Copyrish.t by Ramon Magrans 1981

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Lleno de asombro y de terror, Quirino contemplaba aquella
escena.
Cuando ella se levanto, con los labios, la cara y el
cuello manchados con la sangre de Carlito, Iestaba hedion-
da.'. . .Quirin©, h©rr©rizad©, estaba casi a lanzarse al
rio. Mas ella amainando inmediatamente la v©z, le abri©
l©s braz©s:
Ah©ra s©y tuya, dij©, labrazame.'
Quirin© se arr©j6 en l©s brazos de ella con el fre-
nesi de una pasion loca, que le llevara a practicar el
asesinate mas hediende y vil. Mas al mismo tiempo que
le iba apretando contra el pecho, la daga de Jupira le
iba atravesando el corazon, y en sus colvulsiones de
muerte, oia una voz ronca y siniestra murmurarle al
oido estas palabras:
iMuere tambiSn, vil asesine.' Ye ne te quiero. . .
Dos dias despuSs se encontro flotando, ya a una
legua de distancia, a una canoa sin nadie que la gober-
nase, mas tripulada per una multitud de urubdes que se
disputaban entre si, les restes de les des cadaveres.
En cuanto a Jupira, se desaparecio y nunca mas se
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