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Economía
INTERNACIONAL
El mapa comercial que deja la crisis El músculo productivo de la economía germana
ALEMANIA: GIGANTE
EN TIERRAS CHINAS
El déficit comercial entre la locomotora europea y el país asiático tiende
a estrecharse con una cifra de exportaciones alemanas en progreso
G. Grésillon / K. de Meyer
PEKÍN / PARÍS. Hace décadas que Alemania
emprendió el camino inverso
al de muchos países europeos:
alcanzar el éxito en el mercado chino.
Hoy cosechan los dividendos
de aquella, entonces, considerada
temeridad. Las empresas alemanas
son casi 5.000 en suelo chino, mientras
que las francesas son menos de
900. Alemania realiza, por sí sola,
casi la mitad de las exportaciones
europeas hacia China. En las calles
de Pekín o Shanghai es imposible
no darse cuenta de la supremacía
de los vehículos alemanes. Casi uno
de cada cinco coches lleva una marca
perteneciente a Volkswagen, lo
que convierte a este grupo en líder
del país. Todos los vehículos oficiales
son Audi. Y los más pudientes
se pirran sistemáticamente por
unMercedesounBMW.
Este poderío es el resultado de
dos factores. En primer lugar, la
suerte: la perfecta adecuación entre
la oferta alemana y la demanda
china. Como resume Joerg Wuttke,
antiguo presidente de la Cámara de
Una poderosa
institución, la OAV,
acompaña a las firmas
germanas y organiza el
repartodeinformación
Comercio alemana en China, y responsable
de BASF en el país, “Alemania
suministra, por una parte,
productos caros y de calidad en el
sector del automóvil, que corresponden
a las expectativas de las clases
pudientes y, por otra, productos
químicos o maquinaria que, por
su lado, satisfacen exactamente las
expectativas de la fábrica del mundo
en que se ha convertido China”.
Una organización sin igual
Pero esta observación no es suficiente.
Especialmente, por parte
alemana no existe una organización
sin igual. Es la convicción de
Martine Le Boulaire, directora de
desarrollo de la red Empresa y personal,
y autora de un estudio sobre
el tema. In situ, llama mucho la
atención: las empresas francesas
están dispersadas y se sienten aisladas.
Tienen una relación protocolaria
con las distintas instancias
que supuestamente deben aportarles
ayuda. Mientras que, por parte
alemana, una institución poderosa,
la OAV, las acompaña realmente
y organiza el reparto de
información.”
El famoso capitalismo renano,
que teje una relación de asociación
a largo plazo entre las empresas y
sus bancos, tiene mucho que ver.
En China, son los Landesbanken,
bancos locales alemanes, los que
han implantado una estructura inédita:
prestan de alguna manera un
servicio de agente inmobiliario para
las pymes alemanas, ofreciéndoles,
desde su instalación, oficinas
inmediatamente operativas en un
espacio en el que estarán rodeadas
de compatriotas.
Casi 100 pymes del otro lado del
Rhin están instaladas en el mismo
edificio, en unas diez plantas en Pekín.
En Shanghai, más de 50.000
metros cuadrados cumplen la misma
función. “Para una pequeña em-
presa, dada la complejidad que representa
instalarse en este país, esto
lo cambia todo”, considera Joerg
Wuttke. Hoy en día, una iniciativa
de este tipo ve la luz a nivel europeo.
¿Será tan fuerte la solidaridad?
Importancia de la formación
Finalmente, apunta Martine Le Boulaire,
“los alemanes se implicaron
muy pronto en la formación superior”.
En las universidades, no escatiman
en financiación de laboratorios
o la formación alternada. En
Taicang, cerca de Shanghai, un centenar
de pymes alemanas se han
agrupado para ofrecer formación
en el ámbito de la mecatrónica, con
objeto de atraer hacia ellas a los mejores
técnicos chinos.
“Es una filosofía distinta”, resume
Martine Le Boulaire, que observa,
por ejemplo que los grupos
alemanes optaron, desde el principio,
por una mayor transferencia
de tecnología, estimándola inevitable
y considerando que esto las
estimularía a innovar. “En comparación,
la tibieza de los franceses es
obvia”, lamenta la consultora.
LUNES, 20 DE FEBRERO DE 2012 EL ECONOMISTA