Copyrish.t by Ramon Magrans 1981

CAPITULO X
Jupira habia pasado la noche entre insomnias penosas
y suefios paverosos, entregada a la agitacion mas horrible.
Apenas adormecia, veia la figura de Quirino con los ojos
torv©s y abrazad©s, l©s cabelles hispides, y en les la­
bios, una sonrisa feroz de triunfo, con las manos y el
pufial bafiados ccn la sangre de Carlite, venir corriende
hacia ella, para pedirle el cumplimiente de sus premesas.
Otras veces, era Carlito quien se le aparecia palide,
triste, abatido, con un pufial clavade en el corazon, y
que con voz dolida venia a abrumarle ccn el peso de mal-
diciones y de terribles implicacienes. Otras mil visio­
nes hediendas se le atrepellaban en su espiritu y los
remordimientos le torturaban el corazon.
Apenas desperto la primera luz del dia, que ella
esperaba ansiosamente, se levanto y quiso salir; mas su
padre tenia la costumbre de guardar cuidadosamente todas
las Haves de las puertas de afuera, y le fue ferzese
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esperar en la mas angustiada impaciencia que Si se des-
pertase y que se levantase. Apenas pudo salir, fue
corriende directamente a la casa dcnde Quirine acestum­
braba hespedarse. Ya ne estaba en casa; supe que habia
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