14.06.2013 Views

corazón de tinta - bibliotecaelroble

corazón de tinta - bibliotecaelroble

corazón de tinta - bibliotecaelroble

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

mano en un bolsillo <strong>de</strong> su pantalón y sacó un manojo <strong>de</strong> llaves.<br />

Ja<strong>de</strong>aba <strong>de</strong> rabia, igual que un hombre que ha corrido a toda<br />

velocidad durante un buen rato. Introdujo una llave en la cerradura con<br />

<strong>de</strong>dos temblorosos.<br />

Dedo Polvoriento lo contemplaba, hierático. Con una seña, indicó<br />

a la madre <strong>de</strong> Meggie que se apartara <strong>de</strong> la reja y él también<br />

retrocedió con la agilidad <strong>de</strong> un bailarín. Su rostro no revelaba miedo,<br />

aunque las cicatrices parecían más oscuras <strong>de</strong> lo habitual.<br />

--¿A qué viene eso? -dijo cuando Basta irrumpió en la celda<br />

blandiendo la navaja-. Guarda ese chisme. Si me matas, le aguarás la<br />

fiesta a Capricornio, y no te lo perdonaría.<br />

Sí, tenía miedo. Meggie lo percibía en su voz, las palabras<br />

brotaban <strong>de</strong> sus labios con <strong>de</strong>masiada premura.<br />

--¿Y quién habla <strong>de</strong> matar? -farfulló Basta cerrando tras <strong>de</strong> sí la<br />

puerta <strong>de</strong> la celda.<br />

Dedo Polvoriento retrocedió hasta el sarcófago <strong>de</strong> piedra.<br />

--Vaya, ¿<strong>de</strong> modo que <strong>de</strong>seas adornarme la cara todavía más? -<br />

preguntó casi en susurros. Ahora, sin embargo, su voz traslucía algo<br />

diferente: odio, aversión, furia-. No creas que esta vez te va a resultar<br />

tan fácil -musitó-. Con el correr <strong>de</strong>l tiempo he aprendido un par <strong>de</strong><br />

cosas prácticas.<br />

--¿De veras? -Basta estaba apenas a un paso <strong>de</strong> distancia-. ¿Y<br />

<strong>de</strong> qué se trata? Tu amigo, el fuego, no está aquí para echarte una<br />

mano. Ni siquiera te acompaña esa marta apestosa.<br />

--¡Pensaba más bien en palabras! -Dedo Polvoriento colocó la<br />

mano sobre el sarcófago-. ¿Aún no te lo he contado? Las hadas me<br />

han enseñado a echar mal <strong>de</strong> ojo. Conociendo mi escaso talento para<br />

la lucha, se compa<strong>de</strong>cieron <strong>de</strong> mi cara rajada. Yo te maldigo, Basta,<br />

por los huesos <strong>de</strong>l muerto que <strong>de</strong>scansa en este sarcófago. Apuesto a<br />

que hace mucho que ya no yace en él ningún clérigo, sino alguno <strong>de</strong><br />

los que vosotros hicisteis <strong>de</strong>saparecer, ¿me equivoco?<br />

Basta no respondió, pero su silencio fue más elocuente que<br />

cualquier palabra.<br />

--Claro que no. Un viejo sarcófago como éste es un magnífico<br />

escondite. -Dedo Polvoriento acarició con los <strong>de</strong>dos la tapa partida,<br />

como si quisiera resucitar al muerto con el calor <strong>de</strong> su mano-. ¡Que su<br />

espíritu te aflija, Basta! -exclamó a modo <strong>de</strong> conjuro-. Que te susurre<br />

mi nombre al oído a cada paso que <strong>de</strong>s...<br />

Meggie vio cómo la mano <strong>de</strong> Basta se aproximaba hacia la pata<br />

<strong>de</strong> conejo.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!