Copyrish.t by Ramon Magrans 1981

senrisa tenia una expresion singular e indefinible, de
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ingenuidad y de fiereza selvatica. A todos esos encan-
tos, a esas lineas y formas voluptuosas, servia como de
brillante envoltura, la tez de un color original, un ro-
seo rustice, come dorado per les rayes del sol, que daba
relieve peregrine a su linda figura.
Cuando iba a misa los deminges, en la pequefia capi-
11a del seminario, todos los ejes se viraban hacia la
interesante cabocla, todos la centemplaban sonriende con
el mas curioso interSs y cemplacencia. Hasta les mismos
gestos y ademanes suyos, un pece imprudentes, y el aire
desmafiado y censtringido con que medelaba sus vestiduras
nuevas, todo en ella parecia galante y encantader. Si
bien que en la pila baptismal hubiese recibido el nembre
de Maria, les meradores de Campo-Bello le conservaron
siempre su nembre indigena de Jupira, per hallarle mas
galante y por entender que le asentaba mejor.
Es innecesario decir que no faltaban apasienados a
aquella tan seductera ceme peregrina hermosura. Mas co­
mo ya corria por la aldea la historia de la muerte del
cacique, que a manes de la fragil muchacha pagara con la
vida su audacia; los amantes de Jupira le tenian cierto
respeto y no la requerian, sino con cierta
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timidez y reserva, si bien que ninguno de ellos tuviese