Copyrish.t by Ramon Magrans 1981
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que Baguari es fuerte, es que te quiere mucho. Ve con Si, hija mia. 116 Si mi madre se obstina, yo irS a lanzarme en la lagiina de los sucuris, replico la nifia con firmeza. La laguna de los sucuris era un pantano que por alii habia y donde existla una enerme cantidad de eses formidables reptiles. Quien en ella caia era irremisi- blemente deverade por les monstrues. Jurema sabia que su hija era bien capaz de poner en practica su amenaza, y le dijo al cacique: iEstas oyendo, Baguari? ella no te quiere todavia. Es que todavia no es tiempo. Espera tedavia, Baguari;. . .mas tarde. . • ICallate, hija de Anhanga.' bramo el indie rugiendo y batiendo el pie con fuerza Ino te quiero escuchar mas, cascabel engafiadora. . .ni hoy ni nunca.' Oyendo los gritos y viendo la actitud amenazadora del cacique, los otros bugres, que estaban en la cua- drilla, se aproximaren con arco y flecha en pufie, mur- murando palabras de amenaza. Baguari les lanzo en vez una mirada furibunda, solto un rugido de rabia y de des- pecho y se retiro lentamente resonando come un tigre en furecido. Viendo que ni por bien ni por violencia le era po sible obtener la posesion de la virgen Indiana, Baguari 202
que no desistia de sus intentos hacia ella, recurrio a las celadas. Jupira gustaba de cazar pajaros. C©n un pequefi© 117 arco y flechas prop©rci©nadas a sus fuerzas, ella atra vesaba l©s jaos, inhambus, macuccs, copoeiras, y otras aves que abundaban por aquellas florestas, y abasteclan de copiosa caza el rancho de su pequefio bando. Un dia, a la hora de ponerse el s©l, ella estaba s©lita con su madre en la ribera de una mata meciendose indolent ement e en su hamaca de pajas de buriti, abanicandose el rostro y ahuyentando las moscas con el azote de plumas que se habia quitado de la cabeza. Sus compafieros vagaban por el campo a poca distancia. Un jao comenzo a piar dentre de la mata. Jupira salto rapidamente de la hamaca, tome el arco y las flechas y se interne en la campifia, sin que su madre, que estaba ecupada en pelar un tamandua se diese cuenta de aquel movimiente. El jao es un ave grande y excelente de comer, mas muy arisco y dificilisimo de cazar. Los indies y los sertanejes, que con ellos apren- dieron, emplean una ingeniesa astucia para atraerlos y atraparles. Es ordinario que al ponerse el sol, les jaos acostumbren a piar, vagande por las sembras de las matas. El cazader se escende cuidadosamente en alguna mata junto al lugar en que los eye piando 203
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aves que abundaban por aquellas florestas, y abasteclan<br />
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a la hora de ponerse el s©l, ella estaba s©lita con su<br />
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y ahuyentando las moscas con el azote de plumas que se<br />
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el arco y las flechas y se interne en la campifia, sin<br />
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El jao es un ave grande y excelente de comer, mas<br />
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