Copyrish.t by Ramon Magrans 1981

eton. Carlito se tomo en su asiduo adorador, y ccn
tal habilidad supe compertarse que en breve tiempo le
habia
conquistado el corazon a la nifia. Habiendose abserpto
147
233
hasta saciar el aroma active y embriagador de la magno­
lia de las florestas, queria aspirar tambien el delica-
do perfume del lirio de les jardines. Era un conquis­
tador formidable que se estaba preparando en la persona
del pequefie sertaneje, un Don Juan de les sertoes.
Ne pudo quedar eculte per muche tiempe a Jupira el
nuevo afecto y la deslealtad de su prime. La pequefia
peblacion de Campe-Bello, si poblacion se podia llamar
asi, compuesta de algunos agregades que vivlan en la
dependencia del seminario, constaba apenas de un numere
limitado de casitas dispersas aqui y alia per la suave
y descampada ladera de una celina, al pie de la cual
corria un pequefio arroyo. De la casa de Jupira, per
tanto, se veia perfectamente la de Rosalia, donde ella
vio varias veces entrar y salir a su amante. Les celos
le entraron en el corazon ceme una lava incandescente y
devastadora. El abatimiento y tristeza, en que vivia,
se cenvirtieren en rabia y desesperaciSn. En aquella
mujer que amaba tante y con todas las fuerzas de un alma
ardiente e impetuse, el cele debia preducir explosienes