
Panormita (Becca<strong>de</strong>lli, - Antonio)<br />
Paolino, - L.<br />
Paris, -Gaston<br />
Parkes, - M. B.<br />
Parret, - H.<br />
Pascual <strong>de</strong> - Aranda<br />
Passerat, - J.<br />
Pastore Stocchi, - M.<br />
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
280
Pau, Jeroni -<br />
Pausanias -<br />
Paz, Octavio -<br />
peciae -<br />
Pecoraro, - C.<br />
Pedro <strong>de</strong> - Blois<br />
Pedro <strong>de</strong> - Osma<br />
Pedro el Ceremonioso -<br />
Pedro Gallego -<br />
Pedro Hispano -<br />
Pejenaute -Rubio,<br />
F.<br />
Perarnau, - J.<br />
Pérez <strong>de</strong> Guzmán, - F.<br />
Pérez <strong>de</strong> Oliva, - Fernán<br />
Pérez <strong>de</strong> -Tu<strong>de</strong>la,<br />
J.<br />
Pérez Escohotado, - J.<br />
Pérez Gómez, - A.<br />
Pérez, Gonzalo -<br />
Peri, - V.<br />
Petrarca -<br />
Petrie, - J.<br />
Petrini, - M.<br />
Petrucci, -Armando<br />
Piccolomini, Francesco - (Pío <strong>II</strong>I)<br />
Pier <strong>de</strong>lla, - Vigna<br />
Pierre Bersuire -<br />
Pinborg, - J.<br />
Pinell, - Jordi<br />
Pinto, - M.<br />
Pío - <strong>II</strong>I<br />
Pirotta, - A. M.<br />
Plácidas -<br />
Platón -<br />
Plinio -<br />
Plutarco -<br />
Poggio -<br />
Poliziano, - Angelo<br />
Pollard, - G.<br />
Polloni, - D.<br />
Polo <strong>de</strong> Beaulieu, - M. A.<br />
Polonio, -Nicolás<br />
Pompeo - Trogo<br />
Ponç, Guillem -<br />
Pons <strong>de</strong> -Provenza<br />
Ponte, - G.<br />
Porena, - M.<br />
Pozzo, Francesco - dal<br />
Pozzo, Paolo - dal<br />
Prete Jacopín<br />
-<br />
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
281
Primo <strong>de</strong> Rivera, - José Antonio<br />
Primo <strong>de</strong> Rivera, - <strong>Miguel</strong><br />
Propercio -<br />
Proxida, Thome - <strong>de</strong><br />
Pru<strong>de</strong>ncio -<br />
Pseudo-Crisóstomo -<br />
Ptolomeo -<br />
Purkart, - J.<br />
Quaglio, - A. E.<br />
Quasten, - J.<br />
Queste du - Graal<br />
Quevedo, - F. <strong>de</strong><br />
Quintanilla, - M. C.<br />
Quirós, -Juan<br />
<strong>de</strong><br />
Quondam, - A.<br />
Raimondi, - E.<br />
Ramírez <strong>de</strong> Villaescusa, - Diego<br />
Ramos, - Rafael<br />
Reckert, - S.<br />
Redondo, -Augustin<br />
Regás, - Rosa<br />
Reichenberger, - K.<br />
Reinhold, - M.<br />
Renan, - A.<br />
Rey Hazas, - A.<br />
Reyes Cano, - R.<br />
Richards, - P.<br />
Ridruejo, -Dionisio<br />
Riley, - E. C.<br />
Riquer, - M. <strong>de</strong><br />
Rivers, - E. L.<br />
Rizzo, -Silvia<br />
Robathan, - D. M.<br />
Rodríguez <strong>de</strong> Montalvo, - Garcí<br />
Rodríguez - Marín, F.<br />
Rodríguez, - Antonio<br />
Rodríguez-Moñino, - A.<br />
Roís <strong>de</strong> Corella, - Joan<br />
Romanò, - A.<br />
Romera Navarro, - M.<br />
Rossellini, - I.<br />
Rossetti, - G.<br />
Rossi, - V.<br />
Rotondi Secchi - Tarugi, L.<br />
Rouse, - R. H.<br />
Rouse, R. -H.<br />
y M. A.<br />
Rozas, Juan - Manuel<br />
Rubió i Balaguer, - J.<br />
Rubió i Lluch, - A.<br />
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
282
Ruiz Aizpiri, - P.<br />
Ruiz Calonja, - J.<br />
Ruiz, - P.<br />
Ruprecht, - H. G.<br />
Ruscelli, -Girolamo<br />
Russo, - E.<br />
Rusticio Elpidio - Dómnulo<br />
Sá <strong>de</strong> Miranda, - F.<br />
Sachetti, - Franco<br />
Sacrobosco -<br />
Saffrey, - H. D.<br />
Sagarriga, - Pere<br />
Salaya, -Juan<br />
<strong>de</strong><br />
Salisbury, - Juan <strong>de</strong><br />
Salomón -<br />
Salustio -<br />
Salutati, -Coluccio<br />
Samsó, - J.<br />
Sánchez Albornoz, - Claudio<br />
Sánchez Cantón, - F. J.<br />
Sánchez <strong>de</strong> - Lima, M.<br />
Sánchez -Reyes,<br />
E.<br />
Sánchez, - Alberto<br />
Sanchis Guarner, - M.<br />
Sancho -el<br />
Bravo<br />
Sancho IV -<strong>de</strong><br />
Castilla<br />
Sannazaro, - J.<br />
Santagata, - Marco<br />
Santillana, -Marqués<br />
<strong>de</strong><br />
Sanvisenti, - A.<br />
Sarmiento, - E.<br />
Scala, Antonio - <strong>de</strong>lla<br />
Scarpa, - E.<br />
Schelling, - F. W.<br />
Schevill, - R.<br />
