Los Rios. 238 - Misiones Diocesanas Vascas

Josetxu CANIBE
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❚país vasco
ADIOS A LAS ARMAS
Herritarrek oro har eta
partidu politikoek pozez
eta arinduta hartu dute
mezua.
20 de octubre de 2011, aunque se abusa
de este adjetivo, es una fecha histórica. En
ese día ETA anunció el fi nal de la violencia tras
más de medio siglo de dolor y sufrimiento. En
la declaración, de poco más de medio folio,
destaca la afi rmación: “El cese defi nitivo de su
actividad armada”.
Este documento vino precedido por la
Conferencia de Aiete, presidida por Kofi Annan,
exsecretario general de la ONU y que
tuvo lugar el lunes anterior, 17 de octubre.
El mensaje ha sido recibido con alegría y alivio
por la ciudadanía en general y por todos
los partidos políticos. Lo cual no obsta para
que en algunos ambientes o círculos y en algunas
personas se detecte una cierta dosis
de sospecha y de decepción. Pues en años
anteriores han conocido expectativas frustradas.
Incluso un político de la altura del alcalde
de Bilbao ha expresado que sentía “alegría
crítica”. A destacar la habilidad con la que ha
manejado la izquierda abertzale este asunto
en todo el proceso. ETA no parece que ha
tomado esta decisión “clara y fi rme” voluntariamente,
sino presionada por circunstancias
externas e internas. Entre ellas la fuerza que
ha demostrado el Estado de Derecho, la sociedad
y el convencimiento de que los votos
valen más que las bombas y las pistolas. De
cualquier forma, el éxito tiene muchos padres,
el fracaso ninguno.
PELDAÑO
Se ha subido el primer peldaño de una paz
verdadera. El siguiente que se espera es el
de su disolución. De momento se abrirá una
nueva etapa que exigirá un notable esfuerzo
personal y social: reparar a las víctimas, conciliar,
humanizar, el asunto de los presos…
Queda mucho por hacer: pasó el terrorismo,
comienza la construcción de la paz. Cuatro
preguntas se podría hacer todo ciudadano:
¿Qué ha pasado y por qué? ¿Qué podemos
hacer ahora? ¿Qué habría que hacer para que
no vuelva a pasar? ¿Por qué ha durado tanto?
LA IGLESIA
La Iglesia ha estado informada, ha seguido
de cerca los acontecimientos y ha hablado
a través de los obispos. No obstante no ha
estado en primera fi la, se ha mantenido discretamente
en un segundo plano. Mons. Iceta,
obispo de Bilbao en una nota publicada el 21
de octubre, decía entre otras cosas: “la decisión
de ETA de cesar defi nitivamente toda
actividad terrorista y violenta debe ser considerada
como un paso muy positivo y nos unimos
a la alegría de la sociedad (…) En estos
momentos es preciso recordar y reconocer a
las víctimas y a sus familiares (…) Todos estamos
llamados a colaborar y aunar esfuerzos
en la construcción de una sociedad en paz y
reconciliada”. Por su parte, el obispo de Vitoria-Gasteiz
ha querido compartir la enorme
alegría del pueblo, ha mostrado su profunda
unión a las víctimas, ha orado por los cientos
de asesinados y ha pedido a Dios la disolución
total de ETA. En la misma línea se ha expresado
el obispo de San Sebastián, Mons. Munilla.