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MÚSICA
En cuanto a la asistencia de personas a vuestros
conciertos, ¿creéis que habéis tocado
techo o consideráis que podéis acceder a un
público aún más masivo? Si, creemos que podemos
crecer. De hecho, debemos aspirar a
crecer: es sano, es legítimo y es bonito. Nos
gusta que nueva gente venga a nuestros conciertos,
que se renueven, aunque, afortunadamente,
hemos tenido siempre un público
joven aparte de los de siempre, de la gente
que nos ha acompañado desde el comienzo
de nuestra carrera.
Al margen de etiquetas de los periodistas,
¿cómo os gustaría que la gente definiese
vuestra música? Música universal para gente
universal.
Teniendo en cuenta que las comparaciones
son odiosas, ¿con qué banda os gustaría que
os comparasen? Nos gustaría que nos recordasen
por nosotros mismos. Creemos que lo de
las comparaciones es algo tópico y recurrente.
A estas alturas, con nuestro séptimo disco y
tras pasar por varias compañías discográficas
y siempre con gran apoyo, nos hemos ganado
a pulso que se nos reconozca por nuestra
música. Si hablamos de referencias, por supuesto
las tenemos y, en Universal, éstas han
sido las mismas de siempre. Queríamos hacer
un disco clásico en el buen sentido de la palabra
y recuperar los discos que nos marcaron
mucho en nuestra adolescencia y que seguimos
escuchando todavía. Al igual que grupos
que nos han gustado siempre como REM, The
“LOS MÚSICOS NO VIVIMOS DEL CUENTO. COBRAN LOS
DE LA TAQUILLA, LA BARRA, SONIDO, ENTRADAS, CARTE-
LES... Y LO QUE QUEDA, SI QUEDA, ES PARA NOSOTROS”
Smiths o The Cure llevaban una trayectoria larga
y varios discos en su carrera, hicieron sus
grandes obras, nosotros teníamos la ilusión
de hacer algo parecido. Obviamente estamos
hablando de los mejores grupos de la historia
en su género, pero si que pretendíamos hacer
ese disco coherente y cohesionado que tiene
todos esos ingredientes que nos gustan y que
tiene los mínimos ‘peros’ posibles, a nuestro
entender. Hemos trabajado para ello y hemos
llegado a nuestro objetivo.
Uno de vuestros conciertos con mayor afluencia
de público tuvo lugar en Benicasim hace
años. Ahora ha habido un giro negativo en la
dirección del festival, negativo para la escena
nacional. ¿Tenéis alguna esperanza de volver?
El teléfono de nuestra agencia está ahí
aunque no creo que ocurra. Yo (Pau Roca, guitarra)
que he vivido muchos años en Valencia,
siempre ha sido una ilusión y ahora da cierta
pena. Que se queden allí y se pelen de frío…
¡Iros a Bristol, coño! (risas). De todas formas,
debe ser raro para un grupo de allí venir a España,
esperar encontrarte un público español
y encontrarte con tanta gente de tu país. De
todas formas, el FIB es una iniciativa privada,
pero si que es verdad que el festival tenía
algo que no tenían otros festivales… Pero
bueno, es ley de vida. Empezó siendo una
cosa más minoritaria, con más clase y, de repente,
se ha hecho un acontecimiento gigante
y turístico. Aún así, yo como músico y como
fan de la música, si toca Morrissey, Animal Collective,
The National o cualquier grupo que
nos pueda gustar a 70 kilómetros de mi casa,
pues voy a ir, y si tengo que aguantar que me
tiren vasos de cerveza por encima, pues bueno,
qué le vamos a hacer. Por lo menos puedo
ir, que es una oportunidad que no tengo a lo
largo del año.
CYAN mag se es un medio nacido y crecido en
Internet. Para nosotros ‘la banda ancha’ es la
fuente de la vida... ¿qué puede aportar la Red
a una banda como la vuestra nacida cuando
todavía no existía todo esto? El grupo no ensaya
por Internet, pero casi. Las canciones
que componíamos han estado pasando de un
lado a otro de Europa y de España por la Red,
que, además, te da muchas otras opciones. Es
algo que está ahí y hay que asimilarlo como
tal. Obviamente, ir en contra de Internet sería
ir contra natura, pero también tengo la opinión
de que cualquier persona quiere que le
paguen por lo que hace. Lo que pasa es que la
tecnología cambia, los tiempos cambian y lo
que hay que hacer es tener imaginación, intentar
no prohibir y buscar el término medio.
Pero desde luego, si tú haces algo, está bien
que se te reconozca. Hasta ahora las compañías
han crecido al amparo del CD que es un
elemento muy barato con el que han vivido
una época dorada vendiendo todos los catálogos
y se han forrado. Ahora eso ya ha cambiado
y han de adaptarse. De todas formas, se
paga por todo en esta vida. Salvo si le robas
el Wi-Fi al vecino, estás pagando 50 euros al
mes de Internet que, probablemente, sea más
de lo que antes te gastabas en discos. Tal vez
se mueve más dinero que antes pero éste se
ha redistribuido. Antes lo ganaban las compañías
discográficas y ahora lo gana Telefónica.
Al margen de esto, si que me gustaría romper
una lanza en favor de los músicos: no vivimos
del cuento, generamos negocio y cuando vamos
a tocar por ahí cobra el de la taquilla, el
de la barra, el del equipo de sonido, el de las
entradas, el de los carteles… y luego, cuando
todo eso se ha pagado, lo que queda se lo
lleva el músico. Este debate es interminable y
todas las partes tienen algo de razón. Al final
se regulará de alguna manera, nos guste o no.
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