Schmidt, - P. G.<br />
Schopenhauer, - A.<br />
Schoppe, Gaspar - (Scioppius)<br />
Schott, - A.<br />
Schultz, - J. A.<br />
Schumann, - O.<br />
Schüppert, - H.<br />
Schutz, - A. H.<br />
Sebastián, - S.<br />
Sebold, - R. P.<br />
Segre, -Cesare<br />
Sem -Tob<br />
Senabre, - R.<br />
Séneca<br />
-<br />
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
283
Sereno -<br />
Serés, Guillermo -<br />
Servio -<br />
Settimello, - Enrico da<br />
Sevilla Arroyo, - F.<br />
Sevilla, emperatriz -<br />
Shakespeare, - W.<br />
Shelford, - A.<br />
Sigerio <strong>de</strong> - Brabante<br />
Silvestre, -Gregorio<br />
Siraisi, - N.<br />
Sirvent, Bartomeu -<br />
Skelton, - R. A.<br />
Soberanas, - A. - J.<br />
Socas, - F.<br />
Sócrates -<br />
Soler, - A.<br />
Solino -<br />
Soria, Antonio - <strong>de</strong><br />
Soto <strong>de</strong> Rojas, - Pedro<br />
Sottili, Agostino -<br />
Spaccarelli, - T. D.<br />
Spanke, - H.<br />
Spiewok, - W.<br />
Stagg, - G.<br />
Steenberghen, - F. Van<br />
Strecker, - K.<br />
Strozzi, - Palla<br />
studia humanitatis -<br />
Suetonio -<br />
Sugranyes <strong>de</strong> - Franch, R.<br />
Swan, - C.<br />
Talavera, Hernando - <strong>de</strong><br />
Tanturli, - G.<br />
Tassis, - Vera<br />
Tate, -R.<br />
B.<br />
Tavani, Giuseppe -<br />
Taylor, - B.<br />
Tempier, - Étienne<br />
Terencio -<br />
Thuasne, - L.<br />
Timpanaro, -Sebastiano<br />
Tolomeo -<br />
Tomás <strong>de</strong> - Aquino<br />
Tomás <strong>de</strong> - Blavis<br />
Tomás -Escoto<br />
Tonelli, -Natascia<br />
Torquemada -<br />
Torre, Fernando - <strong>de</strong> la<br />
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
284
Torre, Francisco - <strong>de</strong> la<br />
Torres y Tapia, - A. <strong>de</strong><br />
Torres, Diego - <strong>de</strong><br />
Torres-Alcalá, - A.<br />
Torti, - A.<br />
Toscanelli -<br />
Tovar, Antonio -<br />
Trapiello, - A.<br />
Trias Teixidor, - A.<br />
Trissino, - G. G.<br />
Trotter, - D. A.<br />
Tyssens, - M.<br />
Ullman, - B. L.<br />
Ulloa, Alfonso - <strong>de</strong><br />
Umbral, Francisco -<br />
Unamuno -<br />
Urbano - VI<br />
Urrea, Jerónimo - <strong>de</strong><br />
Valdés, - A. <strong>de</strong><br />
Valdés, -Juan<br />
<strong>de</strong><br />
Valencia, -Pedro<br />
<strong>de</strong><br />
Valentí, - Ferran<br />
Valentí, - Teseu<br />
Valerio -Máximo<br />
Valla, Giorgio -<br />
Valla, Lorenzo -<br />
Varela, Consuelo -<br />
Vasoli, - C.<br />
Vega, Lope - <strong>de</strong><br />
Vega, María - José<br />
Velázquez, - L.<br />
Vespasiano - da Bisticci<br />
Via, Francesc - <strong>de</strong> la<br />
Vibio Secuestre -<br />
Vicente Ferrer, - San<br />
Vida, Marco - Girolamo<br />
Vigil, - L.<br />
Vigna, Pier - <strong>de</strong>lla<br />
Vilallonga, -Mariàngela<br />
Vilanova, -Arnau<br />
<strong>de</strong><br />
Villalba, Marc <strong>de</strong>, -abad<br />
<strong>de</strong> Montserrat<br />
Villar, Milagros -<br />
Villasandino, - A. Á. <strong>de</strong><br />
Villegas <strong>de</strong>l Hoyo, - Baldomero<br />
Villegas, Antonio - <strong>de</strong><br />
Villena, Enrique - <strong>de</strong><br />
Virgilio -<br />
Virgilio Cordobés -<br />
Visconti, Giangaleazzo<br />
-<br />
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
285
Vitoria, Francisco - <strong>de</strong><br />
Vivanco, -bachiller<br />
Vizinho, - Josef<br />
Vollmann, - B. K.<br />
Wagner, - C. P.<br />
Walker, - R. M.<br />
Walsh, -John<br />
K.<br />
Walther, - H.<br />
Watson, - A. G.<br />
Weinberg, - B.<br />
Wenzel, - S.<br />
Whinnom, - Keith<br />
Wieruszowski, - H.<br />
Wilkins, - E. H.<br />
Williams, - G.<br />
Wilmart, - A.<br />
Witt, Ronald - G.<br />
Wittlin, - J.<br />
Wolfzettel, - F.<br />
Yáñez, -Rodrigo<br />
Ynduráin, -Domingo<br />
Yunck, - J. A.<br />
Zacuto, Abraham -<br />
Zahareas, - A. N.<br />
Zey<strong>de</strong>l, - E. H.<br />
Zimmermann, - A.<br />
Zumthor, - Paul<br />
Zúñiga, -Juan<br />
<strong>de</strong><br />
Estudios <strong>de</strong> literatura y otras cosas<br />
286