Discurso de todos los diablos, o infierno emendado - Ataun
Discurso de todos los diablos, o infierno emendado - Ataun Discurso de todos los diablos, o infierno emendado - Ataun
cuerpo; Sócrates, el que no ha vuelto en sí y tiene, como veis, dudosa vida. Los que veis arrinconados son otros muchos que (como nosotros) han escrito políticas y advertimientos, diciendo en libros cómo han de ser los príncipes y cómo han de gobernar, que amen la justicia, que premien la virtud, que honren los soldados, que se sirvan de los doctos, que se escondan a los aduladores, que busquen los ministros severos, que castiguen y premien con igualdad, que su oficio es ser vicarios de Dios en la tierra y representarle; y por esto, sin nombrar a ninguno ni meternos con ellos, nos tienen en el estado que veis, porque los servimos de guía y de camino. Aquellos gloriosos reyes y emperadores en quien estudiamos esta dotrina, diferente patria tienen que nosotros. Numa está entre los dioses: Tarquino, tizón ahuma; Sardanápalo diferente memoria tiene que Augusto, y Nerón que Trajano. Y otro detrás dél dijo:
—Acerca más el discurso a los tiempos de ahora: don Fernando el Santo y don Fernando el Católico y Carlos V tienen corónica; Rodrigo y don Pedro paulina con sobrescrito de historia. La mitra en fray Francisco Jiménez es diadema y en Olpas coroza. —Mientes, infame filósofo —dijo Dionisio el Siciliano y Fálaris, a veces, y con ellos Juliano Apóstata y otros muchos—: mientes por todos; que vosotros sois causa de nuestras infamias y acusaciones y deshonras y muertes violentas y ruinas; pues por mentir en vuestros escritos y hablar de lo que no tenéis noticia y dar preceptos en lo que no sabéis, estamos los más difamados en muerte y perseguidos en vida. —¿Cómo, señor —dijo Juliano Apóstata mirando a Satanás, que un hombre déstos, soplón y mendigo, que pasa su vida con las sobras de las tabernas y vive de la liberalidad de los bodegoneros, despreciado en el traje, solo en la dotrina, sin comunicación ni ejercicio, haciendo de lo vagabundo mérito y de la
- Page 41 and 42: »La mu llaman al sueño las mujere
- Page 43 and 44: cosas que cuestan caro a los que la
- Page 45 and 46: vivo! No volviera por donde vine, p
- Page 47 and 48: Dios gracias» por empuñadura, muy
- Page 49 and 50: merced sabe qué sabe Caratulilla,
- Page 51 and 52: —¡Miren qué traza de diablo és
- Page 53 and 54: Y no acabara de ensartar epítetos
- Page 55 and 56: y consejero que por línea recta de
- Page 57 and 58: la emblema de la esponja: todos soi
- Page 59 and 60: para sí, y los que no, para otro e
- Page 61 and 62: adularle con las aras y los templos
- Page 63 and 64: —¡Ah, reyes! ¿Ha pasado algún
- Page 65 and 66: fortalecí contra la maña de los h
- Page 67 and 68: León, a quien mandó sacar los ojo
- Page 69 and 70: manoseándole se mete en los güeso
- Page 71 and 72: —¡Despedazóse la ley, no llego
- Page 73 and 74: otra infinidad de sabandijas. La pa
- Page 75 and 76: entendido. Yo soy aquel desdichado
- Page 77 and 78: lumbre; en la condición es hecho d
- Page 79 and 80: A mi hijo dejo por heredero. Item,
- Page 81 and 82: que mi mujer se muestre parte y le
- Page 83 and 84: Y otras palabras tal alborozadas co
- Page 85 and 86: —¿Qué culpa? —dijo un demonio
- Page 87 and 88: en los entremeses deshonrando mujer
- Page 89 and 90: «Júzguenlo los diablos, cuánto e
- Page 91: desnudos; los otros, viejos y caíd
- Page 95 and 96: uno ser monarca y tenerlo todo sin
- Page 97 and 98: utile recto. Sceptrorum vis tota pe
- Page 99 and 100: estaba limpiándose unas babas, muy
- Page 101 and 102: tuorum usquequaque, quolibet et acc
- Page 103 and 104: »Siendo yo niño me acuerdo que po
- Page 105 and 106: semilla, yo te la compraré, y siem
- Page 107 and 108: endilgadora de pecados, guisandera
- Page 109 and 110: que se le habían subido las penas
- Page 111 and 112: Era una clerecía de tinieblas y un
- Page 113 and 114: acetadas las misas. Canalla descomu
- Page 115 and 116: los que vienen a la caldera de Pero
- Page 117 and 118: —Este es un Bienquisto, que está
- Page 119 and 120: achaques y de la malicia, de quien
- Page 121 and 122: —Señor, este diablo no sabe lo q
- Page 123 and 124: perdices; y en poco tiempo suspira
- Page 125 and 126: en unas arrebozado, en otras descub
- Page 127 and 128: gracia el ser putas, oficio el ser
- Page 129 and 130: propio le acusó. Asiéronle, y pre
- Page 131 and 132: —Unión desesperada, pueblos prec
- Page 133 and 134: no echa menos a Dios para nada, aun
- Page 135 and 136: »Hijos diablos, asistid a mohatrer
- Page 137: logramos, podremos decir que tal ve
—Acerca más el discurso a <strong>los</strong> tiempos <strong>de</strong><br />
ahora: don Fernando el Santo y don Fernando<br />
el Católico y Car<strong>los</strong> V tienen corónica; Rodrigo<br />
y don Pedro paulina con sobrescrito <strong>de</strong> historia.<br />
La mitra en fray Francisco Jiménez es dia<strong>de</strong>ma<br />
y en Olpas coroza.<br />
—Mientes, infame filósofo —dijo Dionisio<br />
el Siciliano y Fálaris, a veces, y con el<strong>los</strong> Juliano<br />
Apóstata y otros muchos—: mientes por <strong>todos</strong>;<br />
que vosotros sois causa <strong>de</strong> nuestras infamias y<br />
acusaciones y <strong>de</strong>shonras y muertes violentas y<br />
ruinas; pues por mentir en vuestros escritos y<br />
hablar <strong>de</strong> lo que no tenéis noticia y dar<br />
preceptos en lo que no sabéis, estamos <strong>los</strong> más<br />
difamados en muerte y perseguidos en vida.<br />
—¿Cómo, señor —dijo Juliano Apóstata<br />
mirando a Satanás, que un hombre déstos,<br />
soplón y mendigo, que pasa su vida con las<br />
sobras <strong>de</strong> las tabernas y vive <strong>de</strong> la liberalidad<br />
<strong>de</strong> <strong>los</strong> bo<strong>de</strong>goneros, <strong>de</strong>spreciado en el traje,<br />
solo en la dotrina, sin comunicación ni ejercicio,<br />
haciendo <strong>de</strong> lo vagabundo mérito y <strong>de</strong> la