Copyrish.t by Ramon Magrans 1981

ahogo un grito, y se quedo, por un memento, yerta, pa-
lida, e inm6vil. DespuSs levanto la mane al seno y
palpo la daga, mas vacilo y meneando la cabeza:
tarde.
INo.' INo.' murmuro; I todavia no.'. . .mas
Y echS a correr hacia la casa. Alll fue a dar
desahogo a la violencia y el dolor de rabia que la ter-
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turaban y los mas atroces planes de venganza le tumultua-
ban en el espiritu. Le habria sido facil matar a ambos,
mas ese ne le satisfacia. Queria hacer a Carlito sufrir
mucho y por mucho tiempo delores herrereses del cuerpo
y del alma por mucho tiempo, queria insultarle, abefe-
tearle, escupirle el restre, antes que muriese y despues,
apunalearse sobre el cadaver. Entregada a un torbellino
de ideas que se atrepellaban en el espiritu, indecisa, ja­
deante, leca, a veces corria la casa a pases precipitades,
etras se desplomaba sobre el lecho, arrancando sellezes
convulses y llorando lagrimas de sangre.
En esta terrible agitacion, la vine a hallar Qui­
rino, que entraba per la puerta. Al verla a ella con
las facciones trastornadas, les ejes macerados e injec-
tades de sangre, los senos palpitantes, el mirar horri­
ble y delirante, Quirino retrocedio espantade.
IDies mie.' exclamo el, 1 Que le habra acon­
tecido que la vee tan alterada.'
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