Copyrish.t by Ramon Magrans 1981

la intencion de lanzarle las manos vielentas. Mas
aquel episodio de su vida que le rodeaba de un presagio
terrible, le servia de salvaguarda, y de brequel contra
cualquier desacato a su pudor.
Entre los amantes de Jupira, el mas asiduo, ar­
diente y apasionado, y tal vez el mas guapo, mas rico
y considerade de todos, era un mancebo por nembre de
Quirine, hijo de un hacendado rice de aquelles alrede-
dores. Era un moze alto y bien dispuesto, de barba
cerrada y negra, y de pupila ardiente y viva, en que
translucia todo el fuege de su alma capaz de todes los
extremes.
Quirine amaba, ne como se ama en la ciudad, donde
se enamora mucho y se ama casi nada, mas come se ama
en el campo, en medio de la soledad, debaje de aquelles
cielos ardientes, en el sene de aquella naturaleza es-
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plSndida; amaba con pasion, con fuege. Quirine frecuen­
taba asiduamente la casa de JosS Luis, donde rodeaba a
la moza de mil atencienes, obsequies y aderacienes, sin
que ella se mestrase sensible a tantas demestraciones
de afecto, por mas que Si se empefiase per tedos les me­
dios a su alcance para ganarle el corazon. Al princi­
ple, ne le pasaba por el pensamiento casarse con una
pebre cabocla, hija de una gentil y criada en les besques^
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