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DISEÑO+FOTO
La Tierra de Hokusai (2006)
nera, la fotografía lo muestra, pero no cuenta
nada. Desde este punto de vista, ‘Cristo en la
cruz’ es una escultura. Redentor o metáfora
del sufrimiento, son elementos de interpretación,
condicionados por la educación, entorno,
sociedad, religión etc.
¿Cuáles son tus herramientas y tus rituales
de trabajo, y en qué medida las nuevas tecnologías
han contribuido a evolucionar tu
trabajo? En toda su historia, la fotografía ha
evolucionado gracias a los nuevos descubrimientos
técnicos para mejorar su función
de describir el mundo. En los últimos años
estamos asistiendo, con las técnicas numéricas,
al más espectacular de los avances dados
jamás. Tanto que nos hemos “salido” de
la fotografía, hemos abandonado el sistema
que nos permitía mantener la “huella”; ahora
tendríamos que cambiar de nombre esto
que hacemos. Particularmente he usado las
técnicas que durante estos años he tenido a
mano, según las épocas; en la actualidad tra-
bajo digitalmente y a veces de forma mixta.
Mis rituales de trabajo son sencillos: querer
trabajar, saber hacerlo, saber qué quiero y
hacerlo. El sistema no falla nunca.
¿Cuál es el criterio para la selección de tus
modelos? ¿Qué peso tienen en la calidad del
trabajo final? Yo no puedo trabajar teniendo
en cuenta una musa, puesto que hago principalmente
tipologías. Los modelos son seleccionados
según su aspecto o el tipo de resultado
que quiero, naturalmente. Debo decir
que las musas existen aunque no aparezcan
en las fotos.
¿Cuánto tardas en concebir un proyecto de
fotografía? ¿Se trata de un proceso con un
proceso con un objetivo claro, una metodología
estricta, digamos a la manera de la escuela
de Düsseldorf, o más bien de un proceso
interruptus, con momentos de disipación, de
paro y búsqueda, de paso atrás y replanteamiento?
El ejemplo de la escuela de Düssel-
“LAS MUSAS EXISTEN,
AUNQUE NO APAREZCAN
EN LAS FOTOS”
El bosque de Ruthefort (2005)
dorf podría ajustarse a mi forma de trabajo, a
partir de la existencia de un “sistema” compuesto
de elementos tan variados como técnicas
convenientes, estrategias, conceptos,
características personales, etc; todo lo que
conforma a un individuo y no a otro. Añado
un poco de disciplina.y luego me pongo a
trabajar.
Cuentan que las partituras de Mozart eran
limpias, serenas y fluidas, mientras que las
de Beethoven tenían garabatos, manchas,
tachaduras. ¿Con quién te quedas? Mozart es
perfecto y genial, pero me quedo con Beethoven,
que es humano e igualmente genial.
Él llega desde su humanidad, sus dudas ni
vicisitudes, a lo más profundo del ser, y con
el máximo ahorro de energía. Pero, cuando
quiere, sobrepasa todos los límites habidos y
por haber de belleza y de fuerza. Beethoven
es a la música como Picasso es la pintura. A
veces pienso que vale la pena estar en este
mundo sólo por ver aparecer personalidades
como estas.
¿Crees que hay una “escuela española” de
fotografía contemporánea, un debate sobre
métodos, una comunidad de lineas de investigación,
núcleos de pensamiento y propuestas
afines? Es evidente que no existe una escuela
de fotografía española. No hay debate sobre
método, no es nuevo que España no tiene métodos
en casi nada, quitando el aperitivo y la
siesta. Normalmente se importa la apariencia
de otros métodos. Tampoco hay núcleos de
pensamiento ni lineas de investigación. Digo
esto a niveles de nación o de grupos. Desde
luego que hay individuos que de forma aislada
trabajan por su cuenta, en el desarrollo
de lo fotográfico como cultura y conocimiento.
España es un país que arrastra una época
de educación ineficiente, y eso se nota en la
unificación de criterios e ideas afines.
Pensando en lo que le dijo a Picasso su padre
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